Sferhakabbal 00 Abrauoft

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Abraheun ben Salomón de

Torrutiel
Sefer ha-Kabbalah
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Séfer ha-Kabbaláh
(LIBRO DE LA TRADICIÓN)

DE

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TRADUCIDO DEL HEBREO

POR

JAIME BAGES

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Después de haber publicado la traducción del Séfcr ha-Kabbaláh
de R. Abraham ben David de Toledo, hemos creído conveniente dar
a luz la traducción del Séfer ha-Kabbaláh de R. Abraham ben Salo-
món de Torrutiel. Son dos libros que se completan mutuamente,
siendo el segundo una continuación del primero.
La parte más interesante del libro o crónica de Abraham de To-
rrutiel es, sin duda alguna, la que se refiere a la expulsión de los
judíos de España, decretada por los Reyes Católicos; el autor era uno
de los expulsados, siendo, por consiguiente, testigo presencial de
aquel hecho. En cua-to a las otras partes, hay relatos que adolecen
de excesiva concisión, mientras otros son demasiado prolijos, notán-
dose en el autor cierta inclinación a admitir como históricos algunos
hechos que no son otra cosa que leyendas. Tampoco se nota mucha
exactitud en la cita de fechas. Sin embargo, la obra es de positivo
valor, por reflejar el estado de los judíos en la época de su expulsión
de España, y por ser un índice de autores, de grandísima utilidad
para formar el inventario del patrimonio científico y literario judeo-
español.
Nacido R. Abrdham de Torrutiel en el término de Utíel, partido
de Requena, en Valencia, por los años de 1482, fué su padre R. Salo-
món descendiente, al parecer, de los célebres talmudistas, hijos de
Ashor, que se establecieron en España a raíz de las persecuciones
contra los judíos ocurridas en Francia y Alemania en el tiempo de
las primeras Cruzadas. Contando uno diez año^ cuando fué deste-
rrado de España, junto con su padre se refugió en Fez, donde hacia
el año 1510 escribió su crónica. Hasta ahora no se conocen otros
detalles de su vida.
El texto que ha servido para nuestra traducción, es el publicado
por A. Neubauer en su obra M?dia2val Jewish Chronides. Vd. I
Oxford 1887. Hemos consultado tdinbién la edición de A. Harkavy
en su apéndice al tomo IV de la Geschichtc der Juden de Greetz.
Otros autores consultados: P. Fidel Fita. Boletín de la R. Acade-
mia de la Historia Tomo X cuad. IV Abril pag. 245; f. Loeb. Revue
des Estudes Juives rom. XVII pág.74-87; M. Steinschneider, Die
Geschichts literatur der Juden in Drukwerken und Handscriften.
Frankfurt a M. 1905; y Th^ Jewish Encyclopedie /, 120.

Tomo xii 3j
Libro de la Tradición
DE

R. Abraham ben Salomón

(INTRODUCCIÓN)

(ííjiCE Abraham, hijo del sabio, virtuoso y pío, el maestro Salomón


' — ^^de Torrutiel, conforme al maestro Rabbí Abraham bar David-
de bendita memoria— que compuso el libro llamado SÉFER HA-
KABBALÁH, arriba mencionado, en el año 4921 de la Creación del
mundo, quien aduce aÜí las generaciones de los sabios que existieron
desde los hombres de la Gran Sinagoga hasta la generación de R. Josef
ha-Leví ben Migash discípulo de El Fezí maestro de R. Moséh bcn
Maimún. Yo he creído conveniente completar aquel libro desde el año
en que murió el maestro— de bendita memoria— que fué el año 4940
(1), hasta el presente año, que es el 5270 de la Creación, para demos-
trar a las generaciones que vendrán después de nosotros, que la
tradición fué trasmitida de maestro a discípulo, desde el año de su
entrega en el Sinaí, desde entonces hasta acá, y así será trasmitida
para ser guía de justicia.
He pensado dividir el libro en tres capítulos: Capítulo primero.
Trato en él de los sabios que existieron antes del maestro y que no
menciona él en su libro. Capítulo segundo. Trato en él de los sabios
que existieron después de la muerte del maestro— de bendita memo-
ria—hasta lamuerte del maestro Isaac Campantón— de bendita me-
moria—lumbrera delos desterrados, de cuyas aguas viene bebiendo
todo Israel hasta el día de hoy. Capítulo tercero. Mencionaré en él

(1) Para reducir las fechas de esta crónica a nuestro Cómputo, añádase al nú-
mero d« los años la cantidad 240, y réstese del total 1000
260 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

los reyes que hubo en tierra de España hasta el reinado del rey Fer-
nando— borrado sea su nombre — y las guerras que sostuvo contra el
reino de Granada; el tiempo de nuestra expulsión de España; todas
las aflicciones y persecuciones que sobrevinieron, ya en el remo de
Fernando, ya en Portugal, en los días del rey Manuel, por causa de
la perversidad de los prevaricadores de Israel; los beneficios que hizo
Dios con el resto de los libertados que queda hoy en el reino de Fez,
y los sabios que recibieron la tr<idición del mae-^tro Isaac Campan-
ton — de benditd memoria— .Menciono también allí algo de la historia
de los reyes de Fez hnsta el reinado del r^y justo, Muley Mohamed,
hijo del gran rey Muley El-Shaik, piadoso entre los piadosos del
mundo, quien recibió con agrado a los judíos expulsados de España,
y trató bien al pueblo de Israel hasta el día de su muerte, supuesto
que para dar vida lo había colocado Dios sobre el reino de Fez.
Además, mencionaré lo que dice el maestro Abraham Zacuto— de
bendita memoria— que vivió en el mundo, desde el año 5270 hasta el
año 285, según el cómputo menor. Referiré también en dicho capítulo
las salvaciones y consolaciones divinas que anuncian como próxima
la venida de nuestro Mesías. Amén.
DE GRANADA Y SU REINO 261

CAPÍTULO PRIMERO

Historia de los sabios que existieron antes del nnaestro

y que no menciona él en su libro

El sabio maestro Jacob bcn Yakar y el sabio maestro Isaac ha-Leví,


maestro de R. Salomón Isaac, murieron en el año 4830. Ei maestro
Jehudáh bar Barzilai El-Barceloni, que compuso el SÉFER HA-ITTIM
(1), el maestro Gershom, lumbrera de los desterrados y el maestro
Salomón b?n Gabiroi, el gran cantor, murieron también en aquel
año. R. J?honathán, el babilonio, comouso el SÉFER HA-ARUK HA
ARUK (2), murió en el año 4866 de la Creación. El maestro Z«:'rahiah
ha-Leví de Gerona, que compuso el SÉFER HAM-MAOR, (3) en Lu-
nel, en el año 4914 de la Creación. El maestro Abraham ben Ezra, que
explicó la Ley con sus 24 libros, escribió grandes composiciones
sobre la ciencia astronómica y las otras ciencias. Él, además de po-
seer la sabiduría y conocimiento de su ley, era gran poeta. Yo he visto
en las RECOMENDACIONES (4) de Moséh ben Maimún— de ben-
dita memoria — a su hijo R. Abraham, en que se le dice que no se
ocupase sino en leer los libros del maestro R. Abraham ben Ezra.
Éste era de ilustre linaje, pues según una tradición, procedía de los
habitantes de Jerusalem — sea edificada y restaurada presto, en nues-
tros días—. Él murió en Calahorra, en el año 4925 de la Creación.
Nuestro maestro Zam, nieto de R. Salomón Yarki, compuso el SÉ-
FER HA YOSHAR (5); fué un sabio en todas las ciencias y un hom-

(1) Ellibro 4e los Ritos.


(2) El libro ORDINATIUM, DISPOSITUM. Así se llama el Diccionario talmú-
dico compuesto por R. Nathán Jehiel (según el autor Jehonathán), que fué rector de la
Sinagoga de Roma en el 1 !06.
(3) El libro de la Luz.
(4) Título de una obra de Maímóníde*.
(5) £1 ]ibFO de la PcifwiQóo.
262 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

br? de talento y agudeza como no hubo otro; floreció en el palacio


del rey de Francia, su amigo, e hizo grandes beneficios a Israel. Mu-
rió en la ciudad de Paraeru, en el año 4930 de la Creación.
R. Salomón ben Meir, hermano de R. Tam, que completó el Co-
mentario de R. Salomón Yarki— de bendita memoria— e hizo muchos
libros y gruesas composiciones, murió en el año 4935 de la Creación.
El gran maestro R. Efraim de Alemania, (1) maestro de Rabbenu Joel,
uegro de ibn Yarhi, murió en el año 4935 de la Creación. El gran
maestro, nuestro señor y nuestro maestro, R. Isaac bar Samuel, hijo
de la hermana de Rabbenru Tam, el conocido autor de las TOSAFOT
(2), aprendió y enseñó en las Academias. Dan testimonio de él los
maestros franceses que con él aprendieron — sesenta maestros— todos
los cuales estudiaron Iós Halakas (3), que enseñoba; también apren-
día cada uno separadamente la Masketa (4), y concurrían todos a sus
lecciones. Él murió en el año 4935 de la Creación. Nuestro maestro
Sansón, que compuso el SÉFER KEPITUT (5), discípulo insigne del
maestro Isaac, autor de las TOSAFOT, murió en el año 4.955 dé la
Creación. El maestro Jehudáh ha-Leví bar Samuel, el poeta, y el
maestro R. Isaac ha-Darbal, murieron en el año 4935 de la Crerción.
En aquel mismo año compuso el maestro Moseh (6) su grande obra lla-
mada MISHNÉ TORÁH. El maestro Jehudáh Hasid recibió la tradi-
ción de R. Isaac, autor de las TOSAFOT. Murió el maestro, el piado-
so R. Abraham ha Leví ben David, (7) hijo de la hermana del maestro
Baruk bar R. Isaac bar Baruk ben Albalia. Éi se santificó a sí mismo
y murió por la santidad de Dios en Toledo; compuso el Libro de la
Tradición qne hemos mencionado, escribiendo además acerca del
fundamento de la Fe, el Ubro AL AQUIDÁH AR-RAFI-ÁH (8) y otra
obra nolable de ciencia astronómica. Murió por la unidad de Dios en
el año 4940 de la Creación.

(1) R. Efraim de Regeiisburg. Vid. Harkavy Iladashim gam Yeshamim, 6n.° 13


(2) Interpretaciones talmúdicas.
(3) Tradiciones unánimemente aceptadas.
(4) Colección de sentencias que se sometían a discusión.
(5) El libro del Divorcio.
(6) Maimónides,
(7) El autor del SÉFER HA-KABBALÁH, la crónica de la cual es continuacióu
ésta.
(8) La Fe excelsa.
DE GRANADA Y SU ttEINÓ 263

CAPÍTULO SEGUNDO

Historia de los sabios que vivieron después del maestro,


de bendita memoria

El maestro Isaac compuso un libro llamado BA'AL HA-ITTUR,


en el año 4941. Murió el maestro insigne R. Abraham bar David (1),
en Posquiéres, en el año 4951 de la Creación, Éi hizo objeciones a la
obra de R. Mosch ben Mjiraún, las cuales vio el maestro— de bendita
memoria— quien decía siempre: «No me ha vencido nadie sino el au-
tor de una obra». Dá también testimonio de él R. Joshua ben Sobib,
por boca de Pinhas, quien había oído decir que el profeta Eiías se le
había aparecido El maestro Baruk de Gurmiza, discípulo de nuestro
maestro Tam y de R. Isaac bar Samuel, autor de las TOSAFOT, com-
puso el SÉFER HA-TERUiMÁH (2) y murió el año 4952 de la Crea-
ción.
La gran lumbrera nuestro señor y nuestro maestro, R. Moséh bar
Maimún enseñó la Ley a Israel más que todos los gaonim anteriores
a él, hizo grandes beneficios a su pueblo; sus libros se divulgaron
desde el oriente del sol hasta su ocaso, y tuvo adictos en todos los
países.
Fué el varón Moséh muy grande delante del Rey Egipto y los sier-
vos de éste, y su fama se extendió por todo el mundo. Además de su
Ley conocía muy bien la filosofía griega, el arte de curar y la astro-
nomía; no hubo otro como él, como se deduce de los libros que com-
puso en todas las ciencias; fué muy rico, y murió en Egipto en el año
4985 de la Creación.
El sabio R. Abraham bar Isaac, el llamado AB BET DIN (3) de

(1) El maestro llamado Rabad IIL


(2) Libro de la Exaltación.
(3) Probablemente el maestro llamado Rabad II, R. Abraham b. Isaac de Nar-
bona.
264 REVISTA DEL CENTRO DÉ ESTUDIOS HISTÓRICOS

Lunel, el maestro Josef Al-Palet, el maestro Eliezer Ben Mohar, nues-


tro maestro Tam de Orleans y el maestro Aarón de Lunel murieron
en el año 4985 de la Creación. El gran maestro R. Moséh bar Nah-
mán comentó la ley y escribió narraciones tocantes al Talmud, Lo
hizo admirablemente, y fué muy sabio en todas las ciencias; logró
gran ascendiente en el palacio del rey de Aragón, y tuvo una gran
disputa con Fray Pablo, en presencia del rey y los príncipes, vencién-
dolo con respuestas graves y fundamentadas. Esto sucedió en el año
4971 de la Creación. El había recibido la tradición del maestro Elie-
zer de Gurmiza, la tradición teórica y la tradición práctica. Luego se
fué a Jerusalem, donde murió en el año 4990. El maestro Moséh de
Cozzo hizo una voluminosa obra que llamó SÉFER MIIZ VOT GA-
DOL (1), en el año 4.996 de la Creación. Este — de bendita memoria —
asistía a las reuniones del maestro Moséh ben Maimún, y fué un sa-
bio en el Talmud, según se echa de ver en su grande obra. Nuestro
maestro Joel ha-Ezri, discípulo del maestro Efraim de Regensburg y
el maestro Ezra, maestro de R. Moséh ben Nahman, murieron en el
año 5005 de la Creación. El gran m.aestro, príncipe de los príncipes,
el levita, maestro Meir ha-Leví, de la ciudad de Burgos, explicó la Ley
en Toledo; fué muy sabio e hizo un comentario al Talmund con gran
ingenio; muiió en Toledo en la fiesta de la Pascua en el año 5007 de
la Creación. El maestro Joná de Gerona, discípulo del maestro Moséh
ben Nahman y el maestro Meir ha Kohen de Narbona, que estudió
con el maestro Moséh ben Nahman, murieron también en Toledo. El
mairstro Abraham bar R. Joel, el llamado Abi Haziri, murió en el año
5024 de la Creación. El maestro Nisim, autor de las HA DRESOT (2),
escribió también HIDUSHIM (3) sobre el maestro El-Fezí, discípulo
del maeetro Moséh ben Nahman; murió en el año 5024 de la Crea-
ción. El maestro Salomón bar Eli, de la ciudad de Soria, discípulo
del maestro Joná, escribió HIDHUSIM al Talmud, conforme lo que
había aprendido de su maestro, en el año 5024 de la Creación. Él es
conocido generalmente por «el discípulo de nuestro maestro Joná».
Murió el piadoso, el santo, el maestro R. Jehiel ben Asher, y es-
tando hecho ya cenizas en el ataúd, a los ojos de todo el pueblo, se
presentó en su casa y en su Madraza, después de su muerte. Esto es
lo que yo he encontrado escrito bajo el nombre de R. Jehudáh Ben

(1) Libro del gran Mandamiento.


(2) Homilías.
(3) Apostillas, notas,
bÉ GRANADA Y SU REINÓ ^65

Asher: «Cuando permitió Dios la expulsión de Toledo, la célebre ciu-


dad, al poco tiempo que fueron expulsados los judíos de Francia —
habíase, pues, determinado desterrarnos por un motivo cualquiera^-
salimos de allí, y ahora séame permitido hacer resaltar este hecho en-
medio de los hombres, para que vean nuestros descendientes el recto
proceder de nuestros padres y se avergüencen grandemente, en su in-
terior, si no andan por los caminos suyos ni consagran todas sus
ocupaciones en robustecer la obra de nuestros padres con todas sus
fuerzas. Cuando salí, pues, era yo pequeño, tendría unos 13 años; no
alcancé, por consiguiente, a conocer la conducta de nuestros padres
ni su justicia, sino por lo poco que escuché de mi tío— de bendita
memoria — y de su hermana, quienes me lo contaren a mí de parte de
sus padres, de bendita memoria. Yo, pues, oí contar algunas obras
de nuestros padres, de los notables. De este modo sé yo que mi abue-
lo el maestro Jehiel bar Ashzr nació en el año 4960, y que a la edad
de 10 años, como tuviese él un compañero, un amigo fiel, R. Salomón
ha-Kohen, hicieron los dos un pacto de que cada uno tendría partici-.
pación en las obras del otro, ya en lo tocante a los preceptos, ya en
lo referente a las prácticas. Ellos guardaron el pacto toda su vida,
habiendo sido piadosos y hombres de acción en la generación suya.
Y acaeció esto: Un día, el día de las Expiaciones, se extinguió la an-
torcha vesperal de mi abuelo— de bendita memoria— la que tenía en
la sinagoga, pues, según costumbre alemana, por todo hijo varón se
encendía una antorcha de cera en la sinagoga, en la tarde del vier-
nes, calculándose lo bastante para que ardiese día y noche. Erase en
ocurrir la Fiesta de los Tabernáculos, cuando murió mi abuelo— de
bendita memoria,— haciéndosele las honras fúnebres, concurriendo
gentes de los lugares vecinos a su sepelio. Según una costumbre ale-
mana, al ir al cementerio, se colocó el féretro sobre una grande pie-
dra levantada al efecto, y lo abrieron para ver si, por causa de las
traslaciones, habían sufrido algún desperfecto los miembros del di-
funto. Entonces se acercó R. Salomón ha-Kohen a la distancia de
cuatro codos y exclamó, en voz alta, delante de la Congregación: Yo
digo a fulano que se acuerde del compromiso que tiene hecho con-
migo. Entonces empezó a pulverizarse dentre el féretro, de suerte que
lo vio toda la Congregación. Por boca de mi señor el maestro Abra-
ham Asher — de bendita memoria— y de mi tío — de bendita memoria —
yo doy testimonio de que ellos lo vieron. He ahí un día, también, esta-
ToMO XII 32
t66 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

ba R. Salomón (1) ha-Cohcn enseñando en su Madraza, y en dicho día


vio a mi abuelo— de bendita memoria— sentado frente a él, por lo
cual, atónito en gran manera, le preguntó por su estado, a lo que con-
testó mi abuelo: Que estaba muy bien, y que junto a su trono estaba
preparado otro para él. Entonces, como R. Salomón le dijera que es-
taba maravillado de que le fuese permitido aparecerse a los hombres,
respondió mi abuelo y dijo: «Podría yo ir a mi casa como antes, mas
no quiero que se diga: [Cómo se vanagloria este justo entre los de-
más justosl». Igualmente acaeció que, a los seis meses después de su
muerte, en la noche de un sábado, a media noche, se presentó a S'd
mujer, y le dijo: «Déte prisa, toma tus hijos e hijas y hazlos salir de
aquí, porque mañana degollarán a los judíos de este lugar. También
así está decretado por todos esos contornos. Roguemos y elevemos
nuestra oración a Dios fuera del lugar este». Así lo hizo ella; apresu-
róse a salvar a los suyos, mas ella misma pereció entre la Congrega-
ción, luego de haber hecho salir de allí a mi padre, mi señor, el maes-
tro Asher— de bendita memoria— y a su hermano, el maestro Hay-
yim, compañero de R. Moséh de Rothemburg, maestro de mi señor
quien— bendita sea su memoria— también recibió enseñanza de su
hermano el maestro R. Hayyim. Existió además otro hermano, lla-
mado Eliezer, que murió a la edad de 27 años, el cual, según dicen,
era doctor en la Ley, como R. Hayyim. Hubo también en la familia
seis hermanas, todas ellas observantes de la justicia. Salieron, pues,
de aquel lugar en una noche de sábado, por el hecho referido. Murió
el citado R. Jehiel, padre de R. Asher en el año 5024 de la Creación».
El maestro Isaac, canciller, yerno de R. Jehiel, piadoso y grande,
compuso un pequeño libro de preceptos, titulado AMUDÉ GOLEH
(2), en el año 5030 de la Creación. R. Moséh, de la ciudad de León,
gran sabio y tradicionisía, compuso, según se dice, los libros SEFER
HA-MJSEKAL (3), MASHKÉN HA-ADUT (4) OR ZERUA (5), SÉ-
FER HA-RIMMÓN (6), SHE-ARÉ ZEDEK (7) y otros libros. Murió
en el año 5051 de la Creación. El gran maestro R. Salomón ben Adret,
que compuso el libro TORÁH HA-BET (3), escribió también oíros li-

(1) En el texto, Samuel.


(2) Sustentáculos de los Desterradoi
(3) El libro del Peso.
(4) El Tabernáculo del Testimonio.
(5) La luz del Poder.
(6) El libro de la Granada.
(7) Los Capítulos de la Justicia.
(8) La Ley dd Templo.
DE GRANADA Y SU REINO 267

bros, además de las cuestiones y soluciones a los que le consultaban


de todos los países, que forman un grueso volumen. El gran sabio
R. Leví ben Habid, qun murió mártir en Portugal, recogió los que es-
taban esparcidos por una parte y otra y construye una biblioieca
para ellos, |Dios le retribuya su obra! El sabio k. Hayyn bar Samuel
bar David, de la ciudad de Tudela, discípulo de R. Salomón ben
Adret, compuso ei 2ARUR HA-HAYYIM y el ZARUR HA-YYIM y el
2ARUR HA-KÉSEF (1). en el año 5030. Murió R. Pares, discípulo de
R. Jehiel de Paris, eu el año 5055. Murió R. Meir de Rothenburg, maes-
tro de R. Asher— de bendita memoria,— en la cárcel, en el año 5061.
La expulsión de Francia fué en el año 5066 de la Creación, en el mes
de Ab, entonces se verificó la señal. «Lo expulsó y se fué» — El maes-
tro R. Isaac ben Shar Hesed, padre de R. Makir, que hizo el libro
ABKAT HA-ROKEL era de los desterrados, y fué llamado Shar
Hesed porque sus padres eran justos y piadosos. Fué su padre
R. Nataneel, el que maldijo la higuera, llamado así, en memoria del
siguiente hecho que aconteció: El era doctor en la Ley y varón de
obras, y en tod^s las tardes de los sábados, sé lavaba la cara, las
manos y los pies y se vestía con un velo blanco, pareciendo un án-
gel del Dios de los ejércitos; y, he ahí, que en la tarde de un sábado,
como tantas otras veces, tenía en su mano un anillo según es uso de
reyes y príncipes, pues era muy rico, cual anillo estaba adornado con
una piedra preciosa; había en su casa una higuera y él colocó el
anillo en diiho árbol, lavóse la cara, las manos y los pies y se olvi-
dó de él; al día siguiente se acordó del anillo, lo buscó y no lo encon-
tró, por que no se acordó que lo había colocado en el árbol. Enton-
ces se llenó de ira y dijo: «Seqúese la mano del que me lo ha quita-
do.» Al instante se secó el árbol y no dio más fruto. Acaeció, luego,
que al cabo de tres años, como mandase arrancar a la higuera, pues
juzgó que, en lo sucesivo, no produciría más fruto, cuando comenza-
ron a cortarla, encontraron el anillo, y olvidándose, por la alegr a,
del árbol, lo dejaron sin arrancar. Este inmediatamente dio su fruto
y echó flores como antes. Por eso apellidaron al maestro así: R. Na-
taneel, elque maldijo la higuera.
R. Micael, el Ángel, que compuso cuestiones filosóficas, ascendió
en espíritu a los cielos para preguntar sus cuestiones dudosas. Como
quiera que se cerró en una celda tres días y mandase de no abrir la
habitación, sus domésticos, sin embargo, atisbaron entre las puertas

(1) La Bolsa de la Vida y la Bolsa del Dinero.


268 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

vieron su cuerpo echado como una piedra, inmóvil. Así yació él


acostado, tres días, yacente como muerto, echado sobre su lecho, sin
moverse ni agitarse; después de tres días revivió y se puso en pié.
Por esto le llamaron R. Micael el Ángel. Hay testigos de que sus pa-
dres procedían de la casa de David, y su madre del linaje de R. Ra-
bana, citado en el Talmud. Este maestro R, Isaac ben Shar Hesed,
estableció cátedra en Toledo, en la Madraza de R, Abraham ben Al-
Nakua, durante 42 años; pues cuando vino entre los expulsados de
Francia, el gran patricio, príncipe y sátrapa, R. Abraam ben Susán
lo trajo a Toledo y alimentó y sustentó todos los días de su vida,
habiendo estado él también en la Academia de R. Asher. Luego des-
pués de la muerte de R, Abraham ben Susán, fué compañero del
sabio R. Abraham ben David ben Shuan, quien compuso libros
sobre el Talmud a los que llamó ALIOT (1), del maestro R. Je-
hudáh ben Asher, del sabio maestro Meir ben Shushán y del maestro
Zira btn Shushán. Toda esta gran familia fué la que le hizo regalos
y sustentó toda su vida, hasta que murió de peste en el año 5071 (2).
Murió el maestro Salomón hijo del maestro Abraham, discípulo de
R. Joña, en Barcelona, en el año 5071 (3) de la Creación.
Bá al Mordekai, discípulo del maestro Moséh de Cozzo y el maes-
tro Meir bar R. Baruk, murieron en el año 5072. Murió el maestro
Hayyim, hermano y maestro áz R. Asher, en el año 5074. Las TES-
HUBOT de Sansón ben R. Zadok, (4) discípulo del maestro Moséh
de Rothenburg, aparecieron en el año 5072. El maestro Bahyya ben
Asher, que comentó la Ley, discípulo de R. Salomón ben Adret, mu-
rió en año 5051. R. Samuel ben Amiel y el maestro David ha-Kohen,
fueron comentadores de la Ley, en Toledo, hasta que despertó Dios
los ojos de todo Israel y soltó su espíritu en el gran patricio, prínci-
pe y sátrapa, nuestro señor y nuestro maestro, el rabino Asher bar
Jehiel, el cual iluminó los ojos de todo Israel, desde el oriente del sol
hasta su ocasc, e hizo aparecer la luz en medio áo las tinieblas de
las estulticia y la fatuidad mas grande; estudió los fundamentos y
dogmas de la Ley, sus principios universales y sus particularidades c
hizo multitud de obras buenas; comentó los seis órdenes de la Mish-
náh y puso acentos divisorios al Talmud; no había sido visto como

(1) Polvos aromáticos (Cant. Cant. 3,6).


(2) Cenáculos.
(3) Según A. Harkavy.
(4) Según A, Harkavy,
DE GRANADA Y SU REINO 269

él otro varón en toda la tierra; por esto fué apellidado R. Asher (1);
jDios le recompcse su obra! Murió en Toledo, en el año 5081,
De los mejores discípulos suyos fueron; el maestro ¡sacar bar
Jekutiel ha Leví, quien siguió sus pasos desde Alemania para apren-
der de él y empaparse de sus doctrinas; murió en el ano 5092, des-
pués de haber hecho un compendio bueno al BA AL HA TERUMOT.
El maestro Jeroham de Provenza, que vino para aprender con
R. Asher, que compu.^o el ADAM y EVA y las MESHORIM (2) hbros
ellos muy notables, y que murió en el año 5094. Otro de los discípu-
los notables de R. Asher fué R. Isaac Israel que compuso el YESOD
OLAM (3) para honrar a R. Asher. Este maestro Israel, penetró en
el sentido de todas las ciencias y era admirable en la enseñanza
árabe (4) conforme a la Masora; comentó la Ley en sus 24 libros.
También fueron discípulos de R. Asher sus tres hijos: El maestro
Jehiel que murió de corta edad, el maestro Jehudáh ben Asher que le
sustituyó en la cátedra y el maestro R. Jacob que compuso el BA AL
HA-TURIM (5), Por el consejo de dicho maestro se condujeron en
todo el reino de España y por el mismo se guiaron los libertados que
restan en el reino de Fez hasta que vino el Maestro de justicia.
El maestro David Abudraham discípulo de R. Jacob, comentó las
HA-TEFÍLOT (6) en Sevilla, en el año 5l00. Murió R. Jehudáh ben
Asher, en Toledo en el año 5109. El maestro Leví ben Gershom, lla-
mado nuestro León, que comentó la Ley en sus 24 libros, fué muy
sabio en la filosofía griega y en las demás ciencias. Murió en Perpi-
ñán en el año 5150. El maestro Menahem ben Zerah, hijo del santo
R. Aarón, que vino cuando la expulsión de Francia, escribió el ZE-
DÁH LADDEREK (7) para honrar a Don Samuel Abarbanel, conoci-
do por Juan de Sevilla, discípulo de R. Jehudáh ben Asher y también
del maestro Jeshua ben Sho ib que comentó la Ley. Murió en Toledo,
en el año 5134. El maestro Isaac bar Sheshet, el maestro Hasdai
Grescas y el maestro Simeón Duran, fueron discípulos de nuestro
maestro Nisim. El maestro Isaac ben Sheshet mencionado, fué muy

(i) Prosperidad, felicidad.


(2) Las Virtudes.
(3) Fundamento del Mundo.
(4) Scgúd A. Harkavy.
(5) Señor de los Montes.
(6) Las Oraciones.
(7) Viático para el Camino.
270 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

sabio en el Talmud y compuso SHEILTOT y TESHUBOT (1), se fué


a la ciudad de Argel desde Mallorca; él y R. Duran escribieron mu-
chas obras. Murió R. Salomón (2) y le sucedió en su cátedra, R. Ze-
mah quien, a su muerte fué sustituido por R, Simeón bar Zemah.
Estos, todos ellos muy sabios, vivieron en Argel El año en que mu-
rió el maestro Simeón bar Zcmah, fué el 5270. Sus discípulos fueron:
El maestro ben Hasdai, R. Maíhathia ha-Hisgari y el maestro Josef
Albo, autor del SÉFER HA EKARIM. (3)

El maestro Isaac Campantón y los grandes sabios que florecieron

en España, cada uno maestro en su lugar

El gran maestro Isaac Campantón estudió con su padre, enseñó


la Ley a Israel y formó muchos discípulos, siendo de ellos mi padre
y R. Salomón — de bendita memoria— gran conocedor del Tfilmud,
que aprovechó las enseñanzas del maestro durante más de 20 años,
El maestro Isaac de León, que fué un sabio en todas las ciencias y
formó también numerosos discípulos, siendo uno de los mejores el
maestro, santo y piadoso que santificó a Dios en Portugal, el maestro
R. Simeón Maimí— de bendita memoria.— El maestro Isaac Aboab,
R. Moséh el Francés, R. Shem Tob ben Shem Tob y el gran maestro,
favorecedor de sus amigos, Samuel El-Valensí— de bendita memoria
—quien a su v^z tuvo muchos discípulos entre ios mejores, el marti-
llo fuerte, el de agudeza de ingenio, el maestro Josef Uzziel y el maes-
tro Moséh Alliegna. Otros, además de los mencionados, estudiaron
con el maestro Isaac Campantón, en los primeros años de su vida,
siendo ya en el final de ella, cuando lo hicieron el maestro santo y
piadoso R. Moséh El-Valensí — de bendita memoria— y algunos gran-
des sabios aquí no mencionados. El grande y piadoso maestro R. Shem
Teb Lerma, que fué uno de los más distinguidos discípulos del maes-
tro Isaac Aboab, se quedó en la cárcel, en la capital de Portugal, des-
pués que llegaron a Fez los judíos expulsados, junto con el sabio
Morí, el maestro R. Jacob Lual y R. Abraham Saba. Al cabo de un

(1) Preguntas y Respuestas.


(2) No se sabe fijamente quién fué este R. Salomón,
(3) El Libro de los Fundamentos,
DE GRANADA Y SU REINO 27Í

tiempo fueron a la ciudad de Arcila, en un barco frágil, siendo la in-


tención de sus enemigos que se sumergiesen en el mar, mas Dios hizo
un milagro con ellos, pues desembarcaron en Arcila, como hemos di-
cho, maltrecha la nave, sin patrón ni marinero, solo por la misericor-
dia de Dios que los guiaba. Murió el maestro Isaac Campantón en
Peñafiel, en el año 5223, después de haberle sobrevenido varias des-
gracias, yendo errante y vagabundo por todas las tierras, de aquí
para allá, por causa del terror real. He oído decir, respecto de él, que
cuando era perseguido por los príncipes se echó sobre el sepulcro
del grande e insigne maestro R, Isaac Gikatilla, y que, al levantarse de
dicho sepulcro, dijo a sus discípulos: «De hoy en 8 días moriré». Es-
tos maestros mencionados, discípulos todos ellos del maestro, ense-
ñaron la Ley en España hasta el tiempo de la expulsión, en que hu-
bimos de salir de allí, como vamos a referir luego.
27^ REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

CAPITULO' TERCERO

De la historia de algunos reyes de España y de las aflicciones que


sufrieron los judíos hasta el año de su expulsión

El rey D. Fernando comenzó a reinar en el año 4775 (1) de la


Creación, mil diez y seis de los cristianos. En el año 34 de su reinado;
mandó pedir al rey ben Habib (2) de Sevilla los restos del gran sa-
bio Isidoro, que condujo a León para que fueran sepultados allí. Con
motivo de estz suceso nos vemos precisados a escribir los hechos
que aparecen referidos luego por causa de que, en nuestro tiempo,
nuestros ojos han visto algo de lo que escribió el sabio Isidoro, quien
profetizó grandes cosas que habían de ocurrir después de algunos
años. Yo he oído decir que este sabio aprendió con un sabio judío;
pues, cuéntase que cuando Tito fué a Jerusalén iba con él el padre de
Isidoro, prefecto de la provincia de Sevilla, y al ser conquistada la
ciudad por Tito se lanzaron los jefes del ejército a la presa y al botín,
habiéndose lanzado a ello, por lo tanto, el padre de Isidoro, encontró
una casa grande, y he ahí que cuando quería salir de la casa se fijó
en el muro y, por su perspicacia, vio la forma de una puerta en la
pared, destapó el muro y encontró una habitación grande, llena de
libros, en la cual había un anciano que estaba leyendo. Maravillóse
mucho el padre de Isidoro, y habiéndole preguntado por qué estaba
en aquel lugar, respondióle dicho sabio: «Hace ya algunos años que
yo sabía que sería asolada Jerusalem, por lo cual edifiqué esta casa
y habitación, reuní conmigo estos libros para leer, me retiré en vida
y dije: iQuizás salvaré mi persona de la presa!» Entonces él le hizo
salir de allí y se lo llevó luego a Sevilla, honrándole y ensalzándole.
El prefecto tste tenía un hijo llamado Isidoro, quien estudió con el
sabio mencionado, edificó una grande casa en las afueras de Sevilla,

(1) Vid. J. Loeb. «Revue des Etudes juives». Tom. XVII, pág. 86.
(2) BenAbbad,
bÉ GRANADA Y SU REINO 2^3

que todavía existe en el día de hoy, y escribió cosas venideras que


habían de suceder en el mundo hasta que venga nuestro Mesías, con-
forme alo qu2 aprendió del sabio maestro, algunas de las cuales
hemos visto por nuestros ojos. Envida del rey antes mencionado vi-
vió R. Samuel ha-Ndguid— de bendita memoria— y en su tiempo (1)
los cristianos tomaron a Jerusalem — sea ella reedificada y restaurada
presto en nuestros días — del poder de los musulmanes, en el año
4950, En el año 4785 fueron tomadas Fraga y Tcrtosa del poder de
los musulmanes. En el año 4950 volvieron los musulmanes a tomar a
Almería, que estaba en poder de los cristianos desde el año 4916.
El rey D. Alonso, el de la mano cortada, entró a reinar en el año
4862 (2), que era el año 1102 de ios cristianos, y tomó a Toledo del
poder del rey Yahia, pari* nte dei rey Maimún, aliado de aquél, en el
día 4 de Mayo del año 4882, d¿spués ¿rHtrn sitio de siete años. Luego
tomó mu-^hos lugares del poder de los musulmanes, y después fué
constituido emperador sobre el reino de Castilla. En su tiempo murió
el maestro El-Fezí— de bendita memoria. — En un jueves, el día pri-
mero del mes de Ab del año 4906, fué tomada la plaza de Castro de
León y quemada la ciudad de ios judíos, quienes fueron hechos pri-
sioneros, sufriendo las mayores opresiones y angustias. Los habían
estado sitiando dos reyes, el rey D. Alonso de Castilla y el rey D. ju-
me de Aragón, desde el 3 de Shc;bet hasta el jueves, día primero del
mes de Ab. Todos ellos, hombres, mujeres y niños, con R. Hananeel
Elul a la cabeza, fueron llevados al cautiverio, en un áíá de sábado.
El rey D. Hernando de Castilla y León, hijo del rey D. Alonso,
entró a reinar en el año 4992. El casó con Beatriz, hija de Feüpc em-
perador de Constantinopia (3), tomó a Córdoba y a todas las ciuda-
des de la frontera en el año 4996; después conquistó a Sevilla, mu-
riendo allí en el año 5004 (4).
El rey D. Alonso, hijo dtl mencionado rey D. Fernando, comenzó
su reinado en el año 5012 que era el 1290 (5) dtl Cómputo de Cé:>dr;

(1) 5egún I. Locb loe. cit., el íexío debe ser ccrrerido como signe: «En £,;; tiem-
po fué tomada Jerusaleni—sea...— por los cristianos, en el año -ÍTtf^, habiendo sido re
conquistada por los musulmanes, en el año 4'.'50.
(2) Según }. Loeb, Ice. cit, el autor dá las— tres fechas equivocadas porque sc¿,u-
ramente parte de la era de César, anterior—, de 38 años, a la cristiana. Restüiico «l
número 38 a dichas fechas, se obtienen las precisas.
(3) Felipe de Suabia.
(4) Con J. Loeb, loe. cit. correg. 5012.
(5) En el texto 290.
1 ouo xu 33
274 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

casó con doña Violante, hija del sabio rey D. Jaime de Aragón; reci-
bió la sabiduría de R. Moséh bcn Nahman — de bendita meriOiia — y
tuvo dos hijo:?, D. Fernando y D. Alonso de la Cer-ia. En el cuarto
año de su reinado encargó a Jehjdáh ben Moséh que tradujese del
lenguaje griego al vulgar el libro notable que compuso el sabio Abu
Hesain Abd el Rahmán ben Ornar, tratando de cuestiones relativas a
los astros y a los signos del Zodíaco, y a la manera como el'os están
dibujados en el cielo. También se copiaron entonces las tablas que
compuso el rey sobre ciencia astronómica, las cuales, según atestigua
un sabio de nuestro país que vio dicho libro, estaban todas escritas
en letras de oro puro, afirmando que quien no hubiese visto tal hbro
no había visto la cosa más rica y más hermosa dei mundo. Dicho rey
que fué un sabio en todas las ciencias, compiló y arregló todas las
órdenes y pragmáticas legales de los suyos, a fin de juzgar por ellos
a todos los pueblos de su reino, y las distribuyó bdjo el título LAS
SIETE PARTIDAS, mandando guardarlas y ejecutarlas, de suerte
que, según ellas, juzgaran todas los jueces de su reino. Dicha obra se
extendió por todos los países, habiendo convenido todos los reyes
príncipes y sabios de su tiempo, y los posteriores, en conducirse por
medio de ella hasta hoy.
El rey D. Sancho, hijo del mencionado rey D. Alonso, comenzó
su reinado en el año 5052; reinó 12 años y tomó a Tarifa.
El rey D. Hernando, hijo del rey D. Sancho, principió a reinar en
el sño 5062, durando 11 años su reinado. En su tiempo ocurrió la
expulsión de Francia. Los historiadores dicen que este rey decretó la
muerte de dos hermanos nobles, haciéndoles ir al desierto,, a una tie-
rra solitaria, y mandándoles arrojar desde el pico de unas rocas, y
que en el acto del juicio clamaron y dijeron: «Entiendan todas las
gentes que el rey ha decretado matarnos, sin juicio y contra la justi-
cia, yno ha querido aceptar nuestras pruebas; por esto, nosotros le
emplazamos a que iiá y se verá con nosotros dentro de 30 días».
Israel fué testimonio de que murió el rey, en Jaén, al término de los
30 días.
En el año 5078 (1) se encendió la ira de Dios contra su pueblo;
pues muerto el rey de Francia, que reinaba también en Navarra, se
levantaron los naturales del país para destruir y matar a todos los
judíos de Castilla, tnatando en Navarra, Castilla y los restantes lu-

(í) Con J. Locb, loe. cit corr.5088,


DE GRANADA Y SU REINO 275

gares irnos seis mil judíos. En aquei año murió el maestro Ashcr—
de bendita memoria.
Eniró a reinar D. Alonso, el Bueno, hijo del rey D. Hernando,
yerno de D. Juan Manuel, en el año 5117 (1), gobernando 42 años.
Tuvo 8 hijos (2), D. Pedro, D. Sancho, D. Fadrique, D. Tell >, Don
Juan, D. Hernando y D.^ Leonor— los huesos de todos ellos vayan
al infierno. Este rey tomó a Gibraltar, Alcalá, Algeciras, Üibera y
otros lugares. En su tiempo volvieron los musulmanes a recobrar la
plaza de Gibraltar y el rey murió de peste, cuando la sitiaba de nue-
vo, en el viernes santo del año 5110 (3) de la Creación; inmediata-
mente se levantó el campamento y el rey fué trasladado a Sevilla,
siendo sepultado allí. JEn sus días existieron el príncipe Don Joscf
Buisma y el insigne maestro R. Josef ben dkatilla, los cuales compu-
sieron grandes obras en la ciencia de la tradición; también en dicha
época, en el año 5110, los judíos del reino de Castilla fueron hechos
cautivos por Gonzalo Martín de las Castillas. Por aquel mismo tiem-
po murió R. Jehudáh ben Asher— de bendita memoria.
El Rey D. Enrique, hijo del Rey D. Alonso, mató al rey D. Pedro,
su hermano, sobreviniendo entonces una gran tribulación a toda la
Congregación de Castilla. La santa Congregación de Castilla fué cas-
tigada fuertemente, hasta el punto de que algunos comieron la carne
de sus hijos y de sus hijas, habiendo muerto en la opresión 28.000 ju-
díos, entre pequeños y mayores; sólo quedaron unos pocos, a quienes
el rey impuso tributos, hasta que no quedó un pedazo de pan para
los que continuaron habitando en el país. Esto fué en el año 5130,
siendo la señ^l: «Déte prisa, prontamente». En su tiempo murió don
Samuel ha-Leví de Toledo, en la cárcel, a consecuencia de los grandes
castigos que ordenó ejecutar contra él el rey D. Pedro (4). En dicha
época existió el maestro Labrat ben Gínnah.
El Rt-y D. Juan, hijo del rey D. Enrique, reinó 23 años; él mandó
abolir ei Cómputo de César, por el cual coi^taban todos los pueblos,
y ordenó contar por el de Jesús Nazareno. En su liempo se levanta-
ron los enemigos de los judíos y efectuaron en ellos, a voluntad, una

(1) j. Loeb, ibd. corr. 5067.


(2) Pasaje corructo; falta D, Enrique y otro D. Pedro, los dos bastardos, y sobra
D.* Leonor.
(3) Según Josef de Arévalo (Neubauer. Mcd. Jcw. Chr. Vol. I, página 97). En el
texto, 5230.
(4) Ibid., pág. 98. D, Pedro. En el texto, D. Hernando.
276 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

mortandad horrible y exterminante, tomaron a sus hijos y mujeres


para venderlos como esclavos, y se llevaron a las hijas, lanzándolas
a la prostitución. Por orden d¿l rey, que todavía era joven, en el año
5150 más de 200.00 J judíos trocaron su Ley por la Ley de un Dios
extraño de la íivTra. Esta era la señal: «Dios celoso» (1). En este
mismo año hubo persecuciones en S 'vilia, Valencia, Lérida, Barcelo-
na yMallorca, Dicho rey, yendo montado a caballo, cayóse, siendo
atropellado y muerto.
El rey D. Pedro, hijo del rey D. Juan, reinó 14 años, muriendo en
el año 5165. En su tiempo existió el maestro Don Meir Alguadesh.
El tonsurado Fray Vicente — sea su nombre execrado y maldito —
por medio de Doña Catalina, la reina, y de D. Hernando, rey de Ara-
gón, hizo una gran persecución contra los judíos, de los cuales más
de 200.000 cambiaron su Ley en el año 5172. En este misn:o rño ocu-
rrió una calamidad enorme, pues Dios hizo levantar un viento proce-
loso que conmovía a los montes y quebrantaba a las peñas, destro-
zando atodos los barcos que estaban en el mar y abatiendo a todos
los árboles del campo.
Ambas calamidades las trajo Dios sobre los israeHtas por causa
de la iniquidad de ellos. El rey D. Juan de Portugal recibió a todos
los opri'.nidos, a pesar de que le calumniasen los cristianos. Este rey
se fue a la ciudad de Ceuta, la gran ciudad situada a la orilla del mar
á¿\ Aiagreb, en una extensión de una hora, y encontró allí una g'-uesa
piedra, en la cual estaba escrito: «Fué edificada la ciudad de Ceuta
por Sem, hijo de Noé».
El rey Don Juan, hijo del rey Don Enrique (2), rey de Castilla,
entró a reinar en el año 164 (3) y gobernó 49 añ.^s. En su tiempo fué
tomada Constaníinopla, la populosa ciudad, por el rey de Turquía,
en un miércoles, el 21 de Mayo. R. Menahem ha - Aruk, que fué muy
S'jbio, murió en Z^^mora, en el año 5171. Ei piadoso maestro R. Shem
Tob ben Shem Tob, murió en Vailadolid en el año 192. En Vallado,
ji i, fué ejecutado Don Alvaro de Luna, maestre de Santiago, por
Q-nen del rey Don Juan en el año 5213. Murió el rey Don Juan en
5214.
Ei rey D. Enrique, hijo del rey D. Juan, reinó 28 años. En su tiem-

(1) Alusión a Ex. 20, 5.


(2) En el texto, Fadr'que, que debe corregirse por Enrique.
(3) Esta fecha y algunas otras que siguen son según el Cómputo menor, que
suprime los millares. En nuestro caso, hay que contar: 5164, 5192, etc.
DE GRANADA Y SU REINO 277

po, el Tpy D. Alfonso, hijo de D. Duart?, rey de Portugal, con un po-


deroso ejérciio, tuvo un ercuentro con los musu manes, quienes le
mataron más de dos mil bravos guerreros, entre ellos siete príncipes»
en el año 5223. En este mismo año murió la luz de Israel, el gaón
R. Isaac Campantón— ben ita sea la memoria del justo—. En el año
238 el rey de Pcrtug 1, con un numeroso ejercito, marchó contra Ar-
día yTánger. Era el día sábado 24 de Agosto del año 238, En un
viernes, fl 26 de Siván del año 231, ocho judíos sufrieren el martirio,
en Sepú'veda; fueron ellos ejecutados por or ien judicial del rey, no
porque hubieran cometido crimen alguno; dos de ellos fueron despe-
dazados, otros dos fueron quemados y los cuatro restantes fueron
ahorcados.
En el año 238, el rey D. Alfonso de Portugal pretendió reinar tam-
bién en Castilla; marchó con sus p'íncipes y servidores, los primates
— unos 40.0(,.0 mil guerreros— y pl-ta y oro sin tasa, y combatió con-
tra el rey D. Hernando, entre las ciudades de Zamora y Toro. Los
príncipes de las ciudades de Cast.lla le ayudaban también, Mis«si
J^hvé no edifica la ciudad, en vano (rabajm los que la edifican». (1)
Pues compl. tamente bati-^o tuvo que volverse a su país, con todos sus
príncipes, dt-jando muertos más de 5,000 hombres. Esto sucedió en
un viernes por la tarde, en el tecer día de Adar del año 236.
El rey D. Fernando, perv-rso como el rey de Sodom i, se hizo fuerte
en el reino, junto con su maldita muj r, prosperó y formó un ejército
más poderoso que el que h-ibían tenido los reyes anteriores. En el
año 11 de su reinado el 242 según el Cómputo menor, después que
fué tomada Alhama por D. Rodrigo, marqués de Cádiz, los jueces del
rey empezaron n inquirir acerca de los oprimidos, respecto de su Ley,
y encontraron que todos ellos seguían fieles a la Ley del Dios Israel,
siendo a causa de esto condenados todos a la hoguera, y sus riquezas
confiscadas para el rey, confirmándose el dicho del profeta: «Arrojé
la tercera parte al fuego». Dios tomó venganza de ellos, muchos de
los cuales sufrieron el martirio. En aquel mismo año el rey ordenó
separar las viviendas de los israelitas de las de los otros habitantes*
En el año 5245, en el día 8 de Hishwán, sobrevino una lluvia que duró
60 días. En el año 247, fué tal escasez de lluvias, que casi no llovió.
En este mismo año tomó el rey la ciudad de Málaga, en el sábado»
día 9 del mes de Ab, después de haberla sitiado 4 meses.

(1) Pág. 127, L


278 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HlStÓPiCOS

Fueron hechas ciuUvos ídíjs ¡os hDín'^res di id ciuhd, entre los


cuales 400 israelitris, a quienes redimieron las Comunidadas de Cas-
tilla. Luego d<'5pués tomó a Granada, que había estado en poder de
los musulmanes cerca de 800 óños.
En el año 252 se encendió la ira de Dios contra su pueblo (1),
«veló sobre la maldad y la trajo sobre nosotros, porque el Stñor Dios
nuestro e justo» (2). «El no obró con nos. tros stgún la medida de
nuestros pecados ni a proporción de nuestras iniquidades nos retri-
buyó') (3), «pues nuestras iniquidades se elevaban más arriba de la ca-
beza, ynuestros delitos hibían crecido hista el cielo». El nos juzgó
por debajo de nuestras iniquidades y, si no hubiera sido por su mise-
ricordia yel pacto de los padres que recordó, casi hubiéramos sido
como Sodoma, por causa de las maldades, prevaricaciones y el orgu-
llo grande que imperaba entre todos ios nuestros del reino de España
(4). «Esta había sido también la iniquidad de Sodoma: el orgullo, la
hartura de pan». Pero más grave que esto fué todavía el que se olvi-
dara la Ley de Israel, a trueque de la sabiduría de las cosas profanas,
y que el engordar la bestia humana era su preocupación, de suerte
que no eran adictos a la ley oral sino los pobres y desgraciados. Se
encendió, pues, la ira de Dios contra su pueblo, y lo expulsó de las
ciudades de Castilla por medio del rey D. Hernando y el consejo de
su maldita mujer, la perversa Isabel. El decreto fué promulgado en el
mes primero del año, o rea en Nisán, que para los judíos no fué de
alegría, sino de tri.steza y llanto. Salió el prejjonero por todos los do-
minios del reino de España, y anunció vigorosamente: «A vosotros,
judíos que habitáis en todo mi reino, se os emplaza para que, de
orden mía, salgáis de mi país dentro de tres meses. Todo aqu 1 que no
obedezca, todo aquel que se rebele contra una orden de esta Uy, será
muerto». En todos los lugares en que llegaron las pilabras del rey y
la ley suya, hubo grande luto para ios judíos, quienes se entregaron
al ayuno, los llantos y lamentos, poniéndose muchos A saco y la ce-
niza, en aquel prim.er día de la Pascui. En los lugares de la alegría
fluyeron las lás^rimas y se precipitaron sobre los ázymos y las hier-
bas amargas. Todo el pueblo lloró, en la noche aquella, y hubo una
tribulación enorme. Desd¿ el día de la Pascua hasta el octavo día de

(1) Dan. 9, 14.


\Z) Ps. 103, 10.
(3) EzT. 9, 6.
(4) Ez. 16, 49,
DE GRANADA Y SU kElNO 279

rs T?bemáci]los, salieron todos los ejércitos de Dios de la tierra de


España; toios los valerosos a quiea¿s tocó Dios el corazón abando-
naron su h-'reiad, d-j iron su país y se dirigie^-on a buscar la palabra
áz Dios y d D ;vid, su re^, en el nur y en la tier^-a firme, con el cora-
zón perfecto y el a m^ anh^'ante; de ellos, algunos se f^^eron a la tie-
rra de Israel y a los países de Amasia, Grecia y Turquía, y otros
muc os se refugiaron fn el reino de Portugal, bajo el poder del rey
D. Juan, hijo del rey D, Alonso, donde dejaron todas sus riquezas,
su plata, oro, hijos e h'jas. El enemigo rey D. Juan— su nombre sea
borrado — obró grandes crueldades, j:^más ocurridas en ningún otro
reino; tomó a cerca de 800 niños, hi os e hijas que todavía eran lleva-
dos en brazos, y a quienes los judíos educab .n, y los envió a una
isla del mar, una tierra desierta, un lugar de serpientes y avestruces
en que las panteras est..ban mezcladas con los chacales, un macho
cabrío ll-.maba al otro, y donde pacíficamente habitaba el espectro
nocturno, encontrando allí su descanso. Muchos de ellos murieron
allí, y los que quedaron se casaron unos con otros, para poblar aque-
lla tierra, donde continúan hasta hoy, iQu:én oyó cosa parecida y
q-jién vio hechos semejantesl (1) «¿Te estarás quieto, Jahvé, en pre-
sencia de todo esto? ¿Callarás y nos rfligirás sobremanera?» Espera-
mos la luz y alií están las tinieblas. Esto fué lo que profetizó Isaías
(2): «Como para retribuir, como para retornar la ira a sus enemigos»
da el pago a sus adversarios, etc.. Porque vendrá como río el enemi-
go, etc.. y vendrá a Sión el Redentor». Ciertamente tribulación mayor
que ésta no la hubo jamás. También sobre ellos había sido profetiza-
do (3): «Qué paga me dais vosotros a mí, etc.. yo me vengaré; la san.
grc de ellos no dejaré impune, etc.» Todas estas consolaciones divi-
nas ylo que se había de ejecutar en ellos ya lo habían escrito todos
los profetas con relación a este destierro amargo y duro, y a todas
las persecuciones y expulsiones que sobrevinieron a nosotros y que
me he propuesto escribir. Muchos judíos, de entre ellos los magnates,
príncipes y jueces, continuaron h ibitando en sus casas y cambiaron
su Ley por la Ley del Dios extraño de la tierra, abandonan n a la
Fuente de Aguas vivas y al Rey del mundo y sirvieron a otros dioses
que no conocían; dioses que no recompensan, que son leña y piedra,
que no se alegran ni se regocijan, no hacen ningún bien. A la cabeza

(1) Is. 64, 12.


(2) Is. 59, 18; 19, 20.
(3) loe. 4, 4, 21.
280 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

de la multitud de los apóstatas estuvo el maestro Don Abraham She-


nior, Rabino de la Comunidad de España, con sus hijos y bienes, al
qUí* imitaron algunos miles. En cuanto a los rabinos, fueron borrados
del Libio de la Vida porque pecaron e hicieron pecar a otros muchos;
pues los ojos de muchos estaban «uspeiididos en ellos y, por eso, el
pecado de muchos a ellos fué imputado. De los magnates y jefes de los
judíos de Espdñd no salieron sino algunos pocos, que se dirigieron a
la muerte para Santificar a Dios y ofrecieron públicamente sus cuer"
pos ora a la mueite, ora a los castigos. De éstos, fué e! más notable
el gran patricio, príncipe y sátrapa, el sabio perfecto, el maestro don
Isaac Abravanel — bendita sea su memoria— que santificó a su Dios,
en Francia, a los ojos del Rey y sus príncipes; hubo también otro, el
sabio Don Salomón Sehnier, el viejo, hermano del rabino mencionado-
Todos los sabios de España, gran les y pequeños, y sus escolares o
adherentes, declararon limpios de culpa a los rabinos, y semejante
justificación fué a ellos imputada y adscrita a la cuenta que a ellos
pertenece: «El tiempo pasará, mas ellos no pasarán».
No escribiré sino parte de las tribulaciones que sobrevinieron a
los expulsados que se refugiaron algunos de ellos en la ciudad de
Fez, bdjo el poder del gran R¿y, piadoso entre los piadosos del mun-
do, Muley Shdik, que recibió a los judíos en todo su reino y se portó
bien con ellos. Otros se refugiaron en Salé, que está situada en el fin
del mar de Magreb, donde sufrieron muchas penalidades de parte de
los incircuncisos Tomás y Julián, quienes se apoderaron de las hijas
de Israel y afligieron a los hombres ejecutando en ellos grandes e
iníiuditas abominaciones e injurias, hasta que llegaron a la ciudad
de Fez. También nlgunos de ellos, entre castigos y aflicciones crueles,
se refugiaron en la ciudad de Arcila, bajo el poder del Namrud, el
perverso, impuro, etíope maliciosísimo, el capitán del Rey de Portugal,
prefecto de Arcdcí, llamado conde de Borba. Este hizj tola clase de
mala los judíos, a quienes rechazó con violencia, debien lo irse hacia
el Rey de Alcazarquivir, en el camino de donde les salieron al en-
cuentro los árabes, que se ensañaron con ellos, tomándoles todo
cuanto tenían y dejando desnudos a los hombres, mujeres y niños,
que en conjunto formaban una grande comunidad. Otros se reunie-
ron en Badis, bajo el poder de Muley Mansur, quien se portó muy
bien con los israelitas, hasta que se trasladaron a Fez con sus rique-
zas ybienes. Hubo algunos que se refugiaron en Larache, los cuales,
cuando volvían a Alcázar, se encontraron con los árabes, que hicie-
ron con ellos grandes atrocidades; unos murieron de sed, otros co-
DE GRANADA Y SU REINO 281

mieron cachorros de león, según profetizó Isaías— con él sea la paz —


en el oráculo contra Arabia (1): «En el monte, en la Arabia, pasaréis
la noche, ¡oh caminantes de Dedanim! Al encuentro del sedierjto lle-
vadle aguas etc » Finalmente, los que quedaban de la evasión vi-
nieron aFez ¡sea edificada la ciudad de Diosl— en donde se con*
gregó toda la grey, grandes y pequeños, sabios e inteligentes, en-
tre los cuales mi padrc—de bendita memoria— quien, a la edad
de 70 años, después que hubo enseñado la Ley a Israel, murió
en el lunes de Pascua del año primero de la salida de los hijos d«
Israel de la tierra de España. En este tiempo murieron, en el reino
de Portugal, nuestro señor y nuestro maestro, el maestro R. Isaac
Abohab— de bendita memoria— y el gran sabio y filósofo, hijo de
sabios y de los Reyes que hubo en Oriente, el maestro Shem Tob ben
Shem Tüb— de bendita memoria—. Los dos grandes leones, los maes-
tros que enseñaron la Ley a Israel, murieron en Castilla en el mismo
año, unos dos años antes de la expulsión; ellos fueron: El maestro
R. Isaac de León y el maestro R. Samuel Valensí— de bendita memoria
Después de la Pascua sobrevinieron a los israelitas varias tribu-
laciones todas
y las execraciones escritas en el Libro de la Ley, au-
mentadas en una porción de cosas. Después que hacía unos ocho
meses que habitaban en la ciudad de Fez, en el mes de Tammuz, saltó
fuego en medio de los judíos, habiendo sido quemados en un mo-
mento varios hombres; el fuego salió, sin duda, del cielo, habiéndome
yo salvado— tenía entonces 11 años— . Esta fué una tribulación tan
grande como no había acontecido jamás. Sucedió en la mitad del día,
realizándose lo que dijo el profeta (2): «Yo haré que se ponga el sol,
al medio día, y cubriré de tinieblas a la tierra, en el día claro. Quien
creyó a nuestros nupcios?>' Se cumplió también \o que había profeti-
zado Ezequiel (5): «Una tercera parte quemarás al fuego, en medio
de la ciudad, cL:-;r:do se cumplieren los días del cerco, y tomarás una
tercera parte, y li'M-irás con cuchillo, alrededor de ella, y una tercera
parte esparcirás cl viento, y yo desenvainaré mi espada en pos de
ellos»; pues, inine-üatamente, tras del enorme incendio menc'onado,
vino hambre y unn gran peste, muriendo, unos aquí y otros allá, más
dv' 20.000 israelita: ^, en la ciudad de Fez y en las otras ciudades del
su alrededor. En presencia de esta gran desgrac!?. algunos volvieron

(1) 15.21,13,14.
(2) Am. 8, 9.
(3) Ez. 5, 2.
Tomo im 34
282 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

a tierra de cristianos, pues decían: todos nosotros moriremos; y otros


huyeron a las tiendas de lus musulmanes, a Moal), que ios mató, y
muchos murieron por las calles y plazas. Las hijas de Israel iban
desnudas, siendo a ellas a quienes aludió Isaías— con él sea la paz-
cón estos versículos (1): «Mujeres reposadas, levantaos, oid mi voz»^
Después de estos sucesos, en el año 257 según Cómputo menor^
se enc' ndió, otra vez, la ira de J ihvé contra su pueblo, de suerte que
no hubo remedio para él, aunque no fué r<;tribuída la iniquidad de
Israel como merecía. Murió el Rey D. Juan de Portugal, de muerte
repentina, y no dejó otro hijo capaz de reinar sino el de una concu-
bina, que subió al trono, despreciado, y a quien no fué prestado el
homenaje real. Este impío e incircunciso Rey Manuel, se aconsejó
con sus servidores, los primates, para borrar la simiente de Israel
quienes contestaron (2): «Venid, extirpémoslos de en medio del pue,
blo y no se recuerde el nombre de Israel jamás». Cuenta al pueblo y
promulga un decreto en todas las ciudades, para que los judíos estén
preparados a salir de esta tierra dentro de 12 meses. Luego le fué
aconsejado que no dejase salir ni entrar a los judíos, resultando la
Congregación de Israel como un rebaño sin pastor, yendo errante en
la tierra y rodeando a el desierto. De los hijos de los prevaricadores
de Israel, herejes y apóstatas, pstuvo a la cabeza el m.aldito Labán,
el arameo, Leví ben Shem Ra (3), quien pecó e hizo pecar a Israel
más que Jercboam. Este aconsejó al Rey que tomase las sinagogas y
las Madrazas y que aquel que pidiese una demanda al Dios del cielo
fuera descuartizado. De ello, sin embargo, no hizo ningún caso el
sabio y erudito R. Shen: Tob Lerma, quien después que el nuncio ha-
bía hecho el pregón, al momento en que tuvo voluntad de rezar las
preces del sacrificio de la tarde, se fué a su casa y oró, por cuyo mo-
tivo, sabida la cosa por el R¿y, fué prendido y oprimido, cargado su
pie con un grillete y con otras especies de aflicciones, habiendo lle-
gado a conocimiento de los judíos que había sido muerto por trans-
gedir el mandato real; Dios, sin embargo, lo libertó; y, como después
tampoco se recatase de servir a su Dios y de orar a su presencia,
públicamente, traspasando la Ley por segunda vez, fué condenado y
metido en la cárcel. Después de haber aconsejado Leví ben Shem Rá
que fueran confiscadas las sinagogas, aconsejó que se cogiese a los

(1) Is. 32, 9.


(2) Ps. 83, 4.
(3) Shem Rá ímalo), en lugar de Shem Tob (bueno).
DE GRANADA Y SU REINO 283

"hijos de Israel menores de 13 años y que se les hiciese pasar a la


Ley de Jesús. Habiendo sido esta cosa agradable al Rey, decretó que
en las ciudades todas de su reino fuesen arrebatados los niños de
sus padres y sus madres, siendo formidable el clamor de los peque-
ños, quienes, con voz amarga, decían: «¿Quién nos salvará de las
manos de los incircuncisos?». Sus padres clamaban también, con voz
acerba y dura, y no se sabía lo que se tenía que hjcer. A esto aludió
así Jeremías — la paz sea con él — (1): «Raquel llora a sus hijos» y no
en su proceder, hasta que cogió a los sabios, los sentenció y afligió ce-
jó con toda especie de opresiones, metiéndolos en la cárcel, cargados
con grilletes de hierro. Entonces muchos judíos cambiaron su Ley
porque no podían resistir a semejantes pruebas; mas hubo algunos
que ellos mismos se ahorcaron y otros que se entregaron a sí mismos
al martirio. A li cabeza de estos ú timos estuvo el m lestro, santo y
piadoso, de alma pura y cuerpo inocente como Elíseo, el de alas, el
maestro R. Simeón Maimi— de bendita memoria— que -^e entregó a sí
mismo con toda su casa y lo que tenía, hombres, mujeres y niños,
muriendo en la cárcel a consecuencia de exorbitantes opresiones.
También fué de los mismos el sabio, piadoso y santo R. Shem Tob
Lcrma, a quien sobrevinieron varias aflicciones, como antes hemos
dicho, habiendo sido metido en la cárcel, de la cual fué sacado luego.
Como Dios libró su alma de la muerte, vino al reino de Fez, junto
con el maestro Jacob Lual y el maestro Abrahám Sabá. Dios reiorne
nuestros cautivos y haga bien a nuestra posteridad, desde un princi-
pio; en la venida de nuestro Mesías nos alegraremos cuando al morir
nos escucharás, mira a tus siervos, tus creaturas, y pon tu palio sobre
sus hijos.
Acabó y se terminó el Libro de la Tradición. Alabado sea Dios —
bendito sea su nombre — quien no tiene fin ni término.

(1) Jer. 31, 15.


284 REVISTA DBL CENTRO DK ESTUDIOS HISTÓIUCOS

Libros y Revistas
Le*^ codes marocains, aunotcs des dahirs ct arrutes prís pour Icur
cxécution, par Emiic Larcher, profcsseur de la Faculté de Droit d'Al-
ger. Un vol., Alger, 1914.
o o o

Une elegie andalouse sus la Guerre de Grenade, texte árabe pu-


blié, traduit, aunóte et commenuté par Soulah Mohammed, agrcgé de
de l'université. Un vol., Alger, 1914-1919.
o o o

La zona Española Norte de Marruecos y El problema de Tánger,


por D. Antonio Martínez Pajares, doctor en Derecho. Folleto, Madrid,
1920.
Geschichíe des Jüdischeu Literatu von Gustav Karpeles. Dos
vols., Berlín, 1921.
o o o

Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.— Año XXVI.— Abril


a Junio de 1922. — Sumario: Adquisiciones del Museo Arqueológico
Nacional en 1920, por José R^iUión Mélida.— El Califato occidental,
por Ángel Rodríguez Falencia. — La orfebrería valenciana en la Edad
Media (coníiniuición), por José Sanchis y Rivera. — Estudios históri-
cos de la ciudad de Fraga: La A'jama de moros de Fraga (continua-
ción), por José Salarrullana de Dios. — La Patria y la Religión, según
Menéndez Pelayo, por Luis García Rives y José M.^ Gil Robles. — Re-
laciones geográficas, topográficas e históricas del Reino de Valencia,
etc. (continuación), por Vicente Castañeda y Alcover. — Notas Biblio.
gráficas.— Bibliografía. — Láminas sueltas.— Pliego 20 de la Guía de
Museos Arqu-^ elogíeos.
Año XXVí.— Julio a Septiembre de 1922.— Sumario: Adquisiciones
DE GRANADA Y SU REINO 285

del Museo Arqueológico Nacional en 1920, por José Ramón Mélida,—


Estudios históricos de la ciudad de Fraga (conclusión), por José
Salarrullana de Dios. — El Califato occidental (conclusión), por Ángel
González Falencia.— Paralelismo entre las instituciones fundamenta-
les de la sociedad céltica e ibérica, por Pedro Planas, S. L.— Relacio-
nes geográficas, etc., del Reino de Valencia (conclusión), por Vicente
Castañeda.— La Patria y la Religión, según Menéndez Pelayo (con-
clusión), por Luis García Rivesyjosé M.^ Gil Robles..— Notas Biblio-
gráficas.—Bibliografía —Láminas sueltas.— Pliegos 21 y 22 de la
Guía de los Museos Arqueológicos. Museo de Tarragona.
Año XXVI.— Octubre a Noviembre de 1922.— Sumarie: La imagen
de la Virgen en los sellos (estudio de Sigilografía española de los si-
glos XIII, XIV y XV), por Benito Fuentes Isla.— Sobre el origen e in-
fluencia de los cantares de Serta, por Carmelo Viñas M-y.—Parale-
lismo entre las instituciones fundamentales de la sociedad céltica e
ibérica, por Pedro Planas.— La orfebrería valenciana en la Edad Me-
dia, José Sanchis Givera. — Notas sobre dos códices lonhobardos, por
Jesús Domínguez. — Variedades: La encuademación del libro en Es-
paña, por el P. Guillermo Aníolín.— Notas Bibliográficas. --Láminas
sueltas.

Toda la correspondencia y envíos a D. José


Navarro Pardo, Profesor de la Facultad de
Letras, Secretario del Centro, Universidad de
Granada
REVISTA del Centro de Estudios Históricos de Granada y su
Reino, bajo la dirección de D. Mariano Gaspar Remiro, catedrá-
tico de la Universidad Central

Administrador: D. Ángel Garrido Quintana, catedrático de la Universidad de Granada

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dios Históricos de Granada y su Reino, Universidad Central, Madrid; y las obras,
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