Sferhakabbal 00 Abrauoft
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Torrutiel
Sefer ha-Kabbalah
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Séfer ha-Kabbaláh
(LIBRO DE LA TRADICIÓN)
DE
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POR
JAIME BAGES
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DS
Después de haber publicado la traducción del Séfcr ha-Kabbaláh
de R. Abraham ben David de Toledo, hemos creído conveniente dar
a luz la traducción del Séfer ha-Kabbaláh de R. Abraham ben Salo-
món de Torrutiel. Son dos libros que se completan mutuamente,
siendo el segundo una continuación del primero.
La parte más interesante del libro o crónica de Abraham de To-
rrutiel es, sin duda alguna, la que se refiere a la expulsión de los
judíos de España, decretada por los Reyes Católicos; el autor era uno
de los expulsados, siendo, por consiguiente, testigo presencial de
aquel hecho. En cua-to a las otras partes, hay relatos que adolecen
de excesiva concisión, mientras otros son demasiado prolijos, notán-
dose en el autor cierta inclinación a admitir como históricos algunos
hechos que no son otra cosa que leyendas. Tampoco se nota mucha
exactitud en la cita de fechas. Sin embargo, la obra es de positivo
valor, por reflejar el estado de los judíos en la época de su expulsión
de España, y por ser un índice de autores, de grandísima utilidad
para formar el inventario del patrimonio científico y literario judeo-
español.
Nacido R. Abrdham de Torrutiel en el término de Utíel, partido
de Requena, en Valencia, por los años de 1482, fué su padre R. Salo-
món descendiente, al parecer, de los célebres talmudistas, hijos de
Ashor, que se establecieron en España a raíz de las persecuciones
contra los judíos ocurridas en Francia y Alemania en el tiempo de
las primeras Cruzadas. Contando uno diez año^ cuando fué deste-
rrado de España, junto con su padre se refugió en Fez, donde hacia
el año 1510 escribió su crónica. Hasta ahora no se conocen otros
detalles de su vida.
El texto que ha servido para nuestra traducción, es el publicado
por A. Neubauer en su obra M?dia2val Jewish Chronides. Vd. I
Oxford 1887. Hemos consultado tdinbién la edición de A. Harkavy
en su apéndice al tomo IV de la Geschichtc der Juden de Greetz.
Otros autores consultados: P. Fidel Fita. Boletín de la R. Acade-
mia de la Historia Tomo X cuad. IV Abril pag. 245; f. Loeb. Revue
des Estudes Juives rom. XVII pág.74-87; M. Steinschneider, Die
Geschichts literatur der Juden in Drukwerken und Handscriften.
Frankfurt a M. 1905; y Th^ Jewish Encyclopedie /, 120.
Tomo xii 3j
Libro de la Tradición
DE
(INTRODUCCIÓN)
(1) Para reducir las fechas de esta crónica a nuestro Cómputo, añádase al nú-
mero d« los años la cantidad 240, y réstese del total 1000
260 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS
los reyes que hubo en tierra de España hasta el reinado del rey Fer-
nando— borrado sea su nombre — y las guerras que sostuvo contra el
reino de Granada; el tiempo de nuestra expulsión de España; todas
las aflicciones y persecuciones que sobrevinieron, ya en el remo de
Fernando, ya en Portugal, en los días del rey Manuel, por causa de
la perversidad de los prevaricadores de Israel; los beneficios que hizo
Dios con el resto de los libertados que queda hoy en el reino de Fez,
y los sabios que recibieron la tr<idición del mae-^tro Isaac Campan-
ton — de benditd memoria— .Menciono también allí algo de la historia
de los reyes de Fez hnsta el reinado del r^y justo, Muley Mohamed,
hijo del gran rey Muley El-Shaik, piadoso entre los piadosos del
mundo, quien recibió con agrado a los judíos expulsados de España,
y trató bien al pueblo de Israel hasta el día de su muerte, supuesto
que para dar vida lo había colocado Dios sobre el reino de Fez.
Además, mencionaré lo que dice el maestro Abraham Zacuto— de
bendita memoria— que vivió en el mundo, desde el año 5270 hasta el
año 285, según el cómputo menor. Referiré también en dicho capítulo
las salvaciones y consolaciones divinas que anuncian como próxima
la venida de nuestro Mesías. Amén.
DE GRANADA Y SU REINO 261
CAPÍTULO PRIMERO
CAPÍTULO SEGUNDO
él otro varón en toda la tierra; por esto fué apellidado R. Asher (1);
jDios le recompcse su obra! Murió en Toledo, en el año 5081,
De los mejores discípulos suyos fueron; el maestro ¡sacar bar
Jekutiel ha Leví, quien siguió sus pasos desde Alemania para apren-
der de él y empaparse de sus doctrinas; murió en el ano 5092, des-
pués de haber hecho un compendio bueno al BA AL HA TERUMOT.
El maestro Jeroham de Provenza, que vino para aprender con
R. Asher, que compu.^o el ADAM y EVA y las MESHORIM (2) hbros
ellos muy notables, y que murió en el año 5094. Otro de los discípu-
los notables de R. Asher fué R. Isaac Israel que compuso el YESOD
OLAM (3) para honrar a R. Asher. Este maestro Israel, penetró en
el sentido de todas las ciencias y era admirable en la enseñanza
árabe (4) conforme a la Masora; comentó la Ley en sus 24 libros.
También fueron discípulos de R. Asher sus tres hijos: El maestro
Jehiel que murió de corta edad, el maestro Jehudáh ben Asher que le
sustituyó en la cátedra y el maestro R. Jacob que compuso el BA AL
HA-TURIM (5), Por el consejo de dicho maestro se condujeron en
todo el reino de España y por el mismo se guiaron los libertados que
restan en el reino de Fez hasta que vino el Maestro de justicia.
El maestro David Abudraham discípulo de R. Jacob, comentó las
HA-TEFÍLOT (6) en Sevilla, en el año 5l00. Murió R. Jehudáh ben
Asher, en Toledo en el año 5109. El maestro Leví ben Gershom, lla-
mado nuestro León, que comentó la Ley en sus 24 libros, fué muy
sabio en la filosofía griega y en las demás ciencias. Murió en Perpi-
ñán en el año 5150. El maestro Menahem ben Zerah, hijo del santo
R. Aarón, que vino cuando la expulsión de Francia, escribió el ZE-
DÁH LADDEREK (7) para honrar a Don Samuel Abarbanel, conoci-
do por Juan de Sevilla, discípulo de R. Jehudáh ben Asher y también
del maestro Jeshua ben Sho ib que comentó la Ley. Murió en Toledo,
en el año 5134. El maestro Isaac bar Sheshet, el maestro Hasdai
Grescas y el maestro Simeón Duran, fueron discípulos de nuestro
maestro Nisim. El maestro Isaac ben Sheshet mencionado, fué muy
CAPITULO' TERCERO
(1) Vid. J. Loeb. «Revue des Etudes juives». Tom. XVII, pág. 86.
(2) BenAbbad,
bÉ GRANADA Y SU REINO 2^3
(1) 5egún I. Locb loe. cit., el íexío debe ser ccrrerido como signe: «En £,;; tiem-
po fué tomada Jerusaleni—sea...— por los cristianos, en el año -ÍTtf^, habiendo sido re
conquistada por los musulmanes, en el año 4'.'50.
(2) Según }. Loeb, Ice. cit, el autor dá las— tres fechas equivocadas porque sc¿,u-
ramente parte de la era de César, anterior—, de 38 años, a la cristiana. Restüiico «l
número 38 a dichas fechas, se obtienen las precisas.
(3) Felipe de Suabia.
(4) Con J. Loeb, loe. cit. correg. 5012.
(5) En el texto 290.
1 ouo xu 33
274 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS
casó con doña Violante, hija del sabio rey D. Jaime de Aragón; reci-
bió la sabiduría de R. Moséh bcn Nahman — de bendita meriOiia — y
tuvo dos hijo:?, D. Fernando y D. Alonso de la Cer-ia. En el cuarto
año de su reinado encargó a Jehjdáh ben Moséh que tradujese del
lenguaje griego al vulgar el libro notable que compuso el sabio Abu
Hesain Abd el Rahmán ben Ornar, tratando de cuestiones relativas a
los astros y a los signos del Zodíaco, y a la manera como el'os están
dibujados en el cielo. También se copiaron entonces las tablas que
compuso el rey sobre ciencia astronómica, las cuales, según atestigua
un sabio de nuestro país que vio dicho libro, estaban todas escritas
en letras de oro puro, afirmando que quien no hubiese visto tal hbro
no había visto la cosa más rica y más hermosa dei mundo. Dicho rey
que fué un sabio en todas las ciencias, compiló y arregló todas las
órdenes y pragmáticas legales de los suyos, a fin de juzgar por ellos
a todos los pueblos de su reino, y las distribuyó bdjo el título LAS
SIETE PARTIDAS, mandando guardarlas y ejecutarlas, de suerte
que, según ellas, juzgaran todas los jueces de su reino. Dicha obra se
extendió por todos los países, habiendo convenido todos los reyes
príncipes y sabios de su tiempo, y los posteriores, en conducirse por
medio de ella hasta hoy.
El rey D. Sancho, hijo del mencionado rey D. Alonso, comenzó
su reinado en el año 5052; reinó 12 años y tomó a Tarifa.
El rey D. Hernando, hijo del rey D. Sancho, principió a reinar en
el sño 5062, durando 11 años su reinado. En su tiempo ocurrió la
expulsión de Francia. Los historiadores dicen que este rey decretó la
muerte de dos hermanos nobles, haciéndoles ir al desierto,, a una tie-
rra solitaria, y mandándoles arrojar desde el pico de unas rocas, y
que en el acto del juicio clamaron y dijeron: «Entiendan todas las
gentes que el rey ha decretado matarnos, sin juicio y contra la justi-
cia, yno ha querido aceptar nuestras pruebas; por esto, nosotros le
emplazamos a que iiá y se verá con nosotros dentro de 30 días».
Israel fué testimonio de que murió el rey, en Jaén, al término de los
30 días.
En el año 5078 (1) se encendió la ira de Dios contra su pueblo;
pues muerto el rey de Francia, que reinaba también en Navarra, se
levantaron los naturales del país para destruir y matar a todos los
judíos de Castilla, tnatando en Navarra, Castilla y los restantes lu-
gares irnos seis mil judíos. En aquei año murió el maestro Ashcr—
de bendita memoria.
Eniró a reinar D. Alonso, el Bueno, hijo del rey D. Hernando,
yerno de D. Juan Manuel, en el año 5117 (1), gobernando 42 años.
Tuvo 8 hijos (2), D. Pedro, D. Sancho, D. Fadrique, D. Tell >, Don
Juan, D. Hernando y D.^ Leonor— los huesos de todos ellos vayan
al infierno. Este rey tomó a Gibraltar, Alcalá, Algeciras, Üibera y
otros lugares. En su tiempo volvieron los musulmanes a recobrar la
plaza de Gibraltar y el rey murió de peste, cuando la sitiaba de nue-
vo, en el viernes santo del año 5110 (3) de la Creación; inmediata-
mente se levantó el campamento y el rey fué trasladado a Sevilla,
siendo sepultado allí. JEn sus días existieron el príncipe Don Joscf
Buisma y el insigne maestro R. Josef ben dkatilla, los cuales compu-
sieron grandes obras en la ciencia de la tradición; también en dicha
época, en el año 5110, los judíos del reino de Castilla fueron hechos
cautivos por Gonzalo Martín de las Castillas. Por aquel mismo tiem-
po murió R. Jehudáh ben Asher— de bendita memoria.
El Rey D. Enrique, hijo del Rey D. Alonso, mató al rey D. Pedro,
su hermano, sobreviniendo entonces una gran tribulación a toda la
Congregación de Castilla. La santa Congregación de Castilla fué cas-
tigada fuertemente, hasta el punto de que algunos comieron la carne
de sus hijos y de sus hijas, habiendo muerto en la opresión 28.000 ju-
díos, entre pequeños y mayores; sólo quedaron unos pocos, a quienes
el rey impuso tributos, hasta que no quedó un pedazo de pan para
los que continuaron habitando en el país. Esto fué en el año 5130,
siendo la señ^l: «Déte prisa, prontamente». En su tiempo murió don
Samuel ha-Leví de Toledo, en la cárcel, a consecuencia de los grandes
castigos que ordenó ejecutar contra él el rey D. Pedro (4). En dicha
época existió el maestro Labrat ben Gínnah.
El Rt-y D. Juan, hijo del rey D. Enrique, reinó 23 años; él mandó
abolir ei Cómputo de César, por el cual coi^taban todos los pueblos,
y ordenó contar por el de Jesús Nazareno. En su liempo se levanta-
ron los enemigos de los judíos y efectuaron en ellos, a voluntad, una
(1) 15.21,13,14.
(2) Am. 8, 9.
(3) Ez. 5, 2.
Tomo im 34
282 REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS
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cxécution, par Emiic Larcher, profcsseur de la Faculté de Droit d'Al-
ger. Un vol., Alger, 1914.
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plares para los mismos.
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S75 Abraham ben Saloman de
Torrutiel
Séfer ha-Kabbaláh
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