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La literatura

como viaje
en “Doblaje”,
de Julio Ramón Ribeyro

CHRISTIAN OMAR DOIG RUIZ


Doblaje” es un cuento De esta manera, la ambigüedad 1. La obsesión: el tema
de Julio Ramón Ribey- que caracteriza al viaje imagi- del doble
ro (1929-1994), escrito nado o real del protagonista —
en clave fantástica que por tanto, a la narración en su “Doblaje” fue escrito hacia
permite más de una conjunto— resulta ser la carac- 1955 y es el tercer título que inte-
interpretación. Lo que propo- terización ideal de lo que la lite- gra el segundo libro de Ribeyro,
nemos en el presente ensayo es ratura habría significado para el Cuentos de circunstancias (1958).
demostrar que, entre otras lectu- propio autor: una parábola de Aparte de ser uno de los pocos
ras, se trata de una parábola en la ficción, con elementos en los cuentos no realistas de Ribeyro
la que se realiza una equivalen- que se trasponen fuentes literarias —un escritor celebrado espe-
cia entre el acto de leer (o escri- y filosóficas, y se logra un viaje cialmente por su realismo crí-
bir) ficción y el de viajar, y las (fantástico), imaginado o no, del tico de la sociedad limeña—, se
circunstancias que ello implica. narrador-protagonista. trata de uno de los relatos menos

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Julio Ramón Ribeyro. Ilustración de Berenice Zagastizábal.

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atendidos o, en su defecto, subes- de Ribeyro —incluido el pro- desde el terreno de la primera
timados por la crítica. Por ejem- tagonista del cuento fantástico persona gramatical— o un ser
plo, Tomás G. Escajadillo no lo “La insignia”—, su búsqueda de tan humano como el protago-
incluye en su hipotética antología integración con los otros perpetúa nista (siempre y cuando haya
ribeyriana 1 (2009: 158). su aislamiento en cierta conti- una perspectiva narrativa ajena
Esto tal vez se debe a que en nuidad. Es decir, nuestro prota- que le otorgue esa calidad exte-
“Doblaje” existe una engañosa gonista no persigue más que su rior) (Herrero 2011: 25). En
simplicidad narrativa, además de propio reflejo individual e igual- “Doblaje”, la supuesta sinceri-
que las preocupaciones habitua- mente insular en ese otro yo que dad del narrador es sutil, cons-
les del autor parecen haber sido él llama su doble, un sujeto que tantemente puesta en entredicho,
reemplazadas por otras de tipo repite sus mismos actos, defectos, sin que el lector pueda decidirse
más bien filosófico y/o metafí- pasiones, sueños, manías, en una por uno de ambos caminos. El
sico. Lo que se evidencia en el réplica que la voz narrativa pre- doble vive en las antípodas geo-
relato son las coordenadas socia- tende exacta o única. gráficas (la australiana ciudad de
les que sirven para que el lector De esta manera, en el enra- Sidney respecto de la británica
se identifique con el protagonista recido clima de “Doblaje”, se Londres) y tiende a moverse en
de manera directa. De este modo, recrea una tradición de larga data dirección opuesta a la de su ori-
también, el personaje queda en la literatura occidental: la del ginal. Este, al inicio del relato, se
inscrito dentro de un universo relato fantástico, en general, y la encuentra convencido de que tal
genérico, como el de la literatura de la temática del doppelgänger, aseveración, leída en un libro de
fantástica, donde se puede hallar en particular. El término alemán esoterismo, es poco menos que
una caracterización entre psico- doppelgänger significa “duplicado”, una constatación científica. Inme-
logía y simbolismo, humanidad que también tiene la connota- diatamente después nos entera-
y metáfora. Según la teoría de ción de “andante”, y será figura mos de que siempre ha “vivido
Tzvetan Todorov, lo fantástico es central en la literatura fantástica atormentado por la idea del
aquello que crea la inquietante a partir del Romanticismo del doble”. Sin embargo, hacia el
duda en el lector, la indecisión siglo XVIII y del Gótico: ese ente final, se prepara el escenario de
que se balancea entre el nivel de que “camina al lado” de uno, una abrupta confrontación que,
lo maravilloso y el de la extrañeza ese Otro frecuentemente carac- por nunca ocurrir, produce pre-
como elementos perturbadores de terizado como malévolo en sus cisamente la sensación de la cer-
lo que normalmente percibimos variadas encarnaciones (La Rubia teza, más allá de la persuasión
como lo real (citado en Cortez 2010: 109). de lo verosímil. Ello, sin dejar de
2008: 5). La alegoría del cuento de relativizar estos términos en fun-
El contexto real dentro del Ribeyro hace una especie de ción de esa suspension of disbelief
cual hallamos al héroe ribeyriano reelaboración de este tema fan- enfatizada en el contrato entre la
de este cuento —que a pesar de tástico. Por un lado, el doble del ficción fantástica y los lectores,
ser fantástico ha sido elaborado pintor/ocultista es una ausencia debido a la ya mencionada nor-
con los materiales del realismo— malsanamente añorada, pero malidad de nuestra percepción
lo sitúa inmediatamente como jamás reconocida exteriormente de la realidad, es lo que Cor-
uno más de los outsiders que pue- —objetivamente— por el narra- tázar llamó “ese falso realismo”
blan su obra. Wolfgang Luchting dor; por otro lado, esta falta de (1971: 404)
lo llama un “outsider in abstracto” evidencia física y la propia actitud Consecuentemente, en el
(1971: 13); inglés cincuentón y confesional del relato, apuntan plano del narrador y su doble,
solitario, pintor por encargo y con ironía hacia la realidad de se pueden advertir dos niveles.
aficionado al ocultismo, lleva una un doble que comparte los signos Primero, el nivel psicológico: se
vida sosegada al punto de gene- identificadores de lo subjetivo y trata de un protagonista proba-
rar en él la necesidad de buscarse de lo objetivo. blemente neurótico y, eventual-
fuera de sí mismo; por ello, su En otras palabras, en la mente, esquizofrénico, cuya pro-
marginalidad es de carácter exis- ficción, el doble puede ser pro- clividad a actitudes obsesivas ha
tencial o antropológico. Es un ducto de una consciencia escin- facilitado la decisión de pasar de
personaje que respira soledad; dida —la narración típica dentro las reflexiones angustiosas alre-
a diferencia de otros personajes del género fantástico se realiza dedor de su supuesto doble a la

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impulsiva búsqueda de este. Freud cualquier artista, hecha de lazos asunto en sus manos —por más
hablaría de un complejo de frus- no palpables, sino implícitos con absurda que pudiese parecernos
tración de deseos no cumplidos, la existencia, la condición y el su fijación respecto de la existen-
por lo cual el pintor/ocultista, mundo artísticos (1971: 88-89), cia de un doble suyo—, la com-
que además es un hombre profun- en el caso de “Doblaje”, la cone- binación entre sus traumas ape-
damente racional y típicamente xión con el tema de la literatura nas entrevistos o sospechados y el
cauteloso, habría asumido un pro- misma es mucho más evidente. misterio con que la voz narrativa
ceso de individuación excepcio- Ello se debe a que el protago- envuelve su presencia y todo lo
nal en una personalidad con sus nista, cuya coherencia psíquica y que lo rodea viene a redondear
características. A diferencia de lo simbólica pasaremos a examinar, la capacidad connotativa que el
anterior, la habilidad personaje posee para
de Ribeyro para per- reflejar, ser a su vez
filar de manera tan él mismo doble del
aparentemente sim- lector 2.
ple a su héroe pode- Pensemos por un
mos comprobarla en momento en Alonso
el segundo nivel del Quijano y su empresa
personaje: el simbó- caballeresca o en
lico. Un artista como Emma Bovary y su
otros de los que apa- pasión suicida por la
recen en los cuentos vida; en ambos casos,
ribeyrianos pero que, la literatura los ins-
sin embargo, inter- piró hasta sacarlos
preta el rol acaso de sus cabales —a
más complejo en la heroína de Flau-
esta parábola sobre bert en un modo más
el poder de la fic- figurado— y conver-
ción, puesto que el tirlos en símbolos de
viaje que emprende ficción. No pretende-
es una alegoría del mos equiparar al pro-
acto mismo de la tagonista de Ribeyro
lectura —e incluso con Don Quijote ni
de la escritura—, y con Madame Bovary,
su repercusión en la pero creemos perti-
percepción que tiene nente la compara-
del mundo. Es decir, ción: el tormento
ni la metáfora ni la existencial que lo
parábola que pro- consumía cristalizó
ponemos como lec- Cuentos de circunstancias de Julio Ramón Ribeyro. en un viaje a las antí-
tura de un relato en podas del planeta por-
apariencia no alegórico (Martí- es un notorio alter ego del lector, que, en algún momento, leyó una
nez 2008: 261) como “Doblaje”, quien es, luego, depositario de frase en uno de sus libros de cien-
tendrían lugar si el cuentista no percepciones e interpretaciones cias ocultas. Es la base pseudo-
hubiese aprovechado las estrate- que hace simultáneamente suyas científica del relato que, al final,
gias de la ambigüedad narrativa a través del punto de vista en pri- retará la supuesta lógica de su
y la ambigüedad perceptiva en la mera persona del narrador que realidad (Weitzdörfer 2008: 195).
construcción del discurso de la va hilando la trama. Si, como El texto de tres líneas que
ficción (Herrero 2011: 26). hemos observado, la caracteri- abre la imaginación e impulsa al
Si Luchting ve a Los cachorros zación psicológica del solitario protagonista a viajar no poseía
de Mario Vargas Llosa como una narrador es la de un ser natu- las dimensiones de la totalidad
incontestable narración acerca de ralmente pasivo que cierto día, de las novelas de caballería que
la suerte que corre en el Perú de pronto, toma las riendas del le secaron el seso a Quijano, ni

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tampoco de las novelas rosa que alude, creemos, a la combinación El pintor protagonista puede
encendieron la insatisfacción de de dos palabras que fusionan sus entenderse como un símbolo del
una joven casada aburrida en significados: doble y viaje. lector —que, contrariado por las
la campiña francesa. Durante El viaje que será necesario insatisfacciones vitales, busca la
el viaje de siete semanas —que realizar para poder enfrentarse al realización de sus sueños en el
en la lectura transcurre en siete doble íntimo, no obstante, resul- escapismo o en los entresijos de
minutos—, las dimensiones de lo tará en el encuentro del amor, la la ficción—, sin dejar de ser un
percibido empezaron a confirmar manifestación más sublime de la trasunto profundamente humano,
la naturaleza secreta, recóndita, realidad, la existencia de aquello con sus propias necesidades espi-
de la realidad o el colapso de que hasta ese momento ha igno- rituales. Dicho de otro modo, el
un sistema subjetivo de impre- rado el outsider narrador, aunque narrador se convierte en ima-
siones ya en crisis antes de haber no quiera admitirlo. Winnie, la gen vicaria del lector, alguien
leído, acaso, aquel proverbio o muchacha en cuestión, repre- que también necesita viajar para
aforismo. Según Todorov, “solo el senta a los ojos del protagonista contrarrestar los avatares de la
lenguaje nos capacita para conce- (y, luego, del lector) la prueba existencia.
bir lo que está siempre ausente” irrefutable de que el doble vive: Consecuentemente, en esta
(en Duncan 1990: 54). Es decir, se trata de la misma teoría de superposición de planos, así como
la búsqueda del doble en la lite- Rodion Raskolnikov, el antihéroe el protagonista de “Doblaje” es
ratura ofrece una lógica impla- de Crimen y castigo, según la cual alter ego del lector; el doble a quien
cable en su propia dualidad psi- él y Napoleón eran ambos super- persigue a ciegas y con oscura
cológica y metafísica: creer en el hombres, pero solo uno era real, obstinación es su alter ego, el héroe
doble significaría enfrentarse con vale decir, existía. Raskolnikov era de su viaje: un viaje que se con-
el enigma de la muerte (Herrero una sombra condenada por el des- densa en las claves de la ficción
2011: 19-20) o el doppelgänger tino a la miseria, mientras que el o la literatura; aquello capaz de
romántico sería la garantía que emperador había desarrollado sus resarcir, aunque virtualmente,
se precisa no contra la muerte, facultades en un ambiente propi- los males de la realidad frecuen-
sino contra la no-realidad, la no- cio. El viaje, entonces, más que tada en los cuentos realistas de
existencia (Herrero 2011: 43). Tal el encuentro con el doble haría Ribeyro. El lector se busca —y
es, acaso, la función esencial de posible vislumbrar lo que podría se encuentra a sí mismo— en el
la literatura en la vida. haber sido, vivir momentánea- cuento, como el protagonista del
mente aquello que nos ha sido cuento en el viaje; el lector como
2. El viaje: realidad vedado por las constricciones el protagonista en su doble impo-
y literatura como de la realidad cotidiana y de la sible de encontrar: una ausencia
antípodas existencia gradualmente mermada presente que comunica la “dimen-
por las convenciones sociales. En sión invisible pero operante” en
Otra teoría que intenta expli- el caso de “Doblaje”, estas han la ficción que cambia al lector
car al doble se refiere al “her- sido sustituidas o, mejor dicho, totalmente pasivo en uno activo,
mano diabólico”, aquel Otro metaforizadas a través de la sole- como deseaba el propio Ribeyro
que poseería lo que uno siem- dad de un artista consciente de (Valero 2003: 32).
pre ha deseado. El protagonista ciertas reglas secretas o imagi- Por lo tanto, el viaje descrito
de “Doblaje” emprende un viaje narias que parecen dirigir la en “Doblaje” solo puede tener
en la búsqueda de sus propios naturaleza y, por extensión, el como destino las antípodas de la
deseos, de sus sueños más ínti- universo. En cualquier caso, el residencia real del narrador —
mos y tal vez inconfesables. En nivel de abstracción de la margina- cuyo doble, por la misma lógica
consecuencia, dos observacio- lidad en este personaje ribeyriano, señalada, solamente puede tender
nes llaman nuestra atención: la que aun parece superar paradó- a efectuar el movimiento contra-
palabra que da título al cuento, jicamente su desdén por el éxito rio: sus deseos convertidos en rea-
doblaje —en el Diccionario de social, comprueba que en la obra lidad—: la literatura se halla ubi-
la Real Academia Española, su de Ribeyro la oposición entre rea- cada en las antípodas de cada uno
acepción inmediata queda limi- lidad y ficción, entre ser y querer de nosotros y de nuestras caren-
tada al trabajo de los actores que ser, ejerce un dominio absoluto cias. En este punto, merece la
ponen su voz en las películas—, (Falconí 2009). pena comentar la circunstancia

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del viaje desde Londres hasta Sid- heroína-narradora de la novela se fue revelando la causa de un
ney realizado por el héroe del Rebecca, de Daphne du Maurier) misterioso malestar en tanto reco-
cuento, para mostrar cómo se hil- es significativo en sumo grado. nocía sus pertenencias en la habi-
vana esta alegoría de la ficción No tiene nombre, o no lo cono- tación. Entonces, le informan del
y así advertir la sencillez abru- cemos, lo que sugiere que el lec- paraguas olvidado en el club, y
madora de su trama. La voz del tor le dé uno. ¿Se llama su doble segundos después advierte la pin-
narrador calla los detalles que a como él mismo? Lo que se sabe tura fresca en sus pinceles y el
él se le presentan como olvida- sobre su fugaz, pero intensa rela- retrato acabado durante su ausen-
bles o prescindibles, mientras que ción con la joven Winnie apunta a cia con el rostro, “cosa extraña”,
menciona otros como su repen- que sí: su doble lo duplica incluso de la joven que conoció en un
tina afición a las cabras austra- en el nombre. Cuando el relato restaurante de Australia… Para
lianas y, ya en la capital, el acoso se acerca a su final, nos entera- concluir el cuadro, el narrador da
que sufrió durante una hora de mos de que el personaje es socio fin a su confidencia con la imagen
un sujeto que se le asemejaba de del Mandrake Club. ¿Necesita- de una mariposa amarilla, como
espaldas. Ninguna de las inciden- mos decir que Mandrake es el las muertas que adornaban las
cias sucedidas a lo largo de un apelativo de un famoso mago de paredes de la villa que alquiló en
viaje bastante prolongado —en historietas? El ilusionismo como Sidney, revoloteando, libre, alre-
sentido estricto, el transporte en ocultamiento de ciertos aspectos dedor de la luz de la lámpara.
avión— nos son dadas a cono- de la realidad para iluminar otros Como sabíamos, la realidad para
cer. Es el lector quien tiene que coincide en este cuento con la el personaje no era la misma rea-
asumir más o menos conscien- actitud de su autor respecto de lidad normal y cotidiana que para
temente que este montaje de los la literatura: un fenómeno cul- el resto del mundo. Pero, dada
hechos obedece no solamente a tural que puede servir de vía de su inmovilizadora pasividad, el
su rol en la historia, sino que, escape al individuo sin ninguna hecho insólito de buscar activa-
además gracias al lenguaje sen- pretensión, no obstante —o preci- mente a su doble, con todo lo que
cillo y sucinto, el narrador sabe samente— por ello, de cambiar la ello implica para este Alonso Qui-
qué partes de su trama escamo- realidad defectuosa que ha provo- jano sui generis, hasta el otro lado
tear y cómo utilizar la capacidad cado su aparición. Mientras que del mundo ha obrado, acaso, un
de las palabras para comprimir o en la alegoría del viaje que ofrece efecto devastador no solo en lo
expandir el tiempo a su gusto. El la ficción, como solución virtual que le quedaba de cordura, sino
relato no consiste en un flujo de y temporal de una problemática sobre todo en las leyes físicas que
consciencia o monólogo interior; existencial e inclusive social, pero gobernaban su realidad. Se ha
tiene más bien un destinatario exclusivamente en el nivel pri- convertido él mismo en un ser
exterior, tal cual lo confirma la vativo del sujeto (circunstancia fantástico (Rodero 2000: 78), así
frase: “inútil describir a Winnie; angustiante que permanece inal- como el lector que lo nombra.
solo diré…”. Su viaje, por estas terada esperando su retorno de Después de todo, esto es la lite-
razones, sugiere la mediatización lo no-real), podemos redescubrir ratura: para Ribeyro no importa
de las percepciones inherente a la idiosincrasia que subyace en si la transformación del mundo
la ficción y a sus mecanismos; el la cuentística ribeyriana. es un mero producto de la distor-
protagonista, en su escisión men- La realidad real, como la llama sión de las percepciones porque se
tal o real desplazamiento espa- Vargas Llosa, que después de la trata de lo que la ficción causa en
cial, refleja de esta manera los mágica libertad experimentada en el ser humano que lee, que viaja,
procesos internos asociados con la ficción nos reencuentra menos dentro de su propia mente, a esas
el artificio literario. iguales a nosotros mismos, y más antípodas en las que las carencias
En relación con lo propuesto, insatisfechos y rebeldes ante la no son visibles, o donde las nece-
prestemos atención a los nom- condición humana, se muestra sidades son satisfechas y los deseos
bres o a su calculada ausencia en metafóricamente para el lector se cumplen, porque se trata, en
“Doblaje”. Como suele ocurrir en con un giro inesperado que parece suma, de la realidad vista a través
la tradición gótica, el protagonista reacomodar el sistema perceptivo de los ojos diferentes, distintos,
no solo es el narrador, sino que su del protagonista de “Doblaje”. De de alguien transformado por el
carácter innominado (como, por vuelta a su hotel en Londres, el poder de la imaginación.
ejemplo, en el caso de la frágil pintor nos dice que poco a poco

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Notas Bibliografía
1. “Scorpio”, “La insignia”, “El ban- Cortázar, Julio La Rubia de Prado, Leopoldo
quete”, y “El tonel de aceite” de 1971 “Algunos aspectos del cuento”, 2010 “Recursos narrativos y repercu-
Cuentos de circunstancias son los que en Cuadernos Hispanoamericanos, siones filosóficas: el doppelgänger
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libro de Ribeyro. Dostoievski y Kafka)”, en Endoxa:
Cortez, Enrique Series Filosóficas, Núm. 26, pp.
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narrador/protagonista de “Doblaje”, sentación como conflicto en Julio
puede ser iluminador considerar la Ramón Ribeyro”, en Revista Ibe- Luchting, Wolfgang
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la configuración psicológica de sus 222, pp. 1-16. Lima: Instituto Nacional de
personajes realistas, tal como se lee Cultura.
en una entrada de su diario de 1955 Duncan, Cynthia
acerca de Los gallinazos sin plumas: “Mi 1990 “Hacia una interpretación de lo Martínez, José María
segunda preocupación ha sido la de fantástico en el contexto de la 2008 “Los cuentos fantásticos de Julio
la exactitud sicológica. En realidad, literatura hispanoamericana”, en Ramón Ribeyro: taxonomías y
los hechos me interesan poco en sí. Texto crítico: Centro de investigaciones recepción”, en Revista de crítica lite-
Me interesa más la presión de los lingüístico-literarias, Vol. 16, Núm. raria latinoamericana, Año XXXIV,
hechos sobre las personas. Podrían 42, pp. 53-64. Núm. 67, pp. 255-272.
definirse mis cuentos como ‘la historia
sicológica de una decisión humana’” Escajadillo, Tomás Ribeyro, Julio Ramón
(Ribeyro 1992: 60). 2009 “El Ribeyro inicial”, en Váz- 1992 La tentación del fracaso I: diario per-
quez Valcárcel, Jaime. Julio sonal 1950-1960. Lima: Jaime
Ramón Ribeyro: Penúltimo Dossier. Campodónico/editor.
Iquitos: Tierra Nueva Editores,
pp. 155-159. Rodero, Jesús
2000 “Del juego y lo fantástico en algu-
Falconí, Heraldo nos relatos de Julio Ramón Ribey-
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Consulta: 25 de octubre de 2020. cana.pitt.edu/ojs/index.php/
http://www.gmu.edu/ Iberoamericana/article/
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DE%20DESEO%20EN%20 2003 La ciudad en la obra de Julio Ramón
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Herrero, Juan
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del doble en la literatura: teorías 2008 “Lo fantástico en los cuentos
explicativas”, en Cédille: revista de de Julio R. Ribeyro”, en Alpha,
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http://www.scielo.cl/pdf/alpha/
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