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UNIDAD DIDÁCTICA 3

UNIDAD DIDÁCTICA 3
CONSIDERACIONES SOBRE LA CONSTITUCIÓN,
EL CONSTITUCIONALISMO Y EL DERECHO
CONSTITUCIONAL

1.- La organización institucional del poder. Las


formas preestatales. El Estado moderno.

I. FORMAS HISTÓRICAS PREESTATALES.

La aparición de lo que se suele denominar “Estado Moderno” solo


cabe situarla al final de la Edad Media con el derrumbamiento de los
fundamentos y planteamientos universalistas.

Tipos de organización política no susceptibles de ser confundidos


con lo que conocemos como Estado Moderno

1. Los grandes imperios y organizaciones políticas de oriente. Dos


caracteres:
a) Naturaleza del poder: se trata del
despotismo oriental (arbitrio absoluto del
dominante y una total ausencia de derechos
en los dominados.
b) Fundamentación del poder: teocracias en
las que el detentador del poder representa al
poder divino.

2. Las polis griegas. Comunidad muy reducida. Notas:


a) Es una comunidad “religiosa”, en la que el
derecho sagrado se vincula al orden y fines
de la vida política.
b) Es una asociación de hombre libres unidos
por un orden jurídico a través del cual los
ciudadanos participan del poder.

3. La ciudad romana. En su origen tiene caracteres muy similares a


los de la polis griega (grupos social reducido, unidad religiosa y
participación ciudadana, aunque a diferencia del griego, el romano
tiene conciencia de la existencia de una “res publica” diversa de los
intereses privados y la proyecta sobre la distinción entre un derecho

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público y un derecho privado). Su posterior evolución enlaza con el


Imperio y el poder del “princeps” (vinculación a un solo hombre de
todos los poderes sobre la humanidad conocida).

4. Las formaciones políticas típicas de la Edad Media. Notas de la


organización política mediaval:
a) La articulación imperfecta y asimétrica de
una pluralidad de unidades políticas en una
unidad de estructura laxa y por ende
débilmente consolidada.
b) La ruptura de la relación directa de
sumisión del conjunto del pueblo al rey.
c) La interposición entre el centro del poder
político y la base del mismo, de una
pluralidad de poderes mediatos.
d) La inmunidad de los poderes particulares
frente al poder del Rey.
e) El predominio de la vinculación política
personal sobre la institucional.

II. FACTORES QUE CONTRIBUYEN A LA


CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO MODERNO.

 Unificación y centralización del poder. La monarquía


absorbe los poderes disgregados en la Edad Media.
 Secularización del poder. Con el Renacimiento y la
Reforma se establece una clara distinción entre el fin
temporal y el religioso.
 Delimitación territorial del poder. Se ejercerá sobre todos
los habitantes de un territorio determinado, siendo las
fronteras del mismo las que señalan los límites del poder
político.
 La objetivación del poder en el Derecho. El príncipe
soberano va adquirir el carácter de legislador supremo
ordenando las funciones a través de la declaración de
derecho.

III. DEL ESTADO ABSOLUTO AL ESTADO LIBERAL.

El Estado Moderno cuaja en torno al Renacimiento. Un Estado


Absoluto que se prologaría hasta el advenimiento del Estado Liberal
(con la Revolución Francesa).

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Formas de estado absolutistas:


a) El Estado patrimonial (s. XVI y XVII).
 No existe distinción entre el Derecho privado y
el público.
 El mismo Estado no se considera otra cosa que
patrimonio del Monarca.
 Las relaciones de poder entre el Monarca y los
súbditos siguen reflejando la mentalidad
mediaval, que también está presidida por la
concepción privatista (relación entre el Rey y
sus súbditos como un vínculo contractual).

b) El estado de policía (s. XVIII). Se caracteriza por la


universalidad de sus fines y por la complitud de su
ordenamiento. La actividad del estado sufre una
extraordinaria expansión con el Despotimo ilustrado.

Notas de la organización política del Estado Liberal desde la


estructura política del Estado Moderno:

Por Estado Moderno se entiende el monopolio de la fuerza que se


actúa en tres ámbitos:
a) El jurídico. Consolidación del
concepto de soberanía que centra
en el Estado el monopolio de la
producción normativa, en cuya
virtud no existe Derecho vigente
por encima del Estado que pueda
limitar su voluntad.
b) El político. El Estado Moderno
representa la destrucción del
pluralismo orgánico, propio de la
sociedad corporativa mediaval.
c) El sociológico. El Estado
Moderno se presenta como
Estado administrativo, en la
medida en que existe a
disposición del Príncipe un
instrumento operativo nuevo, la
moderna burocracia que es una
máquina que actúa racional y
eficientemente, en la persecución

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de un fin que sólo depende de


ella.

A partir de aquí, y en la medida que el individuo vaya ganando


parcela de libertad y de autonomía frente al Estado, irá imponiéndose el
Estado liberal, sucesor del Estado Absoluto.

IV. EL ESTADO LIBERAL COMO ESTADO DE DERECHO.

El Estado liberal no es si no un ejemplo típico de Estado de Derecho,


concretamente la primera manifestación histórica de éste.

Elías Díez nos señala las notas definitorias de un Estado de Derecho:

a) Imperio de la ley o sometimiento del estado a la ley (rule of


law). La Ley (como norma general que se aplica en términos
de igualdad) es concreción racional de la voluntad popular que
se manifiesta a través de la representación popular libremente
elegida. Dicha ley se subordina a la Constitución y su
adecuación se asegura a través del control de
constitucionalidad.
b) División de poderes.
c) Legalidad de la Administración. Una consecuencia inevitable
del imperio de la ley, pues a ésta debe quedar sometida toda
actuación de la Administración.
d) Reconocimiento y garantía de derechos y libertades
fundamentales como finalidad última del Estado de Derecho.
En un Estado de Derecho bien entendido, no existe suficiente
garantía si el ciudadano no puede acudir ante los jueces en
defensa de sus derechos y libertades.

V. NOTAS CARACTERÍTICAS DEL ESTADO SOCIAL.

 A diferencia de cuanto acontecía en la etapa anterior, Estado y


Sociedad ya no van a ser realidades separadas ni opuestas, de
modo que aquél no podía ni debía modificar el orden natural y
espontáneo, dotado de racionalidad cuyo equilibrio se sostenía
con el solo reconocimiento de la libertad y la igualdad. El Estado
social parte de que la sociedad, dejada a sus mecanismos
autorregualdores, conduce a la pura irracionalidad y que sólo la
acción del Estado puede neutralizar los efectos disfunciones de un
desarrollo económico y social no controlado.

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 El Estado social no pretende negar los valores y fines del Estado


liberal; al contrario, los asume y trata de hacerlos más efectivos
dándoles una base y un contenido material. No cabe realizar la
libertad si su reconocimiento y garantías formales no van
acompañadas de unas condiciones existenciales mínimas que
hagan posible su ejercicio real.
 La procura existencial no se agota en las medidas tomadas a
favor de las clases necesitadas, sino que se extienden a la
generalidad de los ciudadanos.

BIBLIOGRAFÍA: SÁNCHEZ FERRIZ, Remedios. Introducción al


Derecho Político, Valencia, 1992, pp. 21- 93.

2.a. El surgimiento del Estado constitucional.


Características del Estado constitucional como nueva
forma política.

La idea de que el ejercicio del poder debía someterse a ciertas reglas


y que la comunidad, en sus relaciones con ese poder, se guiaba por unas
normas que obligaban a todos, incluida la autoridad cuyo propio origen se
refleja en tales reglas, es tan antigua como las primeras formas de
organización social de los seres humanos.

El concepto de la politeia griega supone el conjunto de unas reglas


de derecho veneradas para regir la comunidad política y cuyo
incumplimiento por cualquier magistratura implicaba una grave sanción.

Estas reglas también organizan las instancias de poder, creadoras de


Derecho, la participación política de los ciudadanos y una idea de
equilibrio que salvaguarde los derechos e intereses de todos (la fórmula de
república).

En la Edad Media este movimiento constitucionalista, como pacto


entre el soberano y sus súbditos, pretende garantizar las libertades, regular
los derechos y obligaciones hacia el soberano y exigir la protección y
servicio al interés general de la comunidad, por parte de los príncipes.

En Inglaterra, los abanderados los jueces que aplican el common law.

En el continente, va a ser más ideológica y reflejada en las obras de


autores y en los escritos de agravios de las corporaciones. Ciertas reglas

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que tienen el carácter de leyes fundamentales (convencimiento de su


proximidad a un cierto derecho natural, derechos innatos del hombre).

La Constitución va a fijar los límites jurídicos al ejercicio del poder,


garantizar los derechos y libertades y finalmente estructurar el Estado
configurando sus instituciones políticas. De ahí la supremacía de la
Constitución

Para garantizar esta supremacía: - Derecho de resistencia.


- Reglas especiales de revisión.
- Separación de poderes (para
que ningún órgano tenga por sí
solo suficiente fuerza para
imponerse y variar la
Constitución).
- El papel de los jueces como
vigilantes de la intangibilidad
constitucional.

La claridad y precisión del Derecho constitucional es una condición


previa para el necesario reparto de competencias entre el Parlamento y la
Corte Constitucional que va controlar su actividad de acuerdo con la
Constitución.

Las revoluciones norteamericana y francesa del siglo XVIII aportan


al constitucionalismo la fundamental consideración de la trascendencia de
los textos constitucionales en documentos escritos y codificados, y un
sentido universal fundamentado en el carácter natural de los derechos y
libertades del hombre y en la racionalidad de una determinada organización
de poder: la división de poderes (Monstesquie) –la evolución posterior ha
tendido a una colaboración de poderes y la primacía evidente del órgano
ejecutivo-.

En esta evolución se ha querido identificar al consitutcionalismo con


determinadas filosofías o ideologías, y ello ha afectado al contenido de las
constituciones. Distinto problema es el de la efectividad de las reglas
constitucionales en el ámbito de su vigencia.

Existen, hoy en día, unas condiciones mínimas institucionales y de


principios para afirmar que estamos ante un fenómeno constitucional:
- El principio de supremacía de
la Constitución sobre el que se
basa el principio de legalidad.

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- Los cauces para el acceso al


poder que deben estar
regulados en la Constitución.
- Los mecanismos de
responsabilidad de las
autoridades como
consecuencia de su
sometimiento a la ley
fundamenta.
- Los derechos y libertades de
los ciudadanos y las garantías
de los mismos.
- Las instituciones de solución
de conflictos.
- Los procedimientos de reforma
y defensa constitucional.
- La fuerza de exigencia y
aplicación de las propias
normas constitucionales, ya
que de no ser así serían meras
declaraciones programáticas.

El contitucionalismo es una doctrina que señala cómo debe ser el


Derecho positivo y cómo debe aplicarse para alcanzar el Estado de
derecho.

La clasificación de las constituciones en relación a la democracia


debe responder a tres preguntas:
a) ¿cómo están establecidos los derechos y sus garantías y
cómo operan en la realidad?.
b) ¿qué mínimos económicos y sociales se aseguran a los
individuos y cómo se aplican en la realidad?.
c) ¿cúal es la estructura del sistema político? -eficacia de la
separación de poderes y el régimen pluralista de los
partidos políticos-.

Ahora bien, principios como la representación política, la soberanía,


la división de poderes, están en una crisis profunda (vid. apartado 2.b)

La triple dimensión del Derecho constitucional:


- La perspectiva jurídica sobre la
evolución de las instituciones
políticas, el desarrollo
ideológico y axiológico del

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constitucionalismo histórico y
los sentimientos y emociones
que llegan a decantarse en la
idea de Constitución.
- Nuestra disciplina es una parte
de la dogmática jurídica que
interpreta, describe y analiza el
derecho establecido por medio
de las técnicas objetivas
propias de la dogmática
jurídica y a partir de aquel
material jurídico
empíricamente
identificablemente como
Constitución.
- La prospectiva internacional
que indague sobre los caminos
de superación de las crisis
jurídicas, de agotamiento de
los órganos e instituciones
políticas y constitucionales, y
acarree elementos para la
construcción de edificios
normativos al servicio de esa
evolución jurídica mejorativa.

BIBLIOGRAFÍA: COLOMER VIADEL, Antonio. Constitución,


Estado y Democracia en el siglo XXI, Nomos, València, 2003, pp. 27- 36

2.b Soberanía nacional y limitación de poder. La


idea de Constitución.

La idea de que hay en todos los regímenes una ley especial, una ley
suprema, una ley de leyes es una idea muy antigua.

En el derecho mediaval se configura el concepto de ley fundamental


(básicamente un pacto, una acuerdo que contenía derechos y deberes a los
que se obligaba, por una parte, el príncipe, el monarca, y, por otra, los
súbditos, los habitantes de las ciudades, la nobleza o el clero). Se entendía
que ésta era una ley distinta a las otras leyes, era una ley fundamental.

Desde la Edad Media existe la tradición de que los reyes cuando


acceden al poder, su primer acto es jurar públicamente ante sus súbditos esa

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ley que normalmente tenía nombre de fuero y que contenía esas


obligaciones fundamentales en la relación entre el príncipe y sus súbditos.
No se le reconocía la legitimidad de nuevo rey hasta que ese juramento, ese
acatamiento, no se había producido.

Francisco de Suárez, con su teoría sobre el poder y la soberanía, sin


dejar de reconocer el origen divino del poder, éste solo llega al príncipe a
través del pueblo que le reconoce como tal y siempre que el príncipe
cumpla con la idea del bien común.

Esta concepción continúa, en función ya de una filosofía


secularizada, en la doctrina anglosajona a través de las doctrinas del pacto
(fundan el origen de las sociedades). Hobbes y Locke se basan en la idea
de un pacto entre los súbditos y el príncipe para superar la situación de
desorden. El príncipe debe garantizar la seguridad jurídica, el orden público
y a cambio recibir acatamiento y obediencia.

También la filosofía francesa del siglo XVIII, que después sería el


pensamiento político de la Revolución francesa y del constitucionalismo
moderno. Roussesau también considera que el origen de la sociedad es ese
contrato social, la soberanía es distribuida por parte alícuotas, por partes
iguales entre todos los ciudadanos y la expresión de las decisiones de esa
colectividad soberana se producen a través de la ley que expresa la idea de
la voluntad general.

Este pensamiento va a culminar en lo que va a ser la filosofía liberal


del constitucionalismo moderno que se sustenta en unos valores, los valores
de los llamados derechos del hombre.

La Constitución como ley de leyes, como ley fundamental, como ley


suprema no lo es ya tanto porque sea un pacto supremo que hay que
respetar, sino porque contiene elementos absolutamente superiores al
derecho positivo, naturales e indiscutibles, de la organización social.

Es imprescindible que la organización de los poderes del Estado se


haga de acuerdo con la idea de la división de los órganos de ejercicio de ese
poder y además, se fundamenta en el reconocimiento de los derechos
fundamentales de la persona que el Estado sólo reconoce porque son de
carácter natural (anteriores al derecho positivo).

Se modifica la idea rousseauniana de la soberanía popular (que todos


los ciudadanos, absolutamente todos, tengan igual parte de esa soberanía, lo
que implica sufragio universal). La verdadera clase protagonista de las

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revoluciones francesa y norteamericana y, en general, del movimiento


constitucional y del liberalismo político, la burguesía revolucionaria de
Europa y de Estados Unidos, consideran que esta concesión es muy
peligrosa y se produce, por lo tanto, un doble giro:
- Pasar de la soberanía popular a
la soberanía nacional. La
soberanía ya no la tiene el
pueblo distribuido en partes
iguales, entre todos sus
miembros, sino la tiene el
titular de la misma, esa persona
moral que se llama nación. En
consecuencia los
representantes de esa nación ya
pueden ser personas a los que
se les exijan una serie de
requisitos de propiedad , de
renta, para intervenir como
representantes políticos de la
nación y de la soberanía.
- El concepto de división de
poderes, les interesa mucho
más que se produzca una
verdadera separación de
poderes distintos,
independientes y autónomos,
porque ello impide la posible
tentación al poder concentrado
en un solo dirigente.

En relación a los mecanismos de control de la contitucionalidad de


las normas, el movimiento liberal constitucional, en plena euforia
revolucionaria, destaca como primer mecanismo de control el derecho de
resistencia a la opresión, el derecho de resistencia o el derecho activo de
insurección cuando se quiera eliminar la soberanía nacional, eliminar el
contenido esencial del Estado constitucional.

En última instancia, un órgano jurisdiccional de control va a definir


si las nuevas disposiciones del legislativo o del ejecutivo se desvían o no de
la ley fundamental, de la Constitución. Dos modelos: modelo
norteamericano de control difuso (juez ordinario) y control jurisdiccional
concentrado (Tribunales constitucionales).

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Un efecto de esta concepción de la supremacía de la Cosntitución es


la rigidez constitucional.

Por último, el sistema de garantías y de protección de los derechos de


la persona es también hijo de esta concepción de la supremacía de la
Constitución.

¿Hasta qué punto perdura la idea de la división de poderes en la


concepción liberal revolucionaria? Hoy en día está en crisis por la
tendencia lógica y natural a la colaboración de poderes, unido al
crecimiento del poder ejecutivo como agente eficaz, rápido, de los procesos
de desarrollo y de servicios públicos, sobre todo cuando se produce la
evolución hacia el llamado Estado social de derecho. No quiere decirse que
hay de desechar este principio, sino reformularlo o replantearlo: debe
existir un equilibrio entre los diversos órganos de poder.

Todo estado que tiene una Constitución, es un Estado constitucional;


todo Estado en el cual se obedece un Derecho, es un Estado de Derecho.
Pero la existencia de unas puras reglas formales no es suficiente. Debemos
vincular el propio concepto de Estado constitucional al concepto de Estado
democrático.

La Constitución debe reflejar el espíritu democrático, y el espíritu


democrático implica la alternancia de cargos, la competencia libre, el
respeto a los derechos fundamentales.

Averiguar cuáles son y cómo operan en la realidad, no solo cómo


están reconocidas en los textos, las garantías o derechos individuales; qué
mínimos económicos y sociales se asegura a los individuos y cómo,
realmente, esos mínimos operan en la realidad; cuál es la estructura del
sistema político. Es decir, cómo en la norma y la realidad se contrasta
realmente la existencia de una separación entre los órganos de poder, cómo
el régimen de partidos políticos responde a un auténtico pluralismo
ideológico.

Para terminar con este apartado, señalar, con Alvarez Conde,


las principales funciones que todo texto constitucional democrático debe
cumplir:
- Una función legitimadora del
sistema, que suponga la
creación de un orden racional y
democrático, opuesto a la
arbitratiedad.

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- Una función política.


- Una función jurídico-
organizativa, base de la
organización de todos los
poderes públicos, sometidos a
la Ley a y al Derecho.
- Una función ideológica, un
contenido ideológico
determinado, que en nuestro
caso debe identificarse con el
sistema propio de las modernas
democracias occidentales.
- Una función transformadora,
como mecanismo “ad hoc”
para la consolidación de
nuestro sistema democrático.

BIBLIOGRAFÍA:
ALVAREZ CONDE, Enrique. El régimen político español, Tecnos,
Madrid, pp. 17- 26.
COLOMER VIADEL, Antonio. Constitución, Estado y Democracia
en el siglo XXI, Nomos, València, 2003, pp. 37- 49.

3. El desarrollo histórico del constitucionalismo.


Transformaciones y negaciones del Estado
constitucional.

El constitucionalismo clásico, que domina gran parte del siglo XIX y


supone la interpretación liberal burguesa de los principios de la Revolución
francesa, está dominado por la idea de soberanía nacional, que permite un
cuerpo electoral restringido –el voto censitario-, limitado a aquellos que
demuestran ciertos niveles de renta, riqueza, pago de impuestos, y, por
tanto, están incluidos en los censos de contribuyentes.

En esta etapa se considera al Parlamento el órgano fundamental y los


miembros del Gobierno no son elegidos por el mismo. En el caso de las
monarquías europeas, la Corona tiene aún poderes considerables y por ello
en la escuela doctrinal francesa se habla de la doble soberanía: la de la
Corona y la el Parlamento.

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En el último tercio del siglo XIX se van a resolver las pugnas


políticas y sociales de este siglo, en el sentido de reconocerse el derecho de
asociación, tanto laboral y sindical como político, frente a la actitud
individualista de los derechos y antiasociativa del constitucionalismo
liberal clásico, y se va a alcanzar el sufragio universal, terminando con el
voto censitario. Ello supone la presencia de las masas en la vida política,
parlamentaria y constitucional que afectará al funcionamiento de todas las
instituciones políticas y constitucionales.

Al mismo tiempo, a principios del siglo XX, surge el


constitucionalismo social, con el reconocimiento de los derechos laborales
y sociales, a partir de la Constitución mexicana de 1917 y luego la
Constitución alemana de Weimar, en 1919.

Paralelamente la clásica y rígida división de poderes ha ido


evolucionando hacia una colaboración de poderes y finalmente a una
también rígida dependencia del ejecutivo respecto del legislativo, ya que el
Gobierno nace la voluntad mayoritaria del Parlamento, pero a su vez el
Gobierno representa en la mayoría de los casos la cabeza política de esa
mayoría, por lo que es el Gobierno el que dirige la acción parlamentaria y
legislativa de esa mayoría de la que surgió.

Esta transformación constitucional ha ido incrementando el poder del


ejecutivo, del Gobierno y la Administración Pública, que además,
funcionalmente, es el órgano más adecuado para dirigir al Estado moderno,
de una norme complejidad operativa, de una densidad técnico- jurídico que
exige numerosos especialistas en la preparación de los proyectos legales,
que sólo se encuentran entre los funcionarios permanente de la
Administración Pública, y por último una dedicación permanente y
constante que sólo el ejecutivo puede realizar respecto a ese conjunto de la
vida pública.

Últimamente se quiere corregir esta enorme concentración de poder


mediante la tendencia a la descentralización, potenciando competencias de
regiones y municipios, así como fortaleciendo el principio democrático de
participación ciudadana para que sean los ciudadanos, sus grupos y
organizaciones los que con su presencia en el aparato del Estado permitan
un control de los posibles abusos de poder. En este sentido también es
fundamental el fortalecimiento de una judicatura imparcial e independiente,
así como la aparición de nuevas instituciones garantes de los derechos,
tales como los defensores del pueblo.

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4.a Contenido de las Constituciones.


La Constitución es el conjunto de normas fundamentales para la
organización del Estado, que regulan el funcionamiento de los órganos de
poder público, y que establecen los principios básicos para el ejercicio de
los derechos y la garantía de las libertades dentro del Estado.

La primera parte de la anterior definición es la que puede calificarse


de neutra. La segunda parte la ideológica. En este sentido, la doctrina
estructura las constituciones en dos partes:
a) Una parte orgánica: Se refiere a la organización misma de los
órganos del poder público dentro del Estado. La estructura
política- jurídica del mismo.
b) Una parte dogmática: Contenido axiológico (principios, valores,
derechos fundamentales).

Ahora bien, en principio todo es susceptible de figurar en un texto


constitucional, incluso hay una tendencia a incorporar materias un tanto
alejadas de las cuestiones arriba indicadas, a la Ley Fundamental, para así
darles la protección propia de superley que tiene esta.

Mas allá de la división esquemática y clásica entre parte dogmática y


parte dogmática, el profesor González Casanova habla de seis tipos de
reglas incorporados actualmente al texto constitucional:

1.- Las que incorporan las decisiones políticas y los principios


ideológicos fundamentales que presiden la finalidad constituyente.
2.- El reconocimiento y garantía de los derechos fundamentales y
libertades públicas de los ciudadanos.
3.- Los principios programáticos respecto a futuras realizaciones de
política social y económica.
4.- Regulan la organización de las diversas instituciones u órganos
del Estado, asignando a cada una las competencias pertinentes y fijando las
relaciones que deben producirse entre ellas como el procedimiento que
éstas han de seguir.
5.- Regulan la distribución territorial del poder del Estado, tanto en la
forma de Estado federal o de Estado no federal pero descentralizado
políticamente.
6.- Regulan el procedimiento de reforma de la Constitución, cuestión
íntimamente vinculada al concepto de soberanía y de poder constituyente.

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UNIDAD DIDÁCTICA 3

BIBLIOGRAFÍA:
FERRANDO BADÍA, Juan. Estudios de Ciencia Política y de
Teoría Constitucional, Tecnos, Madrid, 1988, pp. 743- 747.
GONZÁLEZ CASANOVA, José Antonio. Teoría del Estado y
Derecho Constitucional, Editorial Vicens Vives, Barcelona, 1981, pp. 216-
218.

4. b. Poder Constituyente y poder de reforma.

Poder Constituyente

El poder Constituyente es el que, como su nombre indica, crea la


Constitución en su totalidad, se trata de la expresión de la voluntad del
soberano, y como tal no tiene límites, todo lo puede. Al poder
Constituyente le corresponde la competencia de crear la Constitución, y en
este sentido es muy usual la identificación entre poder constituyente y
Constitución. Sin embargo, el primero es la potestad, la capacidad de
autoregulación del poder soberano, el pueblo en nuestra Constitución, y la
segunda es la expresión del poder constituyente.

El poder Constituyente se ha caracterizado por la doctrina como un


poder absoluto, es el “poder de los poderes” (Klaus Stern). No tiene
restricciones de tipo jurídico, en su actividad no tiene que coincidir con el
Derecho positivo vigente. La actividad de este poder culmina con la
Constitución, su obra.

Poderes constituidos

Toda la actuación de los poderes públicos, de los órganos estatales,


debe corresponderse con lo dispuesto en la Constitución, se trata de los
poderes constituidos. La distinción del poder constituyente de los poderes
constituidos nos explica dos momentos diversos, uno el de creación de la
Constitución y otro el de la vinculación a la Constitución de los órganos del
Estado. El poder constituyente no está vinculado a la Constitución, por el
contrario, él la crea; los poderes, los órganos de poder creados por el poder
constituyente están vinculados a la Constitución, son poderes constituidos.

Poder de reforma

El poder de reforma se trata de un poder contemplado por la misma


Constitución, sujeto a las previsiones del poder constituyente y sólo puede
desarrollarse en los términos, según los procedimientos establecidos en la

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UNIDAD DIDÁCTICA 3

Constitución. Se trata pues, de un poder constituido. Sin embargo, se trata


de un poder capaz de modificar, ampliar o suprimir a la misma
Constitución, y al igual que el poder constituyente originario puede en este
sentido, crear una Constitución.

Debe distinguirse entre reforma constitucional (en sentido material es


el resultado del procedimiento de enmienda de la Constitución) y mutación
constitucional (la transformación en la realidad de la configuración del
poder político, de la estructura social o del equilibrio de intereses, sin que
dicha transformación quede actualizada en el documento constitucional,
cuyo texto permanece intacto).

Naturaleza
Es un poder constituyente constituido. En la medida en que se trata
de un poder de disposición sobre las normas constitucionales, que no tiene
límites materiales, es un poder constituyente. Pero al ser producto del poder
constituyente originario debe realizar su actividad dentro del marco
procedimental previsto en la Constitución, por lo tanto sí tiene límites
formales.

El Título X de la Constitución española

 Iniciativa de reforma constitucional.


Según el artículo 166 (que remite al art. 87) los titulares de la
iniciativa de reforma son: el Gobierno, el Congreso y el senado y las
Asambleas legislativas de las Comunidades Autónomas.

 Procedimientos de reforma constitucional.


Dos procedimientos:
- Si se trata de una reforma total
(la Constitución habla de
revisión total) o de una parcial
que afecte al Título Preliminar,
al Capítulo II, Sección 1ª del
Título I, o al Título II, se
seguirá un procedimiento
superagravado (art. 168).
- Reforma parcial que no afecte
al Título Preliminar, al
Capítulo II, Sección 1ª del
Título I, o al Título II (art.
167).

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 Procedimiento general (art. 167)

 Procedimiento especial agravado (art. 168)

 Límites de la reforma (art. 169)

BIBLIOGRAFÍA:
ALVAREZ CONDE, Enrique. El régimen político español, Tecnos,
Madrid, pp. 479- 490.
FERRANDO BADÍA, Juan. Estudios de Ciencia Política y de
Teoría Constitucional, Tecnos, Madrid, 1988, pp. 677- 703.
SIERRA PORTO, Humberto A. La reforma de la Constitución,
Instituto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita, Bogotá,
1998, pp.10- 17.

4.c. La defensa excepcional de la Constitución

La suspensión de los derechos y libertades y los estados de alarma,


excepción y sitio (artículos 55.1 y 116 de la Constitución y Ley Orgánica
4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio).

- Estado de alarma.
Art. 116.2 CE: “El estado de alarma será declarado por el Gobierno
mediante decreto acordado en Consejo de Ministros por un plazo máximo
de quince días, dando cuenta al Congreso de los Diputados, reunido
inmediatamente al efecto y sin cuya autorización no podrá ser prorrogado
dicho plazo. El decreto determinará el ámbito territorial a que se extienden
los efectos de la declaración”

Existen dos posibilidades:


- Una intervención exclusiva del
Ejecutivo (estado alarma
gubernamental).
- Un control por el legislativo
(estado de alarma
parlamentario).

Supuestos que dan lugar a la declaración del estado de alarma (art. 4


LO 4/81):
- Catástrofes, claridades o desgracias públicas (terremotos,
inundaciones,...).

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- Crisis sanitarias.
- Paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad.
- Situaciones de desabastecimiento de productos de primera
necesidad.

El estado de alarma no afecta a la propia Constitución, por no


suponer una suspensión de los derechos y libertades. La declaración del
estado de alarma va a afectar de algún modo al ejercicio de los derechos
fundamentales y libertades públicas.

-Estado de excepción.

Art. 116.3 CE: “El estado de excepción será declarado por el


Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros, previa
autorización del Congreso de los Diputados. La autorización y
proclamación del estado de excepción deberá determinar los efectos del
mismo, el ámbito territorial a que se extiende y su duración, que no podrá
exceder de treinta días, prorrogables por otro plazo igual, con los mismos
requisitos”.

El estado de excepción puede ser declarado cuando el libre ejercicio


de los derechos y libertades de los ciudadanos, el normal funcionamiento
de las instituciones democráticas, el de los servicios públicos esenciales de
la comunidad, o cualquier otro aspecto del orden público, resulten tan
gravemente alterados que el ejercicio de las potestades ordinarias fuera
insuficiente para restablecerlo y mantenerlo (art. 13 LO 4/81).

La declaración del estado de excepción si puede conllevar la


suspensión de los siguientes derechos fundamentales y libertades públicas:
- EL derecho a la libertad y a la seguridad (art. 17 CE). No pueden
suspenderse las garantías del apartado tercero del artículo 17.
- El derecho a la inviolabilidad del domicilio (art. 18.2 CE).
- El derecho al secreto de las comunicaciones postales, telegráficas y
telefónicas (art. 18.3 CE)..
- La libertad de circulación y residencia (art. 19 CE).
- Los derechos a la libertad de expresión y a comunicar y recibir
información veraz (art. 20.1.a) y d) CE). También se suspende la
prohibición del secuestro de publicaciones, grabaciones u otros medios de
información sin autorización judicial (art. 20.5 CE)
- Los derechos de reunión y de manifestación (art. 21 CE).

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UNIDAD DIDÁCTICA 3

- Los derechos de huelga y de adopción de medidas de conflicto


colectivo (arts. 28- 2 y 37- 2)

Vid arts. 16- 23 de la LO 4/81.

- Estado sitio.

Art. 16.4 CE: “El estado de sitio será declarado por la mayoría
absoluta del Congreso de los Diputados, a propuesta exclusiva del
Gobierno. El Congreso determinará su ámbito territorial, duración y
consdicones”.

El estado de sitio puede ser declarado cuando se produzca o amenace


producirse una insurrección o acto de fuerza contra la soberanía o
independencia de España, su integridad territorial o el ordenamiento
constitucional, que no pueda resolverse por otros medios (art. 32 LO 4/81).

A diferencia de los estados anteriores, este estado implica una


sustitución de la autoridad civil por la militar y una extensión de los
poderes de policía y de la competencia de los tribunales militares.

Se pueden suspender los mismos derechos previstos en el estado de


excepción y también las garantías jurídicas del detenido reconocidas en el
apartado tercero del artículo 17 de la Constitución.

BIBLIOGRAFÍA:
ALVAREZ CONDE, Enrique. El régimen político español, Tecnos,
Madrid, pp. 246- 259.

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