La Sociedad Feudal

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LA SOCIEDAD FEUDAL

Europa sufrió un cambio profundo después de las invasiones y comenzó a conformarse


una nueva organización socio económica, denominada “Feudalismo”, que se asentó en
relaciones distintas a las que organizaban a los pueblos de la Antigüedad.

Entre los siglos IV y XI, Europa Occidental experimentó una ruralización en todos los
ámbitos de la vida social. Las ciudades decayeron y perdieron importancia.

Las invasiones provocaron una inseguridad constante, ante


su avance los habitantes de las ciudades huían en masa, buscando
refugio en el campo. Los caminos eran inseguros, estaban llenos de
ladrones y salteadores. Las ciudades se convirtieron en pequeñas
aldeas sin importancia. La vida cotidiana se desarrolló en el campo.
Los centros de decisión se trasladaron a las zonas rurales.

Los germanos adoptaron muchas cosas de la organización y


formas de vida romanas. Así se asistió a un período de transición hacia la sociedad feudal
donde se integraban los elementos romanos y germanos. Los reinos romanos – germánicos,
tomaron algunas de las instituciones políticas romanas y constituyeron monarquías
hereditarias en el antiguo territorio del Imperio Romano de Occidente.

En ellos desapareció la noción de “ciudadano” y en su lugar se difundieron relaciones


de dependencia personal, por ejemplo, entre el rey y sus guerreros.

Estos reinos fueron muy inestables y mantuvieron constantes conflictos territoriales


entre ellos.

En el siglo IX, Europa se vio sacudida por nuevas invasiones: vikingos, húngaros,
eslavos y musulmanes, atacaron el territorio desde todas partes.

Las nuevas invasiones no buscaban conquistar e instalarse, sino, sobre todo, eran
expediciones de saqueo y pillaje. En cada región el clima de inseguridad y temor llevó a que los
nobles o señores locales organizaran la defensa de la población y las tierras. La autoridad y
autonomía de estos señores, que gobernaban en nombre del rey, fue creciendo cada vez más.
El rey los necesitaba para mantener los territorios y les fue cediendo poder. Esta situación
sentó las bases de la organización feudal.

La organización social feudal se basaba en el


predominio social, político y económico de una nobleza
guerrera poseedora de tierras. Los territorios que
dominaban (sus Señoríos) eran la fuente de sus recursos
y poder, a partir de la explotación de los campesinos.
Tenían autonomía para gobernarlos y así la vida socio
política se desarrollaba dentro de los límites de sus
Señoríos.
En esta sociedad la guerra era algo permanente, ya que era el medio de defender y
conseguir tierras y, por lo tanto, poder. En consecuencia, las relaciones de los señores nobles
entre sí se basaban en un sistema de relaciones personales de lealtad, llamado “vasallaje”, que
tenía como principal objetivo establecer alianzas militares.

Analicemos un poco más de cerca las distintas dimensiones sociales de esta


organización.

La economía:
Las actividades económicas eran fundamentalmente agrícolas y ganaderas. El comercio
de larga distancia era casi nulo, principalmente se realizaban intercambios entre comunidades
cercanas. La circulación monetaria experimentó un retroceso y se volvió al sistema del
trueque.

Las tareas agrícolas eran de bajo rendimiento y se realizaban con arados rudimentarios
de madera, ya que el hierro era utilizado para fabricar armaduras y equipos de guerra de la
nobleza.

Junto a los campesinos vivían también gran cantidad de artesanos que fabricaban
útiles diversos. En este sentido los Señoríos eran autosuficientes, es decir producían por sí
mismos todo lo que necesitaban para satisfacer sus necesidades.

Las tierras del Señorío (dominio de un noble)


comprendían espacios diferentes:

1. Villa

2. Prados -

3. Bosques: de ellos se extraía madera y se


recogían bayas, miel y frutos silvestres. Eran también
el coto de caza de los nobles.

4. y 5. Tierras de Pastoreo: su uso era


comunitario. En ellos pastaba el ganado.

6. Dominio o Reserva Señorial: Eran grandes


extensiones de campo que el Señor explotaba en
forma directa, valiéndose del trabajo obligatorio y
gratuito de los siervos.

7. Mansos o Tenencias: Parcelas pequeñas o


medianas que el Señor daba a los campesinos para su
cultivo, a cambio de un tributo. Los campesinos agrupaban sus viviendas formando
comunidades llamadas “aldeas”.
La sociedad:
El grupo privilegiado estaba integrado por la nobleza y el alto
clero (principales posiciones de la Iglesia). Constituían la
minoría de la población y su riqueza provenía de la posesión de
tierras y de los tributos que les pagaban los campesinos.

Los vínculos que los nobles establecían entre sí se denominaban


“relaciones feudo- vasalláticas”. Por medio de una ceremonia
ritual o “contrato feudal”, el rey concedía un beneficio o feudo
(en general una extensión de tierras) a un miembro de la nobleza que se convertía en su
“vasallo” o protegido. A cambio de esta protección el vasallo juraba al soberano fidelidad,
obediencia y servicio militar.

Los nobles más poderosos hacían lo mismo con otros nobles de menor jerarquía,
quienes se transformaban, a su vez, en sus vasallos.

Los “Señores Feudales”:

Eran nobles: duques, marqueses, condes, barones o caballeros (según su jerarquía


social).

Su autoridad era casi absoluta en la jurisdicción de su territorio o feudo. Cobraban


impuestos. Ejercían la justicia. Tenían un ejército propio. Continuamente se enfrentaban entre
sí en sangrientas guerras. Residían en castillos. Sus principales ocupaciones eran la caza, la
guerra y los juegos, como los torneos o competencias de caballeros.

El grupo no privilegiado estaba formado principalmente por los campesinos, que se


encontraban sometidos a la voluntad del Señor. El grupo más numeroso lo constituían los
“siervos de la gleba” (de la tierra), que estaban sujetos a la tierra del Señor y tenían prohibición
de abandonarla. A diferencia del esclavo, los siervos sólo podían venderse junto a la tierra que
trabajaban. También existían los artesanos y campesinos libres que debían pagar impuestos en
especie al Señor Feudal.

Los “siervos”:
Pagaban al Señor Feudal:

• Impuestos en especies.

• Derechos por usar molinos, hornos y pastos comunales. Pagaban el diezmo a la


Iglesia Cristiana (entrega de la décima parte de sus cosechas o producciones)

Prestaban servicios:

• Trabajo gratuito en los campos de cultivo del Señor

• Tareas diversas como acarrear mercaderías, cortar leña, etc. En general, el siervo
pertenecía a un grupo inferior y despreciado, su vida era precaria, se encontraba
subalimentado y carecía de cualquier tipo de derecho social.
El poder político:
El poder central se diluyó; las leyes comunes, la burocracia administrativa y las
funciones del estado tal como se habían desarrollado en la antigüedad, desaparecieron.

Prácticamente no existían leyes escritas, las relaciones se regían por las “costumbres”
transmitidas oralmente. Esto permitía el abuso de fuerza que los señores cometían con los
campesinos y la arbitrariedad en la aplicación de la justicia.

Los reyes poseían un poder muy débil. El monarca era considerado el “primero entre
iguales”, no detentaba la autoridad absoluta, era uno más entre los

Señores dueños del poder y las riquezas. El verdadero poder residía en la posesión de
la tierra.

La Iglesia Cristiana
La Iglesia cristiana fue una de las instituciones más importantes de la Edad Media. El
alto clero, es decir los puestos de mayor jerarquía de la organización, estaban formados por los
Obispos y Abades, todos procedentes de la clase noble de la población.

Ellos dirigían esta poderosa organización que era la Iglesia que acrecentó su riqueza
mediante donaciones de reyes, nobles y campesinos, a cambio de la salvación de sus almas.

Monasterios y abadías funcionaban como señoríos


feudales. Cobraban el diezmo. Los monasterios eran centros
de conservación del saber y la cultura.

Poseían el control de la educación. Realizaron una


intensa labor evangelizadora durante toda la Edad Media.
Inculcaban creencias y valores como la resignación (al
trabajo) y la obediencia (a los Señores).

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