2021 Ut v70 Xyleborus Bispinatus

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ENERO 2021 ISSN 2618-3161

Universo Tucumano
Cómo, cuándo y dónde de la naturaleza tucumana, contada por los lilloanos
Gustavo J. Scrocchi, Claudia Szumik
— Editores —

70

Xyleborus bispinatus
Taladrillo, barrenillo, escarabajo de ambrosía

Silvia Córdoba, Eduardo Mendoza

CONICET
U E L Fundación Miguel Lillo
UNIDAD EJECUTORA LILLO T U C U M Á N – A R G E N T I N A
Universo Tucumano Nº 70 – Enero 2021

Universo Tucumano N° 70

Enero / 2021 ISSN 2618-3161

Los estudios de la naturaleza tucumana, desde las características


geológicas del territorio, los atributos de los diferentes ambien-
tes hasta las historias de vida de las criaturas que la habitan,
son parte cotidiana del trabajo de los investigadores de nuestras
Instituciones. Los datos sobre estos temas están disponibles en
textos técnicos, específicos, pero las personas no especializadas
no pueden acceder fácilmente a los mismos, ya que se encuentran
dispersos en muchas publicaciones y allí se utiliza un lenguaje
muy técnico.

Por ello, esta serie pretende hacer disponible la información sobre


diferentes aspectos de la naturaleza de la provincia de Tucumán,
en forma científicamente correcta y al mismo tiempo amena y
adecuada para el público en general y particularmente para los
maestros, profesores y alumnos de todo nivel educativo.

La información se presenta en forma de fichas dedicadas a espe-


cies particulares o a grupos de ellas y también a temas teóricos
generales o áreas y ambientes de la Provincia. Los usuarios pue-
den obtener la ficha del tema que les interese o formar con todas
ellas una carpeta para consulta.

Fundación Miguel Lillo


CONICET – Unidad Ejecutora Lillo

Miguel Lillo 251, (4000) San Miguel de Tucumán, Argentina


www.lillo.org.ar

Dirección editorial:
Gustavo J. Scrocchi – Fundación Miguel Lillo y Unidad Ejecutora Lillo
Claudia Szumik – Unidad Ejecutora Lillo (CONICET – Fundación Miguel Lillo)

Editoras Asociadas:
Patricia N. Asesor – Fundación Miguel Lillo
María Laura Juárez – Unidad Ejecutora Lillo (CONICET – Fundación Miguel Lillo)

Diseño y edición gráfica:


Gustavo Sanchez – Fundación Miguel Lillo

Editor web:
Andrés Ortiz – Fundación Miguel Lillo

Imagen de tapa:
Hembra adulta de Xyleborus bispinatus. Fotografía: T. H. Atkinson

Derechos protegidos por Ley 11.723

Tucumán, República Argentina


S. Córdoba, E. Mendoza: Xyleborus bispinatus, taladrillo, barrenillo, escarabajo de ambrosía

Taladrillo, barrenillo,
escarabajo de ambrosía
Xyleborus bispinatus

Silvia Córdoba
Eduardo Mendoza
Fundación Miguel Lillo

Clase Insecta
Orden Coleoptera
Familia Curculionidae
Subfamilia Scolytinae

C oleoptera es el orden de insectos más numeroso y diverso, con cer-


ca de 400.000 especies descriptas. Constituyen aproximadamente el
35% de la fauna de insectos y el 40% de los animales. Se conocen
desde el período Pérmico (hace 270 millones de años) y su nombre proviene
del griego koleos: “estuche” y pteron: “ala”, “alas en estuche”, que se refiere
a su característica distintiva, la presencia de los élitros. Estos correspon-
den al primer par de alas modificadas por endurecimiento (es decir, están
esclerosadas) y que no se utilizan durante el vuelo, sino que su función es
proteger al segundo par de alas membranosas y evitar la pérdida de agua.
Los coleópteros son holometábolos, esto significa que tienen un ciclo de vida
completo y pasan por los estados de huevo, larva, pupa y adulto. Reciben
el nombre común de escarabajos, aunque algunas familias tienen nombres
concretos, como cascarudos, mariquitas o vaquitas de San Antonio, juanitas,


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luciérnagas, tucos, catangas, gorgojos, etc. Presentan tamaños muy variados,


desde muy pocos milímetros (como los de la familia Staphylinidae) hasta
varios centímetros (como Scarabaeidae). Tienen distribución cosmopolita,
es decir que habitan todas las regiones del mundo y han colonizado todos
los ambientes, excepto el marino.
El orden Coleoptera se divide en cuatro subórdenes: Archostemata (con
cinco familias y 50 especies conocidas), Myxophaga (cuatro familias y 65
especies descriptas), Adephaga (11 familias y 40.000 especies conocidas) y
Polyphaga (144 familias y más de 300 especies descriptas).
La familia Curculionidae (suborden Polyphaga) fue descripta en 1802
por el naturalista francés Pierre André Latreille, que se dedicó al estudio
de la Entomología y realizó importantes aportes a nuestro conocimiento
de esta rama de las ciencias naturales. Curculionidae es una familia muy
grande y diversa, comprende los escarabajos comúnmente llamados picudos
o gorgojos, con 5.489 géneros y 86.000 especies descriptas en el mundo. El
nombre “picudos” alude al “rostro” alargado y curvado que poseen y que
habría dado origen al nombre de la familia, proveniente del latín curvus,
“encorvado, doblado”.
Las especies de la subfamilia Scolytinae se conocen comúnmente como
escarabajos descortezadores y escarabajos ambrosiales, en referencia a las
especies que se alimentan de la madera debajo de la corteza y a los que la
barrenan y se alimentan de hongos simbiontes. Las especies más conocidas
son plagas destructivas de árboles forestales, frutales y ornamentales; otras
son vectores de enfermedades micóticas (hongos) (Atkinson, 2017). Previa-
mente, el grupo era reconocido como una familia independiente, pero bajo
el consenso taxonómico actual es considerado una subfamilia dentro de la
familia Curculionidae. Se han descripto 6.000 especies de escolitinos en
todo el mundo (Atkinson, 2017), agrupados en 29 tribus (Alonso-Zarazaga
y Lyal, 2009).

Xyleborus bispinatus Eichoff, 1868

El género Xyleborus fue descripto en 1864 por Wilhelm Josef Eichoff (1823-
1893), un científico alemán especializado en bosques y entomología. Se
incluyeron algunas especies originalmente descritas en el género Bostrichus.
Posteriormente, muchas más especies fueron descritas en Xyleborus sumado
a una serie de cambios y arreglos taxonómicos apoyados principalmente en
caracteres morfológicos (Bright, 1968).
Xyleborus bispinatus fue descripta en 1868 por Eichhoff pero permane-
ció sinonimizada como Xyleborus ferrugineus (Fabricius, 1801), debido a la
semejanza morfológica con esta especie, siendo ambas confundidas durante
mucho tiempo. Kirkendall y Jordal (2006) separaron y redescribieron ambas
especies, proporcionando caracteres distintivos.


S. Córdoba, E. Mendoza: Xyleborus bispinatus, taladrillo, barrenillo, escarabajo de ambrosía

El nombre del género proviene del griego, xylç, “madera” y boros, “glo-
tón” y significa “comedor de madera”. El epíteto específico significa con
dos espinas y se refiere a las espinas mayores que se ubican una en cada
élitro (Figura 12).

Nombre común

En nuestra provincia se los conoce como “taladrillos”.

Descripción

Huevos.— Son de forma ovalada, translúcidos, de superficie lisa y color


blanquecino a amarillento dependiendo el grado de maduración. Miden
aproximadamente unos 0,5 mm. Estos son colocados en el interior de ga-
lerías en los tallos de árboles (Figuras 1 y 2).

Figuras 1 y 2. Huevo de Xyleborus


bispinatus en el interior de una galería.
Fotografía: S. Córdoba.


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Larvas.— Son blanquecinas, cuerpo en forma de “C” y ápodas, es decir,


sin patas. Presentan la cabeza esclerosada (endurecida) con mandíbulas
bien desarrolladas. Miden de 1,8 a 2,4 mm. Pasan todo su desarrollo en el
interior de galerías en tallos de árboles (Figuras 3 y 4).

Pupas.— Son de tipo exarata, es decir que las diferentes partes del cuerpo
se pueden distinguir con facilidad y los apéndices se encuentran separados
del cuerpo (no soldados a él). Miden 2,5 mm aproximadamente (Figura
5).

Figura 3 (izquierda). Grupo de larvas de


Xyleborus bispinatus en el interior de una galería.
Fotografía: S. Córdoba.

Figura 4 (abajo). Larva de Xyleborus bispinatus.


Fotografía: S. Córdoba.


S. Córdoba, E. Mendoza: Xyleborus bispinatus, taladrillo, barrenillo, escarabajo de ambrosía

Adultos.— Miden entre 2,80 a 3,20


mm. Presentan el cuerpo alargado,
subcilíndrico, de color marrón oscu-
ro (Figuras 6-8). La cabeza, al igual
que en otras especies de la subfami-
lia, está parcialmente escondida en
el pronoto (placa dorsal del tórax)
(Figura 7). El aparato bucal es de
tipo masticador, con mandíbulas muy
fuertes, capaces de barrenar made-
ra fresca. Las antenas son cortas en
relación al tamaño del cuerpo y es-
tán formadas por un segmento ba-
sal llamado escapo que las une a la
cabeza, un funículo antenal formado
por segmentos cortos y finalmente
el mazo antenal, compuesto por tres
segmentos sólidos, los cuales están
oblicuamente truncados. Los ojos
compuestos están bien desarrolla-
dos. El tórax es subcuadrado, con
la porción anterior redondeada y un
perfil anterior abrupto (Figuras 7 y
9). Su superficie está ornamentada
con rugosidades y setas. Las patas
son cortas y están formadas por el
Figura 5. Pupa de Xyleborus bispinatus en
fémur, trocánter, tibia y tarso (de el interior de una galería. Fotografía: S.
cuatro segmentos). Los élitros pre- Córdoba.
sentan estrías (hileras de puntos) y
entre ellas están las interestrías, revestidas por setas y en la zona del decli-
ve elitral hay espinas pequeñas y una espina grande ubicada en la tercera
interestría, cerca del ápice de los élitros (Figuras 10-12).
Existe un marcado dimorfismo sexual (diferencia de forma entre el
macho y la hembra). La hembra es voladora y de mayor tamaño que el
macho. Este último es pequeño e incapaz de volar ya que sus alas no se
desarrollan (Figura 13).

Historia natural

Las hembras adultas excavan túneles o galerías dentro de los tejidos leño-
sos de sus plantas hospedantes (Atkinson, 2017). Son comúnmente cono-
cidos como coleópteros ambrosiales, dada su estrecha relación con hongos
ambrosiales, los cuales son la base primordial de su alimentación (Wood,
1982). Su ciclo de vida se desarrolla completamente en el interior de las


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Figura 6. Hembra adulta de Xyleborus bispinatus, vista dorsal.


Fotografía: T. H. Atkinson.

Figura 7 (izquierda). Hembra adulta de Xyleborus bispinatus, vista lateral. Fotografía: M. Suárez.
Figura 8 (derecha). Hembra adulta de Xyleborus bispinatus, vista ventral. Fotografía: M. Suárez.

galerías, protegidos de los factores ambientales externos (Rudinsky, 1962)


(Figura 14).
Presentan haplodiploidía, es decir que el sexo está determinado por
el número de cromosomas que recibe un individuo, donde el macho es


S. Córdoba, E. Mendoza: Xyleborus bispinatus, taladrillo, barrenillo, escarabajo de ambrosía

Figura 9 (izquierda). Detalle del pronoto de una hembra adulta de Xyleborus bispinatus. Fotografía:
S. Córdoba. Figura 10 (derecha). Detalle de los élitros de Xyleborus bispinatus, vista dorsal. Fotografía:
T. H. Atkinson.

Figura 11 (izquierda). Detalle de los élitros de Xyleborus bispinatus, vista lateral. Fotografía: T. H.
Atkinson. Figura 12 (derecha). Detalle del declive y espinas de los élitros de Xyleborus bispinatus.
Fotografía: T. H. Atkinson.

Figura 13 (izquierda). Macho adulto de Xyleborus bispinatus. Fotografía: M. Suárez. Figura 14


(derecha). Hembra adulta de Xyleborus bispinatus dentro de una galería en Persea americana
(palto). Fotografía: S. Córdoba.


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haploide (n cromosomas) porque resulta de un huevo no fertilizado y la


hembra es diploide (2n cromosomas) porque resulta de la combinación
entre un óvulo y un espermatozoide. Es decir, el sexo de un individuo
va a depender de la cantidad de juegos de cromosomas que reciba de
sus progenitores. Otra característica es la reproducción endogámica, en la
que el apareamiento se realiza entre individios íntimamente relacionados
(la misma generación de la misma madre). También, se caracterizan por
la xilomicetofagia, es decir, llevan hongos en órganos especiales llamados
micangios ubicados en el aparato bucal (mandíbulas), que se cultivan en
el interior de las galerías y les sirven de alimento a ellos mismos (Rangel
et al., 2012) (Figura 15).

Figura 15. Corte transversal de un tallo de Persea americana (palto) donde se observan
las galerías y el crecimiento de hongos ambrosiales en las paredes. Fotografía: S.
Córdoba.

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S. Córdoba, E. Mendoza: Xyleborus bispinatus, taladrillo, barrenillo, escarabajo de ambrosía

Con frecuencia se encuentran en trocería de madera recién cortada o


árboles muertos recientemente, aunque han sido consideradas importan-
tes plagas de árboles y arbustos ya que pueden infestar individuos sanos
(Cibrián et al., 1995). Sin embargo, su función ecológica principal es la
regulación de poblaciones vegetales y su participación en el reciclaje de
materia orgánica (Burgos-Solorio y Equihua, 2007).
Las hembras adultas vuelan atraídas por las sustancias químicas pro-
ducidas por la madera y excavan túneles o galerías dentro de los tejidos
leñosos, donde inoculan las esporas de hongos simbiontes. Externamente se
pueden observar los signos de ataque por la presencia de orificios y restos
de aserrín (Figuras 16-19). En esas galerías, las hembras oviponen durante

16 17

18

19

Figura 16. Hembra adulta de Xyleborus bispinatus realizando un orificio de entrada en tallo de
Persea americana (palto). Fotografía: S. Córdoba. Figuras 17 y 18. Tallo de Persea americana (palto)
con restos de aserrín y orificios de entrada. Fotografía: A. Mendoza. Figura 19. Corte transversal
de un tallo infestado de Persea americana (palto) con orificios y restos de aserrín producto de la
actividad de Xyleborus bispinatus. Fotografía: S. Córdoba.

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un período prolongado (lo que conduce a generaciones superpuestas) y


de los huevos eclosionan larvas que se alimentan de los hongos cultivados
en las paredes de las galerías. El crecimiento de los hongos en el sistema
vascular de los árboles vivos puede obstaculizar el flujo de agua y nutrien-
tes, ocasionando que la planta muestre signos de enfermedad (Figura 20)

Figura 20. Persea americana (palto) con signos de enfermedad y marchitamiento por
ataque de Xyleborus bispinatus. Fotografía: A. Mendoza.

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o incluso provocando la muerte de la misma. Así,


luego de completado el desarrollo larval, la próxi-
ma generación de hembras se aparea con los ma-
chos de la misma generación y antes de volar en
busca de una nueva planta huésped, recolecta las
esporas de hongos en sus micangios. Este vuelo
ocurre durante el día, cuando las condiciones am-
bientales (temperatura y humedad) son adecuadas
(Rudinsky, 1962). De esta manera, se da inicio a
una nueva colonia.
X. bispinatus es una especie que presenta un
amplio rango de especies hospedantes. Entre ellas
se han reportado las siguientes: Hevea brasiliensis
(Euphorbiaceae), Quercus sp. y Q. stellata (Faga-
ceae), Persea americana y P. palustris (Lauraceae),
Eschweilera biflava (lecythidaceae), Lonchocarpus
macrophyllus (Leguminosae), Swietenia macrophy-
lla (Miliaceae), Cecropia sp. (Urticaceae) (Atkin-
son, 2018).

Distribución

Xyleborus bispinatus es nativa del continente ame-


ricano, aunque ha sido introducida, por la activi-
dad humana, en otros continentes. Se distribuye
desde Estados Unidos hasta la Argentina, especí-
ficamente, ha sido registrada en México, Estados
Distribución de Xyleborus
bispinatus en Argentina y
Unidos, Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras,
Tucumán. En color las pro- Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Nueva
vincias y departamentos Guinea, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecua-
donde fue registrada la es- dor, Paraguay, Perú, Suriname, Trinidad Tobago y
pecie; aunque en Tucumán
se estima que estaría en casi Venezuela. En Argentina ha sido reportada en Mi-
toda la provincia. siones, Córdoba, Tucumán y Buenos Aires (Viana,
1964). En nuestra provincia solo está registrada
para los departamentos de Famaillá (Córdoba et
al., 2021, en prensa), Tafí Viejo y Yerba Buena, pero seguramente se en-
cuentra distribuida en toda la provincia. Al haber permanecido sinonimizada
durante mucho tiempo como Xyleborus ferrugineus, los datos de distribución
de esta especie no son totalmente confiables para la Argentina y para nues-
tra provincia hasta el momento.

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Universo Tucumano Nº 70 – Enero 2021

Categoría de conservación

No hay datos sobre la conservación de esta especie, pero la mayor amena-


za que afronta es la deforestación y el avance de la agricultura sobre los
bosques naturales, ya que depende totalmente de la existencia de árboles
para el desarrollo de su ciclo de vida.
El rol de estos insectos en los ecosistemas naturales es importante, ya
que están asociados con los procesos de descomposición de la madera, son
parte integral de la fauna del ecosistema y contribuyen a su estabilidad.
En ciertos casos, su presencia actúa, además, como indicadores de inesta-
bilidad de comunidades vegetales, por lo que podrían ser utilizados como
indicadores de la salud de los árboles que la componen (Equihua y Burgos,
2002).

Usos para otros animales y humanos

Las aves, especialmente los pájaros carpinteros (familia Picidae), pueden


atacar la colonia de estos escarabajos cuando son especialmente abundan-
tes (Rudinsky, 1962). También, pueden ser presa de otros coleópteros de-
predadores de escarabajos de la corteza, así también de chinches (orden
Hemiptera), moscas (orden Diptera), ácaros y nemátodos. En época de
escasez de alimentos en los bosques naturales, se han encontrado ratones
alimentándose de ellos en trampas colocadas para su recolección.
Para el ser humano, es considerada una especie plaga para la agricul-
tura, sobre todo en plantaciones forestales. Causan prejuicios a los árboles
y arbustos autóctonos o importados, sean éstos frutales, forestales o de or-
namentación (Viana, 1964). A pesar de su pequeño tamaño, la importancia
económica de los daños producidos es muy grande, y más si se consideran
aquellas que atacan y destruyen las plantaciones de valor comercial (Viana,
1964).

Agradecimientos

A Thomas Atkinson de University of Texas Insect Collection, Austin, Texas,


EE.UU., por aportar gentilmente algunas de las fotografías que ilustran este
trabajo.

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S. Córdoba, E. Mendoza: Xyleborus bispinatus, taladrillo, barrenillo, escarabajo de ambrosía

Bibliografía

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