Negro

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

el alumno se esfuerza, intentando alcanzar el cinturón negro, como resultado de un

aprendizaje. No obstante, en la misma medida en que progresa en su entrenamiento, se


vuelve más consciente de un fuerte impulso: el de moldearse a sí mismo, transformándose en
una mejor persona, no solamente poseedora de una habilidad en el combate, sino también
de dignidad y honor.

Tradicionalmente, estos han sido siempre los objetivos de un estudiante de Artes Marciales.

El cinturón negro es una recompensa otorgada al moderno samurái, que ha sacrificado


muchas horas disciplinando su mente y agotando su cuerpo, en el intento de alcanzar el
máximo desarrollo físico y mental posible. El cinturón negro es el símbolo de un experto.

el primer cinturón negro alcanzado es Shodan, El primer grado, el paso inicial de esos niveles.

El Shodan significa que el estudiante domina los fundamentos del Arte, y esta ahora
preparado para recibir un entrenamiento más avanzado.

Cada karateca debería saber que el cinturón negro no es un regalo, sino un objetivo y un
símbolo de la realización de un gran esfuerzo.

A todos los que de alguna manera u otra han contribuido a la


formación y desarrollo de esta escuela de karate do.

Tan solo era un adolescente de dieciséis años cuando el


destino quiso que acudiera a ver un entrenamiento de una
lucha que se practicaba con manos y pies a la que le llamaban
Karate y que procedía de Japón, palabra para mí por aquel
entonces totalmente desconocida. Al mismo tiempo en salas
de cine se proyectaban las impresionantes e impresionables
películas de karate protagonizadas por los "héroes del
momento" Bruce Lee, Chuck Norris, etc. artistas marciales que
todos los de nuestra época de una manea u otra hemos
tomado como fuente de inspiración y motivación para dar el
salto a la práctica de un arte de lucha donde los "buenos"
ganaban a los "malos".

Este quizás ha sido mi comienzo, así como el de otros muchos,


en una etapa de nuestras vidas donde todo era ilusión y
entusiasmo.

El perseguir ese sueño de "un alocado adolescente" ha sido el


desencadenante de todo cuanto ha acontecido desde entonces
hasta hoy en día.

Realmente son muchas las personas que en estos momentos


acuden a mi pensamiento en lo relativo al descubrimiento de
esta disciplina marcial, a mi formación como karateca y más
tarde como profesor:

Quiero en primer lugar hacer un breve recordatorio de


aquellas personas que han contribuido a mi motivación y
formación para poder abordar este proyecto de vida.

El actual maestro de aikido Manuel Infiesta Saborit introductor


del aikido en Asturias, por aquella época practicante
aventajado de karate. Por otra parte amigo y vecino de barrio
desde nuestra infancia.

El maestro Iromichi Kohata, pionero del karate en Asturias con


quien me inicié formalmente en Gensei Ryu karate do.

El karateca de Tineo Isaac Tamargo, con quien compartí


entrenamientos y fatigas en un momento en el que no
podíamos entrenar con asiduidad con un maestro por razones
económicas y de distancia geográfica.

El maestro José Luis Prieto Méndez, quien por entonces


comenzaba su andadura en el mundo de la enseñanza, con
quien practiqué durante el período de verde hasta primer dan.
El maestro Ramón Fernández-Cid Castaño, quien de forma
totalmente desinteresada y sin conocerme de nada, me
facilitó los trámites burocráticos para a acceder a la escuela
nacional de preparadores con el fin de obtener el título de
monitor.

El maestro Joaquín Fernández Vázquez de Gijón, con quién me


inicié en el estilo Shotokan karate do, con el que me formé
hasta el grado de cuarto dan.

El maestro Antonio Oliva Seba con quién aprendí la táctica de


combate y quién me ayudo a confiar más en mí mismo.

El maestro Marceliano Gómez, con quien he mejorado mucho


la comprensión del shotokan ryu Kase ha.

El maestro Isamu Fujita pionero de karate Gensei ryu en


Asturias y en Valencia, al que siempre escucho atentamente y
con quién comparto amistad.

El maestro Joaquín Muñiz, quien me introdujo en el fascinante


mundo del Tai jitsu.

El maestro de Kobudo Benjamín Martínez Lozano, con quien


me forme en esta disciplina hasta el grado de cinturón
marrón.

También hay otra serie de maestros con los que he asistido a


cursos de formación y perfeccionamiento pero con los que no
he tenido una especial relación, maestros que también me han
aportado experiencias y conocimientos. Y que sería muy
extenso de enumerar.

También quiero recordar a aquellos que formaron parte del


embrión que dio lugar a esta escuela:
Al primer grupo de alumnos del colegio público José Bernardo
de Sama de Langreo, donde me inicié en la enseñanza. Parte
de los cuales más tarde me seguirían hasta el Entrego.

Al primer grupo de alumnos del Entrego que empezaron en el


Instituto de enseñanza media Virgen de Covadonga y quienes
fueron los que formaron parte del primer Dojo en la calle La
Juliana.

De igual manera quiero recordar a todos aquellos alumnos y


padres de alumnos que han hecho posible dar continuidad al
proyecto en años posteriores hasta hoy en día.

No podría olvidar mencionar y sería ingrato si lo omitiera, el


apoyo que siempre he tenido de mis padres y la educación que
de ellos he recibido en cuanto a los principios de esfuerzo,
honestidad y honradez que de ellos he aprendido, así como
también el apoyo y el cariño incondicional de mi hermano
Guillermo y de mi hijo Elías.

Otra persona que forma en la actualidad parte del proyecto y


es pieza fundamental en la organización y realización de
eventos, es Vanesa.

Gracias también a ellos.

También agradecer desde aquí la labor y el apoyo de


instituciones tales como:

 Federación Asturiana de Karate y en su representación a D.


Benjamín Rodríguez Cabañas presidente de la misma.

 Federación Española de Karate

 Ilustre Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio

 Patronato Municipal de Deportes de San Martín del Rey Aurelio


 Patronato Municipal de Deportes de Langreo

 Instituto de Enseñanza Media Virgen de Covadonga

Espero no haberme dejado a nadie en el tintero, si así lo


hiciera ruego me disculpe pues es mucha la gente a recordar y
a veces la memoria pudiera fallarnos.

También quiero tener un momento para la reflexión y pedir


perdón si en algún momento he ofendido o perjudicado a
alguna de las personas con las que he convivido en la
enseñanza. Pueden tener la completa seguridad de que ha
sido de forma inconsciente y que no era esa mi intención.

XXV AÑOS DE ESCUELA

Parece que fue ayer cuando por primera vez me puse un


karategui y casi sin darme cuenta me he visto envuelto en
todo este lío de practicar y enseñar Karate do, además de
haber conseguido hacer de mi vocación mi profesión. Creo
también haber conseguido formar un grupo humano
cohesionado en torno a una práctica humanística, marcial,
deportiva y por qué no filosófica, pudiera afirmar sin temor a
equivocaciones que esto es para mí como una segunda familia.
Un grupo al que llamamos escuela o Dojo, lugar donde
venimos a aprender el Do "El camino".

Donde todos acudimos por unas razones u otras, estableciendo


para ello los canales de comunicación del karate do, donde
todos aportamos y todos obtenemos, donde todos intentamos
mejorar y sacar lo mejor de nosotros mismos y crecer como
seres humanos con la ayuda de los compañeros y el profesor.
El profesor asimismo recibe la recompensa de ver mejorar a
sus alumnos, de quienes también aprende y se establece de
esta manera una continua y hermosa simbiosis.
No sabemos en que punto del camino estamos, eso no es
importante, lo importante es estar en el camino. Pues como
un sabio decía "lo más importante de un viaje no es el destino
sino el propio viaje". Estamos en el viaje de la vida y creo que
el Karate do nos ayuda a mantenernos serenos, firmes y a
conservar el rumbo en los momentos de dificultad. Así pues
esperamos poder continuar con esta praxis en tanto haya un
mínimo de fuerza y de ilusión.

Creo y afirmo que en un mundo como el que vivimos hoy, en el


que "somos golpeados" por el consumismo salvaje, la
publicidad sin escrúpulos, la televisión basura, donde el ser
humano se está convirtiendo en un rehén y en un cómplice de
la tecnología, donde se nos están lanzando mensajes
subliminales para conseguir los objetos de consumo y de
placer con inmediatez, es decir ya mismo, sin paciencia ni
esfuerzo, donde solo prima lo superficial, la apariencia y
donde cada vez más se nos esta vendiendo la felicidad
asociada a la idea de tener y de aparentar no a la idea de ser.

Es ante estas tendencias que forman parte de nuestra


existencia, donde la propuesta de pensamiento y de práctica
marcial del karate do pueden ser positivas.

El entrenamiento, la concentración, la meditación, la


introspección, la convivencia con los compañeros y el profesor
pueden constituir una excelente terapia que de alguna manera
mitiguen los efectos de las prisas, el estrés, las
preocupaciones cotidianas y los efectos perniciosos de nuestra
acelerada forma de vida. Ayudándonos a conocernos mejor,
para poder conocer mejor a los demás y por lo tanto vivir en
armonía con ellos.
Todo esto que acabo de describir es para mí lo más
importante de la práctica del karate do.

La técnica es un medio, no es un fin en sí mismo.

En esto consiste en definitiva la Esencia del Karate do y esto


es lo que he pretendido buscar y formar en nuestra Escuela de
Karate Do.

Gracias a todos por vuestro apoyo y recibid un afectuoso


saludo

También podría gustarte