1 La Enseñanza de Jesús Sobre El Decálogo y Nueva Ley

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LA ENSEÑANZA DE JESÚS SOBRE EL DECÁLOGO Y NUEVA LEY

Toda la existencia humana de Jesús estuvo comprometida con los problemas de sus contemporáneos. La razón de esta actitud
de Jesús fue su convencimiento de que el mensaje de amor de Dios debe vivirse con los que más lo necesitan. Como Jesús, el
cristiano debe comprometerse por exigencia de su fe en Dios. En respuesta a la súplica de su pueblo, Dios entregó la nueva ley
que son los mandamientos que el hombre debe compartir, respetar y cumplir.

En los templos, las enseñanzas de Jesús atrajeron a muchos seguidores y detractores a la

vez

JESÚS Y LOS DIEZ MANDAMIENTOS


Jesús es para el cristiano el pedagogo o maestro que con sus enseñanzas educa la conciencia y el espíritu de cada persona, y con
su vida da ejemplo de comportamiento y de autodeterminación. Por lo anterior, el principio esencial de la moral cristiana es la
referencia clara y definitiva a Jesús de Nazaret; en su persona, su esencia y su significado como Hijo de Dios. De esta forma, el
cristiano es aquella persona que reconoce al elegido y, en consecuencia, vive su moral a la Luz de su legado, sus principales ideas
y amor fraterno.

Los mandamientos no son hoy aceptados por todas las personas de buena voluntad como una base del comportamiento honrado,
decisivo y emblemático de Dios y de su hijo. Pero ¿qué pensaba Jesús de cada uno de estas leyes celestiales?, ¿Cómo las
enseñaba? Desde el principio, Dios quiso manifestar, más como Caridad que como obligación, el Decálogo; denominado así por
ser diez normas irrefutable, que el hombre no puede negociar ni modificar a su gusto o complacencia. Cada mandamiento se
aplica de acuerdo con el objetivo de vida de cada persona, su aporte a la fe y su función reguladora en la conducta de todas las
comunidades en la tierra.

LOS MANDAMIENTOS EN RELACIÓN CON DIOS


Los mandamientos pueden clasificarse de acuerdo con la relación a la que se refieren. Así los tres primeros tienen que ver
con nuestra relación con Dios y los demás apuntan a nuestra relación con los demás. Los primero son:

 El primer mandamiento convoca a amar a Dios. Jesús dice que ese amor ha de ser con todo el corazón, con toda la fuerza
que con toda la mente. Se trata de un amor verdadero: interior y exterior; no solo de palabra, sino también de intención y
la acción. Ha de ser un amor verdadero y universal.
 El segundo mandamiento prohíbe cualquier abuso del nombre de Yahveh (Éxodo 20,7). En tiempos de Jesús se recurría
excesivamente los juramentos, por ello, él enseña dos cosas: el amor a Dios es algo natural porque su nombre es Padre y
cuando hay sinceridad no hace falta abusar de los juramentos.
 El tercer mandamiento proclama la santidad de del séptimo día (Sabbat) o día de descanso. Jesús, como todos los judíos,
considera el sábado como “día consagrado a Dios”, aunque advierte que “el sábado se hizo para el hombre, no el hombre
para el sábado”. Por eso, en sábado enseña en la sinagoga y cura a los enfermos. Era este el día del honor de Dios y Jesús
lo pone también al servicio de las personas (Marcos 2,27-28). Los cristianos entendieron el domingo como
plenitud del sábado, dando desde el principio a este día un doble sentido un sentido:

 Un sentido vertical, Como fiesta en recuerdo de la divinidad de Jesús resucitado.


 Un sentido horizontal, como un día humanitario y de fiesta para la fraternidad y el encuentro con Dios.

La entrega de los Diez Mandamientos a la humanidad,


demostró la voluntad y el amor de Dios hacia ella

LOS MANDAMIENTOS MANIFIESTAN


LA VOLUNTAD DE DIOS
Ser cristiano implica responder con alegría e interés personal al llamado de
Jesús. Una respuesta de esta magnitud indica el deseo de hacer la voluntad de
Dios, continuando con las leyes que fueron entregadas por medio de Moisés al
pueblo de Israel. Es solo en la conciencia pura justa de cada persona donde se
establece la entrega y los aportes individuales a la sociedad y la fe religiosa.

MANDAMIENTOS PARA CON LOS DEMÁS


Así Como algunos mandamientos se centran en la obediencia, el respeto y la ofrenda a la figura de Dios, otros fueron destinados a
fortalecer y preservar las relaciones entre todos los seres humanos. Por ello, Jesús promovió entre sus fieles los siguientes:

 El cuarto mandamiento manda “Honrar a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20,12)


Jesús vivió con sus padres y los respetó, lo cual aplicó, por ejemplo, al joven Rico que le preguntó por el camino de la
salvación (Mateo 19,17). Es Jesús quien lleva este mandamiento más allá de los simples lazos biológicos (/Mateo 10,35;
19,29)
 El quinto mandamiento dice “no matarás” (Éxodo 20,13). En este mandamiento, Jesús fue enfático en que las personas
desterremos de nuestras relaciones la ira y los actos hirientes (Mateo 5,23-24). Cumplir este mandamiento exige para Él
superar los enfados, perdonar y vivir en paz con el prójimo (Mateo 4,44-45), por lo que llamó bienaventurados a los que
“construyen y protegen la Paz” (Mateo 5, 9).
 El sexto mandamiento y el noveno declaran que “no cometerás adulterio” (Éxodo 20,14) y “no codiciarás la mujer de tu
prójimo” (Éxodo 20, 17). Jesús exige de acuerdo con estas leyes, intenciones limpias en las relaciones humanas, y llama a
bienaventurados a los limpios de conciencia y de corazón. También, explica estos mandamientos como un es fuerzo de
la fidelidad matrimonial frente al divorcio por cualquier motivo o circunstancia.
 El séptimo y decimos mandamientos: “no robarás” y “no codiciarás los bienes ajenos”, encuentran en Jesús un ejemplo
de comportamiento muy claro e innovador para su época. No se trata solo de dejar de robar, sino que hay también que
compartir y servir a la comunidad sin envidia ni mezquindad. Este es el espíritu que se evidencian en los Milagros hechos
por Jesús, como el de la multiplicación del pan, y se sintetiza en enseñanzas, como la parábola del buen samaritano, en la
que un hombre socorre a un desconocido que se encontró herido y desolado en el camino.
 En el octavo mandamiento dice: “no mentirás” (Éxodo 20,16). Para Jesús, se llama a sí mismo “la verdad”, esta ley
representa el mayor intento por reconocer su Obra y la de los demás. La verdad es fundamental en las relaciones
humanas y justifica los lazos entre Jesús y sus seguidores. Por medio del Espíritu Santo y su divina providencia la verdad
forja el camino que llega a todo el rebaño cristiano hace el padre.

En tiempos de Jesús, la Ley o Torá y el templo formaban el eje central de la religión judía. La Torá
corresponde a los cinco primeros libros de la Biblia, escritos por Moisés en el Monte Sinaí, donde se encuentra
Nota consignado el Decálogo o los Diez mandamientos de la Ley de Dios. En aquella época, todos los días sábados

Adicional se reunían los creyentes en la sinagoga, que eran escuelas donde se enseñaba e interpretaba la Torá. De esa
forma, lo describe la biblia en algunos de sus pasajes

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