4 Unidad Origen Del Estado

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ASIGNATURA

TEORIA POLITICA Y DEL ESTADO


SEDE
JALTIPAN, VER. MEXICO
ASESOR
MARTIN LUIS CUESTA MOLINA
APRENDIENTE
LUIS ALBERTO BALCAZAR HERNANDEZ

GRADO
3er CUATRIMESTRE
TEMA
UNIDAD 4 ORIGEN DEL ESTADO

SUBTEMAS

4.1 Planteamiento previo, 4.2 Formas de organización antes del estado


moderno, 4.3 Ubicación del estado y evolución, 4.4 Proceso de
institucionalización del poder político, 4.5 Doctrinas sobre el origen del
estado.

JALTIPAN, VER. 14 JULIO DE 2024


Origen del Estado Y sus orígenes
Estado
Describe a la máxima organización política que se presenta en Europa a partir del siglo XIII, la cual
centraliza el ámbito de las relaciones políticas en un territorio, con un mando político dominado
por una estructura burocrática que ostenta el monopolio legítimo de la coacción y coerción.
Que da vida al conjunto de instituciones políticas modernas y de las que se desprenden el Sistema
Político, Régimen, Gobierno y Administración Pública. Herman Héller lo define como la “estructura
económica, jurídica y política de dominación, independiente en lo exterior e interior, con medios
de poder propios, que organiza la cooperación social territorial con base en un orden legítimo”.
Para Max Weber, el Estado es una organización que cuenta con el monopolio de la violencia
legítima.

El Estado tiene cuatro elementos básicos y generales: 1) posee gobierno (poder político), 2) tiene
un pueblo (como nación); 3) ostenta territorio; y, 4) está regulado con base en un estado de
derecho que lo legitima y que basa su organización en la división de poderes: Ejecutivo, Legislativo
y Judicial.

Es importante señalar que el politólogo Norberto Bobi considera que la complejidad para estudiar
el concepto radica en que éste puede ser analizado desde la historia de las instituciones políticas o
desde la historia de las doctrinas que diversos estudiosos del tema han hecho. Asimismo,
considera que existen argumentos para considerar que el Estado surgió desde la antigüedad, con
la disolución de la comunidad primitiva basada en vínculos de parentesco y la aparición de la
civilización y sus diversas formas de dominación política; y otro punto de vista considera que es
únicamente producto de la modernidad y del estado particular de organización política que se
derivó del declive de las organizaciones políticas medievales, dónde al principio se establecen
monarquías absolutas y después cedió paso a organizaciones delimitadas por el derecho y la
división de poderes.

También se considera que el concepto está ligado al tema de límites al poder. Al interior, se
considera que el derecho y la división de poderes establecen su demarcación; hacia afuera, el tope
es la soberanía de los estados en la comunidad internacional. Algunos observadores
contemporáneos han destacado que la globalización y la aparición de las organizaciones
internacionales, después de la segunda guerra mundial, han puesto entredicho las características
básicas del Estado; por otra parte, al interior las crisis de gobernabilidad en las sociedades
contemporáneas suelen ser descritas como parte de la crisis del Estado al interior.

El nacimiento del Estado está condicionado por la coexistencia permanente de una amplia multitud
de hombres, por lo que, se indica con ello la condición natural de origen de toda ideología. Estatal,
surgen una situación y un orden jurídico?
El término «Estado» suele emplearse para referirse a un fenómeno político que surgió en Europa a
partir del hundimiento del feudalismo con las características fundamentales de territorialidad,
centralización, soberanía, diferenciación e institucionalización.
4.1 planteamiento previo

Planteamiento del Problema Establecer consensos estratégicos entraña un gran desafío para la
ciudadanía y los gobiernos en cada país del mundo, dado que las mismas circunstancias que dan
origen a la necesidad de adoptar políticas de estado, estarán presentes en el proceso a través del cual
se las define y asume. Entonces, cada quien intentará incluir en estas estrategias sus propios
intereses, defendiendo la particular visión del desarrollo. En este sentido, para instaurar
adecuadamente políticas de estado debe producirse una importante convergencia de intereses y
percepciones, lo cual permitirá seleccionar lineamientos estratégicos con suficiente consenso, como
para asegurar un sustento apropiado con el transcurso del tiempo; por tanto, aquellos temas en los
que no se llegue a un aceptable nivel de acuerdo, se mantendrían en la esfera de la legítima disputa
política. Bajo este orden de ideas, las políticas de estado deben proveer espacios dentro de los
cuales puedan vislumbrarse diversidad de criterios, pues esto flexibiliza e
espectro de participación y direcciona los procesos comunicacionales, en forma tal de acoger
políticas de estado compactas, respetadas por todos los actores participantes e involucrados, y que
sean duraderas en el tiempo, con modificaciones o transformaciones según requieran las
circunstancias de cada país, para contrarrestar la acción de factores exógenos o endógenos. Al
respecto, Sansón (2004) plantea que las políticas de estado implican el acuerdo entre los diferentes
fuerzas y / o sectores que hacen vida en una nación, con la finalidad de adoptar en forma
consensuada ciertos acuerdos estratégicos a mediano y largo plazo, que permitan la salud social de
los ciudadanos, estado y gobierno. Dentro de este contexto, Morales (2007) indica que la ausencia
de políticas estadales que orienten los programas sociales, así como la falta de mecanismos de
participación de la sociedad civil en los procesos de decisión acerca de las políticas públicas, son
los mayores obstáculos al logro del desarrollo tanto inclusivo como económico; en consecuencia se
dificulta alcanzar mejor calidad de vida para las presentes y futuras generaciones.
Por su parte en México, plantea Bustos (2004) el principal desafío del siglo XXI, es disminuir la
pobreza y moderar la desigualdad que existe entre los diferentes estratos de la población; por tanto
la política de desarrollo social enfrenta retos, para lo cual es indispensable crear las condiciones que
amplíen la satisfacción de las necesidades sociales y el disfrute de los derechos individuales y
generales. Ese bienestar social solo será posible, a través de políticas de generación de empleos
permanentes, bien remunerados, amén de crecimiento económico como resultado de políticas de
estado de carácter fiscal, social, monetario y financiera. En el caso de América Latina, según
Cimolli y otros (2007) el tema de las políticas de estado adquiere una particular importancia,
primero porque su historia republicana está marcada por una suerte de pugna entre la inestabilidad
política, generada por las sediciones contra el poder, y la institucionalización democrática; y
segundo, porque a partir de la década del 70 del siglo XX se encuentra en un proceso de
construcción del nuevo estado democrático con marcado énfasis en lo social. Por su parte, De
Banon y Bañón (2005) señalan que hoy las políticas del estado se conciben como una totalidad
coherente y conexa de valores ético-políticos; de manera tal, que su identidad material descansa
precisamente en el conjunto de valores supremos y principios fundamentales que la caracterizan y la
distinguen de cualquier otra normativa legal. Asimismo, para los mencionados autores, es indudable
como éste es uno de los temas de vital importancia en el momento de buscar un tipo de
organización orientada no solo a la búsqueda de perpetuidad en el tiempo, sino ofrecer respuestas a
la sociedad donde está inserta; ésta representa el centro de atención de la llamada Empresa
Ciudadana

4.2 FORMAS DE ORGANIZACIÓN ANTES DEL ESTADO MODERNO


En la actualidad, todas las sociedades de la Tierra se hallan integradas en estas estructuras que
hemos denominado Estados y sometidas a las leyes de éstos. Sin embargo, sigue habiendo
sociedades que en la práctica poseen una vinculación muy débil con los Estados a los que
pertenecen por ser éstos un producto caprichoso de la descolonización, lo cual se convierte en
fuente de conflictos. Por otro lado, los Estados que existen en la actualidad no han surgido en
circunstancias comparables. Los Estados actuales obedecen a configuraciones políticas que se han
logrado siguiendo vías muy diferentes. Sucesivas generaciones de Estados han experimentado
distintos grados de perfeccionamiento en sus instituciones hasta llegar al presente.
Los requerimientos políticos y jurídicos que acompañan a los Estados actuales hace que se dude de
la existencia del Estado antes de finales de la Edad Media europea, como ya se ha dicho. A menudo,
el problema se ha resuelto utilizando conceptos muy variados: Estado antiguos, Estados
tradicionales, Estados modernos, etc. Realmente, la solución teórica del problema se alcanzaría
creando nuevas denominaciones ad hoc, que acabarían por hacer interminable la terminología según
avanza la investigación.
Por el momento, podemos quedarnos con la idea de que el Estado antiguo requirió la existencia de
formas complejas de organización social en un territorio determinado, que incluyeron diferentes
criterios de estratificación, una economía de intercambio basada en el mercado, un apreciable grado
de urbanización, una cierta organización burocrática, un determinado desarrollo cultural que, salvo
excepciones, supuso el uso de los documentos escritos y la aparición de las formas tributarias que
hacen posible una redistribución mínima de la riqueza.
En el tránsito del feudalismo al capitalismo, en la Europa de los siglos XIV y XV empiezan a
aparecer formaciones estatales que presentan caracteres más propios de los Estados modernos que
de los antiguos: limitación del poder regio, aparición de los ejércitos permanentes,
institucionalización de la diplomacia, incremento de la burocracia, etc.
En los siglos XVI y XVII se produce una cristalización de las tendencias anteriores, si acaso con
algunos rasgos añadidos que cobran especial importancia: asentamiento de la idea de soberanía y
monopolio del poder del Estado frente a los poderes intermedios, la creciente uniformidad del
derecho, la fiscalidad permanente, etc. La uniformidad jurídica y cultural (incluyendo el uso de la
lengua) que acompañó al nacimiento de los Estados-nación acabaría generando conflictos en
aquellas regiones de los Estados que, poseedoras de una tradición cultural propia, recibieron con
descontento su integración en los nuevos Estados.
El posterior Estado liberal, que bebe en las fuentes de las grandes revoluciones europeas y
americana y que inaugura el Nuevo Régimen, permitirá la separación entre el ámbito público y el
privado, la conquista de las libertades individuales a salvo de la intervención del Estado, la
separación de poderes, la soberanía popular y el ejercicio del poder por representación.
El paso al Estado social es consecuencia de una adaptación del anterior y tiene lugar en el período
de entreguerras. Su característica fundamental es el de ser fuertemente intervencionista, capaz de
prestar a los ciudadanos todo tipo de servicios.
El último paso en la evolución del Estado, al igual que los anteriores se produce en el ámbito
occidental, con el nacimiento del llamado Estado plenamente constitucional que se instaura
progresivamente al iniciarse el último tercio del siglo XX.
Sin embargo, siguen sin resolverse algunos de los grandes problemas que caracterizaron al
nacimiento del Estado moderno y que adquirieron importancia según transcurría el siglo XIX. Uno
de éstos fue el propiciado por el nacionalismo y que explica el nacimiento de los llamados
nacionalismos culturales que, en algunos casos, devinieron en el surgimiento de nuevos Estados.
Europa vivió a finales del siglo XX los últimos episodios por el momento de estos procesos de
segregación.
En el mundo actual conviven Estados muy diversos que, por supuesto, no son fruto de una
evolución lineal que impide vislumbrar el futuro de cada uno de ellos. La colonización europea fue
introduciendo distintos modelos de Estado, adaptados a la realidad territorial y supeditados
primordialmente a los objetivos económicos de las metrópolis, que sufrieron innumerables cambios
tras la descolonización, generalmente contando con el concurso del regímenes despóticos, que
explican las fuertes explosiones sociales que se han producido y se siguen produciendo en muchas
partes de los antiguos territorios coloniales de África, Asia, América y Oceanía.
4.3 UBICACIÓN DEL ESTADO Y EVOLUCION
UBICACION
El Estado consiste en la entidad jurídica y política que está ubicada en un ámbito físico determinado
y que ejerce poder respecto de un conjunto de personas. En la terminología de Jollines [1], al
espacio físico en mención se denomina territorio, al conjunto de personas se le denomina pueblo o
población y al poder que el Estado ejerce se le conoce como poder político. Es evidente que la
ausencia de cualquiera de dichos elementos determina que la entidad ante la cual nos encontramos
no es un Estado.

Ahora bien, se define en general como poder a la capacidad que tiene una entidad o persona de
influir en las conductas de las demás, estando el poder político a su vez caracterizado por la
coerción que puede ejercer el Estado sobre la población a través del uso de la fuerza, que a su vez
se encuentra legitimada por el derecho, siendo un elemento constitutivo del Estado [2].

EVOLUCION

Si revisamos rápidamente la evolución del de Estado, veremos que tiene tres etapas: l) la
centralización del poder, 2) la transformación de la legitimidad en legalidad, a fin de proteger los
derechos de los individuos y establecer mecanismos de garantía para esos derechos, con lo cual se
favoreció el desarrollo de las sociedades-en esta etapa el Estado liberal condujo a la sociedad hacia
la acumulación de riqueza, a través de la propiedad privada-, y 3) el establecimiento de nuevos
propósitos del Estado en beneficio de la colectividad-que rebasa la protección de los derechos del
individuo en favor del bienestar social-y de un nuevo concepto de legitimidad que remplaza a la
legalidad como objetivo central.
La primera etapa modificó las estructuras medievales: el poder poli céntrico se transformó en un
monopolio territorial, se concentró el poder en una persona o una estructura y se abandonó el
esquema de predominio de las fuerzas señoriales. Paralelamente, comenzó a desarrollarse una
política que administrara e impartiera justicia por igual a todo el pueblo, ya que el había organizado
a la sociedad en estratos, a través de sistemas homogéneos de justicia y arbitrio de los problemas
entre individuos.
El paso de la antigua sociedad de capas a una sociedad civil define la segunda etapa del Estado. Los
privilegios de nacimiento, todavía herencia feudal, fueron combatidos de manera evidente durante
la revolución francesa. La Asamblea Nacional nació de la ruptura generada durante el régimen
monárquico entre los tres estados: la iglesia, la aristocracia y el pueblo, que en ocasiones especiales
se reunían en los Estados Generales. Durante el periodo de crisis prerrevolucionario, cuando el rey
convocó a los Estados Generales, la aristocracia y el clero establecieron una alianza y marginaron a
los representantes populares, quienes se reunieron y asumieron posiciones propias. Con la
revolución, la iglesia y la aristocracia desaparecieron como Estados y el tercer Estado se convirtió
en Asamblea Nacional, a la que se sumaron algunos clérigos y nobles. Era pues indispensable
transformar la sociedad de estratos en una organización de vida asociada, que reflejara el nuevo
pensamiento del mundo civilizado. Se depositó entonces la soberanía nacional en la Asamblea que,
al incurrir en excesos de poder, le confirió al Estado el carácter de opresor del individuo en un
régimen de terror.
En su tercera etapa, el Estado tiene como objetivo la protección ya no del individuo sino de la
colectividad, siempre en aras del bienestar social. Llevar el modelo liberal hasta sus últimas
consecuencias generó injusticias que reclamaban un cambio de objetivos para ofrecer al hombre una
vida digna y acarreó problemas inherentes al modelo, como fue la gran depresión de 1929.
Al referirse a este paso, Schiera considera que se trata de una etapa de función directa del Estado y
sus aparatos en la gestión del orden social, al tiempo que se cuestiona su intervención en el orden
económico. El bienestar vuelve a ser el centro de la gestión del poder y la meta es la integración
social, lo que hace menos absoluto al Estado y se establece una alta jerarquía-de acuerdo con el
análisis de Mary Douglas-al obtener la lealtad de los gobernados.
4.4 PROCESO DE INSTITUCIONALIZACION DEL PODER
POLITICO

Al largo del proceso histórico de su desarrollo social, los hombres fueron tomando consciencia de la
necesidad de existir un poder que les garantizase una convivencia social harmónica y, a la vez,
preservase sus derechos y garantías, además de su libertad, substituyendo la relación natural de
desigualdad existente entre los indivíduos, por una relación de igualdad que les pudiera propiciar la
paz social.
La respuesta encontrada para ese dilema fue la creación del Estado, concebido como un “cuerpo
político”, o “una persona artificial” dotada de poder, que define la forma de control de la
administración de una comunidad determinada, justificando su existencia en la idea de soberanía,
difundida a partir del siglo XVII, como se ha analizado anteriormente.
Como menciona Krader (1970, p. 50), el Estado surge como la mejor respuesta a una necesidad
emergente de organización política, con vistas a garantizar el orden y la justicia en una sociedad
determinada. De ahí que se buscó formalizar toda una estructura de poder para tornar viable los
objetivos de integración social, regulación interna y defensa externa.Así que el Estado aparece
como una entidad abstracta; una estructura de poder descentralizada y caracterizada por un orden
legal impersonal, desvinculado tanto de la persona del gobernado como de la del gobernante,
presuponiéndose una clara separación entre vida pública y vida privada.
Es interesante notar que el poder que se atribuye al Estado no deriva de ningún otro, pero tiene que
proceder de sí mismo y segundo su propio derecho, actuando, de esta manera, de conformidad, y
dentro de los límites establecidos por las leyes. Por consiguiente, el Estado no reconoce un poder
por encima de sí, siendo independiente en el plan externo, y supremo en el plan de la realidad
política. Luego, donde haya una comunidad con un poder originario y medios coercitivos para
dominar sus miembros y su territorio, conforme un orden propio, allí existirá un Estado. (Jellinek,
2000, p. 444-445).Lo que se nota es que el poder político sufre un proceso de despersonalización y
de institucionalización a lo largo de la historia, como una consecuencia natural del desarrollo de las
sociedades y de la consiguiente necesidad de creación de ciertas instituciones políticas, teniendo
como elemento característico la idea de permanencia, durabilidad u organización.
La lógica de la institucionalización gira en torno a la idea de previsibilidad del ejercicio del poder,
es decir, de la posibilidad de saber hasta dónde pueden llegar sus efectos y cuáles son sus
limitaciones, propiciando, de esta forma, una seguridad jurídica a los gobernados que no más se
encontrarán bajo el mando total y arbitrario de un poder efémero, sino que de un conjunto de leyes.
Como ya se ha comentado, en las sociedades primitivas no existía un poder institucionalizado. En
general, había un jefe que se imponía por la fuerza, por la astucia, u otra distinción cualquiera
valorada por la comunidad. No había nada que se pareciera a la delimitación de competencias,
mucho menos a la división de poderes que solo sería concebida con la formación del Estado
moderno.Al tratar de la despersonalización del poder, Burdeau (2005, p. 12) señala que la idea de
disociación posible entre la autoridad y el individuo surge porque el poder, dejando de estar
incorporado en la persona de un jefe, no podría subsistir en un “estado de ectoplasma”, siéndole
necesario un titular. El soporte a este poder despersonalizado será dado por la institución estatal,
considerada como sed exclusiva del poder público legitimado. En resumen, el poder se
institucionaliza y el Estado se torna su único propietario.

4.5 DOCTRINAS SOBRE EL ORIGEN DEL ESTADO

2.- DOCTRINAS SOBRE EL ESTADO:

Por supuesto el origen del estado ha provocado que muchos autores se pregunten acerca de él, por
lo tanto existen muchas teorías:
2.1.- Clásicas: Esta teoría nos explica que en origen los seres son sociales o políticos, debido a esto
nos vamos constituyendo en instituciones, en principio mas pequeñas y que poco a poco irán
aumentando: familia, aldea, ciudad, estado. Pero la medida de la organización política ha de ser
pequeña (5000 para Platón y 10000 para Teles de Mileto).
2.2. -Contractual: Esta teoría al contrario que la anterior explica que el individuo no es
naturalmente social, sino que está obligado a serlo, en contra de sus pasiones aceptan vivir y
conformar un estado mediante un contrato. Nos vemos obligados a obedecer al estado debido a
nuestra corrupción interna
2.3.- Patriarcal: Responde a un momento concreto, la creación de los estados modernos. La familia
del Rey son los ciudadanos, al igual que un padre tiene su familia y manda en su familia, el rey
tiene a los ciudadanos y manda sobre ellos haciendo estos el papel de familia
2.4.- Teoría del Mal Menor: Es la primera teoría cristiana a partir de la caída del imperio romano.
Explica que el hombre lo que busca es llegar a una vida extraterrenal la verdadera vida, la vida
buena y es por este motivo por el que tiene que obedecer y resignarse a lo establecido por Dios; si lo
que Dios ha establecido es que hemos de tener un estado y someternos a él, es lo que debemos hacer
2.5.- Teorías relacionadas con el conflicto: Stein Rokkan elabora su teoría del origen del estado
como fenómeno histórico concreto. Los estados europeos son las organizaciones políticas que han
surgido del modo diverso en que las distintas sociedades del continente han resuelto los cuatro
cleavages, que suponen retos en la evolución social:
Una variante especifica de la teoría del origen violento del estado es la concepción marxista esta
teoría existe puesto que el marxismo pretendía ser un saber omnicomprensivo, que daba respuesta a
todo, y por supuesto a la teoría del estado.
Pero no era menos evidente que el marxismo no contenía tal teoría el estado, puesto que se limitaba
a hacer algunos enunciados generales, pero no proseguía con análisis posteriores, ni estaba
interesado en desarrollar vías de conocimiento del estado como tal, puesto que pensaban que el
estado era una superestructura que estaba destinada a desaparecer. Aunque no haya habido una
verdadera teoría marxista del estado, es cierto que el marxismo ha sido una ideología de
extraordinaria importancia en el siglo XX, y aportaba una explicación al origen del estado en el
marco de su idea de la historia como campo y decurso de la lucha de clases. El estado no es para el
marxismo más que el utensilio de que se valen las clases dominantes para mantener supeditadas a
las otras.
2.6.- Desde el punto de vista de la filosofía hegeliana: en el estado se cristaliza el último momento
de la evolución del espíritu. El estado es la manifestación de la eticidad absoluta y, es el núcleo
sobre el que se articula la plena emancipación humana. El ser humano aparece relacionado con el
estado en su condición más abstracta posible. Como ciudadano y, a su vez, el estado, administrado
por una clase sin intereses, es decir con intereses universales.

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