La Partición de La Herencia

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LA PARTICIÓN DE LA HERENCIA

I. DELIMITACIÓN CONCEPTUAL DE LA PARTICIÓN

1) CONCEPTOS GENERALES

Si varios sucesores son cotitulares, como herederos o legatarios de


parte alícuota de una herencia, se forma la comunidad hereditaria universal que
es transitoria: comienza con la adquisición de la herencia por varios sucesores
y termina con la partición.

Se puede sintetizar el problema del fenómeno hereditario de la siguiente


manera: antes de la muerte del causante, el llamado a la herencia tan sólo
ostenta una esperanza sucesoria. Cuando el causante ha fallecido, tomando
como punto de referencia la aceptación sucesoria, antes de aceptar se tiene un
derecho potestativo, ius delationis; por el contrario, una vez aceptada la
herencia, se detenta un ius succedendi o ius adeudendi hereditatem. Con
anterioridad a la partición lo que se tiene es un derecho hereditario en
abstracto. Cuando se ha efectuado la partición lo que se tiene es ya un derecho
hereditario en concreto.

En el proceso sucesorio, antes de hacerse la partición de la herencia,


prevalece la copropiedad de los bienes de los herederos sobre bienes de la
mortual. Esto implica el cumplimiento de dos fases: a) primero se debe
configurar el endoso del causante a favor de los herederos contenidos en el
auto declaratorio; y, b) luego de todos ellos a favor del que lo hereda luego de
la partición. Ejemplo, si se trata de un bien inmueble, al dictarse el auto
declaratorio de herederos, se registra la copropiedad en el Registro de la
Propiedad, y después de la partición, se inscribe ya la propiedad del heredero
que lo recibe. Por consiguiente, la partición es la causa normal de extinción de
la comunidad hereditaria, mediante la división y adjudicación a los coherederos
(y legatarios de parte alícuota) del activo de la herencia.

Por lo tanto, la comunidad hereditaria finaliza, como toda situación de


comunidad, por la división de su activo. Al tratarse, no de la titularidad de varios
sobre una sola cosa, sino sobre un patrimonio relicto y en liquidación, la
disolución adquiere caracteres específicos: hay que pagar las deudas del
causante, rectificar las participaciones sucesorias efectivas de los partícipes, si
lesionan la legítima o procede la colación, y repartir los bienes remanentes,
previa imputación de los colacionables, en proporción a las cuotas. Esto se
puede hacer en una o en varias, la operación será siempre de división de la
herencia.

La partición se encuentra regulada en los artículos 1085 a 1123 del


Código Civil y en los artículos 512 a 515 del Código Procesal Civil y Mercantil.
Se regula el momento final del fenómeno sucesorio que engloba tanto la
disolución de la comunidad hereditaria como su liquidación, así como la
concreta determinación material del objeto de los derechos adquiridos por los
herederos mortis causa.

La partición consiste en aquel negocio jurídico en virtud del cual dos o


más personas, que han adquirido simultáneamente la cualidad de heredero
respecto de los mismos bienes, deciden poner fin a la situación de la
comunidad, que se provocó por efecto de la aceptación de tal cualidad.

En consecuencia, son los herederos los que, en la hipótesis general,


adoptarán el acuerdo en virtud del cual cesará el estado de comunidad. No
obstante, puede ocurrir que, frente a la voluntad de alguno o algunos de ellos
de hacer concluir tal situación, se alce la voluntad de otro u otros comuneros o
incluso la del propio causante (manifestada la de éste en el testamento)
contraria a la división.

2) LA FACULTAD DE PEDIR LA PARTICIÓN

Con carácter general, los coherederos que tengan libre disposición de


sus bienes pueden hacer valer su derecho a no permanecer en la indivisión y,
en consecuencia, pueden pedir al resto de los coherederos que se adopte el
acuerdo por el cual se determine la disolución de la comunidad hereditaria (art.
1088 CC).

El Código exige para que el heredero pueda hacer uso de esta facultad
que posea plena capacidad de obrar (art. 1102 CC).
Para los incapacitados y por los ausentes deben pedir la partición sus
representantes legítimos (art. 1089 CC).

3) EL CONVENIO DE PERMANECER EN LA INDIVISIÓN ADOPTADO POR


LOS COHEREDEROS

En base al principio de libertad de pactos, y habida cuenta que no existe


prohibición expresa respecto que haga al pacto contrario a la ley, los
coherederos pueden obligarse, mediante acuerdo unánime, a no instar la
resolución de la comunidad bien durante un tiempo determinado, bien hasta
que tenga lugar cierto evento, bien mientras que no se cumpla determinado
evento (art. 1086 CC).

4) LA DISOLUCIÓN DE LA COMUNIDAD HEREDITARIA CUANDO EL


TESTADOR HAYA SOMETIDO LA INSTITUCIÓN DE HEREDERO A
CONDICIÓN

Este caso se planteará cuando el testador haya sometido a condición no


la facultad de dividir la comunidad hereditaria, sino cuando haya sometido la
institución de heredero a condición suspensiva. En tal hipótesis, y dado que el
instituido no tiene la posibilidad de hacer uso del ius delationis, no ha adquirido
la cualidad de heredero, y por ello no estará en posición de pedir la partición.
Lo cual no sucederá hasta que se haya cumplido la condición, se le ofrezca la
posibilidad de ejercer la facultad de aceptar o repudiar la herencia y
ejercitándolo de modo positivo adquiera la cualidad de heredero (art. 1090 CC).

Mientras tanto, y durante la fase de pendencia de la condición, podrán


proceder a la división provisional de la herencia aquellos que, habiendo sido
llamados puramente, hayan adquirido la cualidad de herederos. Cuando opten
por el ejercicio de esta facultad, y a fin de no perjudicar los intereses de los
instituidos bajo condición, deberán asegurar competentemente el derecho de
éstos para el caso de cumplirse la condición (arts. 1091 y 1092 CC).

II. LAS OPERACIONES PARTICIONALES

1) CONSIDERACIONES PREVIAS
Una vez adoptado el acuerdo de división de la comunidad hereditaria por
los coherederos, o bien dictada la resolución judicial en la que se decreta la
división de la herencia, se inicia la segunda fase del proceso particional, en la
cual se deberá responder a las siguientes cuestiones: ¿qué bienes, derechos,
cargas y obligaciones conforman el patrimonio que se deberá partir? ¿cuál es
el activo líquido patrimonial? A cada una de estas cuestiones responden las
denominadas operaciones de inventario, tasación o avalúo y liquidación.

Debe tenerse presente que cabe que todas estas operaciones se


realicen extrajudicialmente, en cuyo caso serán llevadas a cabo: 1) por los
herederos; 2) por un tercero designado bien por el testador o bien por el juez.
Si en cualquier momento en el desarrollo de estas operaciones surgiese algún
problema que provocase la falta de acuerdo entre los coherederos sobre el
modo de hacer la partición, cualquiera de ellos podrá impugnarlo.

2) LEGITIMACIÓN ACTIVA

Están legitimados activamente los coherederos o sus representantes


legales, así como los herederos del heredero que murió tras la disolución de la
comunidad y antes del inicio de esta fase, también lo están: el cónyuge que
sobreviva, cualquiera de los legatarios de parte alícuota del caudal, cualquier
acreedor, siempre que acredite su derecho.

3) EL INVENTARIO

La razón de esta operación radica en la necesidad de conocer con


exactitud cuál es el conjunto de bienes y derechos que componen el patrimonio
hereditario que, tras la práctica de las operaciones, serán objeto de partición.

Para la elaboración del inventario deberán ser citados los herederos o


sus representantes, el cónyuge sobreviviente, los legatarios de la parte alícuota
y los acreedores que hubiesen instado el inicio de la práctica de las
operaciones, a fin de que en determinado lugar, día y hora se proceda a su
formación, describiéndose en él, con toda claridad y precisión, los bienes de la
herencia según el orden siguiente: 1. El efectivo metálico; 2. Los efectos
públicos. 3. Las alhajas; 4. Los semovientes; 5. Los frutos; 6. Los bienes
muebles. 7. Bienes inmuebles; y, 8. Los derechos y acciones.
También se deben incluir en el inventario las rentas y frutos que cada
uno de los coherederos haya recibido de los bienes hereditarios. Además
tendrán que relacionarse los gastos de partición hechos en interés común.

Formados los inventarios, todos los interesados, reunidos en junta,


deberán ponerse de acuerdo respecto de la administración del caudal, su
custodia y conservación. También deberán de ponerse de acuerdo en el
nombramiento de uno o más contadores que realicen las operaciones divisorias
del caudal.

4) EL AVALÚO O TASACIÓN

Mediante esta operación los contadores, con el auxilio de los peritos,


procederán a la atribución de un valor a cada uno de los bienes y derechos
relacionados en el inventario, constituyendo ésta una tarea de gran
trascendencia, dado que hace posible efectivamente la partición al reducir a un
denominador común bienes de entidad y naturaleza heterogénea. Tal valor
deberá corresponder con aquél que tengan las cosas en el momento de llevar a
cabo la operación de tasación, teniéndose en consideración el valor más
próximo al de mercado de los mismos al tiempo de efectuar la operación.

5) LA LIQUIDACIÓN

Esta es una operación cuya existencia depende de cuál sea el concepto


que se tenga de partición, o sea, si lo que se va a entregar tras este proceso a
los coherederos es un conjunto de bienes y derechos en proporción a sus
cuotas en el haber hereditario, después de haber sido detraídas las deudas y
cargas de la herencia, o bien si la operación de concreción en que la partición
consiste a la determinación de qué cantidad de bienes y derechos y de deudas
y cargas corresponde a cada coheredero en proporción a su cuota del haber
partible.

Si se adopta la primera posición, mediante esta operación podrá


procederse a la determinación de un activo neto que sea susceptible de
distribución.
Mientras que de procederse del segundo modo se prescindirá de esta
operación, puesto que cada coheredero recibirá proporcionalmente tantos
bienes y derechos como deudas y cargas le corresponden en función de su
porción como comunero; llevando a cabo cada uno de los coherederos tras la
adjudicación su operación particular de liquidación.

La primera de las opciones ofrece resultados más prácticos, evitando los


problemas que se derivan de la segunda posición.

6. LA PARTICIÓN PROPIAMENTE DICHA

6.1) IDEAS GENERALES

Esta es la última fase del procedimiento particional y la que posee una


mayor trascendencia, dado que en ella se produce la materialización del
derecho que a cada coheredero le correspondía en la comunidad hereditaria.
Hasta este momento el derecho de cada comunero ha estado representado de
modo ideal, por medio de la idea de cuota. El objeto del derecho de cada
comunero ha estado conformado hasta este momento final por un valor, el cual
resultará materializado, o mejor, pasará a estar representado por bienes o
derechos de cuyo valor coincidirá con el representado por la deuda como
medida del mismo.

6.2) NATURALEZA JURÍDICA

La cuestión referida a la naturaleza jurídica, ha sido largamente discutida


por los autores, por lo que se distinguen las siguientes posturas:

A) ROMANISTA: La partición posee naturaleza traslativa o constitutiva, y


entraña en sí un acto de enajenación. En el Derecho romano la comunidad
hereditaria recaía por cuotas ideales sobre cada uno de los objetos que
conformaban la herencia, existiendo tantas comunidades como bienes existían
en la herencia, de modo que cuando se procedía a la partición se producía un
intercambio entre los coherederos de sus partes indivisas, permutándose entre
ellos sus respectivos derechos sobre cada uno de los bienes o derechos
hereditarios, de modo que al final de todas estas operaciones cada coheredero
era propietario exclusivo de aquel bien o bienes equivalentes al valor de su
cuota.

Cada heredero adjudicatario recibía sus bienes hereditarios por dos


títulos: a) el de heredero, respecto de su cuota parte que desde el momento de
la apertura ostentaba sobre los bienes hereditarios, y b) el de causahabiente de
los demás coherederos, respecto de las restantes participaciones indivisas
sobre los bienes que se le adjudicaron.

B) FRANCESA: La partición tiene carácter declarativo y retroactivo. Se


entiende por esta doctrina que cada coheredero ha sido propietario único de los
bienes que le han sido finalmente adjudicados desde el día de la apertura de la
sucesión, y que, recibe los bienes por medio del título de heredero y
directamente del causante. Los actos de disposición realizados por cada
comunero durante la indivisión estarán pendientes del hecho de que en la
partición le sean adjudicados los bienes de los que dispuso.

C) DETERMINATIVA O ESPECIFICATIVA: Según Martínez López, la partición


disuelve el estado de comunidad, reemplazándolo por otro de absoluta
precisión, en cuanto al ejercicio del derecho; que siendo ya individual y
privativo de cada heredero no ha de necesitar para su efectividad el concurso
de las voluntades de todos. Las consecuencias que pueden extraerse de esta
tesis son: por un lado, el heredero adquiere por dos títulos distintos, como tal
heredero, la parte alícuota que le pertenecía desde el primer momento en los
bienes que se le adjudiquen, y como causahabiente de los demás herederos,
las partes que de éstos recibe en permuta para completar su lote; por otro lado,
los actos dispositivos realizados durante el periodo de indivisión de la herencia
por uno de los copartícipes son válidos y eficaces desde el comienzo, sin
limitación alguna.

6.3) EL CARÁCTER DE LA PARTICIÓN EN NUESTRO DERECHO

Nuestro Código Civil se decanta por el carácter traslativo de la partición,


por lo que hay que leer el artículo 1108.

La función primordial y único efecto que indica la naturaleza de la


partición es el de convertir a los coherederos, es decir, a los simples titulares
de un derecho hereditario, en propietarios o titulares de otros derechos sobre
bienes concretos y determinados de la herencia, es decir, el efecto esencial de
la partición es poner fin a la comunidad hereditaria. Antes era heredero, ahora
es propietario. En calidad de dueño puede disponer de bienes concretos y se
contraen respecto de los mismos las responsabilidades de cualquier propietario
normal, antes de podía anotar el derecho hereditario, ahora se puede inscribir
el derecho de dominio.

III. LOS TIPOS DE PARTICIÓN

1) LA PARTICIÓN POR EL TESTADOR

La partición realizada por el testador es natural consecuencia del ius


disponendi que tiene el testador sobre los bienes y de la facultad de hacer
testamento que le otorgan las leyes como manifestación de su autonomía
privada, y tiene naturaleza de un acto unilateral que se impone a los herederos.
Sus efectos son los mismos que si se tratara de partición judicial o extrajudicial
practicada por los coherederos o por albaceas o partidores; conferir a cada
heredero la propiedad exclusiva de los bienes que le han sido adjudicados.

Leer artículo 1098 CC. Esta norma se refiere a la partición del testador
de sus bienes.

La partición hecha por el testador en acto inter vivos es considerada


como un contrato con transmisión inmediata e irrevocable de sus bienes
atribuidos. Los hijos, respecto de los bienes que les hayan correspondido en la
partición hecha en vida, son propietarios a título de donación mientras vive el
padre y a título de herederos una vez haya fallecido éste, a no ser que hayan
renunciado a la herencia o hayan incidido en indignidad. Como donación o
entrega de bienes en vida el acto produce efectos inmediatos e inviste a los
descendientes de la propiedad de los bienes. Como división y por el carácter
sucesorio propio de este instituto no tiene efectos más que en el momento de la
apertura de la sucesión.

2) LA PARTICIÓN POR EL ALBACEA


En este supuesto corresponde al ejecutor testamentario o albacea
nombrado por el causante efectuar la partición. Leer art. 1085 CC.

3) LA PARTICIÓN POR LOS COHEREDEROS

No habiendo hecho el testador la partición, ni habiendo encomendado a


otro esta facultad, pueden los partícipes de la comunidad hereditaria hacer la
partición. En este caso la partición tiene naturaleza de contrato plurilateral
(bilateral si son solo dos los partícipes), y se aplican las reglas generales de
tales negocios en cuanto a capacidad y consentimiento de las partes. Leer art.
1102 CC. De este artículo se extrae que la partición por los herederos es
subsidiaria y actúa en defecto o por inexistencia de la partición practicada por
el testador o por contador-partidor.

4) LA PARTICIÓN ARBITRAL.

Los herederos como están facultados para hacer la partición, también


pueden acordar por unanimidad someter sus controversias a un tercero para
que las resuelva y haga la partición, comprometiéndose a aceptar la resolución
adoptada. En otras palabras, pueden acudir a un arbitraje de Derecho privado
conforme lo previsto en el Decreto 67-95 Ley de Arbitraje.

5) LA PARTICIÓN JUDICIAL

El artículo 512 del Código Procesal Civil y Mercantil, regula la


procedencia de este tipo de partición. Leer. También resulta oportuno
considerar lo normado en los artículos 514 y 515 de dicha cuerpo legal.

Se tramita en un juicio oral de división de la cosa común (art. 199 inciso


5º. CPCYM), por medio del cual se solicitará el cese de la copropiedad de la
masa hereditaria, a efecto de poder ejercer sobre la fracción que le ha sido
asignada los derechos de propiedad que le son inherentes a la misma.

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