Ley de Patronato Infancias y Adolescencias
Ley de Patronato Infancias y Adolescencias
Ley de Patronato Infancias y Adolescencias
La ley de patronato de
menores y la criminalización de las infancias
Hubo un momento en la historia de nuestro país donde se
produjo una diferenciación entre la idea de infancia y menores.
¿Quiénes eran aquellos niños que fueron objeto de intervención
por parte del Estado con la sanción de la Ley de patronato y qué
semejanzas tienen con los "menores" de hoy?
Nancy MéndezLic. en Trabajo Social UBA | Redacción Zona Norte Gran Buenos @NancyMariele
Antes de que se apruebe esta ley, los niños mayores de diez años que
cometían delitos eran juzgados y procesados del mismo modo que los adultos,
en tanto los que no habían alcanzado esa edad eran considerados inimputables.
Las detenciones y condenas aquellos niños la debían cumplir en espacios
comunes con los adultos, y la sentencia iba a depender del grado de
discernimiento que el juez determinara que poseían, se les aplicaban más o
menos las mismas penas que a los adultos pero reducidas en un tercio, y no
podían ser condenados a muerte.
Es decir que, la idea de peligro “moral o material” estaba relacionada con las
condiciones de vida de los inquilinos que se alojaban en conventillos,
viviendo con altos niveles de precariedad a las cuales el mismo Estado
arrojaba. Queda claro que el objetivo de esta ley fue regular la vida de los
hijos de los inmigrantes y familias trabajadoras en situación de pobreza, los
cuales para el Estado eran considerados como: “los hijos de la mala vida”.
José Ingenieros por aquella época sostenía que: “por cada 100 menores
vendedores de diarios que se mantienen en su oficio […] hay 1.000 que han
atravesado el oficio para entrar en la vagancia y el delito [1] ”.
Encima a los niños canillitas el Estado los perseguía dado que vinculaban la
entrega de diarios con el traslado de folleteria con ideas anarquistas y
socialistas que los niños repartian de un lugar de trabajo a otro por la ciudad.
Hace días se votó un presupuesto de ajuste, que reduce las partidas destinadas
a salud y seguridad social en términos reales. Un presupuesto que, además,
elimina el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para diez millones de
personas que se encuentran en una situación crítica en el marco de una crisis
social aguda y creciente, en un país donde 6 de cada 10 niños, niñas y
adolescentes están en situación de pobreza. Como vemos, en materia de
infancias y adolescencias el cambio de “paradigma de la situación irregular”
al paradigma de “la protección integral de derechos” no alcanza si se sigue
gobernando para los mismos sectores.