Likea PR - Ay

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Likea Pray_er

Like a Prayer es el cuarto álbum de estudio de la cantante


estadounidense Madonna, publicado por las compañías Sire y Warner Bros.
Records el 20 de marzo de 1989 en Europa y al día siguiente en el resto del
mundo. Para la composición y producción de las canciones, colaboró
con Patrick Leonard y Stephen Bray, con quienes ya había trabajado en su
anterior trabajo True Blue (1986), así como con el músico Prince. Considerado
su trabajo más serio e introspectivo de su carrera hasta ese momento, incluye
referencias sobre sus padres y los lazos con su familia. En este aspecto, la
artista, que había decidido adoptar un estilo adulto y más sofisticado, abordó
temas que hasta entonces eran solo meditaciones personales que nunca había
compartido con el público en general. El título del álbum proviene de la
influencia del catolicismo en la juventud de la cantante, así como sus luchas
con la religión.

Grabado entre septiembre de 1988 y enero de 1989, Like a Prayer fue


dedicado a la memoria de su madre, quien falleció cuando ella era niña. Es un
álbum de género pop que incorpora elementos del dance, funk, góspel y soul.
Madonna se inspiró en su educación católica y las letras tratan temas sobre su
infancia y adolescencia, como la muerte de su madre en «Promise to Try», la
importancia de la familia en «Keep It Together» y la relación con su padre en
«Oh Father». Sumado a ello, aborda su matrimonio fallido con el actor Sean
Penn en «Till Death Do Us Part» y el empoderamiento femenino en «Express
Yourself».

Like a Prayer obtuvo la aclamación de académicos, biógrafos, críticos y


periodistas musicales, quienes elogiaron la producción, la composición
introspectiva de las canciones y la voz de Madonna, a quien reconocieron
como una artista seria. Desde el punto de vista comercial, llegó a la primera
posición en más de treinta países, entre ellos Estados Unidos, Japón y Reino
Unido, y obtuvo múltiples certificaciones de oro y platino. En total, ha vendido
15 millones de copias en todo el mundo. Se publicaron seis sencillos: el
primero de ellos, «Like a Prayer», fue el séptimo número uno de Madonna en
la Billboard Hot 100 de Estados Unidos, la mayor cantidad para una artista
femenina durante la década de 1980, mientras que «Express Yourself»,
«Cherish» y «Keep It Together» se ubicaron entre los diez primeros lugares de
dicha lista. La promoción continuó con la presentación de «Express Yourself»
en los MTV Video Music Awards de 1989 y al año siguiente con la gira Blond
Ambition World Tour, que visitó Asia, América del Norte y Europa.

Múltiples medios de comunicación calificaron a Like a Prayer como el mejor


álbum de Madonna, además de ser incluido en numerosas listas de los mejores
discos del año, de la década, del siglo y de todos los tiempos. Además, con
los videoclips de los sencillos, Madonna amplió su creatividad y provocó la
reacción de los medios de comunicación y del público. Las canciones y vídeos
fueron objeto de estudio y análisis en las universidades
de Rutgers, Harvard y California como parte de los estudios sobre Madonna.
Por el éxito crítico y comercial, a finales de los años 1980 varias publicaciones
la reconocieron como la artista de la década.
Antecedentes[editar]
Una vez que eres católico, siempre lo serás,
en términos de tus sentimientos sobre la
culpa, el remordimiento, si has pecado o no.
A veces me siento atormentada por la culpa
cuando no necesito estarlo, y eso, para mí,
me queda de mi educación católica. Porque
en el catolicismo naces siendo pecador y
[lo] eres toda tu vida. No importa cuánto
intentes alejarte de él, el pecado está dentro
de ti todo el tiempo. El catolicismo no es
una religión consoladora, es dolorosa.

—Madonna sobre su educación católica,


tema que influyó en la realización del
álbum.1

Durante la mayor parte de 1988, Madonna no había grabado música. 2 Luego


del lanzamiento de su tercer álbum de estudio True Blue en 1986, sus
siguientes proyectos musicales se limitaron a la grabación de cuatro canciones
para la banda sonora de la película ¿Quién es esa chica? (1987), así como una
versión de «Santa Baby» y la publicación del sencillo «Spotlight».3 A raíz del
fracaso comercial y crítico de ¿Quién es esa chica?, actuó en la producción
de Broadway Speed-the-Plow, pero nuevamente las reseñas negativas le
causaron frustración y depresión. Su matrimonio con el actor Sean Penn había
terminado y la pareja solicitó el divorcio en enero de 1989. Sumado a todo ello,
había cumplido treinta años, la misma edad que tenía su madre cuando
falleció, por lo que experimentó más confusión emocional.2 Este último evento
representó un punto de inflexión en cuanto a cómo se percibía a sí misma;
explicó: «No diría que fue traumático, [pero] cuando tienes treinta, realmente
tienes que crecer y ser responsable. Cuando cumplí los treinta, que era la edad
que tenía mi madre cuando murió, simplemente enloquecí, porque seguía
pensando que ahora estaba viviendo más que mi madre».3 Tal como explica
Daryl Easlea, autor de Madonna: Blonde Ambition (2012): «Estaba, en muchos
aspectos, atrapada por la celebridad que tanto anhelaba y por la que tanto
había trabajado».4

Mientras tanto, artistas de rap como Run-D.M.C. y Public Enemy, así como
bandas de rock alternativo como Faith No More, Jane's Addiction, Throwing
Muses y Pixies —precursoras del grunge de principios de los años 1990—
habían logrado popularidad de manera gradual dentro de la
cultura mainstream. El surgimiento de estas agrupaciones, sumado a que hacia
finales de la década de 1980 el mundo estaba entrando en una recesión como
consecuencia del Lunes negro, marcaron un cambio notable en el ánimo del
público. Madonna llegó a la conclusión de que era momento de alejarse del
mercado adolescente y atraer a un público más adulto para lograr longevidad
dentro de la industria discográfica. Además, su objetivo era que su nuevo
sonido fuera calculador —más que instintivo— e indicativo de lo que estaba de
moda.5 Sabía que su nuevo trabajo debía ser «vibrante, desafiante y diferente»
y quería que sus fanáticos «pensaran»; con ese fin, comenzó a desarrollar
temas que hasta entonces habían sido meditaciones personales que nunca
había compartido con el público de manera tan abierta y directa.46

La autora Carol Gnojewski sostuvo que la artista sentía que había llegado el
momento de revelar un lado «más oscuro y espiritual de su naturaleza, muy
distinto de la imagen elegante, glamurosa y fabricada» que solía presentar al
público.7 Reveló que en el pasado había escrito canciones «que revelaban [mi
yo interior], pero sentí que eran demasiado honestas o muy aterradoras y
decidí no grabarlas. Ahora parecía el momento adecuado, porque esto era lo
que salía de mí».8 La cantante, que había decidido adoptar un estilo adulto y
más sofisticado,89 leyó detenidamente sus diarios y apuntes personales y
comenzó a considerar opciones; recordó: «¿Qué era lo que quería decir?
Quería que el álbum hablara de cosas que tenía en mente. Fue un momento
complejo en mi vida».6 En este sentido, abordó temas personales como la
relación problemática con Penn, la muerte de su madre, la relación con su
familia e incluso su fe en Dios.6

Desarrollo[editar]
A veces la música está ahí, ya compuesta
por Pat Leonard o Steve Bray. Me la
presentan y eso me inspira una letra o un
sentimiento. Después escribo las palabras
en forma libre y cambiamos la música para
que se adapte a la letra. Otras veces yo
empiezo con la letra o escribo un poema y
quiero ponerle música. Luego termino
cambiando un poco las palabras para
hacerlas más musicales. A veces escucho
la melodía en mi cabeza. No compongo ni
leo música, así que acudo a Pat Leonard,
que es un músico extremadamente
talentoso, y se la canto o le pido que la
toque y haga acordes con ella. Luego
escribo la letra de la canción.

—Madonna sobre el proceso de


composición.10

Gran parte del aspecto «sombrío» en Like a Prayer se derivaba de lo que


sucedía alrededor de la cantante mientras realizaba Speed-the-Plow en Nueva
York.11 Su personaje «increíblemente agotador y espiritualmente deprimente»,12
así como el ambiente introspectivo de la obra, despertaron en ella sentimientos
de frustración y desesperación.11 Confesó que debido al estado de ánimo en el
que se encontraba en ese momento, lidió con mucha tristeza que no había
enfrentado en mucho tiempo, lo que se reflejó cada noche cuando debía
actuar.13 Aunado a ello, el papel que jugó la iglesia en su vida se convirtió en un
problema subyacente que plasmó en sus escritos.11

El título del disco proviene de la influencia del catolicismo en sus primeros años
de vida, así como de sus luchas con la religión; al respecto, declaró: «El tema
del catolicismo está presente en todo mi álbum. Soy yo la que lucha con el
misterio y la magia que lo rodea. Mi propio catolicismo está en constante
batalla».1415 Por otro lado, explicó que sus primeros álbumes «surgieron de la
niña que hay en mí, que solo está interesada en tener gente como yo, en
entretener, en ser encantadora, frívola y dulce. Y este nuevo es mi lado adulto,
que se preocupa por ser brutalmente honesto».21617 Añadió que este nuevo
proyecto era una «asimilación» de experiencias que había tenido en su vida y
en sus relaciones, por lo que trata sobre sus padres y los lazos con su familia,
«sobre el dolor de morir, de crecer y de dejar ir».18 Dado que había tenido
experiencias «increíbles», pero «dolorosas» con hombres, en parte Like a
Prayer representaba más lo último que lo primero; aun así, reconoció que el
disco tenía un punto de vista femenino «muy fuerte».1

Con Like a Prayer, Madonna se propuso sanar musicalmente sus heridas


emocionales y religiosas;19 para ello, trabajó con los productores Patrick
Leonard y Stephen Bray, con quienes ya había colaborado en True Blue y la
banda sonora de ¿Quién es esa chica?2021 Mientras ella consideraba sus
alternativas, los productores individualmente creaban pistas instrumentales e
ideas musicales para presentárselas. Si bien se conocían y ya habían trabajado
juntos con la cantante, existía cierta competencia entre ellos por ver quién
podía obtener la mayor cantidad de canciones en uno de sus álbumes. Ambos
aportaron su propio estilo al proyecto; Bray tenía una predilección por los
temas dance pop, mientras que Leonard tenía un estilo más melódico.
Madonna era consciente de la dinámica de relación entre los dos y notó que la
tensión era buena para la creatividad y los negocios; opinó: «Me gusta cuando
las personas se enfrentan. Incluso me gusta hasta cuando se me enfrentan. Si
quieres creatividad, debes tener chispas. Estoy a favor de eso».6

Sesiones con Leonard[editar]

La relación entre Madonna y Patrick


Leonard (fotografía) había sido estrecha y productiva; en menos de dos semanas, ambos
habían compuesto «Spanish Eyes», «Till Death Do Us Part», «Dear Jessie», «Promise
to Try», «Like a Prayer» y «Cherish»
La relación entre Madonna y Leonard había sido estrecha y productiva.22 Este
último la convenció de crear canciones que fueran experiencias intensamente
emocionales.23 Comentó que, en términos de «espíritu» y «enfoque» musical,
ambos estaban en una especie de «extremos opuestos del espectro». Mientras
que él había estudiado música desde temprana edad y aquello significaba su
«lenguaje», para ella se trataba más bien de la creatividad, «de un don natural,
de lo que el impulso dice que es correcto».24 Por esta razón, consideró que
eran como el yin y yang, «polos opuestos, y eso puede sacar tu mejor y más
comprometido trabajo. Creamos una química».23 Profundizó: «Siempre fue así
con nosotros, porque yo podía componer algo complicado y complejo —sobre
todo en el ámbito del pop— y ella respondía con algo muy simple y central. Y
cuando digo simple, no me refiero a estúpido. Quiero decir que no es
complicado. [...] No es fácil hacer algo simple».24

Madonna concordó con Leonard y explicó que su buena relación profesional se


debía a que ella era más «instintiva» y él, por su parte, «completamente
intelectual», de manera que la combinación resultaba «muy buena».25 De este
modo, Leonard componía la música, mientras que Madonna buscaba
inspiración emocional de sus experiencias recientes y trabajaba en las letras. A
veces él le presentaba alguna melodía que había compuesto —como la de «Oh
Father»— y la escuchaba repetidas veces;220 otras veces a ella se le ocurría
una letra, ya sea un gancho o un verso, y cantaba o bien tarareaba la línea
melódica y el productor la tocaba en el piano.25

Los dos trabajaban siempre en la música antes de pasar a la letra: «No creo
que él haya compuesto alguna vez una melodía que yo haya tomado y dicho:
"bien, ya está terminada, le pondré la letra"».25 Después, pasaban a la parte de
la voz y normalmente la primera interpretación vocal era la que conservaban,
técnica que aprendieron cuando grabaron True Blue.2426 Leonard no le veía
sentido hacer una «sesión vocal ritualista», dado que la energía era «más
pura» al ya conocer la canción e interpretarla a la primera, en lugar de
trabajarla y practicarla varias veces.24 Aquella recalcó que este modo de
trabajar llevaba mucho más tiempo debido a que no tocaba ningún instrumento,
pero al final el efecto era mucho más «personal».2 Adicionalmente, al
experimentar bloqueo del escritor en varias oportunidades, manifestó que
siempre busca inspiración para escribir las letras, desde salir a ver una película
hasta observar atentamente situaciones cotidianas. Añadió que «a veces Pat y
yo nos quedamos sentados y decimos, "vamos a escribir hoy". Pero luego hay
momentos en los que tienes que olvidarte y dejarlo e ir a buscar algo de
inspiración. Al final, no puedes lograrlo por la fuerza. Pero hay que tener cierta
disciplina. Cuando tengo que hacer un álbum, me siento y digo "ya está". Me
doy un período de tiempo. Pero de vez en cuando es muy difícil».27

Dado que en ese momento Leonard estaba produciendo otro álbum, ambos
solían trabajar por lo general los sábados o aquellos días que Madonna tenía
libres.28 En una entrevista con Billboard, detalló de manera más minuciosa el
método de trabajo; así, acudía al estudio a primera hora de la mañana y, para
cuando Madonna llegaba antes del mediodía, ya tenía una idea musical en
algún equipo que estuviese usando en ese momento, ya sea
un secuenciador Yamaha o una MPC 60. Creaba algún acorde, un ritmo de
batería o una línea de bajo y se lo presentaba a la cantante, quien escuchaba
la pista y luego intercambian ideas. En ocasiones le decía, «esta es la estrofa y
este es el estribillo», a lo que ella respondía «no, es al revés, cámbialos». Así,
Madonna empezaba a escribir la letra y a menudo había una melodía implícita,
que ella seguía o descartaba por otra. Este proceso duraba una hora, el mismo
tiempo que le tomaba a Leonard componer la música, luego cantaba lo que
había escrito y ambos añadían algunas armonías. De esta forma, trabajaban
una canción por día en apenas unas horas y no había grandes cambios o
modificaciones.24 La artista declaró que durante esta primera etapa, no tenía en
cuenta la estructura ni el primer estribillo o el primer puente, sino que
escuchaba la progresión de acordes o el compás una y otra vez hasta que
surgían las palabras, como una asociación libre, y las hacía encajar con la
música.25

«Like a Prayer» fue la primera canción que crearon a partir de esta dinámica de
trabajo; Leonard tenía los cambios de acordes para la estrofa y el estribillo y,
una vez que Madonna conceptualizó la forma en que interpondría sus ideas
con la música, escribió la letra en aproximadamente tres horas. 2930 Leonard
supo que sería la canción más importante, así como el sencillo principal, y que
sería un éxito: «Había algo único en ella que se hizo evidente y de alguna
manera hicimos que funcionara».24 «Promise to Try» continuó con la misma
técnica; el productor tocaba el piano y la artista empezaba a cantar: «La
construimos a partir de ahí. Empezábamos cosas y volvíamos a ellas».31 En
menos de dos semanas, habían compuesto «Spanish Eyes», «Till Death Do Us
Part», «Dear Jessie», «Promise to Try», «Like a Prayer» y «Cherish».21920 El
productor declaró que solo crearon aquellas canciones que estarían en el disco
y las compusieron «una por día, eso es todo. Unas pocas horas y estaban
hechas».24 No obstante, terminaron componiendo y grabando otros temas que
finalmente no figuraron en la lista final: «Supernatural», que sirvió poco tiempo
después como lado B de «Cherish», el tercer sencillo del álbum;2432 «Just a
Dream», otorgado a Donna De Lory —corista de Madonna— para su
primer álbum de estudio;33 y «Angels with Dirty Faces», que Leonard publicó en
su cuenta de YouTube en 2019.34

Sesiones con Bray[editar]


El trabajo con Bray fue similar; así, le enviaba un casete con algunas ideas y
luego se reunían y trabajaban en los arreglos de aquellas maquetas que ella
había elegido.28 Él solía componer un verso o un estribillo y luego junto con
Madonna agregaban el puente.1920 Al igual que con Leonard, esta última se
encargaba de las letras e intervenía en los últimos retoques; de una manera
metafórica, Bray comentó: «Siempre he hecho la caja torácica y el esqueleto de
las canciones, ella está presente para las últimas cosas como las cejas y el
corte de pelo, supongo».28 Sumado a ello, indicó que las canciones eran muy
sinceras y, mientras que True Blue trataba sobre el amor y sentirse
romántico, Like a Prayer marcó el inicio de otro capítulo más «introspectivo».23
Ambos crearon «Express Yourself», «Keep It Together», «First Is a Kiss» y
«Love Attack», aunque estas dos últimas no se incluyeron en el disco, ya que
no se ajustaban al ambiente «confesional» del resto de las canciones y
Madonna sentía que no eran lo suficientemente «reales» en ese momento.1920

Al trabajar de cerca con la cantante, Bray llegó a la conclusión de que


«necesitaba hacer este disco, estoy seguro de ello. Creo que fue algo catártico
para ella».28 En cuestión de semanas, Madonna consideró que había suficiente
material para un álbum completo.1920 Declaró que había un mismo tema que
unía todas las canciones —el catolicismo, la familia, la infancia y las relaciones
— por lo que descartó aquellas que no seguían dicha temática. 17 De esta
manera, «Till Death Do Us Part» revela heridas físicas y emocionales de su
relación con Sean Penn; «Promise to Try» aborda los pensamientos sobre la
pérdida de su madre cuando era pequeña y expone el sentimiento de
abandono y pérdida; «Oh Father» es una pieza metafórica en la que la
cantante explora sus relaciones dominadas por el machismo, en especial con la
de su padre; y «Dear Jessie», que sigue la temática sobre la infancia, es una
creación «melancólicamente psicodélica» sobre carruseles y elefantes rosas.320
35
Madonna reveló que «Promise to Try» y «Oh Father» eran «canciones
compañeras» por el contenido de sus letras.31

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