El Lenguaje de La Prensa
El Lenguaje de La Prensa
El Lenguaje de La Prensa
Prensa radial
1. CARACTERÍSTICAS
Según Martín Vivaldi ofrece una gama más amplia de rasgos universales del lenguaje periodístico que considera
requisitos necesarios del buen estilo. Menciona claridad, concisión, densidad, exactitud, precisión, sencillez, naturalidad,
originalidad, brevedad, variedad y ritmo. Casals Caro toma estas características por “Condiciones del estilo
periodístico”.
CLARIDAD: el texto tiene que ser fácil de entender, transparente, no ambiguo. Por este motivo, es necesario evitar un léxico
ambiguo y emplear las palabras adecuadas al tema tratado. En la prensa escrita (diarios, periódicos, semanarios, revistas, etc.)
se escribe para que nos entienda todo el mundo, exige en el escritor claridad de la ideas y transparencia expositiva. Visión clara
de los hechos o de las ideas y exposición tersa de los mismos. Es preciso utilizar un lenguaje fácil, a base de palabras
transparentes y frases breves. Se conseguirá así que el pensamiento del que escribe penetre sin esfuerzo en la mente del lector.
CONCISIÓN: utiliza solo las palabras indispensables, justas y significativas para expresar lo que se quiere decir. La concisión
lleva a la rapidez y a la viveza del estilo.
DENSIDAD: equivale, en la práctica, a la concisión y se traduce en que cada palabra o frase estén impregnadas de sentido.
Periodísticamente, la densidad del estilo pide hechos y más hechos.
EXACTITUD: no solo en los hechos que se narran, sino en las palabras que se utilizan para contar tales hechos. Hay que huir de
las palabras de amplio significado, sino buscar la palabra inevitable.
PRECISIÓN: requiere rigor lógico de las ideas, profundidad mental y sensibilidad de los hechos, dotes de observación y visión
clara.
SENCILLEZ: cualidad que se produce al utilizar palabras de uso común. La sencillez no quiere decir vulgaridad, un estilo puede
ser sencillo y elegante a la vez. Con palabras de uso común se puede expresar elevados pensamientos.
Siendo el periodismo un medio de comunicación social es obvio que su lenguaje sea siempre sencillo pero
asequible a la mayoría de todas las personas.
NATURALIDAD: esta se produce cuando se utiliza palabras o expresiones propias del conjunto personal y
social de quien escribe.
ORIGINALIDAD: periodísticamente, consiste en decir las cosas tal como las vemos y sentimos. Son los
hechos más importantes, lo trascendente, no las meras palabras o giros expresivos.
BREVEDAD: es impuesta por la limitación del espacio, al periodista se le recomienda rapidez, se le quiere decir que no escriba
demás, más de lo indispensable y necesario. La brevedad significa que en cada frase exista una sola idea.
VARIEDAD: implica una diversidad expresiva según los hechos que se narran, la variedad significa evitar la monotonía, la
pobreza de vocabulario, son también importante los diversos recursos de puntuación, procurando no abusar del punto, de las
comas, del punto y coma, comillas, paréntesis o guiones.
RITMO: la prosa periodística tiene su propio ritmo, cada historia, cada suceso, cada hecho que se relata exige su ritmo propio.
El periodista debe mostrar un lenguaje común, pero no vulgar ni tampoco pobre. El lenguaje del
informador debe tender hacia la precisión y resultará, por tanto, más eficaz si elige palabras con
significados muy concretos, ceñidos a la idea que se quiere resaltar.
CARACTERÍSTICAS EN EL LENGUAJE DE LA PRENSA TELEVISIVA
El lenguaje televisivo está determinado por su naturaleza visual y auditiva. En ella, se conjugan el lenguaje visual
o imágenes (lenguaje del cine), el lenguaje auditivo verbal y no verbal (lenguaje radiofónico) y el lenguaje
periodístico, sobre todo, en las informaciones (noticias, reportajes, etc.).
Si reconocemos cierto orden y reglas que rigen la puesta del mensaje televisivo, heredados de los lenguajes ya
mencionados y adaptados a su condición de producción, estamos en presencia de ciertas gramáticas y sintaxis
que constituyen el lenguaje de la prensa televisiva.
Fragmentación:
Los distintos programas pierden autonomía por la franja publicitaria. Los programas en general están pensados para ser presentados en
bloques, si bien ellos son parte de un todo, deben considerar su valor como unidad, al presumir la incorporación de televidencia, que
requiere de resúmenes o reiteraciones de contenidos en bloques anteriores, para capturar su atención.
Espectacularidad:
Su ingrediente esencial es el espectáculo. Una relación donde el espectador concurre al llamado, por diversas fuentes de interés,
intención y voluntad, a la entrega de puestas en escena, en las que se sostienen o alimentan varias formas de lenguaje.
Incitación al consumo:
La condición de la televisión, como veremos más adelante, está determinada por el financiamiento con publicidad
comercial. Al ser ésta la fuente principal de financiamiento, las empresas avisadoras tienen una alta injerencia en
el tipo de programación y los modelos de audiencia a construir.
Banalización de contenidos:
Al estar la televisión determinada por las condiciones de financiamiento ya expuestas, requiere de las mejores y altas
televidencias. Surge así la “necesidad” de generar un discurso apreciable por todos, un mensaje que sea entendido por las grandes
masas de consumidores, instala la puesta en circulación de discursos con una mínima profundidad y máxima extensión de temas.
Los programas televisivos presentan mecanismos que se estructuran de forma narrativo-testimonial, mediante imágenes y relatos, que
apuntan a un modelo lúdico-afectivo, modelo opuesto al modelo racional-analítico, basado en la lecto-escritura.
Emplear frases sencillas con un léxico común, para llegar a todo el mundo.
Utilizar repeticiones.
Evitar términos ofensivos o discriminatorios.
Mantener la atención del televidente mediante el empleo de recursos orales.
Cuidar la vocalización y el tono adecuado.
Enriquecer el contenido con la utilización del sonido, ambiente y música.
Utilizar como tiempo verbal preferente el presente y para dirigirse a hechos pasados el pretérito
perfecto.
Los programas están divididos por grandes bloques de publicidad.
Los mensajes son muy llamativos para mantener el interés.
Falsean la realidad como consecuencia de la tendencia a la superficialidad que tiene el medio televisivo.
Básicamente la televisión consiste en la transmisión de sonidos e imágenes en movimiento.
Su transmisión está gestionada por empresas y necesita ser rentable, porque uno de los objetivos de los
programadores es captar y mantener las audiencias.
o CARACTERÍSTICAS VERBALES:
La concisión: los mensajes radiofónicos deben ser breves y precisos para evitar el cansancio del
auditor.
La claridad: el mensaje debe ser claro y sencillo y han de transmitirse con una correcta
pronunciación y una entonación expresiva que mantenga la atención del oyente.
El dinamismo: la agilidad y rapidez oral mantienen la atención del oyente, lo que requiere una
preparación previa de los mensajes radiofónicos.
o CARACTERÍSTICAS NO VERBALES:
La música: cumple un rol fundamental, ya que puede ser usada tanto para ser escuchada y gozada por el
oyente, como para marcar cambios de programa, ambientar mensajes verbales, atraer la atención del
auditor, introducir secciones y destacar distintas emisoras.
Los efectos sonoros: son aquellos que reemplazan sonidos naturales (animales, fenómenos
atmosféricos, de la vida cotidiana, etc.) con el fin de ambientar determinados espacios radiales.
2. TIPOS
L. SUBLIMINAL
A. EJEMPLOS DE DIARIOS PERUANOS CON LENGUAJE ESTÁNDAR:
Es el modo de usar el lenguaje para expresar total cercanía del periódico hacia el lector aunque es muy usada en la
población en general, en las conversaciones amistosas o de cercanos.
Sin embrago existe un delgado límite entre el culto informal (coloquial) y el inculto informal, donde se usan jergas o
modismos propios de un sector especifico de la población.
Esta forma de prensa popular se inició con la llegada de los periódicos New York Sun (1883) y New York Herald (1885), que
además de abaratar sus precios, editaba artículos de interés humano, tales eran como sucesos en las ciudades, casos
policiales, noticias de farándula y espectáculos.
Más tarde en Argentina nace el diario Crítica (1913), que se le atribuye a Natalio Felix Botana, éste tenía las mismas
características que los anteriores.
“Prensa Popular” que no es más que la “oficialización” del periodismo amarillo que explota los hechos de sangre, sexo y
violencia para atraer lectores principalmente en las clases populares quedando en contravía de los parámetros éticos que
deben regir la profesión de periodista.
Hoy, la mal llamada prensa popular, que no es más que tabloides que se exacerban en mostrar hechos de sangre con
llamativas fotos a color y titulares que afectan la dignidad de las víctimas y sus familiares.
Sólo en Lima, existen más de trece periódicos de ese estilo que se ha enquistado en Colombia bajo la fachada de tabloides
“populares””.
A. EJEMPLOS DE DIARIOS PERUANOS CON
LENGUAJE POPULAR
o Diario La Chuchi
Que cascos azules peguen sin miedo dice chancho
Andrade
Somos “ kutra" de Andrade
o Diario El Chino
Ventanilla y Comas se juegan entero por el chino.
Con Fuji habrá chamba y bienestar para todos los
peruanos.
o Diario Extra
Cuadran a Toledo
La preferida - Chongoyape
Kaliente - Chiclayo
Sensacionalismo es un término periodístico peyorativo, que denuncia la manipulación informativa tendente a producir sensación,
emoción o impresión. Es aplicable a todos los medios de comunicación (especialmente la prensa escrita, la radio y la
televisión).
También se utilizan otros términos: amarillismo o "prensa amarilla" y periodismo del corazón o "prensa rosa" (para los asuntos de
escasa trascendencia objetiva, pero que despiertan gran interés entre el público, como la vida privada de personas famosas).
Los medios de comunicación sensacionalistas se caracterizan por difundir información polémica, chocante o que llama mucho
la atención, en perjuicio de otros asuntos o de los aspectos objetivamente más importantes de tales asuntos. Es común que en
los medios de comunicación sensacionalistas se tienda a vertir repetidamente información falsa o dañina.
Los objetivos del sensacionalismo son espurios para el periodismo: la obtención a toda costa de mayor repercusión (audiencia o
tirada), y por tanto mayores beneficios económicos, o la manipulación de la opinión pública (con un determinado propósito:
empresarial, político, social o ideológico).
La porno-miseria es identificable por su sola presentación: en televisión es explícita en los realitys donde se exponen los
defectos y bajos instintos de los participantes que sueñan con ser ricos y famosos a costa de su propia dignidad.
En los diarios, las primeras páginas de los tabloides abundan en noticias con titulares estrambóticos y de doble sentido que
violan la dignidad de la víctima y la de sus allegados. “Iba a comprar pan y le dieron: ¡pan, pan, pan!; o este otro: “Era carnicero y
lo relajaron a cuchilladas”, todos ellos acompañados de las imágenes sangrantes de los cadáveres presentándose así una
flagrante violación de la dignidad humana y el respeto por las víctimas, familiares e intimidad.
Según Javier Darío Restrepo (1994, p51) “…el sensacionalismo es una deformación interesada de una noticia, implica
manipulación y engaño y por tanto, burla la buena fe del público”.
En su libro Ética para periodistas, Restrepo sostiene que existen unos factores que terminan fomentando el sensacionalismo
propio de la prensa amarilla. En su concepto, ellos son:
o La falta de garantías para el buen ejercicio profesional.
o La concentración y monopolio de los medios
o La obsesión de competir por el rating de sintonía o circulación.
o El inmediatismo.
Javier Darío Restrepo (1994) explica el fenómeno, señalando que en la medida en que los medios de comunicación y sus
periodistas se dediquen a explotar el morbo sensacionalista esculcando, por ejemplo, en la vida privada de los personajes
públicos, menos tiempo le dedicarán a informar a la sociedad los problemas que a ésta verdaderamente le interesan. En ese
sentido se puede decir que la prensa amarillista y sensacionalista es, ante todo, un sofisma de distracción.
Es un lenguaje dentro de otro lenguaje. En todos los medios audiovisuales como la televisión, la radio o los anuncios de la prensa
escrita, los mensajes subliminales verbales o dibujados constituyen un lenguaje camuflado dentro de la imagen percibida
conscientemente.
Siempre que se habla de “mensajes subliminales” llega a la mente todo lo
relacionado con el sexo, la sensualidad, desnudez y el erotismo, pero no
siempre se tratan nada más de estos, ya que la publicidad como es tan ingeniosa que los mensajes pueden ser de otra índole y
no los logramos. Un ejemplo muy claro seria:
o La manipulación a la hora de la publicidad de las bebidas alcohólicas, perfumes, ropa, y detergentes.
Analizaremos la estructura del lenguaje periodístico, que se manifiestan en los niveles morfosintácticos y léxico-semántico de la lengua.
A. Nivel morfosintáctico: La búsqueda de la objetividad selecciona rasgos lingüísticos distintos de los que aparecen en los géneros de
opinión. Los primeros suelen estar también presentes en los géneros subjetivos (por la importancia de la apariencia de objetividad), pero
nunca al contrario.
En los géneros objetivos aparecen los siguientes rasgos: uso de oraciones enunciativas; de la tercera persona verbal; del
presente y pretérito perfecto simple; de sintagmas nominales extensos; de adjetivación escasa, frecuentemente especificativa y
de una sintaxis sencilla (preferencia por oraciones simples).
En los géneros subjetivos, además, se añaden las siguientes características: uso de oraciones interrogativas y exhortativas;
de las primeras y segundas personas verbales; pretéritas imperfectas y de una sintaxis compleja (causales, consecutivas).
En los titulares es frecuente la utilización de las estructuras nominales. Cuando aparece un verbo, suele utilizarse el presente
histórico.
También es habitual utilizar recursos lingüísticos que capten la atención del lector (coloquialismos, metáforas,
personificaciones…).
El periodismo digital ha generado dos tipos de titulares: los breves y sugerentes para la página de portada y los explicativos
para la consulta del artículo completo.
B. Nivel léxico-semántico:
En los géneros objetivos encontramos los siguientes rasgos: uso casi exclusivo de léxico denotativo; presencia de tecnicismos
propios del tema tratado (política, economía…); abundancia de siglas.
En los géneros subjetivos: léxico connotativo; frecuente uso de figuras literarias y de coloquialismos que buscan una fácil
identificación con el receptor.
Los manuales de estilo denuncian algunos errores lingüísticos frecuentes en la redacción periodística, originados, sin duda, por la
rapidez que exige la renovación de la información y por el descuido en la reiteración de incorrecciones. Señalamos algunos usos
corregibles:
o Exceso de eufemismos.
El titular proporciona un resumen o extracto de un escrito mucho más amplio que está impreso en el periódico. Por lo tanto, tienen
como función, informar pero complementariamente y la de indicar con brevedad, claridad y vivacidad, el contenido de la noticia
que encabeza.
Los titulares nunca podrán igualar en precisión y cantidad informativa a la noticia a que se refiere, pero sí despertar la atención
del lector. Además, según las estadísticas, muchos lectores que leen el periódico no pasan de los titulares. Entonces, los
periódicos lo que hacen, es poner el máximo interés en su titulación.
Para analizar un titular, debemos tener en cuenta las funciones que señaló BUHLER:
Representativa o denotativa: para designar los hechos; puramente informativa.
Apelativa: para atraer la atención.
Expresiva o connotativa: para exteriorizar intenciones concretas.
El lector también puede analizar un titular de manera crítica, atendiendo a los términos que en él se emplean .
Informativos: objetivo
Atrayentes
Comprometidos: subjetivos
Aprobatorios
Censorios
Por la extensión:
Por la tipografía:
Existe una red de artificios semióticos que el periódico puede utilizar para orientar la importancia de la información y enjuiciarla,
aunque la expresión lingüística se limite a narrar los hechos con imparcialidad
o NÚMERO DE COLUMNAS
o TAMAÑO Y TIPO DE LETRA
o FOTOGRAFÍAS