Evolución Histórica Del Idioma Guaraní
Evolución Histórica Del Idioma Guaraní
Evolución Histórica Del Idioma Guaraní
Para hablar de los primeros contactos del idioma guaraní con el castellano, debemos
remontarnos al año 1524, en que Alejo García descubre el Paraguay. Luego, en 1537, Juan de
Salazar funda Asunción, iniciándose con ese hecho una incesante relación de interacción entre
ambas lenguas.
Un aspecto significativo en esa relación constituye el hecho de que los conquistadores de esta
parte del Continente, se aliaron con los nativos. Domingo Martínez de Irala, por ejemplo, se
casa con la hija del cacique Mokirasê, y para completar su política de convivencia pacífica con
los nativos, aprendió el guaraní y lo habló con toda regularidad en su vida de relación. Muchos
de sus compañeros lo imitaron en esa conducta, casándose con jóvenes mujeres de aquella
primitiva sociedad, y así la mujer aborigen guaraní amamantó al paraguayo mestizo y le dio su
idioma.
EL BILINGÜISMO PARAGUAYO
La unión del español blanco que llegó a esta parte del Continente, con la mujer aborigen
guaraní, produjo el mestizo paraguayo. Mientras tanto, el hijo del padre y madre español,
nacido aquí, es el que conocemos como el "paraguayo criollo".
El mestizo, desde que empezó sus primeros balbuceos, fue influenciado por la madre que le
hablaba en guaraní, mientras el padre, por supuesto, le hablaba en castellano. Siempre
predominó en ese hijo mestizo el apego hacia el idioma guaraní, su lengua materna, y el
primer conflicto lingüístico con que tropezó ese niño mestizo paraguayo fue cuando salió de su
entorno familiar y tomó contacto con el entorno social para su alfabetización, la que inicia en
lengua castellana.
Así, de este contacto de las dos lenguas, de su interaccionar permanente y de sus recíprocas
interferencias, nace con el mismo paraguayo nuestro bilingüismo, con las características
apuntadas. Nuestro sistema educativo siempre se hizo sobre la base de ignorar la existencia
incuestionable del idioma guaraní, pretendiéndose alfabetizar a los niños paraguayos en
castellano, sean ellos criollos o mestizos. Este craso error de nuestra política educacional
pública, en el sentido de no asumir nuestro bilingüismo, error que hemos arrastrado hasta el
año 1994, es la causa fundamental de nuestra incompetencia lingüística.
Así como nunca se enseñó oficialmente el guaraní, nunca dejó de tener vigencia en la
comunicación diaria, familiar, informal, del paraguayo mestizo; y pronto se proyectó esta
influencia sobre el paraguayo criollo. Por este motivo, salvo contadas excepciones, el
paraguayo nunca manejó con soltura el castellano; y como tampoco nunca se le enseñó el
guaraní, nunca tuvo la competencia lingüística que normalmente tiene un mono parlante o
bilingüe coordinado.
ÉPOCA DE LA COLONIA
En esta época tuvieron su participación, muy importante por cierto, tanto los franciscanos
como los jesuitas. Pero estos últimos, miembros de la Compañía de Jesús, fueron los que más
contribuyeron para la difusión del idioma guaraní entre los españoles. Para lograr más
fácilmente el objetivo de difundir el mensaje de Cristo entre los Guaraní, tuvieron que estudiar
y aprender el idioma nativo.
En el año 1600, cuando llegaron aquí los primeros jesuitas (Simón Masseta y José Cataldino), el
idioma guaraní era hablado desde las costas del Caribe, gran parte del Brasil, Uruguay,
Paraguay, Corrientes actual, hasta los contrafuertes andinos, a orillas del Parapití, donde
habitaban los Chiriguano.
Año 1640: Arte y Vocabulario de la Lengua Guaraní, por Antonio Ruiz de Montoya.
Los jesuitas tuvieron su imprenta propia en las Misiones, y en ella se imprimieron estos
primeros libros en guaraní, con excepción de los de Ruiz de Montoya, que fueron impresos en
España.
ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA
Cuando Pedro Juan Caballero, Vicente Ignacio Iturbe y otros compañeros tuvieron el propósito
de copar el Cuartel de la Plaza, como primer paso del plan revolucionario independentista,
tomaron contacto en la noche del 14 de mayo de 1811 con el Oficial de Guardia, Mauricio José
Troche, y mediante un santo y seña expresado en guaraní, pudieron entrar al Cuartel.
Este hecho, sencillo pero significativo, nos permite expresar junto con otros historiadores, que
el primer capítulo de la historia del Paraguay independiente, fue escrito en guaraní.
ÉPOCA DEL DR. JOSÉ G. RODRÍGUEZ DE FRANCIA
El Dr. José G. Rodríguez de Francia entendió ya entonces que el idioma guaraní era uno de los
más fuertes factores de cohesión social entre los paraguayos. En su lucha por afianzar nuestra
independencia ante los países vecinos, utilizó el guaraní en cuantas circunstancias le cupo.
Llegó inclusive a utilizarlo en forma oficial, ya que acostumbraba enviar sus cartas con
instrucciones oficiales en guaraní a sus Delegados de Frontera. Fue un gran propulsor del
avañe'ẽ.
Durante su gobierno, Anastacio Rolón, escribió el primer himno patriótico en guaraní. Alguien,
para congraciarse, o tal vez para difundir entre los países vecinos, tradujo al castellano ese
himno, pero el propio Dr. Francia se encargó de aplastar la iniciativa. Sostuvo que el paraguayo
debía entonar siempre su Himno Nacional en su lengua autóctona.
En esta época, los nombres de pila en guaraní eran de uso muy común y generalizado. Las
mujeres llevaban generalmente nombres de flores en guaraní.
Durante la guerra de 1865 a 1870, el guaraní fue una poderosa arma; un arma invencible a la
que sólo tenían acceso nuestros compatriotas. En las arengas se usaba exclusivamente el
guaraní. Las canciones y los poemas hacían exaltación de nuestro idioma, y los periódicos que
circulaban durante la guerra, se escribían en castellano y guaraní. Esta circunstancia les
resultaba insoportable a los aliados, especialmente a los argentinos.
El Mcal. López, que hablaba con perfección el francés, el inglés y otros idiomas europeos,
cuando debía dirigirse a su pueblo, prefería hacerlo en guaraní, y lo hacía fluidamente en dicho
idioma, especialmente a su ejército en campaña. En su campamento de Paso Puku, dictó
disposiciones específicas sobre el uso del guaraní, por razones estratégicas, durante la guerra.
Incluso, en dicho campamento, se reunió el primer Congreso de Guaranistas en un intento de
producir la segunda normatización de nuestra lengua nativa. Luis Camino y Juan Crisóstomo
Centurión fueron los más destacados protagonistas de aquel evento. En esa época aparecieron
los combativos periódicos bilingües guaraní-castellano Kavichu'i, Centinela, y Estrella.
LA POST-GUERRA DE 1875 A 1870
Fue una época de intensa propaganda en contra del guaraní. Se ha desatado una persecución
contra nuestro idioma en forma increíble. Explicamos brevemente este fenómeno.
Cuando los aliados (Brasil y Argentina) entraron en Asunción aún antes de la finalización de la
guerra, impusieron un gobierno para el Paraguay, tal como tenían previsto en el Tratado de la
Triple Alianza. Las circunstancias especiales que se vivían en la República en esos momentos,
hicieron que se sucedieran hechos y conductas increíbles protagonizados por nuestros propios
compatriotas. Una comisión paraguaya que gestionó ante los aliados la formación de un
Gobierno Provisorio integrado por paraguayos, acepta el Tratado de la Triple Alianza hasta en
sus cláusulas más denigrantes para nuestra nacionalidad; cláusulas atentatorias contra la
dignidad de la República. (Véase Proceso a los Falsificadores de la HIstoria del Paraguay, de
Atilio García Mellid, Tomo II, Ediciones Theoría, Buenos Aires, 1964).
Así se sistematizó una prédica permanente contra todo lo que fuera característico de nuestra
nacionalidad. Para ello se creó un periódico con el sugestivo nombre de "La Regeneración". Lo
fundó Juan C. Decoud, exactamente el 1 de octubre de 1869, y la dirección del periódico dejó a
cargo de su hijo, Juan José Decoud. En el primer número de ese periódico, bisemanario, se
repetía esa frase que decía que el guaraní era una espantosa creación de la ignorancia y el
retroceso, y que «esta lacra, así como el nombre de Francisco Solano López, hay que borrar de
la mente de nuestros compatriotas para poder regenerar al pueblo todo».
Recojo y cito aquí una frase de Don Atilio García Mellid, gran escritor-historiador argentino, en
su libro ya citado, porque creo que pinta tal cual sentimos ahora aquel fenómeno:
«En forma bien contundente se hacían visibles los sentimientos de odio hacia todas la formas
de la espiritualidad nativa, irrumpiendo con ímpetu destructores en el otrora sagrado recinto
de la raza guaraní».
Creo que aquella etapa de la vida paraguaya, una desgraciada etapa por cierto, dio origen a la
disparidad de criterios que hasta hoy existe entre los paraguayos, respecto al guaraní, aunque
cada vez en forma menos significativa. Es fácil entender que, como el guaraní es el más
revante de todos los valores culturales que conforman nuestra identidad nacional, ha sido el
más perseguido y vapuleado por la antiparaguayidad de entonces, y, lamentablemente,
quedan aún hoy secuelas de aquellas persecuciones.
De allí viene la creencia de que el guaraní es un idioma de "indio", así... en forma peyorativa; la
creencia de que el guaraní disminuye el estatus social; que hablar guaraní es bajeza. Todas
estas creencias y otras similares, son lastres de las que no hemos podido aún desprendernos
totalmente.
La concurrencia de algunos factores hizo que poco a poco el guaraní fuera recuperando otra
vez el terreno perdido, como consecuencia de la sistemática campaña de desprestigio contra
él, así como contra otros valores tradicionales de nuestra cultura.
Parece mentira, pero otra desgraciada circunstancia bélica, esta vez la guerra con Bolivia,
volvió a darnos la lección en el sentido de que nosotros los paraguayos no podemos ni
debemos deshacernos de nuestro idioma autóctono. Las arengas en campaña volvían a
hacerse en guaraní. Claves y mensajes se repetían en guaraní para despistar al enemigo, y para
los momentos de solaz y esparcimiento, en los cañadones chaqueños, no había mejor
instrumento que el idioma guaraní. Canciones típicas de inspiración folclórica, tales como "Che
la Reina", "Rojas Silva rekávo", "13 Tujuti", "Retenpe pyhare" y otras, enardecían el ánimo del
soldado paraguayo.
NACIONALIZACIÓN DEL IDIOMA GUARANÍ
A partir de entonces, mucho se ha logrado. El más importante logro, tal vez como
consecuencia de aquella disposición constitucional, es su inclusión en los planes de estudios
del Ministerio de Educación y Culto, para la enseñanza del idioma en los tres primeros cursos
del ciclo secundario, y la creación de la carrera de Licenciatura en Lengua Guaraní, en el
Instituto Superior de Lenguas, dependiente de la Facultad de Filosofía de la Universidad
Nacional de Asunción. En la Universidad Católica también el guaraní gana un espacio
importante al crearse una cátedra de idioma guaraní en su Instituto Superior de Teología.
OFICIALIZACIÓN
Con la oficialización, se repara la discriminación que desde siempre sufrió el idioma guaraní
frente al castellano, lo que significa que es totalmente legítimo peticionar a las autoridades
nacionales, a partir de esa oficialización, para que se vayan dictando las disposiciones
reglamentarias que aseguren la aplicación y observancia de esas disposiciones constitucionales
relativas al idioma guaraní y a la enseñanza bilingüe en el país, para que el guaraní vaya
ocupando efectivamente el lugar que le corresponde en el Paraguay como vehículo de
comunicación social preferido y de hermandad entre los paraguayos.
EFECTOS DE SU OFICIALIZACIÓN
La oficialización del idioma guaraní ha sido concretada, como ya se indicó, a través de una
disposición constitucional, y en consecuencia, la misma Convención Nacional Constituyente
dispuso la traducción al guaraní del texto íntegro de la Constitución Nacional.
Como la oficialización implica un derecho para todos los paraguayos de utilizar cualquiera de
los dos idiomas en todos los actos de comunicación, porque a partir de ese acto jurídico, el
guaraní estaba ubicado en paridad de condiciones con el castellano en todo el país, surge la
necesidad de implementar y legislar sobre una serie de cuestiones lingüísticas, tales como:
Creemos legítimo nuestro anhelo de una pronta creación de este organismo público, y
establecer los lineamientos de una política lingüística que consulte nuestra realidad
sociolingüística. Esto es indispensable, porque si vamos a hacer efectivas esas disposiciones
constitucionales de que hemos hablado, y vamos a darle a todos los paraguayos la libertad de
manifestarse en el idioma de su preferencai, se tendrá que disponer de materiales didácticos
en guaraní así como existen en castellano, y esos materiales se deben elaborar en base a una
política determinada previamente. Alguien debe elaborar y alguien debe supervisar la validez
de dichos materiales.
Se tendrá que traducir al guaraní todo nuestro derecho positivo, la legislación de fondo (los
códigos), las leyes en general no codificadas, los decretos del Poder ejecutivo y de los
Gobiernos Derpartamentales, las Acordadas del Poder Jucidial, las Ordenanzas Municipales, los
Edictos y las Resoluciones Administrativas. Alguien debe traducir esos documentos y alguien
debe supeervisar esas traducciones. Las leyes que vaya sancionando el Parlamento Nacional y
promulgando el Poder Ejecutivo, deben traducirce al guaraní.
Cómo se hace y quiénes serán los indicados para hacerlos, y quiénes supervisarán estos
trabajos, son los interrogantes que deben tener respuestas en forma urgente. Solamente con
la creación del organismo técnico con facultades especiales de que hacíamos referencia, y una
política lingüística adecuada a nuestras necesidades, darán respuestas efectivas a los
interrogantes que plantean estos quehaceres que se avecinan.
Al producirse aquí en América el fenómeno que se ha dado en llamar "la recomposición del
mundo amerindio", cambió la conformación areal y cultural de las lenguas precolombinas,
desde el punto de vista lingüístico, en esta parte del mundo.
a) Área de romanización completa: Es el área en que los países han perdido por completo las
lenguas indígenas. Es el caso de Cuba, Haití, República Dominicana, y Uruguay.
b) Área de romanización parcial: Es el área en que se encuentran los países en los cuales se
mantienen las lenguas indígenas como pequeños islotes. Es el caso de Chile, Argentina, Brasil,
Guayanas, Nicaragua, Costa Rica, Martinica, El Salvador, y Panamá.
c) Área de grandes comunidades indígenas: Esta área se caracteriza por una gran dispersión de
las lenguas aborígenes. Es el caso de Colombia –con más de 100 lenguas diferentes,
pertenecientes a diversas familias lingüísticas–, Venezuela –con más de 40 lenguas–, y México
–con más de 150 lenguas pertenecientes a las dos grandes familias lingüísticas: náhuatl y
maya–.
EL GUARANÍ PREHISPÁNICO
Otro conjunto de idiomas aborígenes estaba conformado por las lenguas del Guairá (Itatĩ, Tapé
y Paranaguá). Este grupo es diferente al anterior, y tomó contacto con el castellano a través de
los miembros de la Compañía de Jesús. El Tercer grupo es representado por los Ka'yĝua
(Mbya). Es el grupo que menos contacto tuvo con el castellano. Son las tres variantes de la
lengua guaraní precolombina o prehispánica.