Economía Política - Oskar Lange - 01 Problemas Generales

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OSKAR LANGE

Economía Política
i
PROBLEMAS GENERALES

BIBLIOTECA
UNICARIBE
REGISTRO— ^AnO- JL-íÉ-

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
%

Primera edición en polaco, 1959


Primera edición en francés, 1962
Primera edición en Inglés, 1963
Primera edición en español, 1966 t
Primera reimpresión, 1969
Segunda reimpresión, 1971
Tercera reimpresión, 1973
Cuarta reimpresión, 1974
Quinta reimpresión, 1974
Sexta reimpresión, 1976
Séptima reimpresión, 1978
Octava reimpresión, 1979
Novena reimpresión, 1980
Décima reimpresión, 1981
Dccimaprimera reimpresión, 1982

Título original
Political Economy, Vol. I General Problcms
©1959 Panstwowe Wydawnictwo Naukowe, Varsovia
y Pergamon Press, Ltd., Oxford

D. R. © 1966 Fondo di- Cultora Económica


Av. de la Universidad, 975; 03100 México, D. F.

ISB1 JÜ-16-02’2 J
isbí )68-16-nr' -6 (GENERAL)

Impi j en Méxn
NOTA DEL TRADUCTOR

La traducción de esta obra del eminente profesor Oscar Lange ha sido


realizada de la edición francesa (Prcsscs Universitaires de Frunce, 1962,
publicada con la colaboración de la 6’ Sección de l'École de Hautes
Études). Además, se han tenido presentes: la edición inglesa (Pergdtnon
Press, 1963) y la edición italiana (Editori Riuniti, 1962). Tanto en la
edición inglesa como en la tercera edición polaca, el autor introdujo algu­
nas ligeras modificaciones, pero por deferencia expresa del profesor
Lange, la edición española comprende todas estas modificaciones y adi­
ciones, por lo que aparece totalmente puesta al día.
Además, la edición en español —a diferencia de las ediciones publi­
cadas en otros idiomas— lleva, de acuerdo con el propio autor, un
índice bibliográfico de las obras citadas. Este índice ha de ser de gran
utilidad para el estudioso, pues comprende la ficha bibliográfica de las
principales obras sobre economía y ciencias afines, editadas tanto en
español como en otros idiomas.
Al citar las obras en el texto se incluyen, siempre que ello ha sido
posible y en el orden que se indica, los datos siguientes: autor, título de
la obra en el idioma original, fecha de su aparición —entre paréntesis—,
título de la nbra en español (si existe tal versión), traductor, editor de la
versión española, lugar, fecha y, por último, página o páginas de donde
be extrajo la cita o —caso de existir traducción española— donde ésta
fue confrontada.
Las citas han sido confrontadas cor la edición española más cuidada
que se ha logrado encontrar, ue la que se da referencia detallada en
cada caso. Cuando no existía traducción española, o ésta no ha sido
posible conseguirla, la cita se ha extraído de la referencia del profesor
Lange. En este sentido ¿e h? dado, pues, preferencia a las traducciones
españolas y, en su defecto, a las francesas, inglesas, italianas o alemanas,
casi siempre por este mismo orden
Los títulos de las obras en polaco, aunque en las demás ediciones
occidentales han sido adaptados a la? fonética respectiva de cada idioma,
en la presente edición se han dejado con los misinos caracteres polacos,
sin adaptación fonética, ya que este idioma, pese a sus raíces eslavas, se
escribe con caracteres latinos No obstante cada título en polaco lleva
a continuación, entre paréntesis, la traducción del mismo al español.
En cuanto a los títulos de las obras en ruso, están transcritos de
acuerdo con la fonética española, pues se ha considerado que no sería,
en general, de gran utilidad su impresión en caracteres cirílicos. Pero lo
mismo que las obras en polaco, los títulos de los obras rusas citadas
llevan, a continuación y entre paréntesis, su traducción al idioma español.
7
8 NOTA DEL TRADUCTOR
En lo que se refiere a la terminología, se ha procu. <o seguir la
empleada por la corriente marxista y por los mejores traductores de

-ar
obras m a ais tas al español A veces han surgido problemas difíciles


la elección terminológica. En estos casos se ha consultado al pro
autor, cuyos consejos y sugerencias han sido de inapreciable valor.

Madrid, 1965
PRÓLOGO A ¿A EDICIÓN ESPAÑOLA

Este libro constituye el primer tomo de un tratado general de economía


política que me propongo escribir. La primera edición fue publicada
en Polonia en 1959. Desde entonces han aparecido tres ediciones polacas.
El libro ha sido traducido al francés, italiano, inglés y portugués. Otras
traducciones están a punto de aparecer.
El libro intenta presentar un tratado sintético de los resultados de
mis estudios en diversos dominios de la ciencia económica. Creo que
el estado presente de la ciencia económica y el desarrollo ecun$n*^j en
diversas partes del mundo han creado las condiciones que hacen posíbh
semejante síntesis. Aún más, una visión sintética de la ciencia económica
es necesaria para hacer comprender los desarrollos económicos contem­
poráneos.
Semejante síntesis exige una amplia concepción de la economía polí­
tica en tanto que ciencia que estudia, el proceso del desarrollo económico
en el contexto de las condiciones sociales formadas por la historia. La eco­
nomía política debe establecer las leyes que determinan el desarrollo de
la sociedad económica moderna, y mostrar cómo estas leyes pueden ser
utilizadas para nivelar conscientemente el proceso económico, para
someterlo a la dirección de la voluntad y de los fines humanos.
En los países que han adoptado un sistema económico socialista
—como Polonia—, el desarrollo económico está planificado. La econo­
mía política constituye la base científica de la práctica de la planifica*
eión. Peso la cuestión de la plan¿ficación económica ce plantea también,
y cada vez más netamente, en otros países. Su plantea-particularmente
en los llamados países subdesarrollados, que intentan superar su retraso
económico y social y entrar en lá’vfo de un rápido progreso económico
y social. Hasta en los países capitalistas muy desarrollados el interés-por
ía planificación económica se incrementa como consecuencia de 1os pro­
blemas planteados por la coexistencia con los países socialistas, que están
logrando un rápido progreso económico.
Los pueblos están cada vez menos dispuestos a dejar los procesos
socio-económicos a su curso espontáneo, a aceptarlos como si pertene­
cieran al orden inevitable de una “Providencia” o del destino. Los pue­
blos desean tomar su destino en sus propias manos, influir en las con­
diciones sociales y económicas para acelerar el progreso, para realizar sus
aspiraciones en el dominio dél nivel de vida, de la justicia social, en el
de la vida intelectual y cultural. La ciencia económica debe suministrar
los medios para satisfacer estos fines.
Tal es la concepción que inspira mi obra sobre el papel social de la
ciencia económica. Espero que esta concepción será bien recibida en los
10 PRÓLOGO LA EDICIÓN ESPADOLA
C
países de habla española —en España y en América Latina—, donde
los problemas de la aceleración del desarrollo económico y social se plan­
tean como problemas de una importancia práctica inmediata. Los propios
lectores juzgarán en qué medida lie logrado mi propósito.

Oscar Lance
Varsovia, 1964

biblioteca
UNICARIBE
registro— n0—-
/ I. OBJETO DE LA ECONOMÍA POLITICA.

NOCIONES PRELIMINARES
t
I
La economía política r^j^nomíasocial^^
sociales que rigen la producción y la .distribución de los.mcdios.matc.ria-
les que sirven para satisfacer las necesidades -humanas*.

Xxw necesidades humanas y los medios de satisfacerlas


El hombre.que vive en una sociedadjque se.encuentra a un cfato .nivel
de desarrollo histórico tiene necesidades ide.div.erso. orden, tales como Tá'
nutrición, el vestido, la vivienda, la educación de los niños, los ocios y
otras muchas Djia^.9rte_de_estas.juc^idades_ti.ene_eLcarácter.
dé_necesidades_bÍQlógicas, .cuya .satisfación_^_indispensable_ para vivir;.,
las .otras .son. consecuencia de la vida en común de los hombres dentro
deJaj&ciedadp el producto de un conjunto de condiciones que designa­
mos con la expresión: cultura de una sociedad dada. Pero incluso las
necesidades biológicas del hombre revisten un carácter y una forma que
son función de la cultura de la sociedad en la que vive. Estas necesi­
dades son individuales o colectivas. Las colectivas, como por ejemplo la
necesidad de garantizar la seguridad, así como muchas necesidades rela­
cionadas con los ocios, son consecuencia directa de la vida social y en
común de los hombres. Las necesidades de los hombres, aunque hayan
surgido .inicialniente-dft. necesidades-bínfógicas. jonf pn«, prnétert/y—
de. la vida social y en común, y dependen de un grado deteiTninado.de
.desarrollo de ¡a la sociedad human
nun a.
Para satisfacer
._________________ noces:
^S-dadcsliumai *¿¡l .$£JL. mdisp£ns^ble$._¿)b;£tQs^
uiaterialeg, tales corno pan, vestidos, casas, carbón, películas, libros, dis­
fraces de carnaval, aceras, faroles, autobuses,\escp cías y otras muchas
cosas. Estos. Los bienes son, pues.
medios materiales que satisfacen Jas^ecesidades^huw^ / El hombre
i)bti.e_ne^tosmedios Je hjnaturalezajqueJ.e^
satisfacen las necesidades, como, por ejemplo, el aire necesario para_la.
respiración, son directamente suministrados por la naturaleza bajo una
forma que no exige ninguna actividad humana„^arajipxQpiárselo.$¿ ..Dado
que estos bienes nojson objeto deJa_acti\ddad hujnana,Ja_CCQnQmía-
política no se interesa por ellos. Por el contrario, la inmensa mayoría-
dejos medios que satisfacenJ^sjiec^ídadesjejibti2?S? ^e la naturaleza,
por vía de extracción, de transfoimaci?n, de modincacíónTde los carao-
Jer^JE^^i]Imicos^¿2EQL^cQs^oi-ir'xÍio.x]c.iin-xlesplazanHento..e?z.
-eL.®pacio p. deja cQns«vací6n.cn. efJi.empck.

l Estos objetos son designados habitualmente con el nombre de "bienes libres”. i


I
11 '
12 NOCIONES PRELIMINARES
mai
de
La producción, el trabajo ma
La acfhridad Rumana ..cjicaminada a la utilización de las reservas y deJai sot’
fuerzas ¿ na;
?rófiL en cuanto a por-Lmedio_de-iaL
actividad, los llamamos £íodi¿ctost - De lo que acabamos de decir, se des­
prende que tpdos Iqs bienes^..los-cuales_.se,ocupa la economía política
son productos^Cuando nos referimos a los, objetos materiales considerán­ L
dolos como nwdto„de^atisfacecíasuiecesidadcs-.huinanas, Jo$ jlaniamos si
¿IQUCS; ando_pensamps en_ellQS como resultado de la_ actividad humana d
i:
La producción es la actividad humana, .que.adapta Jas teservas.y Jas i
£uerzas-.dc.Ja_naturaleza«aJas-necesidades-humanas» SeJrata_de una acti- I
vidad consciente e intencional. Y precisamente esta^activjdad-intonar
cional j consciente es la que diferencia al. hombn^de los animal&/Ly_S£.
de trdbtfjo/''Mediante él trabajo, el hombre actúa sobre la naturaleza, la

transforma de acuerdo con sus necesidades. Pe^o simultáneamente, me­


diante el trabajo, el hombre se modela a sí mismo igualmente: “se forma”,
adquiere y desarrolla en sí la capacidad de ejecutar diversas actividades.
“El .tiabajo —dice Marx— es, en primer término, un proceso entre la
naturaleza y el hombre, proceso en que éste realiza, regula y controla
mediante su propia acción su intercambio de materias con la naturaleza.
En este proceso, el-hombre se enfrenta como un poder natural con la
materia de ¡i naturaleza. Púfic eu acción hs fuerzas naturales que íor-
2 La mayoría He los animales utiliza ¿¡rectamente la naturaleza que los rodea sin
adaptarla a sus necesidades. En las denominadas sociedades animales, que encontramos,
poi ejemplo, en las hormigas o en las termitas, la adaptación del medio a las necesidades
l
v:tale$ (la construcción de hormigueros, por ejemplo) se realiza hi virtud de un instinto
inconsciente, no como resultado jlc. una actividad consciente e intencional. Consúltese
sobre este téma: L. Krzywickt, Rozwój spoleczriy wiród zwietzat i u roriza ju ludzkiego.
Studfa socjologiczr.e (El desarrollo social en los animales y en la especie humana. Estu­
dios sociológicos), PIW, Varsovia, 1951, pp. 193-200. [Ludwik Krzywicki (1859-1941)
—eminente sociólogo, economista, etnólogo, periodista y político polaco— fue el primer
teórico sobresaliente del marxismo en Polonia, donde ha representado, en cuanto a su
desarrollo, un papel análogo al de Karl Kautsky en Alemania, Paul Lafargue en Francia,
Antonio Labriola en Itelia y J. V. Plcjánov en Rusia. Escribió la primera obra en
polaco sobre la concepción materialista de la historia, dirigió la traducción polaca de]
libro primero de El Capital de Marx, y difundió el marxismo en sus artículos. En los
últimos años de su vida abandonó toda actividad política para consagrarse exclusivamente
a sus trabajos científicos.] Marx había ya comprobado anteriormente este hecho,, y escri­
bió: "Una araña ejecuta operaciones que semejan las manipulaciones del tejedor, y la
construcción de los fanales de las abejas podrían asombrar, por su perfección, a más
de un arquitecto. Pero hay algo en el peor arquitecto que av^^ia a la mejor abeja,
y es el hecho d<5 que, antes de ejecutar la construcción, la proyecta en su cerebro (...)
El obrero no se limita a hacer cambiar de forma la materia que le brinda la naturaleza,
sino que, al mismo tiempo, realiza en ella su fin, fin que él sabe que rige como una ley
las modalidades de su actuación, y al que tiene necesariamente que supeditar su volun­
tad.” Karl Marx, Das Kapital (1867). Cf. El Capital, libro K, tomo I Fond de Cul­
tura Económica, Mé»*cu, 1959, tr. de XV. Roces, pp. 130-131.
> NOCIONES PRELIMINARES ' 13
man su corporeidad, los brazos y las pierhas, las manos y la cabeza, para
de ese modo asimilarse, bajo una forma útil para su propia vida, las
materias que la naturaleza le brinda. Y a la par que de ese modo actúa
sobre la naturaleza exterior a él y la transforma, transforma su propia
naturaleza, desarrollando las potencias que dormitan en él...”3

Los medios de producción y los medios de consumo


La producción, por consiguiente, se basa en el trabajo. El hombre, en
su trabajo, se sirve de diversos objetos materiales que llamamos medios
de producción, tales como: arados, bestias de carga, máquinas, edificios
industriales, vagones, barcos, mineral de hierro, acero, azufre, etc Algu­
nos medios de producción son transformados en el curso del proceso del
trabajo, y entonces los denominamos objetos de trabajo., Estos objetos
de trabajo son las riquezas naturales, como la tierra, la fauna de los bos­
ques, el carbón de las minas, etc., así como las materias primas y los
productos semi-acabados o artículos intermedios tales como el algodón,
las máquinas a medio fabricar y otros. Otro segundo grupo de medios
de producción sirve para transformar, para modificar los objetos de tra­
bajo,. y son los que se llaman medios de trabajo. A título de ejemplo, se
puede citar ante todo los instrumentos de trabajo, es decir: objetos
especialmente adaptados a la ejecución de una actividad dada, como las
hachas, las láminas de sierra, las máquinas, el instrumental químico,
las locomotoras, etc. Ciertos objetos, que no son verdaderos instrumen­
tos, pero que son, sin embargo, necesarios para la utilización de los
instrumentos, constituyen igualmente medios de h-abajo. Entre éstos te­
nemos, por ejemplo, los edificios, ios puertos, las carreteras, los almacenes,
e igualmente la tierra (que pu^du ser, a la vez, objeto de trabajo).
— Los medios de producción no sirven directamente para la satisfac­
ción de las necesidades humanas; pero, no obstante, sirven indirecta­
mente para este fin, dado que son indispensables para la producción de
los bienes que constituyen los medios que satisfacen las necesidades?] Por
ello, consideramos también como bienes los medios de producción; es
decir, como medios materiales de satisfacer las necesidades. A fin de
destacar la diferencia entre los medios de producción, que no sirven
sino indirectamente para la satisfacción de las necesidades, y los medios
que sirven directamente para este fin, llamamos a los primeros bienes de
producción, y a los segundos, bienes de consumo. A veces, se emplean
igualmente las expresiones bienes indirectos y bienes directos, expresio­
nes que aclaran por sí mismas de qué bienes se trata en cada caso. I*a di­
ferencia entre bienes de producción y bienes de consumo o, dicho de otro
modo, entre los medie* de producción y los medios de consumo, no es
una diferencia material. Un mismo objetó (el carbón, por ejemplo)
puede ser tanto un medio de producción, como un medio de consumo.

3 Carlos Marx, El Capital, libro í?, tomo I, ed. esp. cit., p. 130.,
14 NOCIONES PRELIMINARES

La diferencia entre los bienes de producción y los ’de consumo tiene un


carácter funcional; acentúa una u otra función de los bienes para la satis­
facción de las necesidades humanas.
En cuanto ¿lvacto mismo de satisfacer las necesidades, le llamamos
consumo. Los bienes de consumo son usados en el acto del consumo,
bien de una sola vez-(como los alimentos, por ejemplo), bien poco a
poco (como el vestido). Por analogía, solemos designar al desgaste equi­
valente de los medies de producción con la expresión consumo produc­
tivo.4 *No obstante, no se trata en este caso de consumo en el sentido
esrticto del término y, para señalar bien la diferencia, es mejor hablar
de uso de una sola vez (inmediato) y de uso gradual (desgaste) de los
medios de producción.

Carácter social de la producción y de la distribución


La producción de losi medios materiales que sirven para satisfacer las
necesidades tiene carácter social, es siempre una producción social. Robin-
son Crusoe, que produce aisladamente, al margen de la sociedad humana,
es una ficción sin correspondencia con la realidad. Por ello, Carlos
Marx, que fue el primero que realizó el análisis consecuente del carácter
social de la producción, escribe: “©orno los individuos producen en socie­
dad, la producción de individuos socialmente determinada es, natural­
mente, el punto de partida. (...) Cuanto más nos remontamos en el
curso de la historia, tanto más el individuo —y por consecuencia el indi­
viduo productor tembién—r aparecen en un estado de dependencia como
miembió de un todo más grande.. (...) Cuando se habb, de
producción, se trata siempre de la producción en un grado determinado
del desarrollo social, de la producción de individuos que viven en so­
ciedad.*' 6
El carácter social de la producción se deriva del carácter social del
trabajo. Los hombres que producen los bienes no trabajan aisladamente.
El trabajo de los diversos individuos se engrana y se combina: los hom-
bres cooperan entre ellos y trabajan los unos para los El trabajo
en cómún de los hombres durante la producción se llama cooperación,
y el trabajo de unos hombres para otros se efectúa bajo la forma de
división del trabajo, gracias a la cual los diversos individuos se especia­
lizan en diferentes géneros de trabajo. De esta manera, el trabajo de un
individuo no es sino una parte del trabajo combinado y asociado de todos
los miembros de la sociedad; es una parte del trabajo social, cuyo pro­
ducto está representado por los bienes que sirven, directa o indirecta­
mente, para satisfacer las necesidades humanas en la sociedad.
Los, productos son, pues, el fruto del baba jo social, y tienen igual­
4 Jbid., p. 136.
c Karl Marx, Zur Kritík der politischen Oekonomie (Berlín, 1859). Cf. Aportación
a la crítica de la economía política. Librería Bergua, tr. de Javier Merino, Madrid, 1933,
pp. 208-210.
NOCIONES PRELIMINARES 15
mente un carácter social. Sirven —directa o indirectamente— para
satisfacer las necesidades individuales o colectivas de los hombres que
viven en sociedad.1 Precisamente con este fin se realiza el reparto, o más
bien, la distribución de los productos entre los miembros de la sociedad.
Ésta es en parte una distribución entre individuos, ligada al consumo
individual, y en parte, por el contrario, una distribución entre grupos
organizados de individuos (por ejemplo, municipios, asociaciones, insti­
tuciones), distribución ligada al consumo colectivo. Es evidente que el
reparto .¿ene un carácter social; es, en efecto, por naturaleza, un acto
social, [¿n los diferentes grados de desarrollo histórico de la sociedad,
la distribución reviste formas diferentes. Una de estas formas, de espe­
cial importancia en la historia social, es el intercambio de productos.
No obstante, ésta no es la única forma de distribución que se conoce
en el curso de la historia^?

Trabajo productivo y no productivo (los servicios)


La distribución de los productos es igualmente una actividad humana,
que exige la ejecución de cierta número de actividades conscientes c in­
tencionales o, para decirlo de otra manera, que exige la ejecución de un
trabajo; poi ejemplo, el trabajo del vendedor de un almacén o el de una
persona que se dedique a repartir los productos en especie, i Además,
existen actividades humanas —géneros de trabajo— capaces de satisfa­
cer directamente las neccsidad^de los hombres, sin que antes sean crea­
dos obiet™ materiales o bienes-^xr ejemplo, hs actividades ¿4 arUsta
o del profesor., Ni el trabajo ligado a la distribución de los productos,
ni las actividades que satisfacen directamente las necesidades humanas,
crean objetos materiales, es decir, bienes o pioductos. Por dio, se les
designa habitualmente con el nombre de trabajo no productivo, para
7 que es el que crea los objetos ma-
distinguirlos del trabajo productivo,6
6 Federico Engels definió la economía política como la “ciencia de las leyes que
rigen la producción y el intercambio de los medios materiales de subsistencia en la socie­
dad humana”. Cf. Engels, Herr Eugen Dühring Umwiüzung der Wissenschaft (1878),
tr. al español por Ediciones en Lenguas Extranjeras de Moscú y publicado con el título
de Anti-Díihring, por Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1961, 3* cd., p. 179. Esta
fórmula corresponde enteramente a la definición que hemos adoptado. Sencillamente
hemos remplazado el término “intercambio”^—Verkehr— por el de “distribución”. Del
tocto de Engels, se deduce que por “intercambio’* expresa simplemente la idea de dis­
tribución. No obstante, puesto que en general el término “intercambio” no suele ser
empleado en el sentido más arriba indicado sino para designar una determinada forma
histórica de distribución, hemos creído conveniente emplear en nuestra definición del
objeto de la economía política, el término “distribución**. El lector observará igual­
mente que la expresión empleada por Engels: “medios materiales de subsistencia**
—exirtcnzmittel— ha sido remplazada en nuestra definición por “medios materiales
de satisfacer las necesidades”. La expresión empleada por Engels puede dar la impre­
sión de que sólo se trata de los medios propios para satisfacer las necesidades biológicas,
con exclusión de los medios propios para satisfacer las otras necesidades. Es evidente que
éste no era el pensamiento de Engels, como lo prueba el conjunto de su obra.
7 Carlos Marx, El Capital, ed. csp. cit, libro K, tomo 1, pp. 133 y 133 nota S.
16 NACIONES PRELIMINARES

feriales. Todas las actividades ligadas directa o indirectamente (por


ejemplo, las que se realizan para la distribución de los productos) a la
satisfacción de las necesidades humanas, pero que no sirven directamente
para la creación de objetos, las calificamos de servicios. Para simplificar
y abreviar, emplearemos'en lo sucesivo el término trabajo en el sentido de
trabajo productivo, es decir, e trabajo aplicado a la producción de obje­
tos materiales; en cambio, ui.tizaremos el término servicios cada vez que
se trate de cualquiera de las otras actividades ligadas a la satisfacción de
las necesidades humanas.
La realización de los servicios requiere igualmente objetos materia­
les, tales como locales y material escolar, salas de cine y películas, ins­
trumental médico, instrumentos de música, etc. Llamamos a estos
objetos medios de prestar servicios.¿Un género particular de los medios
de prestar servicios está constituido por los medios de distribución, como,
por ejemplo, los locales de los almacenes, las estanterías, las cajas regis­
tradoras. Dado que los servicios prestados satisfacen las necesidades
humanas, pero sin crear objetos, es decir, bienes, conviene considerar
que los medios de prestar servicios son bienes de consumo. Estos medios
son utilizados y usados en la medida en que la satisfacción de las nece­
sidades lo rcquiereTy

La economía^pólítwd^ciencia .dé¿las* leyes^sociales * deda 'actividad


económica * •
El objeto de la economía política ló constituyen las leyes sociales de la
producción y de la distribución. La economía política ¿c uuupa del
estudio de las ley^s sociales relativas a la creación de los bien** y 3 h
forma en que éstos son puestos a disposición de los consumidores, es
decir, de los hombres que, con ayuda de estos bienes, satisfacen sus nece­
sidades individuales o colectivas.’ El acto de consumir en sí mismo cae
fuera del dominio de la economía política; pertenece al campo de la
biología, de la higiene, de la cultura material, de la pedagogía, de ¡a psico­
logía, y de otros campos del saber y de los conocimientos prácticos. El
consumo de bienes (así como el de servicios) representa, pues, el lírtiite
hacia el que tiende el campo que interesa a la economía política. La pro­
ducción y la distribución de los bienes, que constituyen dos campos de la
actividad social de los hombres, son designados con la expresión común
de actividad económica. Podemos, por tanto, afirmar que la economía
política es la ciencia de las leyes sociales de la actividad económica.3
La producción y la distribución de los bienes (es decir, la actividad
económica) no se manifiesta en un acto realizado de una sola vez; cons­
tituyen, por el contrario, una actividad humana que se repite constante­
mente. Por ello, hablamos del proceso de la producción y de la distri­
bución, del proceso económico. Aquí entendemos por proceso una
8 Consultar las “observaciones sobre la historia de la expresión ‘economía política*
y de otras expresiones similares” que hemos incluido al final del presente capítulo.
>
NOCIONES PRELIMINARES ¡7

actividad humana que st ¿epíte constantemente; y solamento en un


proceso, en una actividad humana que se repita constantemente, pueden
manifestarse leyes. En consecuencia, precisando aún más, podemos decir
2uo la. tarca de la economía política consisto en determinar las regular!’
ades do este proceso, on investigar las leyes sociales que rigen el proccsq
jConúmioQ.

Las relaciones económicas


En el proceso económico se establecen ciertas relaciones más o menos
estables entre los hombres^ es decir, ciertas reheiones sociales. Las rela­
ciones sociales son un tipo definido de reacción constante (es decir, que
se repite constantemente) de unos hombres con otros, a través de una
actividad de un tipo dado que se repite constantemente. Las relaciones
sociales son de diversos tipos^ por ejemplo, las relaciones -entre gober­
nantes y gobernados, consecuencia del ejercicio del poder político, o
también las relaciones entre el profesor y sus alumnos, que se derivan
del ejercicio de la enseñanza/ Q^as relaciones sociales que se anudan
en el curso del proceso económico se distinguen de otros tipos de rela­
ciones sociales en que se establecen por intermedio de los objetos ma-
triales que sirven para la satisfacción de las necesidades, a través de los
medios de producción o de los medios de consun^f Estas relaciones
sociales, que aparecen por medio de los bienes materiales, es. decir, por
intermedio de las cosas, son designadas con el nombre de relaciones eco-,
nómicas. Como dice Engels: “estas relaciones están unidas a las cosas".®
jLas cosas, los objetos materiales, hacen aquí el papel de cemento o
vínculo social entie los hombres.910
Las relaciones económica^ se pueden representar por medio del es­
quema siguiente:

hombre ------ ► cosa hombre

9 Federico Encels, La "Contribución a la crítica de Ja economía política" de Carlos


Marx (Agoste, 1859), en C Marx y F. Encels, Obras escogidas, ti. Ediciones en
Lenguas^ Extranjeras de Moscú, Ed. Cartago, Buenos Aires, '957, p. 248.
10 Cf. L. Krzywicxt, Rozwój spolcnczac wiród zwirrzat i u rodzaju ludzkiego.
Studia sociologiczne (El desarrollo social en los animales y en la especie humana. Estu­
dios sociológicos), ed. cit., pp. 201 $$.; del mismo autor Rozwój kultury matcriahic/, v/iezi
spolecznej y pogladu na swiat (El desarrollo de la cultura material, de la relación
y de la concepción del mundo), "Swiat i czlowiek", Varsovia, 1912, cuaderno III, p. 86.
Consideramos oportuno citar el ejemplo imaginado por Krzywicki, inserto en la página
86 de esta última obra: "Penetremos en el registro hipotecario de una ciudad cual­
quiera. ¿Qué vemos allí? Enormes registros numerados, donde cada número corres­
ponde a un .nmueble. Si estudiamos el contenido de los libros, descubrimos que allí
están consignadas hs deudas y las obligaciones que pesan sobre estos inmuebles; es decir,
a través de éstas veremos la historia de cada inmueble y su situación presente. Los nom­
bres de los propietarios y de los acreedores cambian, pero el registro permanece tan
inmutable como el inmueble". Las casas son aquí el cemento que liga las relaciones
sociales entre los hombres.
18 NOCIONES PRELIMINARES
Algunas relaciones del hombre con las cosas forman1 parte integrante
de las relaciones económicas: se trata de las relaciones que constituyen
un eslabón que sirve de intermediario en las relaciones entre los hombres.
En el proceso de producción, estas relaciones dél hombre y de las cosas
son las relaciones entre el trabajo realizado y la cantidad de productos
obtenidos, es decir, la productividad del trabajo. En el proceso de la dis­
tribución, las relaciones del hombre y las cusas están constituidas por
las relaciones entre las necesidades humanas y los diversos productos, o
sea, su utilidad, a la que también llamamos valor de uso.11
Las relaciones que acabamos de enumerar entre el hombre y las cosas
entran dentro del campo de la economía política en tanto que consti­
tuyen el eslabón de las relaciones económicas entre los hombres; dicho
de otro modo, en materia de economía política lo que interesales su
aspecto social. Por el contrario, el aspecto puramente físico de las .rela­
ciones entre el hombre y las ceses no es objeto de las investigaciones de
ia economía política; en el proceso de producción, el aspecto físico
de estas relaciones pertenece a la tecnología (técnica industrial, agrono­
mía, tecnología de los transportes, etc.), y, en el proceso de la disfti?
bución, este aspecto físico pertenece en parte también a la tecnología
(por ejemplo, a la técnica comercial, a la peritación de las mercancías) y,
en parte, a la biología, a la higiene, a la psicología, etcétera.
Se puede, pues, decir que la economía política - -que estudia las
leyes sociales que rigen el proceso económico— se ocupa de un tipo,
determinado de relaciones sociales, a saber: las relaciones económicas,
término que abarca igualmente aquellas lalaciones entre el hombre y las
cosas que constituyen el eslabón de las propias relaciones económicas. Hay
¿os ¿¿ucros de relaciones económicas. Al primero pertenecen aquellas
relaciones que aparecen en el curso del proceso de la producción, y por
ello las denominamos relaciones de producción; al segundo pertenecen
aquellas relaciones que se manifiestan en el proceso de la distribución,
y a las que denominamos relaciones de distribución; en el periodo par­
ticular del desarrollo histórico en que la distribución toma la forma de
intercambio, las relaciones de distribución se denominan relaciones de in­
12
tercambio.11

11 F. Engels emplea igualmente el término “efecto útil” (Nutzefiekt). Cf. Anti-


Dühring, ed. esp. cit., p. 377, nota.
12 Marx introdujo la expresión “relaciones de producción”, en su célebre prólogo,
«le la Contribución a la crítica de la economía política, cf. C. Marx y F, Engels, Obras
Escogidas, ed. esp. cit., p. 240. Sin embargo, después "de las conferencias pronunciadas
en 1847, y publicadas en folleto aparte en 1891 con el título de Tabajo asalariada y
capital, habló de “relaciones sociales de producción”. (Cf. Trabajo asalariado y capital,
en C. Marx y F. Engels, Obras escogidas, edj esp. cit., p. 54.) Engels habla, también
de “relaciones de intercambio”, tomándolas en un sentido amplio como. relaciones de
distribución. Engels definió las relaciones de .producción y las relaciones de intercambio
con la expresión común de “relaciones económicas”. (Cf. F. Engels, Antí-Dühring, ed.
> (r
NOCIONES PRELIMINARES 19

Las relaciones de producción y las fuerzas productivas sociales


-1'.*
La característica particular de las relaciones de producción reside en que
tales relaciones se establecen en el proceso del trabajo, es decir, en el
proceso de la acción del hombre sobre la naturaleza y de la aufoforma-
ción del hombre en el curso de esta actividad, o —como dice Marx—
en el proceso “de su intercambio de materias con la naturaleza”.13 Las
relaciones de producción son sencillamente el resultado del carácter social
del trabajo, el resultado del hecho de que, en el proceso de la produc­
ción, existen la cooperación y la división del trabajo entre los hombres.
De ello se desprende que las relaciones de producción dependen de la
relación entre el hombre y las cosas que aparece en el proceso de la pro­
ducción; esto es, dependen de la forma en que el hombre influye sobre
la naturaleza y la transforma, a la vez que se modela a sí mismo en el
curso de esta acción.
La manera y los medios empleados por el hombre para actuar sobre
la naturaleza en proceso de la producción, así como la automodelación
del hombre que lleva implícita esta acción, han sido designadas por Marx
con la expresión fuerzas productivas. Y, dado que el proceso de produc­
ción tiene un’GJjnfcflTíocial, las fuerzas productivas tienen igualmente
este mismo carácter: son fuerzas productivas sociales.
Las fuerzas productivas sociales son, pues, los métodos técnicos de
producción, los medios dé producción y sobre todo los instrumentos
de trabajo, así como la experiencia de los hombres y su actitud para
servirse de los medios de producción, y en fin, los hombres mismos que
leseen esta experiencia y esta aptitud. Dicho de otro modo, las fuerzas
productivas sociales son el conjunto de todos los factores que deciden
de la productividad social del trabajo en cada nivel del desarrollo histó­
rico de la sociedad; estas fuerzas expresan, pues, el “potencial productivo
de la sociedad”.
Podemos distinguir las fuerzas productivas reales y las fuerzas pro­
ductivas humanas.14 Unas y otras se forman y modelan en estrecha
interdependencia; en efecto, los hombres crean los medios de producción
y ios métodos técnicos que les permiten utilizarlos; mientras que, al
mismo tiempo., las aptitudes humanas se modelan en el proceso de la pro­
ducción de las cosas y en la utilización de los medios d*e producción.
Marx emplea igualmente el término “fuerzas productivas materiales”,35
subrayando de esta manera que las fuerzas productivas son expresión
de la actitud del hombre con respecto a la naturaleza, o sea, de la rela­
ción entre el nombre y el mundo material que le rodea; son expresión,
igualmente, del carácter activo de esta relación.
13 C. Marx, El Capital, libro P, tomo I, p. 130.
14 Cf. H. Cunow, Dic Manische Ceschichts—Cesellschafts— und Staats theone,
Berlín, 1923, tomo II, p. 158. Emplea los términos de sachliche Produktivkráfte y per-
yónliche Rrodujctivkráfte.
10 Cf. el Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política, ed. esp.
cit., p. 240.
20 NOCIONES PRELIMINARES

Dado que las relaciones de producción aparecen en el proceso de la


producción, responden a las exigencias de la cooperación y de la división
del trabajo en el proceso social del trabajo. Estas exigencias, a su vez,
dependen en cada momento del nivel de desarrollo histórico de las fuer­
zas productivas. Marx aclara lo anterior en la forma siguiente:
“En la producción, los hombres no actúan solamente sobre la natu­
raleza. sino que actúan también los unos sobre los otros. No pueden
producir sin asociarse de un cicito modo, para actuar en común y esta­
blecer ún intercambio de actividades. Para producir, los hombres con­
traen determinados vínculos o relaciones, y a través de estos vínculos y
relaciones sociales, y sólo a través de ellos, es como se relacionan con la
naturaleza y como se efectúa la producción.”
“Estas relaciones sociales que contraen los productores entre sí, las
condiciones en que cambian sus actividades y toman parte en el con­
junto de la producción, variarán, naturalmente, según el carácter de los
medios de producción”
“Las relaciones sociales en que los individuos producen —las rela­
ciones sociales de producción— cambian; por tanto, al cambiar y des­
arrollarse los medios naturales de producción, se transforman las fuerzas
productivas.”16
e
Las relaciones de distribución y las relaciones de producción
Mientras que las relaciones de producción se modelan en función del
nivel histórico de las fuerzas productivas, es decir, en función de la forma
en que se modela ¡a relación activa del Lumbre coii respecto a la natura­
leza, la; relaciones de distribuc;6n dependen, 2 «u vez, dr* hs relaciones
ue producción; la manera en que se opera la distribución de les productos
en la sociedad está determinada per la forma en que los hombres partici­
pan en el proceso social de la producción.
Marx escribe a este propósito: “Por eso las relaciones y modos de
distribución aparecen sencillamente como el reverso de los agentes de la
producción. Un individuo que participe en la producción bajo la forma
de trabajo asalariado participa bajo la forma de salario en la reparti­
ción de los productos, en los resultados de la producción. La estructura
de la distribución se halla completamente determinada por la estruc­
tura de la producción. La distribución es un producto de la producción;
y esto es cierto, no solamente en lo que concierne ai objeto —puesto que
únicamente pueden ser distribuidos los resultados de la producción—,
sino también en lo que se refiere a la forma de la distribución, al modo
preciso de participación en la producción, que determina las formas par­
ticulares de la distribución, es decir, bajo qué forma el productor parti­
cipa en la distribución.”17 Consecuentemente, las relaciones de distri-
Cf. C. Marx, Trabajo asalariado y capital, ed. esp. cát., p. 54.
i7 Cf. C. Marx, Preliminar a una crítica de la economía política, en Aportación a la
crítica de la economía política, ed. esp. cit., p. 222.
NOCIONES PRELIMINARES 21
*
bución están determinadas por las relaciones de producción: se modifican
cuando las relaciones de producción se transforman o cambian.
Las relaciones de promoción son, pues, la base del conjunto de las
relaciones económicas. La actitud activa del hombre respecto a la natu-
ralcza’cn'el proceso social de la producción determina las relaciones de
producción, mientras que éstas, a su vez, definen las relaciones de.distri­
bución.18 En esto reside la clave que permite comprender las leyes que
rigen el proceso social'de la actividad económica de los hombres; y la
economía política se propone precisamente investigar estas leyes.

OBSERVACIONES

SOBRE LA HISTORIA DE LA DENOMINACIÓN “ECONOMÍA


POLÍTICA” Y DE OTRAS EXPRESIONES SIMILARES
El término “economía” pioviene de Aristóteles, y designa la ciencia de las leyes
de la economía doméstica/ En griego, cñkos significa casa, y nomos, ley. -La ex­
presión “economía política” empezó a usarse al principio del siglo *vn. La intro­
dujo Montchrétien al publicar en 1615 un libro titulado Traité de Véconomie
politique. El adjetivo politique indicaba que se trataba de las leyes de la econo­
mía del Estado; en efecto, Montchrétien se ocupó esencialmente en su libro de
las finanzas del Estado. Como consecuencia de ello, después se extendió la
denominación “economía política” para designar las investigaciones consagradas
a los problemas de la actividad económica social/ El término griego politikos es
sinónimo de “social” (así, Aristóteles definió al hombre como un “animal social”:
zoo» politikon). Por esta causa, consideramos que las expresiones “economía
política” y “economía sodal” con sinónimas, rnnque esta última exorne mejor
el contenido verdadero de esta ciencia. e
En consecuencia, la economía panuca je ha dcíiniJ^ algún w voces como la
ciencia de la “economía social”. Supinsiu ha empleado ceta expresión on el título
de su obra: Szkola polska gospodarsiwa spoleczne^o (Escucu polaca de economía
social, 1862-1865). En Frauda, conforme a un? tradición que. se remonta a
1615 y a Montchrétien, se ha empleado generalmente hasta hoy la expresión
éccnomie politique; por ejemplo, el célebre. tratado de Charles Gide: Principes
d’économie politique (1884).* La expresión “economía social” fue empleada
con bastante generalidad en Polonia a finales del siglo xix y prindpios del xx.
La misma expresión tuvo igualmente partidarios en otros países. En Italia, Luigi
Cossa tituló su compendio, publicado en 1891, Economía sacíale. En Alemania,
también fue empleada esta expresión por Heinrich Dietzel: Theoretische Social-
oekonomie (1895).
Fn Inglaterra —Seguramente bajo la influencia francesa—, se utilizó la expre­
sión Política! Economy (economía política). El primero que .la empleó fue James
Stewart, que tituló su libro, apareddo en 1767 Inquiry into Principies o¡ Poli-
tical Economy.-
De esta tradidón franco-inglesa proviene la denominadón “economía poli
tica”, que Marx y Engels adoptaron para designar la ciencia que trata de las
18 Cf. C. Marx, El Capital, libro 3"?, tomo III, ed. esp. cit., p. 815.
* La obra de Gmz está traducida al español por Carlos Docteur, con el título de
Curso de economía política, Macagno, Lánda y Cía., Buenos Aires, 1944. [N. del T.]
22 NOCIONES PRELIMINARES
leyes sociales de la producción y de la distribución de los bienes, con la particula­
ridad de que Marx ha definido a veces su trabajo como una “critica de la econo­
mía poli rica”, es decir, como una crítica de las doctrinas de lo que se llama
la economía política clásica. Desde entonces la expresión “economía política”
se ha empleado umversalmente en la literatura marxista. Rosa Luxemburgo cons­
tituye una excepción y, en sus cursos de economía política, habló de la “ciencia
de la economía nacional” (Nat'onaloekonomie). Cf. Rosa Luxemburgo, Ein-
fiihrung in clic Nationaloekonomie. Ausgewülilte Reden und Schriften, Berlín,
1951, tomo I.
Esta denominación adquirió derecho de ciudadanía en la ciencia oficial
alemana a partir de la segunda mitad del siglo xix (Nationaloekonomie, Volk-
swirtschaftslehre). Expresa la apreciación específica que la llamada escuela histó­
rica —corriente dominante en la ciencia oficial alemana— tenía sobre la misión
de la nación como factor económico. Debemos añadir que esta expresión fue
empleada por primera vez por el monje veneciano Gian María Ortes en su libro
publicado en 1774 y titulado Delta economía nazionale. En Polonia, Fryderyk
Skarbek tituló también su curso de economía política en 1S95 Ogó/nc zasady
nauki gospodarstwa narodowego (Principio^ generales de la ciencia de la econo­
mía nacional). En Rusia, se empleó perseveran temen te la expresión “economía
política”, primero bajo la influencia de la tradición franco-inglesa, y después, por
ser la expresión empleada umversalmente en la literatura marxista.
Desde que Alfred Marsiiall tituló ísu obra, publicada en 1890, Principies of
Economías, el termino “cconomics” (en rigor “la económica”) se difundió
extensamente en b enseñanza universitaria de los países anglosajones. En estes
medios, ha suplantado a la expresión “economía política” que todavía empicó
Stanley Jevons en 1871 en su obra The Theory of Political Economy. En Pelo­
nía, c! término ekonomik* se ha empleado con, particular insistencia per Edwrnd
Taylor en su Wstep ao ckunomiki (Introducción a la económica), 2a edición,
Cdynia, 1947. Cf. igualmente Adam Krzyzanowski, Zalozcnic ekonomiki (Prin­
cipios de la económica), Gracovia, 1919. Esta denominación no deia de tener
relación con un cierto desplazamiento de! objete de lis investigaciones econó­
micas, cuestión sobre la cual tendremos ocasión de volver más 'adelante. En la
actualidad, en los países anglo-sajoncs, el término “economía política” se emplea
casi exclusivamente en la literatura marxista, que opone conscientemente “la eco­
nomía política” de la escuela clásica de Marx y Engels, a “la económica” univer­
sitaria contemporánea. Por ejemplo, Maurice Dodb, Political Economy and
Ccipitalism, Londres, 1937 (tr. de Emigdio Martínez Adame, Economía política
y capitalismo, 2y ed., Fondo de Cultura Económica, México-Buenos Aires, 1961).

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