La Violencia en la Literatura

Argentina

ALUMNOS: María Dolores Laureiro y Juana Cervetto.

DOCENTE: Sofía Rodriguez.
MATERIA: Literatura.
CURSO: 6B.

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La literatura argentina ha sido testigo de situaciones terribles de violencia en
distintos momentos, donde los marginados y oprimidos han podido ser
plasmados en las diferentes obras. En este ensayo, exploraremos cómo dos
textos representativos, "El Matadero" de Esteban Echeverría y "El chico sucio"
de Mariana Enríquez, muestran la violencia ejercida por un poder establecido y
la manera en que se manifiesta esta situación a través de la escritura. Estos
relatos nos permiten conocer las situaciones que ocurren en la sociedad
argentina y reflexionar sobre el papel de la literatura como un medio para
visibilizar y cuestionar la injusticia social.
A su vez, utilizaremos los textos de Julieta Tello Bustos sobre Animalización y
Masculinidad en “El Matadero”, y los textos sobre la figura de San la Muerte en
“El Chico Sucio”, para realizar una mayor reflexión sobre ambas escrituras.

En "El Matadero", Echeverría presenta un escenario frío donde la sociedad se

encuentra dividida entre federales y unitarios, reflejando así el conflicto político
de la época. La figura del matadero sirve como metáfora de la sociedad
argentina bajo el gobierno de Rosas, donde aquellos que no pensaban de igual
forma, eran tratados como animales a ser sacrificados.
La persecución de los opositores políticos se muestra de forma clara en la
historia, destacando la injusticia y la violencia provocada por el poder. La
palabra "unitario" no era bien vista por lo cual generaba intolerancia y molestia
en la sociedad. Esta obra no solo nos quiere hacer ver la represión política,
sino que también critica la falta de humanidad del régimen de Rosas.
Echeverría usa cierto lenguaje para mostrar la opresión y el sufrimiento de
quienes son considerados enemigos del gobierno, creando así una
representación de la realidad política y social de su tiempo.

"Mas de repente la ronca voz de un carnicero gritó:

—¡Allí viene un unitario! —y al oír tan significativa palabra toda aquella chusma
se detuvo como herida de una impresión súbitanea." (Echeverría, 1871, página
14)

Esta cita muestra cómo se ejerce violencia contra aquellos vistos como
"enemigos del gobierno", dejando claro cómo la sociedad argentina de ese
tiempo estaba dividida políticamente y la crueldad con la que eran reprimidos.
A partir de "El Matadero", Julieta Tello Bustos realiza un texto donde compara al
toro, un ser extraño en el matadero, con el joven unitario, ambos perseguidos y
muertos por no conformarse a las normas del Restaurador. En ambos casos,
se menciona la dignidad a través de la referencia a sus órganos sexuales en un
espacio donde la distinción entre carne humana y animal es difusa. El análisis
sugiere que la violencia y represión en el matadero reflejan las tensiones

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políticas y sociales de la época, destacando la relación entre virilidad y
patriotismo, y la posibilidad de sexualidades disidentes fuera del Estado-nación.

Por otro lado, "El Chico Sucio" de Mariana Enríquez muestra las desigualdades
sociales y la violencia que afecta a los sectores rechazados por la sociedad. A
través de la historia del niño con su trágico destino, Mariana Enríquez muestra
la crueldad y la falta de interés de una sociedad que excluye y oprime a los
más débiles.
La historia de Enríquez muestra cómo se menosprecia a los excluidos,
destacando la crueldad que existe en un sistema que mantiene la exclusión y el
abuso. La experiencia del niño no es solo su historia personal, sino que
representa una realidad más amplia donde la falta de humanidad y el maltrato
son frecuentes.
La autora destaca cómo las estructuras de poder y clase permiten la
explotación y el sufrimiento de los más vulnerables, convirtiéndolos en simples
objetos de abuso. Su historia busca no solo conmover, sino también hacer que
la gente reflexione críticamente sobre la importancia de cuestionar y cambiar
estas dinámicas sociales.

“Los programas de noticias siguieron con la información hasta el trasnoche,

renovando periodistas, cubriendo en vivo desde la calle. Los policías, como de
costumbre, no decían nada ante las cámaras, pero suministraban información
constantemente a la prensa.
Para la medianoche, nadie había reclamado el cuerpo. También se sabía que
había sido torturado: el torso estaba cubierto de quemaduras de cigarrillos.
Sospechaban un ataque sexual, que se confirmó alrededor de las dos de la
mañana, cuando se filtró un primer informe de los peritos forenses.” (Enríquez,
2016, página 9).

Esta cita ilustra la deshumanización y el abuso sufrido por el niño.

Por otra parte, podemos relacionarlo con el texto de San La Muerte, él cuál,
una figura asociada a lo oscuro por su manto negro y silueta cadavérica, es
venerado principalmente en el norte y Litoral argentino y ha expandido su culto
a otras regiones y países. En Córdoba, sus estatuas son populares y usadas
para pedir prosperidad y salud. Según la antropóloga Marina Liberatori, el culto
crece y se relaciona con protección y amor, no limitado a las clases humildes.
Los devotos deben cumplir sus promesas al santo, pues él puede otorgar
bendiciones o castigos.

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En "El chico sucio", el protagonista, sucio y marginado, es también
malinterpretado y subestimado por su apariencia. Similar a San La Muerte,
tiene una compleja identidad que va más allá de lo que se ve superficialmente.
Ambos, el chico y el santo, muestran que la verdadera esencia y valor pueden
estar ocultos detrás de una fachada que la sociedad juzga injustamente.

Ambas obras resaltan cómo la literatura puede ser una herramienta poderosa
para resistir y denunciar, dando voz a quienes suelen ser excluidos y
mostrando sus vivencias al público. Al considerar estas historias, surge la
pregunta: ¿Hasta qué punto han evolucionado las relaciones de poder y la
violencia en la sociedad argentina contemporánea?
La literatura argentina nos invita a reflexionar sobre la realidad actual del país,
explorando las estructuras de poder y las injusticias que aún están presentes
en nuestra sociedad. Al estudiar obras como "El Matadero" y "El Chico Sucio",
podemos comprender de forma más clara las complejas relaciones entre el
poder y la violencia, buscando avanzar hacia una sociedad más justa y
equitativa.
En conclusión, la literatura argentina nos muestra que las voces de aquellos
que se quedan callados juegan un papel crucial en nuestra comprensión del
pasado y en la formación de un futuro más justo. Al explorar obras que abordan
la lucha contra la opresión, se nos revela cómo estas narrativas no solo sacan
a la luz los momentos oscuros de nuestra historia, sino que también nos
enseñan lecciones profundas sobre la necesidad de escuchar y valorar las
experiencias de los marginados y excluidos. Estos relatos nos invitan a
reflexionar sobre las dinámicas de poder, violencia y desigualdad que aún
persisten en la sociedad, y nos inspiran a trabajar hacia una sociedad más
inclusiva y empática, donde cada uno pueda decidir su vida sin ser juzgados.

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Biografía:

 Echeverría, Esteban (1871): “El Matadero”.

 Enríquez, Mariana (2016): “El Chico Sucio”.

 Tello Bustos, Julieta: “Representaciones de masculinidad y animalización

en El Matadero de Esteban Echeverría”. Alumna del último año de las
carreras del Profesorado y Licenciatura en Letras de la Universidad
Nacional de San Juan.

 Revista Digital: “Enríquez y cómo su literatura incluye al mito”.

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