SEMANA 6 Primer Año 2024
SEMANA 6 Primer Año 2024
SEMANA 6 Primer Año 2024
Profe MIRIAM
CARACTERÍSTICAS
Los rasgos que caracterizan al relato fantástico se pueden dividir en :
AMBIENTE PERSONAJES TEMAS
El ambiente en el que Los personajes son Tienen un rasgo en
transcurre la acción es personas comunes y común: presentan un
un mundo cotidiano corrientes que, de hecho que quiebra el
reconocible y familiar pronto y sin orden lógico de las
para el lector. Los explicación aparente, cosas. Pueden tratar:
espacios habituales ven modificadas sus juegos entre lo visible
resultan propicios para vidas por hechos e invisible, con objetos
la sorpresa. inusuales o mágicos o con seres
extraordinarios. que desaparecen;
metamorfosis en
animales, vegetales o
bestias monstruosas,
aparición de espectros
o fantasmas,
confusiones entre el
sueño o la realidad.
1
la soga, como quien llama a un perro, y la soga se le acercaba, a regañadientes al principio,
luego, poco a poco, obedientemente.
Con tanta maestría Toñito lanzaba la soga y le daba aquel movimiento de serpiente maligna y
retorcida, que los dos hubieran podido trabajar en un circo. Nadie le decía: “Toñito, no juegues
con la soga, que es peligroso”.
La soga parecía tranquila cuando dormía sobre la mesa o en el suelo. Nadie la hubiera creído
capaz de ahorcar a nadie. Con el tiempo se volvió más flexible y oscura, casi verde y, por último,
un poco viscosa y desagradable, en mi opinión. El gato no se le acercaba y a veces, por las
mañanas, entre sus nudos, se demoraban sapos extasiados. Habitualmente, Toñito la acariciaba
antes de echarla al aire; como los discóbolos o lanzadores de jabalinas, ya no necesitaba prestar
atención a sus movimientos: sola, se hubiera dicho, la soga saltaba de sus manos para lanzarse
hacia delante, para retorcerse mejor.
Si alguien le pedía:
—Toñito, prestame la soga.
El muchacho invariablemente contestaba:
—No. No y no.
A la soga ya le había salido una lengüita, en el sitio de la cabeza, que era algo aplastada, con
barba; su cola, deshilachada, parecía de dragón.
Toñito quiso ahorcar un gato con la soga. La soga se rehusó. Era buena cuando quería ser
desobediente.
¿Una soga, de qué se alimenta? ¡Hay tantas en el mundo! En los barcos, en las casas, en las
tiendas, en los museos, en todas partes… Toñito decidió que era herbívora; le dio pasto y le dio
agua.
La bautizó con el nombre de Prímula. Cuando lanzaba la soga, a cada movimiento, decía:
“Prímula, vamos Prímula”. Y Prímula obedecía.
Toñito tomó la costumbre de dormir con Prímula en la cama, con la precaución de colocarle la
cabecita sobre la almohada y la cola bien abajo, entre las cobijas.
Todo el mundo decía a Toñito: “No duermas con la soga, es muy sucia”.
Una tarde de diciembre, el sol, como una bola de fuego, brillaba en el horizonte, de modo que
todo el mundo
lo miraba comparándolo con la luna, hasta el mismo Toñito, cuando lanzaba la soga. Aquella vez
la soga volvió hacia atrás con la energía de siempre, pero Toñito no retrocedió. La cabeza de
Prímula le golpeó en el pecho y le clavó la lengua a través de la camisa.
Toñito se hizo el muerto como algunos perros amaestrados que no se mueven hasta que el amo
los llama.
La soga, con el flequillo despeinado, enroscada junto a él, lo lloraba.
2
Desde aquel día Prímula cambió de costumbres: se trepaba a los árboles sin permiso, para cazar
pajaritos; en la plaza hacía zancadillas a las personas mayores, se arrojaba al suelo enrollada, en
medio de la calle, para servir de barquinazo a los coches. Tuvieron que mandarla al Jardín
Zoológico. Hubo dificultades para que la admitieran. El director del Jardín Zoológico no sabía si
tenía que catalogarla entre los vertebrados o los invertebrados, entre los carnívoros o los
herbívoros. Por último, porque era muy impaciente, renunció a catalogarla y la puso en una jaula
vecina de las grullas, que cantaban escalas cromáticas a mediodía, y del osito lavandero, que
todo el tiempo lavaba sus manos y la comida que le daban, hasta las galletitas y los chocolatines,
que son tan difíciles de lavar.
Toñito visitaba diariamente a Prímula. Por suerte, el Jardín Zoológico quedaba a dos cuadras de
su casa. Una tarde que fue a visitar a Prímula la encontró instalada en la jaula vecina. El osito
lavandero le había lavado la cola y la barba. Estaba tan limpia que no parecía la misma.
—¿Me permiten que saque el grupo? —preguntó un fotógrafo.
—Un momentito, que me lave las manos —dijo el osito lavandero.
—Acércate más —dijo Prímula.
—Sonrían —dijo el fotógrafo.
Toñito me regaló la tarjeta postal, que guardo como recuerdo.
ACTIVIDADES
1. Busca y copia en tu carpeta las definiciones del diccionario las palabras que no conozcas.
2. Ordenen o enumeren las cosas que Toñito construyó con ella.
3. Describe brevemente a Toñito y a la soga.
4. ¿La soga está viva o es imaginación del protagonista?. Explica esto
5. Según tu opinión, ¿qué características hacen que este sea un cuento fantástico? Explica.
6. ¿Has tenido o conociste a alguien que tenga un juguete con el que hable y le responda, desde la imaginación? ¿O
el clásico amigo invisible?
7. Teniendo en cuenta la información del cuadro, responde: