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¿Qué Hago Si - Mi Hijo Esta Mal

Adicción

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¿Qué hago si me entero de que mi hijo está mal, pero a mí no me lo cuenta?

Tras la muerte de un ser querido, es habitual que toda la familia esté afectada. A menudo
hemos hablado de la importancia que tienen los adolescentes en este proceso y de la
necesidad que sienten en ocasiones de no añadir dolor y ocultar a los adultos que están tristes,
enfadados o que de algún modo necesitan atención.

Esa ocultación es algo habitual y normal en la adolescencia. Es común que no quieran


compartir sus pensamientos ni reflexiones con los adultos, ya que los consideran desfasados o
temen que aumente su preocupación y malestar. En cierto modo es la forma en que ellos tratan
de proteger a su familia, se hacen los fuertes e intentan aparentar que no pasa nada.

Dificultades de comunicación con los adolescentes


A veces tras ese disimulo existe un elevado grado de malestar, tristeza, desesperanza, o de
pérdida del sentido de la vida. Sin embargo, lo que no hay es una información directa al adulto,
que percibe que algo pasa, pero no sabe qué, o incluso en ocasiones ni siquiera es consciente
de ese “algo” que pasa.

Es habitual que los amigos del menor sí estén informados, incluso es posible que nos llegue la
información a través de ese amigo íntimo o incluso a través de los padres de ese confidente, ya
que a veces los adolescentes sí preguntan a sus mayores sobre cómo ayudar a otros y es
entonces cuando esos padres se ponen en contacto con los otros para informar de los
problemas que hasta ese momento habían pasado desapercibidos.

Qué hacer si mi hijo no me dice que está mal


No existe una respuesta tajante a este problema: por un lado, tenemos la preocupación de
ayudar al niño, ya que nos acabamos de enterar por terceras personas de que está mal tras el
fallecimiento del ser querido.

Y, por otro lado, no debemos traicionar la confianza que el adolescente ha depositado en ese
amigo, ya que corremos el riesgo de alejarlo y que deje de expresar aquello que le preocupa o
entristece, lo que puede provocar que se aísle más y no podamos seguir estando al corriente
de las cosas que le preocupan o suceden.

Cómo hablar del duelo con mi hijo adolescente


Una posible estrategia es intentar que ese amigo a través del cual recibimos la información le
anime a contárnoslo, puede decirle que como padres probablemente estáis preocupados, que
es mejor que lo cuente porque seguro que estáis deseando ayudar, que no se preocupe porque
la situación es triste para todos y no les va a sorprender, etc.

La segunda solución puede ser intentar acercarnos nosotros al menor, como si hubiéramos
notado algo, pero sin desvelar de quién viene la información. Hay que tratar de darles esa
confianza que a veces falta o romper ese miedo que tienen a hacernos daño, y lograr que sean
capaces de comunicarse.

Podemos utilizar frases como:

– Desde hace tiempo tengo la sensación de que quieres contarme algo y al final te frenas.
– Aunque me veas triste puedes contarme lo que sea, no me va a poner peor, estoy triste
porque echo mucho de menos a…
– Yo echo mucho de menos a… Entiendo que a ti te pasa lo mismo.
– No hay nada que no me puedas contar, aunque me veas algo flojo siempre trataré de
ayudarte.
– Entiendo que tú a veces te sientes triste y quizá prefieras hablar con alguien que te ayude,
¿quieres que busquemos a alguien que entienda de este tema y pueda ayudarte o ayudarnos?
Prevenir la sensación del culpa en el duelo adolescente
La idea es que consigamos crear un entorno en el que el menor sepa que puede expresar lo
que siente sin el peso de generar un daño o robar atención al duelo de otras personas; que
tenga la confianza y la certeza de que no nos vamos a extrañar, que consideramos normal lo
que le pasa y que vamos a estar dispuestos a ayudarle sin que nos suponga un coste
emocional extra.

Con todo eso y un poco de paciencia esperamos que puedan acercarse y expresar su estado
emocional sin necesidad de ocultar o buscar apoyo lejos de la familia, aunque no hay que
olvidar que muchos adolescentes buscan deliberadamente ese espacio alejado de los padres.
Si es así, podemos ayudarles a buscar ese espacio y legitimarlo, que vean que no pasa nada y
que lo importante es cómo se sienten ellos.

Para saber más sobre la atención del duelo en menores, podéis acudir a nuestro servicio
gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para
padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar
gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los
adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores
según su edad.

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