Calle 8

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“Personas En Situación De calle, Barrio Puerto y

Exclusión Social”.

Memoria de Grado para optar al Grado de Licenciada en Sociología y

Título Profesional de Socióloga

VALERIA CARLOTA ESPINOZA AGAS

Profesor Guía:

JORGE CHUAQUI KETTLUN

SEPTIEMBRE, 2013
RESUMEN

La presente investigación, se relaciona con la preocupación frente a una

problemática manifiesta en la mayor parte del mundo, la de las personas en situación

de calle, quienes representan uno de los niveles más extremos de exclusión social,

existiendo una serie de aspectos que condicionan a que estos sujetos se encuentren

en tales circunstancias. Lo anterior, es perceptible en las principales ciudades de

Chile.

Al respecto, las soluciones que se han brindado a través del tiempo,

principalmente, de parte de instituciones benéficas, siendo una de las más conocidas

y antiguas el Hogar de Cristo, han sido mayoritariamente asistencialistas, con

avances sólo menores en la actualidad. Acerca de los estudios que se han realizado

en nuestro país referente a esta temática, cabe mencionar los catastros del año 2005

y 2011, artículos sobre la historia de esta problemática, la identidad cultural de estos

sujetos, historias de vida, entre otros, sin preocuparse mayormente por la ayuda que

pueden brindar los testimonios de personas que conocen y conviven diariamente,

voluntaria e involuntariamente, en el mismo contexto con estos sujetos.

Una de las ciudades del país, que ha experimentado un aumento de esta

población durante los últimos años, es Valparaíso, siendo el Barrio Puerto una de las

caras visibles de dicha problemática en esta ciudad.

Por ello, de acuerdo a todo lo anterior, el objetivo principal que se ha

propuesto para esta investigación, es describir los discursos de la comunidad del

Barrio Puerto de Valparaíso y del Hogar de Cristo, respecto a los principales

problemas que condicionan la exclusión social de las personas en situación de calle,

del sector.

Las bases teóricas de nuestra investigación, se enmarcan dentro de los

conceptos de: exclusión social (tratado por autores como Chuaqui, Castells y

ii
Castels), comunidad (expuesto en Honneth, Carvajal, Rodríguez, entre otros), el de

personas en situación de calle, con el fin de reflexionar sobre la forma en que se

expone y se entiende, a lo largo del tiempo y desde distintas aristas, la temática, y

por último el de realización personal (elaborado por Chuaqui y sus colaboradores

Mally y Parraguez).

La metodología utilizada fue cualitativa, y la técnica con la cual se recopilaron

los datos, la entrevista en profundidad de tipo semi-estructurada, para el caso de la

comunidad del Barrio Puerto se dividieron los entrevistados en: residentes,

trabajadores, comerciantes, voluntarios de los lugares que se ocupan de esta

problemática en el sector, y las mismas personas en situación de calle. Por otra

parte, en cuanto al Hogar de Cristo se tomó la sección Valparaíso, específicamente

al personal del programa “Acogida”, quienes tienen como población objetivo,

exclusivamente, a las personas en situación de calle.

Los principales resultados de la investigación indican, en primer lugar, que la

presencia de las personas en situación de calle se asume simplemente como algo

cotidiano del sector, sin embargo, para otros, estos sujetos son personajes que

enriquecen y le dan encanto al Barrio Puerto. Las temáticas que generaron más

discusión fueron la discriminación y exclusión social, pues se expresan

frecuentemente en la cultura de nuestro país e incluso en los relatos de algunos

entrevistados, en cuanto a la situación de los sujetos afectados.

Junto a ello, cabe mencionar, que las vías de solución para que estas

personas puedan salir de tal situación, siguen siendo asistencialistas y de corto

plazo, manifestándose aún como principal eje de apoyo para estos sujetos, las

instituciones benéficas, olvidando que esto depende de un buena gestión estatal y

también de la importancia que brindemos a esta problemática nosotros como

sociedad.

iii
Por último, con la responsabilidad autentica del Estado para con tal

problemática, y el apoyo de nosotros como sociedad hacia dichos sujetos, el

concepto de realización personal, se hace presente como un eje de solución frente a

esta problemática, logrando la inclusión social real de estas personas.

Palabras claves:

Personas En Situación De Calle, Exclusión Social, Comunidad, Barrio Puerto, Hogar

De Cristo, Realización Personal.

iv
SIGLAS

FACSO: Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.

MIDEPLAN: Ministerio de Planificación Gobierno de Chile, actualmente Ministerio de


Desarrollo Social Gobierno de Chile.

ONG: Organización no gubernamental.

REMAR: Rehabilitación de Marginados.

UNESCO: Organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la


cultura.

v
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 1

1.FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ......................................................................... 4

1.1 Fundamentación: desarrollo del problema. .........................................................4

1.1.1Una problemática a nivel mundial y la expresión más extrema de la

exclusión social. ....................................................................................................4

1.1.2 Chile y las personas en situación de calle. ...................................................4

1.1.3 Catastro Calle 2005 y 2011 ..........................................................................7

1.1.4 Exclusión Social y Calle. ..............................................................................7

1.1.5 Valparaíso, Barrio Puerto y personas en situación de calle. ........................8

1.2 Pregunta de investigación.................................................................................10

1.3 Objetivos Generales y Específicos. ...............................................................10

1.3.1 Objetivo general. ........................................................................................10

1.3.2 Objetivos específicos. ................................................................................10

1.4 Relevancias. ..................................................................................................11

2.MARCO TEÓRICO ................................................................................................ 12

2.1 Perspectivas teóricas ........................................................................................12

2.2. Hacia una concepción social de las personas en situación de calle. ...............13

2.3 Reconocimiento, identidad, exclusión y situación de calle................................15

2.4 Personas en situación de calle y la Estructura Social Global. ..........................15

2.5 Cifras respecto a la situación de calle en Chile, Catastros 2005 y 2011...........16

2.6 Reflexiones y estudios sobre los posibles motivos por los que se llega a la

situación de calle. ...................................................................................................17

2.7 El “otro” y la situación de calle. ........................................................................18


vi
2.8 Barrio Puerto de Valparaíso y Hogar de Cristo: Contexto y opinión sobre la

problemática. ..........................................................................................................21

2.8.1 Barrio Puerto de Valparaíso: Una mirada histórica y social. ......................21

2.8.2 Barrio Puerto en la actualidad. ...................................................................30

2.9 Hogar de Cristo, cobijo para los que no tienen techo. ......................................32

2.10 Conceptos primordiales del estudio. ...............................................................36

2.10.1 Aproximación teórica al concepto de comunidad. ....................................36

2.10.2 Personas en situación de calle: Vidas en busca de un rumbo. ................42

2.10.3 Exclusión Social: diversas dimensiones. ..................................................42

2.10.4 Realización personal: en vías de una real inclusión social. ......................48

3.MARCO METODOLÓGICO ................................................................................... 50

3.1 Tipo de diseño. .................................................................................................50

3.2 Universo teórico y muestra. ..............................................................................51

3.3 Técnica de producción de datos. ......................................................................53

3.4 Análisis de los datos. ........................................................................................54

3.5 Calidad del Diseño. ...........................................................................................55

3.6 Condiciones éticas. ...........................................................................................56

3.7 Plan de trabajo..................................................................................................57

4. ANÁLISIS DE RESULTADOS .............................................................................. 58

4.1 Barrio Puerto y personas en situación de calle. ............................................58

4.1.1 Imagen del Barrio Puerto. ..........................................................................58

4.1.2 Convivencia entre personas en situación de calle y los otros sujetos

pertenecientes a la comunidad del Barrio Puerto................................................62

4.1.3 Turismo en el Barrio Puerto y personas en situación de calle. ...................64

vii
4.1.4 Situación de calle, parte de la imagen del Barrio Puerto. ...........................66

4.1.5 Acostumbramiento de la comunidad, a la existencia de personas en

situación de calle en el sector. ............................................................................69

4.2 Acerca de la vida de las personas en situación de calle, desde la percepción

de los entrevistados. ...............................................................................................69

4.2.1 Motivos recurrentes que llevan a las personas a vivir en calle y a

mantenerse en tal situación. ...............................................................................69

4.2.2 Exclusión social: Carencias materiales y afectivas. ...................................76

4.3. Percepción sobre la situación de calle en el contexto nacional. ......................79

4.3.1 Discriminación y exclusión social a nivel nacional, frente a las personas en

situación de calle. ................................................................................................83

4.3.2 Gestión Estatal en cuanto a la problemática. .............................................86

4.4 Sobre las instituciones nacionales y locales que se preocupan de las personas

en situación de calle. ..............................................................................................90

4.4.1 Incidencia de estas instituciones, en brindar una mejor calidad de vida a

estos sujetos. ......................................................................................................94

4.4.2 Trato del voluntariado para con los usuarios. .............................................95

4.4.3 Gestión de las instituciones de beneficencia. .............................................97

4.4.4 Recursos en las instituciones de beneficencia. ..........................................98

4.4.5 Reflexión acerca de la existencia de estas instituciones. ...........................99

CONCLUSIONES FINALES DEL ESTUDIO .......................................................... 104

REFLEXIVIDAD ...................................................................................................... 110

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ....................................................................... 113

ANEXOS ................................................................................................................. 121

viii
ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1: Organigrama del programa “Acogida” ........................................................ 91

Figura 2: Organigrama Ejército de Salvación ............................................................ 92

Figura 3: Organigrama comedor N° 421 de la Iglesia La Matriz. ............................... 93

Figura 4: Organigrama REMAR ................................................................................ 94

ix
INTRODUCCIÓN

El interés por la temática abordada, nace del enfrentamiento cotidiano, de una

sociedad que pareciese no querer mirar, ni menos reflexionar, sobre un escenario

que se encuentra al frente de sus propios ojos, las personas en situación de calle,

debido al nivel extremo de exclusión social en que se encuentran, sin medir clase

social, género, raza, nacionalidad. A nivel nacional, los resultados obtenidos en los

catastros sobre la cantidad de personas en situación de calle en Chile, de los años

2005 y 2011, indicaron un aumento considerablemente entre un año y otro, lo que ha

provocado una gran inquietud, preocupación e interés por la problemática.

Una de las instituciones de beneficencia que comenzó y sigue trabajando con

esta población, es el Hogar de Cristo, fundada por el Padre Alberto Hurtado, quien

recogiendo y ayudando a las personas abandonadas en las calles, sumó más apoyo

y logró formar un lugar para acogerlos y acompañarlos en su soledad. Dicha

institución perdura en la actualidad y se ha expandido en casi todas las regiones del

país, colaborando también con los niños, mujeres, adultos mayores, y familias

completas en situación de extrema pobreza. Debido a lo anterior, hemos considerado

importante tomar el discurso del personal de esta institución, específicamente del

área Quinta región, pues el lugar que se ha escogido como contexto de nuestro

estudio, es el Barrio Puerto, ubicado en la ciudad de Valparaíso perteneciente a

dicha región.

El Barrio Puerto, es uno de los sectores del país que cuenta con gran

población en situación de calle, postal que se suma al descuido del lugar, la

delincuencia y las riñas que se generan en los bares por las noches, mientras que en

el día, las reuniones sociales en la Plaza Echaurren, principalmente, entre adultos

mayores, la arquitectura, las placas y los monolitos del sector, nos muestran un

barrio con una historia social interesante, que se hace presente en la gente y el

contexto físico del sector. Junto a ello, las tres instituciones de beneficencia que

1
rodean el lugar, el Ejército de Salvación, el comedor N° 421 de la Iglesia La Matriz y

REMAR, exponen la ayuda a los más desposeídos que se cultiva allí, algunos más

antiguos, como el primero, nos develan el origen y la trascendencia de la temática en

el sector. Por lo tanto, se decidió tomar también el discurso de la comunidad del

Barrio Puerto, para tener los antecedentes de la problemática, desde el relato de

personas que conviven diariamente con estos sujetos en el mismo entorno.

Finalmente, dada las inquietudes y el interés por la temática, se consideran los

discursos de la comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso y del Hogar de Cristo,

respecto, específicamente, a los principales problemas que condicionan la exclusión

social de las personas en situación de calle, pues éste es uno de los grupos que se

encuentra en un nivel de exclusión social extremo. Por ello, es transcendente

contribuir en la descripción de los motivos que conlleva a estos sujetos a estar y

permanecer en tal situación.

La tesis consta principalmente de cuatro capítulos, más las conclusiones y la

reflexividad del estudio. En el primer capítulo, la Formulación del Problema, se

exponen los antecedentes históricos, la contextualización de la problemática que

trataremos, la pregunta de investigación, los objetivos, y las relevancias teóricas y

prácticas que comprende la investigación.

El segundo capítulo constituye el Marco Teórico, en el que se realiza la

revisión del material bibliográfico, se exponen los enfoques teóricos de la temática

que se está tratando, y se desarrollan los principales conceptos de la investigación.

Posteriormente, el capitulo tres expone el Marco Metodológico, en donde se

presentan las decisiones respecto a los pasos que guiaron la investigación, siendo

justificados cada uno de ellos, en relación a la calidad y rigurosidad científica.

En el cuarto capítulo, se presenta el análisis de los datos recogidos, respecto

a las entrevistas realizadas, por una parte, a la comunidad del Barrio Puerto de

2
Valparaíso, y por otra al personal del Hogar de Cristo (sede Valparaíso),

específicamente del programa “Acogida”, quien primordialmente se preocupa de la

población en situación de calle, en dicha institución, enlazando los testimonios

relevantes que relataron los entrevistados, con la teoría planteada.

Por último, en las conclusiones, se resumen los principales puntos que

contribuyen a dilucidar la inquietud planteada al comenzar la investigación. Y en la

reflexividad, se exponen los inconvenientes, dificultades y situaciones que surgieron

en el transcurso de la investigación.

3
1. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

1.1 Fundamentación: desarrollo del problema

1.1.1Una problemática a nivel mundial y la expresión más extrema de la

exclusión social

La problemática acerca de las personas en situación de calle (también

denominadas “sin techo” o homelessness, según el término en inglés), es una

realidad patente en la mayor parte del mundo. A pesar de que su importancia,

cuantitativamente, es reducida, es preocupante el precario nivel de vida que tienen

estas personas. Además, es una de las situaciones más complejas con respecto a

los estudios sobre la exclusión social, debido a que:

“[…] más allá de la pobreza de ingresos o la precariedad laboral, la carencia de un

lugar estable, seguro y privado para vivir y entablar relaciones es percibida como la

expresión aguda y generalizada de un conjunto amplio y diversificado de

privaciones humanas.” (Chouhy, 2006, p.3).

1.1.2 Chile y las personas en situación de calle

En Chile, a fines del siglo XIX y alrededor de todo el siglo XX, la principal

preocupación frente a esta problemática, se originó a partir de iniciativas privadas

con una lógica asistencialista, de parte de católicos y filántropos:

“La acción filantrópica se hizo cargo de aquellos sectores que vivían una situación

más precaria, es decir, la población desempleada, la que sufría algún tipo de

discapacidad, la población infantil desamparada, etc., incluyendo también a las

personas que se encontraban en situación de calle.” (FACSO Universidad De

Chile, 2007, p.2).

Sin embargo, aunque también hubo preocupación de parte de organizaciones

obreras, estas solo complementaron la labor de beneficencia.

Por su parte, la gestión a nivel estatal sólo tomó forma a comienzos del siglo

XX, de manera indirecta, mediante la promulgación de las primeras leyes obreras,

4
producto de los conflictos desatados en las oficinas salitreras y en las principales

ciudades del país, que, en definitiva, estuvieron relacionados con fenómenos como la

vagancia y la mendicidad en las calles. Debido a esto:

“[…] el tratamiento de esta problemática se vinculó tempranamente a contextos de

carencia y déficit extremos. De ahí que se asumiera durante casi todo el siglo

pasado que el fenómeno de las personas en situación de calle se reduciría en la

medida que disminuyera la pobreza.” (Ibíd., p.2).

En un primer momento, el Estado reaccionó recluyendo forzadamente a las

personas que permanecían en situación de calle, incluso, con el fin de llevar un

control de estos sujetos, se establecieron diversas iniciativas, como la de repartir

licencias para mendigar:

“El “disciplinamiento” se realizó bajo dos modalidades: la primera, vinculada a la

acción punitiva, se concretó en las cárceles y dependencias policiales; la segunda

se llevó a cabo en establecimientos públicos y privados destinados a atender a la

población infantil.” (Ibíd., p.2).

Entre los años 1930 y 1940, se instauró una institucionalidad dispuesta a

convertirse en el soporte de las Políticas Sociales, que incluían las áreas de: salud,

seguridad social, educación y vivienda. Lo anterior permitió, también, generar más

iniciativas privadas, como la obra del padre Alberto Hurtado, llamada, años más tarde

Hogar de Cristo.

Con el paso del tiempo, la acción estatal en torno a esta problemática

concentró, de forma sistemática, su apoyo hacia la población infantil:

“[…] entre 1940 y 1950 se creó la Dirección General de Protección a la Infancia y la

Adolescencia (dependiente del Ministerio de Salubridad), se inició el proyecto de

una granja de rehabilitación de niños vagos en Apoquindo, se fundó el Hogar de

Cristo, abrió sus puertas la “Ciudad del Niño Presidente Ríos”, se creó el Comité de

Recuperación del Niño Vago, entre otras iniciativas. En esta misma línea, en la

década del 60’ se creó una Comisión Interministerial de Protección de Menores,

cuyos resultados desembocarían en la creación del Consejo Nacional de Menores,

5
que se constituyó como la institución coordinadora del sistema de atención a la

infancia.” (Ibíd., p.2).

No obstante, la lógica de algunos lugares mencionados era mezclar niños

abandonados con los que cometían alguna falta o delito, lo que provocaba que el

proceso de reinserción y rehabilitación resultara más complejo.

Posteriormente, ya en el año 1966, la cantidad total de este tipo de

establecimientos (públicos y privados) era de 875, dependientes de 147 instituciones.

Hasta 1972, fue aumentando el gasto social; con esto, mejoraron las condiciones de

salud, previsión, educación y habitabilidad, además de disminuir la mortalidad infantil.

Aun así, no se diseñaba alguna política pública o programa que se realizara

considerando, particularmente, a las personas en situación de calle.

Con la llegada del periodo autoritario (1973-1989), las personas en situación

de calle aumentaron considerablemente, debido tanto a las crisis económicas como

a la focalización de las políticas públicas hacia temas no relacionados con esta

problemática.

Pese a lo anterior, en los años ’90, durante los gobiernos de la Concertación,

se volvieron a valorizar las políticas sociales, pero estas debían complementarse con

el crecimiento económico esperado. De este modo, el objetivo primordial durante

dicho periodo fue lograr un equilibrio macroeconómico, lo que derivó, como en años

anteriores, en no incluir dentro de la agenda pública a las personas en situación de

calle.

Gracias a las iniciativas e impulsos de fundaciones benéficas, como el Hogar

de Cristo, el Estado efectuó el año 2005, el primer catastro de personas en situación

de calle; realizado en las 80 comunas más pobladas del país, cuyo objetivo era:

“[…] dimensionar y caracterizar a las personas en situación de calle, con el fin de

facilitar su inclusión social y mejorar sus condiciones de vida, aportando importante

6
información para la elaboración e implementación de programas y políticas

dirigidos a estas personas.” (MIDEPLAN, 2005, p.8).

De este modo, a partir de los resultados del catastro, se tomó en cuenta a

estos sujetos en el sistema de protección social Chile Solidario (Ley Nº 19.949),

mediante el Programa Calle.

1.1.3 Catastro Calle 2005 y 2011

Algunos resultados del primer catastro nacional de personas en situación de

calle, realizado el año 2005, arrojaron que a en el país, 7.254 personas se

encontraban en tal condición. Las regiones con más población viviendo en las calles

fueron, en primer lugar, la Región Metropolitana, con 3.458 personas, luego la VIII

Región con 954 y, en tercer lugar, la V Región con 557 (MIDEPLAN, 2005). En

agosto del año 2011, fue realizado el segundo catastro de personas en situación de

calle, el que logró determinar que a nivel nacional 12.255 individuos se encontraban

en dicho estado. Las regiones que concentraban el mayor número de estas personas

fueron, la Metropolitana con 5.729 sujetos, la V con 979 y la VIII con 871,

aumentando así los resultados del año 2005, a excepción de la Región del Biobío en

donde disminuyeron (Ministerio de Desarrollo Social, 2012).

1.1.4 Exclusión Social y Calle

Sin duda, el concepto de exclusión social se manifiesta en esta problemática,

debido al estado de abandono en que se encuentran los sujetos y al rechazo e

indiferencia que, generalmente, el resto de los ciudadanos tiene ante ellos. En

concreto, existen varias descripciones para dicho término, que se centran en distintos

aspectos. No obstante, en esta investigación se empleará la definición que se

expone en el texto “Dimensiones De La Exclusión Social” (2010) elaborado por

Chuaqui y colaboradores, quienes definen este concepto como:

“[…]una relación social que va situando a determinados grupos sociales en

ubicaciones desfavorables respecto al sistema y a los demás sujetos, lo cual causa

en estos grupos una serie de privaciones de distinta índole social (aspectos

7
materiales, relacionales y activos de habilidad y conocimiento social) que se

constituye en tanto dicha privación, como en los procesos que las causan y que

reproducen otras condiciones de privación social.” (Chuaqui, Mally y Parraguez,

2010, p. 19).

1.1.5 Valparaíso, Barrio Puerto y personas en situación de calle

Uno de los aspectos más llamativos corresponde al aumento del número de

personas en situación de calle a nivel nacional, al comparar los dos catastros

nacionales. Junto a ello, a nivel regional, la Región de Valparaíso es en donde más

aumentó el número de estos sujetos, entre los años 2005 y 2011. De este modo, se

ha escogido como contexto físico de estudio, el Barrio Puerto de la ciudad de

Valparaíso, puesto que es uno de los lugares del país en el que se visualizan más

personas en tal condición. Además, se encuentran tres de los sitios más conocidos

en la región que brindan ayuda a estos sujetos: el comedor N° 421 de la Iglesia La

Matriz; el Ejército de Salvación y el centro cristiano de rehabilitación de drogas

REMAR.

Asimismo, a pesar de la importancia que jugó este sector en el titulo de

patrimonio de la humanidad de Valparaíso otorgado el año 2003, el Barrio Puerto

(por el descuido de las autoridades, habitantes y visitantes, a la explosión ocurrida en

la calle Serrando el año 2007 y al terremoto de gran magnitud que aconteció el año

2010) el comercio, el turismo y el histórico diseño arquitectónico del lugar, se vieron

evidentemente afectados. Sin embargo, en la actualidad, ha existido una incipiente

preocupación por reactivar el sector, con la rehabilitación de algunos inmuebles

patrimoniales, cuyo propósito fue transformarlos mayoritariamente, en casas de

estudio, hoteles o centros culturales.

La Iglesia La Matriz, la plaza Echaurren, la calle Serrano, la plaza Sotomayor y

el Muelle Prat, son los lugares del Barrio Puerto que frecuentan cotidianamente estas

personas, encontrándose en un estado de abandono absoluto, carentes de las

8
facilidades para cubrir sus necesidades básicas y en un grado máximo de exclusión

social.

En consecuencia, esta investigación, se propone describir el discurso acerca

los principales problemas que condicionan la exclusión social de las personas en

situación de calle, tanto de parte de quienes conviven diariamente en un mismo

contexto físico con tales sujetos, como también de una fundación que ha trabajado

hace muchos años con aquellas personas a nivel nacional. Concretamente, para los

fines del presente estudio, se ha escogido describir, el discurso de la comunidad del

Barrio Puerto de Valparaíso y del Hogar de Cristo (sede Valparaíso),

específicamente del personal del programa “Acogida”, pues allí es donde

actualmente, se planifica y se distribuye la ayuda a las personas en situación de calle

que entrega esta institución a lo largo del año.

Los primeros conocen la problemática de un modo cercano y cotidiano, y los

segundos se han acercado a este tema desde un punto de vista teórico y práctico.

Por lo que las dos visiones nos entregarán conocimiento y riqueza acerca de la

información que se está proponiendo estudiar, desde una visión distinta a la de los

propios afectados.

Las implicaciones prácticas de realizar este trabajo radican, principalmente,

en que estos dos discursos -de parte de actores que no están involucrados, pero que

efectivamente tienen un vínculo con los afectados- permitirán entregar datos

esenciales y completos para la realización de programas y proyectos,

gubernamentales o privados, que puedan brindar información diferente a la que

comúnmente se conoce, en favor de soluciones más concretas para los sujetos

afectados y de convivencia sana con el resto de la comunidad en donde se

movilizan.

9
Por otra parte, las posibles dificultades para llevar a cabo la investigación,

radicarían en el trabajo de campo, debido a la disposición y tiempo de los

entrevistados, lo que condicionaría la extensión de algunas etapas.

1.2 Pregunta de investigación

De acuerdo a lo anterior, la pregunta de investigación es:

¿Cuál es el discurso de la comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso y del Hogar

de Cristo, respecto a los principales problemas que condicionan la exclusión

social, de las personas en situación de calle que deambulan por dicho sector,

actualmente?

1.3 Objetivos Generales y Específicos

1.3.1 Objetivo general

• Describir el discurso de la comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso y del

Hogar de Cristo, respecto a los principales problemas que condicionan la

exclusión social de las personas en situación de calle que deambulan por

dicho sector, actualmente.

1.3.2 Objetivos específicos

• Analizar el discurso de la comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso, respecto

a los principales problemas que condicionan la exclusión social, de las

personas en situación de calle que deambulan por dicho sector, actualmente.

• Analizar el discurso del Hogar de Cristo, respecto a los principales problemas

que condicionan la exclusión social, de las personas en situación de calle que

deambulan por el Barrio Puerto de Valparaíso, actualmente.

• Comparar el discurso de la comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso y del

Hogar de Cristo, respecto a los principales problemas que condicionan la

exclusión social, de las personas en situación de calle que deambulan por

dicho sector, actualmente.

10
1.4 Relevancias

En cuanto a las relevancias teóricas del estudio, se pretende aportar a la

Sociología Urbana, y a la Sociología de la exclusión social, describiendo el discurso

de la comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso y del Hogar de Cristo, sobre los

principales problemas que condicionan la exclusión social de las personas en

situación de calle, que deambulan por dicho sector, actualmente. Si bien se han

realizado estudios relacionados, los discursos de quienes conviven cotidianamente y

voluntaria e involuntariamente con estos sujetos, han sido poco investigados, lo que

nos entregaría visiones nuevas y distintas sobre tal escenario.

Por otra parte, las relevancias prácticas de esta investigación se relacionan

con que mediante la descripción de tales discursos la problemática será expuesta

desde otras visiones, lo que generará su mayor conocimiento, para las posibles

realizaciones de nuevos programas o proyectos, que puedan brindar soluciones más

palpables a las personas afectadas. Además, se busca revelar que dichos sujetos se

encuentran inmersos en un sector patrimonial importante de la comuna de

Valparaíso y del país, como lo es el Barrio Puerto, visitado por gran cantidad de

turistas, tanto extranjeros como locales, por lo que la preocupación por la calidad de

vida de las personas que viven allí debiera ser mejor considerada.

11
2. MARCO TEÓRICO

2.1 Perspectivas teóricas

La presente investigación se enmarca dentro de los límites teóricos de la

Sociología Urbana y de la Sociología de la Exclusión Social, dentro de la que se

distinguen diferentes autores.

En primer lugar, el estructuralismo dialéctico (como el de Jorge Chuaqui), se

basa en reconocer la objetividad de la estructura social, independientemente de la

conciencia. La estructura social no establece mecánicamente o linealmente el

comportamiento de los individuos, sino que éstos aportan sus características

particulares, reaccionan de forma personal siguiendo las normas sociales,

rebelándose frente a aquellas, eludiéndolas y/o especificándolas, y provocan

cambios en la estructura interviniendo individual y colectivamente.

La estructura tiene contradicciones internas que llevan a su transformación, no

sólo mediante los participantes, sino que las mismas características globales que la

hacen reproducirse, la llevan a desplegarse y desarrollarse en ciertas tendencias, y

que consiguen o no, condicionar el cambio brusco o una evolución de la estructura.

Asimismo, la subjetividad juega un papel significativo, con respecto a la

participación de las personas en la estructura, rediseñando creativamente su

conducta, y los resultados para ellas y la estructura. 1

En segundo lugar, el informacionalismo (como el de Manuel Castells) plantea

“[…] un paradigma de organización social, en el cual la riqueza, el poder y el sentido

dependen de la capacidad tecnológico-cultural-organizacional de generar

conocimiento y procesar información.” (Castells, 2001). Dentro de esa explicación

aparece el concepto de exclusión social, pues considera que el modelo existente no

tiene clases, sino inclusión y exclusión.

1
Los párrafos anteriores han sido obtenidos a través de una explicación realizada por el profesor Jorge
Chuaqui vía e-mail, sobre tal adscripción teórica, el 8 de Octubre del año 2011.

12
Por último, la propuesta teórica de Robert Castel se centra, de acuerdo a

Espíndola (2010, p.7) en que:

“El núcleo de atención en la obra de Castel está centrado en la integración o

desintegración de categorías sociales –agrupamientos definidos por la posición

que ocupan en la división del trabajo- que se configuran respecto a su vínculo con

la esfera institucional. Parte de la propuesta de una hipótesis por la que el proceso

de integración se gesta y desarrolla en la conjunción de dos ejes: el trabajo,

entendido como empleo estable, precario y expulsión de éste; y la densidad de las

redes de sociabilidad. Así, la educación y la familia proveen de inserción relacional

fuerte, frágil¸ y/o aíslan.” (Espíndola, 2010, p.7).

De este modo, se puede explicar lo que Castel esquematizó como “zonas” de

cohesión social, por lo que el “trabajo estable/inserción relacional sólida” identifica

una zona de integración. Por otra parte, no participar en alguna actividad productiva y

el aislamiento relacional reúnen sus efectos negativos para ocasionar la exclusión, o

como lo llama, desafiliación. Junto con estas zonas, la vulnerabilidad social es una

zona intermedia, inestable, que se relaciona con la precariedad del trabajo y la

inestabilidad de los soportes de proximidad (Castels, 1997). Espíndola explica que:

“La identificación de situaciones concretas de “desafiliados” tiene el interés de

remitir al proceso por el que transitan individuos pertenecientes a categorías

sociales que asisten a la crisis de los estatus, viendo debilitarse los vínculos que

los “ligaran” a las instituciones que les confirieron un lugar de utilidad social. Es a

través de esta noción que se torna más clara la mirada sobre la integración social

de Castel: no se trata únicamente de una ruptura con el salariado, sino que se

desencadena una ruptura del “lazo social” entendida como pérdida de pertenencia

social.” (Ibíd., p.11).

2.2. Hacia una concepción social de las personas en situación de calle

Con el paso de los años, el interés científico por esta problemática ha ido

aumentado. Conocidos son los censos que se realizan en muchos países con el fin

de cuantificar a los sin techo, para poder exponer los parámetros de dicha temática al

resto de la ciudadanía, generar estudios que reporten análisis más exhaustivos sobre

13
los cambios en esta problemática y contribuir, de parte de las instituciones

responsables, a otorgar soluciones mejores para estas personas.

En Chile, hace algunos años comenzó a tomar fuerza la preocupación por esta

problemática. Por ejemplo, en el año 2003 el gobierno se comprometió en el

Santuario del Padre Alberto Hurtado a incorporar a las personas en situación de calle

en el sistema de protección social, por lo que el año 2005 se realizó el primer

Catastro Nacional de Personas en Situación de Calle, cuyo objetivo radicaba en:

“[…] dimensionar y caracterizar a las personas en situación de calle, con el fin de

facilitar su inclusión social y mejorar sus condiciones de vida, aportando importante

información para la elaboración e implementación de programas y políticas

dirigidos a estas personas.” (MIDEPLAN, 2005, p.9).

Para realizar dicho catastro se encuestaron a las personas en situación de

calle en 80 comunas del país con más de 40 mil habitantes, que representan

mayoritariamente a la población en dicho estado en el país. Fue necesario realizar un

trabajo coordinado con distintas instituciones públicas y de la sociedad civil, así:

“Para estos efectos se constituyó una orgánica de funcionamiento que consideró

una Mesa Nacional y un Comité Técnico Nacional, cuyas principales tareas fueron

el diseño del cuestionario y la organización de las actividades para el

levantamiento de información.” (Ibíd., p.9).

El catastro se inició en la noche del 28 julio y finalizó en la mañana del 29 del

mismo mes:

“Esa noche se movilizaron más de 5.000 voluntarios en todo el país, entre

encuestadores, miembros de instituciones que trabajan con personas en situación

de calle, funcionarios públicos, integrantes de organizaciones de voluntariado,

Carabineros y personas naturales interesadas en participar.” (Ibíd., pp. 9-10).

La definición establecida de personas en situación de calle, para efectos del

catastro se refiere a:

“[…] quien se halle pernoctando en lugares públicos o privados, sin contar con una

infraestructura tal que pueda ser caracterizada como vivienda aunque la misma

14
sea precaria, y a aquellos que, por carecer de alojamiento fijo, regular y adecuado

para pasar la noche, encuentran residencia nocturna, pagando o no por este

servicio, en alojamientos dirigidos por entidades públicas, privadas o particulares y

que brindan albergue temporal. Asimismo, a aquellas personas que por

encontrarse sin hogar o residencia, y sin apoyo de familiares u otros significativos,

dependen de programas sociales que ofrecen residencia permanente o por

períodos importantes, con apoyo bio-psico-social.” (Ibíd., pp.9-10).

2.3 Reconocimiento, identidad, exclusión y situación de calle

Weason (2006) en su investigación de pregrado, tuvo como objetivo, constituir

el rol que las relaciones de reconocimiento poseen en la construcción de identidad de

las personas en situación de calle, específicamente en la ciudad de Santiago de

Chile, este propósito surge: “[…]de la constatación de la profunda exclusión social en

que se encuentran, y que pareciera amenazar las posibilidades de reconocimiento

social e identidad en este grupo.” (Weason, 2006, p.7). Para su objetivo, el estudio se

fundamenta en el modelo de reconocimiento señalado por Axel Honneth, el cual es

aplicado, en un grupo puntual de personas en situación de calle, buscando

establecer los rasgos identitarios que surgen de las características del

reconocimiento.” (Weason, 2006). En conclusión, la autora señala que:

“[…] el reconocimiento se establece como una factor fundamental en la

construcción de identidad de personas en situación de calle. Desde sus distintos

ámbitos, el reconocimiento es un requisito para el desarrollo de una relación

positiva del individuo consigo mismo y para la adquisición de una identidad de

miembro legitimo de la sociedad. Sin embargo, la posibilidad de reconocimiento de

las personas en situación de calle se ven limitada significativamente, afectando

tanto su integración social y como la evaluación que hacen de sí mismos. Debido a

esto, se construye una identidad basada en la percepción de rechazo de su modo

de vida, marginación y fracaso personal.” (Ibíd., p.7).

2.4 Personas en situación de calle y la Estructura Social Global

Dichos sujetos, debido a la situación en que viven, han roto los lazos con

sistemas sociales como las familias u organizaciones formales. Por tanto, junto a los

15
que están privados de libertad o se encuentran en un asilo u hogar protegido, a pesar

de ser miembros de la estructura social basal, no pertenecen a una familia, entendida

como “[…]aquellas que reproducen la fuerza de trabajo, sirven de centro de consumo

y en conjunto con las relaciones de parentesco, proporcionan la socialización básica

y apoyo psicológico y afectivo a sus miembros, a través de relaciones primarias”

(Chuaqui, 2012, p.174). De esta manera, el sistema familia se interconecta con otros

sistemas, como el de educación, de salud, económico y de servicios. Así, para las

personas en situación de calle, los valores y aprendizajes que fueron entregados por

la familia han sido remplazados por los que se tienen en la calle, muchos de los

cuales pueden ser buenos o malos, como amistad y organización colectiva, por un

lado, o delincuencia y consumo de drogas, por otro.

2.5 Cifras respecto a la situación de calle en Chile, Catastros 2005 y 2011

El año 2005, las cifras arrojaron que a nivel nacional 7.254 personas se

encontraban en situación de calle. Las regiones con más población viviendo en las

calles fueron, en primer lugar, la Metropolitana, con 3.458 sujetos; luego la VIII

Región con 954 individuos; y, en tercer lugar, la V Región con 557 personas

(MIDEPLAN, 2005).

Además, los resultados indicaron que la distribución de estos sujetos por sexo

a nivel nacional era muy dispar: el 85% son hombres y el 15% son mujeres, lo que se

evidencia que en Chile esta es una realidad predominantemente masculina. En

relación con, la edad promedio de las personas que se encuentran en situación de

calle, los resultados señalaron que ésta es de 47 años, 44 años para las mujeres y

47 para los hombres. (MIDEPLAN, 2005).

Con respecto a la distribución por tramos de edad, los resultados señalan que:

“…de 30 a 44 años (27,5%), 45 a 59 años (25,8%) y 60 años y más (25,6%). Lo

anterior implica que el 78,8% de las personas en situación de calle tiene 30 años y

más.”(MIDEPLAN, 2005, p.85). Cabe mencionar que un 9,3% de la población en

situación de calle tiene una edad inferior a 18 años.

16
Posteriormente, el año 2011, se realizó un nuevo catastro en donde se expuso

que a nivel nacional12.255 individuos se encontraban en tal condición, casi doblando

la cifra del año 2005. Por otro lado, las regiones en donde se concentró el mayor

número de estas personas, fueron la Metropolitana con 5.729 sujetos, la V Región

con 979 y la VIII con 871, aumentando así los resultados del año 2005, a excepción

de la Región del Biobío en donde disminuyeron (Ministerio de Desarrollo Social,

2012). Un 84% de las personas encuestadas son hombres, lo que verifica un leve

aumento de las mujeres que se encuentran en situación de calle con respecto al año

2005. En cuanto al promedio de edad, de las personas encuestadas, se estableció

que esta vez el promedio fue de 44 años (Ministerio de Desarrollo Social, 2012).

2.6 Reflexiones y estudios sobre los posibles motivos por los que se llega a la

situación de calle

Diversas investigaciones pesquisan los motivos por los que estos sujetos

llegan a estar en situación de calle. Por ejemplo, Lucero y Peredo (s. f.) señalan que:

“No existe un motivo único por el que las personas llegan a estar en esta situación. Al

igual que muchas situaciones de indigencia y exclusión, son diversos los factores

que inciden en que dichas personas se encuentren en "situación de calle".” (Lucero,

Peredo, s. f., p.5). Así, estos motivos son:

“Historias de pobreza crónica, Historias de abandono, Conflictos familiares,

Violencia intrafamiliar, Cesantía crónica, Consumo perjudicial de alcohol y drogas,

Discapacidad psíquica o mental, Personas con Antecedentes Judiciales que

dificultan su inserción laboral.” (Lucero y Peredo, s. f, p.5).

De esta manera, dichas conclusiones no se diferencian mucho con los

resultados expuestos en el Catastro Calle 2005.

En particular, el problema al que se refieren Lucero y Peredo es el del

alcoholismo, expuesto a partir del significado que otorga la medicina a este

padecimiento:

17
“El alcoholismo, no es una enfermedad mental, si no el resultado de una forma de

vida irresponsable, o tal vez sea resultado de la injusticia social, o quizás

problemas familiares, lo cierto es que los motivos pueden ser muchos y de distintas

dimensiones; lo importante es que esta allí y que tenemos ganas de hacer algo por

ellos, pero por ahora trataremos de comprender un poco sobre el problema que los

aqueja.” (Ibíd., p.2).

Tal escenario empeora aún más, cuando un sujeto se va a vivir a las calles,
pues:
“Las personas que tienen problemas de consumo de alcohol y encima de esto el

problema de situación de calle, son personas vulnerables y expuestas, que han

perdido totalmente el control de sus vidas, y solo viven el día o el momento, pero

no por esta condición de abandono han perdido su calidad de ser humano y se les

debe tratar con la dignidad que corresponde a cualquier persona.” (Ibíd., p.3).

Estos autores otorgan una guía para los misioneros pertenecientes a la

agrupación “Cristo De La Calle”, quienes se preocupan de ir en ayuda de las

personas que se encuentran dicha situación y además son alcohólicos.

Finalmente, sostienen que el escenario vivido por estos sujetos es muy difícil,

debido a que llegar por un problema de alcoholismo a estar en situación de calle

complejiza aún más el nivel de precariedad en que viven tales sujetos, sin poder salir

de ella y no sólo sucede aquello con el alcoholismo, sino que también con los otros

problemas mencionados anteriormente, debido a que:

“Estas situaciones se incrementan por el déficit de soluciones habitacionales, falta

de empleo, dificultades en el acceso a la educación y capacitación, problemas de

acceso a la salud y de incorporación a beneficios sociales producto de la ausencia

de residencia.” (Ibíd., p.5).

2.7 El “otro” y la situación de calle

Desde la “otredad”, es decir, la mirada del otro, con respecto a estos sujetos

Lowick-Rusell y Ossa (2007) caracterizan a las personas en situación de calle como:

“Pobres, indigentes, mendigos, vagabundos, pordioseros, locos, drogadictos,

delincuentes, entre otros, son los calificativos que suelen asociarse a este grupo a

partir del desconocimiento, que trae aparejado una serie de conductas y actitudes

18
hacia estas personas. Es decir, no sólo son diferentes, sino que pueden llegar a

ser considerados desviados, amenazantes o peligrosos.” (Lowick-Rusell y Ossa,

2007, p.4).

Esto se explica, debido a que, aparentemente, lo que causa molestias, en

parte de la sociedad, no es que existan estas personas en dicha situación, sino que

la presencia de aquellos interrumpa la cotidianidad de las otras personas, o que se

ubiquen en un sector que “no les corresponde” (Lowick-Rusell y Ossa, 2007).

Sin embargo, no sólo es esa la actitud que predomina en el resto de las

personas, sino que además

“[…] se encuentran aquellas relacionadas con la lástima, la caridad, o la

indiferencia. Estas últimas actitudes son las que, quizás, han sido más perniciosas,

pues han colaborado sustantivamente con la persistencia de la pobreza e

inmovilización de las personas en situación de calle” (Ibíd., p.4).

Por lo que, señalan:

“Se crean temores exagerados e injustos elaborados desde impresiones e

imaginarios individuales y colectivos, que no necesariamente guardan relación con

la realidad de estas personas. Más bien son ellos quienes viven día a día la

violencia de una sociedad que no cuenta con espacios para su desarrollo como

seres humanos, como parte de nuestra comunidad, generando aún mayores

condiciones de vulnerabilidad y exclusión. Por ello, son frecuentemente

erradicados de los espacios públicos.” (Ibíd., p.5).

En síntesis, lo más importante, según estos autores, con respecto a las

soluciones que han existido durante largo tiempo, es desplazar la idea de “caridad y

entrega de servicios” hacia una mirada de “justicia y acceso a sus derechos”, lo que

demanda, entre otras cosas, un tratamiento legal. Por lo mismo, puntualizan que

“[…]es cierto que un cambio cultural no se ejerce por fuerza de ley, sin embargo,

medidas jurídicas colaboran sustancialmente en evitar atropellos, prevenir abusos y

regular los dispositivos ya existentes para esta población en nuestro país.” (Ibíd.,

pp.5-6).

19
Por ende, los autores sostienen que:
“Es fundamental aumentar el conocimiento sobre las personas en situación de

calle. Urge realizar investigaciones que culminen en intervenciones eficaces. Ante

una población tan heterogénea, cambiante y vulnerable como son las personas en

situación de calle, se requiere incrementar la capacidad creativa, flexibilizar las

acciones, capacitar personal, e involucrar en este proceso al Estado y Sociedad

Civil en su conjunto. Nos parece estimulante poder compartir, en este sentido,

tanto con las Ongs, las Universidades y el Gobierno acerca de este fenómeno y los

posibles caminos a seguir.” (Ibíd., p.6).

Asimismo, Flores y Hernández (2008) entienden la mirada del “otro” desde el

punto de vista del conflicto en la relación de los otros con las personas en situación

de calle. Retratan un conflicto urbano que ocurre en la ciudad de Curicó:

“[…] el cual fue seleccionado por la implicancia que tiene en las relaciones entre

los habitantes de dicha ciudad, además de ser un conflicto con escasos

antecedentes lo que lo hace más atractivo y controversial, dado que involucra a

toda la ciudadanía, en este caso urbana.” (Flores y Hernández, 2008, p.1).

El conflicto se genera entre las personas en situación de calle y el resto de la

ciudadanía, incluyendo a locales comerciales, instituciones públicas y religiosas,

ONG, como el Hogar De Cristo, y los habitantes de la ciudad (Flores y Hernández,

2008).

En concreto, el propósito de los autores fue además de describir el conflicto y

la situación en la que viven estas personas, exponer cómo todos los ciudadanos se

ven implicados en la problemática “[…]ya sea criticando, sintiéndose incómodos o

aportando para que la problemática se mantenga.” (Ibíd., p.1).

De este modo según especifican que “[…]el foco de solución al conflicto

apunta a la participación de todos los actores hacia la integración y no a la

discriminación o exclusión.” (Ibíd., p.1).

20
2.8 Barrio Puerto de Valparaíso y Hogar de Cristo: Contexto y opinión sobre la

problemática

2.8.1 Barrio Puerto de Valparaíso: Una mirada histórica y social

En relación con el concepto de barrio, Rossi (1993) señala que “Para la

morfología social, el barrio es una ciudad morfológica y estructural; está

caracterizado, por cierto paisaje urbano, cierto contenido social y una función propia;

de donde un cambio de uno de estos elementos es suficiente para fijar el límite del

barrio.” (Rossi, 1993, p.47).

Con respecto al sector del Barrio Puerto de Valparaíso se entiende que

“Fue la primera zona habitada de la ciudad, cuyos habitantes levantaron modestas

casas en torno a lo que es la actual Iglesia de la Matriz. El villorrio creció ganando

terrenos costeros y construyendo bodegas portuarias y edificios para la

comercialización de productos. Hacia el sur estaba cerrado el paso por el cerro que

después se llamó Artillería y hacia el norte pasaba una franja muy estrecha entre

los cerros y el mar, donde se abrió la calle de la Planchada, hoy Serrano. El tramo

fue ampliado a fuerza de recortes a los cerros y relleno del bordemar. Por muchos

años barrio residencial y centro comercial de la ciudad, estaba potenciado por sus

dos extremos, la Plaza Echaurren y la que sería Plaza de la Aduana, hoy

Sotomayor. Hasta hoy conserva muchos de los edificios que surgieron de las

primeras fortunas porteñas y le dieron fama de elegancia en Chile y el mundo.”

(Gobierno de Chile, 2008).

Alrededor de la Plaza Echaurren, se encuentran construcciones simbólicas,

como el Mercado Puerto y los edificios Liberty y Astoreca; muchos de éstos con

proyectos de recuperación patrimonial, debido a que es un sector bastante

malogrado, que ha tenido distintos usos y que ha soportado terremotos e incendios.

Cuando sus habitantes se fueron mudando a los cerros aristocráticos de Valparaíso y

el barrio comercial se desplazó más allá de la Plaza Sotomayor (esencialmente entre

la Plaza Echaurren y la Plaza Weelwright) deslumbró y se difundió el esplendor de la

noche porteña. Actualmente, quedan sólo sencillos restaurantes y bares, visitados

21
por marineros y habitantes de la zona o hacia un nuevo público joven y universitario.

(Ibíd).

En este sentido, se debe destacar que:

“El atrio de La Matriz y hacia atrás, el pie del Cerro Santo Domingo, es un sector

con una espacialidad distinta, antigua también, pero más modesta y precaria, fuera

del tiempo. Un barrio pobre y deteriorado, sin embargo prioritario en los planes de

recuperación patrimonial, por ser parte central del núcleo fundacional y corazón de

la Zona Patrimonial de la ciudad” (Ibíd.).

González (2002) mezcla de manera adecuada la mirada histórica con la social

del Barrio Puerto de Valparaíso. En primer lugar, la autora menciona que el Barrio

Puerto se identifica por ser un lugar en donde se escapa la intimidad y la comodidad

de sitios tradicionales, pues desde hace muchos años (incluso desde el comienzo) se

caracteriza por la constante circulación propias de los Puertos, es decir, un lugar de

paso, con gran población flotante: “[…] de corta residencia, de experiencias fugaces,

de socialización coyuntural” (González, 2002, p.44).

De esta manera, la autora expuso como objetivo los diferentes modos de

habitar que tienen los sujetos en dicho lugar, con respecto la convivencia y,

primordialmente, la sustitución del modelo “casa–vivienda”, por el de “casa-trabajo”,

cuyo comportamiento cotidiano es esencialmente ritualizado. Por lo tanto:

“En función a los bares, cabarets, hoteles y fuentes de soda que conformaron el

barrio, podría decirse que existieron cinco microespacios de dominio público:

Márquez (donde actualmente se encuentra la población del mismo hombre), las

calles Clave y Cajilla, la Cuadra (comprendiendo la calle Blanco entre Clave y

Almirante Peréz Gacitúa aproximadamente), la Aduana (por calle Cochrane desde

Wheelwright hasta Márquez) y la subida Carampangue…” (Ibíd., p.44).

Continuando con la diferencia entre espacios mixtos (de trabajo y vivienda) y

espacios exclusivos (sólo de trabajo o sólo de residencia) “[….] Márquez y el sector

de clave-cajilla correspondería a la primera categoría, es decir, estarían

caracterizado por el gran numero de prostíbulos y bares en los que las piezas eran

22
utilizadas como vivienda y como lugar laboral” (Ibíd., p.45). De acuerdo con los

resultados de esta obra, los entrevistados coincidieron que en épocas pasadas,

sobre todo en la década de los cincuenta hasta poco después del golpe de Estado, el

oficio de prostituta(o), se realizaba en una casa, bajo el mando de una regenta, quien

era la encargada de administrar el lugar y los recursos de las personas que vivían y

trabajaban ahí. De este modo, las trabajadoras eran subalternas y quien se ocupaba

de las comidas, las piezas, las camas, los horarios, los clientes y de ciertos

privilegios era la propietaria, por ello “Cada pieza era el lugar de residencia y de

trabajo de las prostitutas(os).” (Ibíd., p.45).

En este sentido, compartir la vivienda y el trabajo involucraba la no existencia

de un mínimo espacio de intimidad, suplido por muecas o gestos que procuraban, de

algún modo, reproducir un modelo comunitario de convivencia. Por esto, se

puntualiza que “La vida, en cierto modo, se reducía sólo al universo de aquellos

cuartos. Sordos a los acontecimientos extremos, los habitantes de esas casas poco o

nada necesitaban más allá de las rejas de sus conventillos.” (Ibíd., pp. 46-47).

Los visitantes eran principalmente marinos y clientes que iban a menudo para

allá. Así, el escaso contacto con el exterior, condicionó la característica

transformación de rituales que forzaran los artificiales nexos afectivos, con sus

respectivas obligaciones y prohibiciones: “[…]no es de extrañar que diversas

modalidades de resistencia pasiva se hayan originado al interior de aquellos lugares.”

(Ibíd., p.47). Ritualizando festividades, comidas, encuentros o determinados días de

la semana, los prostíbulos sistematizaban sus actividades, mediante la liturgia

cotidiana de la convivencia lo que generaba la superación de la individualización, en

un medio creado para la falta de privacidad, de esta manera:

“La casa prostíbulo represento un lugar en el cual el legado ilustrado de la

individualización del yo no tuvo más remedio que ceder a la ficción de una

identidad colectiva. De la misma forma, se observa que el ideal burgués de la

unidad doméstica centrada en la familia fue reemplazado por modalidades ficticias

de parentesco, con la respectiva jerarquización que esto implicaba.” (Ibíd., p.47).

23
En el sector, existió gran cantidad de prostíbulos más; algunos de ellos fueron

los Siete Espejos, la Miss Mery, el Dieciocho, el Veintiuno, el Sesenta y Nueve, el

Hotel del Copucha, el Cuartito Azul y los Maceteros(González, 2002).

Otra situación que ocurría en calle Márquez era la disputa que había entre

prostitutas y homosexuales. Estos últimos ejercían en casas pero nunca en la calle,

debido a que ese sitio era de dominio de las primeras, por lo que los homosexuales

debían captar clientes en bares o simplemente en las mismas casas. Por ello, los

prostíbulos del sector eran principalmente de homosexuales, aunque igualmente

existían los de mujeres (González, 2002).

Algunos de los bares más destacados del sector, la “Yapa” y la “Bomba”, en

los que se captaban a la mayoría de clientes servía para generar un lazo entre el

deseo del cliente y quien pudiese compensarlo. Asimismo, estos lugares tenían

espectáculo, bailes y abundaba el alcohol. Por lo tanto: “La pertenencia a este barrio

es una estrategia de supervivencia, no de integración. La gran mayoría de estas

personas no continuaron con el modelo de convivencia de la casa prostíbulo cuando

decayeron después de la década del ochenta.” (Ibíd., p.49). De esta forma, la

“Bohemia Porteña” es solo un espejismo que cubre el gran individualismo, en donde

lo social pareciera que no hubiera existido.

Incluso, la temporalidad de estas personas no estaba dada por la

interiorización del tiempo nacional o de los eventos importantes para la mayoría,

sino por los acontecimientos de la rutina de un “tiempo local” o un “tiempo personal”:

“La percepción del tiempo para estos sujetos es mucho más “mínima” de lo que se

supone. Tal vez pueda decirse que es sólo el cambio frente a la duración lo que los

vuelve inteligible al tiempo. Al respecto, en conversaciones informales pudimos

comprobar dos fenómenos opuestos: primero, la casi total ausencia de un registro

cronológico en lo recuerdos (o sustitución por referencias vagas e imprecisas) o,

segundo, la sobredimensión que esta cronología adoptaba en el ordenamiento de

ciertas vidas.” (Ibíd., p.51).

24
Esto debido que algunos sujetos tenían una vida distorsionada e

incompresible, mientras otros contaban y tenían un registro de todos los días de su

vida allí de forma casi exacta y obsesiva.

En relación con lo anterior, los espacios exclusivos son los que se usaban

únicamente para trabajar, así “dentro de esta categoría caben los sectores de la

aduana y la cuadra, caracterizados por la presencia de muchísimos bares y

restaurantes frecuentados por un público más “selecto”[….]” (Ibíd., p.52).

Los bares de este sector eran visitados recurrentemente por marinos

extranjeros, profesionales y otros navegantes; sus lugares preferidos por ellos eran el

Scandinavian, el Roland Bar, el American Bar, el Giaco, el Black and Withe, la

Caverna del Diablo, el Blue Ship y el Luisiana, los que a diferencia de los bares

del sector mixto, eran conocidos como “más decentes y menos mafiosos”. (González,

2002).

La diferencia radicaba principalmente en el ámbito del consumo (tragos y

drogas más caras), los espectáculos eran más preparados, no dejaban entrar a

torrantes, el nivel educativo (pues muchos eran profesionales), lo que esencialmente

obedece a códigos de estatus en el barrio generalmente. (González, 2002).

Junto con lo anterior, los hoteles de niñas del sector Cochrane se

consideraban espacios exclusivos, pues solo cumplían la función de ser un lugar de

trabajo a diferencia los mismos hoteles ubicados en la calle Márquez. Lo anterior se

debe a que el público que visitaba estos lugares era entendido como una población

flotante (dado que provenía de barcos mercantes y marinas extranjeras). En cambio,

en los espacios mixtos el público era, generalmente, local, regular y conocido, debido

a que la forma de trabajo era más independiente:

“En estos hoteles las prostitutas pagaban el arriendo de una pieza más caro que el

común de los hospedados. El negocio para los hoteles consistía en mantener un

público regular de prostitutas que frecuentaban siempre sus dependencias para

desempeñar su trabajo, SIN dejar de ser hoteles abiertos al común de los

paseantes.” (Ibíd., p.54).

25
De esta manera, las prostitutas tenían un grado de libertad, ya que el lugar

donde trabajaban era privado y no existían intermediarios, por lo que recibían el

dinero directamente. Sin embargo, los hoteles seguían siendo opción para personas

que andaban de paso por la ciudad e incluso fueron muy útiles en el periodo de

dictadura, pues a muchos el toque de queda los sorprendía en la calle y debían

buscar un lugar donde hospedar. Varios de estos hoteles eran clandestinos.

(González, 2002).

Por otro lado, no todo eran hoteles y prostíbulos, sino que en los bares del

sector se ofrecían grandes y variados espectáculo:

“[…]que iban desde streep-tease has números folkclóricos, pasando por canciones

de Jorge Negrete, Guadalupe del Carmen y Pedro Infante. Y si bien no había un

contrato real mediante, existía un compromiso que demandaba una

responsabilidad reciproca entre el cantante y el propietario del local, haciendo más

dignas las condiciones laborales de esa época…” (Ibíd., p.55).

La palabra era el contrato y garantía de una salario por un servicio prestado y

la condición del artista (cantante, actores o músicos) estaba afirmada por un

intermediario entre él y su público.

Eran tiempos donde había más dinero circulando, lo que generaba un tipo de

vida más distendido, había una mayor fluidez de gastos lo que contribuía a una mejor

estabilidad económica, lo que benefició a casi todo el sector. Así, “[…]la presencia de

marinos extranjeros y nacionales que debían esperar en tierra embarque o

desembarque de las mercaderías portuarias fue un factor decisivo en esta bonanza

[…]” (Ibíd., p.56). Esto debido al gran movimiento de carga que había en ese tiempo

en el puerto lo que provocaba una población flotante frecuente y altísima.

Otro factor que provocó la gran circulación monetaria en ese tiempo fue el

sistema de medios pollos (denominación que recibían los subempleos):

“Los estibadores, trabajadores de planta en el puerto, acostumbraban a contratar

ayudantes que hacían el trabajo por ellos, pagándoles la mitad de sus sueldo. A su

vez, estos “medios pollos” contrataban a otros ayudantes que les hicieran el trabajo

26
encomendado, pagándoles un nuevo porcentaje de sueldo que recibían sus

empleadores” (Ibíd., p.56).

Esto tuvo como consecuencia que muchos de estos sujetos no trabajaran,

recibiendo igualmente un porcentaje de su sueldo, sólo por delegar funciones a un

subalterno. No obstante, debido a esta gran fluctuación de dinero en el Puerto, había,

a su vez, una saludable vida social. Por otra parte, el contrabando contribuyó en el

fortalecimiento del comercio informal del puerto, a través del tráfico de mercaderías

extranjeras y su posterior venta a algunos locales comerciales del sector (González,

2002).

Con todo, la decadencia de la vida del barrio no fue solo resultado del

problema tecnológico portuario, sino que también se debió a la represión militar y

toque de queda, que obligó a bares y hoteles a encerrarse en el interior del lugar o

simplemente a cerrar. (González, 2002).

Aunque las autoridades del momento no contaban con ello, hubo también

estrategias para sobrellevar lo que estaba sucediendo en ese momento:

“Y paradójicamente fue el encierro quien ayudo a sobrevivir, aunque fuese por

algunos pocos años más, los espacios de sociabilidad en el sector. Muchos locales

se sumaron a la lista de los clandestinos, lo que contribuyó a crear lazos entre las

personas que seguían funcionando “puertas adentro”. Lazos siempre cómplices,

inscritos en la transitoriedad del tiempo vedado, del tiempo prohibido[…]” (Ibíd.,

p.57).

Fue muy comentado que el toque de queda cortó con la vida nocturna del

Barrio Puerto, no solo por la restricción horaria, sino que también por los cada vez

más comunes allanamientos que se realizaron en hoteles, prostíbulos y bares del

sector. Tal como puntualiza González: “No obstante, fue en estas circunstancias

cuando nuevas formas de “resistencia pasiva”- y entiéndase por resistencia pasiva,

insistimos, la ritualización de ciertas conductas reproductoras de lazos comunales- se

articularon, a puertas cerradas pero a viva voz” . (Ibíd., p. 57).

27
Las formas en que particularmente cada individuo experimentó el toque de

queda fue distinta, pero todas tenían algo en común: el encierro. No había posibilidad

de andar libremente de un local a otro e incluso había miedo a salir, lo que produjo el

fin de las formas comunes de comportarse hasta ese momento, además, “[…]la

estricta vigilancia y, peor aún, los abusos que se vieron sometidos prostitutas(os) y

homosexuales terminaron por minar considerablemente las posibilidades de

diversión en el sector […]” (Ibíd., p.59).

Son estos resquicios en los que se manifiesta la debilidad de un sistema

normativo, que no observó los pequeños micro espacios de poder que fueron

descubiertos con la experiencia de la represión. De este modo, la experiencia de la

resistencia no era precisamente un proyecto reivindicativo de las masas alienadas,

sino que se relaciona más con la protección de la ritualización de lo cotidiano y a un

lugar de sociabilidad, que con un proyecto de humanización, puesto que:

“la representación que estos sujetos poseen de su encuentro con la represión

militar es descrita por ellos mismos en términos de “anécdota”, instancias en las

que la significación de la experiencia descansa en un protagonismo personal más

que una clara conciencia colectiva […]” (Ibíd., p.60).

Otro factor importante son los mecanismos de status, relacionados con la

cobardía o la valentía de los individuos respecto al sistema normativo. Por eso, se

conocía y aún se conoce como “barrio bravo”. (González, 2002).

La muerte de los dueños de los locales del sector marcó la decadencia del

barrio puerto, lo que superó incluso la coyuntura política e hizo reflexionar sobre la

inevitabilidad de los acontecimientos, y su aceptación pasiva más que nostálgica.

(González, 2002).

De este modo, se explica que si exteriormente el golpe de Estado responde al

término de la vida bohemia en el puerto de Valparaíso, interiormente, esta vida de

puerto se explica sólo a partir del significado en la dinámica característica que tenía

28
la experiencia comunitaria compartida y observada como disolución de un orden

anterior:

“Otro ejemplo para explicar el fin del sistema de espacios mixtos de bares y

prostíbulos mediante códigos hermenéuticos particulares del puerto: Paralelamente

a la muerte de los propietarios de tales locales, una seguidilla de incendios

arrasaron con el Roland Bar, el Luisiana, el Blue Ship, el American Bar y el

Scandinavian […]” (Ibíd., p.64).

No hay un recuerdo muy exacto de parte de los habitantes del barrio puerto,

respecto a la gran cantidad de incendios acaecidos en ese lugar, es decir, cuándo

ocurrieron, si fueron intencionales o no, sino que solo sucedieron. Toda explicación a

la desaparición de la vida nocturna en el puerto y, por ende, a la variedad de locales

que había, se reduce a la muerte de los dueños y a los incendios:

“Desde esta perspectiva, entonces, no sólo durante la dictadura este barrio practico

el encierro. Lo ha practicado desde mucho antes, excluyendo de su horizonte

hermenéutico los vaivenes de una historia nacional y, más aún, desarrollando una

temporalidad propia, desplegada desde su mismo interior […]” (Ibíd., pp.64-65).

Para finalizar la autora resume que: “[…]las iniciativas que van al rescate de la

identidad de estos sitios no hacen más que mitificar el fenómeno de la pobreza,

convirtiéndola en una mera situación estructural a integrar, e ignorando el drama que

significa carecer de esperanza.” (Ibíd., p.65).

De tal manera, el poco apego con que los habitantes del lugar se refieren a los

sucesos nacionales responde a la ausencia de un nexo entre estas personas y

algún tipo de proyecto humanizante o solidario, restándoles importancia a su propia

historia y futuro. Lo anterior se funda en que mayoritariamente los entrevistados en el

documento de esta autora pensaban que la solidaridad entre personas con bajos

recursos era sólo una especie de mito, pues la solidaridad no puede darse en un

lugar donde siquiera existe algo para compartir, aparte de la necesidad que poseen

las propias personas de tal sitio (González, 2002).

29
2.8.2 Barrio Puerto en la actualidad

Hoy por hoy, el Barrio Puerto de Valparaíso se expone frente a los turistas,

extranjeros en su mayoría, como un espejismo del pasado, algo que se expresa

fehacientemente en su arquitectura y en las reuniones sociales que se realizan en la

plaza Echaurren, pues sus participantes, expresan el paso de los años que alguna

vez fueron gloriosos, de fiesta y algarabía. Además, las personas en situación de

calle que deambulan y hacen suyo (como centro social) el entorno de La Iglesia La

Matriz reflejan también este decaimiento, como símbolo de que la bohemia aún se

hace presente.

La delincuencia pareciese haberse tomado cada rincón de este barrio, así lo

hacen saber sus habitantes, comerciantes y en definitiva la opinión general del

sector, tal como se señala en Madariaga (2008): “Hoy la delincuencia marca la pauta.

Edificios tan importantes como el Mercado Puerto tienen problemas estructurales, los

negocios antiguos de mesón largo y trato familiar han cerrado en su mayoría y

muchos de los vecinos se fueron.” (Madariaga, s. f.).

La vida nocturna parece seguir aún en pie, pero con un tinte distinto, pues la

delincuencia parece buscar esta ocasión, como el momento exacto para actuar.

Por otra parte, el titulo de Patrimonio de la humanidad, otorgado a la ciudad de

Valparaíso el año 2003 por la UNESCO, generó que la comunidad del Barrio Puerto,

y sin duda, los turistas tanto nacionales como extranjeros, apreciaran y valoraran

más aún este sector, debido a que su historia y la gran cantidad de inmuebles

antiquísimos que se encuentran en el lugar, provocaron que fuera uno de los sitios

más importantes de la ciudad considerados patrimoniales en este nombramiento, tal

como señala Araya (2003):

“[…]los sectores aledaños a la Iglesia La Matriz y Plaza Echaurren, Muelle Prat y

Plaza Sotomayor, calle Prat y Plazuela Turri, y un segmento de los cerros Alegre y

Concepción, con sus ascensores, paseos, casas, pasajes, escalinatas y colores,

forman parte de la riqueza del mundo.” (Araya, 2003).

30
No obstante. Posteriormente, la explosión que ocurrió en febrero del año 2007

en la calle Serrano fue el anticipo de lo que parecía ser el abandono y soledad de

este sector, pues era una arteria importante comercial del sector, que recibía la visita

día a día de los habitantes de Valparaíso e incluso de personas pertenecientes a

otras partes de la región.

Igualmente, el terremoto ocurrido a fines de febrero del año 2010 terminó por

dejar casi todos los inmuebles patrimoniales a punto de caer. Uno de ellos es el

mercado puerto, eje comercial de gran importancia para los habitantes del sector y

de otros lugares. En ese sitio, se encontraban cocinerías que invitaban a los turistas

a deleitar una infinidad de productos del mar; estas actualmente se encuentran

ubicadas en calle Serrano debido a la inhabilitación para funcionar en el mercado,

producto del deterioro considerable que produjo en esta edificación el terremoto.

Por otro lado, a lo largo de los años, se ha buscado incesantemente la

posibilidad de otorgar subsidios o aportes de privados para levantar este sector, con

la rehabilitación de hoteles o restaurantes patrimoniales. Sin embargo:

“Lo cierto es que éstas iniciativas están anunciadas, pero van lento. Algunas

edificaciones como el Edificio Liberty comprado por la Municipalidad, aún no tiene

destino y corre riesgo de ser rematado dado el déficit estructural financiero de la

ciudad. Además, para que los emprendimientos privados cobren vigor efectivo, es

importante seguir avanzando en inversiones de bienes públicos como iluminación,

seguridad y mobiliario urbano.” (Cowley, 2011).

No obstante, la Universidad de Valparaíso ha contribuido en ello, pues ha

instalado la Facultad de Humanidades, en el sector de la calle Serrano, trayendo

consigo a cerca de un millar de jóvenes, académicos y funcionarios, quienes se

integran y dan vida a un barrio que se ha caracterizado por la vida bohemia del viejo

puerto, lo que enriquecerá la vida del barrio y ayudará a la revitalización del comercio

presente en el sector y a creación de otros. Junto a ellos:

“[…] se ha anunciado la instalación del Centro de Neurociencia de la misma

Universidad en el Edificio Severín, el cual fue sede del Primer Congreso Bicameral

31
en los inicios de la República y que, en años próximos, tendrá renovados bríos

para el desarrollo de investigación científica de nivel nacional e internacional.”

(Ibíd.).

La Municipalidad también ha mencionado la idea del Puerto Viejo como la

concepción asociada a la rehabilitación del barrio y se han realizado distintas

inversiones privadas para hoteles, lofts y demás construcciones relativas a la

inversión inmobiliaria.

En la Iglesia La Matriz, existe un grupo de ciudadanos, amantes de

Valparaíso, conformado por vecinos del barrio, porteños y viñamarinos, quienes han

participado en la creación de una Corporación para fortificar la acción evangelizadora

y de ayuda social que, diligentemente, efectúa la Parroquia La Matriz en beneficio de

numerosas personas que requieren ayuda espiritual. Dicha entidad busca el progreso

del barrio, mejorar la vida comunitaria e integrar a la ciudad como un referente

territorial primordial para la vida porteña y para los turistas nacionales e

internacionales que visitan Valparaíso diariamente.

Así, con el trascurso de los años, el Barrio Puerto de Valparaíso ha pasado de

la gloria económica, social y laboral al decaimiento, deterioro y el paso del tiempo en

todos sus lugares. Sin embargo, grandes iniciativas de parte de amantes del barrio y

algunos vecinos han gestionado cambios de los cuales algunos se han hecho

presentes y otros se encuentran en estudio. Es de esperar que el futuro de este

sector sea provechoso para la comunidad, sin perder ese encanto histórico de un

pasado singular y característico.

2.9 Hogar de Cristo, cobijo para los que no tienen techo

En octubre 1944, el Padre Alberto Hurtado lanza por primera vez la idea del

Hogar de Cristo: ‘Crear un Hogar para los que no tienen techo’. Posteriormente, en

diciembre del mismo año, se bendice la primera piedra del Hogar de Chorrillos.

Luego en 1952, el 18 de agosto fallece el Padre Hurtado, lo sucede como Capellán

por un corto período el Padre Guillermo Balmaceda, S.J. En 1955, se aprueba la idea

de extender el Hogar de Cristo a todo Chile. Para el año 1957 Nacen las primeras
32
filiales en Antofagasta y en Los Ángeles. (Hogar de Cristo, 2011d). Ya en el año

1969, se acondicionan las piezas para enfermos que no pueden ser atendidos en

hospitales. En 1971, se da Inicio a la experiencia de las colocaciones familiares que

es un paso más en la solución de los problemas de los niños. Así es como en 1981

son abiertos los centros de alto riesgo que acogen situaciones particularmente

difíciles. En este año, se procura enfrentar el drama de la drogadicción. Este trabajo

se extenderá después a niños que salen de las cárceles. Posteriormente, en el año

1992, con la Villa Padre Alberto Hurtado nace la fórmula de Condominios para

matrimonios ancianos, donde pueden vivir en pareja y para 1993 es inaugurada la

comunidad terapéutica Manresa en Lampa, con métodos especiales para la

rehabilitación. El 18 de agosto del mismo año, se instituye el día de la muerte del

Padre Hurtado, como día de la solidaridad en Chile. (Hogar de Cristo, 2011d).

La misión del Hogar De Cristo es acoger con dignidad y amor a los más

pobres entre los pobres, para ampliar sus oportunidades a una vida mejor. De esta

forma, convoca con entusiasmo y vincula a la comunidad en su responsabilidad con

los excluidos de la sociedad. Es una organización transparente, eficiente y eficaz,

que animada por la espiritualidad de San Alberto Hurtado, promueve una cultura de

respeto, justicia y solidaridad (Hogar de Cristo, 2011c).

Por último, otras fundaciones asociadas al Hogar De Cristo son la Fundación

Paréntesis que: “Acoge y acompaña a personas que se encuentran en situación de

pobreza y exclusión social, que presentan consumo problemático de alcohol y otras

drogas.” (Hogar de Cristo, 2011e). Aparte de ella, se encuentra la Fundación Rostros

Nuevos que “trabaja con personas adultas con discapacidad mental y psíquica, que

viven en situación de pobreza y exclusión social, bajo el enfoque de psiquiatría

comunitaria.” (Hogar de Cristo, 2011e). La Fundación Educacional súmate: “Se

encarga de entregar oportunidades educativas y de inserción laboral, a jóvenes y

adolescentes que viven en situación de pobreza” (Ibíd.). La Fundación de Viviendas

De Hogar de Cristo que: “Propicia mediante acciones directas o indirectas, la

33
solución integral del problema habitacional o de vivienda que afecte a las personas,

familias o grupos sociales que, por sus condiciones económicas insuficientes, están

incapacitados para obtenerla.” (Ibíd.). Por último, la Fundación Emplea que “Apoya a

personas vulnerables en condición de pobreza, entregando en forma totalmente

gratuita, capacitación en oficio, reforzamiento, nivelación de estudios,

acompañamiento laboral, prácticas y puestos de trabajo en empresas, a personas

que necesitan trabajar para mejorar su situación económica.” (Ibíd.).

En cuanto a las personas en situación de calle, el objetivo principal del trabajo

es apoyarlos, fomentando la disminución de la vulnerabilidad y deterioro, debido al

estar en dicha situación, mediante servicios temporales que procuran reconocer y

desarrollar sus capacidades y recursos, promoviendo el nexo social con la familia,

comunidad, grupos y organismos públicos, la inclusión y participación social:

“[…]esperamos que muchas personas puedan dejar la precariedad de esta situación

y generen proyectos personas que les permitan modificar su situación de calle.”

(Ibíd.). Por lo tanto, la población objetivo atendida por esta fundación, en este caso,

son las personas sin hogar momentánea o permanentemente (debido a una crisis

personal, familiar o social), sin redes familiares, institucionales o sociales, y que

dependen del apoyo de organismos públicos o privados para cubrir sus necesidades

básicas (Hogar de Cristo, 2011a).

Por otro lado, la política institucional del Hogar de Cristo frente a tal

problemática es buscar que la sociedad, y todos los actores que la componen,

procuren con compromiso, solidaridad y apoyo un trabajo de inclusión social de las

personas en situación de calle. Junto a ello, se fomenta la creación de políticas

públicas inclusivas y participativas con respecto a dichas personas, y también

promover estrategias para hacer más flexibles la atención en los servicios sociales

de apoyo para este grupo humano (Hogar de Cristo, 2011a).

Los programas de atención se otorgan mediante servicios momentáneos de

apoyo (hospederías, centros de encuentro, albergues, comedores fraternos), donde

34
se fomenta la reducción de la vulnerabilidad y daños relacionados a la condición de

calle. Muchos de los usuarios que acceden a estos servicios tienen buenos

resultados en un tiempo reducido, no obstante, hay algunos que requieren un apoyo

psicosocial continuo, es ahí donde el objetivo de completar este trabajo recae en el

programa “Acogida” (Hogar de Cristo, 2011a).

Con respecto al contenido de estos programas, las hospederías, en primer

lugar, ofrecen alojamiento, alimentación y apoyo básico a las personas que se

encuentran en situación de calle. En estos sitios, se producen también encuentros

entre personas en un estado máximo de exclusión social y voluntarios que entregan

solidariamente tiempo y trabajo para ellos (Hogar de Cristo, 2011a).

Por otra parte, se encuentran los comedores fraternos en donde se entrega

principalmente alimentación (cena y almuerzo), gracias a la gran ayuda de los

voluntarios (Hogar de Cristo, 2011a).

En tercer lugar, están los albergues que acogen a estos sujetos durante los

meses más duros del invierno, que se organizan en conjunto con los municipios y

entidades públicas (Hogar de Cristo, 2011a).

Finalmente, se encuentra el programa “Acogida”, cuyo personal es el que

representará la voz del Hogar de Cristo para este estudio, pues independiente de

entregar atención básica (ducha, materiales de aseo, ropa, orientaciones sobre

diversos temas y ayuda en la búsqueda de un trabajo), otorga también

acompañamiento psicosocial (estimulación a los usuarios para el auto cuidado,

promoción de la participación en actividades sociales que les parezcan interesantes,

y apoyo en la realización de trámites para fomentar el autoestima de los sujetos y la

disminución de la dependencia), todo esto realizado en el mismo lugar donde atiende

“Acogida” o en rutas realizadas en calle. Tal programa cuenta con profesionales del

área social y de salud, monitores y voluntarios (Hogar de Cristo, 2011a).

35
Ahora bien, dicho programa, en la Quinta Región, contempla el apoyo

psicosocial a estas personas, mediante el soporte financiero del programa “Calle”

perteneciente al sistema de protección social “Chile Solidario”, cuya administración y

asistencia técnica es llevada a cabo por el Ministerio de desarrollo social.

Ahora bien:

“Los profesionales encargados de efectuar el acompañamiento, denominados

Gestores de Calle, deben intermediar entre las necesidades principales de

asistencia de las personas y los servicios especializados disponibles en la red de

intervención. Esto, a través del diagnóstico específico de cada caso y la

formulación de un plan de trabajo ajustado al perfil, expectativas y requerimientos

de cada usuario.” (Ministerio de Desarrollo Social – Gobierno de Chile, s.f.).

De este modo, el objetivo que busca el nexo de tales programas, es mejorar

las condiciones de vida de las personas en situación de calle. Junto a ello, cabe

mencionar, que los sujetos se incorporan al Sistema Chile Solidario, por lo que

obtienen los beneficios de éste, como la subvención para conseguir identificación

civil, el acceso al sistema público de salud y a la seguridad social. Finalmente, es

necesario señalar, que el programa “Calle”, es desarrollado en otras regiones y

comunas del país, por municipalidades, Gobernaciones Provinciales u otras ONG´s.

(Ministerio de Desarrollo Social – Gobierno de Chile, s.f.).

2.10 Conceptos primordiales del estudio

Los principales conceptos de la presente investigación son: comunidad,

personas en situación de calle, exclusión social y realización personal.

2.10.1 Aproximación teórica al concepto de comunidad

Honneth (1999) analiza la distinción realizada por Tönnies entre sociedad y

comunidad. Mientras en Europa se tergiversan los planteamientos de Tönnies, hasta

el punto de favorecer el surgimiento de obstinaciones políticas, al ayudar en pos de

la creación del mito de la comunidad del pueblo, en Estados Unidos la discusión

sobre tal concepto siempre implicaba un componente imprescindible para un mejor

36
conocimiento de la sociedad liberal. A partir de la Segunda Guerra Mundial el

concepto de comunidad estuvo ausente en las reflexiones de la teoría política. En

los últimos años, tal debate ha provocado su impensado auge, al presentarse en

consideraciones morales, políticas o sociologías. (Honneth, 1999).

Tönnies, en relación con los conceptos comunidad y sociedad, subraya que

“Debe denominarse <<Comunidad>> a aquella forma de socialización en la que los

sujetos, en razón de su procedencia común, proximidad local o convicciones

axiológicas compartidas, han logrado un grado tal de consenso implícito que llegan

a sintonizar en los criterios de apreciación; mientras que con <<sociedad>>se

alude a aquellas esferas de socialización en donde los sujetos concuerdan en

consideraciones racionales ajustadas a fines, con el objeto de obtener la reciproca

maximización del provecho individual.” (Honneth, 1999, p.10).

Finalmente, Honneth (1999) considera el contexto teórico para hablar de

comunidad, para el que establece tres usos distintos. En la filosofía moral, el

concepto de comunidad

“[…]se pondera aquel elemento que, en el sentido del modelo Hegeliano de la

eticidad (Sittlicheit), subraya que los sujetos en la vida social, también pueden estar

ligados unos con otros por medio de orientaciones axiológicas comunes; con

mucha frecuencia no resulta nada claro si con esto se está pensando en una

necesidad trascendental o en una posibilidad históricamente contingente.” (Ibíd.,

p.13).

En cuanto al contexto sociológico:

“[…]se pondera, pues aquel elemento que, en el sentido de Durkheim o de John

Dewey, subraya que los sujetos precisan del sostén incuestionado de un grupo

estimulante o intercesor con el objeto de asegurar la identidad; en este orden de

cosas queda sin aclarar cuan amplios pueden o deben ser tales grupos

actualmente, a la vista del creciente pluralismo axiológico.” (Ibíd., p.14).

Por último, en el contexto político establece que:

“[…]que aquel elemento en el sentido del pragmatismo americano, subraya que

entre el vinculo axiológico común y la participación activa existe una relación de

37
refuerzo mutuo; hoy en día, no resulta claro, de todas maneras, cuál es la fuente

de donde deben proceder aquellos valores comunes con los que poner en marcha

el intercambio entre vinculo comunitario y participación.” (Ibíd., p.14).

Ahora bien, Carvajal en su obra “Apuntes Sobre Desarrollo Comunitario”

(2011) alude en primera instancia a Ander-Egg, quien expresa que el concepto de

comunidad es uno de los más ocupados en las ciencias sociales, sin embargo,

existen diversos significados para dicho término, tanto en el lenguaje científico como

en el común (Carvajal, 2011).

Originalmente, el concepto de comunidad, corresponde a un espacio de

dimensiones parcialmente reducidas, en el cual existía una relación significativa entre

territorio y colectividad. En un sentido amplio, tal término expresa la palabra “común”,

vale decir, tener alguna cosa en común. Se refiere, en definitiva, a que no es de un

solo sujeto, sino que pertenece o se extiende a varios (Carvajal, 2011).

Además, el término comunidad se utiliza para distinguir a un pequeño grupo

de personas que viven en un mismo territorio y tienen un intereses en común, ya sea

a un barrio, pueblo, aldea, villa e incluso a lugares más amplios como ciudades,

regiones, países y continentes. No obstante, existen características diversas y

comunes para denominarse con tal término. (Carvajal, 2011). El autor comprueba

dichas diversidades mediante una revisión de los distintos aspectos que suele

destacar, como que, en primer lugar, la palabra comunidad comprende a las

personas y relaciones que se registran en un espacio o territorio, que comparten una

herencia social común, que tienen un sentimiento de pertenencia, aspiraciones,

intereses, valores y objetivos comunes, igualmente se utiliza el concepto para

referirse a una entidad funcional independiente (Carvajal, 2011).

Finalmente, Ander-Egg (Citado en Carvajal, 2011) sostiene que:

“Una comunidad es una agrupación o conjunto de personas que habitan un

espacio geográfico delimitado y delimitable, cuyos miembros tienen conciencia de

pertenencia o identificación con algún símbolo local y que interaccionan entre sí

más intensamente que en otro contexto, operando redes de comunicación,

38
intereses y apoyo mutuo, con el propósito de alcanzar determinados objetivos,

satisfacer necesidades, resolver problemas o desempeñar funciones sociales

relevantes a nivel local”. (Carvajal, 2011, p.12).

Con todo, Carvajal se refiere también a Robertis y Pascal quienes expresan

que la definición de la palabra comunidad se refiere, al comportamiento común entre

individuos que viven juntos y que tienen intereses comunes, relacionándola con la

palabra unidad. Igualmente, mencionan que la palabra comunidad ha sido utilizada

con dos significaciones: una referida a un espacio delimitado, en el que existe una

distribución de la vida social, lo que se manifiesta principalmente en un barrio o una

aldea; otra relacionada con las relaciones que se entrelazan entre las personas y los

grupos (Carvajal, 2011).

Por otra parte, Montero a quien también apunta Carvajal (Citada en Carvajal,

2011) sostiene que la palabra comunidad es uno de los conceptos clave en las

ciencias sociales, pero que como los otros tiene varios significados, es complicado y

confuso . Con ello, señala que es necesario considerar a la comunidad como un ente

dinámico. Siempre está en movimiento porque siempre se encuentra en proceso de

ser al igual que los integrantes, pero más importante aún:

“Lo que permite definirla es la identidad social y el sentido de comunidad que

construyen sus miembros y la historia social y el sentido de comunidad que

construyen sus miembros y la historia social que igualmente se va construyendo en

ese proceso, que trasciende las fronteras interactivas de la comunidad y le otorga a

veces un nombre y un lugar en los sistemas de nomenclatura oficial e informales

de la sociedad. Este aspecto identificador ha sido ligado al de sentido común y se

ha llegado a hablar de una identidad de sentido de comunidad.” (ibíd., p.14-15).

De este modo, Montero (Citada en Carvajal, 2011) define la comunidad

como:

“Un grupo social dinámico, histórico y culturalmente constituido y desarrollado,

preexistente a la presencia de los investigadores o de los interventores sociales,

que comparte intereses objetivos, necesidades y problemas, en un aspecto y

tiempos determinados y que genera colectivamente una identidad, así como

39
formas organizativas, desarrollando y empleando recursos para lograr sus fines.”

(Ibíd., p.15).

Asimismo, la autora se refiere a la relación entre comunidad y sentido de

comunidad, pues menciona que se ha dado mayor importancia a la noción de

territorio, por lo que es de suma importancia dar a entender que el compartir un lugar

o sitio, no significa, precisamente, que sea una comunidad. Por ello, explica que

dentro de las definiciones de comunidad es necesario destacar los siguientes

aspectos que la componen: en primer lugar, que es un punto de encuentro, en el que

se dan relaciones, generado, especialmente, con los vecinos, lo que genera también

a que se produzca un sentimiento de ser nosotros; compartir lo bueno y lo malo; y la

confianza y seguridad que se produce entre los vecinos contribuye a la solidaridad

entre ellos. Por ende, la creación de un contexto tanto físico como psicológico de

seguridad y pertenencia, al pertenecer a un mismo lugar y relacionarse

cotidianamente entre ellos (Carvajal, 2011).

De este modo, a pesar de las diferencias entre todas las definiciones, existe

un gran número de similitudes, con respecto a lo que compone el núcleo primordial

que la describe. Además, Montero (Citada en Carvajal, 2011) agrega que la

comunidad es:

“[…]un grupo social histórico, que refleja una cultura preexiste al investigador; que

posee una cierta organización, cuyos grados varían según el caso, con intereses y

necesidades compartidos; que tiene su propia vida, en la cual concurre una

pluralidad de vidas provenientes de sus miembros; que desarrolla formas de inter

relación frecuentes marcadas por la acción, la afectividad, el conocimiento y la

información. No debe olvidarse que, como parte de su dinámica, en esas

relaciones internas puede también llegar a situaciones conflictivas conducentes a

su división, su disgregación y a la pérdida de identidad.” (Ibíd., p.19).

Con todo, especifica, finalmente, que la concepción homogeneizante y

unificadora de la comunidad, más que nacer en la literatura especializada, es parte

del imaginario colectivo, Para muchos investigadores esto es sorprendente: que

40
factores externos no influyan totalmente en una comunidad, sino que cuando ésta

considera que debe, quiere y puede hacerlas, debido a que tienen su propio

lenguaje, su propio ritmo y sus flujos y reflujos de acción y pasividad:

“Por eso la participación aumenta o disminuye según las actividades, según como

sea la actividad de los grupos y las personas dirigentes. Y los limites que

dependerán del alcance de las relaciones y redes que se puedan tejer dentro de

ellas mismas” (Ibíd., p.21).

Barcellona (Citado en Carvajal, 2011) expresa que: “[…] la comunidad no es

“nostalgia”. Se requiere la comunicación con el otro, como base necesaria para la

confirmación de la identidad.” (ibíd., p.25).

Por otro lado, Zygmunt Bauman (Citado en Carvajal, 2011) sostiene que: “[…]

palabras como comunidad inspiran sensaciones agradables. Es un “lugar cálido”, un

lugar cómodo y acogedor. Es como un techo bajo el cual nos abrigamos de la lluvia

pesada, como un hogar delante del cual calentamos las manos en un día helado.”

(Ibíd., p.25).

Por último, cabe mencionar que la comunidad, sus nexos, sus relaciones,

interacciones, no existen por sí solos, sino hay que construirlos conjuntamente.

(Carvajal, 2011).

Finalmente, para esta investigación nos guiaremos por el concepto de

comunidad que expone Rodríguez (2006) quien la define como:

“[…]una unidad social cuyos integrantes participan de rasgos e intereses comunes,

los que tienen conciencia de pertenencia, identificaciones espacio temporales, y

que colectivamente interaccionan más que en otro contexto. Es decir, se

reconocen los elementos y rasgos comunes entre quienes coparticipan, los que

pueden definirse en términos de mayor preponderancia de lo económico, el

parentesco, cuestiones ideológicas, lo religioso, lo étnico, lo sexual, lo laboral, etc.”

(Rodríguez, 2006, p.31).

Dicha aproximación, en este sentido, nos indica dos puntos primordiales que

la pueden identificar: por un lado, contemplarla como un grupo humano, lo que

41
provoca un problema de exactitud en relación a sus límites que esta puede poseer,

debido a que en términos de interacciones humanas puede emplearse a una villa, un

pueblo o una ciudad e incluso una subcultura urbana; por otro, brindar importancia en

sentimientos, compromisos y en lealtades entre los miembros (Rodríguez, 2006).

La elección de esta definición para el concepto de comunidad se debe a que

en el Barrio Puerto se exponen toda las características mencionadas, en donde

interaccionan los sujetos en sus espacios residenciales, laborales y de reunión

social. En ese contexto, los individuos interactúan mayoritariamente y tienen

intereses comunes como mantener lo tradicional del barrio y cuidar su aspecto físico,

por ejemplo.

2.10.2 Personas en situación de calle: Vidas en busca de un rumbo

Por ‘personas en situación de calle’, MIDEPLAN (2005) las define como

“[…] quien se halle pernoctando en lugares públicos o privados, sin contar con una

infraestructura tal que pueda ser caracterizada como vivienda aunque la misma

sea precaria, y a aquellos que, por carecer de alojamiento fijo, regular y adecuado

para pasar la noche, encuentran residencia nocturna, pagando o no por este

servicio, en alojamientos dirigidos por entidades públicas, privadas o particulares y

que brindan albergue temporal...” (MIDEPLAN, 2005, p.10).

No obstante, la definición operativa para los objetivos de nuestra investigación

es la entregada por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdova que indica

que: “La situación de calle no solo implica un problema habitacional, sino que se

entrelazan otros factores que también la componen y perpetúan, como la inseguridad

social, la escasez de ingresos, la vulnerabilidad, la ruptura de lazos familiares, entre

otros.” (Luque, 2011, p.4). Esto debido a que se agregan otros factores que son

parte y persisten en la situación de calle.

2.10.3 Exclusión Social: diversas dimensiones

El concepto de exclusión social comenzó a gestarse con las teorías de los

principales próceres de la sociología “como Marx, Engels, Durkheim, Tönnies,

42
Bourdieu y Parkin, haciendo especial incidencia en el alienamiento dual de la “clase

social” y en la dinámica “dentro-fuera” (Jiménez, 2008, p.174).

Con todo, existen diversas definiciones para este concepto. Para Jiménez

(2008):

“La exclusión social está muy relacionada con los procesos que más se vinculan

con la ciudadanía social, es decir, con aquellos derechos y libertades básicas de

las personas que tienen que ver con su bienestar (trabajo, salud, educación,

formación, vivienda, calidad de vida,...). Además, el concepto de exclusión social

debemos entenderlo por oposición al concepto de integración social como

referente alternativo, esto es, el vocablo exclusión social implica una cierta imagen

dual de la sociedad, en la que existe un sector integrado y otro excluido. Así pues,

el sector excluido se encuentra al margen de una serie de derechos laborales,

educativos, culturales, etc., es decir, de una calidad de vida que se ha alcanzado y

garantizado a través de los Estados de Bienestar.” (Ibíd., p.174).

Por otro lado, Marco Fabre estima que: “[…] no existe una definición oficial y

legislativa de la noción de exclusión, y a la que puedan recurrir personas e instancias

públicas o privadas que requieren de la reflexión y teorización sobre estos temas o

que su implicación en la investigación- acción así se lo demande.” (Fabre, 2000,

p.12).

Castells, por su parte, define la exclusión social: “[…] como el proceso por el

cual a ciertos a ciertos individuos y grupos se les impide sistemáticamente el acceso

a posiciones que les permitirían una subsistencia autónoma dentro de los niveles

sociales determinados por las instituciones y valores en un contexto dado.” (Castells,

1998, p.98).

Castel (1998), a su vez, organiza el proceso de exclusión social calificando

cada etapa como zonas, la última de estas se conoce como el proceso de

desafiliación. Explica su perspectiva al señalar:

“De allí la posibilidad de construir lo que yo llamaría metafóricamente “zonas” de

cohesión social. Entonces la asociación “trabajo estable/inserción relacional solida”

caracteriza una zona de integración. A la inversa, la ausencia de participación en

43
alguna actividad productiva y el aislamiento relacional conjugan sus efectos

negativos para producir la exclusión, o más bien, como trataré de demostrarlo, la

desafiliación. La vulnerabilidad social es una zona intermedia, inestable, que

conjuga la precariedad del trabajo y la fragilidad de los soportes de proximidad.”

(Ibíd., p.13).

En concreto, se empleará la definición propuesta por Chuaqui, Mally y

Parráguez (2010), quienes precisan que

“[…] una relación social que va situando a determinados grupos sociales en

ubicaciones desfavorables respecto al sistema y a los demás sujetos, lo cual causa

en estos grupos una serie de privaciones de distinta índole social (aspectos

materiales, relacionales y activos de habilidad y conocimiento social) que se

constituye en tanto dicha privación, como en los procesos que las causan y que

reproducen otras condiciones de privación social” (Chuaqui, Mally y Parraguez,

2010, p.19).

De acuerdo a lo anterior, dentro de nuestra sociedad son identificables tres

niveles en los que se manifiesta la exclusión social. En primer lugar, en la dificultad

para ingresar a algún sistema social: “[…] por ejemplo un tipo de sistema educativo,

tipo de trabajo, u otro grupo de socialización mediado por razones económicas,

factores religiosos, ideológicos de género o de otras clases.” (Ibíd., p.20).

En segundo lugar, para acceder a servicios o derechos primordiales, por

ejemplo, la salud y educación, y, finalmente:

“[…]para mantenerse dentro de un mismo sistema, grupo o servicio por malas

condiciones a nivel relacional, al estar deterioradas las relaciones sociales, verse

dificultado el contacto social y la posibilidad de entablar relaciones de buena

calidad. Esto debido a mecanismos de diferenciación que operan junto a la

discriminación y el estigma”. (Ibíd., p.20).

Asimismo, existen algunos factores o causas inmediatas en que se puede ver

manifiesta la exclusión a las personas, por bajo estrato socioeconómico, por

localización socio-territorial aislada, marginal u otra, por estar catalogado bajo alguna

categoría medica o jurídica que denote anomalía social, por categorías de género,

44
por la edad, por apariencia física fuera de lo “común”, por preferencias sexuales, por

militancia política, por profesar religión u otras razones ideológicas (Chuaqui, Mally y

Parraguez, 2010).

En relación con los mecanismos de operación de la exclusión social, uno de

los primeros ámbitos es el laboral, debido a que el trabajo y la propiedad

desempeñan un papel primordial en la sociedad y en la vida de los individuos y

grupos. Sin embargo, la mayor parte de las exclusiones se expone y tiene su núcleo

en la falta de acceso al trabajo, propiedad o administración de la propiedad de

calidad y/o de los caminos o rutas sociales que conducen a ellos, lo cual constituye el

centro trascendental por la cantidad de consecuencias para la vida de las personas y

grupos, en que se manifiesta la exclusión, por ello: “Si nos concentramos en grupos y

personas que se “ganan la vida”, es decir que obtienen recursos para el consumo de

bienes y servicios, no todos lo hacen a través de un trabajo o propiedad de calidad”

(Ibíd., p.26).

En primer lugar, existen personas y grupos que poseen trabajos precarios

debido a que son de forma temporal, como algunos trabajos agrícolas, temporales o

trabajos sucios, es decir de bajo prestigio. En estos trabajos, verificaría algún grado

de exclusión social, dado el acceso restringido a bienes y servicios, capital social y

cultural y frecuentemente a seguridad social y protección del Estado, en tanto

carecen de poder económico, social y cultural (Chuaqui, Mally y Parraguez, 2010).

Por otro lado, hay grupos excluidos por la forma de obtener su salario, pues lo

hacen con actividades informales, en el sentido de que evitan los controles contables

o impuestos del Estado, como los vendedores ambulantes u otros grupos de la

misma categoría. No obstante, aquellos no están fuera del sistema puesto que

obtienen la mercadería que venden del comercio formal y sus clientes son parte del

sistema económico, incluso estos grupos compiten con el comercio formal. Es un

trabajo inestable y no cuenta con previsión del Estado, a través de un contrato de

trabajo, por ende: “Este tipo de actividades constituyen el sector informal, que por

45
tratarse de trabajos sin un mínimo de calidad, no sancionados positivamente

socialmente, es un sector excluido.” (Ibíd., p.27).

Un tercer grupo excluido se relaciona con los sectores que obtienen sus

ingresos a través de actividades regidas por pautas de la contracultura delictiva, es

decir, grupos contraculturales buscados por la ley y cuyas actividades para conseguir

bienes y servicios no constituyen precisamente un trabajo. Tampoco están fuera del

sistema porque lo que obtienen es mediante la interacción con sus víctimas que son

parte del sistema. Además, consumen bienes y servicios y poseen una interacción

con el Estado, de antagonismo y conflicto. Otro factor importante, es que hay dos

aspectos de la exclusión externos e internos: “[…] Factores internos, están aquellos

asociados a la pretensión de seguir delinquiendo de parte del sujeto.” (Ibíd., p.27).En

relación a los factores externos: “[…] las barreras del estigma, está el ofrecer

posibilidades de lograr una mayor educación y/o capacitación, y establecer

relaciones con empleadores abiertos de criterios que ofrezcan posibilidades de

reinserción.” (Ibíd., p.27).

El último grupo es el de los indigentes que viven en la mendicidad, quienes sí

tienen un vínculo con la sociedad, mediante las limosnas que reciben de parte de

otros individuos de la sociedad y de lo que consumen producido y distribuido por

otros individuos de la sociedad. Sin embargo, se distinguen en diferentes subgrupos:

“A) Personas que viven de la mendicidad temporalmente por cesantía u otros

motivos similares, y B) Personas que viven de la mendicidad permanentemente

entre los que se dan tres categorías: (i) Personas que viven de la mendicidad y que

moran en hogares de más de una personas (ej.: mujeres sin pareja con hijos,

parejas de discapacitados, etc.). (ii) Personas solas que viven de la mendicidad y

que moran en una habitación. Y (iii) Personas que viven de la mendicidad en

situación de calle (no mora permanentemente en una habitación); en este último

caso son frecuentes problemas de alcoholismo, drogadicción o problemas de

patologías mentales que los han llevado a la destrucción de los vínculos con los

hogares de los que provienen. Por no vivir en hogares es frecuente que incluso no

aparezcan registrados en los Censos Nacionales o Regionales.” (Ibíd., p.28).

46
Finalmente, estas categorías tienen en común que el sistema socio-económico

en sus distintas dinámicas genera categorías sociales excluidas del poder

económico, social y cultural.

La segunda dimensión es la del ámbito territorial. Al respecto, se puede indicar

que en los sectores en los que la exclusión por trabajo o actividad para generar

ingresos económicos y la exclusión con respecto a servicios del Estado el espacio

son lugares en donde los espacios urbanos son defectuosos y están deteriorados el

transporte y acceso a servicios esenciales son deficientes. Lo anterior podría generar

guetos y sectores manipulados por la droga y delincuencia, lo cual estigmatiza al

resto de los pobladores (Chuaqui, Mally y Parraguez, 2010).

Cabe destacar que el lugar en donde se trabaja puede ser el mismo para una

persona que tenga grandes y menores ingresos, sin embargo, el lugar en el que

viven y la mantención de éste dependen absolutamente de los ingresos económicos

del sujeto.

Un mejor panorama, para contribuir a resolver de forma parcial la exclusión

territorial, son las políticas de participación de la comunidad en los procesos de

urbanización, para introducir transformaciones que favorezcan un barrio más

amigable, lo que si bien no resuelve completamente el problema es una pauta inicial

para llegar a cambiar positivamente este panorama. De este modo:

“Las relaciones territoriales, como una de las dimensiones de los sistemas sociales

en nuestras sociedades, conducen a que haya sectores que no pueden realizar

adecuadamente sus intereses económicos, sociales culturales y por tanto los

dejan en posición desmedrada en dichas relaciones de poder.” (Ibíd., p.30).

Por último, está el ámbito cultural, el desarraigo violento de culturas étnicas

que fueron originarias de un territorio, por parte de la ideología y cultura hegemónica

predominante, para imponerles un estilo de vida y, por extensión, la decisión de

migrar a otros territorios es un ejemplo de este ámbito de exclusión, además de ello:

“ Hay también subculturas menos enraizadas, de grupos particulares, como algunos

47
grupos juveniles, que pueden dar origen, como veremos, a formas de discriminación

y exclusiones parciales.” (Ibíd., p.30).

Los roles de los individuos obedecen a características adscritas o adquiridas.

Asociado a un rol hay un status, que puede percibir tanto derechos como limitaciones

y degradaciones, que cuando alcanzan un cierto nivel o afectan algún aspecto

importante de la interacción, constituyen una discriminación que puede afectar una o

diversas aristas de las situaciones de la personas en los grupos y sistemas. En este

sentido, tales discriminaciones constituyen formas de exclusión y, por otra parte, el

estigma se presenta como una forma más intensa de la discriminación. (Chuaqui,

Mally y Parraguez, 2010).

En la misma línea, son formas de exclusión la discriminación hacia la mujer, la

tercera edad, los discapacitados, grupos juveniles, una opción sexual diferente,

personas con VIH SIDA y muchas otras (Chuaqui, Mally y Parraguez, 2010).

Finalmente, las relaciones de discriminación y estigma representan lo inverso

a empoderar a los sujetos, sino que es dejarlos en posición subordinada en las

relaciones microsociales de poder y dominación (Chuaqui, Mally y Parraguez, 2010).

2.10.4 Realización personal: en vías de una real inclusión social

Finalmente, el concepto que procura reintegrar a la persona logrando la

inclusión social, respetando la diversidad, es el de realización personal, pues tal

como menciona Chuaqui, Mally y Parraguez (2010):

“Para realizarse personalmente el individuo debe tener la posibilidad real de

trabajar remuneradamente según su vocación y con una remuneración digna que

le permita formar la familia que escoja, lo que implica educación, una vivienda o

habitación digna y acogedora y la concreción, que está lejos de alcanzarse, de

todos los derechos humanos fundamentales y todo esto debe lograrse, lo que es

muy importante y queremos destacar, según nuestros valores, los que le dan

sentido a nuestra vida, como seres únicos e irrepetibles.” (Ibíd., p.36).

48
Con el transcurso de los años, muchas de las soluciones conferidas por el

Estado y algunas instituciones de beneficencia, para que estos sujetos puedan salir

de tal situación, han sido asistencialistas de corto plazo, cubriendo sólo necesidades

básicas. Aunque actualmente, el Hogar de Cristo, mediante el programa “Acogida” y

también ayuda externa de fundaciones hermanas, han otorgado, además de las

necesidades básicas (brindadas usualmente) apoyo psicosocial, y atención

psiquiátrica, para aportar en la inclusión social de aquellos sujetos. Un paso que se

espera vaya en aumento y sea netamente el Estado quien se haga cargo de aquello.

49
3. MARCO METODOLÓGICO

Este estudio es de tipo exploratorio/descriptivo, debido a que el propósito es

exponer los principales problemas que condicionan la exclusión social de las

personas en situación de calle, desde un contexto físico especifico, el Barrio Puerto

de Valparaíso. No se centra en el discurso de los sujetos afectados propiamente tal,

sino en los de personas que interactúan con ellos cotidianamente, es decir, en las

narraciones de la comunidad del Barrio Puerto y del personal perteneciente al

Hogar de Cristo (sede Valparaíso), específicamente del programa “Acogida”. Para

poder describir dos tipos de discursos que se relacionan con tal problemática, desde

una cosmovisión local y, por otra parte, desde una visión institucional, que brinda

ayuda a estas personas a nivel nacional desde hace muchos años.

3.1 Tipo de diseño

La estrategia metodológica de esta investigación es de tipo cualitativa, puesto

que, en primer lugar:

“En la metodología cualitativa el investigador ve el escenario y a las personas en

una perspectiva holística. Las personas, los escenarios o los grupos no son

reducidos a variables, sino considerados como un todo. El investigador cualitativo

estudia a las personas en el contexto de su pasado y de las situaciones en las que

se encuentran” (Álvarez- Gayau, 2003, p.24).

A diferencia de la investigación cuantitativa que: “[…] estudia la asociación o

relación entre variables cuantificadas [...]” (Pita y Pértegas, 2002, p.1). Además:

“El carácter reflexivo de la investigación cualitativa, implica que exista un

acercamiento a los fenómenos sociales por parte del investigador, participando de

los grupos sociales que investiga. En esta perspectiva, el investigador tiene un

papel fundamental en la recolección de información, pues de él dependerá gran

parte de la forma como se acerca a la realidad y puede tomar de ella datos”

(Aristizabal, 2008, pp.64-65).

De esta manera, la metodología cualitativa, nos permite extraer una mayor

reflexión en los testimonios recogidos, pues nos acerca a la realidad de los individuos
50
en cuestión, mediante la participación cercana que tiene el investigador en el

contexto y los relatos de los sujetos a estudiar.

Por otra parte, nuestro estudio es de tipo no experimental, puesto que no se

realizó una manipulación intencional de las variables en cuestión. La problemática se

observó tal cual como se manifiesta en su contexto habitual. Además, es de tipo

transversal, ya que la investigación fue realizada en un único momento en el tiempo.

El diseño de este estudio es de tipo emergente, puesto que ciertas decisiones

se fueron modificando en el transcurso de la investigación, adaptándose a las

particularidades del contexto. En el caso de nuestro estudio, las entrevistas que se

realizarían al personal del programa “Acogida” del Hogar de Cristo se redujeron,

debido a que no se encontraban todas las categorías establecidas principalmente en

la muestra, pues no había un sociólogo (a), enfermero(a), ni psicólogo (a). Aunque

gran parte de las decisiones se fueron cumpliendo de acuerdo a lo que estableció en

un comienzo.

3.2 Universo teórico y muestra

El universo teórico de esta investigación es la población adulta de ambos

sexos de 18 años en adelante, que habitan en la ciudad de Valparaíso actualmente y

el personal del Hogar de Cristo, sede Valparaíso.

Por otro lado, el universo empírico estuvo comprendido por las personas

adultas de ambos sexos, de 18 años en adelante, pertenecientes a la comunidad del

Barrio Puerto de Valparaíso y por personal del programa “Acogida” del Hogar de

Cristo (sede Valparaíso).

El tipo de muestreo es teórico, ya que desde la misma teoría y a través de

informantes estratégicos, se seleccionaron los casos a estudiar. Además, la

investigación cualitativa se caracteriza por ser productora de teorías, pero también

51
lleva muy vinculado la recolección y el análisis de datos, de manera que a medida

estos se producen y analizan, se determina que datos nuevos se van recolectar.

El número de casos a estudiar, en este tipo de investigación, no es primordial,

pues lo importante es el aporte que puedan entregar cada uno de ellos, en el

progreso de la investigación. De esta forma, respecto al tamaño de la muestra se

puede señalar que: “[…] en el muestreo cualitativo no se busca la representatividad;

una investigación puede ser valiosa si se realiza en un solo caso (estudio de caso),

en una familia o en un grupo cualquiera de pocas personas.” (Alvarez-Gayou, 2003,

p. 33).

Por lo demás, el tamaño de la muestra fue guiado por el criterio de saturación,

es decir, cuando la información comienza a repetirse o a ser igual en el momento que

se está consiguiendo (Alvarez-Gayou, 2003) y también por el criterio práctico, que se

refiere a la accesibilidad de los sujetos que se pretende entrevistar, la disponibilidad

de tiempo y espacio de los sujetos para ser entrevistados, el tiempo disponible para

realizar las entrevistas, los recursos para llevar a cabo este proceso, entre otros.

De esta manera, la muestra escogida fue, en primer lugar, con respecto a las

personas que comparten la comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso, residentes,

comerciantes, trabajadores del barrio, personas en situación de calle del sector,

voluntarios del Barrio Puerto, pertenecientes a fundaciones benéficas que se

encuentran allí, como el comedor N° 421 de la iglesia La Matriz, el Ejército de

Salvación y REMAR.

En relación con el personal del programa “Acogida” del Hogar de Cristo (sede

Valparaíso), al principio se decidió entrevistar a Sociólogos(as), Psicólogos(as),

Asistentes Sociales, Psiquiatras y Enfermeros(as), sin embargo, en dicho lugar, no

habían Sociólogos (as), psicólogos(as), ni Enfermeros(as), por lo que, sólo se

entrevistó al personal disponible en ese momento, Asistentes y técnicos sociales,

voluntarios y al Psiquiatra del programa.

52
3.3 Técnica de producción de datos

La técnica de producción de datos escogida fue la entrevista en profundidad,

ya que:

“La entrevista es un proceso comunicativo por el cual un investigador extrae una

información de una persona –“el informante”, en termino prestado del vocabulario

básico de la antropología cultural- que se haya contenida en la biografía de ese

interlocutor. Entendemos aquí biografía como el conjunto de las representaciones

asociadas a los acontecimientos vividos por el entrevistado. Esto implica que la

información ha sido experimentada y absorbida por el entrevistado y que será

proporcionada con una orientación e interpretación significativa de la experiencia

del entrevistado.” (Alonso, 1995, pp. 225-226).

Además, las entrevistas que se realizaron fueron de tipo semi-estructuradas,

pues se efectuaron tres guiones con temas referentes a la problemática en cuestión,

ya que los ejes temáticos, debían ser tocados de forma distinta para estos tres

grupos. El primero estaba dirigido a los sujetos que conocían de manera profunda y

se relacionaban cotidianamente con las personas en situación de calle, por lo tanto

este guion presentaba más temas y de características más cercanas y conocedoras

del problema de estudio. El segundo se enfocó en aquellos que conocían a estos

sujetos de manera superficial, pero que tenían contacto frecuente con ellos

igualmente, de este modo, en aquel guión se presentaron temas más generales en

relación a la problemática en cuestión. Por último, se consideró uno para las

personas en situación de calle, que pernoctaban en el sector, en el cual, se

establecieron temas que obedecieron más bien a su entorno contextual y social y a

aspectos generales de su vida personal, para no forzar a los entrevistados, pues han

vivido momentos difíciles en su vida que probablemente no quieran recordar, todo

esto de acuerdo a la voluntad que nos manifiesten los informantes, para entregar

dichos testimonios.

53
En este sentido, cabe agregar también que:

“El sello autenticador de las entrevistas cualitativas en profundidad es el

aprendizaje sobre lo que es importante en la mente de los informantes: sus

significados, perspectivas y definiciones; el modo en que ellos ven, clasifican y

experimentan el mundo. Es presumible que los investigadores quieran formular

algunas preguntas generales antes de iniciar el trabajo. Pero deben ser cuidadosos

para no forzar su programa demasiado tempranamente” (Taylor y Bogdan, 1992,

pp.114-115).

Por otra parte, en el encuentro con el entrevistado, se trató de establecer un

rapport adecuado, entendido como la empatía y el grado de sintonía que se pretende

lograr entre el entrevistado y el investigador. Por lo mismo, en las entrevistas se

intentó brindar cercanía, conocimiento y manejo de una jerga coloquial, lo que redujo

la conformación de momentos tensos o de incomodidad. Así, se estableció, la

mayoría de las veces, un diálogo fluido y claro entre el entrevistador e informante,

algo que, por último, nos permitió confiar en la veracidad de los discursos que se

capturaron.

Todo lo anterior ratificó que esta fue la técnica más adecuada para realizar

nuestro estudio, pues nos otorgó una mayor conexión con los entrevistados, para

que nos relataran de manera más abierta y reflexiva las respuestas a las

interrogantes, comprobando teorías y descubriendo cosas nuevas en sus relatos.

3.4 Análisis de los datos

La técnica de análisis de datos que se utilizó en esta investigación es el

análisis de contenido que:

“[…] se constituye en un instrumento de respuesta a esa curiosidad natural del

hombre, por descubrir la estructura interna de la información, bien en su

composición, en su forma de organización y estructura, bien en su dinámica. Esta

técnica centra su búsqueda en los vocablos u otros símbolos que configuran el

contenido de las comunicaciones, y se sitúan dentro de la lógica de la

comunicación interhumana.” (López, 2002, p.173).

54
De este modo, el análisis de contenido está por sobre una descripción de los

datos, lo que es más característico de los estudios cuantitativos, pues la indagación

de los resultados, mediante este tipo de análisis, es más compleja, rigurosa y

requiere de una meticuloso nexo entre la pregunta de investigación, los objetivos, el

marco teórico, la técnica estipulada y el proceso de análisis de los datos.

Por último, el análisis de la información recogida, se elaboró, en primer lugar,

con la transcripción de las entrevistas, luego con la lectura de cada una de éstas,

posteriormente, con la codificación y categorización de los datos, mediante el uso del

programa Atlas.ti 5.0, lo que nos permitió una mayor eficacia y riqueza en la

búsqueda de testimonios significativos. Finalizó, con el enlace entre la teoría

expuesta y las categorías confeccionadas, detallando también hallazgos efectuados,

a través de la misma investigación.

3.5 Calidad del Diseño

Con respecto a la calidad del diseño, las ideas de confiabilidad y validez en las

investigaciones cualitativas asumen un carácter distinto al que se establece en las

investigaciones cuantitativas. De este modo, en un estudio cualitativo existen tres

criterios a considerar: el de credibilidad, que sería como la validez interna en la

metodología cuantitativa:

“La credibilidad de un estudio cualitativo se relaciona con el uso que se haya hecho

de un conjunto de recursos técnicos (duración intensidad de la observación-

participación en el contexto estudiado: triangulación de datos; métodos e

investigadores; acopio de documentación escrita, visual propia del contexto;

discusiones con colegas; revisiones de información e interpretación con las

personas estudiadas; registros de cuaderno de campo y diarios de investigación).”

(Valles, 1998, p.104).

Dicho criterio se aplicó en el presente estudio, con el anexo de las pautas de

entrevistas, la entrega de las transcripciones de aquellas y la verificación del trabajo

de campo con el profesor guía.

55
El de transferibilidad que sería como la validez externa en la metodología

cuantitativa: “La transferibilidad, se logra, sobre todo, a través de los diversos

procedimientos del muestreo cualitativo, en contraposición a los procedimientos

cuantitativos de muestreo probabilístico.” (Ibíd., p.104), tal criterio se aplicó, al

elaborar y guiarnos por la muestra de nuestro estudio, para escoger los sujetos a

entrevistar.

Por último, el de dependibilidad (equivalente al de fiabilidad en la metodología

cuantitativa), que se ejecuta a través de una suerte de auditoría externa (Valles,

1998), por lo que: “Para ello, el investigador cualitativo deberá facilitar la

documentación que haga posible tal inspección: guiones de entrevista,

transcripciones, y todo tipo de documentos en los que se pueda seguir el rastreo de

su trabajo intelectual” (Ibíd., p.104). En este caso, las pautas de entrevistas, las

transcripciones y otros documentos de nuestro estudio, serán inspeccionadas por la

comisión que está destinada a revisar tales aspectos de la investigación.

3.6 Condiciones éticas

Con respecto a las condiciones éticas, en esta investigación, se cuidó la

privacidad de todos los entrevistados, además de contar con la aprobación previa de

éstos para realizarles las entrevistas, se les informó brevemente de lo que se trataba

la investigación y su fin. En el desarrollo de las entrevistas, se respetó también todo

tipo de opiniones. Esto debido a que:

“El ejercicio de la investigación científica y el uso del conocimiento producido por

la ciencia demandan conductas éticas en el investigador y en el maestro. La

conducta no ética carece de lugar en la práctica científica. Debe ser señalada y

erradicada. Aquel que con intereses particulares desprecia la ética en una

investigación, corrompe a la ciencia y a sus productos y se corrompe a sí mismo.”

(González, 2002, p.9).

56
3.7 Plan de trabajo

Mes de trabajo Actividad a realizar

Agosto -Selección de temas para las pautas de entrevistas guiándonos por


el Marco Teórico.
-Elaboración de las pautas de entrevistas, para las personas
pertenecientes a la comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso.
-Elaboración de las pautas de entrevistas, para el personal del
programa “Acogida” del Hogar de Cristo.
-Coordinación de horarios y lugares, para las entrevistas del grupo
1 de la comunidad del Barrio Puerto. (Grupo 1: Residentes,
comerciantes, trabajadores del sector.).
-Toma de entrevistas al grupo 1 de la comunidad del Barrio Puerto.
-Coordinación de horarios y lugares, para las entrevistas del grupo
2 de la comunidad del Barrio Puerto. (Grupo 2: Personas en
situación de calle, voluntarios del comedor N° 421 de la Iglesia La
Matriz, del Ejercito de Salvación y de Remar.).
Septiembre -Toma de entrevistas al grupo 2 de la comunidad del Barrio Puerto.
-Coordinación de horarios y lugares, para las entrevistas del
personal perteneciente al programa “Acogida” del Hogar de Cristo.
-Toma de entrevistas a personal del programa “Acogida” del Hogar
de Cristo.
-Transcripción de entrevistas.
Octubre -Análisis de los datos.
-Conclusiones.

57
4. ANÁLISIS DE RESULTADOS

Antes de abordar el análisis respecto a los resultados de la investigación, es

necesario señalar, que la información presentada en seguida, caracteriza sólo una

aproximación, en cuanto a los principales problemas que condicionan la exclusión

social de las personas en situación de calle, desde los discursos de una muestra

representativa de la comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso y del Hogar de Cristo

(sede Valparaíso).

4.1 Barrio Puerto y personas en situación de calle

4.1.1 Imagen del Barrio Puerto

El Barrio Puerto de Valparaíso, se caracteriza por ser uno de los barrios más

antiguos de la ciudad, pero a diferencia de los más tradicionales, es un lugar en

donde se escapa la intimidad y la comodidad, ya que desde el comienzo, se

caracteriza por ser un lugar de paso, con gran población flotante. (Gonzales,

2002).

Además de su lado comercial, existieron varios hoteles y también una gran

cantidad de bares, cabarets y una serie de lugares de esparcimiento para los

visitantes, quienes eran generalmente marineros de distintas partes del mundo y

sujetos dedicados a los negocios. (Gonzales, 2002).

Este lugar se caracterizó por tener espacios que eran ocupados sólo para

trabajar y otros que hacían las veces de residencia y de trabajo al mismo tiempo,

conocidos era los “hoteles de niñas”, en los cuales igualmente residían aquellas.

Estos sitios fueron muy famosos durante la época de la dictadura, pues servían

también, para hospedar a quienes se pasaban del horario establecido por los

toque de queda. (Gonzales, 2002).

De este modo, el jolgorio, la fiesta y la bohemia, pareciesen haber sido la

consigna de este barrio, a pesar de los impedimentos de la dictadura. (Gonzales,

2002).

58
No obstante, actualmente, la delincuencia pareciese haberse tomado cada rincón

de este barrio, así lo hacen saber sus habitantes, comerciantes y en definitiva la

opinión general del sector. La vida nocturna, parece seguir aún en pie, pero con un

tinte distinto, pues la delincuencia parece buscar esta ocasión, como el momento

exacto para actuar. (Madariaga, s. f.).

La explosión que ocurrió en febrero del año 2007, en la calle Serrano, fue una

anticipación de lo que parecía ser el abandono y soledad de este sector, pues era

una arteria importante comercial del sector, que recibía la visita día a día de los

habitantes de Valparaíso e incluso de personas pertenecientes a otras partes de la

región.

Otro factor detonante del decaimiento de este barrio, fue el terremoto ocurrido a

fines de febrero del año 2010, que termino por dejar la mayoría de los inmuebles

patrimoniales a punto de derrumbarse, uno de ellos es el mercado puerto, otro eje

comercial de gran importancia para los habitantes del sector y de otros lugares. En

ese sitio también se encontraban cocinerías típicas del sector, que ofrecían

principalmente productos del mar, las cuales se encuentran funcionando actualmente

en calle Serrano.

Con el trascurso de los años, el Barrio Puerto de Valparaíso ha pasado de la

gloria económica, social y laboral al decaimiento y deterioro. Sin embargo, grandes

iniciativas de parte de amantes del barrio y algunos vecinos, han gestionado cambios

de los cuales algunos se han hecho presentes y otros se encuentran en estudio.

(Cowley, 2011). Es de esperar que el futuro de este sector sea provechoso, sin

perder ese encanto histórico de un pasado singular y característico, que refleja día a

día, la comunidad que da vida a este sector, residentes, huéspedes, comerciantes,

grupos de voluntariados, clubes sociales, o simplemente las personas que se reúnen

a conversar en la plaza Echaurren, quienes interactúan frente a intereses comunes

como cuidar y a la vez mantener lo tradicional y característico del barrio, brindando

59
importancia a sentimientos, compromisos y en lealtades entre ellos mismos.

(Rodríguez, 2006).

Desde el decaimiento del Barrio Puerto, la cara visible del lugar, ha estado

marcada por la escasa mantención de los edificios antiguos del sector, las personas

en situación de calle, y la delincuencia. De este modo, al preguntarles a los

entrevistados por la forma en que creen ellos que se expone el Barrio Puerto hacia

las personas externas, uno de los conceptos más recurrentes se correspondió con el

de la delincuencia, así lo expresó uno de los comerciantes del Barrio Puerto: “Es que

aquí la delincuencia es la que está matando el barrio […]” (Entrevista a Sujeto 9,

comerciante del Barrio Puerto, 2012). Lo mismo fue aseverado por un voluntario del

Barrio Puerto, agregando a la drogadicción como una de las causas de tanta

delincuencia en el sector: “Como Barrio rojo se expone, no es que por el tema de la

droga hay mucha delincuencia, porque para adquirir la droga que pueden hacer si no

tienen dinero, delinquir y aquí está lleno de este tipo de gente[…]” (Entrevista a

Sujeto 15, voluntario del Barrio Puerto, 2012). Derivado de este problema, muchos

entrevistados sostuvieron que el barrio se manifiesta como inseguro, tal como

comentó uno de los residentes del Barrio Puerto: “Se expone más como un Barrio

Peligroso, porque piensan que las personas en situación de calle son delincuentes,

acá si es peligroso y como que la gente piensa que todos son iguales.” (Entrevista a

Sujeto 2, residente del Barrio Puerto, 2012), quien, al mismo tiempo, agregó lo

estigmatizado que está el barrio por culpa de la delincuencia.

Otro comentario acerca de la inseguridad del sector, en concreto, a la

impunidad con que actúan los delincuentes en el sector, lo realiza otro comerciante

del Barrio Puerto: “Mira aquí hoy día está tranquilo pero Sábado y Domingo vemos

cuatro o cinco lanzazos y aquí nosotros no podemos hacer nada, no nos podemos

meter porque al rato están sueltos de nuevo.” (Entrevista a Sujeto 7, comerciante del

Barrio Puerto, 2012).

60
Por otra parte, los entrevistados expresaron lo descuidado que se encuentra

el barrio, tal como lo señala otro de los voluntarios del Barrio Puerto: “El puerto no es

feo, sino que la suciedad, el entorno lo hace ser feo.” (Entrevista a Sujeto 17,

voluntario del Barrio Puerto, 2012). Así lo manifiesta también, uno de los

comerciantes del Barrio Puerto:

“[…] las calles están hediondas, faltan más negocios, con la explosión de Serrano

hay muchos negocios destruidos, entonces la gente como ve lugares solos, les da

más miedo, ve escombros, curaítos, suciedad, hay malos olores, entonces no loes

gusta.” (Entrevista a Sujeto 4, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

En relación a lo anterior, hace ya varios años se ha ido planteando como

temática central la delincuencia, la inseguridad y lo descuidado que se encuentra el

sector del Barrio Puerto, pues tal como se menciona en Madariaga: “Hoy la

delincuencia marca la pauta. Edificios tan importantes como el Mercado Puerto

tienen problemas estructurales, los negocios antiguos de mesón largo y trato familiar

han cerrado en su mayoría y muchos de los vecinos se fueron.” (Madariaga, s. f.).

Además de ello, se estigmatiza a la misma gente del sector, sobre todo, tal como

mencionó uno de los entrevistados, a las personas en situación de calle por su

aspecto físico.

La pobreza, de acuerdo a algunos entrevistados, es otra de las formas como

se expone el Barrio Puerto. Señala uno de los voluntarios del Barrio Puerto:

“[…]lo que pasa que como anda tanta gente “de calle” da como más pobreza,

porque aquí lo primero que ven cuando vienen a Valparaíso, es a la gente pidiendo

plata por el sector gente mal vestida toda cochina, borrachos entonces eso pasa

como que da la impresión que el Barrio Puerto es lo más pobre de Valparaíso.”

(Entrevista a Sujeto 16, voluntario del Barrio Puerto, 2012).

Sin embargo, algunos entrevistados sostuvieron que es un problema cultural

de toda la gente del barrio, debido a lo deteriorado y descuidado que está, tal como

manifestó uno de los comerciantes del Barrio Puerto: “Sí, es que la gente en general

61
lo expone así también, no se le da tampoco por mejorar el Barrio, botan la basura

fuera de los contenedores saque la cuenta de cómo es la gente acá.” (Entrevista a

Sujeto 5, comerciante del Barrio Puerto, 2012). En la misma línea, otro comerciante

del Barrio Puerto indica:

“Pero es característico todo esto para los turistas, porque en Europa no se ve a la

gente tomando en las calles, igual que a los perros, tanto perro vago en la calle no

se ve, entonces les llama la atención, porque allá los policías pillan que los perros

están defecando y no tienes bolsa, te pasan un parte, pero acá no, si tu botas un

papel al suelo también.” (Entrevista a Sujeto 8, comerciante del Barrio Puerto,

2012).

Respecto a los dos últimos tópicos que tocaron los entrevistados, sobre la

imagen del Barrio Puerto, la temática de la pobreza fue claramente tomada por los

entrevistados desde un aspecto superficial, hablando de suciedad y vestimenta,

siendo el eje central de ello, la mala distribución de las riquezas, no sólo en este

lugar o en Valparaíso, sino en nuestro país, cuya responsabilidad se condice

principalmente con una mala gestión gubernamental que empeora cada vez más.

Por último, otro tema país que atañe y se caracteriza en las respuestas de los

entrevistados, es el problema cultural para cuidar el barrio de parte los mismos

miembros de la comunidad, lo que ciertamente se manifiesta en el sector, pero

realmente nos afecta como país y muchas veces como sociedad.

4.1.2 Convivencia entre personas en situación de calle y los otros sujetos

pertenecientes a la comunidad del Barrio Puerto

En relación con la convivencia entre el resto de la comunidad del Barrio Puerto

y las personas en situación de calle, la mayoría de los entrevistados comentó que

existe una buena convivencia entre ellos, a diferencia de lo que sucede en otros

lugares. Al respecto, uno de los comerciantes del Barrio Puerto señala: “[…] nos

conocemos tanto que en realidad no tenemos mayores problemas con ellos.”

62
(Entrevista a Sujeto 7, comerciante del Barrio Puerto, 2012). También, uno de los

residentes del Barrio Puerto afirmó que: “Convivimos a diario, y no hay mayores

problemas entre nosotros.” (Entrevista a Sujeto 1, residente del Barrio Puerto, 2012).

Lo anterior devela esta cercanía que existe de parte de la mayoría de los

miembros de la comunidad del Barrio Puerto, compartiendo más que un entorno

físico, sentimientos, preocupación por el otro e intereses comunes, dando como

resultado esta buena convivencia a la que se refieren los entrevistados. Por ende,

respecto a lo anterior, cabe destacar, la definición de Rodríguez que se escogió para

guiar nuestra investigación, y se expuso nuestro enunciado teórico, respecto al

concepto de comunidad:

“[…]una unidad social cuyos integrantes participan de rasgos e intereses comunes,

los que tienen conciencia de pertenencia, identificaciones espacio temporales, y

que colectivamente interaccionan más que en otro contexto. Es decir, se

reconocen los elementos y rasgos comunes entre quienes coparticipan, los que

pueden definirse en términos de mayor preponderancia de lo económico, el

parentesco, cuestiones ideológicas, lo religioso, lo étnico, lo sexual, lo laboral, etc.”

(Rodríguez, 2006, p.31).

Algunos de los problemas que se han presentado entre ellos, según los

entrevistados, es la cambiante actitud de las personas que están en calle, llegando a

ser muchas veces irrespetuosos. Tal situación la manifiesta uno de los trabajadores

del Barrio Puerto, quien relaciona, además, la mala actitud de estos sujetos con los

efectos del alcohol:

“[…] sí, con la gente que no les da plata ponte tú se enojan, con los mismos

guardias del supermercado que los sacan se enojan, pero no es como tanto, de

repente, cuando quizás andan muy pasado de copas como que son un poco más

agresivos.” (Entrevista a Sujeto 10, trabajador del Barrio Puerto, 2012).

Uno de los comerciantes del Barrio Puerto mantiene una postura similar: “Yo

me he dado cuenta que en el Santa Isabel son molestosos, porque están en la puerta

63
no dejan entrar a la gente, eso es como lo que me doy cuenta de acá.” (Entrevista a

Sujeto 7, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

Tales comentarios, reflejan que no toda convivencia es armónica, sin

embargo, dichos episodios de acuerdo a lo que estos entrevistados manifestaron, se

establecen principalmente cuando hay una situación de consumo o

descompensación respecto a problemas de salud mental que poseen algunos de

estos sujetos, algo que veremos más adelante.

4.1.3 Turismo en el Barrio Puerto y personas en situación de calle

El paso de turistas es algo que caracteriza el Barrio Puerto. Respecto a ello,

los entrevistados opinaron, en primer lugar, que la presencia de personas en

situación de calle y el turismo eran parte de la imagen del Barrio Puerto, pues la

fluctuación de turistas, si bien ha tenido altos y bajos, lo último no ha sido

consecuencia de la existencia de personas en situación de calle en el sector, sino un

factor que ya ha sido mencionado en el transcurso de esta investigación, es decir, la

delincuencia. En cuanto a esta temática, uno de los miembros del equipo “Acogida”

del Hogar de Cristo, comento:

“Yo creo que es más aún, porque Valparaíso siempre tienen algo que encanta a las

personas, lo que podría disminuir el turismo es la delincuencia, pero no las

personas en situación de calle, yo creo que los personajes hacen bellas a las

ciudades po´, las personas.” (Entrevista a Sujeto 22, miembro del equipo “Acogida”

del Hogar de Cristo, 2012).

Nuevamente se expone en los relatos de los entrevistados, a la delincuencia,

siendo de esta forma, la principal causa de la perdición y deterioro a la que está

sometido actualmente el Barrio Puerto. Por otra parte los informantes dejan en claro

también, que la presencia de las personas en situación de calle no sería perjudicial

para los turistas, sino que más bien identifican la esencia del bario, transformándose

en personajes emblemáticos del sector.

64
Una de las cosas que les interesa a los turistas, es apreciar el pasado

bohemio del sector, tal como lo destaca uno de voluntarios del Barrio Puerto:

“[…]esta era una ciudad flotante donde llegaba mucho mercader, marinos

navegantes que venían de distintas partes del mundo llegaban hasta este lugar y por

problemas de drogadicción, prostitución y alcohol se quedo pegado en el lugar”

(Entrevista a Sujeto 15, voluntario del Barrio Puerto, 2012). De esta manera, alude a

los problemas de adicciones que produjo aquello y la persistencia en el tiempo de tal

problema en ese sector.

Dicha historia destaca a este barrio, calificándolo primero, como un lugar de

paso para marinos, mercaderes y visitantes de distintas partes del mundo, tal como

se expresó en González: “[…] de corta residencia, de experiencias fugaces, de

socialización coyuntural” (González, 2002, p.44). Destacando también, la bohemia

del lugar, la fiesta, el show, la diversión, siendo tal vez, la parte histórica de este

barrio que más llama la atención a los turistas.

Otro de los motivos que llama la atención de los turistas es el nombramiento

de Valparaíso como ciudad Patrimonio de la Humanidad, en donde el sector del

Barrio Puerto fue parte importante para la adquisición de este reconocimiento, ya que

posee una historia social riquísima e inmuebles patrimoniales de gran antigüedad en

la ciudad. Con respecto a esta distinción y a la gran presencia de personas en

situación de calle, una de las respuestas interesantes fue la de uno de los miembros

del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, quien señaló:

“No[…]creo que no se ve afectada, al contrario creo que es un aporte, aparte mira

te doy un ejemplo, yo soy súper observadora, cuando voy a horas distintas y miro

hacia la plaza y veo a un “curao” que ya durmió la “mona”, a una pareja de turistas

y él les empieza a hablar del lugar y es loco porque uno piensa que eso lo podría

hacer una persona experta en turismo, pero sin embargo lo hace él, porque él tiene

otra visión de Valparaíso, por tu vas a un país en Europa y te muestran la partes

históricas, museos, pero el país lo hace la gente, las personas, creo yo , y son los

personajes del lugar los que permiten que ese sitio tome ribetes de patrimonio,

65
más que el tema arquitectónico que sin duda tampoco deja de ser interesante para

ellos.” (Entrevista a Sujeto 22, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo,

2012).

Sin embargo, uno de los residentes del Barrio Puerto opinó al respecto que:

“Yo creo que este patrimonio de la humanidad es algo que va a generar “lucas”,

plata, por lo tanto como decía anteriormente a lo mejor vamos a terminar viviendo

en puertas negras a lo mejor se convierte como en el cerro alegre que colinda con

nosotros pero allí no hay vagabundos.” (Entrevista a Sujeto 1, residente del Barrio

Puerto, 2012).

Lo anterior, subraya que en la idea de Patrimonio de la Humanidad, no vienen

incluidas las personas en situación de calle. Sin embargo, estos sujetos son los que

en su mayoría conocen la historia y la esencia del Barrio Puerto, y por cierto los que

generan mayor simpatía e interés en los turistas que visitan este lugar.

Por otro lado, uno de los puntos que cabe destacar también, referente a esta

temática, fue la ambivalencia que provoca la idea de Patrimonio de la Humanidad en

el sector, pues si bien se quiere mantener y fortalecer la arquitectura del sector,

generando “progreso”, se olvidan de lo que hace atractivo este lugar; las personas y

su cultura.

4.1.4 Situación de calle, parte de la imagen del Barrio Puerto

En relación con los motivos por los que las personas en situación de calle han

escogido este sector, los entrevistados apuntaron a varios factores. En primer lugar,

al geográfico, ya que el Barrio Puerto es un lugar lejano al centro de Valparaíso lo

que genera descanso y tranquilidad, pero a la vez tiene comercio, bares y se

encuentran tres instituciones de beneficencia que reciben a personas en situación de

calle. Tal como lo expresó uno de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de

Cristo:

“Si bien están los bares, también es porque están alejado de todo lo que es el

centro, del terminal de buses por ejemplo, igual allá es diferente, porque está el

66
Ejercito, es conocido y grande entonces es un referente importante y es como la

última instancia de lo que es el recorrido por Valparaíso, es como que llegaste

cansado y estas allá en el barrio puerto.” (Entrevista a Sujeto 19, miembro del

equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

En segundo lugar, manifiesta otro miembro de este equipo, por las

características culturales y el hecho de ser una ciudad puerto :

“Yo creo que por las características culturales, históricas de Valparaíso, por el

hecho de ser puerto, una ciudad pobre influye mucho también, siempre se

mantienen en el tiempo un grupo de personas en situación de calle que es

permanente en el tiempo aunque sea dinámico.” (Entrevista a Sujeto 20, miembro

del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

En tercer lugar, pasivamente, son parte de la comunidad del Barrio Puerto de

Valparaíso, dado que las demás personas del sector, tienen mayoritariamente una

buena convivencia con ellos, e incluso, de acuerdo a algunos entrevistados, estos

sujetos se presentan como un símbolo cultural del lugar. Tal como lo enfatiza otro de

los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo:

“Claramente po’ , es como el personaje tanto de viña como de valpo o el personaje

de tu población po´, en todos los lugares hay un personaje indistintamente que sea

curaos, volaos, en fin pero siempre hay un personaje eso hace que sea más

divertido, más amigable o que sea más visitado, al “curao” le gusta la talla siempre

anda alegre o te pide una moneda y te regale un verso o un disparate y claramente

mejora la imagen del barrio y lo realza, lo hace más porteño aún.” (Entrevista a

Sujeto 22, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

La misma posición es defendida por uno de los trabajadores del Barrio Puerto:

“Sí, yo creo que sí, son como icono del Barrio Puerto ellos “la llevan” acá.” (Entrevista

a Sujeto 10, trabajador del Barrio Puerto, 2012). No obstante, otros entrevistados

señalaron que no representan un símbolo cultural del Barrio Puerto, tal como expresó

uno de los voluntarios del Barrio Puerto: “No, porque imagínate, si estamos hablando

de cultura y que nuestro país se está arreglando más en todo tipo de cosas, que

67
haya esta gente, se echa a perder.” (Entrevista a Sujeto 16, voluntario del Barrio

Puerto, 2012).

Asimismo, existe una población de calle estable en el sector y otra que migra

y después vuelve. Esto sucede en gran parte del país con la gente de calle,

caracterizada por ser una población muy dinámica, así lo asevera también uno de

los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo:

“Hay un grupo estable, que está incorporado a la comunidad y bueno y existe y eso

ya los incorpora y los hace parte, y por otro lado son un población que son súper

dinámica, hay muchas personas que están de paso se quedan un tiempo por ahí,

migran y después vuelven, entonces es una población muy dinámica pero siempre

hay un número de personas más o menos similar.” (Entrevista a Sujeto 20,

miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Respecto a lo anterior, el Barrio Puerto es un lugar de descanso y

tranquilidad, que además posee bares, comercio y tres instituciones que

brindan ayudan a estos sujetos. Por otra parte, las características culturales y

el hecho de ser una ciudad puerto, dinámica, de transito, habla también de

que siempre hay gente nueva que conocer. Al ser considerados personajes

emblemáticos del sector, algunos ya son parte de la comunidad del Barrio

Puerto y lo sienten como su lugar, no obstante, a otras personas del sector,

no les gusta la presencia de estos sujetos, tratándolos como el punto negro

del lugar que hay que mejorar, discriminándolos por su aspecto y por no

tener donde vivir. A pesar de ello, esto no es un motivo para que las

personas en situación de calle se vayan definitivamente de dicho sector,

pues se mantienen, migran y luego vuelven, sin mayores problemas, por lo

que las molestias de algunas personas, sólo se quedan en el relato de ellos

mismos.

68
4.1.5 Acostumbramiento de la comunidad, a la existencia de personas en

situación de calle en el sector

Finalmente, más que una buena convivencia entre las personas en situación

de calle y sentirlos o no símbolo cultural del sector, existe un acostumbramiento del

resto de la comunidad, no a ellos, sino a la situación en que viven estos sujetos. La

mayor parte de los entrevistados mantuvo esta posición. Uno de los comerciantes del

Barrio Puerto indicó: “No como te digo son parte de la comunidad ya están todos

acostumbrados a esa situación.” (Entrevista a Sujeto 8, comerciante del Barrio

Puerto, 2012). Otro de los comerciantes del Barrio Puerto se refirió a aquello de

forma más concreta: “Sí nosotros como comunidad lo asumimos, es que

compartimos con ellos aunque no queramos estamos compartiendo con ellos.”

(Entrevista a Sujeto 7, comerciante del Barrio Puerto, 2012). A través de este último

comentario, se demuestra que el resto de la comunidad acepta a las personas en

situación de calle por costumbre o porque no tienen otra opción. De esta manera,

estos sujetos se muestran como parte de la comunidad del Barrio Puerto, pero sólo

de forma pasiva, por decirlo de algún modo. Algo que indica también, la poca

preocupación real por estas personas, incluso de quienes conviven cotidianamente

con ellos en un mismo entorno físico, y observan las condiciones precarias y de

soledad en que viven.

4.2 Acerca de la vida de las personas en situación de calle, desde la

percepción de los entrevistados

4.2.1 Motivos recurrentes que llevan a las personas a vivir en calle y a

mantenerse en tal situación

De acuerdo a las respuestas de los entrevistados, la mayoría coincidió en que

la situación de calle es una problemática transversal, es decir, las personas pueden

llegar a estar en tales circunstancias, independiente de su situación socioeconómica,

su nivel cultural, educativo, su estado civil, raza, género o nacionalidad. Tal como

mencionó uno de los trabajadores del Barrio Puerto:

69
“Conozco un abuelito que era profesor de idiomas y por circunstancias de la vida

se tiro al trago y quedo en situación de calle, el hablaba casi más de 6 idiomas,

otro que conocí era profesor de matemáticas y que se “chalo” con las matemáticas,

era profesor de la Santa María parece y bueno se tiro a la vida del “copete”. No se

distingue por clase social es muy variado eso.” (Entrevista a Sujeto 10, trabajador

del Barrio Puerto, 2012).

Uno de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo sostiene:

“Siento que nadie está libre de caer en esa situación, ni yo misma me siento libre de

estarlo” (Entrevista a Sujeto 19, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo,

2012).

Los motivos recurrentes por los cuales las personas llegan a estar en situación

de calle, según gran parte de los entrevistados son: Una vida familiar inestable,

adicciones, problemas de salud mental, inestabilidad económica y emocional,

escasez de oportunidades, abandono, por opción personal.

El tener una vida familiar inestable es uno de los motivos más recurrentes de

acuerdo a los entrevistados. Una de las opiniones más llamativas, respecto a ello,

fue la de uno de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo:

“Las crisis familiares, básicamente por problemas de comunicación, no saben

escucharse y se provoca un corta circuito en la relación familiar, consumo, alcohol,

pasta base y también la acumulación de crisis, llega un momento en que la

persona colapsa y ya no quiere más y se va a la calle.” (Ibíd.).

Además, indica otro de los motivos más recurrentes que señalaron los

entrevistados, como lo que apuntó otro de los miembros del equipo “Acogida” del

Hogar de Cristo: “[…] la mayoría esta por el consumo.” (Entrevista a Sujeto 21,

miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012), o uno de los comerciantes

del Barrio Puerto: “Esta gente ha caído por problemas de drogas alcohol y

psicológicos, eso puedo decir primero.” (Entrevista a Sujeto 6, comerciante del Barrio

Puerto, 2012).

70
Respecto a lo anterior, también se manifestó en las respuestas como motivo

de llegar a estar en situación de calle, los problemas de salud mental, como distintos

tipos de depresión, esquizofrenia, entre otros, en cuanto a ello, uno de los voluntarios

del Barrio Puerto, comentó: “Si hay mucha gente que tiene problemas psiquiátricos,

la mayoría son esquizofrénicos o algunos tienen demencia, pero la gran mayoría son

esquizofrénicos.” (Entrevista a Sujeto 16, voluntario del Barrio Puerto, 2012).

Igualmente, la mayoría de dichos sujetos no siguen los tratamientos e, incluso, no

poseen un diagnostico claro de su enfermedad, lo que conlleva a que independiente

que lleguen a la situación de calle, también se mantengan. Por ello, es necesario un

programa de acompañamiento psicosocial por un tiempo, hasta que puedan seguir

de forma independiente, controlándose y tomando sus medicamentos. Así lo realiza

el Hogar de Cristo, mediante el programa “Acogida”, tal como lo explica uno de los

miembros del equipo de este programa:

“Por el mismo hecho de no estar con un tutor en un comienzo, es muy probable

que dejen el tratamiento botado y ahí entonces hay que dar la vuelta larga pedir

hora al consultorio, esperar que de ahí los deriven al hospital, o se internan vía

solución administrativa contra su voluntad o los que llevan poquitos meses y se

descompensan se llevan al tiro al hospital.” (Entrevista a Sujeto 21, miembro del

equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Otro de los motivos más recurrentes, en la opinión de varios entrevistados fue

el de inestabilidad económica, tal como lo mencionó uno de los comerciantes del

Barrio Puerto:

“Problemas sentimentales familiares económicos, hay algunos que incluso han

tenido sueldos de quinientos mil pesos, entonces el viejito se va apagar sale con

los nietos e hijos paga todo lo que consumen, Falabella, Ripley, agua luz, gas, que

el Santa Isabel, entonces al viejito deben quedarle como doscientas “lucas” y el

viejito no hace más que tomarse un vino y le dicen ya está tomando o a esta

fumando, pero toda la jubilación es de él, por eso se vienen al Ejército de

Salvación, comen duermen, juegan al dómino con los otros viejitos, son felices así.”

(Entrevista a Sujeto 8, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

71
La escasez de oportunidades (laborales, sociales y educacionales) es otro de

los motivos por los cuales las personas pueden llegar a estar en situación de calle.

Un caso, muy mencionado en la respuesta de los entrevistados, es el de personas

que han estado privadas de libertad y en su salida no han encontrado oportunidades

para poder comenzar de nuevo a salir adelante, así lo manifiesta uno de los

voluntarios del Barrio Puerto: “[…]algunos delinquieron, llegaron a la cárcel, vuelven

a la sociedad y después cuando salen no pueden encontrar trabajo, y como no tienen

donde llegar, llegan a estos lugares” (Entrevista a Sujeto 15, voluntario del Barrio

Puerto, 2012).

Por otro lado, uno de los motivos más crueles es el abandono o ausencia de

apoyo, principalmente a personas de la tercera edad, niños y personas con algún tipo

de discapacidad. Tal como lo menciona también, el sujeto anterior:

“Pero hoy lo más espeluznante es que están despojando de sus pertenencia a los

adultos mayores, hasta su propia familia les quitan las cosas, y el gobierno no hace

nada para frenar eso, incluso en el futuro habrán más adultos mayores y pocos

niños, y si no se pone una traba a eso ahora la cosa se transformará en un caos.”

(Ibíd.).

O como la respuesta de uno de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar

de Cristo: “[…] muchos que estuvieron en situación de abandono, lo que dificulta

trabajar en esta dimensión[…]nos dificulta harto trabajar con la red familiar, el re

vincular con las familias, lo que produce también carencia afectiva, piden a gritos un

abrazo porque se les nota.” (Entrevista a Sujeto 18, miembro del equipo “Acogida”

del Hogar de Cristo, 2012), lo que evidentemente causa que estas personas se

encuentren en una situación vulnerable.

Por opción personal, es uno de los motivos que quizás más cuesta entender

que los entrevistados lo consideren como tal, pues para ningún ser humano es una

“opción” estar viviendo en tales condiciones de precariedad y abandono, por lo que

cobra más sentido entender el por qué se encuentran así, debido a factores externos

72
como los que se han mencionado anteriormente. Al respecto, uno de los voluntarios

del Barrio Puerto, manifiesta:

“[…] otros también por decisión personal o sea que quieren estar ahí, porque en la

calle no necesitan plata, no necesitan nada, viven como un pajarito, entonces

obtienen aquí comida el ejército de salvación les da alojamiento otros les darán

ropa así como acá y así otras instituciones también los ayudan.”(Entrevista a

Sujeto 16, voluntario del Barrio Puerto, 2012).

Claramente, cada persona tiene un motivo propio, sin embargo, estos son los

que se presentan mayoritariamente en tales sujetos y que expusieron los

entrevistados, quienes comparten frecuentemente con ellos y conocen de manera

directa las historias de estas personas. De esta forma tal como mencionan Lucero y

Peredo: “No existe un motivo único por el que las personas llegan a estar en esta

situación. Al igual que muchas situaciones de indigencia y exclusión, son diversos los

factores que inciden en que dichas personas se encuentren en "situación de calle".”

(Lucero, Peredo, s. f., p.5).

Sin embargo, tales autores, coinciden en su mayoría con lo expresado por los

entrevistados, pes mencionan que los motivos más recurrentes del por qué tales

sujetos llegan a estar en situación de calle son:

“Historias de pobreza crónica, Historias de abandono, Conflictos familiares,

Violencia intrafamiliar, Cesantía crónica, Consumo perjudicial de alcohol y drogas,

Discapacidad psíquica o mental, Personas con Antecedentes Judiciales que

dificultan su inserción laboral.” (Lucero y Peredo, s. f, p.5).

Los motivos expresados anteriormente, producen también, que estas

personas se mantengan en situación de calle, no obstante de acuerdo a las

respuestas de los entrevistados, existen otros que se dan al llevar un cierto tiempo

en dicha situación, y por cualidades propias del contexto físico en que se encuentran.

Tales motivos son la ausencia de espíritu de superación, desmotivación o

abatimiento, la libertad de responsabilidades, intermitencia en los procesos de

73
inclusión social, y por desconocimiento de los mismos sujetos, acerca de cómo

superar tal situación.

Con respecto a la ausencia de espíritu de superación, la mayoría de los

entrevistados manifestó que a las personas en situación de calle, se les trataba de

entregar herramientas pero las desaprovechaban por no tener el vigor de querer

superarse, de esta forma lo explica uno de los trabajadores del Barrio Puerto:

“Yo creo que ellos mismos son factores de eso, sino quieren salir ni ayudar de la

situación que están no van a salir nunca, por mucho que uno les diga o dar ayuda,

si tu les dices que conoces un grupo de alcohólicos anónimos, y le sugieres que se

inscriba para que pueda ser alguien, y ellos después nunca llegan y no hacen nada

por ellos, no van a poder salir…yo creo que todo parte por uno mismo.” (Entrevista

a Sujeto 10, trabajador del Barrio Puerto, 2012).

Lo que se debe a la desmotivación o abatimiento que sienten estos sujetos,

por encontrarse en tal estado, a veces desde hace mucho tiempo, cerrándose a una

posibilidad de salir definitivamente de aquello. Tal como advierte uno de los

miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo quien explica este sentimiento,

con el concepto de “desesperanza aprehendida”:

“[…] mantenerse en una situación así, es más opción personal, de acuerdo a lo

que nos han manifestado algunos usuarios acá. En el fondo para ellos después es

como una “desesperanza aprendida”, pa’ que lo voy a intentar de nuevo, si lo

vuelvo a intentar y no puedo…” (Entrevista a Sujeto 19, miembro del equipo

“Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

La libertad de responsabilidades pareciese ser uno de los motivos que más

“atrae” de la situación de calle, no tener que pagar cuentas, dormir a cualquier hora

del día, cubrir las necesidades básicas, mediante las instituciones de beneficencia,

pero el precio que se debe pagar por ello es muy duro, frío, a veces hambre y

necesidad de afecto e incluso compañía en ciertos momentos. Así lo explica otro de

los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo: “La facilidad de lograr todo

sin mover un dedo, porque ya saben que tienen todo pa´ que van a estresarse
74
haciendo cosas si tienen todo ahí sentados, como dicen, “sin moverse del

escritorio”.” (Entrevista a Sujeto 22, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de

Cristo, 2012). Uno de los residentes del Barrio Puerto, quien tiempo atrás estuvo en

situación de calle, repara en lo anterior, al recordar su pasado: “[…] nosotros éramos

desordenados no cumplíamos horarios, no teníamos ganas Imagínate que a las

cuatro de la tarde cuando quieras te den ganas de tomar sol un oficinista no puede,

pero la pagas eso sí.” (Entrevista a Sujeto 1, residente del Barrio Puerto, 2012).

La intermitencia en los procesos de inclusión social, se constituye en otro de

los motivos para mantenerse en este estado. Es decir, personas que han logrado

salir de la calle, pero que después de unos meses e incluso a veces años, vuelven a

esa situación. Uno de los voluntarios del Barrio Puerto, afirma al respecto:

“Lo que pasa es que hay mucha gente que se mejora tres meses o seis pero

después vuelve a la calle, porque hemos tenido varios casos de gente que ha

salido y se ha recuperado ha estado trabajando súper bien un año a lo más,

máximo un año y después vuelven a la calle e incluso se mueren en esa situación.”

(Entrevista a Sujeto 16, voluntario del Barrio Puerto, 2012).

Por último, hay muchos sujetos que poseen un espíritu de superación, quieren

salir de calle (generalmente gente sin adicciones), pero desconocen los beneficios

que les pueden entregar, ya sea el Estado o fundaciones, para que pueda logar salir

de esa situación, tal como agrega uno de los miembros del equipo “Acogida” del

Hogar de Cristo: “Quizá el apoyo[…]no conocer vinculaciones o instituciones,

desconocimiento.” (Entrevista a Sujeto 21, miembro del equipo “Acogida” del Hogar

de Cristo, 2012).

Ahora bien, estos “beneficios” muchas veces no son de buena calidad, no hay

un acompañamiento psicosocial continuo y suficiente para todos los sujetos, no se

entregar los recursos necesarios para aquello, entre otras razones que se expondrán

más adelante, de ahí la ausencia de espíritu de superación y desmotivación de tales

sujetos. Por otra parte, el desconocimiento de sus “beneficios” de parte de las

75
personas en situación de calle, como lo expresan algunos entrevistados, puede

resultar de la mala difusión de aquellos, sin llegar a gran parte de la población en

situación de calle.

4.2.2 Exclusión social: Carencias materiales y afectivas

De acuerdo a lo anterior, las personas en situación de calle, debido a las

condiciones en que viven, han roto los lazos con sistemas sociales como las familias

y organizaciones formales. Por tanto, estos sujetos, junto con los que están privados

de libertad o se encuentran en un asilo u hogar protegido, a pesar de ser miembros

de la estructura social basal, no pertenecen a una familia (que representan la fuerza

de trabajo) que se manifiestan como centro de consumo y junto con las relaciones de

parentesco, proveen la socialización básica y soporte psicológico y afectivo a sus

miembros, mediante las relaciones primarias (Chuaqui, Arredondo, Mally, Paredes,

Pérez, 2012). Así, el sistema familiar se interconecta con otros sistemas, como el

educacional, de salud, económico y de servicios. De esta forma, para las personas

en situación de calle los valores y aprendizajes que fueron entregados por la familia

han sido reemplazados por los que se tienen en la calle, muchos de los cuales

pueden ser buenos o malos, como amistad y organización colectiva por un lado o

delincuencia y consumo de drogas por otro.

No obstante, cabe señalar, que las personas en situación de calle, es uno de

los grupos excluidos socialmente de la forma más extrema. Si bien tienen un vínculo

con la sociedad, mediante las limosnas de los transeúntes que son parte de la

sociedad, y consumen igualmente lo producido y distribuido por otros individuos de la

sociedad, la forma en que viven, está lejos de representar la vida cotidiana del resto

de los sujetos de la sociedad. Por tanto, a pesar de tener “libertad de

responsabilidades” como expresaron algunos entrevistados en párrafos anteriores, la

vida en esas condiciones es dura, debido a que las necesidades básicas de estos

sujetos son cubiertas de forma precaria. Así lo manifiesta, uno de los comerciantes

del Barrio Puerto: “Machetean, Van al comedor […] incluso cuando queda comidita

76
en la noche yo se las llevo, los ayudo les doy comida y ellos se van a comer a la

plaza, a veces en grupo de a cuatro a los rucos que le llaman donde duermen.”

(Entrevista a Sujeto 8, comerciante del Barrio Puerto, 2012).Algunos de estos sujetos

trabajan en oficios precarios, otros reciben pensión e incluso hay quienes trabajan y

reciben pensión y así también cubren sus necesidades básicas, tal como señaló uno

de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo: “La mayoría estacionan

vehículos, lavan autos […] la mayoría tienen pensión, la reciben ellos.” (Entrevista a

Sujeto 22, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Los lugares donde duermen es, tal vez la parte, más difícil de la forma de vida

que llevan, así lo menciona otro de los miembros del equipo “Acogida”: “Se auto

organizan y constituyen una mini hospedería o ruco que le llaman ellos, que los

protege del frio y la humedad o los que están más solitarios pueden dormir en las

urgencias de los hospitales en las salas de espera.” (Entrevista a Sujeto 20, miembro

del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012). Bajo la misma línea, uno de los

voluntarios del Barrio Puerto, subrayó: “En la playa en el verano, ya en el invierno se

las arregla en un sitio que los cubra de la humedad, la lluvia y el frio.” (Entrevista a

Sujeto 17, voluntario del Barrio Puerto, 2012).

La carencia afectiva se ha erigido como uno de los puntos más relevantes en

cuanto a esta temática, pues la mayoría han pasado mucho tiempo en soledad y

tratan de mantenerse apoyado en un grupo de pares, sin embargo, son relaciones

que muchas veces no son claras emocionalmente o simplemente son de compañia.

De esta forma, algunos entrevistados, señalaron la necesidad de compañía que

tienen la mayoría de estos sujetos, así lo mencionó durante la entrevista, un

residente del sector:

“No generalmente andan acompañados, por último de esas asociaciones

sentimentales, por necesidad, a veces no son tan claras las relaciones

emocionales entre ellos mismos, pero son por soledad también hay una gran

77
soledad ahí y un gran problema emocional ahí […]” (Entrevista a Sujeto 1,

residente del Barrio Puerto, 2012).

También el consumo de alcohol es un gran motivo para juntarse, de esta

forma lo explicó, uno de los voluntarios del Barrio Puerto: “Cuando tienen la “garrafa”

andan en grupo (risas)[…]” (Entrevista a Sujeto17, voluntario del Barrio Puerto,

2012). De la misma forma, la necesidad de afecto, de tener un compañero (a), se

hace presente, por lo cual algunos sujetos tienen pareja estando los dos en las

mismas condiciones, tal como indica uno de los miembros del equipo “Acogida” del

Hogar de Cristo:

“[…]hay muchas parejas, porque existe harta carencia afectiva y se genera una

conexión, se da mucho la homosexualidad también por el tema del consumo y

porque no encuentran una pareja que sea mujer que los vaya aceptar así además

hay pocas mujeres en calle y bueno también se da una conexión entre ellos porque

no.” (Entrevista a Sujeto 18, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo,

2012).

Otras personas han optado definitivamente por estar solos, pero son menos

de los que se encuentran en grupo o con alguna compañía, tal como lo expresa otro

miembro del equipo “Acogida”:

“[…] son pocos los que andan solos, los más viejitos son los que andan solos, son

como más “fregados” les molesta la compañía, por la bulla o simplemente no

quieren relacionarse con nadie más, pero la mayoría anda en grupo son muy pocos

los que andan solos y te hablo de las dos comunas viña del mar y Valparaíso.”

(Entrevista a Sujeto 22, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Para finalizar este punto, otro de los miembros, también del equipo “Acogida”

agregó: “Depende de la personalidad, de las problemáticas que tenga cada uno,

porque los que tienen problemas de salud mental andan solos, los que tienen

problemas de consumo andan en grupo para juntarse a tomar.” (Entrevista a Sujeto

21, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012). A pesar de ello, la

carencia afectiva y la necesidad de compañía, como señalamos en las dos

78
respuestas anteriores a la de uno de los miembros del equipo Acogida del Hogar de

Cristo, son mayoritariamente uno de los problemas más duros que se manifiesta en

la situación de calle.

De acuerdo con la opinión de la mayoría de los entrevistados, la relación entre

ellos es buena, tienen pocos conflictos, los que pueden ocurrir por consumo de

alcohol generalmente, tal como menciona uno de los comerciantes del Barrio Puerto:

“[…] a través del alcohol no más, hay rencillas, por un trago, una cuestión del

momento, no son agresivos.” (Entrevista a Sujeto 8, comerciante del Barrio Puerto,

2012). E incluso entre ellos se ayudan, así lo manifestó uno de los voluntarios del

Barrio Puerto: “De repente hay grupitos que se forman, y ahí todos buscan recursos

para tener sus tragos, cigarrillos, estar solos es morirse, pero estar con más

personas que se encuentran en la misma situación tienen la gestión de poder

conseguir otras cosas.” (Entrevista a Sujeto 15, voluntario del Barrio Puerto, 2012).

Es claro que la carencia de afecto y la necesidad de compañía son unas de

las situaciones emocionalmente más complejas que viven estas personas. Por ello,

estos sujetos suelen agruparse y compartir entre ellos, a veces si tener incluso un

lazo afectivo profundo, pero sea el motivo que sea, un trago, comida, calor,

protección, entre otros, están esos compañeros de ruta.

Quizás es la empatía la que los une, el vivir el desprecio y olvido, el ser

retratados como la expresión máxima de exclusión social, el sentirse a un lado de

una sociedad que los ve de forma indiferente y el ser víctima de la irresponsabilidad

del Estado, al que sólo le interesa parchar la fealdad del paisaje y brindar migajas a

esta población, que pareciese estar dejada de lado en la cotidianidad de las

ajetreadas vidas de hoy.

4.3. Percepción sobre la situación de calle en el contexto nacional

Respecto a la visión general que tienen el resto de las personas, en relación a

la situación de calle, tal como se expuso en el apartado teórico, Lowick-rusell y

Ossa, señalan que las actitudes predominantes son:”… la lástima, la caridad, o la


79
indiferencia. Estas últimas actitudes son las que, quizás, han sido más perniciosas,

pues han colaborado sustantivamente con la persistencia de la pobreza e

inmovilización de las personas en situación de calle” (Lowick-rusell, Ossa, s.f, p.4).

Tales apreciaciones tuvieron algunas similitudes con las respuestas de los

entrevistados, pues se consideró mayoritariamente que el sentimiento de compasión,

indiferencia, frivolidad, temor e incluso rechazo se correspondían con los conceptos

más recurrentes para expresar la opinión ante tal temática. En este sentido, uno de

los trabajadores del Barrio Puerto declaró: “Me da pena, me da lata que haya gente

en ese estado, es una lata verlos dormir en la calle con el frio, uno a veces llega

cansado pero uno no piensa en el otro, uno llega a su cama a comer una sopa

calientita por ejemplo, en cambio esas personas pasan frio a veces hambre, es

triste.” (Entrevista a Sujeto 10, trabajador del Barrio Puerto, 2012). Otra opinión que

caracteriza este concepto es la de uno de los comerciantes del Barrio Puerto quien

señaló:

“Da lata, lástima, igual hay gente que vienen de repente a darles un plato de

comida, e inclusive hay gente que tienen su casa sus cosas y van a pedir comida y

ahí tienen tanta comida que no saben a veces que hacer con la comida entonces a

cualquier persona que vaya a pedir le dan.” (Entrevista a Sujeto 4, comerciante del

Barrio Puerto, 2012).

De la misma manera, uno de los residentes del Barrio Puerto señaló de

manera escueta: “Me da pena, lata mucha pena.” (Entrevista a Sujeto 2, residente

del Barrio Puerto, 2012).

Con respecto a la indiferencia una de las respuestas más característica fue la

de uno de los comerciantes del Barrio Puerto sostuvo abiertamente:

“A mí no me da nada porque si ellos están en la calle es porque se ganaron la

calle, entonces no me da nada, a lo mejor la gente que está en su casa que mira

las cosas por la tele puede que le de muchas cosas pero a mí que estoy aquí en la

80
calle no, porque ellos se ganaron eso porque quieren estar en la calle porque

buscaron eso.” (Entrevista a Sujeto 6, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

Otra de las respuestas más llamativas fue la de uno de los miembros del

equipo “Acogida” del Hogar de Cristo:

“Siento que estamos ciegos en definitiva, porque no debiera ser un tema Hogar de

Cristo, sino debería ser un tema país, si bien estos últimos dos años hemos visto

que el gobierno se ha estado haciendo cargo del tema, en verdad yo siento que

igual es poco, pienso que debiera ser, ya un tema país, un tema social que todo

debiéramos conversar no solamente el Hogar de Cristo o las instituciones de

beneficencia, sino que debería ser una tarea de todos.” (Entrevista a Sujeto 22,

miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Además, uno de los trabajadores del Barrio Puerto mencionó de forma directa

ante tal interrogante: “Lo veo como un tema normal, no hay nada en especial.”

(Entrevista a Sujeto 11, trabajador del Barrio Puerto, 2012).

Sin embargo, una de las apreciaciones más crudas extraídas de las

respuestas de los entrevistados fue el de frivolidad. Así lo demuestra la opinión de

uno de los residentes del Barrio Puerto:

“Mira yo he pasado situaciones, en que la gente a mi me ha mirado súper extraño,

porque yo he ando de traje en la calle y estado conversando con gente que está

durmiendo en el suelo, entonces yo ahí veo que las personas son así como…, no

se si no tienen sentimientos, bueno en sí esta fría la humanidad.” (Entrevista a

Sujeto 3, residente del Barrio Puerto, 2012).

Siguiendo con otra de las apreciaciones negativas y duras hacia estas

personas, se encuentra también el temor y el rechazo del resto de la población hacia

estas personas, por su aspecto físico y mental. Otro de los residentes del Barrio

Puerto que estuvo mucho tiempo en situación de calle y actualmente reside en un

edificio patrimonial del Barrio Puerto, explica cómo les jugaba a favor este prejuicio

del resto de la gente hacia ellos:

81
“[…] la gente nos tenía un poco de temor, algo que se prestaba a nuestro favor me

acuerdo, y todavía se da gradualmente. Entonces afortunadamente eso permite

que la gente que nos miraba en menos no nos miren directamente en menos y por

ultimo pasaban la moneda o el cigarro con miedo pero nada más. Y como no

éramos delincuentes sino mendigos observábamos y nos reíamos.” Entrevista a

Sujeto 1, residente del Barrio Puerto, 2012).

Respecto a lo mismo uno de los comerciantes del Barrio Puerto manifiesta:

“Algunos se ponen pesaditos como andan “curaos”, y ahí como que producen

rechazo […]” (Entrevista a Sujeto 9, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

Por otra parte, hubo entrevistados cuyas respuestas reflejaron un sentimiento

de empatía por la situación en que se encuentran estas personas. Uno de los

trabajadores del Barrio Puerto sostuvo que: “[…] uno a veces llega cansado pero uno

no piensa en el otro, uno llega a su cama a comer una sopa calientita, en cambio

esas personas pasan frio a veces hambre, es triste.” (Entrevista a Sujeto 10,

trabajador del Barrio Puerto, 2012). Sin embargo, la que reflejó aún más este

sentimiento, fue la respuesta emitida por uno de los residentes del Barrio Puerto,

quien además de empatizar con estos sujetos dijo sentirse en parte identificado con

la situación que viven estos sujetos: “Me da mucha tristeza, y me siento en parte

identificado ya que soy discapacitado.” (Entrevista a Sujeto 2, residente del Barrio

Puerto, 2012).

Finalmente, otro de los residentes del Barrio Puerto, dijo sentir, más que todo

lo demás, preocupación frente a esta problemática:

“Yo estuve mucho tiempo en situación de calle, cuando estuve en la peor parte de

mi enfermedad, acá tengo un contacto frecuente con las personas en situación de

calle, bien cotidiano. Es un problema que no lo veo con lastima, lo veo con

preocupación como por ejemplo estos inviernos que han sido bien helados los

amigos en situación de calle a los cuales a nadie les conozco el nombre,

desaparecen por dos motivos están en un hogar o están muertos, se han muerto

por enfermedad o por que la situación de calle empeora su salud por la mala

82
alimentación, gente que se muere de frío en las calles, eso es impensable en una

sociedad tan pudiente como esta por decir algo.” (Entrevista a Sujeto 1, residente

del Barrio Puerto, 2012).

Respecto a lo anterior, cabe señalar, de acuerdo a lo expresado por los

entrevistados, que el sentimiento de compasión frente a esta temática, sigue siendo

una forma de tomar la situación en que viven tales sujetos, la caridad, la lástima, son

impresiones que se repiten a ratos en los relatos de los entrevistados. Pero también

existe empatía frente a la situación que viven estas personas, de parte

principalmente, de sujetos que conocen profundamente la dura vida que llevan

aquellos u otros que se sienten identificados por vivir una situación quizás similar.

Por otra parte, la indiferencia, la frivolidad, el temor y el rechazo, fueron

relatos que llamaron, más aún, la atención, algo que refleja también los prejuicios y

por ende la discriminación con que se ve a estos sujetos, olvidando que esto no es

un problema que deban resolver totalmente los propios afectados, sino que es gran

responsabilidad del sistema y el Estado agentes que no han sido capaces de

remediar esta problemática, la cual va más allá de la caridad, “buenas intenciones” y

proyectos fallidos.

4.3.1 Discriminación y exclusión social a nivel nacional, frente a las personas

en situación de calle

Lo anterior refleja además, de forma general, la mirada del “otro”, es decir del

resto de la población, respecto a las personas en situación de calle, tal como lo

plantean Lowick-Rusell y Ossa, pues igualmente como describen estos autores, se

expresan muchos prejuicios referentes a dichos sujetos, considerándolos como

desviados, amenazantes o peligrosos, culpando muchas veces a los afectados más

que a lo que produce que vivan en tal condición. (Lowick-Rusell y Ossa, 2007).

Esto se explica, debido a que, aparentemente lo que causa molestias en parte

de la sociedad, no es que existan estas personas en dicha situación, sino que la

presencia de aquellos interrumpa la cotidianidad de las otras personas, o que se

83
ubiquen en un sector que “no les corresponde” (Lowick-Rusell y Ossa, 2007). Lo

anterior, evidentemente, hace patente la discriminación que existe frente a estos

sujetos, por el sólo hecho de ser diferentes y romper con los esquemas cotidianos

del “otro”, que vendría siendo el resto de la población. Es así también como se

transforma en uno de los grupos excluidos socialmente.

Respecto a la discriminación y exclusión social, las respuestas de los

entrevistados, reflejaron mayoritariamente, que si existe a nivel nacional

discriminación en relación a las personas en situación de calle, considerándolos

como un grupo que representa de forma más extrema lo que es la exclusión social, e

incluso desde sus mismos núcleos familiares.

De acuerdo con los datos empíricos, una de las opiniones más características

en la que se argumentó la discriminación del país frente a aquellas personas, fue la

de uno de los comerciantes del Barrio Puerto, quien sostuvo: “Si po´ hay

discriminación a estas personas hasta uno mismo por andar así trabajando en la

calle lo discriminan, si el trabajo en la calle siempre es discriminado.” (Entrevista a

Sujeto 5, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

Una de las personas que se encuentra en situación de calle, y pernocta en los

alrededores del Barrio Puerto, expresa de forma concreta y categórica que: “Los que

tienen más plata discriminan al pobre mucho.” (Entrevista a Sujeto 12, persona en

situación de calle del Barrio Puerto, 2012). Junto a ello, uno de los miembros del

equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, mencionó también: “Sí a nivel nacional

siempre ha existido la discriminación, si no cumples con este estándar que impone la

sociedad, te rechazan, la discriminación si existe a nivel nacional y local.” (Entrevista

a Sujeto 18, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012). Dichas

respuestas señalan también la concepción de que en el país existe discriminación,

no sólo a las personas en situación de calle, sino que al mismo tiempo ellos se

sentían discriminados por el estrato socioeconómico o por el trabajo que poseen, es

decir, tal como señaló otro de los miembros del equipo “Acogida”: “[…] si no cumples

84
con este estándar que impone la sociedad, te rechazan […]”(Entrevista a Sujeto 18,

miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

En concreto, una de las opiniones más llamativa es la de uno de los

voluntarios del Barrio Puerto, quien expresa: “Si hay, precisamente en los hospitales,

yo creo que si nosotros no fuéramos una organización de beneficencia […]

podríamos haber hecho juicios, por muchas negligencias médicas, ya que a estas

personas en situación de calle no le dan la misma atención que le dan a una persona

común y corriente, por decir, hay discriminación.” (Entrevista a Sujeto 15, voluntario

del Barrio, 2012). Junto a ello, uno de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar

de Cristo, afirma: “El hecho de que no se sienten al lado de ellos en una plaza o en

las micros, eso ya es discriminación.” (Entrevista a Sujeto 21, miembro del equipo

“Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Por otra parte, respecto a la exclusión social de las personas en situación de

calle, una de las opiniones más significativas fue la de uno de los residentes del

Barrio Puerto, quien observa: “Creo que son los más excluidos dentro de nuestra

sociedad, nada más.” (Entrevista a Sujeto 2, residente del Barrio Puerto, 2012), o

también la de uno de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, quien

también argumenta:

“Yo creo que el nivel de exclusión en el que están es mayor que el de cualquier

otro grupo excluido, porque hay una pobreza material y una pobreza cultural y a

eso se va sumando otros factores por ejemplo el ser mujer el tener una educación

incompleta, el haber tenido antecedentes de reclusión, penales a eso si le

sumamos si son personas de origen de alguna etnia u homosexualidad, se van

sumando factores de exclusión y por supuesto que son la población más

vulnerable en ese aspecto.” (Entrevista a Sujeto 20, miembro del equipo Acogida

del Hogar de Cristo, 2012).

A lo anterior, también agrega otro de los miembros de este equipo:

“Sí. Claramente la gente de calle tiene todas las carencias materiales y muchas

veces espirituales. Además no tienen límites de edad, si bien los niños y los

85
adultos son los más vulnerables, hay más ayuda para ellos que para la población

de los dieciocho hasta los cincuenta y tantos los que quedan como en el limbo y

nosotros los ayudamos en el tema de habitabilidad, hay algunos que les da como

rabia seguir en esta situación se acuerdan de los problemas que han tenido y que

los hicieron llegar a esa situación hay otros que quieren seguir en calle, son los

mínimos pero es un tema netamente por consumo, claramente son una de las

poblaciones más vulnerables y en especial niños y adultos mayores.” (Entrevista a

Sujeto 18, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Finalmente, algo de suma importancia que señala uno de los voluntarios del

Barrio Puerto, es que además de ser excluidos socialmente, lo son también por el

núcleo afectivo base, la familia: “Sí, tanto por su familia como socialmente.”

(Entrevista a Sujeto 15, voluntario del Barrio Puerto, 2012).

4.3.2 Gestión Estatal en cuanto a la problemática

En Chile, a lo largo del tiempo, la temática calle, sólo había sido tarea de

instituciones de beneficencia. No obstante, el año 2005, se realiza el primer Catastro

Nacional de Personas en Situación de Calle, como primer indicio de preocupación

del Estado frente a la temática. Los resultados arrojaron un número altísimo de

personas en situación de calle a nivel nacional. Por lo que se realiza el programa

calle, coordinado por el MIDEPLAN (en esa época,) en conjunto con el Hogar de

Cristo, el cual brindaba ayuda de estas personas, no sólo para cubrir las necesidades

básicas, como baño, comida y techo en alguna de las hospederías, sino que se les

otorgaba apoyo psicosocial para la inclusión social de estas personas. Con el cambio

de Gobierno, ha ido variando el nombre del programa, pero los fundamentos siguen

siendo prácticamente los mismos.

Además de ello, para el año 2011, se realiza el segundo catastro de personas

en situación de calle, cuyos resultados reflejaron un aumento de tal población. Se

comenzó a trabajar en ello, habilitando más albergues durante los meses de invierno,

y creando más espacio en las hospederías que generalmente no dan abasto durante

esa época.

86
En relación con los datos empíricos, las respuestas reflejaron

mayoritariamente, una mala gestión del Estado, lo cual fue expuesto de manera

evidente, en el relato de uno de los comerciantes del Barrio Puerto, quien mencionó:

“[…] si las autoridades no hacen nada que puede hacer uno, viene una asistente

social se los lleva a los hogares no pueden hacer nada no pueden tomar vino y la

plata de sus pensiones la ocupan para las camas el lavado de ropa, y les tienen que

dar un poder para que ellos las cobren, y ellos se quedan sin darse sus gustitos, pero

no se las administran” (Entrevista a Sujeto 8, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

En este sentido, rescató también, el derecho de cada persona para tomar sus

propias decisiones, estando en cualquier tipo de situación.

Tal como lo menciona uno de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de

Cristo quien tiene un conocimiento más contextual de aquello y señala:

“[…] hay intermitencia en la entrega de fondo, hay inconsistencia del

mantenimiento de los equipos, es decir de los profesionales y trabajadores en

general, respecto a un proyecto que sea pensado más a largo plazo.” (Entrevista a

Sujeto 20, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Es necesario exponer también, la opinión de uno de los voluntarios del Barrio

Puerto: “Yo lo que veo en este programa que tienen ellos de desarrollo social, que

parte de pura política no más, poder mostrar y subir puntos a favor del gobierno,

bueno y al final no se avanza en nada y volvemos al invierno[…]comienzan a habilitar

las hospederías de nuevo pero no es algo que quede estable que quede en el tiempo

[…]” (Entrevista a Sujeto 15, voluntario del Barrio Puerto, 2012).

Lo anterior devela, por lo tanto, que la ayuda de parte del Estado es

insuficiente. Al respecto, una de las personas en situación de calle del Barrio Puerto,

señaló: “Na´ del Estado, yo soy pescador artesanal así que imagínese, na´ de la

muni, uno se las busca por las de uno, con todo respeto” (Entrevista a Sujeto 14,

persona en situación de Calle del Barrio Puerto, 2012).

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Otra respuesta interesante fue la de un residente del Barrio Puerto, quien

sostuvo que:

“Yo no creo en las instituciones, yo no sé qué tantos beneficios hacen por la gente,

creo que eso es una mentira. Por ejemplo hay gente buena que se esfuerza pa´que

te den una pensión y las pensiones son demasiado bajas, las asistenciales y

obviamente de esas pensiones estamos hablando que las tienen la mayoría de las

personas en situación de calle, entonces que es lo que pasa, todos queremos o

tenemos por lo menos esa conciencia de querer, sino ser mejores, por lo menos

pasarlo bien […]”. (Entrevista a Sujeto 1, residente del Barrio Puerto, 2012).

Por último, en cuanto a esta apreciación, otro de los residentes del Barrio

Puerto menciona: “No le falta es muy poco lo que cumple, debería hacer más. O sea

porque esperar que la gente empiece a morir de frío en las calles para comenzar a

darles acogida y eso debería ser todo el año.” (Entrevista a Sujeto 3, residente del

Barrio Puerto, 2012). De este modo, podemos ver a la vez que además de ser

insuficiente la ayuda del Estado, según los entrevistados, el rol de aquellos frente a

esta situación, no se está cumpliendo a cabalidad.

Ahora bien, respecto a las apreciaciones anteriores se puede entender que los

entrevistados aluden en varias ocasiones a que no existen soluciones a largo plazo,

sino que existen sólo en momentos de suma urgencia, por lo cual expresaron que de

parte de las instituciones públicas, la ayuda es asistencialista. Tal como mencionó,

uno de los voluntarios del Barrio: “[…] la ayuda que da el gobierno es demasiado

básica, le dan un colchón una frazada y una escuela donde quedarse de noche,

muestran lo bonito pero realmente no es así. Algunos pueden estar toda la vida en

calle, algunos años, meses, depende de la persona.” (Entrevista a Sujeto 17,

voluntario del Barrio Puerto, 2012).

Nuevamente, uno de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo,

explica lo inconcluso de las mejoras y recalca que las nuevas gestiones no han

variado mucho:

88
“La línea pienso que no ha variado mucho respecto a hace treinta años, hasta

ahora, hay matices sí, presupuesto que este gobierno de ahora tiene un matiz un

poquitito distinto pero en el fono es más o menos lo mismo, hay más publicidad a lo

mejor, pero no hay muchos cambios respecto a la visión a futuro que hay en el

tema, bueno evidente es lo que sucedió con la encuesta CASEN hace poco, ya nos

refleja la poca motivación gubernamental que hay en torno a estos temas.”

(Entrevista a Sujeto 20, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Por último, no todas las respuestas señalaron una mala gestión del Estado en

cuanto a esta temática, sino que también hubo entrevistados que manifestaron una

mejor ayuda de éste en la actualidad. Uno de los residentes del Barrio Puerto

menciona que: “Si según mi opinión, me parece bien lo que están haciendo ahora,

eso de los albergues en galpones, algunos no quieren ir tendrán sus razones, pero

me parece bien, ya que antes ni siquiera se hacía eso.” (Entrevista a Sujeto 2,

residente del Barrio Puerto, 2012).

Además, uno de los voluntarios del Barrio Puerto, sostuvo que el Estado sí ha

cumplido su rol referente a esta problemática: “Creo que sí, sobre todo este año que

les han dado varias oportunidades a la gente de calle. (Entrevista a Sujeto 16,

voluntario del Barrio, 2012).

Sin embargo, la respuesta más llamativa, es la de una de las personas en

situación de calle, la cual denota una total conformidad respecto al actuar del Estado

para con ellos: “[…] yo tengo la pensión solidaria y además tengo un bono de Chile

solidario, entonces eso me hace 87.000 pesos mensuales más o menos, que no es

malo.” (Entrevista a Sujeto 13, persona en situación de calle del Barrio Puerto, 2012).

Respecto a los relatos anteriores, cabe destacar, que es evidente el

descontento mayoritario frente al mal cumplimiento del rol del Estado respecto a esta

problemática, no hay un buen manejo, ni un contacto profundo entre benefactor y

afectado, no se sabe de la situación de estos sujetos más que por números y por lo

que se observa de forma simple, tales proyectos y programas son pensados a corto

89
plazo y pareciesen reflejar que el asistencialismo con que se ha tratado esta temática

a lo largo del tiempo, nunca ha cesado, por lo que, a pesar de los cambios

gubernamentales, la gestión no ha variado mucho, sino que se han dado solo un par

de matices.

Por otra parte, pese a lo extraño, hubo algunos entrevistados que se

mostraron satisfechos con la gestión del Estado, expresando en sus respuestas

conformidad, incluso, de parte de una de las personas en tal condición. Sin embargo,

no queda muy claro, precisamente, el por qué esta ayuda es tan buena, si la

población en situación de calle ha aumentado cada vez más en el país.

4.4 Sobre las instituciones nacionales y locales que se preocupan de las

personas en situación de calle

Para comenzar, es necesario señalar, antes de presentar los resultados de

este bloque, que se expondrán organigramas de las instituciones benéficas en donde

se realizaron entrevistas, ya sea del programa “Acogida” del Hogar de Cristo, como

de las ubicadas en la comunidad del Barrio Puerto. Todo esto con el fin de que el

lector entienda el funcionamiento de cada una de ellas, algo que se fue otorgando y

comprobando durante el trabajo de campo.

Ahora bien, tal como se expuso en los apartados anteriores, la sección del

Hogar de Cristo que se escogió en particular, para referirse a esta problemática, fue

el programa “Acogida”.

En la Figura 1, se expone el organigrama del programa “Acogida” del Hogar

de Cristo, para explicar de forma gráfica sus funciones y el lugar que ocupa cada

miembro, lo cual se ha realizado también, con las otras instituciones contempladas

en el análisis de los datos empíricos de la investigación.

90
Figura1: Organigrama del programa “Acogida”

Fuente: Modelo Técnico Programa Acogida, Valparaíso, 2009.

De las instituciones benéficas, ubicadas en el contexto físico de nuestro

estudio, es decir, el Barrio Puerto de Valparaíso, se encuentra en primer lugar, el

Ejército de Salvación. Dicha institución es un movimiento internacional y religioso

cristiano, que comenzó en Inglaterra. Su estructura y organización es de carácter

militar, que está compuesta por: “Oficiales (Clérigos), Soldados y Adherentes

(Laicos), miembros de variedad y voluntarios, que sirven como consejeros, asociados

o participantes comprometidos en sus funciones de servicio.” (Historia del Ejército de

Salvación, 2000). Las dependencias ubicadas en el Barrio Puerto datan desde 1909

y corresponden a una Hospedería de Hombres, en la cual se cobra una suma módica

91
para alojarse y la ayuda que se brinda, aparte del hospedaje, es ropa, baños, útiles

de aseo y alimentación. El organigrama de la institución se gráfica en la Figura 2.

Figura 2: Organigrama Ejército de Salvación

Fuente: Descripción de los niveles de compromiso de los miembros del Ejército de Salvación, Ejército
de Salvación México (s. f.).

Otro de los lugares es el comedor Nº 421, vinculado a la Parroquia La Matriz

(perteneciente al episcopado de la Iglesia Católica). Dicho lugar se caracteriza

también, por ser uno de los símbolos emblemáticos del Barrio Puerto e incluso de

toda la ciudad de Valparaíso, conjuntamente, es uno de los templos religiosos más

antiguos de Chile, cuya construcción actual se remonta al año 1842. El comedor se

encuentra desde hace aproximadamente 14 años. La ayuda que se otorga no es sólo

la alimentación, sino que además vestuario, el día domingo se les corta el pelo y se

les afeita, y además viene el policlínico para curar heridas y evaluar cierto tipo de

92
enfermedades. La derivación de la ocupación de cada miembro se observa en la

Figura 3.

Figura 3: Organigrama comedor N° 421 de la Iglesia La Matriz.

Fuente: Elaboración propia, a partir de una de las entrevistas realizadas en dicho lugar.

Por último se encuentra REMAR, una institución de beneficencia expandida

también a nivel internacional, con motivación religiosa cristiana, y que busca dar

acogida a personas que poseen problemas de drogadicción y por supuesto también

a los que se encuentran en situación de calle. La ayuda que se les brinda

específicamente es hospedaje, alimentación, útiles de aseo, se trabaja en comunidad

y se ayuda en la rehabilitación de las personas adictas a las drogas. El lugar

especifico de dicha institución es la Casa acogida de Hombres fase N°2 ubicada en

el Barrio Puerto de Valparaíso, que compone además la oficina central regional, y en

donde se realizan cultos religiosos entre todos los usuarios también de la región. Por

otra parte, el funcionamiento internacional de cada sede REMAR se grafica en la

Figura 4.

93
Figura 4: Organigrama REMAR

Fuente: Elaboración propia, a partir de entrevista realizada a un miembro de REMAR.

4.4.1 Incidencia de estas instituciones, en brindar una mejor calidad de vida a


estos sujetos

Frente a la temática sobre la mejor calidad de vida que pudiesen entregarles

estas instituciones a las personas en situación de calle. La mayoría de los

entrevistados sostuvo desde un comienzo que realizan una gran labor. Tal como lo

expresa uno de los comerciantes del Barrio Puerto, refiriéndose específicamente al

Hogar de Cristo:

“Yo creo que la mejor que hay es el Hogar de Cristo, porque no les cobra a los que

van a dormir no como el Ejército de Salvación que les cobra demasiado, yo veo

aquí todos los días que ellos reciben bastantes donaciones. Yo creo que el Hogar

94
de Cristo sí, trabaja con niños chicos ancianos jóvenes, mejora mucho la calidad

de vida de estas personas.” (Entrevista a Sujeto 5, comerciante del Barrio Puerto,

2012).

Así también, opina otro de los comerciantes del Barrio Puerto:

“Yo considero que la gente que les da comida, tecito, cafecito es súper positivo y

lindo lo que hace esa gente de forma personal, porque hay mucha gente que

trabaja en eso, lo hace en forma anónima gastando su recursos económicos y

tiempo, yo los felicito.” (Entrevista a Sujeto 7, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

Respecto a los testimonios anteriores, se puede decir que las instituciones de

beneficencia que ayudan a tales sujetos, cumplen una gran misión, al menos para

que estas personas cubran sus necesidades básicas. Claramente pueden

presentarse diferencias entre unas y otras, pero el hecho de otorgarles esta ayuda

fundamental, es importante, pues de otra manera, los sujetos se encontrarían en una

situación aún peor.

4.4.2 Trato del voluntariado para con los usuarios

. En relación a este tema, los entrevistados coincidieron en que los miembros

de tales fundaciones, les brindan un buen trato a las personas en situación de calle.

Es así como, uno de los comerciantes del Barrio Puerto señaló: “Yo tengo amigos

que van, son viejitos y los atienden re bien, les dan camas, buena ropa[…].”

(Entrevista a Sujeto 8, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

Algo que también sostuvo otro de los comerciantes del Barrio Puerto “[…]

andan por todos lados repartiendo cafecito ahí en la plaza, aquí mismo en el 421, les

dan almuerzo todos los días.” (Entrevista a Sujeto 9, comerciante del Barrio Puerto,

2012).

Cabe destacar también, la importancia de conocer la motivación de los

voluntarios respecto a la labor que realizan. Una de las opiniones más llamativas

respecto a ello, es la de uno de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de

Cristo, quién explicó:

95
“[…] siempre he pensado que hay muchas cosas de las cuales uno puede

gestionar y puede hacer para ellos, siento que uno más que sentarse a lamentarse

tienen accionar, generar, hacer cambios, pero igual siento que es poco lo que uno

puede hacer y ellos tienen que racionar para el cambio. Y al ver día a día estas

personas uno pierde la capacidad de asombro, ojalá uno no nunca perdiera eso.

Uno se tienen que re encantar con esta tarea o sino no sirve d nada que estés ahí.”

(Entrevista a Sujeto 22, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Sin embargo, a pesar de esta gran labor que cumplen las instituciones de

beneficencia, obviamente no representan la solución a esta problemática y la ayuda

se torna muchas veces asistencialista, tal como lo refleja la opinión de uno de los

comerciantes del Barrio Puerto: “No ayudan a mejorar la calidad de vida, ayudan a

mejorar un poco en cuanto a aseo, vestimenta, comida, de hecho a veces les dan la

ropa y la venden.” (Entrevista a Sujeto 6, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

Pero si es que no existiese este tipo de ayuda, el abandono y desprotección a

estos sujetos seria aún mayor, así lo expresa uno de los residentes del Barrio Puerto,

quien además hace tiempo atrás estuvo en situación de calle: “Está bien, imagínate

no hubieran, lo recalco no es la solución, pero imagínate si no hubieran capaz que yo

misma me hubiera muerto de frio.” (Entrevista a Sujeto 1, residente del Barrio Puerto,

2012).

De acuerdo a los testimonios anteriores, cabe destacar, que el trato de los

miembros de estas instituciones para con los usuarios, es bueno, lo que representa

una gran labor y compromiso de parte de aquellos con los sujetos afectados, esto se

debe principalmente a la motivación de dichos miembros, quienes están ahí porque

la forma de ayudar que tienen van más allá de sus ganas y disfrutan de esta labor,

pero para ello el re encantamiento de lo que hacen es fundamental a la hora de

realizar este trabajo y mantenerlo.

Por otra parte, la ayuda que brindan estas instituciones, evidentemente no

significa la solución a tal problemática, de hecho muchas veces se torna

96
asistencialista, pero sin ella las personas en situación de calle estarían aún más

desprotegidas.

4.4.3 Gestión de las instituciones de beneficencia

En cuanto a la gestión que realizan dichas instituciones, los testimonios

develan que generalmente no hay un buen manejo en la ayuda que se brinda. Así lo

considera uno de los comerciantes del Barrio Puerto: “[…] le piden a las personas

tantas cosas para poder ingresarlos, papeleos y no pasa nada[…]”(Entrevista a

Sujeto 4, comerciante del Barrio Puerto, 2012). Asimismo lo subraya uno de los

miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, al referirse a la falta de personal

para atender a la gran cantidad de usuarios: “Creo que falta más personal, para

tantas personas que se atienden, el número que se atiende acá es muy alto.”

(Entrevista a Sujeto 21, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Por último, otro de los miembros del equipo “Acogida” expresa también, la escasa

coordinación entre los actores que trabajan frente a esta temática: “Falta mayor

coordinación entre las instituciones hermanas que estamos en la misma unidad,

paréntesis y otras, con los municipios, la comunidad evangélica, creo que falta más

comunicación, también poder tolerar todas nuestras opiniones.” (Entrevista a Sujeto

18, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo, 2012). Al respecto, agregó

además, otro de los miembros que:

“Tal vez que tuviéramos más tiempo para conversar con la gente, que las “rutas”

fueran más largas, tener un stock de cosas para entregarles a ellos y no de vez en

cuando, sino siempre, tener una mesa de coordinación con el registro civil, con la

salud etc. para que se haga todo más rápido para ellos, como persona común y

corriente.” (Entrevista a Sujeto 22, miembro del equipo “Acogida” del Hogar de

Cristo, 2012).

Los testimonios recién expuestos, expresan que si bien la ayuda brindada por

tales instituciones, es de suma importancia, existe un mal manejo en cuanto a la

gestión que se realiza en aquellas, primero en relación al lento procedimiento en la

97
entrega de ayuda a los sujetos afectados, segundo respecto a la falta de voluntarios

ante una gran demanda, y tercero, debido a la escasa coordinación entre los actores

que se preocupan frente a esta problemática, disminuyendo la eficacia y calidad en la

ayuda brindada.

No obstante, cabe mencionar, que dichas instituciones, entregan lo posible

para enfrentar tal problemática, tarea que no les pertenece a aquellas, sino al

Estado, el que otorga a los sujetos afectados, soluciones asistencialistas, y

programas y proyectos que tienen escasa continuidad en el tiempo.

4.4.4 Recursos en las instituciones de beneficencia

Los recursos son en parte, algo fundamental para que estas instituciones

benéficas sigan funcionando, y por ende brindando ayuda. De acuerdo a ello, la

mayoría de los entrevistados, señalaron la escasez de éstos en dichos lugares, tal

como lo comenta uno de los trabajadores del Barrio Puerto: “No falta bastante, por

ejemplo el 421, se mantiene sólo por ayuda de personas “X”, si tuviera quizá una

ayuda permanente sería diferente “la cosa”, pero aun así se sigue manteniendo.”

(Entrevista a Sujeto 10, trabajador del Barrio Puerto, 2012). Algo que también

expresa uno de los residentes del Barrio Puerto, aludiendo a todos los lugares del

sector: “Yo creo que no dan abasto, hay tanta gente pobre en este barrio que no dan

abasto” (Entrevista a Sujeto 1, residente del Barrio Puerto, 2012). Por último, lo que

menciona uno de los comerciantes del Barrio Puerto, es de gran relevancia, al insistir

en una mala distribución de los recursos en general: “No por supuesto que faltan,

pero para todos.” (Entrevista a Sujeto 7, comerciante del Barrio Puerto, 2012).

Con respecto a lo anterior, es preciso señalar, que la falta de recursos siempre

ha sido un tema en las instituciones de beneficencia, es por eso que se realizan

colectas o se juntan fondos con aportes de terceros, sin embargo, los recursos

generalmente son escasos, ya que estas instituciones tienen mucha demanda de

parte de los afectados, debido a que el Estado, quien debiese preocuparse de

resolver esta problemática, lo hace de forma incompleta. El caso, es que existe una

98
mala distribución de los recursos, a nivel nacional, responsabilidad que recae

completamente en el mal accionar del Estado.

4.4.5 Reflexión acerca de la existencia de estas instituciones.

Finalmente, como reflexión sobre la existencia de estos lugares, los

entrevistados mencionaron, lo necesario que son y la gran labor que realizan, así lo

expresó entusiastamente uno de los trabajadores del Barrio Puerto: “Lo encuentro

total, lo encuentro bueno que se preocupen de estas personas que por cualquier

motivo han llegado a esa situación, lo encuentro “bacán”.” (Entrevista a Sujeto 10,

trabajador del Barrio Puerto, 2012). También uno de los residentes del Barrio Puerto

concuerda con lo anterior, pero se enfoca en la necesidad de más lugares como

estos: “Que bien, podrían haber más.” (Entrevista a Sujeto 3, residente del Barrio

Puerto, 2012).

De acuerdo a ello, cabe mencionar, que tal como mencionó la mayoría de los

entrevistados, dichas instituciones brindan una ayuda admirable a estas personas,

pero como dijeron también otros informantes, en párrafos precedentes, no

representan una solución viable a la problemática. Por lo que, el construir más

lugares similares, no es la solución, sino es el Estado quién debe asumir la

responsabilidad, en su totalidad, frente a esta problemática.

4.5 Realización personal: Hacia una verdadera inclusión social.

Durante largos años, muchas de las soluciones otorgadas para que estas

personas puedan salir de tal situación, han sido asistencialistas, es decir, de corto

plazo, cubriendo sólo necesidades básicas, aunque en la actualidad el Hogar de

Cristo mediante el programa “Acogida” y la ayuda externa de fundaciones hermanas,

han brindado, independiente de las necesidades básicas comúnmente otorgadas,

apoyo psicosocial, y atención psiquiátrica, para ayudar en la inclusión social de

aquellos sujetos.

99
Con respecto a los datos obtenidos, la gran mayoría de los entrevistados,

expresó que no muchos lograban la inclusión social, debido a que volvían a la calle,

principalmente debido al consumo de drogas, por lo que el apoyo psicosocial y la

atención psiquiátrica son fundamentales en este proceso, tal como lo mencionó uno

de los miembros del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo:

“Sí, se mantienen arrendando piezas, por el tema del consumo no he conocido

ningún caso que nunca más en su vida vuelvan a tomar, igual vuelven tienen crisis

una vez al año cada seis meses, pero ahí lo importante es que sepan sobrellevarlo

para que no vuelvan a la situación de calle, el tiempo en que duran las crisis es

relativo por eso lo importante es que adquiera las habilidades para enfrentar las

crisis de personalmente.” (Entrevista a Sujeto 19, miembro del equipo “Acogida” del

Hogar de Cristo, 2012).

De acuerdo a ello, otro de los miembros del equipo “Acogida”, expresó: “[…] la

mayoría se rehabilita por lapsus de tiempo, hay una persona que conozco que lleva 4

años rehabilitándose pero no sé como seguirá. Son pocos los que hablan de

proyección o algo así.” (Entrevista a Sujeto 22, miembro del equipo Acogida del

Hogar de Cristo, 2012).

Ahora bien, de acuerdo a los testimonios recabados en las entrevistas, cabe

mencionar, que se avanza de forma muy lenta en nuestro país, respecto a la

inclusión social de las personas en situación de calle, pues si bien el Hogar de Cristo

mediante el programa “Acogida”, en conjunto con fundaciones hermanas, han tratado

de llevar dicha tarea, esta se complica porque la responsabilidad frente a esta

problemática, no es de una o varias fundaciones, sino que de el Estado, el cual

posee más recursos, para ayudar con tratamientos a largo plazo a gran cantidad de

tales sujetos.

Por otro lado, en muchos de los relatos de los entrevistados, se propusieron

distintas formas de mejorar esta situación.

100
La primera que podemos destacar, es la que manifestó uno de los miembros

del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo : “Desde lo local y lo concreto que no quede

esto ahí no más, que siga la preocupación cuando ya estén rehabilitados, que la

sociedad les dé un trato digno[…].” (Entrevista a Sujeto 18, miembro del equipo

“Acogida” del Hogar de Cristo, 2012).

Otra de las propuestas interesantes, fue la que expresó, uno de los

comerciantes del Barrio Puerto:

“Yo vi un reportaje una vez a unos que le daban un terreno, criaban gallinas, tenían

televisión a color incluso, y se repartían las tareas uno veía las papas otro las

arvejas y así se sentían útil para la sociedad, tenían una lavandería, tenían para

subsistir ellos mismos, unos eran carpinteros otros gasfíter, pero todo para el

mismo entorno de ellos y tenían un monitor que los guiaba, unos se hacían cargo

de la cocina, otro limpiaban, pero no que le den solamente si ellos lo que necesitan

es sentirse útiles para la sociedad, no tanto para la sociedad sino para ellos

mismos, tenían que pagar esos si un poquitito como veinte mil pesos, pero tenían

de todo comida, leche de vaca, tenían de todo y ellos mismos lo mantenían, lo

importante es que se sientan útiles para la sociedad no discriminados, porque aquí

la gente es muy discriminadora.” (Entrevista a Sujeto 8, comerciante del Barrio

Puerto, 2012).

Ahora bien, uno de los trabajadores del Barrio Puerto, manifestó también, la

idea de que existan grupos en donde se vean las experiencias de personas, que han

estado en la misma situación y han podido salir, para que los sujetos afectados se

sientan identificados y lo vean como una alternativa posible, haciendo referencia

igualmente a la falta de lugares para realizar aquello:

“Yo creo que alguna medida podría ser…no sé si algún tipo de rehabilitación, quizá

una especie de reunión entre las personas que quieran mejorarse y pudieran

conversar sus penas y cosas que pasaron antes para sanarse, luego sanar su

adicción, y bueno más refugios, más albergues, quizá más lugares donde puedan

llegar sin preocuparse tienen una moneda para pagar en donde se van a quedar,

101
quizá darles herramienta para que ellos se puedan desenvolver.” (Entrevista a

Sujeto 10, trabajador del Barrio Puerto, 2012).

Haciendo alusión a la falta de lugares para acoger a estas personas, señala

un miembro del equipo “Acogida” del Hogar de Cristo:

“A nivel gubernamental, mira en general son un grupo bien excluidos por factores

culturales que hemos conversado también por factores que tienen que ver con la

mirada del modelo económico a mi parecer, porque del punto de vista económico

son gente que no le interesa a nadie son un “cacho” como los ancianos por

ejemplo, entonces en ese sentido es poco lo que se invierte y a nivel

gubernamental lo que se invierte son más bien con intenciones publicitarias en ese

sentido, lo que falta a mi parecer es invertir en hogares de permanencia, hogares

protegidos, porque muchas veces las personas que son entre comillas

rehabilitadas o están estables, no hay donde ponerlas quien las acoja y entran en

un círculo vicioso que se están hospitalizando con frecuencia y como son de corta

estadía vuelven a la calle, entonces no hay lugar definitivo que las acoja porque no

se ha invertido básicamente o muy poco por lo menos en esta región y hay una

lista de espera larguísima.” (Entrevista a Sujeto 20, miembro del equipo “Acogida”

del Hogar de Cristo, 2012).

Respecto a las propuestas anteriores, podemos decir que coinciden con el

concepto que hemos planteado desde un comienzo como vía de inclusión social,

esto debido a que el salir de tal situación no es sólo rehabilitarse, sino que también

es un proceso, que por ningún motivo se genera de un momento a otro. Siendo la

posibilidad de obtener un lugar fijo donde vivir y el apoyo constante de otros, lo que

llega a permitir el realizarse personalmente y por ende la inclusión social.

Por lo que:

“Para realizarse personalmente el individuo debe tener la posibilidad real de

trabajar remuneradamente según su vocación y con una remuneración digna que

le permita formar la familia que escoja, lo que implica educación, una vivienda o

102
habitación digna y acogedora y la concreción, que está lejos de alcanzarse, de

todos los derechos humanos fundamentales y todo esto debe lograrse, lo que es

muy importante y queremos destacar, según nuestros valores, los que le dan

sentido a nuestra vida, como seres únicos e irrepetibles.” (Chuaqui, Mally,

Parraguez, 2010, p.37).

103
CONCLUSIONES FINALES DEL ESTUDIO

Antes de comenzar a exponer las conclusiones, cabe señalar, que la presente

investigación, sólo representa una aproximación referente a los principales

problemas que condicionan la exclusión social de las personas en situación de calle.

Esto, desde los discursos de una de las instituciones benéficas más conocida en el

país, cuya preocupación primordial es la extrema pobreza, el Hogar de Cristo, y de

un sector de Valparaíso, en donde se vislumbra cotidianamente esta problemática, la

comunidad del Barrio Puerto de Valparaíso.

La imagen del Barrio Puerto de Valparaíso, pareciera desde hace ya un

tiempo, de acuerdo a los testimonios brindados, enlazar diferentes conceptos, tales

como: descuido, delincuencia, inseguridad y pobreza, e incluso algunos comentarios

lo asociaron a un problema cultural del barrio. Sin embargo, es necesario destacar,

que estas nociones se repiten en varios lugares del país, por lo que se trata de una

problemática más macro, de la cual el Estado no se ha hecho cargo y sólo se ha

preocupado de culpar a los mismos ciudadanos, sin resolver aquello de raíz,

otorgando más recursos, para establecer más oportunidades de trabajo, vivienda y

sobre todo educación de calidad y gratuita en el país, pues es fácil calificar a un

lugar de peligroso e inseguro, sin saber el por qué se encuentra en tales condiciones.

Por otra lado, respecto al porqué se observa gran cantidad de personas en

situación de calle, en el sector del Barrio Puerto, los entrevistados señalaron, que se

debe principalmente, a que para dichos sujetos, es un lugar, en donde se sienten

tranquilos, lejos del ajetreo del centro, pero que a la vez posee, comercio, bares y

tres instituciones de beneficencia que les brindan ayuda, es decir, el Ejército de

Salvación, REMAR y el comedor N° 421 de la Iglesia de La Matriz. A parte de ello, al

ser un sector puerto, expresa dinamismo y tránsito, algo que caracteriza y les

acomoda a gran parte de los sujetos en tal situación, pues muchos de ellos van de

un lugar a otro y les agrada conocer gente nueva.

104
Sin embargo, aunque algunas personas del lugar los ven como una mala

imagen para aquel sector, discriminándolos por su aspecto y por no tener donde vivir,

la mayoría los considera como personajes emblemáticos, quienes de este modo

forman parte de la comunidad del Barrio Puerto.

Con todo, cabe señalar, que existe también, un acostumbramiento negativo a

la situación de estas personas, de parte del resto de la comunidad, lo que no ayuda,

sino empeora la condición en que se encuentran tales sujetos, pues lo que necesitan

es apoyo y compresión, no sólo lastima y caridad.

Ahora bien, respecto a los motivos recurrentes por los cuales las personas

llegan a estar en dicha situación, mencionados en los relatos de los entrevistados,

cabe señalar principalmente, que éstos son transversales, pues las personas llegan a

tales circunstancias, independiente de su situación socioeconómica, nivel cultural,

educativo, estado civil, raza, género o nacionalidad. De esta forma, los principales

motivos manifestados, fueron: vida familiar inestable, adicciones, problemas de salud

mental, inestabilidad económica y emocional, y abandono. No obstante, llama la

atención que parte de los entrevistados haya mencionado, que el estar en situación

de calle, es producto también de una opción personal, algo que cuesta entender,

pues para nadie es una “opción” estar en situación de calle, debido a lo crudo y difícil

que es vivir así, por lo que esto más bien, se debe a los factores externos que fueron

mencionados anteriormente.

Los motivos anteriores, provocan también, que estas personas se mantengan

en situación de calle. Sin embargo, de acuerdo a las respuestas de los entrevistados,

existen otros que se dan al llevar un cierto tiempo en dicha situación, y por

cualidades propias del contexto físico en que se encuentran. Estos generalmente se

relacionan, con la desmotivación, intermitencia en los procesos de inclusión social, la

libertad de responsabilidades y el desconocimiento acerca de cómo superar tal

situación.

105
De esta forma, las personas en situación de calle, son un grupo excluido

socialmente de la forma más extrema, pues han roto todos los lazos con sistemas

como la familia y organizaciones formales, siendo el único nexo que tienen con

sociedad, la limosna que les brindan sujetos que sí son parte de ella.

Tal como manifestaron los entrevistados, la carencia de afecto y la necesidad

de compañía, invita a que estas personas se agrupen y compartan entre ellos, a

veces si tener incluso un lazo afectivo profundo, siendo motivos para ello, un trago,

comida, calor, protección, entre otros. Aunque dependiendo de la personalidad y los

problemas que puedan tener, algunos andan solos.

Quizás, el vivir una misma situación diariamente es lo que los une, el

desprecio, el olvido, el sentirse a un lado de una sociedad que los ve de forma

indiferente, y el ser víctima de la irresponsabilidad del Estado, al que sólo le interesa

parchar la fealdad del paisaje y brindar migajas a esta población. Sin duda, estos

sujetos pareciesen esta dejados de lado, en la cotidianidad de las ajetreadas vidas

de hoy.

Por otra parte, a nivel nacional, la mirada de compasión hacia a estos sujetos,

no ha cambiado mucho. Sin embargo, se expusieron opiniones de preocupación y

urgencia sobre esta problemática, de parte de algunos entrevistados, pues esta

situación se está haciendo parte cada vez más de lo cotidiano, provocando

acostumbramiento y resignación, y ausencia del Estado en la responsabilidad que

tiene ante aquello.

La discriminación y exclusión social pareciesen común en la cultura de nuestro

país, una muestra de ello se evidenció, en las respuestas de algunos entrevistados,

que manifestaron molestia e incluso indiferencia, hacia la problemática de estas

personas. Lo anterior demuestra también, el nivel de vulnerabilidad en que se

encuentran dichos sujetos.

106
Respecto al rol del Estado frente a esta problemática, la mayoría de los

testimonios, reflejaron la ausencia de contacto profundo entre benefactor y afectado,

pues a pesar de los cambios gubernamentales, la gestión del estatal no ha variado

mucho, sino que se han dado solo un par de matices, sin embargo, el asistencialismo

con que se ha tratado esta temática a lo largo del tiempo, se mantiene igual.

Por otra parte, a pesar de lo insólito, hubo algunos entrevistados que se

mostraron satisfechos con la gestión del Estado, expresando en sus respuestas

conformidad, incluso, de parte de una de las personas en tal condición. No obstante,

no queda muy claro, precisamente, el por qué esta ayuda es tan buena, si la

población en situación de calle ha aumentado cada vez más en el país.

Por lo demás, las instituciones de beneficencia a nivel nacional y local realizan

una gran labor, aunque aún faltan recursos materiales y humanos para tener un

orden, coordinación y apoyo eficaz a aquellos sujetos. Pero insistimos, esto es algo

que concierne netamente al Estado gestionar y no a la caridad de las personas, y de

estas instituciones.

Las soluciones frente a aquella problemática, propuestas por algunos

entrevistados, son muy interesantes: la necesidad de más sitios que los puedan

acoger (si es que no existe un soporte familiar), el aliento y motivación de las

experiencias de sujetos que ya no se encuentran en tal situación, y el

acompañamiento activo de profesionales que les fomenten distintas herramientas a

estas personas, para salir de tal situación individualmente (acompañamiento

psicosocial), son las más llamativas.

La realización personal, sin duda, es el camino que abre muchas puertas para

poder lograr la inclusión social real de estas personas. No obstante, para ello se

necesita primero, que los afectados tengan el deseo de salir de tal condición, más

apoyo de las familias, y una buena gestión estatal para brindar a la mayor parte de

población en calle, acompañamiento psicosocial, atención psiquiátrica y

107
oportunidades para salir adelante, como trabajo, la facilidad de un subsidio

habitacional, entre otras.

De este modo, el camino hacia la realización personal, debe contemplar:

lograr independizarse saliendo definitivamente de tal situación, optar por una carrera

profesional, técnica o un oficio de acuerdo a las capacidades propias, poseer un

trabajo remunerado dignamente, tener pareja y una familia, todo esto, según los

valores que bridan sentido a la vida de los sujetos, haciéndolos sentir seres únicos y

plenos. Aquello es lo fundamental, cuando las personas que estuvieron en situación

de calle, logran salir de ese círculo y se encuentran en vías de la verdadera inclusión

social.

Por último, es necesario mencionar, como futuras investigaciones sobre los

principales problemas que condicionan la exclusión social de las personas en

situación de calle. Desde un aspecto metodológico, el establecer una muestra que

considere a las propias personas en situación de calle, en el mismo contexto físico o

en otro lugar, reflexionando sobre sus narraciones y observando su entorno. Todo

esto con apoyo de instituciones de beneficencia como el Hogar de Cristo y el aporte

económico Ministerio de Desarrollo Social, a través de sus programas que benefician

a las personas en situación de calle. La realización se podría llevar a cabo con un

equipo multidisciplinario: un psiquiatra que establezca un diagnóstico de los

entrevistados; un psicólogo como apoyo del psiquiatra; sociólogos y trabajadores

sociales que ejecuten las entrevistas y analicen los resultados de las entrevistas.

Este trabajo de parte del equipo multidisciplinario contribuiría a mejorar los

programas, con apoyo de instituciones de beneficencia como el Hogar de Cristo y el

aporte económico del Ministerio de Desarrollo Social.

También cómo tesis de pregrado, y desde un aspecto metodológico, se

pueden realizar investigaciones, sobre los principales problemas que condicionan la

exclusión social de las personas en situación de calle, estableciendo una muestra

108
que considera a familiares de personas que estén o hayan estado en tales

circunstancias. Además, como sugerencia práctica, lo anteriormente propuesto,

brindaría la posibilidad de conocer desde otra perspectiva la problemática,

exponiendo, mediante el relato de tales familias, la importancia del apoyo de

aquellas, al momento en que tales sujetos decidan dejar la vida de calle.

109
REFLEXIVIDAD

En esta sección de la investigación, expondremos los diversos inconvenientes

que se nos presentaron al momento de aplicar la técnica de recolección de datos que

se escogió, es decir, la entrevista en profundidad, tales dificultades obstaculizaron y

tardaron, en un primer momento, la continuidad de dicho proceso.

Primero, respecto al acercamiento con los posibles entrevistados. En el caso

de los residentes del Barrio Puerto, pudimos establecer horarios y citas con ellos, sin

mayores problemas y en sus propias casas, lo cual resultó exitosamente. No

obstante, con los comerciantes, hubo más dificultades, pues algunos de ellos no

quisieron participar por motivos de tiempo e incluso falta de interés, aunque otros se

prestaron atentos y cordiales para hacerlo. En relación con los trabajadores, el

tiempo y el permiso de sus jefes eran los motivos principales por los que algunos no

pudieron acceder a brindarnos las entrevistas.

Otro inconveniente, se presentó con los voluntarios de las instituciones

benéficas situadas en el Barrio Puerto, ya que costó mucho ubicarlos con tiempo

para entrevistarlos, debido a que tenían sus propias tareas semanales que no podían

interrumpir, pero finalmente logramos concordar, después de cierto tiempo, cada

entrevista con ellos. Sin embargo, cabe mencionar también, que una de tales

instituciones, exigió una carta para comprobar el origen de la solicitud de las

entrevistas.

Las personas en situación de calle fueron entrevistadas en el comedor N° 421

de la Iglesia La Matriz, en un día donde no había colegios o universidades ayudando

en el lugar, que es seguido, pues se hubiese provocado mucho desorden, lentitud y

agotamiento en el desarrollo de las entrevistas.

En cuanto al personal del programa “Acogida” del Hogar de Cristo, en primer

lugar, se exigió también, una carta para comprobar el origen de la solicitud de las

entrevistas. Además, fue uno de los lugares más complejos para poder concertarlas,

110
ya que se planificaron en septiembre, mes de fiestas patrias, por lo que la mayoría de

ellas se tuvo que aplazar, pues en tal lugar, tenían diversas actividades de esta

índole, con los propios usuarios y entre los mismos trabajadores.

Al momento de realizar las entrevistas al equipo del programa “Acogida”, hubo

problemas, en primer lugar, con el tiempo que se tomaban algunos de los

entrevistados para relatar sus testimonios, ya que muchos se desviaban hacia otros

temas, dejando el anterior de lado, lo que por una parte, fue interesante y

provechoso para nutrir de información clave la investigación, pero agotador, a veces

repetitivo y demasiado extenso, respecto al desarrollo de las entrevistas.

Por otra parte, una de las entrevistas realizada a un trabajador del Barrio

Puerto, paradójicamente, resultó bastante breve, pues los testimonios eran sólo

respuestas afirmativas o negativas y pocas tenían una mayor explicación.

Otra dificultad que se produjo durante la ejecución de las entrevistas, ocurrió

en el comedor N° 421 de la Iglesia La Matriz, con las personas en situación de calle,

pues al momento en que estábamos entrevistando, hubo una pequeña discusión

entre el sujeto que entrevistábamos y otro que se encontraba allí. De esta forma, tal

instancia se tornó compleja, no obstante, debido al contexto en que nos

encontrábamos, generó que ellos respetaran la presencia de los demás y lograron

calmarse, esperamos unos minutos y el propio entrevistado decidió continuar con el

desarrollo de la entrevista.

Por último, a excepción de lo expuesto en los párrafos anteriores, las

entrevistas se realizaron con tranquilidad, en lugares oportunos, agradables y

parsimoniosos para los interlocutores, lo que generó un ambiente de comodidad y

confianza, logrando conversaciones amenas y reflexivas, tocando incluso, sin

mayores apremios, temáticas difíciles de conversar. De esta forma, los resultados de

las entrevistas, se sustentaron de experiencias, opiniones, comentarios, acuerdos,

111
desacuerdos y propuestas frente a la problemática, que le otorgaron reflexión,

riqueza y consistencia a la investigación.

112
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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120
ANEXOS

Anexo1:

Guión de entrevista 1

(Conocen de manera superficial a las personas en situación de calle del Barrio

Puerto de Valparaíso)

1.Relación: Chile – personas en situación de calle


• Percepción personal sobre la situación de estas personas a nivel nacional.
• Percepción sobre la ayuda que brinda el Estado Chileno a estas personal.
• Percepción sobre si es adecuado el rol que cumple el Estado chileno,
específicamente el ministerio de desarrollo social, frente a aquella
problemática. De no ser así ¿que debería mejorar?
• ¿Discriminación a nivel nacional?
• En el país ¿grupo excluido socialmente?, en que situaciones se manifiesta.

2. Personas en situación de calle - instituciones locales y nacionales en ayuda a


aquellos
• Mejora en la calidad de vida de estos sujetos.
• Trato con las personas en situación de calle.
• Recursos económicos.
• ¿Qué le parece la existencia de estos lugares?

3. Relación entrevistados - Barrio Puerto – personas en situación de calle


• Contacto o relación con las personas en situación de calle del Barrio Puerto.
• Tiempo aproximado en que observa a estas personas en tal situación dentro
del Barrio Puerto de Valparaíso.

4. Barrio Puerto – personas en situación de calle


• Personas en situación de calle – Barrio Puerto - pobreza.
• Personas en situación de calle - símbolo cultural - patrimonio de la humanidad
- Barrio Puerto.
• Personas en situación de calle - turismo – Barrio puerto.
• Personas en situación de calle – Barrio puerto- Discriminación.
• En el Barrio Puerto ¿grupo excluido socialmente?, en que situaciones se
manifiesta.

5. Percepción sobre problemas o conflictos que se pueden generar entre


aquellas personas, y también con la comunidad
• Interacción con otros sujetos en la misma situación
• ¿Conflictos entre usted y ellos?
• ¿Les ha brindado ayuda? ¿permanente?

6. Percepción de la situación en que viven estas personas


• Propuestas para mejorar su situación.

121
Anexo 2:

Guión entrevista 2

(Tienen contacto frecuente con las personas en situación de calle.)

1. Relación: Chile – personas en situación de calle


• Percepción personal sobre la situación de estas personas a nivel nacional.
• Percepción sobre la ayuda que brinda el Estado Chileno a estas persona.
• Percepción sobre si es adecuado el rol que cumple el Estado chileno,
específicamente el ministerio de desarrollo social, frente a aquella
problemática. De no ser así ¿que debería mejorar?
• ¿Discriminación a nivel nacional?
• A nivel nacional ¿grupo excluido socialmente?

2. Relación entrevistados - Barrio Puerto – personas en situación de calle


• Contacto o relación con las personas en situación de calle, del Barrio Puerto
de Valparaíso.
• Tiempo aproximado en que observa a estas personas en tal situación dentro
del Barrio Puerto de Valparaíso.

3. Barrio Puerto – personas en situación de calle


• Personas en situación de calle – Barrio Puerto - pobreza.
• Personas en situación de calle - símbolo cultural - patrimonio de la humanidad
- Barrio Puerto.
• Personas en situación de calle - turismo – Barrio puerto.
• Personas en situación de calle – Barrio Puerto- Discriminación.
• Personas en situación de calle- Barrio Puerto- Exclusión Social. En que
situaciones se manifiesta.

4. Percepción sobre problemas o conflictos que se pueden generar entre aquellas


personas, y también con la comunidad
• Interacción con otros sujetos en la misma situación.
• ¿Conflictos entre usted y ellos?
• ¿Les ha brindado ayuda? ¿permanente?

5. Personas en situación de calle - instituciones locales y nacionales en ayuda a


aquellos
• Mejora en la calidad de vida de estos sujetos.
• trato con las personas en situación de calle.
• Recursos económicos.
• ¿Qué le parece la existencia de estos lugares?

6. Personas en situación de calle - Hogar de Cristo


• Tiempo que lleva la institución en ayuda a estas personas.
• Tipo de ayuda que se les brinda.
• Respecto a los recursos para poder contribuir a dar solución a esta
problemática.
• Diferencia entre la institución en que trabaja y las otras.
• Mejoras o aportes a tal labor.

122
7. Sobre la vida de las personas en situación de calle.
• Antes de llegar a la situación de calle.
• Persistencia en dicha situación.
• Tiempo total aproximado que llevan en tal situación.
• Salud mental y física.
• Situación anterior o actual con la familia.
• Situación económica actual.
• Estado Civil.

123
Anexo 3:

Guión de entrevista 3

(Personas en situación de calle)

1.Relación: Chile – personas en situación de calle


• Percepción personal sobre la situación administrativa del país.
• Percepción sobre la ayuda que brinda el Estado Chileno.
• Percepción sobre si es adecuado el rol que cumple el Estado chileno,
específicamente el ministerio de desarrollo social.
• Discriminación a nivel nacional.
• Exclusión social a nivel nacional.

2. Barrio Puerto – personas en situación de calle


• Contacto o relación con otras personas en situación de calle del Barrio
Puerto.
• Tiempo aproximado que permanece en este lugar, frecuente o lejano.
• Interacción con otros sujetos en la misma situación.
• Percepción sobre problemas o conflictos que pueda tener en la calle.
• Barrio Puerto. símbolo cultural - patrimonio de la humanidad-Turismo –
Barrio puerto.
• Barrio puerto- Discriminación.
• Barrio puerto- exclusión social.

3. Ámbito personal
• Tiene hijos.
• Tiene pareja actualmente.
• Otros aspectos.

124
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