El Problema de Investigación

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EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

Jorge Alarcón V. *
Maritza Chirinos Lazo
La primera condición en el proceso de investigación es la identificación de un problema de investigación.
Aún el más genial de los investigadores debe tener algo en qué pensar, antes de sumirse en observaciones
y reflexiones.
Existe una constante confusión del problema de investigación con los contenidos temáticos de las
asignaturas, con las técnicas, con los hechos aislados de la realidad. Esto se refleja en los títulos de muchos
proyectos de investigación y aún de algunas publicaciones científicas.
El problema, a diferencia de los hechos, es producto de una elaboración teórica. El problema no existe en
la realidad, es el investigador el que lo formula de acuerdo con la forma como abstrae e interrelaciona los
hechos que existen fuera de su conciencia. Es por ello que, ante un mismo hecho o conjunto de hechos,
pueden plantearse numerosos problemas o diversas formas de problema.
Por ejemplo, muchos profesionales se ven constantemente confrontados con el fenómeno de la muerte.
Dependiendo de las circunstancias y de la profesión, la muerte de un individuo va a dar lugar a distintas
preguntas. Para el médico el interés puede ser saber la enfermedad específica que causó la muerte; para el
detective puede ser la determinación de sí fue una muerte natural o un crimen.
Las interrogantes planteadas conducirán, obviamente, a indagaciones totalmente diferentes, dependiendo
del área de interés y del enfoque del investigado.
Otro aspecto importante, que también lleva a confusión, es la afirmación enfática que muchos autores hacen
de que el problema científico busca establecer relaciones entre fenómenos; para estos autores, los estudios
descriptivos son sólo trabajos exploratorios de escaso valor científico. Sin embargo, a través de la historia
y de la práctica científica cotidiana, se puede constatar que muchas veces la tarea de investigar está
orientada a la búsqueda de orden en la realidad. Esta ha sido, durante años, la práctica de los primeros
científicos. A partir de la búsqueda de orden han surgido los problemas más importantes y cruciales de la
ciencia. El caso de los estudios de Darwin es el ejemplo más claro al respecto.
La búsqueda de orden es en realidad un problema científico fundamental en todas las ciencias y en todas
las épocas, y responde a una pregunta central ¿Cuál es el orden existente en este conjunto de hechos, en
aparente caos? El proceso intelectual que implica este problema ha dado origen a los procedimientos
universales de ordenar, clasificar, medir y organizar. Tareas que constituyen la base y la constante
referencia de los hallazgos científicos más específicos. Nadie que se considere realmente serio en su
trabajo, puede intentar investigar sin antes conocer o haber establecido un orden en los hechos que
constituyen la materia de sus indagaciones. De ahí, la importancia de los estudios descriptivos, siempre
vigentes, y que han dado lugar a numerosos procedimientos imaginativos.
Otro tipo de problema frecuente es la búsqueda de hechos, basado en el supuesto de su existencia. Este
tipo de problemas se da con frecuencia en antropología, arqueología, astronomía y medicina. Por ejemplo,
cuando se inicia la búsqueda de una enfermedad que aún no se ha descrito en un lugar determinado; pero
que por su característica es muy probable que exista. Los primeros estudios del SIDA tuvieron esta
característica.
Tomando en consideraciones las aclaraciones previas, el problema científico vendría a ser el
cuestionamiento que el investigador hace a la realidad, en búsqueda de develar el orden y los nexos
existentes entre los fenómenos de la realidad. Dado que ni el orden ni los nexos son evidentes, al formular
el problema el investigador hace un esfuerzo de abstracción, seleccionando hechos e interrelacionándolos
mentalmente.
El paso de la realidad al problema científico es tal vez el aspecto metodológico más discutido e investigado
en los últimos años. A pesar de que hay una mayor comprensión de los aspectos epistemológicos y
psicológicos, aún no es posible establecer reglas precisas para formular problemas. En esta fase hay mucho
de ingenio, intuición y conocimiento.

* Profesor Principal de la Facultad de Medicina de la UNMSM, Dr. en Epidemiología, 1999.


El problema es reconocido como el aspecto más importante de la investigación. Los investigadores son
célebres más por haber planteado problemas que por haberlos resuelto. Los nuevos problemas reorientan
la investigación y muchas veces revolucionan casi todos los aspectos de la ciencia.
Pero, pese a la importancia que todos conceden a este aspecto, en la mayoría de los textos se pasa por alto
la discusión del problema, probablemente debido a que no existen reglas fijas ni universalmente aceptadas.
En efecto, no hay reglas, pero hay ciertas prácticas que se siguen en la mayoría de los centros de
investigación. En todo caso, el sólo hecho que se comprenda qué es el problema y su importancia, sería
suficiente para que los jóvenes investigadores se inicien con provecho en la práctica de la investigación
científica.
En la universidad, la investigación es una función académica sustantiva ya que sus productos deben nutrir
los contenidos de las asignaturas del plan de estudios y orientar las estrategias de vinculación a través de la
proyección social y extensión universitaria inicialmente y en los servicios de atención de salud
ulteriormente. Para este fin es menester que se definan y desarrollen en los departamentos académicos las
líneas de investigación mediante la conformación de equipos a los cuales se adscriban los estudiantes según
su interés y preferencia.
Para llegar a la definición del problema, sobre todo en los inicios, es importante tener en cuenta las
siguientes recomendaciones:

1. Que el problema responda al interés del investigador


2. Que las fuentes a las que se recurra sean accesibles
3. Las fuentes de información a las que se recurra deben estar al alcance del investigador.
4. El cuadro metodológico debe estar al alcance de la experiencia del investigador.

En pocas palabras se requiere que el investigador este compenetrado con los conocimientos y
procedimientos relativos al problema que se investiga. No basta sentir el problema, es necesario elaborarlo.
Obviamente, el problema no surge espontáneamente. Sólo surge en mentes activas. Por ello la mayoría de
los investigadores recomienda mantener la mente en constante actividad. Algunas de las técnicas que se
recomienda para este fin son:

1. Observar críticamente la práctica diaria. Se recomienda tener una libreta o diario para anotar
observaciones.
2. Participar en sesiones basándose en lluvia de ideas. Por ejemplo, las sesiones de revisión de
revistas pueden ser una importante ocasión de prácticas este tipo de sesiones.
3. Formular predicciones y explicaciones teóricas
4. Estar atento a los avances tecnológicos. Algunas técnicas modernas pueden ayudar a hacer
trabajos de investigación que hace algunos años no se podían realizar.
5. Leer críticamente. Con frecuencia en la literatura de investigación especializada se sugieren
problemas a investigar.
6. Formular preguntas.

Podemos referir que cualquier situación observada se puede transformar en un problema a ser
investigado cuando:
a.- No se conoce la frecuencia o magnitud del fenómeno
b.- No se conoce la explicación del fenómeno
c.- Existe discrepancia entre lo referido por la bibliografía y lo observado
d.-Existe discrepancia entre los autores
e.- El problema ya fue investigado y se demuestra que hubo fallas en el diseño.

Características del problema científico


Muchas veces es difícil decidir cuál es un problema científico. Esto va a depender del contexto en que se
plantee más que de determinadas características intrínsecas. Una guía útil para saber si una determinada
propuesta es un problema científico es someterlo a una evaluación tomando en cuenta los criterios que se
proponen; se pone énfasis, en primer lugar, en el valor científico, luego en la importancia y, finalmente, en
la factibilidad.

Criterios para evaluar un problema


• Valor Científico. Se juzga a través de la identificación de:
a) La finalidad cognitiva, que puede ser describir o explicar
b) La originalidad, es decir si trata de cosas nuevas o es un nuevo enfoque acerca del objeto, técnicas
o instrumentos nuevos, poblaciones diferentes.

• La importancia. Que se establece mediante el análisis de:


a) Utilidad, para el cuerpo teórico de la disciplina científica particular o para una aplicación práctica,
b) Prioridad, es decir la urgencia con que se pueden requerir los resultados

• Factibilidad. Para que el estudio se pueda realizar, lo cual depende de:


a) Capacidad o competencia del investigador
b) Disponibilidad de: Expertos en el tema, para orientación y asesoría
Tiempo
Financiamiento
Equipos (instrumentos mecánicos) y materiales (instrumentos lógicos)
Información bibliográfica
c) Acceso y manejo de fuentes de datos

La teoría relacionada a los hechos observados en la realidad delimitada y seleccionada es de una


importancia capital para orientar la identificación y definición del problema (“construcción o elaboración
mental”), previo a su planteamiento o declaración.

Se ha manifestado que el planteamiento adecuado de un problema supone haber hallado la mitad de la


solución. Lo que no ofrece dudas es que formularlo erróneamente propicia la aparición de dificultades en
las fases ulteriores.

Problema, objetivo específico e hipótesis son planteamientos relacionados de modo que si están bien
planteados de uno de ellos se pueden deducir o inferir los otros. Mientras que el problema y la hipótesis
son consustanciales al proceso de investigación, los objetivos constituyen una herramienta reciente que se
impusieron más como una modalidad en la estructuración de los proyectos que como una necesidad per se
(Silva Luís, 2008).

Existen, en la práctica algunas distorsiones en cuanto a la forma de plantear un problema:

a. Redacción de un cuestionario en que más bien de manera caótica se intenta articular una serie de
preguntas relacionadas a un dominio, pero cuya función real es difusa.
b. Acopio de una gran cantidad de datos que a la postre serán en gran medida desechados.
c. Solicitar a un bioestadístico, para que establezca qué puede hacer con sus datos.
d. Referir una serie de hechos observados en un dominio o área problemática, que en realidad
corresponden a hechos justificatorios o antecedentes investigativos.

El abordaje de la realidad se da en tres niveles jerárquicos: Conceptual, metodológico e instrumental u


operativo. De este modo un problema de investigación puede ser expuesto:
a) Conceptualmente: es un vacío o ausencia de conocimiento en el dominio de una ciencia particular,
b) Metodológicamente: es un proceso de construcción mental a través de la articulación de hechos
observados en una realidad concreta e interpretados con la teoría de una ciencia particular, y
c) Operacionalmente: tener en cuenta que un problema de investigación debe versar sobre un objeto
cognoscible, medible y definido científicamente, además de tratar de cosas nuevas o es un nuevo
enfoque de cosas ya dichas o conocidas. Operacionalmente un problema debe formularse teniendo en
cuenta los siguientes criterios:
1. Su planteamiento en forma de pregunta, ya que invita a encontrar una respuesta
2. Debe explicitar las variables de interés y la población de estudio
3. Debe explicitar la población de estudio
4. Debe permitir deducir la finalidad cognitiva y el propósito estadístico
5. Tiempo y espacio solo si son variables de interés

LA HIPÓTESIS DE INVESTIGACIÓN
Jorge Alarcón V. *
Maritza Chirinos Lazo
Definir el problema es un paso importante, pero no suficiente. El problema debe ser trabajado en detalle,
confrontado con la hipótesis y con la realidad, hasta que pueda concebirse la forma práctica en que se dará
respuesta a la pregunta planteada. Este tránsito se hace gracias a la formulación de una hipótesis. Para ello
es necesario realizar las siguientes acciones:
a. Revisión crítica del conocimiento existente
b. Revisión de la documentación existente en el lugar de estudio.
c. Estudios exploratorios

Concepto
Según Izcara (2014) las hipótesis son explicaciones tentativas de un fenómeno investigado, formuladas a
manera de proposiciones. Una hipótesis debe desarrollarse con una mente abierta y dispuesta a aprender,
pues de lo contrario se estaría tratando de imponer ideas, lo cual es completamente erróneo. Una hipótesis
no necesariamente tiene que ser verdadera (Laudo 2012).
Esta definición pone de manifiesto que la hipótesis tiene que formularse después de haber revisado la
bibliografía acerca del tema, pues debe basarse en los descubrimientos de investigaciones previas. Puede o
no ser cierta, el proceso de investigación dará o no la razón.
San Martín (2014) afirma que aun cuando una hipótesis es errónea, no por eso se debe decir que fue una
pérdida de tiempo haber planteado dicha hipótesis o que fue completamente infructífera, pues es gracias a
la prueba de las hipótesis que se llega progresivamente a la verdad respecto a algún fenómeno. Al confirmar
que una hipótesis es falsa, se hace una contribución al conocimiento y es un paso más que permite ir
escalando en la búsqueda de la verdad.
Van Dalen en 1981 menciona que la hipótesis conduce a una definición en la que se establece que las
hipótesis son posibles soluciones del problema que se expresan como generalizaciones o proposiciones. Se
trata de enunciados que constan de elementos expresados según un sistema ordenado de relaciones, que
pretenden describir o explicar condiciones o sucesos aún no confirmados por los hechos. A esta definición,
se debe agregar que la hipótesis es más que una suposición o conjetura y que su formulación implica y
exige constituirse como parte de un sistema de conocimiento, al mismo tiempo que ayuda a la construcción
de ese sistema.

Importancia de las hipótesis

Cuando una hipótesis de investigación ha sido bien elaborada, y en ella se observa claramente la relación o
vínculo entre dos o más variables, es factible que el investigador pueda:
- Elaborar el objetivo, o conjunto de objetivos, que desea alcanzar en el desarrollo de la investigación.
- Seleccionar el tipo de diseño de investigación factible con el problema planteado.
- Seleccionar el método, los instrumentos y las técnicas de investigación acordes con el problema que
se desea resolver.
- Seleccionar los recursos, tanto humanos como materiales, que se emplearán para llevar a feliz término
la investigación planteada.

* Profesor Principal de la Facultad de Medicina de la UNMSM, Dr. en Epidemiología, 1999.


Caracteres generales de la hipótesis

La palabra “hipótesis” tiene más de un significado. Así se llama a la conjetura que se hace sobre un hecho
que, en un momento dado y por unas u otras causas, no está al alcance de nuestro

conocimiento, pero que podemos conocer sin necesidad de especiales investigaciones. Se entiende también
por hipótesis una suposición de tipo especial que se aplica en la investigación científica.
La suposición es hipótesis, en el sentido lógico de la palabra, si reúne las siguientes condiciones:
1) No ha de hallarse en contradicción con ningún dato de la ciencia. Por su contenido, no ha de contradecir
la concepción científica del mundo, ni los conocimientos científicos ciertos existentes cuando se
formula la hipótesis.
2) Ha de ser suficiente para poder explicar todos los hechos que motivan su formulación.
3) Ha de explicar mejor que ninguna otra suposición los fenómenos y hechos a que se refiere.
4) Es, por tanto, evidente que no puede considerarse la hipótesis como una suposición fantástica, arbitraria
y quimérica. La hipótesis ha de articularse orgánicamente en la rama de la ciencia en que ha de ser
aplicada.
Lo importante es que la hipótesis explique no una parte de los hechos o fenómenos que necesiten ser
aclarados, sino todo su conjunto. Verdad es que suele ser difícil cumplir prácticamente este requisito.
Es, además, de importancia extraordinaria, que la hipótesis no sólo explique los fenómenos a que se refiere,
sino que lo haga de la manera más completa y exacta.
Cuando se dan estas tres condiciones, la suposición adquiere el sentido de auténtica hipótesis científica, y
una vez que se ha comprobado debidamente, pasa a ser un importante factor del progreso de la ciencia.
Una de las hipótesis más trascendentales de las ciencias naturales –la hipótesis acerca de la estructura
atómica de la materia- fue concebida en la antigüedad y lo ha sido también en los tiempos modernos por
medio de la analogía. Los atomistas antiguos –Demócrito, Epicuro, Lucrecio Caro- se basan en la analogía
del movimiento de los átomos con el de las partículas de polvo en el aire. Creían dichos filósofos que estas
partículas, generalmente invisibles para nosotros, giran por el aire, y sólo en determinadas condiciones de
luz nos resultan perceptibles, de modo semejante se mueven en el espacio vacío los átomos invisibles,
intangibles, imperceptibles a los sentidos. En los tiempos modernos, los creadores de la hipótesis atomista
se han basado en la analogía existente entre el macromundo (universo de los cuerpos celestes) y el
micromundo (mundo de las moléculas y de los átomos).
La necesidad de la hipótesis se debe, según mostró F. Engels, al mismo progreso de la ciencia, al
descubrimiento de nuevos contenidos que contradicen la explicación anterior de hechos ya conocidos
pertenecientes a la misma esfera de fenómenos. Leemos en su Dialéctica de la Naturaleza: “la observación
descubre algún nuevo hecho que pone de manifiesto la inconsistencia de la explicación dada hasta aquel
momento de los hechos que pertenecen al mismo grupo. Al instante se hace necesaria una nueva
explicación basada primeramente en un número limitado de hechos y observaciones... Si quisiéramos
esperar a disponer de todo cuanto hace falta para formular la ley, nos veríamos obligados a interrumpir
hasta entonces la investigación intelectiva, y bastaría esto para que no llegáramos nunca a descubrir la
ley”.
A pesar de que la hipótesis constituye sólo una explicación supuesta de hechos conocidos, posee gran
importancia para el progreso del saber. Obtenida la hipótesis, pueden inferirse en ella consecuencias
relativas a la existencia de fenómenos y leyes que no son aún desconocidas, y esto determina el sentido de
las subsiguientes investigaciones, tanto en el campo de la observación como en el de la experimentación.
De esta suerte, la hipótesis pasa a ser un importante medio de cognición científica, una forma del
movimiento que va de lo conocido a lo desconocido. Partiendo de este hecho subrayaba Engels en la obra
citada que la hipótesis constituye “una forma del desarrollo de la ciencia natural”.
Las hipótesis no se aplican sólo en las ciencias naturales, sino también en las sociales. Las magnas teorías
que en el momento actual sirven de fundamento a todo el saber científico, en muchos casos empezaron
siendo formuladas como hipótesis. Puede considerarse como ejemplo de estas hipótesis la teoría del proceso
histórico debido a Marx.

Desarrollo de la hipótesis
Toda hipótesis está sujeta a un determinado proceso de desarrollo, en virtud del cual se puntualiza, se
rectifica, se completa con nuevas suposiciones, y al final, o queda demostrada y se transforma en teoría
científica o queda refutada y se sustituye por una nueva hipótesis.
Toda hipótesis presenta en su desarrollo tres fases subsiguientes claramente diferenciadas:
La primera fase, en la aparición de la hipótesis fundada en unos u otros hechos y principios de la ciencia.
La segunda fase, en el análisis de la suposición fundamental y en el estudio de las consecuencias que de
ella se desprendan.
La tercera fase nos viene dada por la comparación de los resultados obtenidos analíticamente al investigar
la suposición fundamental de la hipótesis, con los datos que nos proporcionan la observación y la
experiencia. Si dicha comparación nos revela que todas las consecuencias inferidas teóricamente por el
análisis de la suposición fundamental se dan en la realidad, quedará demostrado que la hipótesis es probable.
Quizá se crea que si las consecuencias que de la hipótesis se infieran corresponden a hechos observados en
la realidad, ha de considerarse ya demostrada como verdad cierta. Sin embargo, esto no es así. Una misma
consecuencia puede derivarse de distintas causas. De ahí que la concordancia con hechos reales, por parte
de las consecuencias inferidas de la suposición fundamental de la hipótesis, no demuestra aún que ésta sea
cierta. Tales hechos pueden hallarse condicionados por otra regularidad, desconocida para el autor de la
hipótesis. La ulterior investigación resulta, pues, necesaria.
Cuanto mayor sea el número de nuevos hechos que la ciencia descubra y que puedan explicarse gracias a
una hipótesis, tanto mayor será el grado de probabilidad de la misma.
El desarrollo de la hipótesis no sólo puede llevar a que se concrete y se perfeccione la suposición
fundamental, sino que puede proporcionamos un resultado mucho más importante, demostrándonos que
hay que cambiar necesariamente la suposición fundamental de la hipótesis o incluso desecharla, es decir,
que tenemos que cambiar la hipótesis dada por otra.
Comprobación de la hipótesis
Toda hipótesis ha de ser necesariamente sometida a contraste.
La comparación de la hipótesis se verifica, por lo común, en dos direcciones. Consiste la primera en sacar
el mayor número posible de consecuencias que se desprendan de la suposición fundamental de la hipótesis
que se acaba de formular. Si todas estas están concordes con los datos de la observación y de la
experimentación, y en ningún caso los contradicen, la hipótesis ha de considerarse probable. Su grado de
probabilidad será tanto mayor cuanto más diversas y numerosas sean las deducciones obtenidas de la
hipótesis dada, conformes, todas ellas, con la experiencia.
Una de las demostraciones más valiosas a favor de una hipótesis suele ser la obtención por vía experimental
de un fenómeno no observado en ninguna parte antes de adoptar la hipótesis, fenómeno desconocido y de
cuya existencia se tiene por primera vez noticia, teórica como consecuencia de la hipótesis dada. Tal fue,
por ejemplo, una de las deducciones inferidas de la suposición fundamental de la hipótesis ondulatoria de
la luz. El análisis matemático demostró que, si la hipótesis ondulatoria era cierta, en el interior de una
sombra cerrada proyectada sobre una pantalla y el foco de luz, ha de notarse necesariamente una mancha
luminosa, en ciertas condiciones exactamente determinadas, como si se agujerara el círculo oscuro en su
parte central. La subsiguiente comprobación experimental demostró que este hecho, que parece paradójico,
se produce realmente.
Si la hipótesis es verdadera, su adopción lleva siempre al descubrimiento de hechos semejantes. En cambio,
si la hipótesis es falsa, los hechos nuevos que se descubran no son susceptibles de ser deducidos de la
suposición hipotética fundamental.

Un argumento de especial importancia a favor de la veracidad de la hipótesis estriba en su capacidad de


llevar al descubrimiento de relaciones numéricas entre fenómenos sumamente heterogéneos y alejados entre
sí.
Si la hipótesis está concebida con el propósito de obtener de su conjetura básica, como consecuencias
necesarias, hechos y datos numéricos conocidos ya por la observación, en este caso, ni siquiera la
concordancia completa entre las consecuencias deducidas teóricamente de la hipótesis y los hechos o
fenómenos observados demuestra, de por sí, que la hipótesis es verdadera. El físico y astrónomo inglés
Eddington expuso una hipótesis acerca de la estructura interior de las estrellas. En esta hipótesis ocupaba
un lugar de primera importancia la suposición de que la presión luminosa, contrarrestando la fuerza de la
gravedad, impide que la estrella se contraiga y que, por tanto, entre la luminosidad de la estrella y su masa
ha de existir una relación determinada: para que pueda equilibrarse la fuerza de la presión luminosa y de la
gravedad, la estrella ha de poseer una determinada masa. Los cálculos de que la mayor parte de las estrellas
de luminosidad fija han de poseer una masa semejante al del sol. En este caso, de la conjetura básica de la
hipótesis se obtiene una conclusión que concuerda perfectamente con los datos de la observación indicada.
Pronto se descubrió, sin embargo, que la fuerza de la presión luminosa carece casi en absoluto de
importancia para la estructura interna de la estrella. Con esto quedó demostrada la falsedad de la hipótesis
de Eddington.
Por lo contrario, si la investigación de la hipótesis muestra que de su conjetura fundamental necesariamente
un hecho completamente desconocido por la ciencia antes de formular la hipótesis dada, y si se comprueba
luego que tal hecho existe en la realidad, el acuerdo entre la hipótesis y los resultados de la observación
aumentará su grado de probabilidad.
Transformación de la hipótesis en conocimiento cierto
En determinadas condiciones, de la comprobación de la hipótesis puede resultar que ésta se transforme, de
mera suposición posible, en conocimiento demostrado y cierto. Como quiera que la hipótesis constituye
una suposición acerca de un hecho o acerca de un orden regular, su conversión en conocimiento cierto se
verifica de manera distinta según se compruebe una hipótesis de uno u otro tipo.
La hipótesis acerca de un hecho pasa a ser verdad demostrada si resulta que, del hecho supuesto, y sólo de
él, se sigue una consecuencia cuya validez se averigua mediante la experiencia. La hipótesis de que los
cráteres de la isla de Sarem proceden de la acción de un meteorito se convirtió en verdad demostrada cuando
se descubrió en ellos restos de hierro aerolítico. Si la hipótesis constituye una suposición acerca de un hecho
que en la actualidad existe, la investigación correspondiente puede llevamos a demostrar, por medio de la
observación directa, que realmente existe el hecho supuesto en la hipótesis. Ocurre esto cuando llega a ser
accesible a la observación directa un objeto inaccesible antes a dicha observación, pero que da origen a los
mismos fenómenos a cuya explicación se aplica la hipótesis dada.
El procedimiento para transformar la hipótesis en conocimiento cierto se aplica a menudo, por ejemplo, en
la práctica judicial. Supongamos que en el bosque se ha hallado el cadáver de un hombre con herida de
arma de fuego. El juez de instrucción debe averiguar la causa del hecho. Teóricamente, acerca de ello es
posible formular varias hipótesis o suposiciones. 1) se puede tratar de un suicidio intencionado. 2) Se puede
tratar de un accidente debido, por ejemplo, a la falta de precauciones al limpiar un arma de fuego. 3) Puede
ser una muerte accidental (como ocurre a veces, por ejemplo, durante una cacería). 4) puede tratarse de un
asesinato intencionado. En el caso dado, el problema podrá ser resuelto si, hechas las investigaciones
pertinentes, se logra comprobar que, de las cuatro suposiciones teóricamente posibles, tres han de ser
desechadas por falsas. Resultará, entonces, evidente que la cuarta suposición -la única que no ha sido
refutada- es la cierta y verdadera. Se da por supuesto que la veracidad de tal conclusión depende de la
exactitud del análisis en virtud del cual consideramos que sólo las cuatro causas indicadas pueden serlo del
caso dado. Si una investigación más cuidadosa demostrara que las causas teóricamente posibles pasan de
cuatro, la exclusión de tres de ellas no constituirá, naturalmente, demostración suficiente de la validez de
la cuarta, la cual también podría resultar falsa como las tres primeras. Quedaría como verdadera, en este
caso, una suposición no incluida en el análisis inicial.
Las hipótesis en su formulación:
a. Deben ser correctas desde el punto de vista formal, quiere decir no ser tautológicas, ser coherentes y no
contradictorias, y sobre todo deben tratar de decir algo en relación con los hechos a que hace referencia.
b. Debe estar basada en el conocimiento científico preexistente o no estar en abierta contradicción con lo
que la ciencia ya conoce.
c. Debe tenerse en cuenta que puede ser verificada apelando a procedimientos metodológicos y técnicos
que la ciencia dispone. Caso contrario quedará como una proposición hipotética.
Criterios para la elaboración de la hipótesis
1. Debe presentar propuestas provisionales al problema de investigación. Debe existir una relación directa
entre el problema planteado, el marco teórico y la hipótesis propuesta.
2. Debe ser formulado de manera tal que pueda ser sometido a prueba, y así como podrá darse la
demostración y explicación de los hechos o fenómenos que se han planteado. Es decir, debe ser
contrastable ya sea a través de la observación o de la experimentación.
3. Su planteamiento debe ser lo más sencillo posible, también ser más concretas que abstractas y más
simples que complejas. Una hipótesis sencilla formulada provoca respuestas precisas y claras además
permite que sea comprendida con facilidad y por lo tanto que su significado esta fuera de toda duda.
4. Debe contener conceptos claros, ello permitirá al investigador verificar la hipótesis, de lo contrario
podría resultar difícil o imposible la comprobación empírica.
5. En su formulación debe evitarse el empleo de juicio de valores que induzcan a expresiones subjetivas,
toda hipótesis debe responder a una realidad observada en forma objetiva e imparcial.
6. La formulación de la hipótesis debe tener una fundamentación teórica científica y en algunos casos
empírico.
7. Deben tener capacidad de informatividad, es decir toda hipótesis tiene la característica de explicar un
grupo de fenómenos de la realidad objetiva.
8. Debe tener capacidad de predictiva, cuando la hipótesis tienen una fundamentación lógica podrá
predecir hechos desconocidos. La capacidad de predicción de las hipótesis permite extraes más
conclusiones.
9. Las hipótesis deben ser específicas, no solo en cuanto al problema, sino a los indicadores que se van a
emplear para medir las variables que estamos estudiando.
En conclusión, la hipótesis debe tener las siguientes características:
a. Predictivo (se anticipa o se proyecta al futuro)
b. Verificable o contrastable (se somete a comprobación a través de la observación o de la
experimentación)
c. Probabilístico: (durante el proceso de contrastación puede o no ser verdadera)
d. Científico (se sustenta en el conocimiento científico ya existente o probado)
e. Empírico (se sustenta en hechos o experiencia que se dan en la realidad)

Clasificación de la hipótesis
1. Según el fin que tiene
a) Hipótesis de investigación:
Descriptivas, son difícil de formular, por ejemplo: ¿Cuál es la frecuencia de desaprobados en el curso
de metodología de investigación de los estudiantes de la maestría de salud pública?
H: La frecuencia de desaprobados en MIC es baja, o es del 40%, etc

Algunos autores refieren que, en estos casos, cuando el propósito estadístico es de estimación, la
formulación de la hipótesis no es imprescindible.
Asociativas, Se orienta a demostrar la existencia de coincidencias o correspondencia entre las
magnitudes o frecuencias de las variables mediante la estimación de correlación o concordancia cuando
no existe dependencia. En este tipo de hipótesis, el orden de las variables es indiferente.
H: “A mayor autoestima, habrá menor temor al éxito”
H: A mayor exposición de adolescentes a conferencias antidrogas, habrá menor índice de actos
delictivos.
Comparativas, demuestra las diferencia y semejanzas entre dos grupos en relación con una variable.
Las hipótesis de diferencia de grupos pueden considerarse como un tipo de hipótesis correlacional,
porque en última instancia relacionan dos o más variables.
H: las madres que reciben capacitación sobre saneamiento ambiental tienen una menor frecuencia
de diarreas en sus hijos
H: el índice de mortalidad por COVID 19 es mayor en personas de sexo masculino que personas
del sexo femenino.
Causales. Establece relación de dos fenómenos, pero señalando la dependencia entre las variables
incluidas. Si se formula este tipo de hipótesis tiene que hacer un diseño que demuestre lo que ahí se
postula. Se orienta a demostrar influencias como una aproximación a la explicación científica y por
ende a la causalidad. Regularmente son direccionales.
H: El aceite de pescado parenteral (𝜔-3) atenúa los efectos de inflamación descontrolada en
pacientes diagnosticados con sepsis en la unidad de cuidados intensivos.
H: “La falta de normas de seguridad en las empresas empacadoras de alimentos provoca
accidentes laborales”
Es importante saber el tipo de hipótesis para determinar el tipo de estudio a realizar. Así, frente a una:
- hipótesis no asociativa o asociativa sin relación de dependencia la finalidad cognoscitiva del
estudio será mostrar las características de las variables o sus relaciones, por tanto, la
investigación será descriptiva.
- hipótesis con relación de dependencia la finalidad cognoscitiva será explicar, demostrar
relaciones de influencia por lo tanto la investigación será explicativa. (Ver Fig. 4)
Ejemplos:
Problema: ¿Cuál de los siguientes medicamentos (X y Z) es más eficaz para controlar la presión
arterial de pacientes varones entre 50 y 60 años?
Hipótesis: “El medicamento X es más eficaz que el medicamento Z para controlar la presión
arterial en pacientes varones entre 50 y 60 años”
Problema: ¿El clima organizacional tiene efectos en la productividad laboral de los trabajadores
del Hospital de Ayacucho?
Hipótesis: “El clima organizacional bajo afecta la productividad laboral de los trabajadores del
Hospital de Ayacucho”

b) Hipótesis estadísticas:
H. nula
La hipótesis nula es aquella que niega la relación entre dos o más variables en función de un
parámetro de muestra. Su enunciado es negativo, lo que quiere decir que incluye un «no». Se
representa con el símbolo H0. La hipótesis nula no se acepta, sino que se rechaza o no se rechaza.
H. alternativa
Toda hipótesis nula genera una hipótesis alternativa, es decir, una respuesta alternativa a la hipótesis
nula que pretende demostrar su falsedad. Se representa con el símbolo H1. Este tipo de hipótesis se
acepta o no se acepta.

Por ejemplo,
• H0: «El índice de masa muscular no se asocia con el sexo de las personas»
• H1: «El índice de masa muscular difiere entre hombres y mujeres».

Otro ejemplo
• Ho: “Las enfermeras de hospitales públicos no presentan mayores niveles de estrés laboral
que las enfermeras de hospitales privados”.
• Ha: “Las enfermeras de hospitales públicos presentan menores niveles de estrés laboral que
las enfermeras de hospitales privados”
Figura 4. HIPÓTESIS SEGÚN LA FINALIDAD COGNOSCITIVA

PROBLEMA

HIPÓTESIS

NO ASOCIATIVA ASOCIATIVA

SIN RELACIÓN DE CON RELACIÓN DE


DEPENDENCIA DEPENDENCIA

DESCRIBIR EXPLICAR
MOSTRAR HECHOS O DEMOSTRAR
RELACIONES RELACIONES

En términos generales hay, pues, dos grandes tipos de estudio: los descriptivos y los explicativos. Sin
embargo, esta división es artificial, pues entre ellos hay una estrecha relación que muchas veces es difícil
de aislar.

2. Según criterio lógico


a. Hipótesis inductivas: Generaliza experiencias o fenómenos particulares
“Los niños que han acudido a programas de aprestamiento a tempranas edades, su adaptación escolar,
el aprender a escribir y en general su rendimiento académico es mucho mejor”
b. Hipótesis deductivas: son suposiciones que los investigadores logran a partir de conocimientos
que funciona como hipótesis y luego generan otros conocimientos
“Si los niños del colegio X contraen hepatitis porque comen alimentos preparados en el kiosco del
colegio, entonces la frecuencia de hepatitis disminuirá si logramos que los niños no ingieran
alimentos preparados en los kioscos de los colegios”
c. Hipótesis análogas, utilizan semejanzas de hechos
“Si los pulmones funcionan como si fueran toneles y un tonel lleno al ser golpeado con los nudillos
de los dedos suena distinto que cuando está vacío entonces, es posible que al golpear la espalda
podamos diferenciar los pulmones sanos de pulmones enfermos”

3. Operacionalización de la hipótesis
1. Unidad de estudio: Teniendo cuidado de definir criterios de selección, definición de caso, control
de sesgo de selección
2. Variables de estudio: Definición operacional de las variables, calidad de los datos, instrumentos.
3. Propósito estadístico
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA

Maritza Chirinos L
Sandra Gutierrez A
Por lo general, el planteamiento de un problema es un cuestionamiento que el investigador plantea a la
realidad e implica un propósito estadístico definido y específico, por lo que le corresponde sólo un objetivo
específico, también. Por lo tanto no es una práctica adecuada y recomendable, en investigación biomédica,
desagregar el problema en sub problemas, la hipótesis en hipótesis componentes y plantear un objetivo
general y varios objetivos específicos.
Problema, Hipótesis y Objetivo específico contienen la misma información en cuanto a variables y
población de estudio, con la diferencia que el primero está en forma interrogativa, la seguna en forma de
aseveración sujeta a demostración y el tercero explicita la evidencia que se desea obtener o mostrar.||

Objetivo general
De acuerdo con Arias (2006:45) un objetivo general expresa: "El fin concreto de la investigación en
correspondencia directa con la formulación del problema".
Algunos autores señalan que se pueden plantear varios objetivos generales, de acuerdo a lo que se quiera
investigar. Sin embargo, debido a que se relaciona directamente con el problema se recomienda que sea
uno (1).
De esta manera, el objetivo general debe tener coherencia con lo que se está investigando. Además, debe
dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Qué?, ¿Cómo? y ¿Para qué?, enlazando la base que fundamentan
con la propuesta.
Este objetivo precisa la finalidad de la investigación en cuanto a sus expectativas más amplias, orienta la
investigación. La redacción del objetivo general guarda mucha similitud con el título de la investigación.
Existen listados de verbos generales y específicos que se pueden utilizar para la investigación, por ejemplo,
para construir los de tipo Cognoscitivos se encuentran los siguientes niveles: I: Conocimiento, II:
Comprensión, III: Aplicación, IV: Análisis, V: Síntesis, VI: Evaluación.
Objetivos especificos
Según el Arias (2006; 50) "indican con precisión los conceptos, variables o dimensiones que serán objeto
de estudio. Se derivan del objetivo general y contribuyen al logro de éste".
Para los objetivos específicos aplica el: ¿Qué?, ¿Cómo? y ¿Qué? /¿Para qué?.
Un objetivo específico de investigación es una elaboración que explicita concreta y claramente de lo que el
investigador se propone obtener o mostrar responde a la pregunta “Que hacer”
Representan las acciones que se han de realizar para alcanzar el objetivo general, facilitan el cumplimiento
del objetivo general mediante la determinación y ayudan a alcanzar etapas o a resolver aspectos
relacionados con el proceso. Inciden directamente en los logros que se desean obtener; deben formularse
en términos operativos, e incluir las variables o los indicadores que se desea medir. En su formulación debe
expresarse una sola acción por objetivo, y su estructura debe ser secuencial, de lo más sencillo a lo más
complejo.
Criterios para elaborar un objetivo especifico
a. Ser congruente con el problema
b. Ser observable y medible
c. Expresarse en verbo en infinitivo
d. Tener el propósito estadístico, variables de estudio, y población de estudio.
e. Ser enfocado en un solo problema

Objetivos Operacionales
Son el conjunto de observaciones y registros que el investigador debe realizar para la producción de datos
pertinentes y elaboración de resultados relacionados al problema y que en sentido estricto corresponden a
procedimientos específicos para la cuantificación (medición y/o conteo).
Los objetivos operacionales son aquellos que precisan cada uno de los pasos o tareas que se realizarán para
llegar al objetivo especifico
Son criterios para la redacción de objetivos operacionales, además de lo anteriormente señalado:
• Ser congruente con y desagregado del objetivo específico,
• Ser formulados en secuencia lógica.
Las personas en formación en investigación pueden optar por desagregar el objetivo específico en un
conjunto de procedimientos que les permita concebir con mayor claridad el qué hacer para producir la
información requerida para lograr el objetivo que se denomina objetivos operacionales.

Fines
a. La construcción del diseño
b. Elección y Elaboración del instrumento y ficha de recolección
c. Los resultados que se deben encontrar
d. Elaboración de las conclusiones
Ejemplo

Problema:

¿Qué relación existe entre el inicio de la actividad sexual en alumnos de secundaria y la frecuencia de uso
de métodos anticonceptivos?

Hipótesis de estudio
“El inicio de la actividad sexual en los alumnos de secundaria se relaciona con la frecuencia de uso de
métodos anticonceptivos”

Objetivo especifico
“Establecer la relación entre el inicio de la actividad sexual en alumnos de secundaria y la frecuencia de
métodos anticonceptivos”

Objetivos operacionales
a. Clasificar la población estudiada según el nivel de instrucción 4 y 5 año y 3 ª o menos
b. Determinar la frecuencia de uso de MAC en ambos grupos

Se debe referir que algunos prefieren elaborar objetivos generales y objetivos operacionales, sin embargo,
muchas veces el objetivo general es lo mismo que el objetivo específico o simplemente es repetir el
problema ya formulado.

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