Argumentos - Semifinal - Pena de Muerte - en Contra - 3° Sec
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DE MUERTE
INTEGRANTES:
MATÍAS
ANA FLORA
HEYDI
DANA
MÁXIMO
PRESENTACIÓN:
La pena de muerte es el método más severo, inhumano y degradante de ejecución que existe en
el mundo y que atenta contra los derechos fundamentales de la persona como es el derecho a la
vida y a la libertad, derechos humanos universales recogidos en la Declaración Universal de
Derechos Humanos.
Sea cual sea el delito capital cometido por una persona, siempre hay que preservar su derecho a
la vida y, en ningún caso está justificado su condena con la pena de muerte, pena capital o
ejecución como también se le llama comúnmente.
Desde 2003, el 10 de octubre se celebra el Día Mundial contra la Pena de Muerte, una fecha que
sirve para reflexionar, pero también para alzar la voz y seguir denunciando el peor de los castigos
para las personas.
Aunque en 2017 se redujeron un 17% los condenados a pena de muerte y hubo un 4% menos de
ejecuciones con respecto al año anterior, se calcula que hay unas 22 000 personas en el mundo
esperando a ser ejecutadas.
Para muchos, lo peor de todo no es haber sido condenado pena de muerte sino el tiempo de
espera hasta la ejecución. En los corredores de cárceles infrahumanas se viven historias de
cautiverio caracterizadas por el terror diario a lo que se suma no solo el sufrimiento del
condenado sino también el de sus familiares y amigos.
La pena de muerte ha sido, y sigue siendo, una de las sanciones más controvertidas a través de la
historia del Derecho. Sus orígenes se remontan a las más primitivas etapas del desarrollo temporal
del ser humano. Desde entonces, se han formulado un sinnúmero de argumentos a favor y en
contra de su aplicación en diversos ámbitos, con los más variados fundamentos. Aclaremos, desde
ya, que nosotros, sostenemos una opinión contraria a la vigencia de la pena de muerte, por
diversas razones, pero, principalmente, porque consideramos que el respeto y promoción del
derecho a la vida resulta de tal importancia para la estabilidad y desarrollo de la sociedad
contemporánea, que, asumiendo la incompatibilidad entre ambas instituciones (la cual también
ha sido rebatida) la balanza se inclina claramente en contra de la pena máxima, incluso
admitiendo todas sus reales o supuestas virtudes. Creemos que, en una sociedad en la cual la vida
sea concebida como un valor absolutamente inviolable y tal inviolabilidad sea ampliamente
difundida por sus autoridades, las relaciones entre sus miembros, en todo orden, deberían
mejorar ostensiblemente. Pero ese no es el punto central de nuestro argumento, ni mucho menos
el único, intentaremos exponer los principales argumentos planteados para impugnarla.
ARGUMENTO 1
La pena de muerte constituye una violación de derechos humanos y, en particular, del Derecho a
la vida y del derecho a no sufrir tortura ni tratos o penas crueles, inhumanas y degradantes (una
de estas es la inyección letal, en su formulación actual fue presentada públicamente el 11 de mayo
de 1977 por un médico norteamericano del estado de Oklahoma, Jay Chapman, entre otras
máquinas como Decapitación, electrocución, Ahorcamiento, Armas de fuego), los derechos
violados están consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada en 1948
por las Naciones Unidas.
La Comisión ha dedicado especial atención a la cuestión de la pena de
muerte, particularmente durante los últimos 15 años. Durante este período, en primer término,
la Comisión y luego la Corte abordaron la cuestión de la imposición obligatoria de la pena de
muerte como consecuencia de la condena por homicidio en varios Estados del Commonwealth
Caribeño. Los estándares desarrollados como resultado de estos casos, y de la interacción entre
los órganos interamericanos y los órganos judiciales del Commonwealth Caribeño han originado
cambios sin precedentes en la legislación y las políticas. En la actualidad sólo dos de estos países
mantienen la pena de muerte obligatoria y uno de ellos se encuentra en proceso de reforma en
línea con las decisiones de la Corte Interamericana. Durante este período, la Comisión ha
examinado una serie de cuestiones relacionadas con la pena de muerte en los Estados Unidos,
Cuba, Guatemala y otros países y ha establecido estándares sobre el derecho al debido proceso
estricto.
ARGUMENTO 2
Es irreversible y se cometen errores tales como no investigar bien el caso como el caso de George
Junius, un niño de tan solo 14 años que lo culparon del asesinato de dos niñas siendo así
ejecutado. Tras setenta años, la jueza de Carolina del Sur, Carmen Tevis decretó el miércoles 17
de diciembre de 2014 que el condenado a muerte más joven de la historia de Estados Unidos no
tuvo un proceso justo. Nunca se puede descartar el riesgo de ejecutar a personas inocentes. Por
ejemplo, Desde 1973 más de 184 personas condenadas a muerte en Estados Unidos fueron
exoneradas tras haberse demostrado su inocencia. Otras personas han sido ejecutadas pese a la
Existencia de serias dudas sobre su culpabilidad. Es por ello de vital importancia que tengamos las
consideraciones necesarias antes de seguir.
Hay países que siguen condenando a muerte y ejecutando a personas que eran menores de 18
años en el momento del delito, a pesar de que el derecho internacional de los derechos humanos
prohíbe la aplicación de la pena de muerte en tales casos. El número de esas ejecuciones es
reducido en comparación con el total de ejecuciones anuales registradas por Amnistía
Internacional, pero su importancia va más allá de las cifras, y pone en cuestión el compromiso de
los Estados ejecutores de respetar el derecho internacional.
Desde 1990, Amnistía Internacional ha documentado en 10 países al menos 152 ejecuciones de
personas menores de 18 años en el momento del delito: Arabia Saudí, China, Estados Unidos de
América, Irán, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, Sudán, Sudán del Sur y Yemen.
Varios de estos países han cambiado ya sus leyes para excluir esta práctica. En Irán, las ejecuciones
de personas menores de 18 años en el momento del delito duplican con creces la suma de esas
ejecuciones en los restantes nueve países.
En el momento de redactar estas líneas, esa cifra ascendía en Irán a al menos 102 ejecuciones
desde 1990.
ARGUMENTO 3
Un estudio de 36 años, realizado desde 1976, de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU. concluyó
que no hay evidencias de que este castigo sirva para intimidar y así reducir los crímenes. "Nuestra
investigación muestra que los estudios no pueden responder la pregunta de si la pena de muerte es eficaz
para evitar otros crímenes", declaran Daniel S. Nagin, Teresa y H.John Heinz III, profesor de política y
estadística del Carnegie Mellon de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) y jefe del equipo que ha hecho
esta revisión. De acuerdo a lo expuesto, que es el resultado de una investigación profunda al respecto
del tema que nos atañe, es necesaria una reflexión y concientización profunda de que la aplicación de la
pena de muerte no evitará los actos delictivos; puesto que, un delincuente generalmente antes de
cometer su fechoría no calcula las consecuencias de sus actos , porque no le interesa el bien social, la
evidencias o la falta de ellas corrobora el hecho de que está sentencia desmesurada no sirve de
amedrentamiento para las personas, incluso aquellas que padecen de desórdenes mentales.
ARGUMENTO 4
La aplicación de la pena de muerte es discriminatoria. Las personas incriminadas son normalmente
personas de entornos socioeconómicos desfavorecidos o pertenecientes a minorías raciales, étnicas o
religiosas. Éstas tienen, por ejemplo, acceso limitado a representación legal o se encuentran en situación
de desventaja ante el sistema de justicia penal. Existe el caso de Walter McMillian, en EEUU, un hombre
negro encarcelado y sentenciado a muerte por el supuesto asesinato de Ronda Morrison. McMillian fue
condenado a la silla eléctrica, después de un día y medio de juicio, sobre la base de la declaración de tres
testigos (convenientemente los testigos de McMilian no fueron tomados en cuenta), Pasó 6 años en el
conocido “corredor de la muerte” lo cual de por si es una tortura al escuchar a compañeros suyos
morir. “Cuando eres pobre y estás condenado a muerte te preocupas por muchas cosas.
Una de las mayores preocupaciones es si obtendrá el tipo de asistencia legal que necesita para evitar la
ejecución”, testificó. Felizmente Bryan Stevenson tomó su caso y luego de una lucha intensa lo sacó de
este lugar, todo de forma gratuita cabe aclarar. Aun así, McMilian luego de salir tuvo pesadillas y
muchísimos problemas psicológicos a partir de lo que le pasó. Casos así se presentan en países tanto
democráticos como con regímenes dictatoriales, lo que mencioné anteriormente es un ejemplo claro de
por qué esta práctica (la pena de muerte) no debería existir a menos de que estemos dispuestos al riesgo
de situaciones así. Recordemos que la discriminación es un mal muy arraigado en la sociedad y no solo se
da en torno a la raza o la religión, sino también muchas veces, por el nivel socioeconómico de las personas.
La única forma de aplicar la pena de muerte sin temor a la falsa justicia encubierta por la discriminación;
sería cuando tengamos una sociedad justa e igualitaria, una sociedad en armonía con todas las personas
y su entorno; pero lo paradójico sería que ante una sociedad perfecta, no habría necesidad de condenas
tan severas e incluso quizá, no existirían delitos.
ARGUMENTO 5
Es utilizada, esencialmente, en países con regímenes dictatoriales (países con régimen político que , por
la fuerza o violencia , concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los
derechos humanos y las libertades individuales) donde se quiere castigar a los disidentes políticos y a
minorías perseguidas. Casos China, Irán, Arabia Saudita, Sudá etc. Por ejemplo En 2009, Amnistía
Internacional dejó de publicar sus cálculos estimados sobre el uso de la pena de muerte en China a modo
de desafío frente al secretismo que aplica el país. China sigue categorizando esas cifras como secreto de
Estado. De nuestra actividad de monitoreo se desprende que China sigue siendo el país del mundo donde
se llevan a cabo más ejecuciones (Se dieron miles de muertes en el año 2020). En Irán En julio de 2015,
Amnistía Internacional comenzó a utilizar la cifra conjunta de ejecuciones reconocidas oficialmente y
ejecuciones no reconocidas oficialmente, pero que confirmamos a través de fuentes fidedignas (se dieron
más de 246 muertes en 2020). La pena de muerte en estos países es increíblemente desproporcionada y
a gusto de un estado dictador. ¿Dejaremos que siga sucediendo? ¿Dejaremos que esta falsa justicia se
utilice como una herramienta de represión? ¿Permitiremos que una condena tan trascendente sea
evaluada de por conveniencias políticas e ideológicas?
ARGUMENTO 6
Es muy conocido el argumento acerca de la economía, en el que se menciona que la pena de muerte
podría llegar a ser más económica. Esto es FALSO, Un estudio de la Universidad de Seattle encuentra que
los casos de pena de muerte en Washington cuestan al menos $ 1 millón más que casos similares en los
que no se solicita la pena de muerte. Un estudio en profundidad realizado por cuatro profesores de la
Universidad de Seattle encontró que los costos relacionados con la aplicación de la pena de muerte son
entre 1,4 y 1,5 veces más altos que cuando un fiscal no busca la muerte. Combinando todas las categorías
de costos, el costo promedio de un caso de pena de muerte en Washington es de $ 3.07 millones, en
comparación con $ 2.01 millones (en dólares de 2010) para los casos en los que el fiscal no busca la
muerte. Ajustada a dólares de 2014, esa diferencia es de $ 1,15 millones. Estas son algunas de las
conclusiones de un estudio de siete meses, " Un análisis de los costos económicos de buscar la pena de
muerte en el estado de Washington Este es el estudio empírico más riguroso realizado sobre los costos
de la pena de muerte en Washington, dicen los autores principales, el profesor de práctica Robert
Boruchowitz de la Facultad de Derecho y el profesor Peter Collins del Departamento de Justicia Penal. De
todas formas, dejando el punto de que es mucho más cara una sentencia a muerte, quisiera mencionar
(desde un punto de vista más personal) que yo estoy a favor del trabajo de los reos. Es necesario que estos
criminales mientras tengan su estadía en la cárcel cumplan con su sentencia trabajando. Si la pena de
muerte, no disminuye crímenes, no intimida, no es más económica, en muchos casos es muy injusto, es
discriminador. ¿Entonces por qué seguir aplicando un hecho que lo único que hace es violar el derecho y
valor intrínseco de la vida?
ARGUMENTO 7
Nuestro sistema de justicia no es confiable. De las instituciones públicas, las que tienen menos confianza
entre los peruanos son el Poder Judicial y el Ministerio Público (solo superados por el Congreso de la
República). No se confía en ellos, ¿pero estamos dispuestos a darle la posibilidad de acabar con la vida de
las personas? De acuerdo con el Death Penalty Information Center, en los últimos 10 años Estados Unidos
–con un sistema de justicia más institucionalizado y confiable– ha anulado 34 sentencias de pena de
muerte. Los motivos para ello son falsa acusación, inconducta de los oficiales que procesaron el caso,
falsas o confusa evidencia forense, inadecuada defensa legal, etc. ¿Se imaginan lo que podría ocurrir en
nuestro país, con un problema grave de institucionalidad y de acceso a la justicia? Recordemos el caso de
Jorge Villanueva Torres, conocido como el ‘Monstruo de Armendáriz’, condenado a pena de muerte en
1957 por supuestamente violar y matar a un menor de edad, cuya culpabilidad se cuestionó después de
ejecutada la sanción. En dicho proceso no solo hubo una deficiente labor probatoria, sino también un
marcado prejuicio racial contra el condenado. En los casos de pena de muerte no hay sentencia
revocatoria que pueda eliminar la condena.
ARGUMENTO 8
Es jurídicamente inviable. El Perú ratificó en 1978 la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
donde se prohíbe expresamente que los países extiendan la pena de muerte a delitos que no estuvieran
contemplados previamente en su legislación interna. Asimismo, impide restablecerla en aquellos
supuestos para los que se elimine con posterioridad. Recordemos que la Constitución de 1979, posterior
a la fecha de ratificación de la convención, recogió la aplicación de la pena de muerte solo para casos de
traición a la patria en caso de guerra exterior. Aplicar esta sanción para supuestos adicionales acarrearía
la responsabilidad internacional del Estado por incumplir el tratado al que este mismo se obligó. Es
nuestro deber como nación perteneciente a diversos organismos internacionales, salvaguardar los
intereses de toda la población en función de vivir en armonía social con el resto de países en el mundo.
Nosotros, no vivimos aislados de los demás países, nos necesitamos unos a otros para seguir progresando
como sociedad, es por ello que deben ser cautelosos y respetuosos de las normas internacionales a las
cuales nos regimos.
ARGUMENTO 9
Afectaría el liderazgo peruano en espacios multilaterales. Existe en el mundo una marcada tendencia
abolicionista: más de 130 países han dejado de aplicarla en los últimos 60 años. De restituir la pena de
muerte en contra de sus obligaciones internacionales, el Perú iría en contra de dicha tendencia, lo cual
afectaría nuestro prestigio internacional, que nos ha permitido alcanzar espacios importantes en
organismos internacionales, como el ser miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas.
En este tipo de coyunturas, los políticos tienen que ser especialmente cuidadosos y responsables con las
propuestas que apoyen. Deben guiarse por la Constitución y la evidencia, no por las encuestas. Para
enfrentar este grave problema, debemos modificar normas penales para tener sanciones más fuertes, sin
duda. Pero no nos quedemos en la reacción que debe tener el Estado una vez ocurrido el delito, es
necesario plantear una discusión más profunda sobre por qué ocurren estos abusos y qué hacer para que
no sigan ocurriendo. No hay “varita mágica” que solucione esta crisis, el problema es complejo y la
solución también lo será. Pensemos en el país y no en lo que resulta políticamente rentable.
ARGUMENTO 10
Si bien la pena capital permanece como un desafío urgente, se han registrados cambios significativos en
la región que, según se explica más abajo, incluyen reformas dirigidas a restringir los tipos penales y
circunstancias en las cuales puede aplicarse esta pena, así como las moratorias explícitas o, de hecho. La
pena de muerte está siendo cada vez más cuestionada en los países que la mantienen. Las
preocupaciones más frecuentemente citadas por los Estados y los representantes de la sociedad civil se
relacionan con el riesgo de ejecutar personas inocentes; la arbitrariedad e injusticia en la aplicación de la
pena; y los costos para el sistema judicial frente a años de apelaciones previas a la aplicación de una pena
irrevocable. Las nuevas tecnologías e iniciativas, tales como el “Proyecto Inocencia” (Innocence Project)
en los Estados Unidos han llevado a la exoneración de personas previamente condenadas a muerte. La
organización American Civil Liberties Unión ha reportado que se ha determinado la inocencia y procedido
a la liberación de 139 personas previamente condenadas a muerte en los Estados Unidos. Un
creciente número de Estados a nivel mundial está en proceso de abolir la pena de muerte, aunque los
cambios siguen siendo tenues.
Las ejecuciones nunca son la solución. Tal como han demostrado los criminólogos estudio tras estudio, la
pena de muerte no tiene un especial efecto disuasorio. Hong Kong, por ejemplo, abandonó las ejecuciones
hace más de medio siglo. Singapur, una ciudad de tamaño similar, sigue aplicando la pena de muerte.
Pese a sus diferentes enfoques, el índice de asesinatos en ambas ciudades ha permanecido notablemente
similar a lo largo de las décadas, sin que se haya producido el efecto disuasorio que el gobierno de
Singapur afirmaba que se produciría.
ARGUMENTO 11
Tanto la Comisión Interamericana como la Corte han interpretado estos términos en el contexto de casos
específicos. El presente informe examina los principales estándares establecidos por la Comisión. La Corte,
por su lado, ha sintetizado las restricciones establecidas, en los siguientes términos. Quedan así definidos tres
grupos de limitaciones para la pena de muerte en los países que no han resuelto su abolición. En primer lugar,
la imposición o aplicación de dicha pena está sujeta al cumplimiento de reglas procesales cuyo respeto debe
vigilarse y exigirse de modo estricto. En segundo lugar, su ámbito de aplicación debe reducirse al de los más
graves delitos comunes y no conexos con delitos políticos. Por último, es preciso atender a ciertas
consideraciones propias de la persona del reo, las cuales pueden excluir la imposición o aplicación de la pena
capital.
Es discriminatoria, el grueso de la pena , recae en los enfermos mentales en los Estados Unidos entre el 5% y
el 10% de los presos tienen una enfermedad mental muy grave según Mental Health América ,Fundada en
1909 por Clifford W. Beers, Mental Health América es la organización sin fines de lucro basada en la comunidad
líder del país dedicada a abordar las necesidades de quienes viven con enfermedades mentales y promover la
salud mental general de todos, para aclarar, ahora con respecto a los grupos raciales a pesar de no solo ser el
13% de la población de Estados unidos los negros presentes son más del 40% de las personas sentenciadas a
muerte , a menudo se utiliza de forma desproporcionada contra las personas económicamente desfavorecidas
las minorías y los miembros de comunidades raciales étnicas o religiosas . La información está confirmada por
el estudio que Mental Health América realizó a distintas cárceles de EE. UU.
CONCLUSIÓN
La pena de muerte es un trato inhumano que rompe leyes judiciales, morales y religiosas.
Debido a esto se han cometido varios errores judiciales y personas inocentes han muerto…
Cuando se aplica la pena de muerte, es irreversible. Los errores cometidos no se pueden
deshacer. Una persona inocente puede ser liberada de la prisión por un delito que no
cometió, pero una ejecución nunca se puede revertir.
La pena de muerte se aplica de forma discriminatoria. Se usa con frecuencia contra las
personas más vulnerables de la sociedad, incluidas las minorías étnicas y religiosas, los
pobres, y las personas con discapacidad psíquica. Algunos gobiernos la utilizan para
silenciar a sus oponentes.
Existe la idea de que con la pena de muerte los crímenes disminuyen, que el malhechor lo
pensará dos veces antes de poner su vida en peligro. Sin embargo, la evidencia nos ha
mostrado lo contrario.
La vida es un derecho fundamental básico y, por grave que haya sido el delito cometido
por el condenado, ningún Estado puede arrogarse el derecho de eliminarla.
La constitución determina que el Perú es un estado Laico, pero al ser de mayoría católica
va en contra de unos de los mandamientos.
La Iglesia católica defiende el derecho a la vida de todo ser humano desde su concepción
hasta su muerte natural, por lo que es contraria al aborto, el suicidio y la pena de muerte.
Al oponernos a la pena de muerte, no estamos intentando minimizar o aceptar la
delincuencia, pero, como han dicho muchas familias que han perdido a seres queridos, la
pena de muerte no puede verdaderamente aliviar su sufrimiento. Simplemente extiende
ese sufrimiento a la familia de la persona condenada.