Cartilla de Lengua

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CARTILLA DE LENGUA Y LITERATURA

CURSO: 3°

TURNOS: MAÑANA Y TARDE


CARTILLA DE LENGUA Y LITERATURA

CURSO: 3°

TURNOS: MAÑANA Y TARDE

Trabajo Práctico N° 1

1) ¿Qué hace que algo sea o no literatura? ¿Qué características debe tener un texto para que sea
considerado como literario?

2) Seguramente has oído mencionar la palabra mito. ¿Qué escuchaste acerca del mito? ¿Qué idea tienes
de él?

3) El mito ¿Es literatura? ¿Por qué?

*) ¿Qué es lo literario?

Para que un texto sea literario no necesariamente debe pertenecer a un género determinado. El género
no es lo esencial en la literatura. Existen obras literarias que no poseen un género definido ya que los
contienen todos.

Tampoco es necesario que el texto pertenezca a una corriente o movimiento literario. El estilo no
determina lo literario; muchas obras importantes de la literatura carecen de un estilo definido porque
fueron elaboradas por múltiples autores. Es el caso de los mitos, las leyendas, los cuentos populares y las
crónicas.

4) A partir de uno de los siguientes elementos elabora una historia inventada por ti mismo.

*) Qué pasaría si mí abuelo rompe un espejo mágico

*) Qué pasaría si comienza a llover sal sobre la cabeza del carnicero

*) Qué pasaría si una mariposa negra se posa en la puerta de mí habitación

5) Para que un texto sea literario es necesario que participe de:

A) Lo fantástico - imaginario

B) Lo simbólico

C) Lo estético

D) El Lenguaje de las palabras

*) Busca en el diccionario el significado de cada uno de esos términos


6) ¿Por qué lo fantástico- imaginario, lo simbólico, lo estético y el lenguaje de las palabras constituyen lo
escencia en la literatura?

Trabajo Práctico N° 2

EROS Y PSIQUE

Cuenta la historia que hace mucho tiempo existió un rey y una reina que tenían tres hijas. La menor,
Psique, de tan deslumbrante belleza que era adorada por los humanos como una reencarnación de la
diosa Afrodita. La diosa, celosa de la belleza de la mortal Psique, pues los hombres estaban
abandonando sus altares para adorar en su lugar a una simple mujer, ordenó a su hijo Eros que
intercediera para hacer que la joven se enamorase del hombre más horrendo y vil que pudiera existir.

Por su parte, la belleza no había traído a Psique felicidad alguna. Los hombres la idolatraban de mil
maneras, pero ninguno osaba acercársele ni pedir su mano. Los preocupados padres consultaron al
Oráculo de Apolo para determinar qué le depararía el destino a su hija. Lejos de encontrar consuelo, el
Oráculo predijo que Psique se casaría en la cumbre de la montaña con un monstruo de otro mundo.
Psique aceptó amargamente su destino, y obedeciendo al Oráculo, sus padres la llevaron hasta la cima
de la montaña seguidos por una larga procesión, donde la abandonaron en llanto para enfrentar a una
muerte segura.

Así la encontró el Céfiro (viento del Oeste), quien la elevó por sobre las montañas hasta depositarla en
un valle colmado de flores. Al despertar, Psique se internó en el bosque cercano siguiendo el sonido del
agua. Lo que encontró fue un hermoso palacio, de indescriptible lujo y belleza, y voces sin cuerpo
susurrando que el palacio le pertenecía y que todos estaban allí para servirla. Esa noche, mientras yacía
en la oscuridad de su nueva alcoba, un desconocido la visitó para hacerla su esposa. Su voz era suave y
amable, pero él no se dejaba ver a la luz del día, lo cual despertaba la curiosidad de Psique que deseaba
conocer su rostro.

La belleza no había traído a Psique felicidad alguna.

Con el paso del tiempo Psique comenzó a sentir desasosiego, y sufría por sentirse sola. Extrañaba a sus
hermanas, a quienes no veía desde hace tiempo y esto le causaba tristeza. Imploró entonces a su esposo
que le permitiera recibir la visita de sus hermanas, pero éste le advirtió que ellas tratarían de incitar su
curiosidad y la alentarían a intentar develar la identidad de su marido. Él le advertía una y otra vez que
no se dejara persuadir por sus hipócritas hermanas, ya que el día en que ella viera su cara no lo volvería
a ver y sería el día en que acabaría su felicidad.

Finalmente, Eros cedió ante las intensas y apasionadas súplicas de Psique y pidió al viento Céfiro que
acercara a las hermanas al palacio. Éstas, ante la visión de tanto lujo y belleza, ardieron de celos y envidia
ante la buena fortuna que había tocado a su hermana. Secretamente, cada una de ellas comenzó a
desmerecer lo que a ellas mismas les había tocado en suerte, sus ancianos maridos, sus mezquinas
riquezas. Se fueron del palacio planeando cómo castigar a su hermana y en su retorno, la convencieron
de que su marido era una enorme y monstruosa serpiente que esperaba al acecho para devorarla. Le
sugirieron un detallado plan de acción, que se basaba en esperar que el sueño venciera a su marido para
luego acercarse a él con una lámpara y un puñal y cortar su cabeza de serpiente.

Le contó que él mismo desobedeció las órdenes de su propia madre al enamorarse de ella, pero que ya
todo estaba arruinado. Y así desplegó sus alas y se fue.

Esa misma noche, Psique esperó a que su marido se durmiera junto a ella y encendió su lámpara para
observarlo. A quien vio fue al más hermoso de los dioses, el mismísimo Eros. El cuchillo cayó de sus
manos y mientras observaba extasiada esa imagen gloriosa, una gota de aceite proveniente de la
lámpara cayó en el hombro de Eros. Éste despertó y librándose del abrazo y los lamentos de Psique,
expresó su decepción por la traición de Psique a su amor. Le contó que él mismo desobedeció las
órdenes de su propia madre al enamorarse de ella, pero que ya todo estaba arruinado. Y así desplegó sus
alas y se fue.

Psique comienza entonces una búsqueda desesperada por encontrar a Eros que culmina en su llegada al
templo de Afrodita. Ésta, llena de ira y deseos de venganza, rasga las vestiduras de Psique y le
encomienda tareas imposibles como clasificar miríadas de semillas distintas. Psique recibe ayuda de
distintos dioses y fuerzas de la naturaleza que hacen posible que complete estos desafíos. Afrodita
entonces inventa un nuevo castigo para Psique: ella debería internarse en mundo subterráneo en busca
de Perséfone, reina de los infiernos, para rogarle que le diera un poco de su belleza dentro de un cofre.
Sorteando varias dificultades, Psique cumple con la tarea y comienza su viaje de vuelta hacia la luz. En el
camino, cae presa nuevamente de la curiosidad. Atraída por el deseo de agradarle más a su amado
adornándose de belleza divina, abre el cofre e inmediatamente cae en un sueño mórbido.

Mientras tanto Eros, recién recuperado de su herida, sale en búsqueda de su amada esposa para
despertarla de su sueño. Luego se dirige a visitar a Zeus para rogar al Dios que tuviera compasión de
Psique y la hiciera inmortal para que pudiera vivir con él en los cielos. Zeus se compadeció de Eros y
apaciguó a Afrodita diciéndole que éste sería un casamiento digno de su hijo. Así es que ordenó el
casamiento de Eros y Psique, que duraría para siempre.

ACTIVIDADES

1) ¿Qué pasó entre Eros y Psique?

2) ¿Qué le sucedió a Psique?

3) ¿Qué nos enseña el mito de Eros y Psique?

4) ¿Por qué Psique es castigada por Afrodita?

5) ¿Cómo se conocen Eros y Psique?


6) ¿Por qué motivo Eros debe abandonar a Psique?

7) ¿Qué debe hacer Psique para recuperar el amor de Eros y ser aceptada por Afrodita?

8) ¿Qué sucede al final de la historia?

Trabajo Práctico N° 3

1) Lee atentamente el siguiente cuento y elabora una síntesis argumental del mismo

LA CAJA DE PANDORA

Todos hemos oído en alguna ocasión la expresión “abrir la caja de Pandora”, y la mayoría tiene al menos
la noción de que esta expresión hace referencia a un mito griego, que nos habla del precio de la
curiosidad malsana y del nacimiento de los males del mundo, pero también de la esperanza. Pese a que
existen varias variantes de este mito, el más habitual y conocido es el que sigue:

“Pandora fue la primera mujer humana, creada por Hefesto por orden de Zeus y siendo dotada por los
diferentes dioses de algunas de sus mayores cualidades y virtudes, pero también incluyendo la capacidad
de seducir y mentir. Su creación obedece al deseo del rey del Olimpo de vengarse de Prometeo y los
suyos.

El dios hizo que Pandora y el hermano de Prometeo, Epimeteo, se conocieran, y propició que con el
tiempo se casaran. Pero Pandora recibió también una caja destinada a su marido, en la cual estaban
encerrados todos los males del mundo, con instrucciones de no abrirla jamás. Sin embargo uno de los
dones que había recibido Pandora era el de la curiosidad. Un día, la mujer abrió la caja para mirar qué
había dentro, algo que provocaría que todos los males salieran de la caja y se repartieran por el mundo.
Asustada, Pandora cerró la caja, pero en ella solo quedaba la esperanza. Entonces Pandora se dedicó a
ofrecer la esperanza a los hombres, con el fin de ayudarles a soportar los males y vicisitudes del mundo".

ACTIVIDADES

1)¿Por qué los dioses sabían que Pandora abriría la caja?

2) ¿Cuál fue el castigo de Pandora?

3) ¿Qué sucede cuando Pandora abre la caja?

4) ¿Qué dioses aparecen en ésta historia?

Trabajo Práctico N° 4

A LAS PUERTAS DEL OLIMPO


Para los griegos las cosas empezaron así…

Al principio, todo estaba revuelto: el agua no corría, las tierras no eran sólidas, en fin, reinaba Caos (que
en griego quiere decir “la boca del abismo”). De Caos nacieron la Noche y la Oscuridad, que lo
destronaron y engendraron a Éter (el aire luminoso de las alturas) y al Día. De ellos nacieron la Tierra y el
Mar.

Por aquellos tiempos también existía Eros (el amor), un poder tan antiguo como Caos, pero que
impulsaba a la unión y a la creación. Con su fuerza, Eros engendró la vida en la Tierra, hasta entonces
desierta, y florecieron las plantas, crecieron los animales, se poblaron las aguas y el Cielo lo abrazó todo.

De la unión entre el Cielo y la Tierra nacieron doce titanes enormes y fortísimos, tres Cíclopes (que se
llamaban así porque tenían un solo ojo, ubicado en medio de la frente) y tres Gigantes. El Cielo,
temeroso de la fuerza de sus hijos, fue encerrándolos a medida que nacían en el abismo del Tártaro.

Finalmente, la Tierra, como buena madre, decidió liberarlos y el menor de los Titanes, Cronos (el
Tiempo), eliminó a su padre, ocupó su lugar y comenzó a reinar junto a sus hermanos.

Cierta vez, Eros convocó a los hijos de un Titán, llamados Prometeo y Epimeteo, y les pidió que
modelaran un ser capaz de dominar a todos los animales que poblaban la Tierra. Prometeo tomó arcilla
húmeda y modeló figuras con forma semejante a la de los dioses. Eros les infundió con su soplo el
espíritu de la vida, y así nacieron las personas.

Prometeo quedó tan encantado con las criaturas recién creadas que quiso ofrecerles algo que las hiciera
mucho más parecidas a los dioses. Entonces robó una chispa del fuego sagrado y se las regaló, para que
tuvieran dominio sobre el fuego.

Ese atrevimiento de Prometeo irritó mucho a los dioses, quienes para vengarse crearon a una mujer
hermosísima, a la que llamaron Pandora. A ella le regalaron un cofre y le ordenaron que jamás intentara
abrirlo. Pandora aceptó la condición y se convirtió en la feliz esposa de Epimeteo.

Durante un tiempo vivieron muy contentos; pero, como bien habían previsto los dioses, Pandora no
pudo contener su curiosidad y abrió el cofre, del que comenzaron a salir toda clase de males,
enfermedades y crímenes, que se esparcieron por el mundo. Solo la Esperanza quedó en el fondo de la
caja.

Así fue como la maldad y las pasiones se fueron adueñando de los hombres. La Tierra se empapó de
sangre y la Buena Fe, la Justicia y el Pudor la abandonaron y volaron hacia el Cielo.

Viendo esto, los dioses consideraron que la raza de los hombres no debía sobrevivir y desbordaron las
aguas del Cielo y de la Tierra; tierra y mar se confundieron y solo logró sobrevivir una pareja. Un hombre,
Deucalión, y su esposa Pirra, considerados justos y piadosos. Ambos se mantuvieron a bordo de una
débil barca y, cuando las aguas descendieron, lloraron sobre la tierra desierta rogando piedad a los
dioses.
Entonces escucharon una voz poderosa que les decía estas palabras: “Velad vuestros ojos y tirad hacia
atrás los huesos de vuestra abuela”. Después del desconcierto del principio, se pusieron a meditar y
comprendieron que su abuela era la Tierra, y que los huesos de la Tierra eran las piedras. Entusiasmados,
comenzaron a caminar arrojando, a cada paso, una piedra hacia atrás. De las piedras que arrojaba Pirra
nacían mujeres y de las que tiraba Deucalión surgían hombres.

Así se repobló la Tierra después del tremendo diluvio.

ACTIVIDADES

1) ¿Qué intenta explicar el cuento leído?

2) ¿Por qué Prometeo provoca el enojo de los dioses?

3) ¿Qué dioses aparecen en el cuento? Investiga sus características y comentalas

4) Según el cuento ¿quién creo a los hombres? ¿Cómo fueron creados?

5) Realiza una sintesis argumental del cuento

Trabajo Práctico N° 5

1) Busca un mito donde se describa el origen del hombre y escríbelo

2) Busca una leyenda de esta zona y escríbela. Luego cámbiale el título

3) Teniendo en cuenta las historias de los puntos anteriores ¿En qué se diferencian el mito y la leyenda?
Comentalo con tus palabras

4) ¿Qué tipo de personajes sin característicos del mito? Describelos y ejemplifica

5) ¿Qué películas o series conoces cuyos personajes tengan cualidades similares a las que tienen los
personajes de los mitos? Elabora una lista con sus nombres

6) Busca las siguientes leyendas y escribelas

*) La viuda negra

*) La leyenda de coquena

*) La llorona

*) La Salamanca

*) El Lobizon

7) ¿Qué conflictos se presentan en cada una de las leyendas del punto anterior?
8) Describe a los protagonistas de las leyendas del punto 6.

Trabajo Práctico N° 6

1) Lee atentamente el siguiente cuento y elabora un resumen del mismo

EL EMBUDO DE LA MUERTE”

Hacía muy poco que nos habíamos casado con Daniela y ya estábamos en la parte más oscura de la
sombra; cerca de los perros y del Embudo de la Muerte. Me cuesta decir que tuve razón. Hubiera
preferido que, como tantas otras veces, Daniela tuviera razón. A ella le gustaba el turismo de aventura y
los deportes extremos. Su sueño era que yo aprendiera aladeltismo, alpinismo, paracaidismo, y todo ese
tipo de ismos que te llevan directo a tumbarte bajo una lápida. Tenía pesadillas con mi futuro epitafio:
Esto me pasó por ser tan flojo. Y otro más contundente: Esto fue una secuela por querer a Daniela. Si yo
la invitaba a pasar unos días en el casco de una estancia o en la laguna de Junín, ella, por ejemplo,
proponía que fuéramos de mochileros al desierto de Atacama a buscar amonites del Jurásico para su
colección de fósiles. En el último viaje de solteros, casi muero infestado por la mordedura de una Araña
Errante Brasileña, en un desolado hospital de Manaos. Ahí me puse firme. Hace unos días me reprochó:
38 —Claro, ahora que estás casado te achanchaste. De la oficina a casa y de casa al club, o al cine. Ya
tenés pancita. —¡No tengo panza! —refuté, sacando pecho. Y agregué: —Lo máximo que puedo
ofrecerte este fin de semana largo es ir al delta del Paraná. —Está bien. Pero después escalamos el
Monte Everest. —Dame tiempo, ¿puede ser? —respondí. Busqué una lista de lugares posibles, no más
allá de la primera sección de islas. Llamé a la Secretaría de Turismo de Tigre y una empleada me informó
que los recreos y cabañas se encontraban cubiertos debido a un contingente de ancianos japoneses.
—¿Y si nos quedamos en casa? —arriesgué. —Es lo último que haría. El sábado a primera hora vamos a
la estación fluvial, que algo vamos a encontrar; así, improvisado, todo sale más lindo —dijo Daniela, sin
dejarme opciones. Y eso hicimos. En el muelle trece, esquivando a los simpáticos turistas asiáticos,
dimos con un tal señor Pedro, un hombre mayor, bajo y enérgico, que tenía una lancha vieja, pero en
buen estado. Nos recomendó hospedarnos en la Casona de Sicilia, en la segunda sección de las islas.
—Comer y dormir en la Casona es muy barato. Si se animan a cruzar el Embudo de la Muerte, los llevo.
—¿Qué es eso? —preguntó Daniela, entusiasmada. 39 —Es una leyenda. Dicen que allí murió ahogada
una mujer y que su ánima se convirtió en un remolino que todo lo traga y luego lo lanza hacia arriba, con
un chorro de agua. Daniela quedó encantada por la posibilidad cierta de un peligro. Después de
atravesar el río Luján y de zarandearnos por el paso de yates prepotentes y lanchas colectivas, iniciamos
un monótono andar entre arroyos y canales. Los árboles comenzaron a formar un arco casi perfecto
encima de nosotros. —Esto es muy agreste. Capaz que hasta hay pumas —dijo Daniela. El señor Pedro
respondió: —No, pumas no. —¿Jaguares? —arriesgué. —No, jaguares, no. Respiré más tranquilo. Sin
pumas ni jaguares, al menos no había grandes felinos; quedaba la posibilidad de los gatos monteses.
—No, gatos monteses, no. —¿Qué hay de… interesante? —preguntó Daniela, supongo que con la ilusión
de que hubiera algún depredador natural de la especie humana, para que todo resultara más romántico.
—Están los perros. La respuesta me alivió, pero me preocupó una mueca maliciosa, secreta, que se
formó en los labios del viejo.

La oscuridad era casi total, la techumbre vegetal no dejaba filtrar un rayo de sol; pasamos del canto de
los pájaros al silencio y del silencio a un estruendo lejano que se fue haciendo más y más fuerte. De
pronto, los ruidos fueron ensordecedores, el canal comenzó a ensancharse y al tomar una curva, vimos
un enorme círculo de espuma donde las aguas se revolvían sin cesar. —¡Ahora es cuando…! —gritó
Pedro. Solo había un margen muy estrecho por donde la lancha podía cruzar. Con la pericia de un
domador el viejo superó el remolino, un remolino singular ya que tragaba las aguas y luego las vomitaba
con fuerza; para volver a tragarlas. Un fenómeno inexplicable. —¿Cómo puede existir tal cosa? —chilló
Daniela, aferrada a mis antebrazos. —Es la ahogada, que tiene hambre —susurró Pedro. Nos internamos
en un arroyo diminuto cuando un coro de ladridos feroces nos alarmó. Un montón de perros —luego
sabríamos que eran seis— flacos, de cuello largo, con bocas babeantes y ojos rojizos se arrojaron al agua
en un intento desesperado por abordar la lancha. Uno de ellos llegó a encaramarse sobre la proa, pero el
viejo lo ahuyentó con un palo. Abandonaron la persecución con aullidos lastimeros. Al descender en el
muelle corroído de la Casona, Daniela vibraba y yo, solo temblaba. Le pagamos el viaje al lanchero y
prometió volver el domingo a la tarde. Nos recibió una anciana esmirriada, de ojos grandes, negros, que
42 nos sonrió sin dulzura, dejando ver los espacios vacíos entre diente y diente. —Pasen al cuarto y
bajen a desayunar —ofreció. Poco después, en la amplia galería, la mujer nos trajo un té sin gusto y unas
galletas de agua sin sal. —El viaje nos abrió el apetito —dije, en tono ligero, pero algo ofuscado por la
humildad de la vianda. —Mis cachorros comerán muy bien —respondió la anciana, y dio media vuelta,
hacia el monte. —¿Irá a buscar huevos de gallina? —murmuré. —Qué tierna. Para ella somos dos
cachorros. ¿Viste lo que fue ese remolino? ¿No fue genial? ¡Si te hubieras isto la cara! ¿Y los perros?
¡Guau! —dijo Daniela. Contemplé la belleza de aquella casona, una belleza decadente, incluso
abandonada, pero con un encanto que superaba cualquier falta de confort. Y entonces, no muy lejos,
escuché a la anciana decir: —Cachorros, cachorritos… la comida ya está lista. Vengan, cachorritos. Me
faltaban unos segundos para advertirle a Daniela que teníamos que correr, correr, correr porque allá,
detrás del ceibo venía la vieja con los seis perros, todos juntitos, como si fueran una sola

2) Cuáles son las diferencias entre Daniela y su marido?

3) ¿Qué plan piensan para el fin de semana largo?

4) ¿Dónde se alojan? ¿Quién los lleva?

5) ¿Qué es el “embudo de la muerte”? Explicar el episodio de los perros.

6) ¿Cuál es el desenlace de la historia?

7) ¿Por qué se puede decir que este texto es una leyenda? Explícalo con tus palabras

8) ¿Podrán Daniela y Pedro librarse de Escila y Caribdis? ¿Cómo? Escribe un breve relato que resuelva la
situación.
TRABAJO PRÁCTICO N°8

1) Lee el siguiente cuento y elabora una síntesis argumental del mismo

CARCASONA

En una carta de un amigo a quien nunca he visto, uno de los que leen mis libros, aparecía esta línea: En
cuanto a él, nunca vino a Carcasona. Ignoro el origen de la cita, pero me inspiró a escribir este cuento
sobre ella. Cuando Camorak reinaba en Arn, y el mundo era más hermoso, dio una fiesta a todo el
Bosque para conmemorar el esplendor de su juventud. Dicen que su casa en Arn era inmensa y elevada,
y su techo estaba pintado de azul; y cuando caía la tarde, los hombres se subían por escaleras y
encendían los centenares de velas que colgaban de sutiles cadenas. Y dicen también que a veces venia
una nube y se filtraba por lo alto de una de las ventanas circulares, y venia sobre el ángulo del edificio,
como la bruma del mar viene sobre el borde agudo de un acantilado, donde un antiguo viento ha
soplado siempre y siempre (ha arrastrado miles de hojas y miles de centurias; unas y otras son lo mismo
para él; no debe vasallaje al Tiempo). Y la nube tomaba nueva forma en la alta bóveda de la sala, y
avanzaba lentamente por ella, y salía de nuevo al cielo por otra ventana. Y según su forma, los
caballeros, en la sala de Camorak, profetizaban las batallas y los sitios y la próxima temporada de guerra.
Dicen de la sala de Camorak en Arn que no ha habido otra como ella en tierra alguna, y predicen que
nunca la habrá.

Allí había venido el pueblo del Bosque desde majadas y selvas, revolviendo tardos pensamientos de
comida y albergue y amor, y se sentaban maravillados en aquella famosa sala; en ella estaban también
sentados los hombres de Arn, la ciudad que se agrupaba en torno a la alta casa del rey, y tenía todos los
techos cubiertos con la tierra roja, maternal. Si puede prestarse fe a los viejos cantos, era una sala
maravillosa. Muchos de los que estaban allí sentados la habrían visto sólo desde lejos, una forma clara
en el paisaje, algo menor que una montaña. Ahora contemplaban a lo largo del muro las armas de los
hombres de Camorak, sobre las cuales habían ya hecho cantos los tañedores de laúd. En ellos describían
el escudo de Camorak, que se había agitado en tantas batallas, y los filos agudos, pero mellados, de su
espada; allí estaban las armas de Gadriol el Leal, y Norn, y Athoric, de la Espada de Granizo; Heriel el
Salvaje, Yarold y Thanga de Esk; sus armas colgaban igualmente todo a lo largo de la sala, a una altura
que un hombre pudiera alcanzarlas; y en el sitio de honor en el medio, entre las armas de Camorak y de
Gadriol el Leal, colgaba el arpa de Arleón. Y de todas las armas que colgaban en aquellos muros,
ningunas fueron más funestas a los enemigos de Camorak que lo fue el arpa de Arleón. Porque para un
hombre que marcha a pie contra una plaza fuerte es agradable ciertamente el chirrido y el traqueteo de
alguna temerosa máquina de guerra que sus compañeros de armas están manejando detrás, de la cual
pasan suspirando sobre su cabeza pesadas rocas que van a caer entre los enemigos; y agradables son
para un guerrero en el agitado combate las rápidas órdenes de su rey, y una alegría para él los vítores
distantes de sus compañeros, súbitamente exaltados en una de las alternativas de la guerra.

Todo esto y más era el arpa para los hombres de Camorak, porque no sólo excitaba a sus guerreros, sino
que muchas veces Arleón del Arpa hubo de producir un espanto salvaje entre las huestes contrarias
clamando súbitamente una profecía arrebatada, mientras sus manos recorrían las rugientes cuerdas.
Además, nunca fue declarada guerra alguna hasta que Camorak y sus hombres hubiesen escuchado
largamente el arpa y estuviesen exaltados con la música y locos contra la paz. Una vez, Arleón, con
motivo de una rima, había movido guerra a Estabonn; y un mal rey fue derribado, y se ganó honor y
gloria; por tan singulares motivos se acrecienta a veces el bien.

Por encima de los escudos y las arpas, todo alrededor de la sala, estaban las pintadas figuras de
fabulosos héroes de cantos célebres. Demasiado triviales, porque demasiado sobrepujadas por los
hombres de Camorak, parecían todas las victorias que la tierra había conocido; ni siquiera se había
desplegado algún trofeo de las setenta batallas de Camorak, porque estas batallas nada eran para sus
guerreros o para él en comparación con aquellas cosas que en su juventud habían soñado y que
vigorosamente se proponían aún hacer.

Por encima de las pintadas figuras había la oscuridad, porque la tarde se iba cerrando y las velas que
colgaban de las ligeras cadenas aún no estaban encendidas en el techo; era como si un pedazo de la
noche hubiese sido incrustado en el edificio cual una enorme roca que asoma en una casa. Y allí estaban
sentados todos los guerreros de Arn y el pueblo del Bosque admirándolos; y ninguno tenía más de
treinta años, y todos fueron muertos en la guerra. Y Camorak estaba sentado a la cabeza de todos,
exultante de juventud.

Tenemos que luchar con el tiempo durante unas siete décadas, y es un antagonista débil y flojo en las
tres primeras partidas. Encontrábase presente en esta fiesta un adivino, uno que conocía las figuras del
Hado y que se sentaba entre el pueblo del Bosque; y no tenía sitio de honor, porque Camorak y sus
hombres no tenían miedo al Hado. Y cuando hubieron comido la carne y los huesos fueron echados a un
lado, el rey se levantó de su asiento y, después de beber vino, en la gloria de su juventud y con todos sus
caballeros en torno suyo, llamó al adivino, diciendo:

—Profetiza.

Y el adivino se levantó, acariciando su barba gris, y habló cautelosamente:

—Hay ciertos acontecimientos —dijo— sobre los caminos del Hado, que están velados aun ante los ojos
de un adivino, y otros muchos tan claros para nosotros, que estarían mejor velados para todos; muchas
cosas conozco yo que mejor es no predecirías, y algunas que no puedo predecir, so pena de centurias de
castigo. Pero esto conozco y predigo: que nunca llegaréis a Carcasona.

En seguida hubo un susurro de conversaciones que hablaban de Carcasona; algunos habían oído de ella
en discursos o cantos; algunos habían leído cosas de ella, y algunos habían soñado con ella. Y el rey envió
a Arleón del Arpa que descendiese del sitio que ocupaba a su derecha y se mezclase con el pueblo del
Bosque y oyese lo que dijeran de Carcasona. Pero los guerreros hablaban de las plazas que habían
ganado, mucha fortaleza bien defendida, mucha tierra lejana, y juraban que irían a Carcasona.

Y al cabo de un momento volvió Arleón a la derecha del rey, y levantó su arpa y cantó y habló de
Carcasona. Muy lejos estaba, enormemente lejos, una ciudad de murallas brillantes que se elevaban las
unas sobre las otras, y azoteas de mármol detrás de las murallas, y fuentes centelleantes sobre las
azoteas. A Carcasona se habían retirado primero de los hombres los reyes de los elfos con sus hadas, y la
habían construido en una tarde a finales de mayo, soplando en sus cuernos de elfos. ¡Carcasona!
¡Carcasona!

Viajeros la habían visto algunas veces como un claro sueño, con el sol brillando sobre su ciudadela en la
cima de una lejana montaña, y en seguida habían venido las nubes o una súbita niebla; ninguno la había
visto largo rato ni se había aproximado a ella, aunque una vez hubo ciertos hombres que llegaron muy
cerca, y el humo de las casas sopló sobre sus rostros, una ráfaga repentina no más, y éstos declararon
que alguien estaba quemando madera de cedro allí.

Hombres habían soñado que allí hay una hechicera que anda solitaria por los fríos patios y corredores de
palacios marmóreos, terriblemente bella a pesar de sus ochenta centurias, cantando el segundo canto
más antiguo que le fue enseñado por el mar, vertiendo lágrimas de soledad por ojos que enloquecerían
a ejércitos, y que, sin embargo, no llamaría junto a sí a sus dragones; Carcasona está terriblemente
guardada. Algunas veces nada en un baño de mármol, por cuyas profundidades rueda un río, o
permanece toda la mañana al borde secándose lentamente al sol, y contempla cómo el agitado río turba
las profundidades del baño. Este río brota al través de las cavernas de la tierra más lejos de lo que ella
conoce, sale a la luz en el baño de la hechicera y vuelve a penetrar por la tierra para encaminarse a su
propio mar particular.

En otoño desciende a veces crecido y ceñudo con la nieve que la primavera ha derretido en montañas
inimaginadas, o pasan bellamente arbustos con flores marchitas de montaña.

Cuando ella canta, las fuentes se alzan danzando de la oscura tierra; cuando se peina sus cabellos, dicen
que hay tempestades en el mar; cuando está enojada, los lobos se ponen bravos y todos descienden a
sus cubiles; cuando está triste, el mar está triste, y ambos están tristes eternamente. ¡Carcasona!
¡Carcasona!

Esta ciudad es la más bella de las maravillas de la mañana; el sol rompe en alaridos cuando la contempla;
por Carcasona, la tarde llora cuando la tarde muere.

Y Arleón dijo cuántos peligros divinos había en derredor de la ciudad, y cómo el camino era desconocido,
y que era una aventura caballeresca. Entonces, todos los caballeros se levantaron y cantaron el
esplendor de la aventura. Y Camorak juró por los dioses que habían construido a Arn y por el honor de
sus guerreros que, vivo o muerto, habría de llegar a Carcasona.

Pero el adivino se levantó y salió de la sala, quitándose las migajas con sus manos y alisándose el traje
según marchaba.

Entonces, Camorak dijo:

—Hay muchas cosas que planear, y consejos que tomar, y provisiones que reunir. ¿Qué día partiremos?

Y todos los guerreros respondieron gritando:


—¡Ahora!

Y Camorak sonrió, porque sólo había querido probarlos. De los muros tomaron entonces sus armas
Sikorix, Kelleron, Aslof, Wole, el del Hacha; Huhenoth, el Quebrantador de la Paz; Wolwuf, Padre de la
Guerra; Tarión, Lurth, el del Grito de Guerra, y otros muchos. Poco se imaginaban las arañas que estaban
sentadas en aquella sala ruidosa el solaz ininterrumpido que iban pronto a disfrutar. Cuando se hubieron
armado, se formaron todos y salieron de la sala, y Arleón iba delante de ellos a caballo cantando a
Carcasona. Pero el pueblo del Bosque levantóse y volvió bien alimentado a sus establos. Ellos no tenían
necesidad de guerras o de raros peligros. Ellos estaban siempre en guerra con el hambre. Una larga
sequía o un invierno duro eran para ellos batallas campales; si los lobos entraban en un redil, era como la
pérdida de una fortaleza; una tormenta en la época de la siega era como una emboscada. Bien
alimentados, volvieron lentamente a sus establos, en tregua con el hambre; y la noche se llenó de
estrellas.

Y negros sobre el cielo estrellado aparecían los redondos yelmos de los guerreros según pasaban las
cimas de los montes, pero en los valles centelleaban aquí y allí, según la luz estelar caía sobre el acero.
Seguían detrás de Arleón, que marchaba hacia el Sur, de donde siempre habían venido rumores de
Carcasona; así marchaban a la luz de las estrellas, y él delante de todos cantando. Cuando hubieron
marchado tan lejos que no oían ningún ruido de Arn, y que hasta el sonido de sus volteantes campanas
se había apagado; cuando las velas que ardían allá arriba en las torres no les enviaban ya su
desconsolada despedida; en medio de la noche aplaciente que arrulla los rurales espacios, el cansancio
vino sobre Arleón y su inspiración decayó. Decayó lentamente. Poco a poco fue estando menos seguro
del camino a Carcasona.

Unos momentos se detenía a pensar, y recordaba el camino de nuevo; pero su clara certeza había
desaparecido, y en su lugar ocupaban su mente esfuerzos por recordar viejas profecías y cantos de
pastores que hablaban de la maravillosa ciudad. Entonces, cuando se decía a sí mismo cuidadosamente
un canto que un vagabundo había aprendido del muchacho de un cabrero, allá lejos, sobre los bajos
declives de extremas montañas meridionales, la fatiga cayó sobre su mente trabajada como nieve sobre
los caminos sinuosos de una ciudad ruidosa, enmudeciéndolo todo. Estaba en pie y los guerreros se
agolpaban junto a él. Durante largo tiempo habían pasado a lo largo de grandes encinas que se alzaban
solitarias aquí y allí, como gigantes que respiran en enormes alientos el aire de la noche antes de realizar
algún hecho terrible; ahora habían llegado a los linderos de un bosque negro; los troncos se erguían
como grandes columnas en una sala egipcia, de la cual Dios recibía, según manera antigua, las plegarias
de los hombres; la cima de este bosque cortaba el camino de un antiguo viento.

Aquí se pararon todos y encendieron un fuego de ramas sacando chispas del pedernal sobre un montón
de helecho. Despojáronse de sus armaduras y sentáronse en torno del fuego, y Camorak se levantó allí y
se dirigió a ellos, y Camorak dijo: «Vamos a guerrear contra el Hado, cuya sentencia es que yo no he de
llegar a Carcasona. Y si descaminamos una sola de las sentencias del Hado, entonces todo el futuro del
mundo es nuestro, y el futuro que el Hado ha dispuesto es como el cauce seco de un río desviado. Pero si
hombres como nosotros, si tan resueltos conquistadores no pueden prevenir una sentencia que el Hado
ha decidido, entonces la raza de los hombres estará por siempre sujeta a hacer como esclava la
mezquina tarea que se le ha señalado. »

Entonces, todos ellos desenvainaron sus espadas y las blandieron en alto en el resplandor de la hoguera,
y declararon guerra al Hado. Nada en el bosque sombrío se movía y ningún ruido se escuchaba. Hombres
cansados no sueñan de guerra. Cuando la mañana vino sobre los campos centelleantes, un grupo de
gentes que habían salido de Arn descubrieron el campamento de los guerreros y trajeron tiendas y
provisiones. Y los guerreros tuvieron un festín, y los pájaros cantaban en el bosque, y se despertó la
inspiración de Arleón.

Entonces se levantaron y, siguiendo a Arleón, entraron en el bosque y marcharon hacia el Sur. Y más de
una mujer de Arn les envió sus pensamientos cuando tocaban algún viejo aire monótono; pero sus
propios pensamientos iban muy lejos delante de ellos, deslizándose sobre el baño al través de cuyas
profundidades corre el río en Carcasona, ciudad de mármol.

Cuando las mariposas danzaban en el aire y el sol se aproximaba al cenit, fueron levantadas las tiendas, y
todos los guerreros descansaron; y de nuevo tuvieron festín, y ya avanzada la tarde, continuaron
marchando una vez más, cantando a Carcasona.

Y la noche bajó con su misterio sobre el bosque, y dio de nuevo su aspecto demoníaco a los árboles, y
sacó de profundidades nebulosas una luna enorme y amarilla. Y los hombres de Arn encendieron
hogueras, y súbitas sombras surgieron y se alejaron saltando fantásticamente. Y sopló el viento de la
noche, levantándose como un aparecido; y pasaba entre los troncos, y se deslizaba por los claros de luz
cambiante, y despertaba a las fieras que aún soñaban con el día, y arrastraba pájaros nocturnos al
campo para amenazar a las gentes timoratas, y golpeaba las rosas contra las ventanas de los aldeanos, y
murmuraba noticias de la noche amiga, y transportaba a los oídos de los hombres errantes el eco del
cantar de una doncella, y daba un encanto misterioso al sonido del laúd tocado en la soledad de unas
distantes colinas; y los ojos profundos de las polillas lucían como las lámparas de un galeón, y extendían
sus alas y bogaban por su mar familiar. Sobre este viento de la noche también los sueños de los hombres
de Camorak iban flotando hacia Carcasona.

Toda la mañana siguiente marcharon y toda la tarde, y conocieron que se iban acercando ahora a las
profundidades del bosque. Y los ciudadanos de Arn se apretaron entre si y detrás de los guerreros.
Porque las profundidades del bosque eran todas desconocidas de los viajeros, pero no desconocidas
para los cuentos de espanto que los hombres dicen por la tarde a sus amigos en el bienestar seguro de
sus hogares. Entonces apareció la noche y una luna desmesurada. Y los hombres de Camorak durmieron.

Algunas veces se despertaban y se volvían a dormir; y aquellos que permanecían despiertos largo tiempo
y se ponían a escuchar, oían los pasos de pesadas criaturas bípedas marchando lentamente al través de
la noche sobre sus patas. Tan pronto como hubo luz, los hombres sin armas de Arn principiaron a
escurrirse y se volvieron en bandas al través del bosque. Cuando vino la oscuridad, no se detuvieron para
dormir, sino que continuaron huyendo todo derecho hasta que llegaron a Arn, y con los cuentos que allí
dijeron aumentaron aún el terror de la selva.
Pero los guerreros tuvieron un festín, y después Arleón se levantó y tocó su arpa, y los condujo otra vez;
y unos pocos fieles servidores permanecieron con ellos aún. Y marcharon todo el día al través de una
oscuridad que era tan vieja como la noche. Pero la inspiración de Arleón ardía en su mente como una
estrella. Y los condujo hasta que los pájaros comenzaron a posarse en las cimas y anochecía, y todos
ellos acamparon. Tenían ahora sólo una tienda que les habían dejado, y junto a ella encendieron una
hoguera, y Camorak puso un centinela con la espada desnuda, justamente detrás del resplandor del
fuego. Algunos de los guerreros dormían en el pabellón, y otros alrededor de él. Cuando vino la aurora,
algo terrible había matado al centinela y se lo había comido. Pero el esplendor de los rumores de
Carcasona, y el decreto del Hado, que nunca llegarían a ella, y la inspiración de Arleón y su arpa, todo
incitaba a los guerreros; y marcharon todo el día más y más adentro en la selva. Una vez vieron un
dragón que había cogido un oso y estaba jugando con él, dejándole correr un corto trecho y
alcanzándolo con una zarpa.

Por fin vinieron a un claro en la selva a punto de anochecer. Un perfume de flores ascendía de él como
una niebla, y cada gota de rocío interpretaba el cielo en sí misma. Era la hora en que el crepúsculo besa a
la Tierra. Era la hora en que viene una significación a las cosas sin sentido, y los árboles superan en
majestad la pompa de los monarcas, y las tímidas criaturas salen a hurtadillas en busca del alimento, y
los animales de rapiña sueñan aún inocentemente, y la Tierra exhala un suspiro, y es de noche.

En medio del vasto claro, los guerreros de Camorak acamparon, y se alegraron viendo aparecer de nuevo
las estrellas, una tras otra. Esta noche comieron las últimas provisiones y durmieron sin que los
molestasen las alimañas rapaces que pueblan la oscuridad de la selva. Al día siguiente, algunos de los
guerreros cazaron ciervos, y otros permanecieron en los juncos de un lago vecino y dispararon flechas
contra las aves acuáticas. Mataron un ciervo, y algunos gansos, y varias cercetas. Aquí continuaron los
aventureros respirando el aire salvaje que las ciudades no conocen; durante el día cazaban, y encendían
hogueras por la noche, y cantaban y tenían festines, y se olvidaban de Carcasona. Los terribles
habitantes de las tinieblas nunca los molestaban; la carne de venado era abundante, y toda clase de aves
acuáticas; gustaban de la caza por el día, y por la noche de sus cantos favoritos. Así fueron pasando un
día y otro, y así una y otra semana. El tiempo arrojó sobre este campamento un puñado de mediodías,
las lunas de oro y plata que van consumiendo el año; el Otoño y el Invierno pasaron, y la Primavera
apareció; los guerreros continuaban allí en sus cacerías y sus banquetes.

Una noche de primavera se hallaban en un banquete alrededor del fuego, y contaban cuentos de caza; y
las blandas polillas salían de la oscuridad y paseaban sus colores por la luz del fuego, y volvían grises a la
oscuridad otra vez; y el viento de la noche era frío sobre los cuellos de los guerreros, y la hoguera del
campamento era cálida en sus rostros, y un silencio se había establecido entre ellos después de algún
canto; y Arleón se alzó repentinamente, acordándose de Carcasona. Y su mano se deslizó sobre las
cuerdas del arpa, despertando las más profundas, como el ruido de gentes ágiles que están danzando
sobre el bronce; y la música se iba a perder entre el propio silencio de la noche, y la voz de Arleón se
levantó:

—Cuando hay sangre en el baño, ella conoce que hay guerra en las montañas y anhela oír el grito de
combate que lanzan hombres de sangre real.
Y súbitamente todos gritaron:

—¡Carcasona!

Y con esta palabra su pereza desapareció como desaparece un sueño de un soñador despertado por un
grito. Y pronto principió la gran marcha que ya no tuvo vacilaciones ni titubeos. Llegaron a convertirse en
un proverbio de la marcha errante, y nació una leyenda de hombres extraños, desconsolados. Las gentes
hablaban de ellos a la caída de la noche, cuando el fuego ardía vivamente y la lluvia caía de los aleros. Y
cuando el viento era fuerte, los niños pequeños creían llenos de miedo que los Hombres que Nunca
Descansarían pasaban haciendo ruido. Se referían cuentos extraños de hombres en vieja armadura gris
que avanzaban por las cimas de los collados y que jamás pedían albergue; y las madres decían a sus
hijos, impacientes de permanecer en casa, que los grises errabundos habían sentido en otro tiempo la
misma impaciencia, y ahora no tenían esperanza de descanso y eran arrastrados con la lluvia cuando el
viento se enfurecía. Pero los errabundos se sentían excitados en sus marchas continuas por la esperanza
de llegar a Carcasona, y más tarde por la cólera contra el Hado, y últimamente continuaban marchando
porque parecía mejor continuar marchando que pensar.

Y un día llegaron a una región montuosa, con una leyenda en ella que sólo tres valles más allá se podía
ver, en días claros, Carcasona. Aunque estaban cansados y eran pocos, y se hallaban gastados por los
años, que todos les habían traído guerras, lanzáronse al instante, conducidos siempre por la inspiración
de Arleón, ya decaído por la edad, aunque seguía tocando música con su vieja arpa. Todo el día fueron
descendiendo al primer valle, y durante dos días subieron, y llegaron a la Ciudad Que No Puede Ser
Tomada En Guerra, debajo de la cima de la montaña, y sus puertas fueron cerradas contra ellos, y no
había camino alrededor. A derecha e izquierda había precipicios escarpados en todo lo que alcanzaba la
vista o decía la leyenda, y el paso se hallaba al través de la ciudad. Por esto Camorak formó a los
guerreros que le quedaban en línea de batalla para sostener su última guerra, y avanzaron sobre los
huesos calcinados de antiguos ejércitos sin enterrar.

Ningún centinela los desafió en la puerta; ninguna flecha voló de torre alguna de guerra. Un ciudadano
trepó solo a la cumbre de la montaña, y los demás se escondieron en lugares abrigados. Porque en la
cumbre de la montaña, abierta en la roca, había una profunda caverna en forma de taza, y en esa
caverna ardían suavemente hogueras. Pero si alguien arrojaba un guijarro a las hogueras, como uno de
estos ciudadanos tenía costumbre de hacer cuando los enemigos se acercaban, la montaña lanzaba
rocas intermitentes durante tres días, y las rocas caían llameantes sobre toda la ciudad y todos sus
alrededores. Y precisamente cuando los hombres de Camorak principiaron a golpear la puerta para
derribarla, oyeron un estallido en la montaña, y una gran roca cayó detrás de ellos y se precipitó rodando
al valle. Las dos siguientes cayeron frente a ellos sobre los techos de hierro de la ciudad. Justamente
cuando entraban en la ciudad, una roca los encontró apiñados en una calle estrecha y aplastó a dos de
ellos. La montaña humeaba y parecía palpitar; a cada palpitación, una roca se hundía en las calles o
botaba sobre los pesados techos de hierro, y el humo subía lentamente, lentamente.

Cuando al través de las largas calles desiertas de la ciudad llegaron a la puerta cerrada del fin, sólo
cincuenta quedaban. Cuando hubieron conseguido derribar la puerta, no había más que diez vivos. Otros
tres fueron muertos cuando iban subiendo la cuesta, y dos cuando pasaban cerca de la terrible caverna.
El Hado permitió que el resto avanzase algún trecho bajando la montaña por el otro lado, y entonces les
tomó tres de ellos. Sólo Camorak y Arleón habían quedado vivos. Y la noche descendió sobre el valle al
cual habían venido, y estaba iluminada por los resplandores de la fatal montaña; y los dos hicieron duelo
de sus camaradas durante toda la noche. Pero cuando vino la mañana se acordaron de su guerra contra
el Hado y su vieja resolución de llegar a Carcasona, y la voz de Arleón se alzó en un canto vibrante, y
arrancó música de su vieja arpa, y se puso en pie, y marchó rostro al Sur como había hecho años y años,
y detrás de él iba Camorak. Y cuando al fin subieron desde el último valle y se pararon sobre la cima del
collado en la luz dorada de la tarde, sus ojos envejecidos vieron sólo millas de selva y los pájaros que se
retiraban a sus nidos. Sus barbas estaban blancas, y habían viajado muy lejos y con muchos trabajos; les
había llegado el tiempo en que un hombre descansa de sus trabajos y sueña, durmiendo ligeramente,
con los años que fueron y no con los que serán. Largo tiempo miraron hacia el Sur; y el sol se puso sobre
los remotos bosques, y las luciérnagas encendieron sus lámparas, y la inspiración de Arleón se alzó y
huyó para siempre, para alegrar, acaso, los sueños de hombres más jóvenes.

Y Arleón dijo:

—Mi rey, no conozco ya el camino de Carcasona.

Y Camorak sonrió como sonríen los ancianos, con poco motivo de alegría, y dijo:

—Los años van pasando por nosotros como grandes pájaros ahuyentados de alguna antigua ciénaga gris
por la fatalidad, el Destino y los designios de Dios. Y puede muy bien ser que contra éstos no haya
guerrero que sirva, y que el Hado nos haya vencido, y que nuestro afán haya fracasado.

Y después de esto se quedaron en silencio. Entonces desenvainaron sus espadas, y uno junto al otro,
bajaron a la selva, buscando aún a Carcasona.

Yo imagino que no fueron muy lejos, porque había mortales pantanos en aquel bosque, y tinieblas más
tenaces que las noches, y bestias terribles acostumbradas a sus caminos. Ni hay allí leyenda alguna, ni en
verso ni entre los cantos del pueblo de las campiñas, de que alguno hubiese llegado a Carcasona.

2) ¿Qué aspectos del cuento te resultaron más interesantes? Fundamenta tu respuesta

3) Explica el sentido del cuento a partir del aspecto que más llamó tu atención

4) El tema principal del cuento es la imposibilidad de quebrantar los designios del destino. Pero una
nueva lectura puede poner en duda este planteamiento. De acuerdo con ella el destino es la excusa que
usa el autor para mostrar la grandeza del espíritu heróico. Camorak y sus hombres representan al más
grande ejemplar de todos los seres humanos: el héroe. Aquél hombre que sueña y lucha hasta el final
por alcanzar lo que anhela, ése que jamás se rinde y que a pesar de saberse derrotado continúa
combatiendo aún contra aquello contra lo que no se puede pelear.

*) ¿Estás de acuerdo con esta afirmación? Argumenta tu respuesta tomando del cuento los elementos
necesarios para elaborar tu argumentación.
5) El sentido de lo heróico está contenido en las palabras que Camorak dirige a sus hombres, cuando les
dice: "Si subvertimos una sola de las sentencias del Destino, entonces todo el futuro del mundo será
nuestro. Pero si hombres como nosotros, si tan resueltos conquistadores no pueden alterar una
sentencia que el Destino ha decidido, entonces la raza de los hombres estará por siempre sujeta a ser
esclava de la mezquina tarea que se le ha señalado."

*) Explica la concepción de héroe que hay detrás de éstas palabras y determina cuáles son las
características del héroe de acuerdo con el concepto que de éste el autor. Verifica con el texto tu
respuesta.

6) La idea de lo heróico no se limita al guerrero. También plantea la noción del poeta como heroe en la
figura de Arleón

*) En tu opinión ¿Los artistas, músicos y científicos pueden ser considerados héroes? ¿Por qué?

7) En el cuento la figura del héroe guerrero se contrapone a la del hombre común representado por la
gente del bosque. Pero esto no es del todo cierto, en la figura de la gente del bosque se representa otro
tipo de heroísmo: el heroísmo del hombre de pueblo quien debe enfrentar la vida día a día. ¿Estás de
acuerdo con este planteamiento? ¿Crees que la gente del bosque es heróica? ¿Por qué? Utiliza
elementos del cuento para argumentar tus respuestas.

Trabajo Práctico N° 9

1) ¿Qué entiendes por héroe? Elabora una definición del término con tus propias palabras

2) actualmente ¿Existen los héroes? Fundamenta tu respuesta

3) ¿Cuál es la diferencia entre los héroes de la antigüedad y los héroes de la actualidad? Explica la
respuesta

4) Actualmente ¿Necesita la sociedad de un héroe como modelo a seguir? ¿Por qué? Fundamenta

5) Los súper-heroes que presentan los medios masivos ¿Representan el modelo de héroe que necesita la
sociedad? Fundamenta.

6) ¿Qué súper-heroe te gustaba en la infancia? Describelos y fundamenta

7) ¿Cuáles deben ser las características de un héroe en una sociedad como la nuestra?

8) En la tradición oral de un pueblo es frecuente la creación de personajes con características míticas,


heróicas o sobrenaturales. Averigua cuentos regionsles a cerca de algún personaje con alguna de estas
características. Escríbelo y caracteriza al personaje central explicando por qué,a tu juicio, sería un héroe.
TRABAJO PRACTICO N°10

1) Luego de leer el cuento colócale un título y explica de qué se trata

Hubo una vez un villano tan malvado, llamado Milisforo, que ideó un plan para acabar con todas las
cosas importantes del mundo. Ayudado por sus grandes máquinas e inventos, consiguió arruinar a todos,
pues inventó una poción que quitaba las ganas de trabajar. También hizo que la gente no quisiera estar
junta, pues a todos infectó con un gas tan maloliente que cualquiera prefería quedarse en casa antes que
encontrarse con nadie.

Cuando el mundo entero estuvo completamente patas arriba, comprobó que sólo le quedaba una cosa
por destruir para dominarlo completamente: las familias. Y es que a pesar de todos sus inventos
malvados, de sus gases y sus pociones, las familias seguían estando juntas. Y lo que más le fastidiaba era
que todas resistían, sin importar cuántas personas había en cada una, dónde vivían, o a qué se
dedicaban.

Lo intentó haciendo las casas más pequeñas, pero las familias se apretaban en menos sitio. También
destruyó la comida, pero igualmente las familias compartían lo poco que tenían. Y así, continuó con sus
maldades contra lo último que se le resistía en la tierra, pero nada dio resultado.

Hasta que finalmente descubrió cuál era la fuerza de todas las familias: todos se querían, y no había
forma de cambiar eso. Y aunque trató de inventar algo para destruir el amor, Milisforo no lo consiguió, y
triste y contrariado por no haber podido dominar el mundo, se rindió y dejó que todo volviera a la
normalidad.

Acabó tan deprimido el malvado Milisforo, que sólo se le ocurrió ir a llorar a casa de sus padres y
contarles lo ocurrido. Y a pesar de todas las maldades que había hecho, corrieron a abrazarle, le
perdonaron, y le animaron a ser más bueno. Y es que, ¡hasta en la propia familia del malo más malo,
todos se quieren y perdonan todo!

2) ¿Qué desea lograr el protagonista de la historia?

3) ¿Por qué motivo se puede afirmar que el protagonista es un villano? Explicalo con tus palabras

4) ¿Qué es lo que impide al protagonista realizar su deseo? ¿Por qué?

5) ¿Qué opinas sobre el concepto de "familia" que plantea el cuento leído?

6) El siguiente cuento es una adaptación de Robin Hood. Luego de leerlo realiza lo siguiente:

*) Describe al protagonista y explica por qué es considerado un héroe.

Érase una vez un valiente joven que habitaba en el bosque de Sherwood, en Nottingham, llamado Robin
Hood. Junto con su mejor amigo, Little John, pasaban los días robando a los ricos para dárselo a los
pobres. Robin Hood era conocido por ser el mejor arquero del reino de Inglaterra y por ser también una
persona justa y bondadosa que ayudaba a aquellos que más lo necesitaban. También era conocido por
todos que el corazón del arquero era de Lady Mariam, por quien suspiraba mientras esperaba el
momento oportuno para pedirle la mano.

El valiente rey Ricardo Corazón de León se encontraba luchando en las cruzadas y, en su ausencia, su
hermano, el príncipe Juan, era el que se sentaba en el trono. Juan era famoso por su gran avaricia y su
crueldad. Trataba mal al pueblo y cobraba elevados impuestos, sobre todo a los más pobres. La mayoría
ya no tenían con qué pagar pero el príncipe era implacable y seguía recorriendo sus tierras, junto con el
Sheriff de Nottingham, para obligar a los campesinos a pagar los impuestos. La gente de los pueblos se
moría de hambre y Robin Hood y sus hombres no podían permitirlo.

Todo aquel que se enteraba de que el príncipe Juan había salido a recaudar las riquezas de los pobres
campesinos iba rápidamente a decírselo a Robin. Éste preparaba una emboscada en alguno de los
caminos del bosque de Sherwood y le robaba a Juan todo lo recaudado. Durante unos días se escondían
y, cuando el peligro había pasado, volvían y repartían entre los pobres los distintos tesoros. Robin
cuidaba de las gentes de Nottingham y ellos lo apreciaban y protegían por ello.

Enojado por los continuos robos que estaba sufriendo, el príncipe quiso tenderles una trampa. Con este
propósito organizó un concurso de tiro con arco, cuyo premio sería entregado por Lady Mariam. Robin
Hood no pudo resistir la tentación y se presentó. Para evitar ser descubierto y detenido lo hizo
disfrazado, de esa forma participó sin ser identificado. Haciendo honor a su fama y su habilidad ganó el
concurso. Una vez declarado ganador desveló su verdadera identidad para burlarse del príncipe. Y,
aunque éste hizo lo imposible por intentar atraparlo, finalmente escapó audazmente ayudado por sus
amigos.

En venganza, el príncipe Juan, dio orden de captura contra los amigos de Robin. El Sheriff de Nottingham
consiguió capturar a algunos, que serían ejecutados por alta traición el día siguiente por la mañana. El
príncipe sabía que Robin Hood intentaría salvarles, así que planeo una emboscada para deshacerse de él
de una vez por todas. Pero Robin estaba al tanto de la trampa, así que elaborando un astuto plan él y
Little John penetraron en la fortaleza sin ser vistos. Cuando estaban a punto de ejecutar a los presos en
la orca entró en acción, cortando las sogas con una flecha liberando a sus amigos, quienes se abrieron
paso luchando contra los guardias, venciéndolos y liberando a otros prisioneros que se unieron a ellos
en la lucha contra las injusticias del príncipe Juan. En la huida nuestro héroe se vio rodeado por muchos
guardias, pero logró escapar con mucha habilidad y reunirse más tarde con sus compañeros.

Durante un tiempo los bosques estuvieron llenos de gente que vivía en ellos. No podían volver a sus
casas porque el Sheriff había puesto precio a sus cabezas. Pero un día, por fin, el rey Ricardo regresó y
fue informado de cómo se había comportado su hermano, el príncipe Juan. El honorable rey restableció
unos impuestos justos, dejó en libertad a todos aquellos que se encontraban presos y terminó con la
persecución contra Robin y sus amigos. El príncipe Juan, el Sheriff de Nottingham y todos aquellos que
los habían ayudado, fueron encarcelados por sus abusos continuados contra la humilde población de
Inglaterra.
Cuando todo volvió a la calma, Robin, pudo, por fin, tomar por esposa a Lady Mariam. Se casaron en una
hermosa fiesta en la que el rey Ricardo acompañó a la joven al altar. Todos juntos celebraron la felicidad
de la nueva pareja y el final de la tiranía del príncipe Juan.

*) Colócale un título al cuento

*) ¿Qué sucede en la historia? Comentalo con tus palabras

*) ¿Qué similitudes encuentras entre este héroe y el heroe de la película Glass? ¿Y qué diferencias?

*) Enumera las características que un héroe debe tener según el cuento leído.

TRABAJO PRÁCTICO N°11

1) Lee atentamente el siguiente texto y comenta de qué se trata

NADIE ESTÁ SOLO

En este mismo instante hay un hombre que sufre, un hombre torturado tan solo por amar la libertad.
Ignoro dónde vive, qué lengua habla, de qué color tiene la piel, cómo se llama, pero en este mismo
instante cuando tus ojos leen mi pequeño poema, ese hombre existe, grita, se puede oír su llanto de
animal acosado, mientras muerde sus labios para no denunciar a sus amigos. ¿Oyes?

Un hombre solo grita maniatado, existe en algún sitio. ¿He dicho solo? ¿No sientes como yo, el dolor de
su cuerpo repetido en el tuyo? ¿No te mana la sangre bajo los golpes ciegos?

Nadie está solo. Ahora en éste mismo instante, también a tí y a mí nos tienen maniatados.

2) El texto del punto anterior presenta la crueldad humana enfrentada al espíritu de solidaridad ¿Qué
situaciones concretas del mundo actual se ven reflejadas en el texto?

3) Justifica o rechaza las siguientes afirmaciones acerca del mensaje

*) Para el autor del texto, la libertad es algo frágil y vulnerable

*) Si a un hombre se le priva de la libertad, la libertad de todos los hombres está amenazada

*) La solidaridad es necesaria queremos un futuro plenamente libre

4) Cita algunas situaciones reales en la que la libertad sea pisoteada (cinco ejemplo mínimos)

5) ¿A partir de qué actividades en tu vida cotidiana puedes fomentar la libertad y la solidaridad?

TRABAJO PRÁCTICO N°12


1) Lee atentamente el poema de Sor Juana Inés De La Cruz y expresa tu opinión al respecto

Hombres necios que acusáis

a la mujer sin razón,

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual

solicitáis su desdén,

¿por qué queréis que obren bien

si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia

y luego, con gravedad,

decís que fue liviandad

lo que hizo la diligencia.

Dan vuestras amantes penas

a sus libertades alas,

y después de hacerlas malas

las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido

en una pasión errada:

la que cae de rogada,

o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,

aunque cualquiera mal haga:

la que peca por la paga,

o el que paga por pecar?


Pues, ¿para qué os espantáis

de la culpa que tenéis?

Queredlas cual las hacéis

o hacedlas cual las buscáis.

2) ¿De qué acusa Sor Juana en su poema a los hombres?

3) Los temas más comunes del Barroco fueron:

x) La religión como meditación, homenaje y canto

x) El amor

x) El paisaje enriquecido con escasos toques locales

x) Homenaje o composiciones de elogio retóricos

x) Burla,sátira, juegos de palabras que reflejan aspectos sociales

*) Teniendo en cuento la expuesto explica qué temas sobresalen en el poema de Sor Juana

4) Toma uno de los temas expuestos en el punto anterior y realiza un poema

5) Investiga poemas breves de Sor Juana y escríbela. Luego comenta ¿Qué te parecieron?

TRABAJO PRÁCTICO N°13

1) Lee atentamente la siguiente leyenda de Bécquer y elabora una síntesis argumental de la misma.

El Rayo De Luna

Yo no sé si esto es una historia que parece cuento o un cuento que parece historia; lo que puedo decir es
que en su fondo hay una verdad, una verdad muy triste, de la que acaso yo seré uno de los últimos en
aprovecharme, dadas mis condiciones de imaginación.

Otro, con esta idea, tal vez hubiera hecho un tomo de filosofía lacrimosa; yo he escrito esta leyenda que,
a los que nada vean en su fondo, al menos podrá entretenerles un rato.

I
Era noble, había nacido entre el estruendo de las armas, y el insólito clamor de una trompa de guerra no
le hubiera hecho levantar la cabeza un instante ni apartar sus ojos un punto del oscuro pergamino en
que leía la última cantiga de un trovador.

Los que quisieran encontrarle, no lo debían buscar en el anchuroso patio de su castillo, donde los
palafreneros domaban los potros, los pajes enseñaban a volar a los halcones, y los soldados se
entretenían los días de reposo en afilar el hierro de su lanza contra una piedra.

-¿Dónde está Manrique, dónde está vuestro señor? -preguntaba algunas veces su madre.

-No sabemos -respondían sus servidores:- acaso estará en el claustro del monasterio de la Peña, sentado
al borde de una tumba, prestando oído a ver si sorprende alguna palabra de la conversación de los
muertos; o en el puente, mirando correr unas tras otras las olas del río por debajo de sus arcos; o
acurrucado en la quiebra de una roca y entretenido en contar las estrellas del cielo, en seguir una nube
con la vista o contemplar los fuegos fatuos que cruzan como exhalaciones sobre el haz de las lagunas. En
cualquiera parte estará menos en donde esté todo el mundo.

En efecto, Manrique amaba la soledad, y la amaba de tal modo, que algunas veces hubiera deseado no
tener sombra, porque su sombra no le siguiese a todas partes.

Amaba la soledad, porque en su seno, dando rienda suelta a la imaginación, forjaba un mundo
fantástico, habitado por extrañas creaciones, hijas de sus delirios y sus ensueños de poeta, tanto, que
nunca le habían satisfecho las formas en que pudiera encerrar sus pensamientos, y nunca los había
encerrado al escribirlos.

Creía que entre las rojas ascuas del hogar habitaban espíritus de fuego de mil colores, que corrían como
insectos de oro a lo largo de los troncos encendidos, o danzaban en una luminosa ronda de chispas en la
cúspide de las llamas, y se pasaba las horas muertas sentado en un escabel junto a la alta chimenea
gótica, inmóvil y con los ojos fijos en la lumbre.

Creía que en el fondo de las ondas del río, entre los musgos de la fuente y sobre los vapores del lago,
vivían unas mujeres misteriosas, hadas, sílfides u ondinas, que exhalaban lamentos y suspiros, o
cantaban y se reían en el monótono rumor del agua, rumor que oía en silencio intentando traducirlo.

En las nubes, en el aire, en el fondo de los bosques, en las grietas de las peñas, imaginaba percibir
formas o escuchar sonidos misteriosos, formas de seres sobrenaturales, palabras ininteligibles que no
podía comprender.

¡Amar! Había nacido para soñar el amor, no para sentirlo. Amaba a todas las mujeres un instante: a ésta
porque era rubia, a aquélla porque tenía los labios rojos, a la otra porque se cimbreaba al andar como un
junco.

Algunas veces llegaba su delirio hasta el punto de quedarse una noche entera mirando a la luna, que
flotaba en el cielo entre un vapor de plata, o a las estrellas que temblaban a lo lejos como los cambiantes
de las piedras preciosas. En aquellas largas noches de poético insomnio, exclamaba: -Si es verdad, como
el prior de la Peña me ha dicho, que es posible que esos puntos de luz sean mundos; si es verdad que en
ese globo de nácar que rueda sobre las nubes habitan gentes, ¡qué mujeres tan hermosas serán las
mujeres de esas regiones luminosas, y yo no podré verlas, y yo no podré amarlas!... ¿Cómo será su
hermosura?... ¿Cómo será su amor?...

Manrique no estaba aún lo bastante loco para que le siguiesen los muchachos, pero sí lo suficiente para
hablar y gesticular a solas, que es por donde se empieza.

II

Sobre el Duero, que pasaba lamiendo las carcomidas y oscuras piedras de las murallas de Soria, hay un
puente que conduce de la ciudad al antiguo convento de los Templarios, cuyas posesiones se extendían a
lo largo de la opuesta margen del río.

En la época a que nos referimos, los caballeros de la Orden habían ya abandonado sus históricas
fortalezas; pero aún quedaban en pie los restos de los anchos torreones de sus muros, aún se veían,
como en parte se ven hoy, cubiertos de hiedra y campanillas blancas, los macizos arcos de su claustro, las
prolongadas galerías ojivales de sus patios de armas, en las que suspiraba el viento con un gemido,
agitando las altas hierbas.

En los huertos y en los jardines, cuyos senderos no hollaban hacía muchos años las plantas de los
religiosos, la vegetación, abandonada a sí misma, desplegaba todas sus galas, sin temor de que la mano
del hombre la mutilase, creyendo embellecerla. Las plantas trepadoras subían encaramándose por los
añosos troncos de los árboles; las sombrías calles de álamos, cuyas copas se tocaban y se confundían
entre sí, se habían cubierto de césped; los cardos silvestres y las ortigas brotaban en medio de los
enarenados caminos, y en dos trozos de fábrica, próximos a desplomarse, el jaramago, flotando al viento
como el penacho de una cimera, y las campanillas blancas y azules, balanceándose como en un columpio
sobre sus largos y flexibles tallos, pregonaban la victoria de la destrucción y la ruina.

Era de noche; una noche de verano, templada, llena de perfumes y de rumores apacibles, y con una luna
blanca y serena, en mitad de un cielo azul, luminoso y transparente.

Manrique, presa su imaginación de un vértigo de poesía, después de atravesar el puente, desde donde
contempló un momento la negra silueta de la ciudad, que se destacaba sobre el fondo de algunas nubes
blanquecinas y ligeras arrolladas en el horizonte, se internó en las desiertas ruinas de los Templarios.

La media noche tocaba a su punto. La luna, que se había ido remontando lentamente, estaba ya en lo
más alto del cielo, cuando al entrar en una oscura alameda que conducía desde el derruido claustro a la
margen del Duero, Manrique exhaló un grito leve y ahogado, mezcla extraña de sorpresa, de temor y de
júbilo.

En el fondo de la sombría alameda había visto agitarse una cosa blanca, que flotó un momento y
desapareció en la oscuridad. La orla del traje de una mujer, de una mujer que había cruzado el sendero y
se ocultaba entre el follaje, en el mismo instante en que el loco soñador de quimeras o imposibles
penetraba en los jardines.
-¡Una mujer desconocida!... ¡En este sitio!..., ¡A estas horas! Esa, esa es la mujer que yo busco -exclamó
Manrique; y se lanzó en su seguimiento, rápido como una saeta.

III

Llegó al punto en que había visto perderse entre la espesura de las ramas a la mujer misteriosa. Había
desaparecido. ¿Por dónde? Allá lejos, muy lejos, creyó divisar por entre los cruzados troncos de los
árboles como una claridad o una forma blanca que se movía.

-¡Es ella, es ella, que lleva alas en los pies y huye como una sombra! -dijo, y se precipitó en su busca,
separando con las manos las redes de hiedra que se extendían como un tapiz de unos en otros álamos.
Llegó rompiendo por entre la maleza y las plantas parásitas hasta una especie de rellano que iluminaba
la claridad del cielo... ¡Nadie! -¡Ah!, por aquí, por aquí va -exclamó entonces.- Oigo sus pisadas sobre las
hojas secas, y el crujido de su traje que arrastra por el suelo y roza en los arbustos; -y corría y corría
como un loco de aquí para allá, y no la veía. -Pero siguen sonando sus pisadas -murmuró otra vez;- creo
que ha hablado; no hay duda, ha hablado... El viento que suspira entre las ramas; las hojas, que parece
que rezan en voz baja, me han impedido oír lo que ha dicho; pero no hay duda, va por ahí, ha hablado...
ha hablado... ¿En qué idioma? No sé, pero es una lengua extranjera... Y tornó a correr en su seguimiento,
unas veces creyendo verla, otras pensando oírla; ya notando que las ramas, por entre las cuales había
desaparecido, se movían; ya imaginando distinguir en la arena la huella de sus propios pies; luego,
firmemente persuadido de que un perfume especial que aspiraba a intervalos era un aroma
perteneciente a aquella mujer que se burlaba de él, complaciéndose en huirle por entre aquellas
intrincadas malezas. ¡Afán inútil!

Vagó algunas horas de un lado a otro fuera de sí, ya parándose para escuchar, ya deslizándose con las
mayores precauciones sobre la hierba, ya en una carrera frenética y desesperada.

Avanzando, avanzando por entre los inmensos jardines que bordaban la margen del río, llegó al fin al pie
de las rocas sobre que se eleva la ermita de San Saturio. -Tal vez, desde esta altura podré orientarme
para seguir mis pesquisas a través de ese confuso laberinto -exclamó trepando de peña en peña con la
ayuda de su daga.

Llegó a la cima, desde la que se descubre la ciudad en lontananza y una gran parte del Duero que se
retuerce a sus pies, arrastrando una corriente impetuosa y oscura por entre las corvas márgenes que lo
encarcelan.

Manrique, una vez en lo alto de las rocas, tendió la vista a su alrededor; pero al tenderla y fijarla al cabo
en un punto, no pudo contener una blasfemia.

La luz de la luna rielaba chispeando en la estela que dejaba en pos de sí una barca que se dirigía a todo
remo a la orilla opuesta.

En aquella barca había creído distinguir una forma blanca y esbelta, una mujer sin duda, la mujer que
había visto en los Templarios, la mujer de sus sueños, la realización de sus más locas esperanzas. Se
descolgó de las peñas con la agilidad de un gamo, arrojó al suelo la gorra, cuya redonda y larga pluma
podía embarazarle para correr, y desnudándose del ancho capotillo de terciopelo, partió como una
exhalación hacia el puente.

Pensaba atravesarlo y llegar a la ciudad antes que la barca tocase en la otra orilla. ¡Locura! Cuando
Manrique llegó jadeante y cubierto de sudor a la entrada, ya los que habían atravesado el Duero por la
parte de San Saturio, entraban en Soria por una de las puertas del muro, que en aquel tiempo llegaba
hasta la margen del río, en cuyas aguas se retrataban sus pardas almenas.

IV

Aunque desvanecida su esperanza de alcanzar a los que habían entrado por el postigo de San Saturio, no
por eso nuestro héroe perdió la de saber la casa que en la ciudad podía albergarlos. Fija en su mente
esta idea, penetró en la población, y dirigiéndose hacia el barrio de San Juan, comenzó a vagar por sus
calles a la ventura.

Las calles de Soria eran entonces, y lo son todavía, estrechas, oscuras y tortuosas. Un silencio profundo
reinaba en ellas, silencio que sólo interrumpían, ora el lejano ladrido de un perro; ora el rumor de una
puerta al cerrarse, ora el relincho de un corcel que piafando hacía sonar la cadena que le sujetaba al
pesebre en las subterráneas caballerizas.

Manrique, con el oído atento a estos rumores de la noche, que unas veces le parecían los pasos de
alguna persona que había doblado ya la última esquina de un callejón desierto, otras, voces confusas de
gentes que hablaban a sus espaldas y que a cada momento esperaba ver a su lado, anduvo algunas
horas, corriendo al azar de un sitio a otro.

Por último, se detuvo al pie de un caserón de piedra, oscuro y antiquísimo, y al detenerse brillaron sus
ojos con una indescriptible expresión de alegría. En una de las altas ventanas ojivales de aquel que
pudiéramos llamar palacio, se veía un rayo de luz templada y suave que, pasando a través de unas ligeras
colgaduras de seda color de rosa, se reflejaba en el negruzco y grieteado paredón de la casa de enfrente.

-No cabe duda; aquí vive mi desconocida -murmuró el joven en voz baja sin apartar un punto sus ojos de
la ventana gótica;- aquí vive. Ella entró por el postigo de San Saturio... por el postigo de San Saturio se
viene a este barrio... en este barrio hay una casa, donde pasada la media noche aún hay gente en vela...
¿En vela? ¿Quién sino ella, que vuelve de sus nocturnas excursiones, puede estarlo a estas horas?... No
hay más; ésta es su casa.

En esta firme persuasión, y revolviendo en su cabeza las más locas y fantásticas imaginaciones, esperó el
alba frente a la ventana gótica, de la que en toda la noche no faltó la luz ni él separó la vista un
momento.

Cuando llegó el día, las macizas puertas del arco que daba entrada al caserón, y sobre cuya clave se veían
esculpidos los blasones de su dueño, giraron pesadamente sobre los goznes, con un chirrido prolongado
y agudo. Un escudero reapareció en el dintel con un manojo de llaves en la mano, restregándose los ojos
y enseñando al bostezar una caja de dientes capaces de dar envidia a un cocodrilo.
Verle Manrique y lanzarse a la puerta, todo fue obra de un instante.

-¿Quién habita en esta casa? ¿Cómo se llama ella? ¿De dónde es? ¿A qué ha venido a Soria? ¿Tiene
esposo? Responde, responde, animal. -ésta fue la salutación que, sacudiéndole el brazo violentamente,
dirigió al pobre escudero, el cual, después de mirarle un buen espacio de tiempo con ojos espantados y
estúpidos, le contestó con voz entrecortada por la sorpresa:

En esta casa vive el muy honrado señor D. Alonso de Valdecuellos, montero mayor de nuestro señor el
rey, que herido en la guerra contra moros, se encuentra en esta ciudad reponiéndose de sus fatigas.

-Pero ¿y su hija? -interrumpió el joven impaciente;- ¿y su hija, o su hermana; o su esposa, o lo que sea?

-No tiene ninguna mujer consigo.

-¡No tiene ninguna!... Pues ¿quién duerme allí en aquel aposento, donde toda la noche he visto arder
una luz?

-¿Allí? Allí duerme mi señor D. Alonso, que, como se halla enfermo, mantiene encendida su lámpara
hasta que amanece.

Un rayo cayendo de improviso a sus pies no le hubiera causado más asombro que el que le causaron
estas palabras.

-Yo la he de encontrar, la he de encontrar; y si la encuentro, estoy casi seguro de que he de conocerla...


¿En qué?... Eso es lo que no podré decir... pero he de conocerla. El eco de sus pisadas o una sola palabra
suya que vuelva a oír, un extremo de su traje, un solo extremo que vuelva a ver, me bastarán para
conseguirlo. Noche y día estoy mirando flotar delante de mis ojos aquellos pliegues de una tela diáfana y
blanquísima; noche y día me están sonando aquí dentro, dentro de la cabeza, el crujido de su traje, el
confuso rumor de sus ininteligibles palabras... ¿Qué dijo?... ¿qué dijo? ¡Ah!, si yo pudiera saber lo que
dijo, acaso... pero aún sin saberlo la encontraré... la encontraré; me lo da el corazón, y mi corazón no me
engaña nunca. Verdad es que ya he recorrido inútilmente todas las calles de Soria; que he pasado noches
y noches al sereno, hecho poste de una esquina; que he gastado más de veinte doblas en oro en hacer
charlar a dueñas y escuderos; que he dado agua bendita en San Nicolás a una vieja, arrebujada con tal
arte en su manto de anascote, que se me figuró una deidad; y al salir de la Colegiata una noche de
maitines, he seguido como un tonto la litera del arcediano, creyendo que el extremo de sus holapandas
era el del traje de mi desconocida; pero no importa... yo la he de encontrar, y la gloria de poseerla
excederá seguramente al trabajo de buscarla.

¿Cómo serán sus ojos?... Deben de ser azules, azules y húmedos como el cielo de la noche; me gustan
tanto los ojos de ese color; son tan expresivos, tan melancólicos, tan... Sí... no hay duda; azules deben de
ser, azules son, seguramente; y sus cabellos negros, muy negros y largos para que floten... Me parece
que los vi flotar aquella noche, al par que su traje, y eran negros... no me engaño, no; eran negros.

¡Y qué bien sientan unos ojos azules, muy rasgados y adormidos, y una cabellera suelta, flotante y
oscura, a una mujer alta... porque... ella es alta, alta y esbelta como esos ángeles de las portadas de
nuestras basílicas, cuyos ovalados rostros envuelven en un misterioso crepúsculo las sombras de sus
doseles de granito!

¡Su voz!... su voz la he oído... su voz es suave como el rumor del viento en las hojas de los álamos, y su
andar acompasado y majestuoso como las cadencias de una música.

Y esa mujer, que es hermosa como el más hermoso de mis sueños de adolescente, que piensa como yo
pienso, que gusta como yo gusto, que odia lo que yo odio, que es un espíritu humano de mi espíritu, que
es el complemento de mi ser, ¿no se ha de sentir conmovida al encontrarme? ¿No me ha de amar como
yo la amaré, como la amo ya, con todas las fuerzas de mi vida, con todas las facultades de mi alma?

Vamos, vamos al sitio donde la vi la primera y única vez que le he visto... ¿Quién sabe si, caprichosa
como yo, amiga de la soledad y el misterio, como todas las almas soñadoras, se complace en vagar por
entre las ruinas, en el silencio de la noche?

Dos meses habían transcurrido desde que el escudero de D. Alonso de Valdecuellos desengañó al iluso
Manrique; dos meses durante los cuales en cada hora había formado un castillo en el aire, que la
realidad desvanecía con un soplo; dos meses, durante los cuales había buscado en vano a aquella mujer
desconocida, cuyo absurdo amor iba creciendo en su alma, merced a sus aún más absurdas
imaginaciones, cuando después de atrevesar absorto en estas ideas el puente que conduce a los
Templarios, el enamorado joven se perdió entre las intrincadas sendas de sus jardines.

VI

La noche estaba serena y hermosa, la luna brillaba en toda su plenitud en lo más alto del cielo, y el
viento suspiraba con un rumor dulcísimo entre las hojas de los árboles.

Manrique llegó al claustro, tendió la vista por su recinto y miró a través de las macizas columnas de sus
arcadas... Estaba desierto.

Salió de él encaminó sus pasos hacia la oscura alameda que conduce al Duero, y aún no había penetrado
en ella, cuando de sus labios se escapó un grito de júbilo.

Había visto flotar un instante y desaparecer el extremo del traje blanco, del traje blanco de la mujer de
sus sueños, de la mujer que ya amaba como un loco.

Corre, corre en su busca, llega al sitio en que la ha visto desaparecer; pero al llegar se detiene, fija los
espantados ojos en el suelo, permanece un rato inmóvil; un ligero temblor nervioso agita sus miembros,
un temblor que va creciendo, que va creciendo y ofrece los síntomas de una verdadera convulsión, y
prorrumpe al fin una carcajada, una carcajada sonora, estridente, horrible.
Aquella cosa blanca, ligera, flotante, había vuelto a brillar ante sus ojos, pero había brillado a sus pies un
instante, no más que un instante.

Era un rayo de luna, un rayo de luna que penetraba a intervalos por entre la verde bóveda de los árboles
cuando el viento movía sus ramas.

Habían pasado algunos años. Manrique, sentado en un sitial junto a la alta chimenea gótica de su
castillo, inmóvil casi y con una mirada vaga e inquieta como la de un idiota, apenas prestaba atención ni
a las caricias de su madre, ni a los consuelos de sus servidores.

-Tú eres joven, tú eres hermoso -le decía aquélla;- ¿por qué te consumes en la soledad? ¿Por qué no
buscas una mujer a quien ames, y que amándote pueda hacerte feliz?

-¡El amor!... El amor es un rayo de luna -murmuraba el joven.

-¿Por qué no despertáis de ese letargo? -le decía uno de sus escuderos;- os vestís de hierro de pies a
cabeza, mandáis desplegar al aire vuestro pendón de ricohombre, y marchamos a la guerra: en la guerra
se encuentra la gloria.

-¡La gloria!... La gloria es un rayo de luna.

-¿Queréis que os diga una cantiga, la última que ha compuesto mosén Arnaldo, el trovador provenzal?

-¡No! ¡No! -exclamó el joven incorporándose colérico en su sitial;- no quiero nada... es decir, sí quiero...
quiero que me dejéis solo... Cantigas... mujeres... glorias... felicidad... mentiras todo, fantasmas vanos
que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos,
¿para qué?, ¿para qué?, para encontrar un rayo de luna.

Manrique estaba loco: por lo menos, todo el mundo lo creía así. A mí, por el contrario, se me figuraba
que lo que había hecho era recuperar el juicio.

2) La estructura de las leyendas en los románticos es la siguiente:

*) Introducción

*) Presentación del personaje principal, quien vivió extraños sucesos que son registrados en una leyenda

*) El personaje es atraído por lo sobrenatural

*) El encuentro con lo sobrenatural lleva al héroe a sucumbir

•) ¿Ésta estructura se cumple en la leyenda de Bécquer? ¿En cuáles capítulos se desarrolla cada parte de
la estructura?

3) Para tí ¿Qué significa la mujer en la leyenda de Bécquer?


4) Al final de la historia Bécquer nos presenta un hombre desengañado de la realidad, para quien lo que
vivimos no son más que vanas ilusiones. ¿Crees que en la realidad que vives hay go de ilusión? ¿Por qué?
Fundamenta

5) La sociedad de consumo nos presenta algunas realidades que son como "el rayo de luna": la fama, el
poder, la gloria. Elabora una comparación entre Manrique y el hombre moderno que dedica su vida a
perseguir ilusiones y espejismos.

6) Bécquer afirma que aunque todo el mundo creía que Manrique estaba loco, él por el contrario,
pensaba que lo que había hecho era recuperar el juicio. ¿Qué opinas de la afirmación de Bécquer? ¿Estás
de acuerdo con él? Justifica tu respuesta

TRABAJO PRÁCTICO N°14

1)Lee atentamente los siguientes micro relatos.

*) ELLOS

Encendió la lamparita que los ayudaba a dormir. Los arropó en sus camas y les dio el rutinario beso de
buenas noches.Mientras entornaba la puerta y los miraba con una sonrisa de amor, la oyeron susurrar:
Ya vienen.

*) MEDIANOCHE

Sonó el timbre a medianoche. Despertó de su sueño con el vello de punta. Abrió la puerta, pero no había
nadie. Él ya estaba dentro.

*)LAS BRUJAS

Era más de medianoche, caminaba de regreso a casa acompañado de mi madre, una lechuza nos
sobrevoló soltando graznidos, mi madre se persignó y bajo la mirada —Es solo un animal— dije con tono
escéptico —¡No la mires!— contestó ella sin levantar la cabeza —Está en el árbol— sin reparar lo que
hablaba levante la mirada y la vi, la mujer enfundada en prendas blancas escondida entre las copas de
los árboles, llevaba el cabello tan largo y negro que se mecía a merced del viento, comenzó a graznar y
salió volando —¡Baja la cabeza!— ordenó mi madre —Tiene hambre—

*) LA ESQUINA

Apago la luz y lo noto en la esquina de mi habitación. Impasible. Enfermizo. Sus ojos clavados en mí y su
boca entreabierta. No sé qué quiere, soy incapaz de hablarle. Me giro y rezo por que se marche. Nunca
lo hace. Y cada día se acerca un paso más.

2) Escribe en breves fases el argumento de los micro relatos

3) ¿Qué aspectos de los cuentos leídos los situa en el género de terror? Fundamenta.
4) ¿Qué micro relato te impactó más? ¿Por qué?

5) Elabora dos micro relatos de terror.

TRABAJO PRACTICO 15

1) Elabora un cuento en base a la siguiente imágen. Mínimo 15 renglones.

TRABAJO PRÁCTICO 16

1) Lee atentamente el siguiente cuento.

Franz Kafka: Ante la Ley

Ante la Ley hay un guardián que protege la puerta de entrada. Un hombre procedente del campo se
acerca a él y le pide permiso para acceder a la Ley. Pero el guardián dice que en ese momento no le
puede permitir la entrada. El hombre reflexiona y pregunta si podrá entrar más tarde.
—Es posible —responde el guardián—, pero no ahora.

Como la puerta de acceso a la Ley permanece abierta, como siempre, y el guardián se sitúa a un lado, el
hombre se inclina para mirar a través del umbral y ver así qué hay en el interior. Cuando el guardián
advierte su propósito, ríe y dice:

—Si tanto te incita, intenta entrar a pesar de mi prohibición. Ten en cuenta, sin embargo, que soy
poderoso, y que además soy el guardián más ínfimo. Ante cada una de las salas permanece un guardián,
el uno más poderoso que el otro. La mirada del tercero es ya para mí insoportable.

El hombre procedente del campo no había contado con tantas dificultades. La Ley, piensa, debe ser
accesible a todos y en todo momento, pero al considerar ahora con más exactitud al guardián, cubierto
con su abrigo de piel, al observar su enorme y prolongada nariz, la barba negra, fina, larga, tártara,
decide que es mejor esperar hasta que reciba el permiso para entrar. El guardián le da un taburete y deja
que tome asiento en uno de los lados de la puerta. Allí permanece sentado días y años. Hace muchos
intentos para que le inviten a entrar y cansa al guardián con sus súplicas. El guardián le somete a
menudo a cortos interrogatorios, le pregunta acerca de su hogar y de otras cosas, pero son preguntas
indiferentes, como las que hacen grandes señores, y al final siempre repetía que todavía no podía
permitirle la entrada. El hombre, que se había provisto muy bien para el viaje, utiliza todo, por valioso
que sea, para sobornar al guardián. Éste lo acepta todo, pero al mismo tiempo dice:

—Sólo lo acepto para que no creas que has omitido algo.

Durante los muchos años que estuvo allí, el hombre observó al guardián de forma casi ininterrumpida.
Olvidó a los otros guardianes y éste le terminó pareciendo el único impedimento para tener acceso a la
Ley. Los primeros años maldijo la desgraciada casualidad, más tarde, ya envejecido, sólo murmuraba
para sí. Se vuelve senil, y como ha sometido durante tanto tiempo al guardián a un largo estudio ya es
capaz de reconocer a la pulga en el cuello de su abrigo de piel, por lo que solicita a la pulga que le ayude
para cambiar la opinión del guardián. Por último, su vista se torna débil y ya no sabe realmente si
oscurece a su alrededor o son sólo los ojos que le engañan. Pero ahora advierte en la oscuridad un brillo
que irrumpe indeleble a través de la puerta de la Ley. Ya no vivirá mucho más. Antes de su muerte se
concentran en su cabeza todas las experiencias pasadas, que toman forma en una sola pregunta que
hasta ahora no había hecho al guardián. Entonces le guiña un ojo, ya que no puede incorporar su cuerpo
entumecido. El guardián tiene que inclinarse hacia él profundamente porque la diferencia de tamaños ha
variado en perjuicio del hombre.

—¿Qué quieres saber ahora? —pregunta el guardián—, eres insaciable.

—Todos aspiran a la Ley —dice el hombre—. ¿Cómo es posible que durante tantos años sólo yo haya
solicitado la entrada?

El guardián comprueba que el hombre ha llegado a su fin y, para que su débil oído pueda percibirlo, le
grita:
—Ningún otro podía haber recibido permiso para entrar por esta puerta, pues esta entrada estaba
reservada sólo para ti. Yo me voy ahora y cierro la puerta.

2) Escribe el argumento del cuento.

3) ¿Cuál el tema de la historia leída?

4) Describe la actitud del campesino y la del guardián ¿Qué opinas de ambas?

5) En ocasiones, los individuos dejan de hacer algo por miedo a las reacciones que pueden tener las
personas que representan autoridad. Es lo que le ocurrió al campesino ¿Qué opinas de ésto? ¿Te ha
sucedido alguna vez algo parecido? Explica en qué circunstancias.

6) Algunas personas que representan autoridad utilizan su poder para atemorizar a otros ¿Éstas de
acuerdo con ese comportamiento? ¿Por qué?

7) ¿Cuál debe ser la actitud de la autoridad frente a los demás? ¿Cuál debe ser la actitud de las personas
frente a la autoridad?

8) Realiza dos dibujos del cuento.

TRABAJO PRÁCTICO N°19

1) Lee el cuento y elabora una síntesis argumental del cuento

LA CRECIENTE por Juan Carlos Dávalos

Don Ventura Perdigones era un gallego* verdulero** que había en Salta.

Desde Vaqueros, donde tenía su huerta***, llevaba todas las mañanas al pueblo arganas ****de
verduras frescas para vender por las calles.

Vaqueros es un lugar que dista dos leguas de la ciudad, y está situado en la margen izquierda del río de
ese nombre.

Y digo río, porque se llama así en mi tierra, mal que pese al estricto sentido del vocablo, lo que en
invierno apenas parecen arroyos* apacibles, y en verano se tornan con las lluvias, en formidables
avalanchas de barro y piedras.

Una mañana venía el Vaqueros por demás crecido, como dice la gente de mi provincia. La noche anterior
había caído una tormenta en los cerros, y, con tumultuoso estrépito, las turbias aguas *

arrastraban gruesos troncos y pesados

pedrones.
A lo largo de la orilla, numeroso paisanos* a caballo esperaban que pasara lo peor de la crecida para
atravesarlo. Perdigones, encaramado en su asno, estaba allí con las arganas repletas de repollos y
lechugas. Quería pasar cuanto antes, sin atender a los consejos de algunos que le señalaban el peligro; y
porfiadamente taloneaba* a su bestia, y se paraba en los estribos a ver por dónde se lanzaría.

Y Perdigones que sí y el jumento* que no, bruto y hombre pugnaban por hacer cada cual su gusto, con
grande regocijo y mofa* de los presentes.

-No dentre, don Ventura. Mire que la creciente lo va a trapiar- decía uno.

–De ande lo han de convencer, si este gallego es más porfiao que una clueca* gritaba otro.

–Sujétese* bien, no sea que pierda las arganas-vociferaba un tercero.

-¡Vaya, vaya, hombre! – contestaba Perdigones-. Paréceme a mí que no hay motivo pa’ tanta alharaca-
Por lo que es éste, a mí no me gana -decía del asno y lo molía a palos*.

Al fin triunfó Perdigones, si bien más le valiera no haber triunfado; porque zamparse el burro,
desquiciarse de la montura los soportes de las alforjas, y hacerse una balumba* de hombre y bestia, y
reatas** y verduras, todo fue uno. La rápida corriente los arrastraba.

Los gauchos* armaron al punto sus lazos y se los arrojaron al infeliz de don Ventura, que a manotones y
zambullidas** y vueltas de carnero*** en medio del agua, ni pudo, ni atinó**** con los auxilios.

Y mal acaba el lance*****, si no logra prenderse, con todas las fuerzas que le restaban, a las raíces de un
sauce ribereño******.

Y ya en tierra firme, pasado el susto, un paisano le dice al gallego:

–Velay*, pues, ño** Ventura, que se ha salvao, dé gracias a Dios; porque esto ha sido un milagro.

Y el gallego malhumorado y tiritando le contestó: -Hombre, dí tú gracias al sauce; que las intenciones de
Dios fueron ahogarme.

2) ¿Cuál es el conflicto de la historia?

3) Describe a los personajes

4) ¿Cuál es el tema central del cuento?

5) Extrae del cuento todos los sustantivos y clasificamos

6) Cambia el título de la historia.


TRABAJO PRÁCTICO N° 20

1) Elabora una síntesis argumental de la historia.

LA LEYENDA DEL COQUENA

JUAN CARLOS DÁVALOS

Cazando vicuñas anduve en los cerros.

Heridas de bala se escaparon dos.

-No caces vicuñas con arma de fuego,

Coquena se enoja - me dijo un pastor.

- ¿Por qué no pillarlas a la usanza vieja,

cercando la hoyada con hilo punzó?

¿Para qué matarlas, si sólo codicias

para tus vestidos el fino vellón?

-No caces vicuñas con arma de fuego,

Coquena las venga, te lo digo yo.

¿No viste en las mansas pupilas oscuras

brillar la serena mirada del dios?

-¿Tú viste a Coquena?

-Yo nunca lo vide,

pero sí mi agüelo - repuso el pastor;-


una vez oíle silbar solamente,

y en unos tolares, como a la oración.

Coquena es enano; de vicuña lleva

sombrero, escarpines, casaca y calzón;

gasta diminutas ojotas de duende,

y diz que es de cholo la cara del dios.

De todo ganado que pace en los cerros,

Coquena es oculto, celoso pastor;

si ves a lo lejos moverse las tropas,

es porque invisible las arrea el dios.

Y es él quien se roba de noche las llamas

cuando con exceso las carga el patrón.

En unos sayales, encima del cerro,

guardando sus cabras andaba el pasto;

zumbaba en los iros el gárrulo viento,

rajaba las piedras la fuerza del sol.

De allende las cumbres de nieves eternas,

venir los nublados miraba el pastor;

después la neblina cubrió todo el valle,

subió por las faldas y el cerro tapó...


Huyó por los filos el hato disperso,

y a gritos, en vano, lo llama el pastor.

La noche le toma sentado en cuclillas,

y un sueño profundo sus ojos cerró.

Cuando el alba tiñe - limpiando los cielos-

de rosa las abras, despierta el pastor.

Junto a él, a trueque del hato perdido,

Coquena, de oro le puso un zurrón.

No más en los cerros guardando sus cabras,

las gentes del valle vieron al pastor;

Coquena dispuso que fuese muy rico.

Tal premia a los buenos pastores el dios.

2) Transforma el poema del punto anterior a cuento, teniendo presente los cambios necesarios.

3) Caracteriza a Coquena empleando adjetivos.

TRABAJO PRÁCTICO N° 21

1) Luego de leer el siguiente texto define quë tipo de texto es y fundamenta.

LA SALAMANCA

Por lo general, la Salamanca es un lugar oculto entre los breñales, de difícil acceso, cuya entrada conduce
a una cueva amplia y lóbrega. Allí se baila, se hace música, se celebran aquelarres y orgías. Las viejas y
viejos se transforman en jóvenes, los enfermos curan, la fealdad se cubre de hermosura.

Pero para entrar es preciso armarse de gran valor. Completamente desnudo, el neófito, hombre o mujer,
debe introducirse a la Salamanca con un iniciado. A la entrada de la caverna existe un Cristo "cabeza
abajo" al que hay que pegar y escupir. Ya, en el recinto subterráneo, se ven los animales más
repugnantes y asquerosos: arañas peludas, sapos y escuerzos de gran tamaño, ampalaguas, víboras y
umucutis, ante los cuales debe el iniciado permanecer impasible "aunque las víboras se envuelvan en el
cuerpo". Si ha podido vencer la repugnancia o el miedo que tales animales producen, es sometido a
nuevas pruebas, y al final, si resulta vencedor, el neófito "puede pedir lo que quiera". En caso contrario,
se vuelve loco al salir.

Como entretenimiento, durante la reunión, se hace música con bombo, violín, guitarra y arpa; se
queman cohetes de estruendo; y se celebran bacanales que duran toda la noche.

Es creencia general que la música de la Salamanca sólo deja de sonar cuando alguien se arrima a la cueva
y que los animales que pasan por cerca de ella se "espantan" y huyen despavoridos.

2) Transforma el texto del punto anterior a cuento agragandole dos personajes principales.

3) Comenta con tus palabras qué es la salamca.

4) ¿En quë otras historias se hace mención de éste lugar? Elabora una lista de los títulos.

5) Investiga una de las historias del punto anterior y transcribela. Luego explica cómo afecta la Salamanca
al personaje principal.

TRABAJO PRÁCTICO N° 22

El Texto Expositivo

*) Recursos Tipográficos: refuerzan la organización de la información. Son el título, el subrayado, la


cursiva, la negrita, los conectores tales como "en primer lugar, en segundo lugar, porque, en
consecuencia, etc".

*) Textos Expositivos Divulgativos:

+) Autor: periodista especializado

+) Destinatarios: sector amplio del público que carece de conocimientos previos del tema

+) Propósito: Informar sobre un tema de interés general

+) Estilo: Sencillo. Se apoya en explicaciones y ejemplos claros y precisos.

*) Textos Expositivos Especializados:

+) Autor: Investigador, crítico, especialista

+) Destinatarios: público restringido, experto en determinada área del conocimiento

+) Propósito: proveer información técnica


1) Lee atentamente el siguiente texto.

EL ETERNAUTA, LA AVENTURA Y EL MITO

Está claro que Ell ETERNAUTA no es una novela como tampoco lo es el MARTIN FIERRO, aunque ambos
compartan su carácter narrativo. Cuentan una historia, pueden describirse como un relato de cierta
extensión.

Y una precisión más, como en el caso del MARTIN FIERRO, la singularidad del EL ETERNAUTA es en gran
medida resultado de las circunstancias materiales en que se publicó el medio que le sirvió de soporte, el
ámbito y la manera como fue leído y por quiénes.

Más claro MARTIN FIERRO y EL ETERNAUTA, dos obras emblemáticas, atípicas, dos ejemplos extremos
entre tantos, fueron relatos concebidos en los límites del sistema literario de su tiempo, marginales
respecto de lo reconocido, diferentes en cuanto a la forma que adoptaron o eligieron y al modo como
circularon y fueron consumidas.

ETERNAUTA es el neologismo, una palabra nueva con múltiples resonancias itinerantes, de argonauta
griego a cosmonauta soviético, inventada de una vez y para siempre por su autor para nombrar al
protagonista y ponerle título al mejor relato de aventuras que se escribió en este país. Para ser más
precisos se trata de un apodo descriptivo como suelen serlo, que alguien le puso a Juan Salvó el
sorprendente portador de la historia.

Y cabe precisar lo de portador porque como en tantos relatos clásicos, el narrador del ETERNAUTA no es
su protagonista sino un yo innominado que se identifica naturalmente con el autor, un guionista de
historietas, que recibe la historia de un tercero y transmite su palabra, se le cede largamente hasta
retomarla al final.

2) ¿Cuál es el tema o interrogante que procura explicar el texto?

3) ¿Se trata de un texto divulgativo o especializado? ¿Por qué?

4) ¿Cuál es la forma de organización informativa empleada en los dos primeros párrafos? Explica tu
respuesta.

5) Enumera los recursos tipográficos y aclara qué función cumple cada uno de ellos.

6) Transcribe un ejemplo de cada uno de los procedimientos explicativos.( Descripción, Definición y


Comparación)

EL TEXTO EXPOSITIVO-EXPLICATIVO
Desde que ingresamos en una escuela como estudiantes, los textos expositivo-explicativos comienzan a
formar parte de nuestra vida escolar, ya sea en Ciencias Naturales, Lengua, Música o cualquier otra
disciplina. Todo lo que aprendemos y enseñamos está atravesado por explicaciones y exposiciones
(orales o escritas), que nos sirven para aprender y dar cuenta de lo aprendido. Los textos
expositivos-explicativos responden siempre a preguntas, ya sea que se formulen de manera directa
(explícitas) o indirecta (implícitas), y presentan una estructura y una serie de recursos sobre los que se
construyen. Este tipo de textos tiene como objetivo principal no sólo transmitir información, sino
también lograr que esta sea comprendida. Por eso, deben resultar claros e incluir ejemplos adecuados,
además de valerse de recursos explicativos para lograr que cualquier lector o lectora lo comprenda.

Actividades

1) A continuación lee el texto expositivo-explicativo. Trata sobre el origen de algunas lenguas actuales:
nos ayuda a informarnos y aprender sobre ese tema en particular. En este caso lee dicho texto teniendo
en mente la información de más arriba sobre el objetivo de los textos expositivos-explicativos. Mientras
lo lees, piensa a qué preguntas (explícitas o implícitas) responde.

LAS LENGUAS Y SUS VARIEDADES

*) Un poco de historia

Cuando el Imperio romano se extendió por Europa, Asia y África, impuso su idioma a los pueblos y
territorios conquistados. A partir de entonces, el latín pasó a ser en esas regiones la lengua oficial,
legitimada por el poder. Sin embargo, las lenguas no oficiales sobrevivieron y, con el pasar de los siglos,
se mezclaron e integraron con el latín vulgar. La caída del Imperio romano de Occidente (hacia el año
476) permitió el surgimiento de las llamadas lenguas romances o neolatinas. Todas tienen en común que
derivan del latín y se las considera lenguas hermanas, ya que comparten una lengua base común. Esto
significa que muchas palabras y estructuras sintácticas son similares. Por ejemplo: studium (latín),
estudiar (español), étudier (francés), studiare (italiano). Las lenguas romances o neolatinas más
difundidas son: castellano, portugués, italiano, catalán, francés, gallego, sardo y rumano. El castellano se
formó a partir de la mixtura entre el latín vulgar (el latín hablado mayoritariamente por el pueblo) y las
lenguas de quienes habitaban o habían invadido la península ibérica previamente (lusitanos, visigodos,
árabes, celtíberos, vascos, etc.). En el año 1492, los reyes católicos extendieron sus dominios por la
península ibérica a través de la llamada Reconquista (conocida así porque desterró del territorio
peninsular a los árabes, asentados en lo que hoy es el sur de España) e impusieron el castellano como
lengua oficial, tal como antes habían hecho los romanos con el latín. Simultáneamente se produjo la
llegada de los europeos a nuestro continente y la conquista de América. Esto permitió que el castellano
se expandiera y difundiera por toda Hispanoamérica. La lengua fue utilizada por el imperio español como
instrumento de dominación y de poder. Pero esa lengua oficial comenzó a mezclarse con las lenguas
indígenas y con las variedades que los propios españoles, provenientes de distintas regiones, fueron
aportando.
*) La lengua estándar y otras variedades

Para poder comunicarnos dentro de una comunidad lingüística utilizamos una misma lengua. Pero esa
lengua presenta variedades determinadas por la pertenencia geográfica, la edad, el grado de
escolarización, el canal utilizado y la relación entre las y los hablantes. En la actualidad, se llama lengua
estándar a la variedad de la lengua que presenta las características de léxico, sintaxis, morfología,
ortografía y pronunciación que responden a los usos establecidos como adecuados dentro de una
comunidad. La lengua estándar es la que se utiliza en las escuelas, en los medios masivos de
comunicación, en los textos escolares, en los textos expositivos, etc. Su conocimiento es fundamental
para que un hablante pueda producir y comprender mensajes en diversas situaciones comunicativas.
Más allá de esa variedad estándar, existen distintas maneras en las que las y los hablantes se apropian de
las lenguas y las usan para llevar adelante sus propósitos de comunicación. Por ejemplo, hay grupos que
tienen una manera particular de hablar (una jerga o argot). También hay diferencias, como dijimos,
según la pertenencia geográfica o la edad de las y los hablantes. Las variedades de una lengua son un
hecho que se da no sólo en relación con el castellano, sino con todas las lenguas. Esto no implica que
haya personas que hablen “bien” o “mal” por utilizar una variante u otra. Por el contrario, esto
demuestra que la lengua tiene una riqueza muy grande y que no está fosilizada: vive y cambia, como
cambia la realidad de las y los hablantes. La lengua se transforma porque es, precisamente, lo que
utilizamos para hablar de la realidad, del mundo que nos rodea, que también es dinámico y cambiante. A
través de los tiempos, la utilización de una u otra variedad de lengua ha servido para incluir o excluir
personas o grupos. En el caso de Argentina, por ejemplo, la literatura gauchesca ha tomado una variedad
en particular (el dialecto rural rioplatense) para incorporar y visibilizar a una gran porción de la
población.

2) Indica en cuáles de los siguientes textos, materiales y soportes podría aparecer el texto “La lengua y
sus variedades”. ¿En cuáles no podría aparecer? ¿Por qué?

Manuales escolares / diarios / biografías / Internet / novelas / revistas especializadas / enciclopedias /


obras de teatro / libro de poemas / textos de opinión / cuadernillos educativos / historias de la
fotografía.

3) A)¿Para qué materia leerían el texto sobre “La lengua y sus variedades”? B)¿Qué información les
permite encontrar?

4) A)¿Cuál te parece que es la intención de quien escribe este texto? B)¿Hacia qué público crees que va
dirigido? C)¿Qué elementos y/o características del texto les permite darse cuenta de cuál es el
destinatario y el propósito?

5) A)¿Cuál es el tema principal? B)¿Qué elementos del texto ayudan a establecer ese tema? Transcribelo
y justificalo.

TEXTO EXPOSITIVO
1) Luego de leer el siguiente texto enumera sus párrafos e indica el tema de cada uno de ellos.

Un guion literario es un documento que contiene una historia pensada para ser narrada en imágenes y
sonido. Es el primer paso para realizar una película.

En el guion literario se detallan las acciones y los diálogos de los personajes, acompañándolos con
descripciones generales de los escenarios, y acotaciones para los actores.

La historia se escribe de manera que resulte visible y se comprenda. Pero sin dar indicaciones técnicas
para la realización de la película ni sobre el trabajo de cámara.

Esa parte corresponde al guion técnico, como ya vimos en otro artículo.

Si tienes 15 minutos, aquí puedes ver el vídeo sobre guion literario que he subido en nuestro canal de
Youtube.

Si prefieres leer, aquí debajo tienes un resumen de lo que te cuento en el vídeo.

El guion literario: formato

Los guiones literarios se dividen en secuencias o escenas.

Tienen un formato propio que permite que el director, los actores y todo el equipo técnico, puedan
leerlo fácilmente y saber cómo y dónde se desarrolla la historia.

Una escena o secuencia es simplemente un fragmento de historia que ocurre en el mismo espacio y/o
tiempo.

Esto quiere decir que cuando cambiemos de escenario, o si hay una elipsis temporal dentro de un mismo
escenario, cambiaremos de escena.

Lo primero que debes saber es que se escriben siempre en la fuente Courier New, a tamaño 12.

Y esto es así porque, gracias a este estándar, una página de guion literario suele corresponder
aproximadamente a un minuto de película en la pantalla.

Pasemos a ver cuáles son los elementos de un guion literario:

Encabezado de secuencia

Se escribe en mayúscula, y describe si es interior o exterior, el nombre del decorado, y si es noche o día.
También podría incluir si es atardecer o amanecer.

Por ejemplo:

INT. COCINA – NOCHE

EXT. PLAYA – DÍA


EXT. CASA DE CARLOS/TERRAZA – ATARDECER

Si la acción transcurriese en un coche que avanza por la carretera, y queremos mostrar que vemos el
interior pero también el exterior, podríamos utilizar la siguiente fórmula.

EXT-INT. COCHE DE CARLOS – DÍA

Y si por ejemplo dentro de una casa van a aparecer diferentes decorados, podemos usar esta fórmula.

EXT. CASA DE CARLOS/TERRAZA – ATARDECER

INT. CASA DE CARLOS/COCINA – NOCHE

INT. CASA DE CARLOS/DORMITORIO – DÍA

Así utilizamos siempre la misma estructura, y es más fácil de leer.

Acción

La acción describe brevemente el decorado y las acciones que van teniendo lugar. Eso sí, siempre en
presente y en tercera persona.

Esto es muy importante. En un guion las cosas no pueden suceder ni en pasado ni en futuro. Sólo nos
dedicamos a describir lo que vemos, y siempre en tiempo presente.

Otra cosa importante es que el estilo debe ser sencillo, sin florituras, y sin muchos recursos literarios.

Esto no quiere decir que escribamos como robots.

Cada guionista desarrolla su propio estilo a la hora de describir las acciones. Algunos son más asépticos,
y otros se permiten descripciones mucho más largas.

Pero por lo general, se recomienda ser bastante escueto a la hora de describir.

Cómo presentar a un personaje en un guion literario

La primera vez que aparece un personaje, se puede indicar su edad entre paréntesis y una breve
descripción.

Por ejemplo: PACO (38), un joven alto y desgarbado, con gafas de pasta y traje.

Aunque también lo podemos hacer de una forma estimada, en forma de prosa.

Por ejemplO. PACO, de unos 30 años, alto y desgarbado, gafas de pasta y traje…

Cualquiera de las dos formas es válida.

Cómo hacer un flashback en un guion literario


Si necesitamos que la acción se traslade hacia el pasado, no hay problema. Podemos indicarlo en el
encabezado. Por ejemplo:

INT. HABITACIÓN INFANTIL – DÍA (FLASHBACK)

Pero la acción siempre se escribe en presente, no lo olvides.

También podríamos, por ejemplo, añadir un título superpuesto que diga “2 años antes” o “2 años
después”.

SOBREIMPRESIONADO: 2 AÑOS DESPUÉS.

Aunque muchas veces no hace falta poner ningún título para que se entienda que la acción transcurre en
el pasado o en el futuro.

Es como si el guionista fuese testigo directo de la película y la estuviese retransmitiendo en tiempo real.

Y es por eso que no tiene sentido usar el pasado o el futuro.

No es una novela. Es una película. Y sólo podemos describir lo que se puede ver y escuchar.

Además, el espectador es más listo de lo que pensamos. No lo olvidéis nunca.

Diálogo

Se escribe en una posición centrada, para diferenciarlo de la acción. Primero se indica el nombre del
personaje en mayúsculas, y debajo, a continuación, se escribe el diálogo.

Si un personaje habla, luego describimos una acción, y luego vuelve a hablar el mismo personaje, lo
indicaremos poniendo al lado, entre paréntesis (CONT.). Es decir, que continúa hablando.

Diferencias entre voz en off y voice over

¿Qué sucede cuando se escucha un diálogo de alguien que no estamos viendo en pantalla?

Cuando sea un diálogo de alguien que no vemos, pero el personaje en pantalla sí lo escucha, igual que
nosotros, indicaremos entre paréntesis (OFF). Por ejemplo, cuando una persona habla desde otra
habitación. Es decir, la persona que habla forma parte de la historia.

Sin embargo, si se trata de una voz en off de un narrador ajeno a la historia, indicaremos (V.O.), que
viene del inglés Voice Over.

Bueno, y esto en cuanto a la forma. Pero hablemos también un poco del contenido.

Consejos para escribir diálogos en un guion

Dialogar es mucho más difícil de lo que parece. Hay personas a las que se le da bien, y a otras, no tanto.
Intentan poner mucha atención en esta parte. Porque como espectadores, no hay nada que nos eche
más para atrás que un diálogo que no resulta creíble.

Esto sucede especialmente en nuestros primeros guiones, cuando necesitamos que el espectador
conozca una información para comprender la historia.

Y como recurso fácil, ponemos en boca de un personaje un diálogo metido con calzador que jamás
oiríamos en la vida real.

En las películas y series que tienen policías o médicos se nota muchísimo. En las buenas no, claro.

Si quieres ampliar sobre el tema, te recomiendo el libro El diálogo, de Robert McKee.

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El diálogo, de Robert McKee

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Acotaciones

No conviene abusar de ellas, pero si lo necesitamos, podemos hacer una indicación sobre ese diálogo.

Se ponen debajo del nombre del personaje, y antes del diálogo, o en una línea entre las líneas de
diálogo.

Sólo recurrimos a ellas si son imprescindibles para que se entienda.

Si no, lo obviaremos, ya que depende principalmente del director y del actor interpretar la motivación y
el tono de esos diálogos.

Es decir, es una herramienta, pero sólo para momentos concretos. No es para todos los diálogos.

Por ejemplo, Alfonso Cuarón en el guion de Roma lo utiliza en un momento determinado para que
sepamos que este diálogo lo dice en mixteco, que es una lengua que habla el personaje de Cleo.

CLEO

(en mixteco)

¡Apúrate, manita!
Ejemplo de acotación en el guion de Roma, de Alfonso Cuarón

Transiciones

Se ponen a la derecha, al final de la escena, o en mitad, si es necesario. Indican cuando hay un corte o un
fundido encadenado, por ejemplo.

Hay muchos guionistas que apenas las utilizan. Vamos, que tampoco hay que darles mucha importancia
en principio.

Si no las indicáis, nadie os va a decir nada.

Sí es interesante usarlas si queréis enfatizar al final de una escena el punto final mediante un FUNDIDO A
NEGRO, por ejemplo.

O incluso en mitad de una escena, si queremos sugerir una sucesión de planos o una secuencia de
montaje.

2) Colócale un título al texto.

3) ¿Cuàl es el tema central del texto?

4) Extrae la información principal que desarrolle el tema central.

5) ¿Qué información nueva te aportó éste texto?

TEXTO EXPOSITIVO III

1) Luego de leer el siguiente texto enumera sus párrafos y coloca en una palabra el tema central de cada
párrafo.

EL ROMANTICISMO EN LA LITERATURA

Para los neoclásicos lo fundamental fue la razón. El neoclásico asume que la vida y la sociedad son
imperfectas, pero dentro de ellas el hombre debía alcanzar su perfección moral guiado por la razón
ordenadora y salvadora del caos. En cambio, la actitud moral y vital de los románticos es de
insatisfacción ante la vida y la sociedad. Se rebelan contra todo y aspiran a algo superior, aunque no
siempre estén seguros de qué se trata. La primera crisis de la razón se inicia con el romanticismo.
Adquieren gran importancia la imaginación y la sensibilidad personal. La imaginación permite al
romántico evadirse de la realidad y tender hacia un mundo de ensueños, ideal aunque difuso.

El Romanticismo supone un rechazo a las formas neoclásicas:

Literatura neoclásica: Armonía, equilibrio, orden, perfección; frente a la literatura romántica: dinamismo,
intensidad expresiva, fuerza sentimental, irracionalidad y misterio.
Su pleno desarrollo se produce en el XIX, pero su punto de arranque se halla en el XVIII, durante el cual
ya ciertos autores le dan un impulso con sus obras, ya de carácter prerromántico: en Francia, la obra de
Rousseau.

En Alemania, el movimiento Sturm und Drang (tempestad e ímpetu)), caracterizado por su exaltado
apasionamiento juvenil, su amor al paisaje, su entusiamo por la libertad y el sentimiento, su afición por
las tradiciones. el poeta Herder, valora la poesía popular y primitiva de cada país como expresión del
alma de los pueblos.

Goethe es figura capital de la literatura universal del siglo XIX con sus obras Werther y Fausto. En
Inglaterra, destacarán los poetas Macpherson, Wordsworth y Coleridge, Keats y Byron. De estos países se
extiende por el resto de Europa y América; y en Francia, Victor Hugo y Chateaubriand.

El Romanticismo es un especial estado del alma impulsado por hombres jóvenes. Incluso podemos
afirmar que gran parte de sus integrantes no sobrevivieron a su etapa de madurez. Muchos de ello
dejaron de existir tempranamente : Novalis, Shelley, Keats, murieron antes de cumplir los 30 años; Larra
y Nerval se suicidaron; Hölderlin se enajenó en el mundo de la locura. Fueron hombres sensibles,
capaces de conmoverse ante la naturaleza, los abismos del corazón y el arte. También se sintieron
impulsados hacia las más nobles causas humanas, por ejemplo el patriotismo, la independencia, la
libertad, la justicia.

Ansiaron evadirse de la realidad. Esto los llevó a un excesivo individualismo. Cada cual se sintió centro
del mundo y consideró sus derechos más importantes que los del grupo social. La evasión los condujo a
la soledad y la soledad a la búsqueda de la naturaleza caótica de bosques, montañas, escenarios en los
que el “yo” huye del contacto con otros hombres y puede manifestarse con absoluta libertad.

2) Extrae del texto once palabras relacionadas con el tema central del texto.

3) Realiza un resumen de todo el texto leído.

4) ¿Por qué motivo se afirma que "El Romanticismo supone un rechazo de las formas neoclásicas"?
Explica tu respuesta

5) ¿Conocías el tema explicado en el texto? Coméntalo brevemente

TEXTO EXPOSITIVO

1) Luego de leer el siguiente texto enumera los párrafos y colócales un título a cada uno de ellos.

El libro de Carlos Abraham va de los orígenes hasta "El Eternauta"

HALLAZGOS Después de repasar la historia de la editorial Tor e internarse en el mundo de las revistas
argentinas dedicadas al género fantástico, el investigador tandilense Carlos Abraham acaba de publicar
Las historietas argentinas de ciencia ficción, de los orígenes a El Eternauta, a través --como sus anteriores
libros-- de la editorial independiente Tren en Movimiento, oriunda de Temperley. Durante un centenar
de páginas bellamente ilustradas, Abraham rescata y recorre tanto obras olvidadas como las revistas que
en que se publicaron, en un arco que va desde el comienzo del siglo pasado hasta mediados del mismo,
cuando la aparición de la obra de Oesterheld y Solano López marcó la mayoría de edad del género. Un
viaje en globo hasta la Luna, un ejército de robots gigantes o un científico capaz de convertir a un
hombre en un esqueleto con vida; hay de todo en esta pequeña selección de las innumerables
historietas, revistas y autores incluidos en un volumen que es un auténtico tesoro.

“Estoy en la tierra, supongo”, dijo El Eternauta cuando se hizo visible en el estudio de un guionista de
historietas. Ante el silencio de su interlocutor, el viajero del tiempo buscó con la mirada algo que
certificara su sospecha. Y sobre la mesa, junto a algunos libros, vio “un magazine de actualidad” que
tenía en la tapa la foto del líder ruso Nikita Krushchev. “No necesitás contestarme, ya sé que estoy en la
tierra, a mitad del XX, alrededor de 1957”, agregó.

Revista Rayo Rojo, agosto de 1960

Señalar como objeto inequívoco de una época a una revista popular, no fue ni casualidad ni argucia
narrativa. Hector Germán Oesterheld sabía más que nadie que esas publicaciones (algunas a dos o
cuatro colores, papel ilustración, otras apenas papel obra en blanco y negro) compradas en el kiosco
tanto por grandes y chicos (cada semana, cada quincena o cada mes) tenían el poder de grabar como
tatuajes en la memoria la historia de los hombres. En sus páginas vibraba el pasado, y al mismo tiempo,
se encontraban alternativas para sobrellevar el futuro. Oesterheld lo sabía porque esas ediciones
(grandes, pequeñas, apaisadas, con ganchitos en el medio, mal guillotinadas o impresas fuera de
registro) fueron parte de su formación como lector y escritor de historietas, y porque dedicó años de su
vida a crearlas como lo hizo con sus Hora Cero y Frontera.

El tesoro escondido aún en las miles de revistas argentinas editadas desde comienzo del siglo XX, todavía
está por descubrirse. Y lo bueno es que algunos, como el incansable Carlos Abraham, ya empezaron la
tarea. Desde hace rato el investigador tandilense se propuso recuperar las joyas entre esas zonas
marginales de la cultura. Lo hizo en volúmenes como La editorial Tor: medio siglo de libros populares
(2012) y Revistas argentinas de ciencia ficción (2013) y ahora lo repite -con la misma rigurosidad- en el
flamante Las historietas argentinas de ciencia ficción, que lleva una aclaración: “de los orígenes a El
Eternauta”. Es decir, todo lo que pasó antes que llegara la historieta que cambió radicalmente las reglas
del juego, es decir, el tiempo anterior al big bang cuando la CF dejó de ser una mera especulación
científica y la historieta comprendió que toda aventura necesita de las contradicciones humanas.

Revista Mister Radar, 1956

Publicado por el sello Tren en Movimiento, el trabajo de Abraham cuenta, entonces, en cien páginas
hermosamente ilustradas, la memoria de cómo nació, creció y se reprodujo el vínculo entre la ciencia
ficción y la historieta nacional, al ritmo de las épocas: Primera y Segunda Guerra Mundial, bomba
atómica y comienzo de la carrera espacial. “El propósito de este libro es trazar un panorama histórico y
crítico de la historieta argentina de ciencia ficción desde sus orígenes en 1901 hasta 1957. En el primero
de esos años, fueron publicadas las primeras caricaturas del género en Caras y caretas. En el último,
apareció El Eternauta, de Oesterheld y Solano López. Más allá de su debatible originalidad, fue un
quiebre respecto a lo hecho anteriormente, marcando el inicio de una nueva etapa debido a su valor
estético y a su impacto en el público. He elegido ese momento como fin del libro, a fin de garantizar la
unidad temática, que se vería comprometida debido a la proliferación de obras de ciencia ficción en las
décadas siguientes. El período 1901-1957 fue crucial a causa de su carácter formativo. El género
experimentó su implantación en las primeras décadas del siglo XX, a partir de modelos tan variados
como las caricaturas de las revistas ilustradas europeas, los dibujos futuristas de Albert Robida y las
historietas sin globos de las tempranas publicaciones juveniles. Le siguió un lento desarrollo durante los
años treinta, imitando producciones extranjeras más elaboradas. Por último, llegó a su definitiva
consolidación en los años cincuenta”, escribe el autor.

Rayos paralizantes, naves sónicas, cinturones atómicos, hombres que vuelan, armas paralizantes, y todo
tipo de imaginería futurista están en este libro que es, a la vez, muchos otros libros: puede leerse como
un documento acerca de la importancia decisiva de CF como género en la literatura popular; también
como una galería de personajes nuevos y olvidados; como un libro sobre el fantástico cruce de ideas,
líneas y cultura entre dibujantes argentinos y europeos, y, por último, como un nuevo acercamiento a El
Eternauta que explica por qué esa noche de mediados de 1957, el viajero del tiempo eligió aterrizar en
las páginas de una revista editada en este lugar del mundo y no en cualquier otro.

2) Realiza un resumen del texto leído

3) ¿Cuáles son los temas y subtemas del texto? Ejemplifica con citas textuales.

4) Extrae del texto doce palabras que se relacionen con el tema central del texto.

5) ¿Qué información nueva les aportó el texto leído?

6) ¿Qué historietas te gustaron más durante tu infancia? ¿Por qué?

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