Aborigenes Venezuela
Aborigenes Venezuela
Aborigenes Venezuela
En la actualidad los pueblos indígenas que hacen vida en nuestro territorio han adoptado muchas de las
costumbres de la vida moderna, al igual que ocurrió en los tiempos de la Colonia cuando fueron
convencidos de creer en un solo Dios.
Los indígenas que habitan en lugares de difícil acceso, como las selvas, mantienen vivas sus costumbres
ancestrales. Mientras que la situación de otros es diferente: se les utiliza con fines particulares en la
explotación de la tierra, minería e incluso son llevados a las grandes ciudades para trabajar en la economía
informal.
Al igual que en el pasado, estas comunidades se ven afectadas también por el impacto ambiental que
generan las diferentes actividades económicas que se realizan en los espacios donde habitan.
Actualmente, nuestras comunidades indígenas participan de manera activa, a través de sus representantes
en la Asamblea Nacional, en las decisiones económicas, políticas, sociales y culturales, conjuntamente con
el resto de la población venezolana,
Familias Indígenas Venezolanas
Se destacan básicamente tres familias entre los aborígenes de Venezuela:
LOS ARAWACOS
Se ubicaron en la región sur y norte-occidental del país, se destacan las tribus de Baniba, Guaipunabis y
Caberres en Guayana; los Caquetíos desde las costas de Falcón hasta los Llanos occidentales y los
Guajiros en la península Guajira.
LOS CARIBES
Este grupo ocupó la región montañosa del norte del país, la cual comprende desde el Golfo de Paria hasta
Yaracuy, los alrededores del Lago de Maracaibo y parte de Guayana. Fue el último grupo que se estableció
en Venezuela, llegando presumiblemente por el sur y el oriente, arrastrando a los Arawacos hacia el oeste.
Las tribus que más se destacaron fueron: Pariagotos, Chaimas, Cumanagotos, Palenques, Píritus,
Mariches, Tamanacos, Caracas, Teques, Quiriquires, Ciparicotos, Bobures, Pemones y Motilones.
LOS TIMOTO-CUICAS
Estas tribus se asentaron en el región occidental del país, ocupando, a diferencia de los Caribes y
Arawacos, la región de los Andes Merideños. Las más importantes fueron: Timotos, Mucuchíes, Cuicas,
Migures y Mucuñuques.
Estos pueblos se han reducido a unas pocas comunidades e incluso familias que tienden a desaparecer por
enfermedades o extinción biológica. La mayoría de estos pueblos se encuentran ubicados en zonas
fronterizas con Guayana, Brasil y Colombia, conservando sus condiciones y modo de vida tradicionales.
Otros han migrado hacia los centros poblados rurales y urbanos, conformando barrios marginales indígenas.
Entre las principales comunidades que se pueden mencionar, están las siguientes: Wayuu, Bari, Yukpa,
Paraujano, en el Estado Zulia; Piaroa, Yekwana, Yanomami, Baniva, en el Estado Amazonas; Pemón,
Panare, en el Estado Bolívar; Warao en el Estado Delta Amacuro; Kariña, en el Estado Anzoátegui; Yaruro,
Guahibo, en el Estado Apure.
Sin embargo, las comunidades indígenas venezolanas aún existentes han conservado las formas
tradicionales de vida heredadas de sus antepasados precolombinos. Su principal fuente de alimentación la
constituyen la pesca, la caza, la recolección y una agricultura en la cual predomina el conuco.
En la actualidad, las disposiciones legales contenidas en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, establecen desde el Artículo 119 al 126 todos los derechos y oportunidades que tienen los
pueblos indígenas en todo el territorio nacional. Estos derechos han sido reconocidos internacionalmente
como derechos específicos y ordinarios.
Sobre esta base, los artículos referidos a los derechos de los indígenas reconocen ampliamente la
existencia de los pueblos indígenas, sus formas de organización, culturas e idiomas propios, así como su
hábitat y los derechos originarios sobre la tierra que ancestral y tradicionalmente ocupan, ya que son
indispensables para garantizar su continuidad biológica y sociocultural.
Alrededor del 1% de la población de Venezuela pertenece a grupos aborígenes que mantienen su cultura
propia, diferente a la cultura legada por el período de colonización española. Algunos de estos grupos viven
también en Brasil o Colombia.
Estos grupos son: Akawayo, Añu, Arawak del Norte, Barí, Eñepa, Guajibo, Jodi, Kariña, Mapoyo, Pemón,
Piaroa, Puinave, Pume, Sáliba, Sape, Uruak, Warao, Wayúu, Yanomami, Yavarana, Yekuana, Yeral, Yukpa
y los Arawak del Sur: Kurripako, Warekena, Banivá.
Grupos lingüísticos
Existen varias grandes familias lingüísticas que son: La Caribe-tamanaca, que comprende las lengua caribe,
con sus dialectos, chayma, cumanagoto, tamanaco, aravaca, guaraúno, goajiro, entre otras. La Sáliba, que
comprende las de los atures y piaroas, La Guajibo, La Maypure, que comprende las pareni, maypure,
achagua, muysca y arawak. La Puinave-Makú que comprende a puinaves y jodi. Y la lengua de los yaruros
que pertenece a la familia Yarura-betoy.
Situación actual
La situación de muchos indígenas es dramática, en una pobreza extrema y una alta mortalidad, parecen
destinar a la desaparición de varias etnias, en especial las de las amazonas por la interferencia del hombre
blanco. Muchos grupos se han asimilado a la población mestiza como los Wayuu integrados parcialmente
en el sistema social, pero conservación su condición de miseria. Muchos saben español para poderse
comunicar con los blancos y mestizo, así como con tribus si hablasen distintos idiomas, destinando a la
desaparición de los idiomas indígenas.
La constitución de 1999 le ha dado por primera vez derechos a este colectivo, que los aborígenes de las
tierras venezolanas, no han puesto en práctica a plenitud debido a la pervivencia de un sistema social
clasista heredero de la época colonial española.
Los indios de Venezuela conservan 27 idiomas que corresponden a los indios llamados Arawak, Caribe,
Chibcha y algunos sin clasificar, mal llamados independientes. Esta riqueza idiomática de Venezuela era
mucho mayor, pero se ha ido perdiendo poco a poco.
Queda en el país una treintena de tribus diferentes con formas especiales de vida, desde las armas de
guerra hasta los ritos.
La indiferencia despreciativa que se ha tenido durante siglos por el indio nos ha ido alejando de él. La
expansión criolla lo ha ido arrinconando para quitarle sus mejores tierras de cultivo y de subsuelo rico en
petróleo o minerales.
Los Wayuú
Breve historia
Los wayúu o guajiros son aborígenes de la península de la Guajira, sobre el mar Caribe, que habitan
territorios de Colombia y Venezuela, sin tener en cuenta las fronteras entre estos dos países
sudamericanos.
Ocupan un territorio 15.300 km2 dentro del departamento colombiano de la Guajira, Colombia, y 12.000 km2
dentro del estado de Zulia, Venezuela.
El pueblo wayúu habita la árida península de la Guajira al norte de Colombia y noroeste de Venezuela,
sobre el mar Caribe. Es una región con un clima cálido, seco e inhóspito, bañada por los ríos Ranchería, de
Colombia y El Limón de Venezuela. Presenta unas estaciones climáticas marcadas por una primera
temporada de lluvias, denominada Juyapu, que se desarrolla durante los meses de septiembre a diciembre,
seguida de una época de sequía, conocida como Jemial, que va desde diciembre hasta abril.
Posteriormente, viene la segunda temporada de lluvias, llamada Iwa, para rematar con una larga temporada
de sequía que va desde mayo a septiembre.
Son el pueblo indígena más numeroso de Venezuela y de Colombia; representan cerca del 8% de la
población del estado Zulia y cerca del 45% de la del departamento de La Guajira, sobrepasan las 500.000
personas.
El pueblo wayúu es uno de los pueblos arawak que se desplazaron tanto por la Amazonía, como hacia las
Antillas, a donde llegaron hacia el 150 a. C.
Hacían parte de sus costumbres ancestrales, la caza, pesca y recolección, así como la horticultura, donde
ella era posible, al sur de la península o en otros lugares con un ambiente menos desértico que el actual. La
vivienda era comunal, en forma de maloca.
Aunque el contacto con los conquistadores europeos data del siglo XVI, los wayúu no fueron conquistados
sino hasta muy tardíamente, después de la independencia de Colombia y Venezuela. En esto influyó tanto
la resistencia indígena, como las duras condiciones ambientales del desierto, que sirvió como refugio a los
wayúu.
La intervención europea supuso sin embargo la pérdida de tierras agrícolas y áreas de caza, que los wayúu
compensaron con el pastoreo de especies introducidas, especialmente las cabras y, en menor medida,
bovinos. Conflictos frecuentes ocurrieron por la política de los europeos de controlar la pesca de perlas.
Aprovechando los enfrentamientos entre españoles, holandeses e ingleses, fueron capaces de desarrollar
una actividad comercial intensa, que ampliaron durante el período republicano.
A pesar de la expansión de las dos Repúblicas sobre su territorio, los wayúu mantuvieron una amplia
autonomía extralegal, que sólo recientemente han reconocido constitucionalmente ambos estados y que se
caracteriza por la aplicación del derecho propio en todo el territorio propio.
Economía
Se dedican especialmente al pastoreo, los bovinos se consideran el mayor valor, pero su crianza es limitada
por las condiciones ambientales. Cada clan tiene una marca de hierro, ya que el ganado es marcado con el
símbolo clanil. Las cabras kaa'ulaa o chivos, son el mayor número de cabezas y son cuidados en rebaños
de 100 a 150 animales y a veces de muchos más. Anteriormente se criaban muchos caballos, asnos y
mulas, pero en los últimos años las epidemias han diezmado estas especies.
Para los Wayuú el ganado es la principal riqueza y el principal motivo de prestigio. Aunque se comercia con
él, se intercambia de modo no comercial: para sellar una alianza matrimonial, como derecho sobre una
descendencia o para compensar daños o delitos, solucionar conflictos y establecer la paz.
El pastor asocia su ganado a los rituales que marcan su ciclo vital. Donde es posible, tiene una pequeña
huerta llamada apain, donde siembran maíz, fríjol, yuca, pepino, ahuyama, melón y sandía, sin que puedan
rotar ni variar de cultivos, debido al clima.
La economía es mixta, requiere de otro tipo de actividades económicas como la pesca, el comercio, la
producción textil tradicional, la cerámica y el trabajo asalariado en haciendas, en las minas de carbón de El
Cerrejón, en manos de la Exxon y la Glencor, en las explotaciones de talco y dividivi y también cuenta con la
cooperativa ayatawacoop que es un programa indígena para la comercialización de combustibles y
derivados del petróleo donde son aproximadamente 1.200 asociados a la cooperativa y el 80% son
indígenas o en el sector de servicios.
La explotación de la sal marina en Manaure era realizada desde antes de la llegada de los europeos,
primero la Corona española y luego el estado colombiano explotaron las salinas y varios Wayúu se hicieron
asalariados, aunque otros mantuvieron explotaciones artesanales. En 2005, después de una larga lucha,
transitoriamente la explotación de la sal estuvo de nuevo en manos de los indígenas, pero una sentencia los
ha despojado nuevamente.
Organización y cultura
Sociedad organizada en clanes o eiruku. Entre el pueblo Wayúu existe todavía la autoridad tradicional y un
sistema autóctono de la administración de la justicia en la cual se destaca el pütchipü o pütche'ejachi quien
es el portador de la palabra o palabrero, quien resuelve los conflictos entre los diferentes clanes. En lo que
se refiere a la familia extensa matrilineal, según la sangre, o apüshi, el alaula o tío materno mayor es quien
ejerce la autoridad. Los parientes por línea paterna, según la sangre, se reconocen como oupayu, aliados
con quienes se espera solidaridad yana'ma' o trabajo conjunto.
El hombre puede tener varias mujeres. Antes del matrimonio el novio debe llegar a un acuerdo con los
padres de la novia en una reunión denominada ápajá y entregar a ellos la cantidad de ganado y joyas que
acuerden. La mujer permanece en el hogar y es símbolo de respeto y unidad. Habitan en rancherías,
iichipala o miichipala, pequeñas comunidades distantes unas de otras, conformadas por agrupaciones de
parientes cercanas al clan.
El pastoreo es la actividad más importante. El número de cabras, reces, caballos y mulas son el símbolo de
riqueza y poderío. El tejido es una labor que combinan con las demás actividades cotidianas, en los ratos
libres, en las visitas y cuando van de viaje.
Un personaje de gran importancia en cada comunidad es el piachi', quien ha adquirido poder espiritual
mediante su experiencia visionaria y las virtudes otorgadas durante sueños o trances que se interpretan
como la incorporación de un espíritu protector Seyuu, por lo que es llamado para curar.
Los espíritus se comunican con los humanos vivos en los sueños. Maleiea es el creador; Pulowi mujer
primigenia; Juyá la lluvia; Shanceta, Acaracuy y Kéerraria espíritus de lugares especiales; Yoruja los
espíritus errantes de muertos.
El Wayúu cree que tras la muerte va a Jepirá, el Cabo de la Vela, lugar de felicidad donde se descansa
hasta que tras el segundo velorio, cuando los restos son exhumados para llevarlos un sitio definitivo, el
espíritu del muerto toma el camino hacia la eternidad.
Los conocimientos retenidos en la memoria han pasado de una generación a otra para plasmarse con
manos wayúu en un sinnúmero de objetos tejidos de singular belleza y funcionalidad, elaborados en
diversidad de técnicas, formas y colores. Los Wayúu, anteriormente, se valían de materiales naturales de su
medio ambiente para elaborar y tinturar los hilos de sus tejidos; esta antigua transformación ha sido
reemplazada por las materias primas procesadas industrialmente, en especial finos hilos de algodón
mercerizado, hilazas y fibras acrílicas en vistosos colores.
La Ley Guajira se respeta y se cumple a cabalidad sin necesidad de existir tribunales ni cárceles, en ella no
existe individualización de la pena y la sanción sólo tiene una repercusión patrimonial.
El Derecho Consuetudinario Wayúu puede surgir de tres niveles: el social, el familiar y el personal. Desde el
punto de vista de la estructura social, el pueblo Wayúu coordina sus acciones intersubjetivas especialmente
a través de la tapushirúa (familia), ya que carece de un poder central y de instituciones representativas que
mantengan el orden público y la seguridad del grupo.
Esta misma sociedad ha ido creando un conjunto de normas que se enseñan a sus miembros desde que
nacen, y que descansan en la conciencia de cada uno de ellos.
Cuando hay una falta o se transgrede el orden social establecido, la sanción va desde el reclamo, luego la
amonestación y por último, la indemnización en especie, que inicialmente era en ganado y collares y luego
en dinero.
El pueblo Wayúu tiene como jueces de equidad que aplican este Derecho Consuetudinario a los Pütchipü’ü
de los diferentes grupos o clanes, grandes conocedores de sus costumbres y ritos, y quienes con su sabidu-
ría han contribuido calladamente al restablecimiento del orden y la paz social de este pueblo.
Conclusión
Venezuela es un país multicultural, que reconoce y garantiza la existencia de los pueblos y comunidades in-
dígenas.
En este trabajo se investiga sobre la cultura, organización social y política, sistema jurídico y costumbres de
estos pueblos tan olvidado por los gobiernos pasados.
La Constitución de 1999 reconoció por primera vez el carácter multiétnico y pluricultural del país, incluye un
capítulo especialmente dedicado a los derechos de los pueblos indígenas y abrió espacios de participación
política indígena a nivel nacional, estadal y municipal.
Se estima que en Venezuela hay más de 500.000 indígenas, aunque distribuidos en 28 pueblos o etnias.
Los indígenas representan un poco menos del 1% de la población total del país. Sin embargo, su presencia
constituye el único lazo de conexión de Venezuela con sus raíces y orígenes antes de la Colonia. Las fami-
lias lingüísticas sobre las cuales se desarrollaron los idiomas que hoy hablan los indígenas en Venezuela
son básicamente cuatro: arawak, caribe, chibcha y tupí-guaraní; otras son clasificadas como lenguas inde-
pendientes.