DON DIMAS DE LA TIJERETA-Guion
DON DIMAS DE LA TIJERETA-Guion
DON DIMAS DE LA TIJERETA-Guion
NARRADOR: Esta es la historia de un anciano… un anciano muy astuto…este anciano se llamaba Don Dimas,
y tenía 75 años cuando, a pesar de las obvias limitaciones de su edad, decidió conquistar a una hermosa y
joven estudiante a la que siempre observaba pasar en el mismo punto, todas las mañanas.
Sonido MALL
Don Dimas: (suspirando) ¡Ay Viviana! Tan guapa tú. (Grita) ¡Viviana! Soñando contigo he tenido una
revelación, ahora necesito que me hagas un espacio en tu corazón.
Viviana: (Fastidiada) Este viejo de Dimas ya regresó a soltar las mismas tonterías.
Don Dimas: (Pícaro y acercándose a Viviana) ¿Por qué tan seria? Regálame una sonrisita
Viviana: (Enojada) Déjame en paz que estoy trabajando y me estas espantando a los clientes.
Viviana: (impaciente) Lo único que quiero es que se vaya de aquí (Entre dientes) Así que lárguese
Don Dimas: (Rendido) Está bien, pero volveré por ti, mi amor.
Narrador: Al día siguiente, Don Dimas compró una serie de obsequios caros a Viviana y se dirigió a su casa
para dárselos.
Don Dimas: (Pensativo, mientras avanza) Ya se me están acabando las ideas para que ella me acepte y me
ame. Podría darle todo lo que ella quiera… TODO. Por otro lado, no quiero quedarme solo… y no tener
descendencia. Si no, ¿quién contará mis historias? Si tan solo me diera la oportunidad de hacerla feliz…
(Suspirando) estas joyas y chocolates que he comprado pueden ayudar en la ocasión…(Decidido) Con esto le
demostraré de lo que soy capaz de hacer por ella, tal vez así pueda ceder a mis intenciones.
Toca la puerta.
Don Dimas: Oh… Disculpe la molestia, (Adulador) vine hasta aquí para darle estos presentes a la hermosa
Viviana. ¿se encuentra ella aquí?
Tía de Viviana: (Confundida) Pues… ella se fue a unos cursos en la universidad, no volverá hasta más tarde.
Si gusta puedo darle sus encargos.
Don Dimas: Me parece bien, solo tenga cuidado con las joyas de oro y los chocolates suizos por favor.
Tía de Viviana: (Nerviosa) Oh... No no no…Dije que ¡el hecho de que haya venido aquí es una gran alegría!
Tía de Viviana: Más bien, ¿no le gustaría pasar? Para poder conversar mejor sobre mi sobrinita.
Tía de Viviana: Hola hijita, estoy en la cocina (la abraza y señala los presentes) ¡Mira! don Dimas te trajo estos
regalos.
Viviana: (Cansada) ¡Ay! Este viejo nunca me dejará tranquila, (ambiciosa) pero por lo menos me regala cosas
bastante interesantes.
Tía de Viviana: (ilusionada) Pero, Vivianita, piénsalo. El vejete ya se va a morir, te casas con él y posiblemente
en un año o dos muera y te quedarás con todos sus bienes, su dinero… TODO… y vas a ser rica como siempre
quisiste.
Viviana: Ay no, tía. Iuuuuug… no podría ni siquiera darle un beso en el cachete a ese anciano. (Gritando)
¡Podría ser mi abuelo!
Tía de Viviana: No seas exagerada, mamita. Te casas con el vejete, ya si se muere podrás casarte con cualquier
chico que quieras, pero en ese momento serías millonaria.
Viviana: (Decisiva) No, tía. Definitivamente, no estaré con Don Dimas, me dé lo que me dé.
Narrador: Don Dimas, entusiasmado por lo que le había dicho la tía de Viviana, fue a buscar a la joven al
mismo punto de todos los días para declararle su amor una vez más.
Don Dimas: (Emocionado) ¡Viviana! ¡Amor mío! Estoy aquí como siempre, declarándote mi amor. Acepta
estos presentes y ¡unámonos para siempre!
Viviana: (Avergonzada) Dame esto… (Observando los regalos sin interés) Aprecio mucho tus regalos, pero
(énfasis) en serio no voy a estar contigo. Ya párala ¿Captas? Si te sigues acercando, te denunciaré por viejo
mañoso.
Don Dimas: Tú me partiste el corazón. (Dramático) ¡Ay! Mi corazón. Viviana, mi amor, no me hagas esto, por
favor.
Se aleja
Narrador: Don Dimas triste y desconsolado, regresa a casa para liberar el sentimiento que le oprimía el pecho
Don Dimas dando pasos fuertes caminando por su habitación, se arrodilla frente a su cama y da golpes en
ella
Don Dimas: (Gritando) ¡Maldición! ¡¿Por qué?! Yo, que solo busco darle el amor y cariño que ella se merece,
pero me rechaza y me humilla frente a todos. ¡Estoy harto! Su tía ni me sirve… (Ofuscado) Yo la quiero… y
haría lo que fuera por su amor… ¡hasta le entregaría mi almilla al Diablo!
Lucifer: (Fastidiado) ¡Ay! Espero no sea … ah… no… (pícaro) ¿Qué tenemos aquí? Hmmm ¿Dimas eh? (Sonrisa
maquiavélica) (grita) ¡Eh tú, la adornada! (Llama más la atención gritando) ¡Oye, Lilith! Tenemos trabajo.
Lucifer: Un tal Dimas me ha ofrecido su alma. Ve a cerrar el trato con él. Iría yo, pero estoy ocupado viendo
el perfil de las futuras almas que voy a arrebatar.
Sonido de teclear
Lilith: (Tosiendo) Argh…. Debería mejorar mis apariciones… en fin… (Maquiavélica) Hola Dimas, ¿me parece
que has pedido algo?
Don Dimas: (Confundido) Si…. Pedí algo… pero créeme que tú en mi sala no estaba dentro de esa petición.
Lilith: (Amigable) Primero que nada me voy a presentar, Mi nombre es Lilith, encargada del área de relaciones
exteriores del averno, estoy aquí por mandato de Lucifer, para ayudarte.
Don Dimas: (Confundido) ¿Lucifer? ¿Relaciones exteriores? ¿Qué? ¿Tenían áreas de trabajo?
Lilith: (lrritado) Aish, olvídalo. Los humanos no tienen sentido del humor. (soberbio) Te cuento: Lucifer ha
escuchado tus pedidos, y me ha mandado para ayudarte con el amor de la linda Vivianita. Sé que te mueres
por ella, y son ofender, viendo lo arrugado y decrépito que estás, no te hará caso a menos de que alguien te
de ese “empujoncito” que necesitas.
Lilith: (Amigable) Pues bien, oímos desde abajo que serías capaz de dar hasta tu alma por el amor de tu chica
¿es correcto lo que digo?
Don Dimas: (Emocionado) siiiii, ¡por ella, por su amor, soy capaz de todo!
Lilith: (Emocionada) ¡Esa es actitud, anciano! Pues… sí es así, ¡Comencemos! (Aparece su libro de notas y
hojea) Presta mucha atención: te puedo ofrecer dos años de puro amor con la joven… Con una condición…
después de esos dos años, vas a tener que entregarme tu alma.
Lilith: (Sin prestar mucha atención, buscando en su libreta) Sí, sí, como digas, es lo mismo… Ajá…Aquí está,
contrato por amor…
Don Dimas: (Dudoso) Mmmm pero… ¿Dos años a cambio de mi almilla? ¿Qué voy hacer sólo en dos años?
No voy a poder disfrutar suficiente con ella, yo quiero una familia y en ese tiempo no podré obtener eso.
Lilith: (Soberbia) Ya ya… me has caído bien, y se nota que estás babeando por ella, sólo porque soy buena,
mi última oferta será tres años, ¿lo tomas o lo dejas?
Don Dimas: (Dudoso) Mmmm tendría que pensarlo, (sarcástico) ¡mi almilla es muy valiosa!
Lilith: (lmpaciente, mirando su reloj) ¡Ya, viejo! No tienes nada que pensar, tengo otras almas que cobrar, así
que decide de una vez, si no, no hay trato.
Lilith: (Emocionada) ¡Hasta que al fin! Después de esto, tu vida dará un giro de 360 grados…
Sonido de…
Don Dimas: (Enojado) ¿Quién estará molestando a esta hora? (Es estira tronándose la espalda Se coloca las
pantuflas y arrastra los pies) ¡Ya voy, ya voy! ¿Quiéeeeeeeeeeeeen?
Viviana: (Feliz y gritando) Dimaaas, mi bebito fiu fiu, mi caramelo de chocolate, Dimaaaas
Viviana: (Radiante) ¡¡sí Dimas, he venido a decirte lo mucho que te amo, quiero vivir toda mi vida contigo,
quiero tener una familia, quiero que lo nuestro dure para siempre, ¡no sabes cuán enamorada estoy de ti!
Don Dimas: (Amoroso) No sabes cuán feliz me haces mi Vivianita linda, te amo con todo mi corazón.
Viviana: ¡Feliz aniversario amor mío! Hoy cumplimos un año más juntos.
Don Dimas: (sorprendido) (Medio sonámbulo) ¡Oh, lo olvidado!¡Feliz aniversario, mi bella Vivianita!
Viviana: (Muy sonriente) Bueno amor, iré a comprar algunas cosas para preparar un rico almuerzo.
Lilith: (Tosiendo)Arg… Arg… Siempre me atoro con esto… Ejem… ¿!Que hay de nuevo, viejo!?
Don Dimas: Ah cierto… vienes por mi almilla… bueno… (Busca entre su ropa y saca el chaleco, se lo entrega a
Lilith) Aquí está, ahora sí, puedes irte, tengo mucho por hacer
Don Dimas: (Relajado) ¿Cómo que es una broma? Quedamos en que te daría mi almilla después de 3 años y,
pues bien, aquí la tienes.
Lilith: (Enojada) Por supuesto, quedamos en que me darías tu alma y tú me estás dando este trapo maloliente,
deja de hacerte el payaso.
Don Dimas: Y está bien pues, quedamos en “almilla” y te la estoy dando, sí no me crees busca en el diccionario
y verás.
Sonido de flamas
Lilith: (Amarga y gritando) ¿Tú crees que esto es un juego? Ya me estás cansando, sí no me das lo que
prometiste, te tendré que bajar ante Lucifer.
Don Dimas: Bueno sí eso quieres, está bien, peeeero (preocupado) hoy es aniversario con mi esposa, (serio)
así que en definitiva no puedo. Déjame separarte un día en mi agenda.
Lilith: (Enfadada) No me importa sí no puedes hoy o mañana, me estás haciendo perder el tiempo y esto lo
tenemos que resolver ya, nos vamos porque nos vamos, no tienes derecho a reclamo. (hace el ademán de
chiflido) ¡Seguridad!
Narrador: Y así es como se llevaron al anciano al jurado infernal, donde se tendría que decidir quién tenía la
razón.
Sonidos de llamas.
Murmullos de la corte
Don Dimas: (Aburrido) Ya les dije que es “AL-MI-LLA” … Creo que alguien no se lavó bien los oídos y así me lo
aceptaron.
Lucifer: Espero que esa no sea tu única excusa…. Porque si es así, tengo un calabozo de fuego y sufrimiento
eterno solito para ti solito.
Don Dimas: Una almilla… Ejem… dícese de la prenda de vestir o jubón sin mangas ajustado al cuerpo…
Lilith: (Molesta) ¿Cómo “almilla” va a ser eso, viejo verde? Tú entregaste tu “almilla” sabiendo que era parte
de tu alma.
Don Dimas: ¿Cómo que parte de mi alma? Si cualquier persona podría saber lo que realmente significa
“almilla” …. Además, fue una locura que cometí como un viejo enamorado, ya que esa almilla que les he
dado, para su conocimiento, me costó bastante caro.
Lilith: (Enojada/ cortando a Don Dimas) Deja de burlarte frente del rey de las tinieblas, anciano insolente.
Lucifer: (lntrigado) Espera adornada…. Creo que este Don Dimas tiene un punto, déjalo terminar.
Don Dimas: Gracias Luci, pues la realidad de esto, es que en todo momento yo mencioné que iba a entregarle
mi “almilla” a la fea con cuernos que me trajo hasta aquí.
Lucifer: (Curioso) Y ¿cómo yo sé que no me estás mintiendo sobre el significado de esa palabra?
Lilith: Señor por favor… no pensará en creerle el cuento a ese anciano pervertido ¿verdad?
Lucifer: (Enojado) ¡Cállate cabra desnutrida! (Elegante)Ejem… Almilla: Dícese de la prenda que va junto a la
camisa.
Don Dimas: Ahí lo tienen, ya saben que es almilla y bla bla bla, ¿ya me puedo ir tranquilo? Tengo una esposa
que me está esperando.
Lucifer: Muy bien anciano, me has sorprendido, y te has salido con la tuya, puedes regresar a tu casa, pero
eso sí, te espera una bonita sorpresa… Y a ti… (Viendo a Lilith)… Luego me las arreglo contigo…
Narrador: Ya terminado el juicio y saliendo victorioso, Don Dimas regresa a casa satisfecho de haber burlado
al juzgado infernal. Sin embargo, se encontraría con la sorpresa que Lucifer le había adelantado.
Don Dimas: (Emocionado) ¿Amor? ¿Dónde estás? ¡No sabes lo que me pasó! ¿Cariño, dónde estás? (Observa
una nota en la mesa) ¿Qué es esto? (Abre la carta y lee) No sé qué ha pasado en estos últimos tres años, no
sé por qué tengo esta vida contigo… siento como si la hubiera desperdiciado, como si hubiera despertado de
una pesadilla. Hay cosas que no tengo del todo claro, pero sé que no es correcto… Así que me alejo de todo…
de ti… de esta vida… T O D O. No pierdas tu tiempo buscándome porque me iré del país. Viviana. (Arruga la
hoja) Esto no me puede estar pasando a mí, yo sólo quería su amor, hice lo que hice por ella y…. (se echa a
llorar)
Narrador: Don Dimas, ahogado en la tristeza y en la miseria, perdió todo lo que quería. Ganar el juicio no lo
liberó de las consecuencias de sus actos. Viviría solo y olvidado, mientras que Viviana se fue para nunca más
volver.
Un anciano muy astuto que, así como lo tuvo todo, lo llegó a perder al final.