6.asociaciones y Sociedades

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Concepto y normativa aplicable

Podemos definir las asociaciones como agrupaciones de personas individuales


que persiguen un fin común duradero, ya sea este altruista (entonces se habla de
asociación en sentido estricto) o lucrativo (entonces esa asociación se denomina
sociedad).

Estas personas se han agrupado voluntariamente amparadas por un derecho de


asociación que ha sido reconocido como derecho fundamental por nuestra
Constitución (art. 22 CE) y regulado con carácter genérico por la Ley Orgánica
1/2002, de 22 de marzo (en adelante, LOA).

Asimismo, diversas entidades asociativas han sido objeto de especial mención


constitucional, e incluso de una regulación propia, y con ello de un reconocimiento
específico por nuestro ordenamiento; entre ellas, cabe citar: Los partidos políticos, Los
sindicatos, Las asociaciones empresariales, Las asociaciones profesionales de Jueces,
Magistrados y Fiscales, Las asociaciones religiosas, Las asociaciones deportivas, Las
asociaciones de estudiantes, especialmente las de universitarios

Constitución

Acuerdo de constitución

Podrán constituir asociaciones, y formar parte de las mismas, las personas físicas y
las personas jurídicas, sean estas públicas o privadas, con arreglo a los
principios y reglas que sobre capacidad se señalan en el art. 3 LOA; entre estas
reglas cabe resaltar concretamente que:

a) las personas físicas necesitan tener la capacidad de obrar y no estar sujetas a ninguna
condición legal para el ejercicio del derecho (previéndose una excepción en el
apartado b) del art. 3 LOA en cuanto a los menores no emancipados mayores de
catorce años, que necesitarían del consentimiento de sus guardadores;
b) las personas jurídicas de naturaleza asociativa requerirán el acuerdo expreso de su
órgano competente, y las de naturaleza institucional, el acuerdo de su órgano rector;
c) y las asociaciones podrán constituir federaciones, confederaciones o uniones, previo
el cumplimiento de los requisitos exigidos para la constitución de asociaciones, con
acuerdo expreso de sus órganos competentes.
Su constitución deberá ser acordada por, al menos, tres personas físicas o
jurídicas legalmente constituidas, que se comprometen a poner en común
conocimientos, medios y actividades para conseguir unas finalidades lícitas, comunes,
de interés general o particular, y se dotan de los Estatutos que rigen el funcionamiento
de la asociación (art. 5.1 LOA).

Acta fundacional

El acuerdo de constitución (que incluirá la aprobación de los Estatutos) deberá


formalizarse mediante acta fundacional, en la que se dejará constancia de la
voluntad de los socios fundadores de la asociación de constituirla. Podrá formalizarse en
documento público o privado y con su otorgamiento adquirirá la asociación
su personalidad jurídica y la plena capacidad de obrar, sin perjuicio de la
necesidad de su inscripción a los efectos del art. 10 LOA (art. 5.2 LOA).

Al acta fundacional habrá de acompañarse:

a) en el caso de personas jurídicas, una certificación del acuerdo válidamente


adoptado por el órgano competente, en el que aparezca la voluntad de constituir la
asociación y formar parte de ella y la designación de la persona física que la
representará
b) en el caso de las personas físicas, la acreditación de su identidad.

Cuando los otorgantes del acta actúen a través de representante, se acompañará a la


misma la acreditación de su identidad (art. 6.2 LOA).

Contenido del acta fundacional (art. 6.1 LOA):

i) El nombre y apellidos de los promotores de la asociación si son personas físicas, la


denominación o razón social si son personas jurídicas, y, en ambos casos, la
nacionalidad y el domicilio.
ii) La voluntad de los promotores de constituir una asociación, los pactos que, en su caso,
hubiesen establecido y la denominación de esta.
iii)Los Estatutos aprobados que regirán el funcionamiento de la asociación, cuyo
contenido se ajustará a las prescripciones del art. 7 LOA.
iv) Lugar y fecha de otorgamiento del acta, y firma de los promotores, o de sus
representantes en el caso de personas jurídicas.
v) La designación de los integrantes de los órganos provisionales de gobierno.

Estatutos

Los estatutos de una asociación son el conjunto de reglas internas establecidas


por los asociados para el funcionamiento de la asociación, por lo que su
importancia práctica es indudable.
Para la modificación de los Estatutos deberá atenderse a lo previsto en el art. 16 LOA.

Legalmente se prevé un contenido mínimo de los Estatutos, los cuales podrán


incorporar además otras reglas, pactos, disposiciones y condiciones lícitos
si así lo desean los socios fundadores, siempre que no se opongan a las leyes ni
contradigan los principios configuradores de la asociación, advirtiéndose que el
contenido de los Estatutos no podrá ser contrario al ordenamiento jurídico
(art. 7 LOA).

Como mínimo, los Estatutos deberán contener previsiones sobre los siguientes extremos
(art. 7.1 LOA):

a) La denominación (art. 8 LOA).

La denominación de las asociaciones no podrá incluir término o expresión que


induzca a error o confusión sobre su propia identidad, o sobre la clase o naturaleza de
la misma, en especial, mediante la adopción de palabras, conceptos o símbolos,
acrónimos y similares propios de personas jurídicas diferentes, sean o no de
naturaleza asociativa (así, por ej., no podrán usarse los términos sociedad, fundación
o compañía, ni tampoco incorporar denominaciones que vienen siendo reservadas
tradicionalmente a las corporaciones jurídico públicas, como Colegio, Cámara y
Universidad).

Asimismo, no serán admisibles las denominaciones que incluyan expresiones


contrarias a las leyes o que puedan suponer vulneración de los derechos
fundamentales de las personas.
Tampoco podrá coincidir, o asemejarse de manera que pueda crear confusión, con
ninguna otra previamente inscrita en el Registro en el que proceda su inscripción, ni
con cualquier otra persona jurídica pública o privada, ni con entidades preexistentes,
sean o no de nacionalidad española, ni con personas físicas, salvo con el
consentimiento expreso del interesado o sus sucesores, ni con una marca registrada
notoria, salvo que se solicite por el titular de la misma o con su consentimiento.

b) El domicilio, así como el ámbito territorial en que haya de realizar


principalmente sus actividades (cfr. art. 9 LOA).

Las asociaciones que se constituyan con arreglo a la presente Ley tendrán su domicilio
en España, en el lugar que establezcan sus Estatutos, que podrá ser el de la sede de su
órgano de representación, o bien aquel donde desarrolle principalmente sus
actividades.

Deberán tener domicilio en España, las asociaciones que desarrollen actividades


principalmente dentro de su territorio.

Sin perjuicio de lo que disponga el ordenamiento comunitario, las asociaciones


extranjeras para poder ejercer actividades en España, de forma estable o duradera,
deberán establecer una delegación en territorio español.

c) La duración, cuando la asociación no se constituya por tiempo indefinido. Por tanto,


puede pactarse una duración indefinida, dejando constancia de la conformidad de los
socios promotores al respecto.

d) Los fines y actividades de la asociación, descritos de forma precisa.

Estos fines deberán ser lícitos y determinados. A este respecto conviene recordar que
el art. 22 CE y el art. 2 LOA, en sus apartados 7 y 8, advierten que: a) las asociaciones
que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son ilegales; y b) se
prohíben las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar.

La descripción de esos fines y actividades resulta de gran interés práctico tanto para
los propios asociados como para terceros que quieran relacionarse con la asociación
y la comunidad en general.
e) Los requisitos y modalidades de admisión y baja, sanción y separación de
los asociados y, en su caso, las clases de estos. Podrán incluir también las
consecuencias del impago de las cuotas por parte de los asociados.

f) Los derechos y obligaciones de los asociados y, en su caso, de cada una de sus


distintas modalidades (cfr. arts. 21 y 22 LOA).

g) Los criterios que garanticen el funcionamiento democrático de la


asociación.

h) Los órganos de gobierno y representación, su composición, reglas y


procedimientos para la elección y sustitución de sus miembros, sus atribuciones,
duración de los cargos, causas de su cese, la forma de deliberar, adoptar y ejecutar sus
acuerdos y las personas o cargos con facultad para certificarlos y requisitos para que
los citados órganos queden válidamente constituidos, así como la cantidad de
asociados necesaria para poder convocar sesiones de los órganos de gobierno o de
proponer asuntos en el orden del día.

i) El régimen de administración, contabilidad y documentación, así como la


fecha de cierre del ejercicio asociativo.

j) El patrimonio inicial y los recursos económicos de los que se podrá hacer uso.

En los estatutos se señalará cuál es el conjunto de bienes y derechos que los socios
promotores aportan en el momento de la constitución de la asociación para el
cumplimiento de sus fines, pero tal patrimonio posteriormente podrá aumentar por
medio de los recursos que se prevean, como cuotas o aportaciones periódicas de los
asociados, donaciones, subvenciones, etc. En cualquier caso, debe recordarse que en
las asociaciones, a diferencia de en la fundación, su esencia recae en el sustrato
personal, en las personas agrupadas, y no en el patrimonio, de modo que este
normalmente no será de mucha entidad.

k) Causas de disolución y destino del patrimonio en tal supuesto, que no podrá


desvirtuar el carácter no lucrativo de la entidad.

Inscripción registral
De acuerdo con lo previsto en el art. 10 LOA, las asociaciones deberán inscribirse
en el correspondiente Registro (de naturaleza administrativa y regulado en los arts.
24 a 30 LOA), si bien tal inscripción será a los solos efectos de publicidad, sin que
tenga, por tanto, carácter constitutivo (así se prevé también en el art. 22.3 CE).

Los Registros de Asociaciones, ya sea el nacional (art. 25 LOA) ya los autonómicos (art.
26 LOA) son públicos; la publicidad se hará efectiva mediante certificación del
contenido de los asientos, por nota simple informativa o por copia de los asientos y
de los documentos depositados en los Registros o por medios informáticos o telemáticos
que se ajustará a los requisitos establecidos en la normativa vigente en materia de
protección de datos de carácter personal (art. 29 LOA).

La condición de asociado: derechos y obligaciones

Libertad y voluntariedad

Toda persona puede libremente asociarse o incorporarse a una asociación


constituida previamente de conformidad con lo previsto en sus estatutos.

Consecuencia de lo anterior es que los asociados tienen derecho a separarse


voluntariamente de la asociación en cualquier tiempo (art. 23 LOA).

Como contrapartida cabe advertir, asimismo, que tampoco cabe obligar a las
asociaciones a admitir a determinados asociados en contra de lo previsto en
sus estatutos ni imponerles el reingreso de un asociado al que hubieran
expulsado o dado de baja de conformidad con lo previsto en sus estatutos.

Adquisición de la cualidad de asociado

La condición de asociado puede adquirirse desde el momento de la constitución de la


asociación, si se es uno de los socios fundadores o promotores de la misma, o bien
posteriormente cuando esa persona se integra en una asociación ya constituida, para lo
cual deberá cumplir con las condiciones previstas en los estatutos (en estos podrán
fijarse, en principio, los requisitos de admisión que libremente consideren oportunos los
socios promotores) y con los presupuestos de capacidad exigidos en el art. 3 LOA.

Pérdida de la condición de asociado


Los asociados tienen derecho a separarse voluntariamente de la asociación en
cualquier tiempo, sin que en los estatutos se pueda señalar ninguna limitación a este
derecho, salvo la exigencia de comunicar la renuncia con un determinado plazo de
preaviso. Lo que sí podrán establecer los estatutos es que, en caso de separación
voluntaria de un asociado, este pueda percibir la participación patrimonial inicial
u otras aportaciones económicas realizadas, sin incluir las cuotas de pertenencia
a la asociación que hubiese abonado, con las condiciones, alcances y límites que se fijen
en los Estatutos, siempre que la reducción patrimonial no implique perjuicios a terceros
(art. 23 LOA).

Además de la posibilidad de separarse voluntariamente de la asociación, también se


pierde la condición de asociado por muerte, declaración de fallecimiento o
pérdida de la condición personal requerida para poder pertenecer a la
asociación (vecino, deportista, etc.), así como por incurrir en alguna de las causas
que se prevean en los estatutos como determinantes de la expulsión o la baja
del asociado, atendiendo a la naturaleza, actividad y fines de la asociación (por ej.,
actuar contra los fines de la asociación, no pagar las cuotas de asociado, etc.).

Intransmisibilidad de la condición de asociado

La condición de asociado es intransmisible, salvo que los estatutos


dispongan otra cosa, por causa de muerte o a título gratuito (art. 20 LOA). En
los estatutos, por tanto, podrán, y así se suele hacer en la práctica, preverse mecanismos
para la sustitución de socios o vías de ingreso preferente, pero con base, por tanto, en un
acuerdo social recogido en los estatutos.

Derechos del asociado

Sin perjuicio de otros derechos que se prevean en los estatutos, todo asociado ostenta
legalmente los siguientes derechos (art. 21 LOA):

a) A participar en las actividades de la asociación y en los órganos de gobierno y


representación, a ejercer el derecho de voto, así como a asistir a la Asamblea General,
de acuerdo con los Estatutos.
b) A ser informado acerca de la composición de los órganos de gobierno y representación
de la asociación, de su estado de cuentas y del desarrollo de su actividad.
c) A ser oído con carácter previo a la adopción de medidas disciplinarias contra él y a ser
informado de los hechos que den lugar a tales medidas, debiendo ser motivado el
acuerdo que, en su caso, imponga la sanción.
d) A impugnar los acuerdos de los órganos de la asociación que estime contrarios a la ley
o a los Estatutos.

Deberes del asociado

Son deberes de los asociados de acuerdo con el art. 22 LOA, sin perjuicio de otros que
se prevean en los estatutos:

a) Compartir las finalidades de la asociación y colaborar para la consecución de las


mismas.
b) Pagar las cuotas, derramas y otras aportaciones que, con arreglo a los Estatutos,
puedan corresponder a cada socio.
c) Cumplir el resto de obligaciones que resulten de las disposiciones estatutarias.
d) Acatar y cumplir los acuerdos válidamente adoptados por los órganos de gobierno y
representación de la asociación.

Estructura y órganos

Los principales órganos con que suele contar una asociación son:

a) Asamblea General. Es el órgano supremo de gobierno de la asociación, integrado


por los asociados, que adopta sus acuerdos por el principio mayoritario o de
democracia interna y que deberá reunirse, al menos, una vez al año para la aprobación
de cuentas y presupuesto (art. 11.3 LOA).

b) Un órgano de representación que dirija, gestione y represente los intereses de la


asociación, de acuerdo con las disposiciones y directivas de la Asamblea General;
normalmente será una Junta Directiva. Solamente podrán ser miembros del órgano
de representación los asociados, para lo cual serán requisitos indispensables, además
de los que se puedan señalar en los estatutos, ser mayor de edad, estar en pleno uso
de los derechos civiles y no estar incurso en los motivos de incompatibilidad
establecidos en la legislación vigente; además, ese cargo podrá ser retribuido,
debiendo constar esas remuneraciones en los estatutos y en las cuentas anuales
aprobadas en asamblea (art. 11, apartados 4 y 5, LOA).
c) Además de los anteriores órganos que se prevén legalmente como obligatorios, los
estatutos podrán establecer otros órganos, colegiados o unipersonales
(como un presidente, para representar a la asociación frente a terceros y presidir
la Asamblea General y el órgano de representación).

Funcionamiento: régimen de actuación, suspensión de


actividad, disolución, liquidación y extinción

Régimen interno

El régimen de las asociaciones, en lo que se refiere a su constitución e inscripción, se


determinará por lo establecido en la LOA y en las disposiciones reglamentarias que se
dicten en su desarrollo. Pero, en cuanto a su régimen interno, las asociaciones habrán
de ajustar su funcionamiento a lo establecido en sus propios estatutos,
siempre que no estén en contradicción con las normas de la LOA y con las disposiciones
reglamentarias que se dicten para la aplicación de la misma (art. 11 LOA).
Salvo que los estatutos dispongan otra cosa, el régimen interno de las asociaciones
será el siguiente (art. 12 LOA):

a) Las facultades del órgano de representación se extenderán, con carácter general, a


todos los actos propios de las finalidades de la asociación, siempre que no requieran,
conforme a los Estatutos, autorización expresa de la Asamblea General.
b) Sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 11.3 LOA, la Asamblea General se convocará por
el órgano de representación, con carácter extraordinario, cuando lo solicite un
número de asociados no inferior al 10 %.
c) La Asamblea General se constituirá válidamente, previa convocatoria efectuada
quince días antes de la reunión, cuando concurran a ella, presentes o representados,
un tercio de los asociados, y su presidente y su secretario serán designados al inicio
de la reunión.
d) Los acuerdos de la Asamblea General se adoptarán por mayoría simple de las personas
presentes o representadas, cuando los votos afirmativos superen a los negativos. No
obstante, requerirán mayoría cualificada de las personas presentes o representadas,
que resultará cuando los votos afirmativos superen la mitad, los acuerdos relativos a
disolución de la asociación, modificación de los Estatutos, disposición o enajenación
de bienes y remuneración de los miembros del órgano de representación.
Régimen de actividades

Las asociaciones deberán realizar las actividades necesarias para el


cumplimiento de sus fines, si bien habrán de atenerse a la legislación específica que
regule tales actividades (art. 13.1 LOA).

Los beneficios obtenidos por las asociaciones, derivados del ejercicio de actividades
económicas, incluidas las prestaciones de servicios, deberán destinarse,
exclusivamente, al cumplimiento de sus fines, sin que quepa en ningún caso su
reparto entre los asociados ni entre sus cónyuges o personas que convivan con aquellos
con análoga relación de afectividad, ni entre sus parientes, ni su cesión gratuita a
personas físicas o jurídicas con interés lucrativo (art. 13.2 LOA).

Obligaciones documentales y contables

En el art. 14 LOA se prevén una serie de obligaciones de naturaleza documental y


contable a cumplir por las asociaciones:

i) Han de disponer de una relación actualizada de sus asociados.


ii) Deben llevar una contabilidad que permita obtener la imagen fiel del patrimonio, del
resultado y de la situación financiera de la entidad, así como las actividades realizadas.
iii)Han de efectuar un inventario de sus bienes.
iv) Deben recoger en un libro las actas de las reuniones de sus órganos de gobierno y
representación.
v) Asimismo, deberán llevar su contabilidad conforme a las normas específicas que les
resulten de aplicación.
vi) Las cuentas de la asociación se aprobarán anualmente por la Asamblea General.

Los asociados podrán acceder a toda esa documentación a través de los


órganos de representación en los términos previstos en la Ley Orgánica 15/1999, de
13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal.

Responsabilidad de las asociaciones inscritas

De acuerdo con el art. 15 LOA:


a) Las asociaciones inscritas responden de sus obligaciones con todos sus
bienes presentes y futuros.
b) Los asociados no responden personalmente de las deudas de la asociación.
c) Los miembros o titulares de los órganos de gobierno y representación y las demás
personas que obren en nombre y representación de la asociación,
responderán ante esta, ante los asociados y ante terceros por los daños
causados y las deudas contraídas por actos dolosos, culposos o
negligentes; asimismo, responderán civil y administrativamente por los
actos y omisiones realizados en el ejercicio de sus funciones y por los
acuerdos que hubiesen votado, frente a terceros, a la asociación y a los asociados.
En caso de que la responsabilidad no pueda ser imputada a ningún miembro
o titular de los órganos de gobierno y representación en particular, responderán
todos solidariamente por esos actos y omisiones, a menos que puedan acreditar
que no han participado en su aprobación y ejecución o que expresamente se opusieron
a ellas.
d) La responsabilidad penal se regirá por lo establecido en las leyes penales.

Suspensión de la actividad

Conforme el art. 22.4 CE, sólo podrá suspenderse la actividad de una asociación en virtud
de resolución judicial motivada.

Disolución y liquidación

De acuerdo con lo previsto en el art. 22.4 CE, solamente podrá disolverse una asociación
en virtud de resolución judicial motivada.

Esta disolución puede ser consecuencia de la declaración judicial de que esa


asociación es ilícita por ser una asociación que persiga fines o utilicen medios
tipificados como delito o una asociación secreta o de carácter paramilitar (apartados 2 y
5 del art. 22 CE y arts. 17 LOA y 515 CP) o bien puede disolverse por alguna de las
causas señaladas en los arts. 17 LOA y 39 CC.

Conforme al art. 17 LOA una asociación puede disolverse por las causas previstas en
los estatutos (tal previsión se señala como contenido mínimo de los estatutos en el art.
7.1.k. LOA) y, en su defecto, por la voluntad de los asociados expresada en
Asamblea General convocada al efecto, así como por las causas determinadas en el
art. 39 CC y por sentencia judicial firme.

Liquidación

La disolución de la asociación abre el período de liquidación, hasta el fin del


cual la entidad conservará su personalidad jurídica (art. 18 LOA).

Los miembros del órgano de representación en el momento de la disolución


se convierten en liquidadores, salvo que los estatutos establezcan otra cosa o bien
los designe la Asamblea General o el juez que, en su caso, acuerde la disolución (art.

18.2 LOA).

Corresponde a los liquidadores (art. 18.3 LOA):

i) Velar por la integridad del patrimonio de la asociación.


ii) Concluir las operaciones pendientes y efectuar las nuevas, que sean precisas para la
liquidación.
iii)Cobrar los créditos de la asociación. iv) Liquidar el patrimonio y pagar a los
acreedores.
v) Aplicar los bienes sobrantes de la asociación a los fines previstos por los estatutos.
vi) Solicitar la cancelación de los asientos en el Registro.

Tras la disolución de la asociación, deberá darse al patrimonio de la misma (el


remanente resultado de la liquidación) el destino previsto en los estatutos o las
leyes (arts. 17 CC y 39 CC), lo cual debe ponerse en relación con lo previsto en el art.
7.1.k. LOA que, ante la concreción en los estatutos de las causas de disolución y el destino
del patrimonio en tal supuesto, se advierte que ese destino no podrá desvirtuar el
carácter no lucrativo de la entidad, por lo que es discutido el que ese patrimonio final
restante pueda ser repartido entre los asociados. Si no se hubiera previsto nada con
carácter previo el art. 39 CC determina que se aplicarán esos bienes a la realización de
fines análogos, en interés de la región, provincia o municipio que
principalmente debieran recoger los beneficios de la asociación extinguida.

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