2P Historia Resumen Completo
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Década Infame 1930-1943: La restauración conservadora: Una república imposible: La depresión iniciada en
EE.UU., en 1929, introdujo a la argentina en una crisis. Obligo a la transformación interna que no pudo reincorporar a
la nación al lugar que en el mundo había conquistado como productora agropecuaria. La primera Guerra Mundial
apresuro la decadencia de la metrópoli económica, la aparición de potencias que venían a rivalizar supuso la
inestabilidad en la situación argentina. Además de que asomaba una desconfianza en los países centrales respecto al
liberalismo constitucional. Los grupos dominantes luego de 1930 buscaron restaurar una república conservadora
apoyada en el falseamiento sistemático del sufragio universal. A los ojos de los nuevos dirigentes ya no se trataba de
preparar el nacimiento de una efectiva voluntad popular, sino de contrarrestar una voluntad incapaz de gobernar. La
Década infame, provenía de la certidumbre de corroborar que la crisis no era solo reflejo de una tempestad pasajera,
sino el signo de agotamiento de la formula económica que había hecho posible el progreso formidable del medio
siglo anterior, y el descubrimiento de que en la pasada prosperidad nada se había preparado para afrontar una
situación de crisis terminal.
La política Infame: del gobierno de facto al Fraude Patriótico. El Gobierno de Facto de Uriburu (1930-1932): El
comienzo de la Gran Depresión, en 1930, genero un enfrentamiento entre las elites y las clases medias en lucha por
los recursos cada vez más escasos. Mientras las elites querían reducir el sector público, para disponer de fondos con
el afán de protegerse contra la Depresión, las clases medias exigían su expansión para defender el empleo y contener
la caída de ingresos personales. Para 1930 el apoyo popular y las bases del partido casi no existían, el golpe estaba
en ciernes. El 6 de septiembre de 1930 el avance sobre la Casa Rosada de los oficiales y cadetes del Colegio Militar
comandados por Uriburu fue suficiente para derrumbar el gobierno constitucional. Dentro del grupo que promovió
el golpe de estado había dos tendencias: la línea de Uriburu, minoritaria y de inclinación autoritaria y la línea de
Justo, mayoría de la oficialidad y mantiene vinculaciones con los partidos de centro derecha: conservadores,
radicales antipersonalistas y socialistas independientes. El primer grupo adhería a las doctrinas clericales de la
hispanidad y estaban influidos por el fascismo italiano. Pretendían aplicar un programa corporativo de reformas a la
Constitución Nacional, derogar la Ley Sáenz Peña y reemplazarlo por un sistema de voto calificado. Su programa
exigía una reorganización del país mediante un régimen dictatorial. Tomaron, fundamentalmente del modelo
europeo, el militarismo del movimiento. El segundo grupo buscaba reemplazar el personalismo yrigoyenista
convocando de inmediato a elecciones y mantener la vigencia teórica de la Constitución Nacional y la Ley Saenz
Pena, en el fondo era el conservadurismo la ideología que lo sustentaba. Este sector respondía a los intereses de la
burguesía y a varios estratos de la clase media urbana. El gobierno llamo a elecciones para el 5 de abril de 1931, en la
provincia de Bs As, en la cual triunfo la formula radical. Se modificó el gabinete y se buscaron alianzas en sectores
militares sin encontrar respuestas favorables. La revolución de 1930 había instaurado una dictadura militar,
inaugurado un sistema de persecución e intimidación a opositores. A esto se sumó una política social igualmente
propensa a recurrir a la represión policial, se intervino para fijar la conducta y el pensamiento de los gobernados. El
gobierno militar se transformaba en integrante de un sector político, la eliminación de los candidatos radicales por
proscripción provoco una falta de legitimidad en los prox comicios de fines de 1931. En la campaña de dicho año se
conformó un grupo opositor tolerado por el gobierno: La Alianza Civil, integrada por el Partido Socialista y el
Demócrata Progresista, el candidato era Lisandro de la Torre. Frente a esta alianza, se encontraba la Federación
Demócrata Nacional, compuesta por socialistas independientes y cada vez más por conservadores (Partido
demócrata nacional), que proponían al general Justo como candidato. Este frente llamado Concordancia, será para
Justo el bloque político interpartidario con el que controlo el poder a lo largo de una década. La fuerza de justo
resulto victoriosa en noviembre del mismo año, con un discreto fraude electoral. El sistema electoral fraudulento fue
convirtiéndose en una práctica normal en los años 30.
El gobierno de Roberto Ortiz y de Ramon Castillo (1938-1943): Roberto Ortiz asumió la presidencia el 20 de febrero
de 1938, acompañado por su vicepresidente Ramon Castillo. Ninguno de los dos se ajustaría a las políticas, ni a los
deseos de Justo. Ortiz proponía que el estado debía tener una activa intervención. Para Ortiz la falta de desarrollo
social y la regeneración de los partidos políticos, no era una traba para iniciar una apertura electoral. Luego de las
elecciones de 1938 para la renovación de diputados, hubo denuncias de fraude y Ortiz cumplió con su parte como
árbitro de esas acciones, la guerra contra el fraude comenzó en 1939. El conflicto abierto estallo con la intervención
abierta de la provincia de Catamarca y la de Bs As. Esta estrategia alejaba a los conservadores de la alianza
gubernamental pero sumaba el apoyo de las bancadas antipersonalistas y, en parte, de la UCR. Los conservadores
buscaron medios para contrarrestar el apoyo de la opinión pública que el presidente lograba con la apertura
electoral. Así, comenzaron a ventilar varios escándalos en los cuales estaba supuestamente, involucrado Ortiz. Ortiz
busco apoyo en otros sectores de poder: el ejército era uno de esos sectores, que volvió a colocarse como árbitro de
la situación política. Sin embargo, no era Ortiz un dirigente que pudiera, lograr un acatamiento de algún sector del
ejército. La institución armada era para P. Justo su más fiel y determinante capital político y sabiendo esto Ortiz
utilizo para contrarrestarlo toda la fuerza institucional del Poder Ejecutivo. El triunfo correspondió a Justo y a su
sector, sin embargo, este alentó al sector de oficiales nacionalistas. Así las cosas construidas por Ortiz para
trasparentar los comicios, tenía como única garantía su propia presencia. El desplazamiento del cargo, debido a su
diabetes, en 1940 y luego su convalecencia y muerte en 1942, señalo el final de esta experiencia. La presidencia fue
ocupada por el vicepresidente Castillo. A fines de 1940 en las elecciones volvieron a usarse los peores métodos
fraudulentos. En septiembre de1940, Castillo formo su propio gabinete, lo formaban mayormente conservadores de
viejo cuño. Castillo mantuvo la neutralidad argentina durante la guerra y una vez seguro de su poder en la
presidencia comenzó a mostrar simpatías por las potencias del Eje. La estrategia de Castillo era atraer a los sectores
nacionalistas tanto civiles como del Ejercito para enfrentar las huestes de Justo y a los partidos políticos opositores.
Para impedir la vuelta de los plebeyos radicales y asegurar el poder, el presidente pensaba en establecer una red de
caudillos locales que mantuvieran bien controlada la situación. Castillo busco ganarse la sociedad militar y para ello
empezó por satisfacer las demandas profesionales del sector. Bajo la presidencia del mismo, se crearon la Dirección
General de Fabricaciones Militares y el Instituto Geográfico Militar, impulsando el avance de las Fuerzas Armadas
sobre terrenos más amplios que los propios. El nacionalismo tradicional de los militares cambiaba con la guerra, esta
estimulo preocupaciones económicas, dado que la defensa nacional requería de equipamiento industrial y de
insumos básicos. Desde mediados de 1930, el Ejército había montado distintas fábricas de armamentos, a partir de
1941, y a través de la Dirección de Fabricaciones Militares se dedicó a promover industrias. El gobierno dejo de ser
una coalición de conservadores para convertirse en una herramienta de los reaccionarios del Interior. Castillo tuvo
que soportar la presión del congreso, para sortear este problema empezó a gobernar por decreto, usando el ataque
a Pearl Harbor como pretexto para establecer el estado de sitio y tomar medidas policiacas contra disidentes.
Paralelamente, la diplomacia argentina ahondaba la brecha con EE.UU., la neutralidad se convirtió en un
aislacionismo antinorteamericano. La neutralidad evitaba que Arg perteneciera a la alianza panamericana que la
convertiría en un Estado cliente norteamericano y no inglés. Los sectores nacionalistas del Ejercito fueron tentados
por Castillo con el objeto de sostener su poder y a su vez para enfrentar al ex presidente. En noviembre de 1942 el
presidente obtuvo la renuncia del Ministro de Guerra y de numerosos oficiales del clan Justo, y esos cargos fueron
reemplazados por el general Ramirez y oficiales del sector nacionalista. En enero de 1943 fallecía Justo, dando por
terminado toda posible estrategia planeada por el. Castillo parecía no tener rivales y esa situación terminara con su
capacidad de negociación con los militares nacionalistas, sin ese rival el ejército ya no tenía que seguir con los
proyectos populares. El Comité Nacional del radicalismo lanzo señales firmes ofreciendo la candidatura a presidente
de su fórmula al gral Ramirez, la trascendencia pública de estos sucesos enfrentaron aún más a Castillo con su
ministro. El presidente pidió su renuncia y Ramirez respondió derrocando al gobierno el 4 de junio de 1943. Este
desenlace se producía también por las maniobras de Castillo para imponer un sucesor conservador utilizando el
fraude y la intervención federal.
Argentina en la encrucijada del mundo. Ideas nacionalistas entre 1930 y 1943: después de 1930, podría definirse la
situación social en general como un cuestionamiento de la identidad nacional. Se erguía el nacionalismo como una
posibilidad eficaz de dar solución a la crisis del modelo liberal. Ya en la década de 1910 comenzaba la emergencia de
esta ideología. Los nacionalistas del 30’ se proponían la destrucción del sistema. Los nacionalistas argentinos se
consideraban la proyección del pasado en el futuro y pretendían reconstruir un gobierno conservador y autoritario,
restaurar el poder de la Iglesia Católica, en lo relativo a la educación. El movimiento nacionalista estaba integrado
por distintas corrientes, su corpus no era homogéneo y las soluciones propugnadas diferían en forma y en objetivos.
Por un lado el nacionalismo restaurador, cuyas ideas eran la guía del gobierno de Uriburu y sus seguidores durante la
década del 30 y por otro lado, el nacionalismo popular, cuyo ideario será retomado por el peronismo.
El nacionalismo Restaurador: Los nacionalistas rechazaban los principios del constitucionalismo liberal y del laissez –
faire económico. Se mostraban incrédulos de la soberanía mayoritaria y la voluntad democrática era expresión de
potencia, pero bruta, carente de inteligencia. Como elemento restaurador, los nacionalistas oponían la tradición al
liberalismo, la Iglesia Católica era la depositaria suprema de la representación humana de esos valores tradicionales.
De allí que fueran hispanistas, rehabilitando histórica y culturalmente a la España conquistadora y colonizadora; la
unión de hispanismo con la tradición católica debía ser el pilar del régimen del país. Los herederos de estos designios
eran los viejos criollos, la parte sama de la sociedad, siguiendo los modelos de la jerarquía social colonial. El peligro
colectivista que provenía de la expansión del liberalismo y su consecuencia que era el socialismo, era producto de la
masa extranjera disconforme y hostil. Según los nacionalistas había que limpiar el país de esos elementos
perniciosos. Había surgido el soborno electoral del obrerismo. Toda huelga, para los nacionalistas, era un atentado
social, una rebelión contra la sociedad. Otro aspecto que dio forma al programa nacionalista fue antisemitismo, que
se lo culpaba de traer todos los males del capitalismo como asi también de la plutocracia y el individualismo. El
modelo de sociedad que pretendían los nacionalistas era una sociedad estamental, jerárquica, donde la movilidad
social fuera posible solo teóricamente. Los equipos de conducción y los activistas de las agrupaciones argentinas
nacionalistas estaban integrados a los sectores burgueses nacionales. El concepto de justicia social cobro importancia
para la propaganda nacionalista contra los sectores de izquierda que hacían de esa predica su temática principal.
Para el movimiento nacionalista justicia social representaba una lista de exigencias que configuraban su programa de
política social: la formación y fomento estatal de una sólida clase media de propietarios, el seguro social para los
trabajadores, al menos en los oficios peligrosos, construcción de viviendas baratas, creación de una Magistratura de
trabajo, contratos colectivos de trabajo, control estatal de la relación entre salarios y costo de vida. La necesidad de
industrialización y de autarquía, terminaron por establecer un objetivo económico de independencia, reconquista o
liberación. Solo el poder concentrado del Estado nacionalista podía quebrar el predominio de los oligopolios
extranjeros.
El nacionalismo popular: El primer núcleo organizado del nacionalismo populista surgió en un pequeño grupo de la
juventud radical, el cual participo entre 1931 y 1935 de las luchas internas de la UCR, tratando de disminuir y
eliminar la influencia de Alvear de la conducción del partido. Entre otros militantes debe nombrarse a Ortiz Pereyra,
Jauretche y Manzi. Como respuesta combativa al dominio alvearista, los jóvenes disidentes se reunieron el 29 de
junio de 1935 en Bs As y fundaron la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA), se auto
proclamaban yrigoyenistas. Los rasgos tipificadores del movimiento eran: un retorno a la doctrina nacionalista,
filiada en el orden de las conexiones históricas, a las antiguas tradiciones federalistas del país anteriores a 1852, se
retomaba en su contenido original los postulados ideológicos de la Reforma Universitaria de 1918, sus ideas eran
enteramente argentinas e hispanoamericanas, argentina en particular asentada en las masas populares, en su
posición antiimperialista se enfrentaba tanto a Gran Bretaña como a EE.UU. En su primer manifiesto atacaron a la
oligarquía y al imperialismo, exigieron la restauración de la soberanía del pueblo y declararon que solo FORJA
representaba el verdadero radicalismo y al auténtico nacionalismo argentino. Durante la primera fase de su
evolución (1935-1940) FORJA integraba el ala dura o intransigente del radicalismo. Forja fue en sus comienzos un
pequeño círculo de académicos. Fue la propaganda callejera y la calidad de sus escritos lo que permitió una
reproducción de los locales forjistas. En el ámbito sindical, FORJA difundió su ideario en algunas organizaciones
socialistas y sindicalistas ya existentes. Este grupo se concentró en la problemática argentina y latinoamericana.
Respecto de la guerra civil española, forja se mantuvo neutral. Mientras que para el nacionalismo restaurador la
historia era el producto de la acción de líderes y elites, para los populistas ocupaba el centro de la escena el concepto
de pueblo, en el sentido de la abrumadora mayoría de la población. Forja proclamaba que los procesos de corrupción
se originan en las clases dirigentes y no al revés. De esta manera, los forjistas tenían la convicción de construir: el
sufragio libre, sentido social, neutralidad en conflictos de las grandes potencias y reivindicación de la soberanía
social. Señalaban que el auténtico nacionalismo, debía implicar la oposición a los trust, que buscaban monopolizar
las fuentes de riqueza y dominar a los pueblos incautos que les abrían las puertas. La oligarquía conservadora era
denunciada como agente del imperialismo, la crítica forjista se dirigía contra una serie de medidas y de instituciones
que formaban un estatuto del coloniaje. Los británicos habían implementado en el país la forma más moderna del
imperialismo, en su clave económica. Así, la industria argentina dependía de consorcios extranjeros, los populistas
señalaban que la legislación de la Concordancia había despojado al poder político de todas las atribuciones
esenciales, traspasándolas a diversas corporaciones, las cuales actuaban impunemente bajo el conturbenio de la
oligarquía nacional y las empresas extranjeras. Por eso FORJA se consideraba a sí misma como la célula nuclear de un
movimiento que conectaba la lucha nacional contra la dominación extranjera con las exigencias populares de
mejoras socioeconómicas y participación política. El objetivo era permitir prontamente el triunfo de esa Argentina
subterránea. FORJA no desarrolló una doctrina institucional, su actitud pragmática antiimperialista y la convicción de
que el pueblo, en elecciones libres, sabría dar respuestas adecuadas a todas las cuestiones institucionales permitía
una gran flexibilidad política.
La herencia de la Década Infame: La pesada herencia de la década en cuestión, una crisis de identidad, de
dependencia, de distribución, de participación y de legitimidad, se debe a las malas políticas llevadas a cabo por los
dirigentes de la época. La crisis de identidad consistía en: la pérdida de prestigio de la clase alta tradicional y la
exigencia de incorporación a la comunidad, planteada por los estratos más bajos en rápido desarrollo. Se habla de
crisis de dependencia ya que en esta época se manifestaron con toda claridad las implicancias negativas de esa
situación, se puso de manifiesto la tendencia al abuso de poder por parte de las naciones dominantes y la necesidad
del país de inclinarse ante sus exigencias. En 1930 se verificaba un retroceso a un gobierno conservador de minorías,
esta crisis de participación, alcanzo todos los niveles y escalas de interacción social. La idea de política se asimilo a la
de explotación de la mayoría, por una minoría. Se manifestó un escepticismo generalizado que no se circunscribió
solo a los dirigentes políticos, sino también a los sindicales y a las organizaciones empresariales. Por último, la gran
herencia de los gobiernos de la Década Infame fue la crisis de legitimidad, que afecto al sistema político en su mismo
núcleo. Las dudas surgen por la aplicación unilateral y errónea de los recursos del Estado y por su inactividad. El
golpe de 1930 puso en evidencia las ambiciones políticas y el poder de los militares. Crisis, fin, derrumbe,
decadencia, catástrofe, son algunas de las características de la Republica Imposible que sucumbió ante un nuevo
proyecto nación, una Nación Justa, Popular y Soberana.
Continuidad y ruptura: la clase obrera y los orígenes del peronismo: Producido el golpe, tanto la CGT 1 como la CGT2
expresan cierta expectativa hacia el gobierno surgido. Para los integrantes del gobierno, la denominada cuestión
social no tenía una única lectura. Había dos líneas de acción clara, por un lado, una que tiene en cuenta la
precariedad de la situación social que de alguna manera planteara una política estatal: la revitalización de la
Secretaria de Trabajo y Previsión obrera en ese sentido. Por el otro, la estigmatización del partido comunista, quien
sufrirá una represión sistemática y la persecución de sus dirigentes y militantes, en perfecta sintonía con los
gobiernos anteriores. Se privilegia entonces la relación con la CGT1, mas acuerdista. El flujo de las migraciones
internas planteo la irrupción de un nuevo sujeto social: los trabajadores del interior, los nuevos que más tarde el
antiperonismo más virulento calificara de cabecitas negras.
El sol del 17 viene asomando: El gobierno de facto surgido el 4 de junio de 1943 toma muy en cuenta la cuestión
social y el coronel Perón desde la Secretaria de Trabajo y Previsión, será el máximo exponente de dicha política social
e integracionista. La lucha de clases debía ser reemplazada por la armonía entre el capital y el trabajo, teniendo al
estado peronista como su mediador, lo que provocara la conformación de una doctrina nacional que oficiaría de
argamasa intelectual a dicho proyecto. Hay toda una serie de respuestas a la ausencia de política social de los
gobiernos conservadores: convenios de trabajo, la extensión del beneficio de jubilación y la propia conformación de
gremios; la totalidad del movimiento obrero había manifestado su apoyo a la política de la STP. El desplazamiento
del gobierno y la posterior detención de Perón el 9 de octubre de 1945 van a terminar desatando una de las
movilizaciones obreras más importantes de la historia argentina. En la reunión del comité central confederal de la
CGT, se aprueba la huelga general a partir del jueves 18. El 17 se subleva la policía federal y varias del interior, el
ejército se pronuncia a favor de Perón. La concentración en Plaza de Mayo repuso a este en el poder en una
manifestación de características inéditas, por su masividad y compromiso. Sin embargo tanto el Ps como el PC, se
negaron a reconocer que era la mayoría de la clase obrera la que se estaba movilizando. El 17 de octubre se vuelve
un hecho trascendente, que permite entender que Perón reflejaba los nuevos tiempos y una nueva política para
aquellos.
Sindicalismo y movimiento obrero durante el primer peronismo 1946-1955: Otra experiencia rica para la clase obrera
fue la creación del Partido Laborista. Perón, necesitaba de una estructura partidaria para enfrentar a la Unión
Democrática. Ese fue el motivo inmediato de su creación. Fue determinante para el triunfo electoral peronista la
acción de dicho partido. Pero unos días antes de asumir el gobierno, Perón ordena la disolución de los partidos de la
coalición peronista y la unificación de sus simpatizantes en una nueva organización partidaria bajo su conducción.
Los laboristas, decidieron por mayoría desoír dicho llamado a la unidad. Perón tenía como proyecto en relación al
movimiento obrero su encuadramiento desde el estado. La sindicalización masiva producida durante los primeros
años del gobierno peronista es masiva y crece exponencialmente. El modelo sindical estaba en sintonía con la
preocupación oficial por colocar la organización de los intereses sociales bajo la supervisión del estado. Por un lado,
consagraba formalmente la libertad sindical, para el reconocimiento de una organización gremial solo era exigible su
inscripción. Por otro lado, condicionaba esa libertad de afiliación al distinguir dos tipos de asociaciones: la
simplemente inscriptas y las que tenían personería gremial. Mientras que las primeras podían actuar como cualquier
entidad civil, el derecho a negociar convenios de trabajo era adjudicado en exclusividad a las segundas. Esta
característica permitió una fuerte gravitación de las conducciones nacionales de los gremios sobre las locales. Esto
tenía en cierta manera su contrapeso con la existencia de las comisiones internas de fabrica. No poseían
reconocimiento legal y permitió la presencia gremial dentro del lugar de trabajo. La central sindical fue cumpliendo
una función disciplinadora más que clara en relación al movimiento obrero, una especie de correa de transmisión de
las directivas del estado ante la base obrera sindicalizada. La recurrente intervención a gremios rebeldes, el llamado
a levantar los paros empezaron a ser un rasgo de la coyuntura. De alguna manera está dando cuenta la
burocratización que sufre el sindicalismo. Los estatutos no se cumplen o se modifican para permitir el alargamiento
de los dirigentes en sus cargos.
El infierno tan temido: la clase obrera y el golpe de la Libertadora: Hacia 1953 el movimiento obrero se debatía en:
combinar su adhesión política al peronismo con la necesidad de luchas económicas reivindicativas para que la
carestía de la vida no absorbiera sus salarios. El objetivo del gobierno era lograr un fuerte disciplinario social y
supeditar la suba salarial a un aumento de la productividad. Para el segundo trimestre de 1954 la exposición de los
conflictos laborales a un nivel desconocido represento un duro golpe para el Presidente porque hizo patente sus
limitaciones para regular las demandas obreras a pesar de los controles políticos que condicionaban la acción del
sindicalismo. El fracaso de la CGT en cumplir las funciones de control mostro, una mayor sensibilidad a la
modificación operada en el humor de los trabajadores. Se dejó paso al reconocimiento de la lucha social y del
conflicto de intereses. El golpe de 1955: el cambio de la coyuntura nacional e internacional impedía que la política
social del peronismo se siguiese llevando a cabo. Las políticas de ajuste salarias y la precarización de las condiciones
de trabajo que oficiasen de estímulo a la inversión se volvían urgentes. Ante dicha situación, la destitución de Perón
era solo cuestión de tiempo. El 31 de agosto de 1955 Peron ofrece su renuncia a la presidencia de la Nación para
evitar la guerra civil entre argentinos. El movimiento obrero no dudo en estar en el primer lugar de repudio y defensa
ante el golpe gorila que se avecinaba (sus luchas se conocen como Resistencia).
Cap 7. El peronismo, la identidad de las mayorías populares. La cultura política de la clase trabajadora: 1943-1955:
Sindicalismo y política:
1) Un estado de la cuestión acerca del vínculo perdurable entre Perón y la clase obrera peronista. Sindicalismo y
peronismo. Lo institucional, el sentido de pertenencia, la identidad: los pilares sobre los cuales se fue
asentando el sindicalismo peronista estuvieron relacionados con la resolución 16 y el decreto nº 21.877,
promulgados respectivamente en mayo u agosto de 1944, los cuales colocaron la piedra angular de un formato
totalmente nuevo de negociaciones obrero-patronales, cuya arquitectura legal se completó en octubre de 1945.
El decreto- ley 23.582 fue la antesala de la futura ley de asociaciones profesionales, ya que faculto al Estado a
otorgar la personería gremial al sindicato con mayoría afiliatoria, sumado al monopolio de la representación en
un ámbito territorial determinado. Les permitió accionar en base a la centralización absoluta de la vida sindical
por sobre las realidades provinciales y regionales. La cgt en su estatuto aprobado en el año 1950 decidió,
constituirse en celosa depositaria y fiel ejecutora de los altos postulados que alientan la doctrina peronista y en
leal custodio de la constitución de perón. El 29 de septiembre de 1953, se aprobó la ley 14250 de convenios
colectivos de trabajo la cual permitió incluir en los acuerdos al conjunto de los trabajadores de la rama de
producción, afiliados o no, y no contemplo acuerdos individuales. Estos instrumentos legales, logaron amalgamar
al conjunto de la clase obrera detrás de objetivos concretos: conquistas sociales a sostener y superar. Perón en
momentos apremiantes opto por los trabajadores instándolos a mantener la unidad sindical y la de su clase,
como así también a enfrentar al enemigo corporizándolo. El Estado apareció con una función tutelar
fuertemente acentuada, junto a un sindicalismo que se presentó como base fundante del mismo: con una
interrelación que no permitió la independencia y autonomía necesaria de los sindicatos a la hora del reclamo y la
protesta gremial. El gobierno desde el Estado actuó sintetizando los intereses sectoriales en pos del denominado
bien general, dejándose de lado las relaciones desreguladas en el capital y el trabajo, surgió así una nueva era de
la política social. Una relación conjunta de obreros viejos y nuevos, implico un proyecto social de cierto alcance
que tenía como componente importante la continuidad programática. La autonomía de la clase tendió a
desvanecerse. El peronismo provoco profundas transformaciones en el sistema de relaciones laborales y en la
estructura del movimiento sindical en la Arg, y lo hizo legitimando e impulsando el rol económico y político de los
sindicatos en la sociedad argentina. El Estado se encargó de proveer la asistencia legal concediendo atención
preferencial a las reivindicaciones planteadas por organizaciones formalmente constituidas, al tiempo que se
ejerció presión sobre las patronales para que negociaran convenios colectivos de trabajo con los dirigentes
gremiales reconocidos. Los estratos populares no dejaron de tener sus propias tradiciones, ideas y experiencias
de acción política, con mayor o menos tendencia a aceptar liderazgos. La ideología y las actitudes políticas de la
elite, son una parte importante de la formación, o constitución, del movimiento populista; pero no son lo que
constituye al actor popular.
2) El 17 de octubre de 1945, sus antecedentes inmediatos, las elecciones presidenciales de 24 de feb de 1946, el
primer gob peronista: Al ocupar su puesto en la Secretaria de Trabajo y Previsión, Perón tuvo contactos con los
diferentes estamentos del sindicalismo, también se relacionó con los empresarios nacionales, entendió que
Miguel Miranda, un empresario dedica a las hojalatas y producción de envases, era el hombre practico que podía
impulsar la economía de acuerdo a su proyecto de desarrollo industrial basado en el consumo popular. El 25 de
agosto de 1944, se creó el Consejo Nacional de Posguerra por decreto 23.847, una de las primeras herramientas
de política económica industrial del gob militar, lo cual fue acompañado de medidas sociales para respaldar lo
económico con lo laboral. El 13 de octubre se sanciono el Estatuto del Peón Rural, se estipularon los descansos
dominicales, las jornadas de labor, alimentación y habitaciones, higiene y salubridad, jornales mínimos, provisión
de ropa y calzado. El 4 de diciembre, se sanciono el régimen jubilatorio de los Empleados de Comercio. Las
Cámaras Patronales publicaron una solicitada en los diarios en clara protesta contra estos avances sociales. El
partido comunista también denuncio la demagogia del gobierno. Tuvieron que aceptar que el 8 de enero de 1945
se crearan los Tribunales de Trabajo y se extendieran a todos los trabajadores del país las Vacaciones Pagas. El 27
de marzo, Arg abandono su postura neutral en la guerra. Las presiones de EE.UU e Inglaterra dieron sus frutos, se
pudo reanudar relaciones diplomáticas con el conjunto de los países latinoamericanos y con los países europeos
aliados. En abril arribo a nuestro país el embajador estadounidense Braden. Su definición de la realidad política
argentina fue la de estar presente ante un régimen nazi-fascista, la única salida posible era el derrocamiento del
gobierno. La embajada estadounidense se convirtió en la sede de reunión de los partidos políticos opositores al
gobierno, siendo la primer acción un manifiesto firmado por los industriales y las Cámaras de Comercio el día 12
de junio, donde expresaron su preocupación a causa de la agitación social e indisciplina de los trabajadores. El 30
de junio se produjo una entrevista entre Braden y Perón. El conflicto político fue in cresendo, los diarios
argentinos reprodujeron los cables de las agencias noticiosas norteamericanas que impulso el embajador de ese
país. No hubo acuerdo entre ambos. Perón impulso su organización, agremiación y movilización, para defender
las conquistas que fueron alcanzando. La oposición política organizo el 27 de agosto la Unión democrática, la cual
comenzó a contactarse con oficiales del ejército y de la marina en actividad, para detener y expulsar a Perón del
gobierno. Todos los medios gráficos se sumaron a la campaña liderada por el embajador norteamericano. El 19
de agosto se llevó a cabo la denominada Marcha de la Constitución y de la libertad. Las clases medias y altas
urbanas de la Ciudad de Buenos Aires, masivamente se movilizaron desde la Plaza de los dos Congresos hasta el
monumento al gral San Martin en la Plaza homónima. La marcha fue multitudinaria y dejo un claro su propuesta
de entregar el gob a la Corte Suprema de Justicia tanto por vías administrativas o por medio de otro golpe de
estado. El nombramiento como Director de Correos y Telecomunicaciones de Oscar Nicolini, a instancias de Eva
Duarte el 5 de octubre, desencadeno los hechos que precipitaron la renuncia a sus cargos e inmediata detención
del coronel. El 9 de octubre Perón renuncio a todos sus cargos ante la falta de apoyo del gral Farell jefe del
gobierno. Al día siguiente Perón, anuncio que antes de renunciar dejo firmado sendos decretos que prohibieron
la intervención de los sindicatos por parte del Estado, el aumento de sueldos y salarios y la implantación del
salario mínimo, vital y móvil y la participación obrera en las ganancias empresariales.
El 17 de octubre de 1945: Las masas de trabajadores de todo el país comenzaron a organizarse y a movilizarse en
sus propias ciudades y provincias, reclamando por el paradero de Perón. Las dos centrales obreras, la CGT 1 y la
2, reunidas entre la noche del 16 de oct y la madrugada del 17 dudaron entre la declaración de una huelga
general con o sin movilización popular para el día 18. Comenzó una movilización sin precedentes multitudinaria
hacia la plaza de mayo que se prolongó hasta la medianoche, momento en el cual Perón, tras ser liberado se
dirigió por primera vez a los trabajadores desde los balcones de la casa de gobierno. La dinámica establecida
entre el Estado – el líder y la clase, produjo una ruptura con discursos, en las relaciones sociales, que permitió
sobre las bases históricas que las luchas obreras fueron sedimentando, el nacimiento de aquella identidad. Fue
surgiendo un idioma político estrechamente vinculado a los modos de vida y la sensibilidad popular. Los
trabajadores desde aquella movilización fundacional, provocaron un cisma que resignifico la vida política y social
en la Arg, desafiando con la cultura del trabajo como arma excluyente a propios y extraños; y estableciendo todo
un nuevo modo de vida. Esa lealtad se cimento desde aquello, el sustento de esa interrelación estado-sindicatos-
trabajadores, a través de las cuales, los trabajadores, demostraron su potencial herético ante la sociedad y los
poderes económicos tradicionales, lo cual les permitió sostener una autonomía y la construcción de una
identidad que les permitió encarar los primeros años La Resistencia. El partido comunista tildo a la movilización
popular de malon o malevaje, maleantes, hampones y bandas armadas peronistas. A partir de allí, urgió para
este nuevo actor social como para su líder, organizarse en pos de las elecciones nacionales convocadas para el 24
de febrero del año 1946. Surgió el Laborismo como sostén de la formula integrada por Peron – Quijano, que
contó con el apoyo de la mayoría de los sectores obreros, grupos minoritarios del radicalismo identificados con el
yrigoyenismo, y distintos agrupamientos autodefinidos como nacionalistas. En la oposición se constituyó la
Unión Democrática, fue sustancial el apoyo de las embajadas norteamericana y británica. El 24 de febrero de
1946, se llevaron a cabo las elecciones, no fueron objeto de fraude; tras un mes y medio de escrutinio, a
principios de abril se dieron a conocer los resultados que dieron el triunfo a la formula laborista.
3) La participación de la clase obrera industrial en los diferentes estamentos de la sociedad argentina; la
construcción de una ideología y una identidad política que sintetizo en aquellos años la historia de lucha y
organización de la clase desde sus orígenes: Perón en el gob, 4 de junio de 1946: El parlamento estuvo
conformado por 109 miembros del bloque oficialista, de los cuales 70 eran de extracción obrera y el resto
radicales renovadores al igual que el vicepresidente. El 21 de octubre ante ambas Cámaras, en compañía del
Secretario Legal y Técnico, Figuerola, el presidente anunció el Primer Plan Quinquenal, subdividido en tres
partes: “Gobernación del Estado, defensa nacional y economía” y definió su ejecución para el 1º de enero de
1947. Se estableció el control de la política monetaria por parte del gobierno, créditos para la industria nacional y
el consumo, nacionalización de empresas de energía, puertos, ferrocarriles, comunicaciones, fuertes inversiones
en Salud Publica, Educación en todos sus niveles, planes y viviendas populares, creación de Aerolíneas
argentinas, y crecimiento de los grupos industriales estatales. Todo ello sintetizado en las tres consignas básicas
del peronismo: Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica. Gracias a la cancelación de la
deuda externa, el reaprovisionamiento de equipos vía importaciones, y recupero de inversiones; se obtuvieron
junto al proceso de nacionalizaciones, un equivalente a las reservas del Banco Central. Acompañado de la
creación del Banco de Crédito Industrial, la nacionalización del Banco Central, creación del Instituto Argentino de
Promoción e Intercambio: un Estado garante del control del capital para ponerlo al servicio del consumo y por
ende del salario de las masas trabajadoras.
La corte Suprema de Justicia: Esta institución estaba en manos de la oligarquía, todos ellos fervientes opositores
a las medidas económicas del gobierno peronista, el cual opto por hacerles juicio político, en julio de 1946, por
haber legitimado los golpes de estado y por no cumplir con sus funciones de acuerdo a las pautas de la
democracia recientemente instalada. Lo que se discutió fue el sentido de clase de la corte suprema, en perjuicio
de la clase trabajadora y los sectores humildes.
Argentina y el mundo: Entre 1946 y 47, la Rep Arg decidió apoyar al pueblo español ante la exclusión de su país
del Plan Marshall. El viaje de Eva a España que incluyo una gira más extensa, tuvo como objetivo proveer de
alimentos a poblaciones acuciadas por el hambre de pos guerra y demostrar el poderío económico Arg, como así
también su independencia de las potencias centrales anglo sajonas, lo cual implico iniciar el camino hacia la
Tercera Posición alejado política y culturalmente de la influencia francesa e inglesa, que admiraban las elites
locales. Era un intento de posicionarse a futuro en otros mercados, ante la exclusión de nuestro país del Plan de
reconstrucción llevado adelante para Europa y Japón por parte de EE.UU. Alejados así de la Guerra fría, y
sosteniendo fronteras adentro la integración en un Movimiento Nacional policlasista que tenía como eje la
Comunidad Organizada.
Las transformaciones sociales, laborales, culturales. La sociedad de masas: Para las masas obreras,
mayoritariamente peronistas, estos años fueron de felicidad, orgullo, dignidad. El equilibrio de una redistribución
de las riquezas y ganancias del país productor, entre la clase obrera y el empresario, con un Estado protector y
garante de los primeros. La clase trabajadora gozó de un consumo vinculado con satisfacer las necesidades
básicas y también del acceso de viviendas, turismo, cultura, deportes, salud educación en los tres niveles. El
estado y los sindicatos, actuaron a modo de espacios de expresión, contención y resolución de las demandas
obreras. El turismo de masas invadió la ciudad de Mar del Plata, que era hasta entonces de la oligarquía. Para la
oposición en su conjunto, las masas obreras, no eran merecedoras de tales beneficios. La antinomia nacida a
instancias de la elite de mediados de este siglo, Civilización y Barbarie, recrudeció en el discurso y en la acción
durante estos años renovada y a modo de continuidad desde las montoneras federales, el yrigoyenismo y como
síntesis de lo negativo el peronismo y sus bases sociales.
La reforma constitucional del año 1949: El 14 de agosto de 1948, se votó en la Cámara de Diputados por 96
votos. El 3 de diciembre fue aprobada por la Cámara de Senadores, y el día 5 de diciembre se votó la misma. La
convención Constituyente debatió a partir del mes de enero de 1949, siendo el artículo 40 objeto de críticas,
sobre todo de los intereses económicos extranjeros, ya que planteo la nacionalización de los recursos naturales,
de los servicios públicos, el comercio exterior y además de fuentes naturales de energía, con excepción de los
vegetales. Otros artículos revolucionarios para su época fueron: el 37 del capítulo III, referido a los derechos del
trabajador, la familia, a la ancianidad y la educación y la cultura. El 38 consagro, la función social de la propiedad,
el capital y la actividad económica, el 68, en su inciso 5, le dio la fuerza constitucional a la nacionalización de la
banca, y el 82 estableció que la elección de presidente y vice será directa sin colegios electorales. A partir de los
años ’50 se sucedieron una serie de hechos que fueron abonando el terreno para la caída de Perón en 1955. Por
un lado la enfermedad de Eva, el nexo indispensable con los sectores más humildes y los trabajadores. La
expropiación por ley el 18 de abril del año 1951, del diario La Prensa vocero de la oligarquía que en noviembre de
ese mismo año reapareció pero en manos de la cgt. La candidatura de Eva a la vice presidencia, junto a su esposo
de cara a las elecciones presidenciales del mes de noviembre del año 1951. Pero renuncia debido a su
enfermedad. El 1 de mayo de 1952 dio su último discurso en la Plaza de Mayo, en la cual dejo un contenido de
fuerte advertencia para la oligarquía. Ella fue un icono revolucionario. El 26 de julio de ese mismo año, falleció
Evita. El 11 de noviembre de 1951, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales que motivaron la reelección
de Perón junto a su compañero de fórmula Quijano. Las fórmulas que se le opusieron fueron las de Balbín y
Frondizi por el radicalismo, Palacios y Ghioldi por el P Socialista, entre otros. El triunfo del peronismo es
arrollador. Lo revolucionario para esta elección fue el voto femenino, el voto se transformó en secreto,
obligatorio y Universal. Los años que transcurrieron entre 1949 y 1951, estuvieron signados por una crisis
económica. Los sectores medios urbanos, comenzaron a ser una base social importante de los golpistas que
volvieron a arremeter contra el gobierno democrático, a partir del año 1953, con una serie de atentados
terroristas contra las movilizaciones peronistas y fuerza de seguridad del Estado.
4) El rol de las fuerzas armadas, la Iglesia católica y los partidos políticos opositores durante el segundo gobierno
de Perón, causantes de su derrocamiento y posterior exilio durante casi 18 años: De junio a Septiembre de
1955: La revolución Libertadora representó un conglomerado político, ideológico, social, religioso y económico,
que coincidió en la necesidad del derrocamiento del peronismo, para erradicar los males, el movimiento polito
peronista y también, fundamentalmente, en reconvertir la economía en función de las necesidades de la clase
dominante además de realizar una apertura sin trabas de ninguna índole a los capitales extranjeros, como así
también terminar con el obstáculo para llevar adelante las reformas que condujeran a una nueva fase de
desarrollo capitalista acorde con las tendencias impulsadas por los EE.UU. La etapa que tránsito desde el intento
fallido de derrocar al gobierno el día 16 de junio hasta la caída definitiva, estuvo caracterizada en un inicio por la
consigna de la Pacificación lanzada por el propio presidente, conmovido por las consecuencias del bombardeo;
decidió plantear una salida política conciliadora. La unión Pueblo, Gobierno y Ejército fue la amalgama necesaria
para sostener y en consecuencia impedir otra sonada golpista. Aquella propuesta, no hizo más que envalentonar
a sus opositores, dos corrientes se fueron organizando en esa dirección, por un lado el nacionalismo católico que
vio en el sindicalismo un potencial aliado contra el personalismo desmedido y los posibles desvíos de Perón hacia
el comunismo, y por otro, la Marina de guerra y sectores del Ejercito enrolados con el liberalismo, junto a los
partidos políticos tradicionales y las corporaciones económicas industriales y agrarias. Entre ambos sectores no
estuvo ausente la Iglesia, también deposito sus ansias golpistas en los grupos liberales del ejercito; este
heterogéneo movimiento antiperonista, no creyó en la democracia popular propuesta por el justicialismo cuyo je
central era el concepto de la Comunidad Organizada. Las causas inmediatas que desembocaron en el golpe,
desde finales de 1954 comenzaron a aparecer síntomas, el reemplazo de la enseñanza religiosa por la Doctrina
Nacional Justicialista en las escuelas como así también la ley de divorcio vincular y el llamado a una reforma
constitucional con el objetivo de separar a la Iglesia del Estado. El 20 de mayo, el congreso aprobó la ley que
abolió la enseñanza religiosa en las escuelas, la ley que anulo la exención de impuestos a la propiedad de la
Iglesia y otra que convoco a una convención constituyente para quitar el apoyo del estado a la Iglesia católica. El
envió por parte del Poder Ejecutivo de un proyecto de ley vinculado con la exploración petrolera en la Patagonia,
por parte de la Standard Oil de capitales norteamericanos, a pesar de ser rechazado, fue otro punto que
aprovecho la oposición en sus objetivos tendientes a debilitar más al gobierno. Tanto las negociaciones
petroleras como el acuerdo con la California levantaron una oleada de críticas que contribuyeron al
debilitamiento del gobierno. Se generó así, el abroquelamiento de diferentes estamentos sociales en torno a la
idea del golpe de estado, destacándose en este punto la predica de la UCR por una salida militar, los
agrupamientos de profesionales en su conjunto a través de sus organizaciones. Los ataques a la prensa también
fogonearon la ampliación del clima opositor. Se sumó el cierre por parte del gobierno de las publicaciones del
radicalismo, prov unidas y del socialismo. El 31 de julio de 1955, se conformó una comisión pro-abolición de las
torturas integrada por representantes de todos los partidos políticos. Perón, resolvió dar por finalizada su táctica
dirigida a la pacificación del país; y fue su vocero el ministro de Interior, Albrieu, quien fustigó a la oposición por
lo que el gobierno considero como ataques contra el tema de los contratos petroleros. Albrieu, se encargó de
explicar que no le quedaba al gobierno otro camino que emplear la fuerza para lograr la pacificación anhelada.
Perón dirigió una carta a la CGT y al Partido Peronista en la cual ofreció su retiro. Tras lo cual se convocó a una
movilización en su respaldo a Plaza de Mayo para ese mismo día 31 de agosto, los manifestantes naturalmente
no aceptaron la salida propuesta por su líder. Se afirmó con un fuerte discurso ante la masa peronista movilizada,
continuo en una línea tendiente a darle a la clase trabajadora peronista un reaseguro por parte de él y en
particular del aparato del Estado, acerca de la fortaleza que este poseía ante los intentos desestabilizadores. La
consigna del Cinco por Uno por él esgrimida, se refirió a la amenaza dirigida a los opositores, de los cuales ante la
eventual caída de un peronista, se multiplicaría por 5 este hecho, en el caso de ellos. Esta arenga, aceleró los
planes golpistas de quien realmente creyeron en que esas amenazas se cumplirían inmediatamente. El 1 de
septiembre se declaró el estado de sitio en Bs As, ambas cámaras del Congreso lo aprobaron y dejaron en manos
de las fuerzas militares la intervención en la vida pública; publicaron una lista de ofensas que serían castigadas
con el máximo de severidad y energía. El 16 de sep se produjo el golpe de Estado que derrocó al segundo gob de
Perón; su jefe era un militar de origen nacionalista-católico, el gral de artillería Lonardi, de fuertes vínculos a su
vez con el sector liberal del ejército encabezado por el gral Aramburu. La marina de guerra en pos de acelerar el
proceso destituyente, bombardeo los depósitos de combustible de Mar del Plata y amenazó con hacer lo propio
con las zonas ribereñas del conurbano bonaerense si Perón no abandonaba el gobierno. El gral Lucero,
comandante de las fuerzas leales, acepto su renuncia y de inmediato formó una Junta de Generales, ofreció un
cese de hostilidades para obtener una salida pacífica el conflicto. La mayoría de la oficialidad y sub oficialidad del
ejército se mostró inactiva desde el inicio de la sublevación, muchos dirigentes gremiales entraron en relaciones
con el sector nacionalista de las fuerzas armadas. El ejército se fue encolumnando con los rebeldes sin luchar,
impidió la participación obrera en la represión, en cuando a la fuerza aérea esta se mostro neutral. Lonardi,
convocó a los trabajadores para que acudieran al gobierno con la misma confianza que lo hicieron con el
gobierno anterior pero no encontrarían demagogia, anuncio su programa de gobierno desde los balcones de la
casa de gobierno el 23 de sep de 1955. Bajo la advocación de la Virgen de la Merced y con el lema: “por dios y
por la patria” el 21 de sep, desde la ciudad de córdoba, se proclamó presidente provisional de los arg una vez
que se produjera la renuncia del presidente perón ante el ejército, quien el día anterior a las 8 hs am había
comenzado oficialmente su exilio. El nuevo presidente contó con el apoyo definitivo de las tres fuerzas solo una
vez que el golpe triunfo; la línea de pensamiento integrista, corporativista y católica ultramontana.
Cap 8. La economía peronista (1946-55) La argentina y el mercado mundial: Durante la 2da guerra mundial, la
Arg había soportado transformaciones en su estructura económica. El país fue beneficiado por la suba de los
precios mundiales de sus productos de exportación, el sector primario había dejado de ser el motor impulsor de
la economía, la industria manufacturera se había convertido en el sector más dinámico. La guerra había aislado al
país de la corriente de intercambios. La escasez de productos manufacturados aceleró la industrialización por
sustitución de importaciones. La industria nacional debió sobrellevar tensiones que provenían de la falta de
combustible, insumos y la incapacidad de importar bienes de capital. La creación del Fondo Monetario
Internacional (FMI), el banco Internacional de Reconstrucción y fomento (BIRF), el acuerdo general sobre tarifas
y comercio (GATT), buscaban revertir el posible bilaterismo comercial de la posguerra hacía un multilaterismo del
comercio mundial, limitando barreras arancelarias y paraancelarias. El fracaso del FMI obedecio a la combinación
de la gran escasez de dólares que afecto tanto a Europa Occidental como a Japón y cuya contrapartida fue la
abundancia de dólares en los EEUU, y el propio triunfo de la posición norteamericana en Bretton Woods trajo
como resultado insuficiencia de efectivo. El Birf nació sin fondos, Gatt mostro su incapacidad para combatir el
bilaterismo. Perón sabía que debía ampliar los roles del Estado para salir del atolladero de la crisis de posguerra.
En 1944, dependiente de la vicepresidencia de la Nación y presidido por Perón, se creó el Consejo Nacional de
Posguerra, donde se encontraban representados distintos grupos de opinión pública y de interés. Las
conclusiones del Consejo Nacional de Posguerra buscaban dar respuestas al proceso de industrialización por
sustitución de importaciones acelerado por la crisis económica internacional y la guerra. En 1945 la Arg que
emergía de la guerra no había sufrido graves deterioros en su mecanismo productor. La guerra había
demostrado la buena salud de la estructura productiva arg y su capacidad para expandirse y sustentarse, había
significado nada menos que industrializar al país con un crecimiento del empleo. El gran objetivo era conservar el
principal activo que se tenía, la industrialización.
Primer Plan Quinquenal (1947-51): Al llegar al gobierno, Perón y su equipo económico, delinearon el Primer Plan
Quinquenal de Gobierno, que debía establecer la orientación económica del país en el periodo 1947-51. El
mismo expreso una política nacionalista. Entre los puntos esenciales del Primer Plan Quinquenal se planteaba: la
transformación de la estructura económico-social a través de la expansión industrial; la reducción de los factores
de vulnerabilidad externa por el rescate de la deuda externa pública y privada y la nacionalización de los servicios
públicos; la elevación del nivel de vida de la población mediante la redistribución de la riqueza y un plan general
de obras y servicios públicos referidos a sanidad, educación y viviendas; el empleo de parte de las ganancias
conseguidas por los términos de intercambio muy favorables que gozaba el país, junto con las reservas de oro y
divisas acumuladas durante la guerra; el mantenimiento de una política nacionalista frente a los organismos
internacionales de la posguerra; una amplia movilización de los recursos nacionales, la aceleración de la
capitalización industrial, el fomento de la creación de un importante mercado de consumo interno y máxima
utilización de la fluidez brindada al sistema bancario. En marzo de 1946, el gobierno militar de Farrell, a
instancias del equipo económico peronista, dispuso la nacionalización del Banco central y de los depósitos en
manos de las instituciones crediticias privadas. La reforma bancaria incluyo la creación del Instituto Argentino
para la promoción y el intercambio (IAPI), que monopolizaría el comercio de exportación de cereales y, la de los
productos pecuarios. El IAPI agregaría otras funciones como el control de las importaciones de materias primas y
equipos para el agro y la industria. El contexto nacional en términos económicos permitia que Arg desplegara
políticas monetarias, fiscales y salariales expansivas. Entre 1939 y 1948 hubo diez años consecutivos de superávit
de cuenta corriente, entre 1940 y 1946 hubo siete años de acumulación de reservas.
La expansión del Estado como empresario y proveedor de servicios públicos: en 1945 se nacionalizo el servicio
de gas de la cap federal y, entre 47 y 48 el estado compro varias compañías de gas de la prov de bs as y extendió
la red con nuevos centros de distribución intentando transformarla en un servicio social. En el caso del sector
telefónico, en 1946 la empresa norteamericana pasaba a manos del estado. En diciembre de 1946 fueron
adquiridos por el Estado los ferrocarriles de capital francés. En febrero de 1947, las compañías ferroviarias
británicas y sus propiedades fueron nacionalizadas. Las nacionalizaciones se extendieron a las usinas de
electricidad de propiedad norteam de los grupos ANSEC y SUDAM, a las empresas de navegación aérea, a la
corporación de transportes de bs as y la compañía de navegación dodero, cuyas embarcaciones fueron
transferidos a la flota mercante del estado creada en 1941. En 1947 el Estado creo la Dirección Nacional de
Industrias del Estado (DINIE), un organismo que pretendía instalar y controlar industrias de interés para el
desarrollo orgánico de la economía. Se agregaron empresas estatales de la década anterior, que habían sido
nacionalizadas junto con los ferrocarriles británicos. También el gobierno peronista desarrollo por cuenta del
estado empresas para desplegar distintas actividades industriales. En 1952, el gobierno dispuso que la Fabrica
Militar de Aviones de Cordoba se transformase en una nueva empresa: Industrias aeronáuticas y mecanicas del
Estado (IAME), cuyo desarrollo tendría un alto impacto en la industria automovilística. Creo varias direcciones
generales dependientes de la Direccion General de Energia. En 1946 la Direccion gral de combustibles solidos y
minerales inicio explotaciones en rio turbio, se encontró carbón como para sustituir las importaciones
provenientes de GB. Para transportar el material se construyo un ferrocarril paralelo a dicho rio. En cuanto al
petróleo, YPF renovo la flota de buques tanque mediante la incorporación de nuevos barcos petroleros.
La política de ingresos: fue la característica principal de la política económica del peronismo, sobre todo bajo el
primer plan quinquenal, fue promovida por leyes y medidas implementadas desde el inicio de la rev de 1943. El
objetivo de esa política de ingresos apuntaba a un agresivo programa de industrialización. El Estado debía
establecer un conjunto de normas de regulación que apuntaban a morigerar la lucha entre los capitalistas y
asalariados por la distribución del excedente, evitando que una distribución muy asimétrica del ingreso generara
una crisis de subconsumo y que un aumento excesivo de los salarios disminuyera las tasas de ganancia. El interés
en la industrialización y en el sostenimiento de la demanda efectiva se apoyaba en una política de ingresos que
apuntaban en dos direcciones complementarias. Una dirección era la redistribución del ingreso desde el capital
hacia el trabajo, cuyo beneficiario directo era la clase obrera, la otra, desde el sector agropecuario hacia
actividades urbanas, que sostenían tanto el salario real, como las tasas de rentabilidad de los industriales. Entre
1949 y 1952 el modelo de distribución de ingresos entro en crisis, debido a un brote inflacionario, los salarios
reales cayeron, los avances en materia de legislación social se detuvieron, los controles de precios perdieron
eficacia, contribuyendo al aumento de la inflación, entonces el nivel de vida de los trabajadores empezó a
deteriorarse. La recuperación económica iniciada en 1953 permitió una nueva alza del salario real. La inflación se
atenuó. La consecuencia política del mejoramiento en las condiciones de vida y de trabajo de los asalariados fue
el fortalecimiento del peronismo y del sindicalismo peronista. Una de las características de la redistribución del
ingreso fue su mayor impacto sobre las categorías de menores ingresos. Ese incremento en sus económicas
familiares los alejaba de los salarios de subsistencia, permitiendo una elevación en la calidad de vida y dándole a
la política económica un contenido social más amplio. El primer gobierno peronista implemento una política
económica que tenía una impronta muy favorable al sector industrial en menoscabo de las actividades agrícolas,
apoyadas por el manejo de los precios relativos y por las regulaciones del Estado. Las transferencias de ingresos
de las actividades rurales a las urbanas permitían un incremento de los salarios reales sin afectar de manera
importante al sector industrial. Esta política dependía de la capacidad del sector agrícola para sostenerla. Gracias
a las condiciones favorables de los precios internacionales de materias primas y alimentos le permitió al Estado
apropiarse de manera directa (por medio del IAPI) o indirecta (a través del control de cambios) de una ganancia
extraordinaria. Tenía a su disposición una gran masa de recursos para producir una redistribución del ingreso y
financiar una creciente afluencia de importaciones sin provocar desarticular el funcionamiento de la economía.
El sector agrario y la creación del IAPI: la relación entre el peronismo y las corporaciones agrarias, Sociedad
Rural Argentina, confederación de asociaciones rurales de bs as y la pampa, eran tirantes. Desde la secretaria de
trabajo y previsión en 1944, fue sancionado el Estatuto de Peón Rural. Se establecían los derechos de los
trabajadores rurales en relación de dependencia, se les aseguraba un salario mínimo, garantizando su
estabilidad, vacaciones pagas e indemnizaciones, asimismo se establecían normas de higiene, etc. Este estatuto,
mejoraba las condiciones sociales y económicas de los trabajadores rurales, y resultaba onerosa para los sectores
patronales. Otra medida tomada bajo el gobierno de facto, fue el congelamiento de los precios de contratos de
arrendamiento, lo que genero cambios en la propiedad de la tierra entre 1946 y 48. Perón una vez en el
gobierno, negocio distintas concesiones que diluyeron algunos proyectos que implicaba transformar la propiedad
de la tierra. Lo más significativo de los cambios fueron aquellos referidos a las innovaciones en la organización
tradicional de la producción y la comercialización agropecuaria. Finalizada la conflagración mundial, una
creciente inflación empezó a elevar los precios de los productos manufacturados. Argentina creó su propio
monopolio estatal de venta. El organismo que cumplió esa función en la argentina peronista fue el IAPI, que
absorbió funciones de la junta nacional de granos y se dedico a la comercialización externa de las cosechas
nacionales. Creado bajo el gobierno de Farrel, y puesto abajo la órbita del Banco Central permitió que Peron
pudiera poner en ejecución su política económica, controlando, directa e indirectamente la producción total del
país y el ahorro argentino. El IAPI monopolizo el comercio exterior actuando como intermediario entre
productores locales y compradores externos y favoreciendo al sector industrial. Este organismo se convirtió en el
único comprador de los cereales y oleaginosas, a precios de adquisición fijados por el Estado. Mediante el control
del comercio exterior, el IAPI intentaba mantener los términos de intercambio de la arg con el resto del mundo.
Así, el Estado alcanzaba las ganancias generadas por las exportaciones agropecuarias. El IAPI también centralizo
las importaciones de materias primas esenciales y de bienes de capital. En el ámbito interno confería fondos a
distintas reparticiones y entes públicos destinados a la compra de bienes de capital. En el ámbito externo, otorgo
financiamiento a otros países para que pudieran comprar en el mercado arg especialmente productos
alimenticios. Adelanto fondos a astilleros europeos para la construcción de embarcaciones de pasajeros y carnes
refrigeradas.
Sector industrial: La característica central del proceso de industrialización durante el peronismo, fue el
desarrollo de la sustitución de importaciones de bienes de consumo no durable. Se hizo hincapié en el desarrollo
de industrias livianas, ya que tenían diversas ventajas: ser menos intensivas en capital, requiriendo una menor
demanda de ahorro y un mayor volumen de empleo. Los instrumentos de política industrial utilizados buscaban
restringir las importaciones en sectores prioritarios, la aprobación de subsidios y desgravaciones impositivas, y la
constitución de un aparato crediticio que facilitara el financiamiento para el sector. En 1944 fue creado el Banco
de Crédito Industrial Argentino, fueron favorecidas las medianas y pequeñas empresas con créditos baratos para
distintos fines. En menor medida se financio a grandes empresas. Recien a partir de 1952 comenzaron a
vislumbrarse cambios que permitieron avanzar sobre notorios déficit que presentaba el sector industrial,
apuntando hacia rubros tales como combustibles, productos químicos, maquinarias y vehículos. Esa instancia de
crisis, supuso la alternativa que fuera el Estado quien impulsara la producción directamente. Con la Ley 14.222,
se opto por recurrir a la radicación de capitales foráneos. El proceso de industrialización había implicado un veloz
crecimiento de la importación de insumos directos e indirectos y maquinarias. La producción industrial quedaba
ligada a los ciclos económicos mundiales. La redistribución del ingreso reposaba sobre los altos precios de los
productos agropecuarios en el mercado internacional. La reasignación de una ganancia extra de las ventas al
exterior de productos agropecuarios hacia el sector industrial permitía incrementar salarios sin afectar las tasas
de ganancia.
Crisis (1949-53): cambio de rumbo en la política económica peronista: En 1949 comenzaron a manifestarse los
primeros síntomas de una seria crisis económica. La caída de los precios internacionales de los productos
agrícolas desarticulo una de las principales fuentes de recursos sobre las que se había basado la redistribución.
Los aumentos salariales comenzaron a afectar a las tasas de ganancia de los sectores empresarios; y esto genero
una puja distributiva que provoco una aceleración inflacionaria. Los precios industriales se elevaron ante el
aumento de los valores de los insumos importados y comenzaron a incrementar sus precios. Se sumaba un
déficit presupuestario motivado por el gasto público. La demanda laboral se mantuvo en elevados niveles. Y
cuando a fines de 1949 la crisis empezó a expandirse el Estado absorbió buena parte de la fuerza de trabajo que
la actividad privada dejaba de atraer. Los precios internacionales del sector agrario cayeron, debía sumarse la
existencia de problemas estructurales en ese sector y de los límites de una industrialización y redistribución con
insuficiencias de industria de base y dependencia de insumos internos. El plan Marshall fue de los principales
motivos de la crisis en el orden externo, que discrimino las exportaciones argentinas impidiendo su colocación en
los mercados europeos. Las dificultades fueron también respecto a la oferta de productos exportables
argentinos. Se asistía a una larga crisis de estancamiento de la producción rural. Limites a la posibilidad de
aumentar en superficie las tierras productivas, la explotación extensiva, el bajo grado de utilización de
maquinarias y agroquímicos dificultaban el incremento productivo. Las graves sequias entre 1949 y 1952
produjeron una perdida en muchas toneladas de cereales, lino y girasol. El gobierno reacciono subsidiando a
través del IAPI sobre precios las cosechas de maíz, y otros cereales, asimismo distribuyo semillas a precios
subsidiados. Perón decidió cambiar su equipo económico con funcionarios mas técnicos, la solución consistía en
aumentar las exportaciones, recibir inversiones extranjeras o ambas cosas a la vez. El gobierno opto por el
campo. El Banco Central modifico su carta organica y dejo afuera al IAPI, que en lo futuro se dedicaría solo a la
comercialización de cosechas. A partir de 1949, comenzó a comprar las cosechas a los productores a precios mas
altos que los que lograba su venta en los mercados internacionales. La idea era auspiciar cotizaciones
remunerativas al campo, aunque ello implicara perdidas para el IAPI. Se ofreció al campo insumos y bienes de
capital, también los permisos previos a la importación se reasignaron a favor del sector agropecuario. El estado
invirtió en tecnología de producción, y en sanidad animal y vegetal; se amplió la capacidad de almacenaje de
granos y se busco reducir el desequilibrio fiscal, para ello se instrumentaron nuevos impuestos sobre salarios
para financiar la seguridad social. Se suspendieron obras públicas y las fuerzas armadas tuvieron que ceder en
sus pretensiones. Luego del triunfo en las elecciones de febrero de 1952, perón anuncio un Plan de Emergencia,
un programa de estabilización económica, que buscaba mantener la continuidad y profundizar las medidas
tomadas al inicio de la crisis: austeridad en los gastos públicos y una mayor presión tributaria. Los salarios, los
precios y las tarifas públicas quedarían congelados por dos años. El Plan de Emergencia, con mas estabilidad y
mas ahorro se generaban las condiciones necesarias para capitalizar al país sustituyendo importaciones en
sectores básicos.
Segundo Plan Quinquenal (1952-57): Este plan proponía: mantener el equilibrio de precios y salarios y estimular
el desarrollo económico general; un programa de inversiones estatales y privadas en lo referente a materias
primas, energía y trasporte, y bienes de capital, proseguir la política de sustitución de importaciones, conceder
un papel complementario al capital y al crédito extranjero como factores de cooperación y estimulo al desarrollo
económico, etc. Se requería limitar las inversiones públicas con el objeto de restringir el drenaje de divisas, pero
a la vez esas inversiones eran necesarias para profundizar la industrialización. En 1953 Peron presento un
proyecto de ley de inversiones extranjeras al Congreso, el objetivo era alentar la presencia de capitales
internacionales en la industria. La materialización del aporte abarcaba fondos de divisas a ingresar mediante
transferencias bancarias, o bienes físicos (maquinas y herramientas) o inmateriales (marcas, patentes, etc.). La
producción de tractores en territorio nacional por empresas extranjeras fue un primer avance. Se busco
inversiones en la producción y elaboración petrolera. El gobierno estaba convencido que solo se podrían
aumentar los salarios reales o las utilidades de las empresas si crecía la productividad. Eso podía conseguirse con
el aumento de la inversión como con cambios en la organización laboral de las empresas que apuntaran a una
mayor eficiencia. Los empresarios criticaron los excesos de las organizaciones sindicales y por otro presionaron a
las autoridades económicas por el acceso a condiciones beneficiosas para el crédito y menos cargas tributarias.
Ya entrado 1955, los problemas económicos no eran la preocupación de casi nadie. Comenzaba a instancias de
un golpe de estado, la Revolucion Libertadora conocida por el pueblo como la revolución fusiladora.
Cap 9 La revolución libertadora (1955-58): La herencia del peronismo en un mundo en el cual había que
integrarse: el peronismo había hecho una verdadera revolución social: todas las relaciones entre los grupos
sociales se vieron bruscamente redefinidas. La revolución libertadora coincidió en lo político con el sistema
preponderante en Occidente: la democracia liberal que se opuso decididamente al sistema político del área
soviética. En 1947, los acuerdos monetarios de Bretton Woods establecieron el patrón dólar y los capitales
volvieron a fluir libremente. Para los países que habían crecido hacia adentro y sus economías habían sido
protegidas, el FMI propuso políticas llamadas ortodoxas (estabilizar la moneda abandonando la emisión fiscal,
dejar de subvencionar a los sectores artificiales). Otra alternativa fue planteada por la CEPAL (comisión
económica para america latina) cuya propuesta era que, los países más desarrollados eliminaran los factores que
generaban atrasos en sectores de la economía en los países subdesarrollados a través de inversiones de capital.
Ambas formulas, la estructuralista auspiciada por la CEPAL, y la monetarista sustentada por el FMI, a su vez
estaban asociadas a posiciones políticas definidas: la primera impulso una modernización de la sociedad, la
segunda invito a una restauración de viejos órdenes superados en el país. La labor que se había propuesto la
Revolución Libertadora era regenerar moralmente a una sociedad desquiciada por un demagogo y su
movimiento engañador, para permitir luego una definitiva adecuación del país al capitalismo, el liberalismo y la
democracia.
Los vaivenes políticos de la Libertadora: de Lonardi a Aramburu: Entre el 16 y el 21 de septiembre de 1955 las
tropas del gral Lonardi respaldadas por la Marina de Guerra pusieron fin a diez años de peronismo. El gobierno
revolucionario incluyo a hombres orientados hacia los partidos tradicionales y gratos a los sectores políticos y
militares liberales e inclusive elementos de extracción peronista dispuestos a alinearse con los nacionalistas y
católicos. Para Lonardi había que volver al ideario de los años 1943-46, el retorno a un régimen clericó-militar
con el apoyo de los trabajadores organizados. Este plan no era realizable, repugnaba los más profundos
sentimientos de los antiperonistas de la Marina lidera por el vicepresidente Rojas. El gobierno reconocía que la
opinión mayoritaria dentro de los trabajadores seguía siendo peronista: la cgt, no fue disuelta ni intervenida. La
Prensa, confiscada a los opositores, continúo siendo propiedad de los sindicatos. Los salarios reales empezaron a
disminuir, mientras el gobierno pactaba con los sindicatos, se tomaron medidas represivas contra los obreros
peronistas. Muchos patrones sancionaban a sus delegados sindicales o suprimían algunos beneficios que
legalmente correspondían a los asalariados. La Marina de Guerra apoyada por la oficialidad laica y liberal del
ejército, empezó a dar muestras desagrado por la política llevada adelante por el presidente Lonardi, estaban
influenciados por partidos políticos y grupos culturales laicos, liberales y ligados a la oligarquía. Estos últimos
conjunto con el vicepresidente Rojas, impulsaron una institución que contrarrestaría el poder de los asesores y
del presidente mismo: la Junta Consultiva Nacional, que tuvo como objetivo afirmar la orientación liberal y
democrática del nuevo poder. El presidente se propuso desdoblar los dos departamentos que el peronismo
había incluido en el Ministerio del Interior y Justicia. Con la aprobación del vice y de un sector de las fuerzas
armadas, los miembros de la Junta Consultiva, renunciaron, salvo dos nacionalistas. El 13 de nov, presionado por
un grupo de oficiales del ejército, la mayoría golpistas, y con el aval de la Marina, el gral Lonardi, presentaba su
renuncia, acusando de traición a los intransigentes de esta sedición.
La presidencia del Gral Aramburu (1955-58) “desperonizar” al pueblo arg: La asunción del nuevo presidente, el
gral Aramburu lleno de beneplácito al conjunto político antiperonista: radicales, conservadores, socialistas y
demócratas cristianos. Desde el principio de su gestión se volcó hacia los liberales, retiro a una docena de
oficiales nacionalistas y ascendió a rabiosos antiperonistas al grado de gral. Estos jóvenes ultraliberales, se
pusieron de acuerdo con los partidos políticos para desperonizar al ejército. El liberalismo económico y social se
reflejó en la integración de los ministerios de su gobierno de hombres provenientes de las familias tradicionales,
de los grupos oligárquicos. Empezó así una segunda restauración del régimen oligárquico. Había que
democratizar las instituciones, el estado y establecer la libertad sindical. Liquidar el sistema peronista,
reeducando a las masas. De allí la función pedagógica de la revolución libertadora, de allí el conjunto de medidas
persuasivas y represivas. Los símbolos debían ser prohibidos. Aramburu afirmo el 14 de noviembre, que la
democracia era asunto de demócratas, esta línea política ultraliberal, justificaba la represión del peronismo por
la esencia democrática argentina. Si esta era la visión de los vencedores, la única salida era la vuelta a un sistema
democrático, en el cual el peronismo llevaba las de ganar. Ese fue el problema para el cual la revolución
libertadora, no tuvo solución a pesar de contar con el poder público.
El problema electoral: El gobierno era provisional, ya que planificaba llamar a elecciones libres cuando se
desmontara el aparato estatal peronista. Los revolucionarios estaban totalmente convencidos que las elecciones
del año 1951 Perón las había ganado gracias al fraude, la coerción y la manipulación de la opinión. La
desperonizacion de la sociedad se hizo cada vez más difícil, de ello daban muestras la oposición, la combatividad
y la resistencia de los obreros. Las soluciones dadas por el gobierno era poner en marcha una dictadura
democrática, que reeducaría al país, eliminaría todo vestigio de autoritario y preparaba a los votantes para que
aprendieran a sufragar antes de someterse al dictamen de las urnas. Habia que contar con un frente
antiperonista sin fallas. La UCR, principal fuerza política organizada en 1956, se iba a dividir en dos, de acuerdo a
pactar con el peronismo o no, La UCR Intransigente, liderada por Arturo Frondizi y la UCR del pueblo, liderada
por Balbín. Frondizi y sus seguidores lanzaron una campaña destinada a atraerse a los peronistas. El gobierno
decidió convocar una asamblea constituyente que se encargaría de abolir la constitución de 1949 antes de
entregar el poder a las nuevas autoridades. Se iban a realizar elecciones con el objeto de derogar una
Constitución hondamente peronista para desperonizar a las instituciones, y los intransigentes pretendieron
captar el voto peronista para llevarlo a cabo. La primera correlación de fuerzas entre ambas partes del
radicalismo tuvo lugar en junio del año 1957, con motivo de la convocatoria a elecciones constituyentes. Perón
ordeno el voto en blanco en las elecciones, la propaganda de los intransigentes se peronizo. La elección reedito
el triunfo de estos últimos. Cumpliendo lo prometido la UCRI se retiró de la Asamblea. Los partidos
conservadores se retiraron y dejaron a la constituyente sin quorum para sesionar. El triunfo electoral fue una
victoria para el gobierno dado que los peronistas no participaron de la misma por estar proscriptos y que el
partido que intentaba reintegrar a los peronistas resultaba afectado por ese fracaso. El líder intransigente
comprendió a tiempo que no era el heredero del peronismo, busco el apoyo de sectores de la burguesía
nacional, se buscaron contactos con sectores nacionalistas desplazados, se respondió con benevolencia a las
exigencias planteadas por el episcopado argentino. El partido comunista les dio su apoyo ya que busco no
desprenderse demasiado de las bases obreras, que seguían siendo peronistas. El 4 de febrero del año 1958,
Perón anuncio en una conferencia su respaldo a la candidatura presidencial de Frondizi. Por su parte, Frondizi se
comprometía a poner en práctica una amplia amnistía, reconocer legalmente al justicialismo y eliminar las trabas
a la consolidación de la CGT. El pacto relegitimo el peronismo como actor político independiente de la escena
nacional, logro reafirmar su predominio dentro del movimiento. En el mes de febrero de 1958, Frondizi supero a
la formula UCRP. La reacción de las Fuerzas Armadas antiperonistas fue que no debía entregarse el poder al
vencedor electo por los peronistas. Para los revolucionarios, la victoria del candidato de la UCRI, significo la
posibilidad de la restauración de la segunda tiranía.
La liberación de la economía y la sociedad: Luego del golpe de estado del mes de sep de 1955, el gobierno de
Lonardi comisiono a Prebisch, secretario de la CEPAL, para que elaborara un informe sobre la situación
económica arg. El plan Prebisch fue liberal y ataco directamente a la regulación económica, enfocaba la situación
desde el punto de vista ortodoxo de la moneda y las reservas de divisas. El equipo económico insistió en
restablecer la confianza externa para obtener ayuda financiera o una moratoria de la deuda para reanudar las
relaciones con los circuitos comerciales tradicionales. Las autoridades de la revolución solicitaron el ingreso de
Arg al FMI y al banco mundial. Esos créditos del FMI estuvieron condicionados a medidas de contracción
monetaria y fiscal, tendientes a reducir el ritmo de la actividad económica y mejorar los saldos comerciales. El
plan pretendía una vigora industrialización de arg, se propuso aumentar la disponibilidad de capitales,
acrecentando las exportaciones agrícola-ganaderas, debía hacerse una redistribución del ingreso nacional
distinta para poder estimular al sector rural. La balanza comercial dio superávit, esto se debía a las devaluaciones
de la moneda y la entrada de capital externo colocado a corto plazo. La entrada de divisas estimulo la expansión
del sector industrial y comercial y de los servicios ligados al mercado interno, a la vez esas divisas sirvieron para
pagar los insumos necesarios para mantenerlos en movimiento. Esta expansión significo un aumento de las
importaciones y concluyo con un déficit en la balanza de pagos en caso de tener problemas en las exportaciones.
El gobierno trato de implementar medidas recesivas que reducían el empleo industrial y los salarios. Se desatara
otro periodo de inflación que termino por desestabilizar la coalición establecida para derrocar a Perón.
Los comienzos de la Resistencia Peronista: Comenzaron a definirse prácticas sociales de acción directa. El
objetivo era el retorno del ex presidente y la reversión de la legalidad producida por la Revolución Libertadora.
Esta lucha se dio en llamar Resistencia Peronista. Se dividió en dos periodos: el primero se extiende desde fines
de 1955 a comienzos de 1958 y el restante, desde fines de 1958 a fines de la década de 1960. Hasta el año 1958
la Resistencia se plasmó a través de una serie de complots cívico-militares, ataques a la propiedad, a símbolos y a
medios de transportes, huelgas, sabotaje industrial y la proliferación de bombas. La resistencia muestra que su
origen fue espontaneo, los hombres de estas actuaciones fueron un grupo heterogéneo de trabajadores. El
factor decisivo de esta etapa en la resistencia fue la actividad de las bases peronistas. Durante todo el mes de
octubre de 1955, a raíz de las batallas por la posesión de los sindicatos, se convocó a huelgas. A fines del mes,
aparecieron los embriones de la resistencia, en Santa Fe se creó el Frente Emancipador, que comenzó a
coordinar la oposición sindical peronista. La huelga del 14 de noviembre, ya bajo el gob de Aramburu, recibió
apoyo rotundo. La falta de dirección en el plano nacional y la fuerza de represión condenaron a la huelga a la
derrota. El 16 de nov el gobierno intervino la CGT y todos los sindicatos que la integraban, cuyos dirigentes en su
mayoría fueron encarcelados. El gobierno del binomio Aramburu y Rojas, consideraron que el peronismo era una
aberración que había que erradicar. La política hacia la clase obrera siguió tres líneas: proscribir legalmente un
estrato entero de dirigentes peronistas para apartarlos de toda futura actividad, llevar adelante una persistente
represión e intimidación del sindicalismo y sus activistas, y hubo un esfuerzo concertado entre el gobierno y los
empleadores en torno del tema de la productividad y la racionalización del trabajo. Todo operario que pudiera
ser conceptuado como perturbador estuvo expuesto a las represalias del empleador. La resistencia reacciono a
estas medidas, la respuesta fue la organización de agrupaciones semiclandestinas, sus actividades eran en pos de
objetivos muy concretos. En la primera mitad del año 1956 se dieron una serie de tentativas de sabotaje
(también en las fábricas). La organización era caótica y basada en grupos locales. En el año 1956 se intensificaron
los ataques con bombas contra objetivos militares y edificios públicos. En diciembre del año 1955 fueron
descubiertos los complots. Estos culminaron con el intento del gral José Valle, del 9 y 10 de junio de año 1956. En
varios puntos del país, aquellos días estallo una rebelión armada. Los epicentros fueron el 7º regimiento de
Infantería de La plata y la Escuela de suboficiales sargento Cabral de campo de mayo. Además, grupos de civiles y
militares tomaron estaciones de radio y destacamentos policiales. Este levantamiento fue aplastado por falta de
coordinación, intervención de espías y preparación. La aviación naval bombardeo el 7º de infantería y la
infantería de marina arresto a los sediciosos. Se implanto la Ley Marcial y se aplicó un procedimiento sumario a
los líderes de los rebeldes y a los supuestos sospechosos, condenándolos a muerte y fusilándolos los días 11 y 12
de junio. Perón, no era un acto pasivo en este drama nacional, había previsto una estrategia general que
incluyera distintos tipos de actividad, a cuyo conjunto dio el nombre de Resistencia Civil. La estrategia era la de
una guerra de guerrillas, para Perón más eficaces iban a ser las pequeñas acciones que lograrían desgastar al
régimen. La resistencia debía mantener a los trabajadores en estado de conmoción, a través de huelgas, trabajo
a desgano y baja productividad. Para la comunicación con los resistentes, escogió a principios del año 1957 un
delegado, William Cooke; según este el movimiento debía ser totalmente inflexible a pactar con el gobierno. En
el año 111957 esa postura dio una tacita división en la resistencia. El éxito de la resistencia en los sindicatos
permitió que estos consiguieran legitimar y legalizar sus actividades. Estaban en condiciones de pactar con el
gobierno desde una posición de fuerza, dejando el objetivo de la vuelta del ex presidente como una lucha a largo
plazo. De esta posición iba a nacer una nueva corriente: el neoperonismo o el peronismo sin Perón. En la
conciencia social peronista la Resistencia incluyo una serie de respuestas a los ataques desde el gobierno militar
que amenazaban los logros de 10 años de peronismo. En el año 1958 la Resistencia, había cumplido a medias con
el objetivo que se había propuesto. Si algo logro fue reafirmar la conciencia de clase entre los obreros.
Cap 10 El pacto perón-frondizi: En algun momento las declaraciones de Frondizi, se acercaron al discurso
peronista en lo referido a las conquistas sociales. El concepto de Resistencia Civil continuo siendo un eje claro del
accionar propuesto a las masas peronistas; esta caracterización transformada en acción podría variar según las
circunstancias políticas, se debía implementar las tácticas necesarias de acuerdo al objetivo final: el
derrocamiento del gobierno militar y el retorno incondicional de Peron a la Arg. Perón y Cook fueron conscientes
de las presiones del gobierno militar sobre los sectores menos radicalizados del movimiento que ellos definieron
como desviacionistas o línea blanda. Ambos reconocieron los esfuerzos realizados por Frondizi tendientes a
captar también el voto de los trabajadores peronistas. El camino recorrido por el frondicismo comenzó cuando
tomo conciencia de su rol al servicio no ya del frente antiperonista sino al girar su dirección tanto política como
económica hacia un posible frente nacional con el peronismo. En el plano sindical, el surgimiento de una nueva
camada de dirigentes jóvenes que se replantearon las políticas de acuerdos con diferentes sectores no
peronistas fue ganando consenso entre sus bases fundamentalmente en los lugares de trabajo: fábricas y
talleres. Este cambio de táctica le fue permitiendo a la dirigencia sindical plantearse la posibilidad cierta de la
reconquista de sus organizaciones. Es por este motivo, que Frigerio, Prieto, Cooke, en una Venezuela
extremadamente convulsionada firmaron un preacuerdo del denominado Pacto Perón-Frondizi. Frondizi se
comprometió a la revisión de todas las medidas de carácter económico adoptadas desde el 16 de sep de 1955,
lasivas a la soberanía nacional, a la anulación de las medidas de toda índole adoptadas por el gobierno
provisional con propósitos de persecución política, al levantamiento de interdicciones y restitución de los bienes
a sus legítimos dueños y la devolución de los bienes de la fundación eva perón. Lo más importante radico en su
propuesta de posibilitar el levantamiento de las inhabilitaciones gremiales y normalización de los sindicatos y la
CGT y el reconocimiento de personería del partido peronista. Además del reemplazo de los miembros de la corte
suprema, la convocatoria a una convención constituyente para la reforma total de la constitución, que declarara
la caducidad de todas las autoridades y llamará a elecciones generales. La táctica política, consistió en mantener
una línea de intransigencia y resistencia civil ante la dictadura por lo tanto cada peronista, en el caso de sufragar
debería hacerlo del modo que resultase más prejudicial a la dictadura. Aprovechar la coyuntura electoral,
significo para el peronismo la demostración de su poderío en las urnas. El Pacto fue en definitiva un compromiso
de paz ante la guerra civil desatada sin eufemismos con los fusilamientos del 9 de junio de 1956.
Cap 11 El dr Arturo Frondizi en el gobierno. El desarrollismo (1958-62): La postura desarrollista se reforzó ante
la perspectiva de la alianza con el capital norteamericano con un claro predominio industrial por sobre el sector
agrario. La hegemonía de aquellos capitales fortaleció la creencia en un sistema capitalista de crecimiento
ilimitado, y a ello se le debió sumar el avance geopolítico estadounidense en Latinoamérica. Las claves fueron:
modernizar la economía, reconversión científico-tecnológica y en el plano tanto político como social, la
integración del peronismo a través de sus dirigentes sindicales, reconociendo inclusive algunos avances
económicos del gobierno derrocado en el mes de sep de 1955. Frigerio, un hombre clave en los inicios del
proceso desarrollista, diagnostico que el capital extranjero debía ser reconvertido en una herramienta para el
autoabastecimiento del petróleo, el acero, la química pesada, etc., lo cual permitiría una industria sin
dependencia del suministro de materias primas y combustibles importados. Responsabilizo al peronismo de
generar trabajo improductivo. Frondizi dio claras muestras del desarrollo de una política institucional, por un
lado su acuerdo alcanzado con el peronismo y por otro, en relación a las Fuerzas Armadas. El presidente
considero que debía ir construyendo una política de equilibrio y en especial con aquellos sectores en pugna
desde la caída del gobierno peronista, e intento darle forma mediante las bases de acción política, sustentadas
bajo el marco político del desarrollo nacional. En lo social propugno una alianza de clases entre los sectores
obreros y los empresarios nacionales bajo la protección de una categoría que estaba por encima de la
conflictividad social: La nación. Perón advirtió a Cooke, de comenzar a establecer un plazo perentorio para el
cumplimiento del pacto. En materia laboral, el presidente otorgo un aumento de sueldos y salarios a los
trabajadores y levanto la intervención a seis sindicatos. El 22 de mayo de 1958 se sanciono la ley 14.436, que
concedió una amnistía amplia y gral para todos los delitos políticos o militares cometidos hasta su promulgación.
El 8 de agosto se sanciono la Ley de asociaciones profesionales por iniciativa del Poder Ejecutivo, la cual
restableció el sindicato único por rama de producción. Estas medidas apuntaron a consolidar la reconstrucción
de un Frente Nacional con el sindicalismo peronista como sostén.
La economía: La inflación no permitió solucionar el deterioro de los términos de intercambio que debilitaba la
acumulación interna de capitales impidiendo el desarrollo industrial. La ley 17.780, sancionada por el congreso a
instancias del Poder ejecutivo, abrió las puertas a la radicación de capitales extranjeros, persiguiendo el objetivo
del aumento de la producción junto a la integración de la mano de obra, pilares del plan económico y político-
social desarrollista. El Plan incluyo un préstamo stand by del FMI, devaluación monetaria, apertura para
importación de maquinarias, suspensión de control de precios y medidas que equivalían a una congelación de los
salarios. Se implanto una política crediticia restrictiva que buscaba reducir el déficit del presupuesto junto con el
incremento de las tarifas del sector público. Estas medidas trajeron aparejado una baja del salario real y una
notable redistribución de la renta nacional. Entre los años 1959 y 1962 llegaron a la arg inversiones, con la
devaluación del peso y la liberación de los precios a partir del mes de diciembre del año 1958 se produjo un
aumento de la tasa interna de ahorro por medio de la traslación de ingresos de los sectores populares a los
grupos más concentrados. Los sectores de la producción que lideraron este proceso fueron fundamentalmente
los vinculados con combustibles, siderurgia, petroquímica y automotores. El aumento de las tarifas de los
servicios públicos, el congelamiento de las vacantes de la administración públicas y entes estatales, fueron las
medidas que contextualizaron la política de austeridad del año 1959. A pesar del conflicto social, el gobierno
siguió adelante con su plan de austeridad que le permitió obtener un préstamo del FMI y del Eximbank. En
cuanto a los contratos petroleros, produjeron una serie de declaraciones contrarias a su efectivizacion. El
gobierno se había propuesto firmar una serie de contratos, tendientes a obtener la prestación de servicios de las
empresas extranjeras que fuera suplantando la incapacidad técnica y financiera de YPF. A esta decisión, el
presidente la definió el 24 de julio, como la batalla por el petróleo, para la visión desarrollista el combustible
generaba un atraso productivo que debía ser solucionado. El objetivo fue obtener autoabastecimiento petrolero,
que comenzó con la implementación de una política que nacionalizo las reservas de hidrocarburos. El gremio que
nucleaba a los trabajadores petroleros, llevo a cabo una férrea oposición, que se agravo cuando el gobierno
decidió aplicar el Estado de Sitio, y que trajo además como consecuencia el inicio del enfrentamiento de las
relaciones entre el peronismo y el gobierno desarrollista.
El poder militar: El 16 de junio de 1959, tras las declaraciones de Perón acerca del incumplimiento de Frondizi
del acuerdo establecido oportunamente, la Guarnición Militar Córdoba exigió al Estado Mayor del Ejercito la
investigación de aquel pacto preelectoral. Este accionar de las Fuerzas Armadas provoco una división de corte
político-ideológico entre legalistas (que se opusieron respetar el orden institucional) e integracionistas (quienes
optaron por impedir cualquier acercamiento al peronismo). Un estado deliberativo en las fuerzas armadas
ocasiono la renuncia del gral Pacheco y del nuevo sub secretario del arma el gral Fraga. Esta situación de presión
sobre la presidencia no se había detenido desde el mes de julio del año anterior cuando el mismo centro naval se
convirtió en un espacio de indisciplina y cuestionamiento permanente al poder civil. Incluso en la fuerza aérea se
produjeron renuncias como la de su secretario, el comodoro Huerta, ante las decisiones del poder ejecutivo. Esta
medida trajo una crisis de proporciones, el presidente demostró una extrema debilidad, situación que fue
aprovechada por los sectores más radicalizados de las fuerzas armadas. Se produjo la búsqueda de la unidad de
los dif sectores militares con el objetivo de condicionar al gobierno entrante y continuar radicalizando sus
posturas contrarias al líder justicialista en el exilio y a la masa peronista que representaba.
El peronismo se moviliza: Entre los meses de sep y octu de 1958 Perón se abocó a la reorganización del
movimiento peronista en la Arg. Esta tuvo como objetivo evitar que se profundizaran las críticas hacia su
delegado personal y sostener la unidad del movimiento. Por aquellos meses estaba muy debilitado el gob
frondicista. La mesa de las 62 organizaciones peronistas liderada por Olmos, decreto un paro gral con
movilización, el fracaso de las negociaciones ante los pool petroleros y el FMI, sumado a un contexto de
represión de la huelga de los trabajadores del sector, Frigerio se ve obligado a renunciar, el presidente pierde asi
uno de los sostenes políticos más importantes de su gestión. El 6 de nov llegaron directivas de Peron para que se
denunciaran los contratos petroleros, implico que los trabajadores afiliados se sumaran al paro, asi obligaron al
gobierno a declarar el estado de sitio. La consecuencia fue una declaración de huelga, esto apunto a que no se
entablaran negociaciones con las 62 org peronistas, pero se logra un acuerdo, una pronta sanción de la ley de
asociaciones profesionales, convenios colectivos de trabajo y el control de YPF en la refinación y comercialización
de petróleo y combustibles. El levantamiento de la huelga ratifico esta alianza pragmática entre la dirigencia
sindical peronista y el desarrollismo. Los últimos meses del año 1958 reflejaron las contradicciones en los dif
agrupamientos del movimiento peronista que venían actuando en la Resistencia.
Asume Alvaro Alsogaray: Cambio de rumba en la política económica desarrollista: El 29 de dic de 1958 el
presidente anuncio un plan de estabilización monetaria y racionalización del gasto público. Frondizi justifico este
giro hacia políticas liberales a causa de una deuda externa superior a las reservas de oro y divisas. Lo obligo a un
programa de austeridad tendiente a controlar los precios de primera necesidad, un mercado de libre y
fluctuante, entre otros. Comenzó así la Economía Social de Mercado, con un plan que produjo inflación, escasez
de alimentos y el endeudamiento externo con el FMI. La presencia de Alsogaray en el gabinete no detuvo e
malestar hacia el gobierno por parte de las Fuerzas Armadas, ya que estas se sumaron al clima golpista
impulsado por algunos medios de comunicación.
La cuestión de la enseñanza laica o libre: Desde el mes de sep de 1958 y hasta el mismo mes del año sig, se
debatía entre los defensores de la enseñanza estatal liderada por el rector de la UN de bs as, el dr Risieri frondizi,
y aquellos que impulsaron desde la iglesia la entrega de títulos habilitantes por parte de los institutos privados. El
gobierno, opto por apoyar a las universidades estatales pero también aseguro que se necesitaba el concurso de
la actividad privada. Se promulgo la ley 14.557, reglamentada por el Poder Eje en el mes de feb de 1959,
creándose además, la inspección gral de enseñanza uni privada. Poco antes de su derrocamiento el gob de
Frondizi estableció los tribunales examinadores del Estado con respecto a los egresados de las uni privadas.
Perón denuncia el Pacto: El 11 de junio de 1958 se dio a conocer el pacto, en palabras del propio Perón, esta
información desato una crisis institucional. Para salir de esta, Frondizi ofreció un cambio de gabinete que trajo a
inclusión en economía y trabajo de Alsogaray (ahí renuncia Pacheco, Huerta, etc.). En cuanto al ejército, la
insubordinación del gral Toranzo, ante la renuencia de Frondizi de confirmarlo en comandante en jefe del
ejército, produjo una sublevación que le permitió obtener el cargo esperado. Este comenzó a desarrollar su
política militar bajo la idea de una hipótesis de guerra revolucionaria. Considero, el Plan Conintes, la acción
directa de las Fuerzas en el combate contra “acciones terroristas”, subordinando a las fuerzas policiales y
poniendo bajo tribunales militares a los acusados de dichos actos.
Las políticas económicas de la Argentina. Mario Rapoport.
Hacia el fin del modelo: la década de 1920 y los gobiernos radicales: Dadas las características de la inserción
internacional de la Argentina, el país afrontaba fuertes oscilaciones en sus ingresos en divisas. Por un lado, la
poca diversificación de las exportaciones, compuestas por productos agropecuarios. Por otro lado, la entrada de
capitales dependía de los humores de los mercados financieros internacionales. El sistema fiscal y el monetario
seguían ligados a las transacciones con la economía mundial; la circulación monetaria y el crédito interno
estaban fuertemente vinculados a las variaciones de la balanza de pagos. En lo que se refiere al comercio
exterior se advirtió un nuevo rol de EEUU, que llego a convertirse en el principal proveedor y comprador de la
Arg. En cuanto a la economía local, se genero un breve proceso de industrialización, el país comenzó a
abastecerse por si mismo de algunas manufacturas y hubo un incremento de los establecimientos industriales,
así como del número de trabajadores en el sector. A partir de 1918, la normalización de la economía
internacional permitió que se incrementaras las exportaciones agrícolas y un repunte del crecimiento pero al
finalizar la guerra, comenzó a decrecer la demanda de ultramar, iniciándose un proceso depresivo (acumulación
de grandes cantidades de carne envasada y congelada por parte de los mismos países aliados y la existencia de
otros mercados vendedores junto con la recuperación del sector agropecuario europeo), que origino una seria
crisis en la ganadería argentina. La crisis de 1921-22 reflejo el conflicto entre los invernadores (ganaderos
acaudalados y dueños de gran cantidad de animales, podían sobrevivir a la conmoción reteniendo su ganado
hasta que los precios mejoraran) y los criadores (debían malvender sus novillos de inferior calidad a los
frigoríficos o entregarlos para su engorde a los invernaderos, sufriendo todo el impacto de la recesión). Ante el
quiebre del sector, la Sociedad Rural Argentina, presidida por Anchorena (invernador), desecho la idea de que la
crisis se debía a las presiones ejercidas por los frigoríficos sobre los ganaderos y descarto la intervención estatal.
A fines de 1922, las elecciones llevaron a la dirección de la organización a Pagés (criador), modifico la política de
la Sociedad, culpando a los frigoríficos, proponía la intervención del Estado como única solución. En 1925, la
“guerra de las carnes” entre los frigoríficos se reanudo. Un establecimiento británico anuncio la modernización y
ampliación de su planta y pidió el incremento de su cuota. Por su parte Swift estaba construyendo una nueva
planta en Rosario y los Vestey (ingleses) hacían lo propio en Dock Sud. En octubre de 1927, los empresarios de
los frigoríficos llegaron a un acuerdo, los norteamericanos fueron los mayores beneficiarios ya que ahora
tomaron una cuota mayor, en segundo lugar los ingleses y por último los argentinos. En 1926, Pagés fue
reemplazado por Luis Duhau (invernador), durante su conducción elaboro un informe “el pool de los frigoríficos
necesita la intervención del Estado”, en el cual se acusaba de ganancias excesivas a las frigoríficos. El 17 de
septiembre de 1926, el Departamento de Agricultura de los EEUU prohibió la importación de carnes frescas o
refrigeradas, vacunas, ovinas o porcinas, desde cualquier región donde existiera aftosa. La Argentina, resultaba
uno de los países más perjudicados. Esta medida se agregaba a otras del mismo carácter proteccionista como el
arancel Fordney-McCumber que ya había afectado a la exportación de cereales y frutas. Respondiendo a dicho
“embargo”, Duhau lanzó una campaña con el eslogan “comprar a quien nos compra”. Esto iba a volver a
estrechar los tradicionales vínculos con Gran Bretaña (reduciendo la esfera de influencia de EEUU). Este nuevo
esquema de comercio triangular predomino durante toda la década del 20. Esa competencia se vio afectada por
la crisis del 30 y el bilaterismo argentino-británico, no estaba limitada al mismo tipo de productos, sino sobre
todo a bienes diferentes o de tecnologías distintas. Entre 1914 y 1930, la Argentina mantuvo un saldo de cuenta
corriente negativo con los EEUU; además debía pagar los intereses y dividendos por los capitales
norteamericanos invertidos en el país y por prestamos públicos y privados para financiar sus importaciones. Con
Gran Bretaña disponía de un importante superávit comercial. El triangulo comercial se veía afectado de una u
otra manera por la pérdida de competividad de las manufacturas inglesas y por las tendencias proteccionistas
norteamericanas. Entre 1921 y 1930, los superávit del comercio con los británicos no alcanzaban para equilibrar
las cuentas negativas con los EEUU, que debían ser cubiertas con inversiones de capital, financiaciones u otros
saldos favorables con el resto del mundo. En lo que respecta a la política económica, se intento ampliar los
recursos y capacidades del Estado, replanteando su grado de intervención. En materia energética, en 1907 se
descubrió petróleo, creándose la dirección general de explotación de Petróleo y en febrero de 1916 comenzó la
intervención del Estado en la explotación, en julio de 1922 se creó la empresa estatal Yacimiento Petrolíferos
Fiscales YPF, cuya dirección será ejercida por Mosconi. Otro motivo de irritación para los intereses petroleros
norteamericanos y británicos que operaban en la Argentina fue la importación de combustible soviético para
paliar las insuficiencias del abastecimiento local. Por eso se dijo que el golpe de Estado de 1930, que desplazo del
poder a Yrigoyen, tuvo “olor a petróleo”. En el campo de las políticas tributaria y fiscal se procuró plasmar, un
enfoque más reformista, apuntando a modificar la carga impositiva con un sentido progresivo y a establecer una
pauta de gasto mayor para poder redistribuir ingresos a favor de los sectores medios, base social de sustentación
de los gobiernos radicales. El fuerte ingreso de divisas generado en el sector externo llevo a la reinstauración en
1927 de la Caja de conversión, que duro poco tiempo por el cambio en el contexto internacional. El estallido
cobro la forma en la Argentina de una crisis del balance de pagos. El deterioro de los términos del intercambio
incidía sobre la capacidad de consumo interna; mientras que las cuentas fiscales se degradaban rápidamente. La
fuga de capitales había provocado una reducción de las reservas que impulso al gobierno a decretar la
inconvertibilidad del peso en diciembre de 1929. La irrupción de las fuerzas armadas en la vida política daría
lugar al partido militar, que convertiría a aquellas en árbitro y garante de las practicas consideradas deseables
por parte de sectores minoritarios de la política argentina.
El proceso de industrialización por sustitución de importaciones: El modelo de industrialización por sustitución
de importaciones, que sustituyó al agroexportador, nació prohijado por la elite oligárquica que retorno al poder
en 1930, frente al derrumbe de la economía mundial y la necesidad de salvaguardar sus propios intereses. Los
limites alcanzados por la frontera agropecuaria junto a la caída de la demanda y los precios internacionales de los
bienes primarios, fueron los factores que contribuyeron a la disminución de las exportaciones, se debió
replantear el sistema productivo y de acumulación, basándolos en el desarrollo local, para reemplazar los
insumos y productos que era imposible importar. Recién en 1933 se inicio una nueva ola de inversiones
generando una etapa de crecimiento sostenido durante el resto de la década. Los rubros mas dinámicos fueron,
ciertas actividades relacionadas con insumos locales (especialmente textil) y la metalurgia liviana. Incluye las
actividades de sustitución fácil de importaciones, compuestas por bienes de consumo, que reducía el peso del
déficit comercial con el exterior y hacia posible disminuir la dependencia de las fluctuaciones externas. El
crecimiento de la producción impulsaba un incremento en las importaciones, las medidas implementadas por el
estado, coadyuvaron a proteger la producción nacional, estimularon también el ingreso de capitales desde el
exterior, que decidieron instalarse en territorio argentino. Se tuvieron que crear mecanismos que favorecieron a
industrias dedicadas a la transformación de materias primas producidas localmente. A través de la intervención
del Estado se transformaron, los patrones de crecimiento de la economía argentina. Hacia 1944, el sector
industrial superaba el PBI al sector agrario. Un estímulo a favor del sector industrial fue la creación en octubre de
1932 de la Dirección Nacional de Vialidad, posibilitando el crecimiento del sector de la construcción y de las
industrias conexas proveedoras de insumos intermedios. El sector automotor también fue un factor de
crecimiento, junto con las maquinarias y artefactos eléctricos. Los grandes establecimientos concentraban una
porción mayoritaria de la inversión y de la producción. Se produjo también una expansión de pequeñas y
medianas empresas, de gran incidencia en el nro total de establecimientos industriales. Estas eran la
consolidación de estos empresarios como grupo de interés que les permitiría crear más tarde la Confederación
General Económica, y los convertiría en una base de apoyo importante para el régimen peronista. Los productos
con que se iniciaba la sustitución de importaciones eran copias de un diseño extranjero, el equipamiento físico
de muchas plantas fabriles estaba compuesto por maquinas usadas o autofabricadas. Se practicaba el
autofinanciamiento empresario frente a la falta de un mercado de capitales medianamente organizado. A partir
de 1939 con el inicio de la segunda Guerra Mundial, se redujeron las importaciones de combustibles sólidos y
mineral a casi la mitad de las necesidades del mercado local, el Estado debió apelar a la utilización de fuentes
energéticas de origen vegetal como el carbón de leña y el maíz. El conflicto mundial contribuyo al crecimiento de
la industria local, pero utilizando hasta su máxima capacidad los equipos disponibles y ocupando el mayor
número de obreros. Este crecimiento género en la Argentina una estructura industrial considerable convirtiendo
al sector en el núcleo económico de peso en la estructura productiva nacional. La industria abastecía a diversos
sectores internos y se aprovechó para exportar productos industriales, especialmente a los vecinos
latinoamericanos. Esas exportaciones aparecieron con el inicio del conflicto bélico y se redujeron
sustancialmente al finalizar este, los productos argentinos no competían ni en precio ni en calidad con los de las
grandes potencias industriales.
Resistencia e Integración. El peronismo y la clase trabajadora Argentina 1946-1976. Daniel James: El trabajo
organizado y el estado peronista: La economía argentina respondió a la recesión mundial de la década de 1930-
40 mediante la producción local de un creciente número de bienes manufacturados que antes se importaban. En
general, mantuvo adecuados niveles de renta para el sector rural y garantizo los privilegiados nexos económicos
de la elite tradicional con GB, el Estado argentino estimulo esa sustitución de importaciones mediante una
juiciosa política de protección arancelaria, controles cambiarios y provisión de crédito Industrial. Entre 1930-35 y
1945-49 la producción industrial creció. Durante la Segunda Guerra Mundial se asistió a un considerable
aumento del crecimiento industrial argentino, encabezado por las exportaciones, a medida que bienes
manufacturados en la Argentina penetraron en mercados extranjeros. Al promediar la década 1940-50 la Arg
tenía una economía cada vez más industrializada; mientras el tradicional sector agrario seguía constituyendo la
principal fuente de divisas, el centro dinámico de acumulación de capital se hallaba ahora en la manufactura. En
la estructura social, el número de establecimientos industriales aumento en 1946 a la vez que el número de los
trabajadores de ese sector. Se modifico la composición interna de esa fuerza laboral. Sus nuevos Integrantes
provenían ahora de las provincias del interior antes que de la inmigración extranjera reducida desde 1930. Se
desplazaban atraídos por los centros urbanos, en expansión, de la zona litoral y en especial por el gran Bs As. La
economía industrial se expandió pero la clase trabajadora no fue beneficiada por ese proceso. Los salarios reales
en general declinaron al rezagarse detrás de la inflación. La legislación laboral y social era escasa y su
cumplimiento obligatorio se imponía solo esporádicamente. Las familias obreras debían enfrentar, sin ayuda del
Estado, los problemas sociales de la rápida urbanización (por ejemplo e 60% de las flias de clase obrera de la
capital vivían en un cuarto cada una). El movimiento laboral existente en el tiempo del golpe militar de 1943
estaba dividido. Había en la Argentina 4 centrales gremiales: FORA, anarquista, hoy apenas un puñado de
militantes del anarquismo: la USA, sindicalista, también de escasa influencia, y además estaba la CGT, dividida en
CGT1 y CGT2. En 1943 se encontraba organizado alrededor del 20% de la fuerza laboral urbana, con mayoría, en
ese porcentaje, del sector terciario. El grupo mas dinámico que intento organizarse en campos no tradicionales
fueron los comunistas, alcanzaron cierto éxito entre los obreros de la construcción y la alimentación y los
madereros. Perón, desde su posición como Secretario de Trabajo y después vicepresidente del gobierno militar
instaurado en 1943, se dedico a socavar la influencia de las fuerzas de izquierda que competían con el en la
esfera sindical. Su política social y laboral creo simpatías por él, entre los trabajadores agremiados y entre los
ajenos a toda organización. El creciente apoyo obrero a Perón cristalizo por primera vez el 17 de octubre de 1945
fecha en que una manifestación popular logro sacar a Perón del confinamiento y lo puso en el camino a la
victoria que conquisto en las elecciones presidenciales de febrero de 1946. La década de gobierno peronista
1946-55 tuvo un efecto mucho más profundo aun sobre la posición de la clase trabajadora en la sociedad
argentina. Asistió a un considerable aumento de la capacidad de organización y el peso social de la clase
trabajadora. Combinándose, la simpatía del Estado por el fortalecimiento de la organización sindical y el anhelo
de la clase trabajadora de trasladar su victoria política a ventajas concretas, determinaron una rápida extensión
del sindicalismo. Entre 1946-1951 el nro total de afiliados aumento. Actividades, manufactureras como la textil y
la metalúrgica, donde antes de 1946 el sindicalismo era débil o nulo para fines de la década tenían sindicatos
cuyo número de afiliados se contaba por cientos de millares. Se agremiaron grandes números de empleados
públicos. Los convenios firmados en toda la industria arg en el periodo 1946-48 regulaban las escalas de salarios
y las especificaciones laborales e incluían además un conjunto de disposiciones sociales que contemplaban la
licencia por enfermedad, la licencia por maternidad y las vacaciones pagas. La estructura de la organización
impuesta a la expansión sindical moldeo el futuro desarrollo del movimiento gremial. La sindicalización debía
basarse en la unidad de actividad económica. En cada sector de la actividad económica solo se otorgo a un
sindicato el reconocimiento oficial que lo facultaba para negociar con los empleadores de esa actividad. Los
empleadores estaban obligados a negociar con el sindicato reconocido, y los salarios y condiciones establecidos
por esa negociación se aplicaban a todos los obreros de esa industria, con prescindencia de que estuvieran
agremiados o no. Se creó una estructura sindical especifica centralizada, que abarcaba las ramas locales y
ascendía, por intermedio de federaciones nacionales, hasta una única central, la CGT. Queda bien establecido el
papel del Estado en la supervisión y articulación de esa estructura. El ministerio de trabajo era la autoridad
estatal que otorgaba a un sindicato el reconocimiento. El decreto 23.852 de octubre, de 1945 conocido como Ley
de Asociaciones Profesionales, que estableció se sistema estipulaba también el derecho del Estado a supervisar
vastas áreas de la actividad sindical. La estructura legal le aseguro a la actividad sindical muchas ventajas y al
mismo tiempo otorgo al Estado las funciones de garante y supervisor final de este proceso y de los beneficios
derivados de él. La clase trabajadora como fuerza social también se integro a una coalición política emergente,
supervisada por el Estado. Los contornos generales de esa integración política solo se manifestaron durante la
primera presidencia de Perón y fueron confirmados y desarrollados en el curso de la segunda. En el primer
periodo, de 1946- 1951 se operaron la gradual subordinación del movimiento sindical al Estado y la eliminación
de los líderes de la vieja guardia y quienes habían formado el Partido laborista. Sus ideas de autonomía política y
organizativa, así como el carácter condicional de su apoyo a Perón, no se armonizaban con las ambiciones
políticas de este. A medida que en la segunda presidencia, se perfilo más claramente el Estado justicialista, se
tornó evidente el papel oficialmente asignado al movimiento sindical: incorporar a la clase trabajadora a ese
Estado. Se creó una vasta red de bienestar social, operada por el Ministerio de Trabajo y Previsión, la Fundación
Eva Peron y los propios sindicatos. Los dirigentes gremiales ocupaban ahora bancas en el Congreso, eran
habitualmente consultados por el gobierno. A medida que la industria argentina se expandía, impulsada por
incentivos estatales y una situación económica internacional favorable, los trabajadores se sintieron
beneficiados. La era Peronista borro en gran medida las anteriores lealtades políticas que existían en las filas
obreras e implanto otras nuevas. Para los socialistas y radicales, el peronismo había de seguir siendo un ultraje
moral y cívico, una prueba del atraso y la carencia de virtudes cívicas de los trabajadores argentinos. Esa actitud
había determinado su oposición al régimen militar de 1943-46 su apoyo a la Unión Democrática y su continua
hostilidad a Perón durante la sig década. El Partido Comunista intento asumir una posición más flexible, después
de La victoria electoral peronista, disolvió su aparato sindical y ordeno a sus militantes incorporarse a la CGT y
sus, sindicatos a fin de trabajar con las descarriadas masas peronistas y conquistarlas pero tampoco fueron
capaces de ofrecer una alternativa creíble a las notorias ventajas que se derivaban de integrarse al Estado
peronista. El Pc nunca pudo desafiar la hegemonía política del peronismo en las filas sindicales.
Los trabajadores y la atracción política del peronismo: En los estudios revisionistas, el apoyo de la clase
trabajadora a Perón ha sido visto como el lógico compromiso de los obreros con un proyecto reformista dirigido
por el Estado que les prometía ventajas concretas. Dentro de este enfoque la adhesión política ha sido vista
como reductible a un racionalismo social. El peronismo, desde el punto de vista de los trabajadores, fue en un
sentido fundamental una respuesta a las dificultades económicas y la explotación de clase. Era también un
movimiento representativo de un cambio decisivo en la conducta y las lealtades políticas de la clase trabajadora,
que adquirió una visión política de la realidad diferente.
Los trabajadores como Ciudadanos en la Retórica Política Peronista: La cuestión de la ciudadanía en si misma, y
la del acceso a la plenitud de los derechos políticos, fue un aspecto poderoso del discurso peronista donde formo
parte de un lenguaje de protesta, de gran resonancia popular, frente a la exclusión política. Algo del poder de
esos componentes del lenguaje político peronista se origino en que ya formaban parte del lenguaje tradicional
de la política democrática, que demandaba igualdad de acceso a los derechos políticos (UCR e Yrigoyen). El
peronismo era lo bastante ecléctico como para postular su derecho a elementos de ese legado yrigoyenista y
apoderarse de ellos. La fuerza de ese interés por los derechos políticos de la ciudadanía se originaba en la foja
de escándalos de la “década infame” que siguió al derrocamiento de Yrigoyen por los militares en 1930. En dicha
década, se asistió a la reimposición y el mantenimiento del poder político de la elite conservadora mediante un
sistema de fraude y corrupción institucionalizados. La corrupción política dio un tinte de degeneración social a la
elite tradicional, protagonista de una serie de escándalos, en los que intervenían figuras públicas y grupos
económicos extranjeros; se alimentó a un vasto cinismo público. El malestar político y moral acarreado por esta
situación engendro una crisis de la confianza que inspiraban las instituciones políticas establecidas y de la
creencia en su legitimidad. El peronismo pudo reunir capital político denunciando la hipocresía de un sistema
democrático formal que tenía escaso contenido democrático real. La crisis de legitimidad se extendió mucho más
allá de la elite conservadora misma y fue un tema reiterado por la propaganda peronista en 1945 y 1946. La
formulación por el peronismo de demandas democráticas era la exigencia de restablecimiento de derechos ya
anteriormente reconocidos. Perón no tenía el monopolio de este discurso contra la exclusión política; de hecho
fue el mismo lenguaje que sus adversarios de la Unión Democrática utilizaron contra el, fue así mismo el discurso
que continuaría constituyendo la base de la oposición política a Perón durante todo su régimen y después de su
caída. La cuestión general de la ciudadanía era un llamamiento dirigido a todos los votantes cuyos derechos
habían sido violados. El éxito de Perón con los trabajadores se explicó por su capacidad para refundir el
problema total, de la ciudadanía en un molde nuevo, de carácter social. La ciudadanía se redefinía en función de
la esfera económica y social de la sociedad civil. Perón desafiaba en forma explícita la validez de un concepto de
democracia que la limitaba al goce de derechos políticos formales y a la vez ampliaba ese concepto hasta hacerlo
incluir en la participación en la vida social y económica de la nación. Esto se reflejó en la reclamación de una
democracia que incluyera derechos y reformas sociales, así como en una actitud que trataba con escepticismo
las demandas políticas formuladas en la retórica del liberalismo formal. El peronismo fundaba su llamamiento
político a los trabajadores en un reconocimiento de la clase trabajadora como fuerza social propiamente dicha,
que solicitaba reconocimiento y representación como tal en la vida política de la nación. La clase trabajadora,
como fuerza social autónoma, había de tener acceso directo y por cierto privilegiado al Estado por intermedio de
sus sindicatos. Perón se dirigió a los obreros como a una fuerza social cuya organización y vigor propios eran
vitales para que el pudiera afirmar con éxito, en el plano del Estado, los derechos de ellos; subrayo la necesidad
de los trabajadores de depender solamente de su propia voluntad para materializar sus derechos. El Estado era
un espacio donde las clases podían actuar política y socialmente para establecer derechos y exigencias de orden
corporativo. El árbitro final de ese proceso podía ser el Estado (la figura de Perón). La retórica peronista contenía
fuertes elementos de caudillismo personalista. Los trabajadores tenían derecho a interesarse por el desarrollo
económico de la nación y a contribuir a determinarlo. Las cuestiones de la industrialización y del nacionalismo
económico, factores clave de la atracción ejercida por el peronismo. La retórica peronista era lo bastante abierta
como para absorber las fibras de pensamiento nacionalista existentes. Términos como Cipayo y Vende patria, se
incorporaron al lenguaje político peronista para designar aquellas fuerzas que deseaban mantener a la Argentina
dentro de la órbita económica de lo EEUU y GB como proveedora de productor agropecuarios. Tal lenguaje se
tornó simbólico de una puja hacia la industrialización, proceso que debía ser guiado y supervisado con arreglo a
la meta Argentina Potencia, en vez de la Argentina Granja postulada, según los peronistas, por sus adversarios.
Solo muy pocos de los principales partidos argentinos negaban, en 1940-50 la necesidad de alguna suerte de
industrialización patrocinada por el Estado. Mediante el Plan Pinedo, de 1940, el sector más articulado de la elite
conservadora había afirmado su reconocimiento de la irreversibilidad de la industrialización. También el Partido
Radical adopto una actitud favorable a la industrialización aprobando en abril de 1945 en la Declaración de
Avellaneda, un proyecto económico industrialista. La clase obrera veía en el apoyo de Perón al desarrollo
industrial un papel vital para si misma como agente en la esfera pública, ampliada, que el peronismo le ofrecía
como campo de actividad.
Una visión digna de crédito: carácter concreto y creíble del discurso político de perón: El vocabulario del
peronismo era a la vez visionario y creíble. La credibilidad arraigaba en parte en la índole Inmediata y concreta
de esa retorica. Esto involucraba la limitación de las consignas políticas abstractas a sus aspectos materiales más
concretos. Similar negación de lo abstracto puede encontrarse en el llamamiento peronista a favor del
nacionalismo económico y político; en los discursos que Perón dirigió específicamente a la clase obrera, se
advierten pocos de los elementos místicos e irracionales de la ideología nacionalista. La credibilidad política que
el peronismo ofrecía a los trabajadores se debía no solo a lo concreto de su retorica, sino también a su
inmediatez. La doctrina peronista glorificaba lo cotidiano y lo común como base suficiente para la rápida
consecución de una sociedad justa. La atracción política del peronismo era esencialmente plebeya: ignoraba la
necesidad de una elite política iluminada y reflejaba e inculcaba un profundo antiintelectualismo. La glorificación
de estilos de vida y hábitos populares involucro un estilo y un idioma políticos bien a tono con las sensibilidades
populares. La retorica peronista incluía un reconocimiento tácito de la inmutabilidad de la desigualdad social,
una resignada aceptación, dictada por el sentido común, de la realidad de las desigualdades sociales y
económicas. Los remedios propuestos para mitigar esas desigualdades eran plausibles e inmediatos. Este
realismo suponía una visión política limitada, pero no descartaba resonancias utópicas, lograba que esas
resonancias (un anhelo de igualdad social) resultaran más creíbles para una clase trabajadora imbuida, por su
experiencia de la década infame, de cierto cinismo frente a las promesas políticas y las consignas abstractas. La
credibilidad de la visión política de Peron, eran afirmadas a diario por las acciones que el ejecutaba desde el
plano del Estado.
El herético impacto social del peronismo: El peronismo significo una presencia social y política mucho mayor de
la clase trabajadora en la sociedad argentina. El impacto de este hecho puede ser medido, en términos
institucionales, por referencia a factores tales como la relación intima entre gobierno y sindicalismo, existieron
otros factores mucho menos tangibles, como el orgullo, el respeto propio y la dignidad.
Significado de la década infame: respuestas de la clase obrera: La cultura popular de la era peronista fue
dominada por una dicotomía temporal que contrastaba el presente peronista con el pasado reciente. Esa
dicotomía fue acompañada por un correspondiente contraste de valores asociados al Hoy de 1950-60 y al Ayer
de 1930-40. Alguno de esos contrastes evaluativos se referían a los cambios sociales concretos conectados con el
mayor bienestar social, el aumento de los salarios y la eficaz organización gremial. Otros se relacionaban con un
campo social mas amplio y mas personal, al margen de los mejoramientos alcanzados en la línea de producción,
el paquete salarial o el sindicato. La década infame fue experimentada por muchos trabajadores como un
tiempo de frustración y humillación profundas, sentidas colectiva e individualmente. Algunos de los indicios mas
reveladores al respecto pueden obtenerse, en formas culturales populares, en particular el tango. El universo
social pintado en los tangos de la década 1930-40 era universalmente sombrío.
Experiencia privada y discurso público: El poder del peronismo radico en su capacidad para dar expresión
pública a lo que hasta entonces solo había sido internalizado, vivido como experiencia privada. El peronismo tuvo
la enorme ventaja de ser un discurso ya constituido, articulado desde una posición de poder estatal, lo que
acrecentaba la legitimidad que confería a la experiencia que expresaba. El poder social herético que el
peronismo expresaba se reflejo en su empleo del lenguaje. Términos que traducían las nociones de justicia
social, equidad, decencia, habían de ocupar ahora posiciones centrales en el nuevo lenguaje del poder. Términos
que antes simbolizaban la humillación de la clase obrera adquirieron connotaciones y valores opuestos (ejemplo
de descamisado, antes connotación de inferioridad social, política y moral, ahora una afirmación de valor de la
clase trabajadora). Este significado social herético se torno patente en la vasta movilización de la clase
trabajadora que se extendió desde el 17 de octubre de 1945, hasta el triunfo electoral peronista en 1946,
demostrando la capacidad de los trabajadores para actuar en defensa de lo que consideraban sus intereses,
represento un rechazo de las formas aceptadas de jerarquía y símbolos de autoridad. Gran parte de ese espíritu
de irreverencia y blasfemia, y de esa redistribución del espacio público, característicos del 17 de octubre y la
campaña electoral siguiente, constituían una suerte de antiteatro basado en el ridículo y el insulto, contra la
autoridad simbólica y las pretensiones de la elite argentina, el resultado fue desinflar un tanto la seguridad que la
elite tenía en sí misma, represento también, una recuperación del orgullo y la autoestima de la clase trabajadora.
Los límites de la herejía: ambivalencia del legado social peronista: Una vez en el poder, el peronismo no
contemplo la ebullición y la espontaneidad mostrada por la clase trabajadora anteriormente. En su retorica
oficial puso cada vez mas de relieve la movilización controlada y limitada de los trabajadores bajo la tutela del
Estado. En la situación peronista ideal los sindicatos debían actuar en gran medida como instrumentos del Estado
para movilizar y controlar a los trabajadores. La ideología peronista formal predicaba la necesidad de armonizar
los intereses del capital y el trabajo dentro de la estructura de un Estado benévolo, en nombre de la nación y de
su desarrollo económico. La ideología peronista distinguía entre el capital explotador e inhumano y el capital
progresista, socialmente responsable comprometido con el desarrollo de la economía nacional. Esta ideología
también subrayaba que los intereses de la nación y su desarrollo económico debían identificarse con los de los
trabajadores y sus sindicatos. El peronismo y el éxito que alcanzo al canalizar y absorber el potencial social de la
clase trabajadora, fue debido a varios factores. Tuvo éxito en el control de la clase trabajadora social y
políticamente. Tuvo la habilidad a través del Estado y su aparato cultural, político e ideológico de promover e
inculcar nociones de armonía e intereses comunes de las clases. Esto ilustra la capacidad del peronismo para
apropiarse de los símbolos de las tradiciones de la clase obrera anteriores y rivales, que los peronistas
absorbieron y neutralizaron. La clase trabajadora fue constituida por Perón. El movimiento sindical emergió en
este periodo. La era peronista también lego a la clase trabajadora un sentimiento muy profundo de solidez e
importancia potencial nacional. Se aspiraba a lograr una alternativa hegemónica viable para el capitalismo
argentino, promoviendo un desarrollo económico basado en la integración social y política de la clase
trabajadora.
Historia de la clase media argentina. Adamvsky. Introducción: La expresión “clase media” es una metáfora o
imagen mental. Allí donde existe la clase media es un conglomerado de grupos diversos que han adoptado una
identidad subjetiva de clase media, piensan de sí mismos que pertenecen a dicha clase. Clase media es una
identidad.
La expansión del capitalismo y las nuevas bases de la desigualdad: La época de las guerras de independencia
trajo un trastorno profundo de toda la sociedad colonial. Fue la época del enfrentamiento entre Unitarios y
Federales y de la larga discordia que dejo al país sin una autoridad unificada hasta la batalla de Pavón en 1861.
Muchos caudillos, que en general pertenecían a las clases decentes, siguieron convocando a las clases bajas para
que los apoyaran en sus campañas y montoneras. Hubo montoneras que fueron genuinamente populares,
expresiones autónomas de la resistencia y la rebelión de las clases bajas frente a las autoridades y la clase alta.
Las jerarquías sociales resultaron profundamente trastocadas. No se suponía que los criollos del común se
metieran en las cuestiones públicas.
Un proyecto elitista de país: La nueva forma de organización del trabajo, junto con adelantos tecnológicos
permitieron multiplicar la producción de manufacturas y abaratar sus costos. Los países que iban adelante en
este proceso de desarrollo del capitalismo pronto necesitaron mercados nuevos donde vender sus productos y
más proveedores de alimentos y materias primas. Los cambios en el mercado internacional significaron un
escenario nuevo para la Argentina pos independencia. Para los grandes comerciantes que se dedicaban a la
importación y exportación se abrían más oportunidades de obtener riquezas, en Bs As, la elite de esa provincia
resulto la más favorecida. El proyecto de país de lo que se llamaba civilización o progreso consistía en aprovechar
las nuevas oportunidades que el desarrollo del capitalismo abría para un país como Arg. Fue necesario introducir
una serie de cambios sociales, había que construir un Estado, asentarse leyes, crear fuerzas armadas nacionales
profesionalizadas, etc. Junto con el Estado nacional se consolido un mercado interno unificado, al eliminarse las
aduanas mediante las cuales cada provincia cobraba por el paso de mercancías por su territorio. El Estado
argentino organizo la matanza a gran escala de los pueblos originarios, la campaña al Desierto, que comando
Roca en 1879, se privatizaron las tierras y se repartieron en pocas manos. La constitución de 1823 invito a la
inmigración europea.
Civilización y barbarie: El proyecto de país fue elitista, fue íntegramente concebido y llevado a cabo sin la menor
participación de las clases bajas. Fue el de una minoría y estuvo orientado en un sentido antipopular. Se lanzó
una campaña para europeizar las costumbres locales, se adoptaron las palabras y valores políticos liberales,
también la moda, arquitectura, etc. Los indios, gauchos y mestizos, las muchedumbres, fueron culpadas de todos
los aspectos negativos de la sociedad que la elite se proponía sepultar. La civilización tenía que acabar con la
barbarie, sea mediante la violencia militar, o de un modo más paternalista a través de una educación estatal y
obligatoria cuyo fin no era solo enseñar a leer y escribir, sino también transmitir los valores e ideales de la
cultura civilizada.
De la sorpresa al trauma: El 45’ había evidenciado una oposición de clase entre los pobres y los trabajadores de
nivel social más bajo por un lado, y los intereses del gran capital por el otro. Gran parte de los sectores medios se
alineo con la clase dominante. A medida que el capitalismo hundía sus raíces, la sociedad arg sufría intensos
procesos de clasificación que separaban y oponían entre sí a las personas. El peronismo hizo visibles esas
divisiones y sin duda las politizo de una manera peculiar, esta fue lo que contribuyo por reacción, a que naciera
una identidad de clase media.
La revancha de la cultura plebeya: Durante las presidencias de perón, el sector industrial fue bastante prospero.
No hubo nada en sus políticas económicas que vulnerara los fundamentos del capitalismo. El vendaval del
peronismo sacudió varios de los pilares que definían el lugar de cada cual en la sociedad. Las masas que
apoyaron a Perón aportaron al movimiento rasgos plebeyos, se habían vuelto políticos. Tras los sucesos del 17 de
octubre, la prensa y los políticos antiperonistas señalaron la vestimenta de los manifestantes como signo de su
bajeza y empezaron a hablar con desprecio de esos descamisados. Los peronistas recuperaron esa expresión
dándole un sentido positivo. La falta de esa prenda se convirtió en un símbolo del carácter verdaderamente
popular del movimiento. El mundo de la cultura en general y, el ámbito de la universidad en particular, fueron
sitio del más activo antiperonismo. Los jóvenes peronistas, colmaron el movimiento de espíritu festivo,
irreverente y soez, la plebe también politizo con sus gestos la cuestión del origen étnico y el color de piel,
desafiando la imagen blanca de la Arg. El Estado bajo Perón siguió fomentando ideales de respetabilidad
similares en más de un sentido a los que la elite había instalado. En sus discursos y mensajes, dignificaron a los
más humildes de muchas maneras pero aun así, siguieron inculcando valores relaciones con el trabajo, la
disciplina, etc. El peronismo profundizo el desplazamiento de los apellidos patricios de los cargos medios y altos
en la mayoría de las instituciones. Los años de Perón condujeron a un mejoramiento en la distribución de la
riqueza y a un mayor igualitarismo en las relaciones sociales. La figura del trabajador se convirtió en el eje sobre
el que giraba la nueva identidad nación que proponía el peronismo. La imagen del obrero se convirtió en la
encarnación del futuro de grandeza que esperaba la Arg.
Una reacción jerarquizadora: Gran parte de la reacción antiperonista tuvo que ver más con el disgusto por el
debilitamiento de las normas culturales y las jerarquías y preeminencias sociales habituales, que con el hecho de
que se lesionara algún interés puramente económico. La presencia directa de la plebe haciendo política por su
propia cuenta también cuestionaba el lugar de jerarquía de los dirigentes de los partidos, que en su abrumadora
mayoría no eran ellos mismos obreros, pero se habían acostumbrado a hablar en nombre de los trabajadores. La
catarata de desprecio contra las clases bajas en estos años fue enorme. El peronismo transformo el régimen de
clasificación, ese ordenamiento paralelo de las jerarquías del dinero, de la cultura y de la raza que se fue
formando en la Arg durante las primeras décadas del siglo.
La nación partida en dos: La identidad de clase media, surgió como parte de la vasta reacción social que rechazo
el modo en que el peronismo estaba alterando las jerarquías. Su surgimiento no fue algo inmediato. Prefirieron
imaginarse como miembros de un pueblo arg sin distinción de clases. La identidad explícitamente de clase media
surgió ligada a la reacción contra el peronismo. Fue en ese sentido una identidad social con un fuerte contenido
político. Para que esta reacción llegara a identificarse como de clase media, primero tenía que dejar de asumirse
como una reacción del pueblo todo. Esto solo empezó a suceder luego de 1946, como consecuencia de la derrota
electoral de la Unión Democrática. Tras los sucesos del 17 de octubre la división se hizo explicita. El fenómeno
peronista le dio una profunda estocada a la identidad nacional que las clases altas venían promoviendo desde
hacía décadas y que habían logrado imponer a buena parte de la población.
Reorganizando la ofensiva, el surgimiento de la clase media: La unión democrática se autodisolvió poco después
de la victoria de perón, los radicales unionistas perdieron el control de la UCR a manos de los intransigentes. Las
entidades patronales se vieron forzadas a encontrar un modo de convivencia y de dialogo con el nuevo gobierno,
la izquierda perdió casi toda su inserción sindical e inicio su largo proceso de divorcio con las clases populares. La
identidad nacional argentina se había ligado con una identidad social (trabajadores) y con una identidad política
(peronismo) de una forma tan fuerte, que era difícil disociarlas. En términos económicos, buena parte de los
sectores medios se vio favorecida. El número de establecimientos manufactureros creció al ritmo más alto de
todos los tiempos. Entre los sectores medios asalariados, los que motorizaron el crecimiento fueron el empleo
público y los puestos administrativos en el sector privado. Varias de las medidas del gobierno beneficiaron
también a chacareros, tamberos y pequeños ganaderos.