Una Vida Nueva en Cristo
Una Vida Nueva en Cristo
Una Vida Nueva en Cristo
INVITACIÓN
PARA
CONQUISTAR EL
REINO DE DIOS
1 Pedro 1 : 3
Bendito sea Dios, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que, en su gran misericordia, nos
hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva, a una herencia
incorruptible, incontaminada e imperecedera, que ustedes tienen reservada en el cielo.
San Juan 4 : 25 – 26
La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos
anunciará todo». Jesús Nuestro Señor le respondió: «Soy yo, el que habla contigo».
San Juan 6 : 51
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan
que yo daré es mi carne para la Vida del mundo».
San Juan 3 : 5 – 6
Jesús Nuestro Señor nos dice: «Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no
puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace de Espíritu
es espíritu.
Efesios 2 : 1 – 7
Ustedes estaban muertos a causa de las faltas y pecados que cometían, cuando vivían
conforme al criterio de este mundo, según el Príncipe que domina en el espacio, la misma
fuerza que sigue actuando en aquellos que se rebelan. Todos nosotros también nos
comportábamos así en otro tiempo, viviendo conforme a nuestros deseos carnales y
satisfaciendo nuestra concupiscencia y nuestras malas inclinaciones, de manera que por
nuestra condición estábamos condenados a la ira, igual que los demás. Pero Dios, que es
rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, precisamente cuando estábamos
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muertos a causa de nuestros pecados, nos hizo revivir con Cristo, ¡ustedes han sido
salvados gratuitamente! y con Cristo Jesús nos resucitó y nos hizo reinar con él en el cielo.
Así, Dios ha querido demostrar a los tiempos futuros la inmensa riqueza de su gracia por el
amor que nos tiene en Cristo Jesús Nuestro Señor.
Romanos 7 : 6 – 7
Porque mientras vivíamos según la naturaleza carnal, las malas pasiones, estimuladas por
la Ley, obraban en nuestros miembros para hacernos producir frutos de muerte. Pero ahora,
muertos a todo aquello que nos tenía esclavizados, hemos sido liberados de la Ley, de
manera que podamos servir a Dios con un espíritu nuevo y no según una letra envejecida.
1 de Corintios 5 : 17 – 20
El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se
ha hecho presente. Y todo esto procede de Dios, que nos reconcilió con él por intermedio
de Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. Porque es Dios el que estaba en
Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres,
y confiándonos la palabra de la reconciliación. Nosotros somos, entonces, embajadores de
Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les
suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios, Nuestro Padre Celestial.
Exhortacion apostolica a los llamados a una vida en Cristo Jesús Nuestro Señor
1 de Pedro 1 : 22 – 23
Por su obediencia a la verdad, ustedes se han purificado para amarse sinceramente como
hermanos. Ámense constantemente los unos a los otros con un corazón puro, como
quienes han sido engendrados de nuevo, no por un germen corruptible, sino incorruptible:
la Palabra de Dios, viva y eterna.
1 de Juan 5 – 18
Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Hijo de Dios lo protege, y el
Maligno no le puede hacer nada.
1 de pedro 2 : 2 – 5
Como niños recién nacidos, busquen la leche no adulterada de la Palabra; gracias a ella,
crecerán y alcanzarán la plenitud. Ya que han gustado qué bueno es el Señor. Al acercarse
a él, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa a los ojos de Dios,
también ustedes, a manera de piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para
ejercer un sacerdocio Santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por
Jesucristo Nuestro Señor.
Queridos hermanos y hermanas, amémonos los unos a los otros, porque el amor
procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Porque todo el
que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo:
nuestra Fe, es en Cristo Jesus Nuestro Señor, para la Gloria de Dios, Nuestro Padre
Celestial.
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Pero alguno me puede decir: «Con razón Pero hay que recibir a Cristo para que nos
el pecado de Adán ha pasado a su engendre, como lo afirma el apóstol san
posteridad, ya que fueron engendrados Juan: Cuantos lo recibieron, les da poder
por él. ¿Pero acaso nosotros hemos sido para ser hijos de Dios. Esto no puede ser
engendrados por Cristo para que realizado sino por el sacramento del
podamos ser salvados por él?» No bautismo, del crisma y del obispo. Por el
penséis carnalmente, y veréis cómo bautismo se limpian los pecados, por el
somos engendrados por Cristo. En la crisma se infunde el Espíritu Santo, y
plenitud de los tiempos, Cristo se encarnó ambas cosas las conseguimos por medio
en el seno de María: vino para salvar a la de las manos y la boca del obispo. De este
carne, no la abandonó al poder de la modo, el hombre entero renace y vive una
muerte, sino que la unió con su espíritu y vida nueva en Cristo: Así como Cristo fue
la hizo suya. Éstas son las bodas del resucitado de entre los muertos, así
Señor por las que se unió a la naturaleza también nosotros andemos en una vida
humana, para que, de acuerdo con aquel nueva, es decir, que, depuestos los
gran misterio, se hagan los dos una sola errores de la vida pasada, reformemos
carne, Cristo y la Iglesia. nuestras costumbres en Cristo, por el
Espíritu Santo.
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Compartir y transmitir las maravillas de Dios; despertar el hombre interior que hay en
nosotros, y continuar con nuestro ministerio Real al servicio de Nuestro Señor Jesucristo;
para la Gloria de Dios Padre Celestial; conquistando el Reino de Dios, en fidelidad y
comunión con el Cuerpo de Cristo, que es la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
AMÉN
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