Ensayo Diagnostico

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Maracaibo, Abril de 2023

Diagnóstico Infanto Juvenil, Sección: M


Alumnas: Esther Quintero, Elsa Serrano

Importancia de la parentalidad para el desarrollo cognitivo infantil: una revisión


teórica.

El contexto social, cultural e histórico es de gran importancia para el desarrollo humano, y


esto ha sido estudiado desde diversas disciplinas como la sociología, antropología, psicología
y neuropsicología. Según Bronfenbrenner (1979), la aplicación de los principios ecológicos
para el estudio del desarrollo humano es de gran importancia. Sin embargo, de todos los
contextos sociales de influencia, es necesario destacar la gran importancia del contexto
familiar, ya que, influye tanto a nivel cognitivo como socioemocional. Una de las funciones
más importantes de la familia es velar por las necesidades de los hijos e hijas y aportar la
estimulación apropiada para así, convertirlos en seres con las capacidades cognitivas
pertinentes que le permiten relacionarse con su entorno físico y social. Cada niño adquiere
habilidades que le permiten dar solución a problemas sencillos según el contexto social en el
cual se desarrolla. Es la influencia del contexto lo que diferencia cada ritmo de desarrollo

La teoría ecológica de Bronfenbrenner (1979-1989) menciona que la familia es un sistema


que interacciona con múltiples contextos interrelacionados (Como por ejemplo: La
interacción entre la familia, escuela, trabajo, entre otros). Por lo tanto, la familia es uno de los
factores más importantes del contexto social, ya que, influye en gran manera a lo largo de
todo el ciclo vital humano, y por esta razón, se destaca que existe una transmisión familiar del
aprendizaje. Cuando hablamos de parentalidad, nos referimos a todas las actividades
realizadas por el padre y la madre con respecto a sus hijos en cuanto al proceso de cuidado,
atención, socialización y educación. La parentalidad también involucra el satisfacer las
necesidades de acuerdo a los cambios en el desarrollo de sus hijos o hijas, como también
cualquier cambio en el ciclo vital de la familia o del contexto social. Algunos estudiosos de
esta área afirman que la calidad de la relación establecida por padres y madres con sus hijos e
hijas, va a marcar y será de gran influencia para las áreas de desarrollo infantil.

Del mismo modo Brofenbrener toma en cuenta estos factores y los desglosa en cinco
sistemas interracionales, habiendo un vínculo dependiente entre estos cinco, en el que el
microsistema está compuesto principalmente en las relaciones interpersonales durante el
desarrollo del individuo, pasando posteriormente al mesosistema en el que hay vínculos
relacionales entre varios microsistemas ya predeterminados. El exosistema tiene una relación
indirecta entre los factores que constituyen los microsistemas, y por ende, estos son
influenciados en el desarrollo, como por ejemplo: la toma de decisiones de la directora de la
escuela, luego el macrosistema relacionando el contexto cultural de la sociedad y por último
el cronosistema tomando en cuenta los cambios cronologicos, ambientales y personales que
puedana alterar el desarrollo y funcionamiento del niño. Los niños viven sus vidas en una
pluralidad de contextos, por ejemplo: sus casa, las escuelas, actividades extracurriculares.
Debido a esto, es necesario que el niño aprenda a desarrollarse a partir de su participación en
y a través de diferentes contextos de práctica social.

Una de las teorías más estudiadas cuando nos referimos a la parentalidad, es la teoría del
apego. Esta teoría plantea que la relación afectiva segura es de influencia positiva en el
desarrollo infantil. Para Olson, Bates y Baileys (1990) “el apego seguro y las interacciones
madre-hijo/hija cognitivamente estimulantes, se asocian con las capacidades futuras del niño
o niña respecto al control de impulsividad y a su habilidad para postergar la gratificación”,
por ello, los cuidados, la estimulación y buenos tratos parentales son esenciales para el
desarrollo del funcionamiento cerebral. Tanto las funciones cognitivas como las
socioemocionales son derivadas de la relación entre el niño y su cuidador o cuidadora en sus
primeros años de vida. Esto va de la mano con lo mencionado anteriormente, refiriéndose a
que los estímulos afectivos recibidos en el entorno familiar, o una buena relación familiar,
tiene un rol importante en la configuración cerebral y su funcionamiento.

Por consiguiente existen factores biopsicosociales del niño tales como el estilo de apego
de sus padres, regulación emocional, contexto sociales, desarrollo ejecutivo, flexibilidad
cognitiva y control inhibitorio, que influyen en el desempeño del niño en toda sus áreas del
desarrollo, principalmente en el desarrollo cognitivo, siendo estos factores (sean de riesgo o
positivos) los que van a depender del entorno ecológico en el que transcurra la crianza. Esto
se pudo corroborar en el estudio de Heikamp, Trommsdorff, Druey, Hübner y Von
Suchodoletz (2013), los cuales fueron los que hallaron una asociación entre el apego seguro y
el control inhibitorio del niño o niña. Además, el estudio reveló que el apego seguro influye
indirectamente en la autorregulación de la conducta a través del control inhibitorio.
En el mismo orden de ideas, se da el planteamiento de psicoeducación a los padres desde
las primeras etapas del desarrollo del niño, con el propósito de que sean capaces de cumplir
con sus necesidades a través de la estimulación de neurodesarrollo temprano. Para Barudy &
Dantagnan (2010) ”Dicha estimulación debe ser lo suficientemente flexible y ajustarse a cada
fase del desarrollo del niño o niña”, en el que el primer contacto del niño con el mundo es a
través de sus padres, siendo estos los encargados y responsables de su aprendizaje con la
ayuda de la estimulación mediante experiencias y refuerzos, que por ende, el niño tomará la
postura de espejo y comenzará a emitir desde los primeros meses de vida y contando el año
las enseñanzas parentales, hasta que sea capaz de realizar ejecuciones tanto verbales,
motoras, cognitivas, sociales y expresiones emocionales por sí solo.

Ahora bien, la importancia de la parentalidad en el desarrollo cognitivo radica en que, los


padres son los guías que apoyan la realización de las actividades del niño y van retirándose a
medida que este construya e interioriza el conocimiento. Son los principales influyentes en el
proceso de educación y formación de sus hijos, ya que, los niños aprenden a través de
imitación, del ejemplo, observando las conductas y actitudes de los padres. El niño no
construye su aprendizaje de forma individual, ya que, es un ser social que requiere la
interacción con otros. Por eso, como adultos, los padres deben analizar y si es necesario,
reestructurar su manera de actuar y comportarse frente a los niños para generar un impacto
positivo en el proceso de desarrollo. Por lo tanto, es importante conocer los matices de esta
influencia y proporcionar a dicho vínculo la riqueza necesaria para favorecer su desarrollo, no
solamente en lo cognitivo, sino también en todas las áreas. Asimismo, es importante que, para
los hijos e hijas, los padres puedan satisfacer o cubrir las necesidades de dichos niños,
brindarles apoyo y también experiencias de estimulación, experimentación y refuerzos
oportunos durante las primeras etapas de
aprendizaje.

Con respecto a la parentalidad positiva, existen programas para padres y madres y buscan
promover procesos de cambios cognitivos, afectivos y comportamentales en los padres y en
los niños y niñas. Gran parte de ellos se han centrado en el área socioemocional,
postergando el fortalecimiento de aspectos cognitivos. Consideramos que la inclusión del
área cognitiva en los programas parentales es sumamente relevante, ya que favorece la
adquisición de nuevos aprendizajes para la reconstrucción y optimización del ejercicio
de la parentalidad.
Por lo tanto, el planteamiento de intervención de psicoeducación hacia los padres, es
implementar un programa con el objetivo de que se establezcan recomendaciones y
estrategias enfocadas empezando por:

● Una educación más positiva, en la que el estilo de apego sea seguro, brindándole al
niño seguridad al cubrir sus necesidades básicas, en especial el aprendizaje y
desarrollo cognitivo. Del mismo modo, establecer límites de crianza, implementando
normas dentro del hogar.

● Taller de prevención hacia padres sobre conductas disruptivas y como se pueden


establecer el manejo de estas, con el objetivo de lograr una disminución de las
conductas disruptivas.

● Involucrar a los padres al aprendizaje escolar del niño, en el que se desarrolle un


vínculo interactivo tanto como en los padres como con el colegio, estando al tanto de
sus tareas y actividades escolares como: participar estando presente en el colegio. Del
mismo modo, desarrollar vínculos sociales con otros padres que puedan involucrar a
los niños a socializar entre ellos.

● Implementar estrategias para fortalecer las debilidades cognitivas y reforzamiento


para mantener las fortalezas.

● Potenciar y fomentar los comportamientos positivos del niño.

● Promover un clima de afecto, empatía y apoyo emocional para un desarrollo


psicológico positivo y saludable.

● Establecer vínculos socio-emocionales entre el niño y otros niños a través de


actividades extracurriculares, para el desarrollo del habla y expresividad emocional.

● Fomentar el neurodesarrollo y cómo llevar a cabo una estimulación temprana para el


desarrollo del niño.

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