Informe de Lectura N°4
Informe de Lectura N°4
Informe de Lectura N°4
La era de la revolución
1789- 1848
Profesorado en Geografía
2020
El siguiente informe de lectura esta realizado en base a la lectura y análisis del texto “La era de la
revolución 1789 – 1848”, capítulos 1 y 2 del autor Hobsbawn, Eric. A través del mismo se intentará
detallar y reflexionar sobre los acontecimientos relevantes de esta época.
Se puede comenzar destacando que a comienzos de este periodo solo se sabía de la existencia de
algunas pocas partes del mundo, aunque se tenía conocimiento de gran parte de la superficie de los
océanos que ya habían sido recorridos y registrados en los mapas donde se observaban los contornos de
continentes e islas exploradas.
A comienzos del siglo XVIII se evidenciaban problemas y dudas sobre las comunicaciones, ya que el
desplazamiento de viajeros por tierra era mínimo y el transporte de mercancías se puede decir que era
costoso y lento.
La población durante este espacio de tiempo tenía un alto porcentaje rural o agrícola, aunque así mismo
una multitud de pequeñas ciudades provincianas se encontraban habitadas por una gran cantidad de
residentes.
Estas ciudades vivían a costa de los aldeanos de los alrededores y casi igual a ellos, las clases media y
profesional se dedicaban al comercio de cereales y ganado; los generadores de productos agrícolas,
abogados y notarios se ocupaban de cuestiones de los grandes propietarios y de los eternos altercados que
surgían de la posesión y explotación de la tierra. Esto llevo a un problema agrario que surgió en este
mundo de 1789. La base del inconveniente era la relación entre los que tenían tierras y los que la
cultivaban.
Por otra parte, el campesino no era más que un siervo destinado realizar diversas tareas además de
trabajos forzosos en las tierras de su señor. La falta de libertad que poseían era muy parecida a la de la
esclavitud.
Asimismo existía otra clase de hidalgos rurales de distinta escala y recursos económicos, que también
apartaban a los campesinos. Esta clase en algunos países era abundante, aunque pobre y disgustada. Se
diferenciaban de los plebeyos en primer lugar por sus privilegios sociales y políticos.
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En la Europa occidental gran cantidad de países actuaban bajo el orden feudal, gracias a sus formas de
pensar estaba vivo políticamente, pese a que con mas pasar del tiempo se observaba mas obsoleto en lo
económico.
Económicamente muy pocas sociedad lograron activar el desarrollo agrario para dar paso a una
agricultura puramente capitalista. Lentamente surgió una clase de empresarios agrícolas y un gran
proletariado agrario.
Aun así la agricultura europea seguía siendo tradicional e ineficiente. Sus artículos seguían siendo los
más típicos. Por otra parte los nuevos productos importados de América y/o de otras zonas tropicales
habían progresado un poco.
La segunda mitad del siglo XVIII implicó una gran etapa de expansión demográfica, con aumento de
urbanización, comercio y manufactura que promovió y demandó el desarrollo agrario.
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La expansión económica junto con el desarrollo colonial y la tensión de las proyectadas reformas del
“despotismo ilustrado” incrementaron conflictos. Desde entonces la excesiva disputa entre las monarquías
más fuertes pusieron a prueba los recursos de los estados.
A pesar de todo esto, Inglaterra tuvo un progreso decisivo sobre parte de la India y el imperio mongol,
permitiendo que se transformaran en gobernantes y administradores de toda la India. Esta circunstancia
culminante da pie a una gran expansión europea a la vez que otorgaría al mundo no europeo las reglas y
el equipamiento para arrojarse al contraataque.
De esta manera, podemos comenzar a hablar de la famosa revolución industria, la cual fue un proceso
que ya existía en Inglaterra antes que el nombre. Una estructura social pre-industrial, una ciencia y una
técnica defectuosa, el paro, el hambre y la muerte se imponían periódicamente, durante al menos dos
siglos. Sin embargo, entre 1780 y 1790, por primera vez en la historia humana, el poder productivo de las
sociedades humanas se liberó de sus cadenas, y desde entonces se hicieron capaces de una constante,
rápida y hasta ahora ilimitada multiplicación de seres humanos, bienes y servicios. Si empezó en la
década de 1780, podemos afirmar que concluyó con la construcción del ferrocarril y la creación de una
fuerte industria pesada en Inglaterra en la década de 1840.
Hacía tiempo que en la Gran Bretaña, el interés privado y el desarrollo económico habían sido aceptados
como los objetivos supremos de la política gubernamental. Gran Bretaña tenía una economía lo bastante
fuerte y un estado lo bastante agresivo para apoderarse de los mercados de sus competidores. Inglaterra
no tardo en obtener un mercado modesto pero significativo. Ya estaba siendo constituido un importante
capital social con la construcción de buques, instalaciones portuarias, caminos y canales.
La mayor parte del siglo XVIII fue para Europa un período de prosperidad y cómoda expansión
económica e industrial, pero no condujo a la Revolución Industrial (o sea la creación de un sistema de
talleres mecanizados) que produjeran gran cantidad de artículos disminuyendo su coste para no depender
más de la demanda sino crear su propio mercado. La gran expansión industrial que se dio gracias al
mercado existente que produjo una gran expansión, como las que se dieron Manchester y Birmingham.
El algodón se convierte en un comercio enorme con rápida e imprevista expansión, muchos empresarios
adoptaron técnicas revolucionarias para conseguirlo. Los nuevos inventos eran sencillos y baratos y las
ganancias astronómicas producto de la expansión del mercado y la inflación constante, dieron impulso a
que muchos empresarios se subieran a la revolución industrial. La producción conseguía condiciones de
buen ritmo con la esclavitud y la expansión territorial en toda América, diferente a la lentitud de los
procedimientos de la agricultura europea, que debía cuidar los intereses de los agricultores.
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El poderío industrial lo dio además la cantidad de producción de hierro y acero, el capital inicial para
este desarrollo tiene una escala mucho más alta y no existen mercados masivos de hierro y acero. La
producción total inglesa en 1800 era menos de la mitad de la producida en el continente europeo y el
aporte a la producción mundial de la industria inglesa, iría en disminución.
Entre 1825 y 1830 Inglaterra demostró que era factible y útil hacer tendido de vías férreas, el mundo
occidental adoptó la idea y se desarrollaron innumerables proyectos. Significaba la fuerza y velocidad de
la nueva época, el gran triunfo del ser humano por medio de la técnica. Abrieron camino hacia países
antes desenganchados del comercio mundial por el alto valor de los transportes. En 1830 se establecían
unas pocas líneas férreas existentes que unían Liverpool con Manchester. Luego vino la expansión.
A modo de cierre se puede expresar que Una vez que Inglaterra empezó a industrializarse, los otros
países pudieron disfrutar la expansión económica estimulada por la vanguardia de la Revolución
Industrial.
Las décadas siguientes fueron las de mayor crecimiento económico que desembocó en una crisis. Se
produjeron levantamientos espontáneos de trabajadores empobrecidos, pequeños comerciantes y
burgueses que no encontraban adaptación en el nuevo sistema.
El capitalismo se extendió supuso el fin de otras fórmulas económicas que habían existido desde la
época feudal, así como de la artesanía y la manufactura, que fueron desapareciendo progresivamente.
En el plano social, la mayor repercusión cayó sobre Gran Bretaña. Allí se culminó el proceso de
desaparición del campesinado, que encontró un rival muy poderoso: las grandes ciudades.
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La sociedad se fracturó en dos: el proletariado y la burguesía, lo que fomentó la aparición de
movimientos obreros y sindicales como el socialismo, el comunismo o, incluso, el anarquismo. Conforme
esta nueva organización social fue avanzando en el tiempo, las diferencias entre ambos grupos fueron
cada vez más visibles. Por un lado, la burguesía aumentó su bienestar exponencialmente, mientras que el
proletariado se vio rodeado de pobreza e indigencia.
Por último, también hubo cambios drásticos en los modos de vida. El abandono del campo fue la causa
de que ahora las ciudades fueran consideradas el centro de la vida de la población.
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BIBLOGRAFIA:
- Hobsbawn, E. (2009) “La era de la Revolución, 1789 – 1848”. Capítulos 1 & 2. Grupo Editorial
Planeta. Buenos Aires