Apuntes Plat-N
Apuntes Plat-N
Aristocles, conocido como Platón por la anchura de sus espaldas, nació en Atenas en el
año 427 a. C. en una familia aristócrata. Como miembro de la aristocracia estaba
emparentado Solón de Atenas —influyente figura en la cultura griega—, considerado
uno de los siete sabios de Grecia.
Durante su juventud, Atenas estaba gobernada por los Treinta Tiranos, entre los que
había varios familiares de Platón, surgiendo después una democracia (a la que acusó de
injusta por sus malos gobiernos) que finalmente acabó asesinando a Sócrates, su
maestro, en el año 399 a. C.
Tras la muerte de Sócrates realizó una serie de viajes a Siracusa, donde conoció la
escuela pitagórica e intentó llevar a la práctica su teoría política en tres ocasiones.
Como hemos dicho, entre su primer y su segundo viaje fundó la Academia, inspirándose
en los círculos pitagóricos que conoció en Italia. Esta tenía como finalidad la enseñanza
de la filosofía y las ciencias a través de los diálogos y lecciones, tratando de crear a los
mejores gobernantes, que no lucharan por el poder, pero que sí que aconsejaran al que lo
tenía y legislaran. Tenemos que destacar que logró este objetivo, ya que de la Academia
salieron algunos de los mejores consejeros de la antigüedad, y también algunos de los
mejores filósofos, como Aristóteles. En este momento también escribió La República,
diálogo reservado a diseñar el orden político perfecto (esta es la obra que entra en la
PAU).
En los últimos años de su vida se dedicó a escribir sus últimos diálogos y a la enseñanza
en la Academia. Finalmente murió a los 81 años en un convite nupcial. Tras su muerte
un sobrino suyo se hizo cargo de la Academia, institución que tuvo influencia hasta
nueve siglos después, cuando Justiniano ordenó cerrarla.
En esta alegoría, Platón describe una escena en la que unos prisioneros están
encadenados en una oscura caverna desde su nacimiento, de modo que solo pueden ver
las sombras de objetos que son proyectadas en la pared de la caverna por una fuente de
luz detrás de ellos. Estas sombras son la única realidad que conocen.
Las Ideas constituyen el Mundo Inteligible, que sólo puede ser captado por la razón, y
que se diferencia del Mundo Sensible (Mundo físico) captado por los sentidos. Platón
considera el Mundo Sensible que percibimos como el resultado de la actividad
ordenadora de una Inteligencia divina, el Demiurgo (muy parecido al Noûs de
Anaxágoras), que da forma o estructura a la materia caótica conforme a unos modelos
eternos y perfectos (las Ideas).
Las Ideas son la causa de la existencia de las cosas sensibles que percibimos. La Idea es
la esencia común de la que participan las realidades individuales del mundo físico. Esa
relación puede expresarse también diciendo que la Idea es el modelo imitado de una
forma imperfecta por las cosas individuales. En el Mito de la Caverna los objetos de
fuera de la caverna con las Ideas y los de dentro son la representación (simples copias)
de estas. Por ejemplo, un animal fuera sería la Idea de ese animal y la figura que pasa
por delante del fuego en la caverna sería una imitación imperfecta de ese animal, ya que
sabemos que es ese animal porque lo representa, pero de una forma imperfecta, ya que
no es tan real como el animal de fuera.
Por último, destacamos que en el mundo de las Ideas existe una clara jerarquía, en la
que reina la Idea del Bien. Del mismo modo que las cosas sensibles participan de las
Ideas, también las Ideas participan del Bien. La Idea del Bien representa la máxima
realidad y perfección. Todo lo que existe es real en tanto que participa del Bien.
Después de la Idea del Bien encontramos las Ideas de Belleza y Justicia, ya que hacen
posible la comprensión del arte y de la política respectivamente; después encontramos
las Ideas de las entidades matemáticas y después las Ideas de las cosas naturales y
artificiales. Esto se ilustra con la siguiente pirámide.
4. La epistemología
5. Antropología
Como Platón explica, nuestras almas son inmortales, pero están sujetas a un ciclo de
nacimientos en cuerpos mortales (reencarnación). El alma pertenece al ámbito de las
Ideas, mientras que el cuerpo pertenece al mundo de los seres físicos. Mientras
permanece unida al cuerpo, la tarea fundamental del alma es purificarse. Las impurezas
vienen de su relación con el cuerpo, de sus exigencias y necesidades.
Platón aborda las funciones psíquicas del ser humano en diálogos como La República y
El Fedro. Distingue tres aspectos en la psique o alma: la razón (alma racional), el
ánimo (alma irascible) y el apetito (alma concupiscible). A la razón corresponde
ordenar y controlar el apetito. En el apetito residen los impulsos irracionales y los
deseos motivados por las necesidades corporales, es decir, las pasiones. El ánimo es el
coraje o valor que cumple la función de auxiliar a la razón para refrenar los apetitos,
aunque una mala educación puede corromperlo y hacer que ceda a las demandas del
apetito.
Esta visión tripartita del alma se corresponde con el Mito del Carro Alado utilizado en
El Fedro. Platón compara el alma con un carro del que tiran dos caballos conducidos
por un auriga. De los dos caballos uno es noble y valeroso (el caballo negro), mientras
que el otro es indisciplinado (el caballo blanco). El conductor del carro simboliza la
razón, mientras que los dos caballos representan los otros dos aspectos del alma.
6. Ética y política
Platón confiesa en algunas obras autobiográficas, como la Carta VII, que se dedicó a la
filosofía por la terrible impresión que le produjo en su juventud la muerte de Sócrates,
su maestro, condenado injustamente por un tribunal ateniense. Este acontecimiento hizo
que Platón se planteara durante el resto de su vida el problema fundamental de la
política: cómo conseguir que la sociedad esté gobernada con justicia, problema que
constituye el asunto central de su diálogo La República. Toda la filosofía de Platón está,
en un sentido unitario, dirigida a la política.
Según Platón, un individuo sólo podrá ser justo si vive en una sociedad donde reine la
justicia. Por lo tanto, la Ética, que se ocupa de la virtud del individuo, es inseparable
de la Política, que se ocupa de la virtud del Estado.
La reflexión sobre la justicia conduce a una reflexión sobre las causas por las que las
sociedades existentes son injustas. Platón considera que todos los regímenes políticos
existentes están enfermos, particularmente la democracia, que algunos consideran el
gobierno del pueblo cuando en realidad es, según Platón, el gobierno de una minoría de
demagogos que logran ganarse el favor del pueblo a costa de charlatanería. El hecho de
que en la democracia ateniense los ciudadanos fuesen elegidos para desempeñar los
cargos públicos por sorteo es visto por Platón como otro de los defectos del sistema,
pues es absurdo dejar que personas sin la educación y los conocimientos apropiados
dirijan los asuntos del Estado. Para Platón, de hecho, sólo existe un sistema de gobierno
peor que la democracia, y es la tiranía, pero sólo lo es por el hecho de que la
democracia es tan ineficiente que no es buena ni para ser mala.
La Justicia sería para Platón el equilibrio entre el sujeto y el estado, haciendo que
cada persona ocupe el puesto que mejor se adapte a la cualidad del alma que impera en
cada uno. Corresponde a la razón gobernar, es decir, ordenarnos lo que debemos hacer,
y la virtud propia del buen gobierno (y del alma racional) es la prudencia o sabiduría.
La virtud propia del alma concupiscible será la moderación o templanza. Por último,
la parte irascible del alma tendrá como virtud propia la fortaleza o valor. Un
individuo será justo cuando cada una de estas partes del alma cumpla la función que le
es propia.
Según Platón una sociedad sólo podría ser justa si todos los ciudadanos fuesen educados
por el Estado con el fin de descubrir qué aptitudes poseen y asignarles la función más
adecuada a dichas aptitudes. Aquellos en los que predominara el apetito formarían la
clase más numerosa (los productores, dedicados a las actividades económicas). Un
grupo más reducido lo constituirían aquellos individuos en los que predominara el valor
y la fortaleza (los guardianes o guerreros, que constituyen una especie de clase militar
encargada de hacer cumplir las órdenes de los gobernantes) Por último, una minoría
destacará por su sabiduría y su prudencia, por predominar en ellos el elemento racional
del alma. Estos constituyen la clase de los auténticos gobernantes: los
gobernantes-filósofos. El Estado será justo cuando cada una de estas tres clases cumpla
la función que le es propia. La Justicia consiste en la armonía de las clases que
forman el Estado.