Ficha STC928-2020

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TUTELA

REPORTE DE CONSULTA

RELEVANTE

SALA DE CASACIÓN CIVIL Y AGRARIA


ID : 688296
M. PONENTE : OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE
NÚMERO DE PROCESO : T 1100102030002020-00259-00
NÚMERO DE PROVIDENCIA : STC928-2020
CLASE DE ACTUACIÓN : ACCIÓN DE TUTELA - PRIMERA
INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 05/02/2020
DECISIÓN : NIEGA TUTELA
FUENTE FORMAL : Ley 45 de 1990 art. 84

ASUNTO:
¿La decisión del juez de segunda instancia que revoca el mandamiento
de pago por falta de mérito ejecutivo de la póliza base de la ejecución,
al estimar que el reconocimiento de la responsabilidad compartida por
parte de la compañía aseguradora no permitía estructurar una
obligación clara, expresa y exigible, vulnera el derecho al debido
proceso del accionante?

TEMA: ACCIÓN DE TUTELA CONTRA PROVIDENCIA JUDICIAL -


Cuando se cuestionan las providencias de las dos instancias, el estudio
de la vulneración se limita a la providencia de segunda instancia
DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Proceso ejecutivo: razonabilidad de
la decisión que niega el mandamiento de pago por los perjuicios
reclamados como consecuencia del accidente de tránsito, al no
encontrar estructurada la responsabilidad con fundamento en la cual la
peticionaria pretende ejecutar a la aseguradora

DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Proceso ejecutivo: razonabilidad de


la decisión del juez de segunda instancia que niega el mandamiento de
pago al no estructurarse la exigibilidad del contrato de seguro de
responsabilidad civil, por falta de certeza sobre la responsabilidad
exclusiva del vehículo asegurado

PROCESO EJECUTIVO - Título ejecutivo - Póliza de seguro: el


reconocimiento de la responsabilidad compartida entre los vehículos
implicados en un accidente de tránsito, no convierte en exigible el
derecho pretendido

Tesis:
«Para dirimir el ruego, la Sala circunscribirá su atención en el
interlocutorio de la Sala reprochada, toda vez que al mantener la
negativa frente al “mandamiento de pago”, definió la suerte de las
aspiraciones de la quejosa. Y como se ha explicado

"(…) aunque el quejoso enfila su ataque contra la decisión de primera


instancia, en esta sede constitucional es inane detenerse en ella, pues,
al haber sido apelada y estudiada por el ad quem, fue sometida a la
controversia que legalmente le corresponde ante el juez natural, de tal
manera que la valoración sobre si se lesionaron los derechos
fundamentales invocados debe hacerse frente al pronunciamiento
definitivo, so pena de convertir este escenario en una instancia paralela
a la ya superada" (CSJ STC, 2 may. 2014, rad. 00834-00, reiterada, entre
otras, en STC9101-2019.).

2.- Una vez confrontada dicha determinación, se descarta la existencia


de un yerro que amerite ser conjurado en esta senda, pues de un lado,
tiene sustento en los parámetros que regulan el cobro coercitivo de las
“pólizas de seguro”, y por otro, tiene apoyo en los medios de convicción
incorporados al litigio fustigado. De donde se infirió, que al no
acreditarse la responsabilidad directa del “vehículo asegurado” en los
“perjuicios” suplicados y, por ende, el “siniestro”, la “ejecución contra la
Aseguradora” deviene infértil.

En efecto, la Colegiatura de Cali tras acotar que:


(i) “El proceso ejecutivo exige que quien ejerce la acción acredite un
título ejecutivo que dé certeza del crédito para constreñir al deudor al
pago”.

(ii) Como el numeral 3 del canon 1053 del estatuto mercantil “(…)
condiciona la ejecución a la previa presentación de la reclamación por el
asegurado o beneficiario con los comprobantes correspondientes para
demostrar la ocurrencia del siniestro y la cuantía de éste (canon 1077) y
a que la misma no haya sido objetada de manera seria y fundada por el
asegurador, dentro del mes siguiente a la presentación de la
reclamación por el asegurado o beneficiario (…)” (se resalta), la
impulsora debía allegar un título complejo.

(iii) Uno de los documentos aportados para conformar ese “título


compuesto”, es el “‘informe de accidente’ de la Secretaría de Tránsito y
Transporte de Santander de Quilichao, suscrito por el guarda de tránsito
José A. Bueno (…), ocurrido el 6 de mayo de 2016, entre el bus de placas
TJT 272 y el camión de placas VSA 305”, en el que “se indica como
‘hipótesis para el conductor Microbus. Conducir a velocidad mayor de la
permitida según el servicio y sitio del accidente’ y ‘Para conductor veh.
Camión poner un vehículo en movimiento sin observar las debidas
precauciones’”.

Puntualizó:

"(…) no se acreditó el siniestro acaecido tal como lo indicó el a quo, pues


nótese que el informe de tránsito solo indica ‘una hipótesis’ de las
causas del accidente, empero (…) no hay certeza del mismo.

A efectos de sustentar lo anterior, se tiene que de los documentos


aportados con la reclamación, no es posible determinar el grado de
incidencia de la conducta del bus de placas TJT 272 en la producción del
daño, la naturaleza del accidente de tránsito en el que intervinieron los
dos vehículos (bus y camión) lo cual impide afirmar que la
responsabilidad haya sido exclusiva del conductor de la buseta, cierto
que en el informe de tránsito se consignó (…), en ese sentido no se
puede inferir que la conducta del camión no haya incidido en la
infortunada lesión que sufrió (…) Lucrecia Montilla; aunado a ello, la
reclamación, no se apoyó en dictamen pericial alguna ni en ninguna
decisión judicial civil, penal o de policía, que atribuyan la responsabilidad
al conductor de la buseta, en ese sentido, se trata de una simple
afirmación de la parte demandante.

Bajo los anteriores derroteros, la Sala encuentra que la obligación no es


clara, expresa y exigible, toda vez que, hay contundentes dudas sobre la
ocurrencia del siniestro que no debe tomarse como sinónimo de
accidente tránsito, pues para efectos del contrato de seguros, sin duda,
lo constituye la responsabilidad del asegurado en la causación de los
daños.

De este modo, si el sentenciador atacado no encontró estructurada la


“responsabilidad” con fundamento en la cual la peticionaria exige
“ejecutar” a la “Aseguradora”, mal puede censurarse la “negativa a
librar mandamiento de pago” por los “perjuicios” que afirma haber
sufrido en el “accidente de tránsito” de 6 de mayo de 2016.

3.- Ahora, aunque si bien, en la misiva que la Aseguradora remitió a la


actora en octubre de 2018, afirmó que hay “responsabilidad
compartida” entre los rodantes implicados, y por ello, ofreció sufragar
“(…) el valor de veinte millones de pesos ($20.000.000), por concepto
de indemnización por las lesiones ocasionadas en el citado accidente”,
ello no torna exigible el “derecho pretendido”, si en cuenta se tiene que
la ausencia de certeza sobre la “responsabilidad exclusiva del vehículo
asegurado” en las lesiones alegadas por la precursora, impide que
frente dicha entidad se pueda predicar la “obligación” de sufragar el
monto de $207.116.999, que es el capital perseguido por ella.

[...]

De ahí, que como lo esbozó la Sala enjuiciada, ante la incertidumbre en


relación con el origen de los daños cuya “indemnización” se anhela, no
es posible aseverar que a cargo de la “Aseguradora” y a favor de
Montilla Echavarría exista una “obligación clara, expresa y exigible”, lo
que a la luz del numeral 3 del artículo 1053 del Código de Comercio, en
armonía con el 422 del Código General del Proceso, impiden exigir por el
camino del ejecutivo su solución».

DERECHO COMERCIAL - Contrato de seguro - Seguro de


responsabilidad civil: legitimación de la víctima para accionar
directamente contra el asegurador del responsable

DERECHO COMERCIAL - Contrato de seguro - Seguro de


responsabilidad civil - Acción directa de la víctima: presupuestos

PROCESO EJECUTIVO - Título ejecutivo: obligación del ejecutante de


demostrar la responsabilidad del asegurado para otorgar mérito
ejecutivo a la póliza sustento de la demanda (c. j.)

PROCESO EJECUTIVO - Título ejecutivo - Acción directa de la víctima en


el contrato de seguro de responsabilidad: inexistencia de una obligación
clara, expresa y exigible cuando existe incertidumbre en el origen de los
daños cuya indemnización se pretende
Tesis:
«Sobre la reclamación directa de la víctima, como beneficiario de un
“contrato de seguro de responsabilidad”, esta Corporación ha señalado
que

"Ahora bien, corroborando el propósito legislativo y acorde con la


teleología del artículo 1127, el artículo 85 de la misma ley 45 modificó el
artículo 1133 del estatuto comercial, legitimando al tercero damnificado
para accionar directamente contra el asegurador del responsable, con el
fin de obtener la indemnización del daño sufrido a consecuencia del
hecho imputable a aquel.

Empero, el buen suceso de la precitada acción está supeditado


principalmente a la comprobación de los siguientes presupuestos: 1) la
existencia de un contrato en el cual se ampare la responsabilidad civil
del asegurado, porque sólo en cuanto dicha responsabilidad sea objeto
de la cobertura brindada por el contrato, estará obligado el asegurador a
abonar a la víctima, en su condición de beneficiaria del seguro
contratado, la prestación prometida, y 2) la responsabilidad del
asegurado frente a la víctima, y la magnitud del daño a ella irrogado,
pues el surgimiento de una deuda de responsabilidad a cargo de aquel,
es lo que determina el siniestro, en esta clase de seguro’ (…)

Así pues, para que la reclamación de la víctima pueda cumplir con los
presupuestos exigidos por el tantas veces citado artículo 1053 (numeral
3°) del Estatuto Mercantil, debe acreditarse “la responsabilidad del
asegurado” como aspecto necesario para la configuración del siniestro,
elemento que debe probar la víctima a voces de lo que establece el
artículo 1077 de esa misma codificación, según remisión consagrada en
el prenotado numeral tercero.

En este orden de ideas, era carga de los demandantes demostrar el


referido presupuesto (responsabilidad del asegurado), con miras a dotar
de mérito ejecutivo la póliza sustento de su demanda ejecutiva, lo que
no hizo, según se constató en las copias aportadas con el libelo de
tutela, pues lo único que se probó fue la ocurrencia del accidente de
tránsito en el que resultó lesionado Roberto Carlos Sáenz Madrid y en el
que intervino el vehículo de placas DGZ-768, asegurado por Allianz
Seguros S. A., más no aparece acreditado que la ocurrencia de tal
suceso fuera atribuible a quien funge como asegurado" (CSJ STC7190-
2017, se destaca)».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: CSJ STC7190-2017

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