Cantar: Penas

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22 / CULTURA ALFA&OMEGA Del 25 de abril al 1 de mayo de 2024

NO TIENEN VINO dejar atrás la tristeza. Hemos ganado. No es así en Sevilla. Ateos y creyen-
El temor y la pena parecen no tener tes confraternizan en hermandades en
carta de derechos para los cristianos. torno a la pena. Los nombres se demo-
Sonrientes, según cuentan, iban los ran poéticamente en cada aspecto de la
mártires al patíbulo. Y hoy a nosotros tortura. Jesús Despojado. La Amargu-
CARLOS PÉREZ más que nunca se nos exige tensar las ra. La Sed. El Buen Fin. La Lanzada. Las
LAPORTA emociones hasta eliminar cualquier Siete Palabras. La Quinta Angustia.
Sacerdote sombra de la cara. Es necesaria apren- El Silencio. El Gran Poder. La Soledad.

D
der la mueca de resucitados. Dios es Con su escudo en el pecho y vestidos
luz, y ninguna oscuridad parece tener de penitentes salen todos con indepen-
cabida en Él. dencia de su fe. Es la cultura que mira
emasiado pronto La pena es bella porque Contra los padecimientos confabula la miseria humana a la cara. Ahí andan

es una forma de
llega el Domingo de también el ateo actual. Para el hombre enlazados los sevillanos por encima de
Pascua para los se- posmoderno no hay mayor aberración ideologías, profesiones y niveles econó-
villanos. Da igual si
ha hecho sol o la llu-
resistencia que expresa que el sufrimiento. En las penas nadie
quiere detenerse. Del dolor se huye hoy
micos. La compasión inunda el espacio
público y junta a los ciudadanos. En Se-
via ha impedido sa- la grandeza humana. como antaño del diablo. Si todo pesa villa la pena se observa, se contempla,
se la lleva a hombros y se la pasea por
lir a muchos pasos. demasiado se buscan anestesias y
No quedan nunca satisfechos. Cada No habría pena si el narcóticos. Alcohol, drogas o compras las calles.
año les sabe a poco la Semana Santa.
Ocho días de Cristos castigados y Vír- dolor fuese natural compulsivas y a otra cosa. Esa huida
da forma a nuestras ciudades llenas de
Y no satisfechos con ocupar la ciudad
de dolores, la pasión acapara también el
genes dolorosas son pocos días para
ellos. Millares de nazarenos no son su-
y nuestro corazón comercios y discotecas donde la muer-
te se maquilla. Los tanatorios se estili-
interior de las almas con coros, bandas
y saetas. Cuanto más sorda es la pena,
ficientes nazarenos. Por eso el Domin- estuviera hecho al zan y los cementerios se esconden. No más resuena en la entraña bética. Tam-
go de Resurrección tiene un no sé qué
de melancolía. Precipitada y hasta des- desamparo hay lugar ni tiempo para la conmise-
ración.
bién el flamenco, a su manera, termi-
nará de apurar el desgarro del corazón

Cantar
cortés les parece la alegría que quiere andaluz. «En Andalucía solo canta el
vencer y dejar atrás el sufrimiento y la que ya está en el filo, a punto de caer en
muerte. Es muy corta la pasión y tan el sitio de donde no se vuelve» —Lorca
largo el olvido. La Feria está a la vuelta lo dice—. El hombre del sur mira la pena
de la esquina. Pero aguarda todavía un y canta, ve la desesperación y le parece

las penas
poco más. Solo un instante. Sevilla no hermosa y Sevilla entera se adorna.
quiere aún resucitar. La pena es bella porque es una forma
Esto es algo que quizá el cristianis- de resistencia que expresa la grande-
mo habitual no pueda entender y que za humana. No habría pena si el dolor
repugne a los liturgistas (dice un ami- fuese natural y nuestro corazón es-
go que con ellos, como con los terroris- tuviera hecho al desamparo. La pena
tas, no se puede negociar). Toca cele- tiene la forma hermosa de la batalla del
brar la Pascua. Es obligado animarse y hombre contra el sinsentido del dolor. Y
ALFA&OMEGA Del 25 de abril al 1 de mayo de 2024 CULTURA / 23

esa rebelión contra el absurdo auspicia


un sentido misterioso, que manifies-
ta el llanto y expresa el canto. Corne-
tas, trompetas y tambores dan cauce a
¿Quién nos liberará?
las lágrimas atascadas y las elevan al Frente a la generosidad de Patroclo, Aquiles cede y Patroclo muere,

pura, desinteresada para con su propio


cielo. Solo llora quien de alguna forma como era de esperar. Pero muere
espera el consuelo, y las lágrimas y la no sin haber dado a su ejército lo
pena en cierta manera ya comienzan a
destino, falta de rencor, Aquiles se abre que quería, un poco de aliento y

A
confortar a quien las puede cantar. El descanso de tanta muerte. Y, sobre
que exaspera, llora y canta, y así se lle- todo, muere no sin haber obtenido
na de una esperanza secreta. Por eso, la lo que parecía imposible: frente a
música es verdadero consuelo, porque todos nos han CLARA la generosidad de Patroclo, aquella
profetiza de forma velada la salvación. hecho daño. Pero SANVITO generosidad pura, desinteresada
Así, quien canta comienza a intuir un cuando quien Facultad de para con su propio destino, falta
sentido que hermosea la pena por en- te hace daño es Literatura de rencor por la injusticia percibi-
cima de toda lógica y más allá de todas alguien de quien Cristiana y Clásicada, Aquiles se abre. Aquiles, presa
las palabras. Cuando la pena canta esperas estima, San Justino (UESD) de un sufrimiento nuevo, no de
comienza de algún modo la alegría, sin a quien has en- aversión por el mal gratuitamente
confundirse con ella. tregado tu tiempo y tu afecto, con padecido, sino de piedad por el bien
Por ello, quizá sea esa degustación quien has compartido un trozo gratuitamente recibido, sale de su
de la pena la que hace del andaluz el de camino, el daño quema más. Y encierro, abandona su odio y vuel-
pueblo más alegre de España y esto esa quemadura, esa herida, que a Aquiles había erigido su encierro, y ve a los demás, ofreciéndose a su
es lo más paradójico. En Andalucía veces se prolonga en el tiempo, nos lo hace llorando: sin Aquiles que lu- vez para volver a la batalla.
predominan la alegría y el buen vivir. encierra en las retaguardias, qui- cha, todo el ejército padece derrota Homero contó una historia: una
El fuego arde sin consumirse y sin tándonos la fuerza y el entusiasmo y muerte. En sus lágrimas, Patroclo historia verdadera en su intuición,
dejar cenizas. La insurrección contra de encarar la vida. está lleno de compasión sincera. en su deseo, pero no una historia
el absurdo se extiende y desdobla en Hace más de 3.000 años, según Sin embargo, Aquiles solo se ríe de real. Mas lo que Homero contó, in-
un alborozo inaudito. Feria, Cruces de cuenta Homero en la Ilíada, eso su amigo: lo que habían hecho con tuyó y ciertamente deseó, en la his-
Mayo, el Rocío, Corpus, La Virgen de los pasaba ya. Aquiles, el héroe más él, la injusticia que habían cometi- toria se ha dado realmente. El gran
Reyes. En ningún sitio se celebra como famoso de la guerra de Troya, el do, lo que le había dado tanto dolor, escritor francés Charles Péguy
en el sur. Porque solo alcanza la alegría mejor guerrero del ejército que eso mismo ahora es él quien lo eje- acertaba al decir que «los griegos
verdadera quien sabe cantar sus penas. desde Grecia había
Abre camino en la oscuridad a un por- arribado a las costas MUSEO NACIONAL DE CRACOVIA
venir imposible. La alegría verdadera de Asia Menor, des-
y profunda, que no se esconde ni huye, pués de nueve años
la conoce el alma musical de Andalucía de honrado y valero-
que presiente con su canto una espe- so combate por un
ranza capaz de cargar con todos los interés que no era el
sufrimientos. b suyo, es despreciado
públicamente por
EFE / JOSÉ MANUEL VIDAL Agamenón, quien
había organizado
aquella expedición
y por quien Aquiles
luchaba. Profunda-
mente herido, some-
tido a escarnio frente
a todos y sin ver
reconocido el valor
que, de hecho, tenía,
Aquiles se encierra
en sí mismo, retirán-
dose de la batalla —lo
que era su razón de
vida— y alejándose
de las relaciones con
el resto del ejército,
con quienes en esos
nueve años lo había
compartido todo. 0 Aquiles lamenta la muerte de Patroclo. Autor desconocido.
Comprendemos
bien a Aquiles: ¿A
quién no le ha pasado esto? Así, cuta de vuelta, y lo hace justamente no tuvieron los dioses que se me-
también comprendemos bien cuán con su amigo (¿y quiénes alguna recían». Nosotros, sin merecerlo,
poco responde su posición a la feli- vez no hemos hecho lo mismo?). tenemos al Dios que tenemos. En Él
cidad que uno espera al levantarse Podría ser el segundo anillo de una la fuerza del amor gratuito que se
por la mañana: encerrado, retirado cadena destinada a perpetuarse de entrega hasta el final, hasta dar la
y solo, uno no es feliz. Y, sin embar- herido en herido… Pero Patroclo vida por compasión de quien la ha
go, retirado y solo uno no es capaz rompe dicho anillo: decide sufrir perdido, es real. Se ha dado y se da
de salir de su encierro. en nombre de una verdad más en nuestra realidad esa fuerza, ese
¿Quién nos liberará de esta situa- grande, de un bien más grande que amor que nos sustituye en la muer-
ción, que, con san Pablo, con razón obtendrá su amor y no su rencor. te para sustituir nuestra muerte —y
podemos llamar de muerte? Home- Así, no reacciona a la irrisión de nuestras muertes, nuestros renco-
ro lo intuyó: alguien desde fuera. Aquiles, no se vuelve contra Aqui- res, nuestros encierros, nuestras
Alguien que con un gesto de pura les, sino que, generosamente, se en- astenias en las relaciones…— por su
gratuidad nos salve, nos saque de trega en lugar de Aquiles: Patroclo, vida. Esta es la Pascua que celebra-
nuestro encierro y nos haga volver ignorando la mofa, se ofrece para mos los cristianos: ¡la fiesta de la
a la vida. En la Ilíada ese alguien es ir a luchar en lugar de su amigo. Él, vida ya en la vida, no solo después
Patroclo, el fiel amigo de Aquiles, que no tiene la fuerza de Aquiles, de la muerte! Que el gozo de esta
que, justamente por ser amigo fiel, le pide sus armas y su armadura, vida sea nuestro anuncio a todos;
ni le ahorra a Aquiles la realidad ni para que los enemigos, creyéndole a todos los que, ayer y hoy, desean
se la ahorra a sí mismo. Un día Pa- el gran guerrero, se asusten y re- esa vida sin saber que lo que desean
troclo aparece en la tienda en la que trocedan. realmente existe. b

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