Taller Ecologia
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Taller
Nombres: Maira Alejandra Aguirre, Juan David Olaya, Laura Natalia Celis.
Con base en la lectura del texto guía responda las siguientes preguntas.
De acuerdo con lo anterior, la principal diferencia es que a los OMG simplemente se les inhibe
o se les potencia la expansión de uno de sus mismos genes, mientras que al organismo
transgénico se les añade genes otras especies.
El autor critica fuertemente esta afirmación sosteniendo que debido a ese poco alcance que se
le asigna a la tecnología genética es lo que, en buena medida, ha conducido a un siglo de
desastres ecológicos y sociales.
Afirma Riechmann que lo importante no solo es el producto final, sino que también importan
los procesos de producción, el ecosistema industrial donde se realiza la producción, las
condiciones que se les brinda a los trabajadores, el contexto cultural de la producción, las
relaciones laborales, las estructuras de propiedad y control que se generan sobre los principales
medios de produccion, la distribucion de los bienes y las externalidades (es decir los daños
ocasionados a terceros que no participan directamente en el proceso), los efectos de la
producción sobre el entorno natural y sobre el bienestar de las generaciones futuras etc, es decir
la gran crítica a la que llega el autor es que los efectos más preocupantes o directamente dañinos
del cultivo de plantas transgénicas se pueden dar en lugares muy lejos de donde es consumido
el producto final, ya que en este proceso no solo importa las propiedades y la calidad del
producto final, sino que también se debe tener en cuenta la calidad de todo el proceso,
concluyendo así que importa más el proceso que el producto, e importa más lo que no se ve
que lo que fácilmente se puede ver.
3) Qué quiere decir el autor con esta frase: “El problema no es “la biotecnología” en sí
misma sino “la biotecnología” de las multinacionales…”
Maíz: Se calcula que, en EEUU, un 85% del maíz cultivado es transgénico. El motivo por el
cual se produce este maíz genéticamente modificado es porque disminuye los costes de
producción y los hace más resistentes al glifosato, que es un herbicida usado para eliminar
malas hierbas, pero que puede deteriorar la producción. A partir de este maíz, se elaboran otros
muchos productos.
Leche: Uno de los procesos que se utiliza en algunas granjas productoras de leche es la
alimentación de las vacas con la hormona de crecimiento bovino (rBGH) para mejorar la
producción de leche. Esta es una hormona recombinante, que se obtiene mediante ingeniería
genética. En países de la Unión Europea, Japón, Canadá, Nueva Zelanda o Australia, esto está
prohibido.
Soja: La soja es uno de los principales alimentos producidos mediante ingeniería genética en
todo el mundo, particularmente en EEUU y Argentina. En 2010, una empresa estadounidense,
creó una soja modificada genéticamente que se caracteriza por tener altos niveles de ácido
oleico, lo que ayuda a reducir el llamado colesterol malo.
Tomate: El tomate es uno de los alimentos más consumidos en el mundo actual en sus múltiples
variantes. Para hacer frente a estas altas demandas mundiales, la ingeniería genética nos ayuda
a aumentar la producción de tomate, que sean más nutritivos y más resistentes a sus procesos
de transporte y almacenamiento, así como a plagas.
Arroz: Introducción de tres genes nuevos, para conseguir un arroz con mayor contenido de
vitamina A.
Todos estos alimentos están dentro de la categoría de transgénicos ya que son genéticamente
modificados, es decir se insertó dentro de su ADN un gen diferente para que este al crecer lo
hiciera con características específicas, es decir el arroz con más vitamina de la que
normalmente posee, el tomate un gen que retrasara su maduración física y así sucesivamente.
Riechman critica el cultivo de los transgénicos desde diferentes puntos, menciona el uso
abusivo e inadecuado de antibióticos en la vida cotidiana y en las granjas ganaderas de
producción intensiva, ya que ayudan a la aparición de cepas resistentes a los medicamentos
disponibles y pueden causar graves enfermedades, argumentando también que los cultivos
transgénicos podrían favorecer la aparición de resistencias a antibióticos. Por otro lado, critica
el sesgo de los cultivos transgénicos que va directo hacia sólo cuatro especies: la soja, el maíz,
el algodón y la colza, siendo la soja el cultivo prioritario, esto debido a que lo que buscan las
multinacionales que los desarrollan es lucrarse vendiendo estos cultivos para la cría de animales
o para producir en masa.
Por ultimo establece los tipos de riesgo derivados de la manipulación genética agroalimentaria;
los riesgos sanitarios atribuidos a la salud de la población, los riesgos ecológicos
correspondientes al deterioro del recurso de la tierra, sus nutrientes y su explotación masiva y
especialmente la transferencia horizontal de genes desde cultivos transgénicos a cultivos
tradicionales o especies silvestres sexualmente compatibles y a sus posibles efectos sobre los
ecosistemas. Finalizando se tienen los riesgos sociopolíticos, como serían el problema
acuciante del hambre en el mundo, la privatización del conocimiento y la vida, el control
excesivo de las multinacionales de la agroalimentación, la ciencia, la tecnología y la
democracia.
Los transgénicos no son necesarios para acabar con el hambre, sin embargo serian de utilidad
si en realidad este fuera su objetivo, sin embargo las multinacionales encargadas de su
investigación y desarrollo solo buscan lucrarse a partir de estos productos genéticamente
modificados, argumentan que están ayudando a acabar con el hambre al producir alimentos
más duraderos o más resistentes a pesticidas o plagas, pero solo buscan su propio beneficio,
para empezar son productos que no estas dirigidos a las comunidades pobres del mundo, sino
a la sociedad que tiene el poder adquisitivo para consumirlos, además de ser en realidad un
producto hecho para el beneficio de la población menos favorecida, estas multinacionales
harían convenios con los gobiernos e instituciones como las ONG, donde estos alimentos
transgénicos realmente llegaran a las comunidades pobres. Lo anterior no se da, normalmente
estos productos se comercializan sin ningún sentido social y en adición se tiene que el hambre
en el mundo se debe a las desigualdades sociales, económicas y problemáticas políticas de cada
nación, no porque no halla el alimento suficiente para cubrir la demanda alimentaria del mundo,
sin embargo no se debe olvidar que como cualquier recurso natural, los alimentos son escasos
en el largo plazo por lo cual un apoyo investigativo enfocado realmente a mantener el recurso
sería de gran utilidad.
Se hace necesario primero dejar a un lado el objetivo de las multinacionales en obtener la mejor
rentabilidad y riqueza de los cultivos transgénicos para que de alguna forma los alimentos
transgénicos mejoren de alguna forma la suerte de los más desfavorecidos y se implemente una
mejor calidad nutricional, pero de igual forma aumentando la cantidad y disminuyendo la
desigualdad, asuntos básicos de la problemática que permiten empezar a combatir el hambre
en el mundo. De igual forma estos deben poseer características como tener semillas con la
capacidad de recuperar suelos en el sentido de que estas puedan crecer en tierras pobres,
salinizadas, o contaminadas; el aumento en los nutrientes y propiedades de los alimentos deben
seguir siendo naturalmente aportados por ellos mismos sin la necesidad del uso de insumos que
no solo perjudican la salud humana si no un impacto ambiental; estos cultivos deben estar
orientados a cultivos de subsistencia cuyo potencial cabe en mejorar con buenas practicas
agroecológicas que a su vez permitan la obtención de semillas facialmente y que estén dirigidos
a suplir las necesidades de las personas, no destinados a la alimentación de gano.
Estos impactos han sido notorios y la división Norte- Sur se ha agudizado cada vez más
con los mismos avances tecnológicos de la ingeniería genética o biotecnología como lo
son: