Lirica Del 27
Lirica Del 27
Lirica Del 27
MIGUEL HERNÁNDEZ
¿Qué es aquello del Grupo poético del 27? Su nombre se debe a la celebración
del tricentenario de la muerte de Góngora que tiene lugar en Sevilla y Madrid
en el año 1927. A ese evento acudirán varios de los poetas a los que se ha
agrupado bajo el nombre genérico, pues tras mucho años de descrédito, los
jóvenes poetas redescubrían en el genio barroco, las virtudes del verdadero
poeta entregado a la creación.
Puntos de unión:
Si atendemos a los puntos de unión entre los poetas del 27, veremos que, uno
de sus elementos más representativos es la capacidad para mezclar tradición y
vanguardia.
De manera más concreta, podríamos afirmar que algunos de sus rasgos serían
los siguientes:
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presente en los postulados de la poesía pura. Tanto es así que, para Pedro
Salinas, Góngora era un verdadero poeta antirrealista, y su concepto de la
poesía partía de la insuficiencia poética de la realidad. A través de Góngora,
revitalizaron las formas métricas tradicionales y admiraron en él el ingenio y el
rasgo conceptista.
3. Etapas
Una primera desde 1922 a 1927, marcada por la adhesión a la poesía pura y la
admiración por Juan Ramón Jiménez. Sus características serían la supresión
del sentimiento y alabanza de la inteligencia, la búsqueda de la belleza
absoluta, el rigor de la construcción poética junto con la depuración del
lenguaje, y la tendencia a la creación de poemas breves.
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matices, ya que se acepta la rebeldía, la antireligiosidad, la libertad imaginativa
y el mundo de los sueños; pero se rechaza la escritura automática. Tal nueva
doctrina se revela contra el magisterio y la doctrina de Juan Ramón; así como
contra el concepto de arte deshumanizado propugnado por Ortega y Gasset.
Finalmente, la Guerra Civil supondrá la muerte del Grupo Poético; puesto que
la mayoría de sus componentes deben exiliarse, como sucede con Cernuda,
Salinas o Alberti. Otros como Lorca y Hernández son víctimas mortales de la
Guerra Civil. En cuanto a los supervivientes, cada uno de ellos seguirá su
propio camino de creación poética.
4. Autores y obras
La vida poética del granadino está marcada por dos momentos fundamentales:
la estancia en la Residencia de Estudiantes y el fracaso amoroso que lo
conduce al viaje de Nueva York, coincidiendo con el Crack del 29. La Guerra
Civil pondrá fin a su prolífica carrera en julio de 1936. Los temas centrales de
su poesía como son el amor, la muerte y la rebeldía aparecen ya en Libro de
poemas de 1921.
A partir de entonces, compone las siguientes obras que serán publicadas con
posterioridad:
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queda subordinado al dinero. El poeta proyecta en ese ambiente de
insolidaridad y explotación sus propios conflictos personales como el
desarraigo afectivo, la pérdida de identidad personal, la proclamación del amor
homosexual etc.
La obra de Alberti se cierra con dos etapas: una de poesía civil y política, y una
de poesía nostálgica. En la primera de ellas, destacan obras como El poeta en
la calle (1931-1935) y Madrid capital de la gloria (1936-1938). El último de los
grupos está marcado por la continuación con los temas políticos que se
inundan de nostalgia por la España lejana; asimismo, hay una evocación a la
niñez, la juventud y el paisaje. Pertenecen a ella Entre el clavel y la espada
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(1941), dedicado a Neruda; Pleamar (1942-1944) Coplas de Juan Panadero,
Retornos de lo vivo y lo lejano de 1952 y Oda marítima (1953).
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otras composiciones cuyo tema central es el amor. Es el caso de Razón de
amor (1936) y Largo lamento (1939). Finalmente, el exilio marcará sus últimas
composiciones. Es por ello que abandona el amor y se centra en el mundo que
lo rodea, un mundo nuevo, sin deseo de volver al pasado, pero con la nostalgia
de la patria lejana. Son representativas obras como El contemplado, Todo más
claro y Confianza.
La obra poética de Luis Cernuda puede resumirse en unos versos del propio
autor: el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie conoce. Su producción
presenta gran unidad y está relacionada con los acontecimientos que afectan a
la vida del propio autor.
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aparece el tema social, salvo en Ondas morales, de 1966, en donde condena la
violencia y canta a la libertad; tampoco aparece el tema político, excepto en
unos poemas de guerra dedicados a José Antonio Primo de Rivera. No
obstante, hay en su obra tres periodos, uno de tipo creacionista inaugurado con
Evasión (1918-1919), uno de tradición y vanguardia, donde continúa
introduciendo innovaciones, así como se aproxima al estilo gongorino, y,
finalmente, otro catalogado de poesía humana, donde emplea formas
tradicionales para describir la realidad inmediata, así como incorpora elementos
autobiográficos. Son títulos de esa etapa Alondra de verdad (1941), Ángeles de
Compostela (1941) o Canciones a Violante (1959).
Su trayectoria poética fue muy prolífica, entre las obras más destacadas se
encuentran:
El Rayo que no cesa se compone, sobre todo, de sonetos. Ese molde clásico
tan riguroso favorece una perfecta síntesis entre el desbordamiento emocional
y la concentración expresiva. Aparte de los sonetos, la gran composición del
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libro es la inolvidable Elegía a Ramón Sijé: sus tercetos encadenados
componen una de las más impresionantes elegías de la lírica española y,
acaso, el más alto poema de la amistad que se ha escrito entre nosotros.
5. Autoras
Las “Sin sombrero”. Y es que, por primera vez en nuestras letras, hacia 1926
se formaba un grupo femenino que deseaba hacer de la poesía su tarea
esencial. Tarea acogida con desconfianza por los literatos porque, como
recordaba Ernestina de Champourcin aquellos libros no podían ser nuestros,
éramos mujeres. Los lazos de amistad entre ellas fueron entonces clave para
sacar a la luz creaciones de gran calidad, cargadas de efervescencia
renovadora. Creaciones de las que fueron testigos del transcurrir de la historia
desde los mismos ambientes y espacios en que lo hicieron ellos, Lorca, Dalí o
Buñuel. Silenciadas, pero rebeldes y revolucionarías, como mencionábamos en
la anécdota inicial de esta exposición, se quitaban el sombrero, convirtiéndolo
en símbolo de su generación, la María Teresa León, Maruja Mallo, Concha
Méndez, Josefina de la Torre, Margarita Manso, María Zambrano, Hernestina
de Champourcin, Rosa Chancel o María Gil.