Limitación de Los Derechos

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UNIDAD X LIMITACIÓN DE LOS DERECHOS 2024

La Constitución de la República Argentina prescribe en su


artículo 14 “Todos los habitantes de la Nación gozan de los
siguientes derechos, conforme las leyes que los
reglamentan; …”.

De este modo, esta norma resulta ser el fundamento del


poder de policía denominado así por “policy” (política) por
cuanto establece la reglamentabiliad de los derechos.

b)Límites

La restricción de los derechos no es absoluta.

Al reglamentar los derechos, debe respetarse los


principios de legalidad y razonabilidad contenidos en los
artículos 19 y 28 del texto constitucional,
respectivamente.

En cuanto al principio de legalidad, éste se encuentra aún


amparado por normas internacionales de jerarquía
constitucional: “Las leyes a que se refiere el artículo 30 de
la CADH son actos normativos enderezados al bien común,
emanados del Poder Legislativo democráticamente elegido
y promulgados por el Poder Ejecutivo. Esta acepción
corresponde plenamente al contexto general de la
Convención dentro de la filosofía del Sistema
Interamericano. Sólo la ley formal tiene aptitud para
restringir el goce o ejercicio de los derechos reconocidos
por la Convención.”

En cuanto principio de razonabilidad, tiende a evitar la

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desnaturalización del derecho, a saber: “La
reglamentación a la que se refiere el artículo 14 (de la
Constitución Nacional) basada en la necesidad de conciliar
el ejercicio del derecho de cada uno con el de los demás,
está limitada por el art. 28 en cuanto prohíbe alterar el
derecho reconocido, o sea, como se ha observado “sin
alterar en ningún caso su substancia, de modo de hacer
irrisoria su existencia en la carta fundamental” o en otros
términos, no le es permitido al legislador “obrar
caprichosamente de modo de destruir lo mismo que ha
querido amparar y sostener”.

c)Derecho Internacional

Los instrumentos internacionales sobre derechos humanos


prevén sus posibles limitaciones.

La regla consiste en que las limitaciones deben adecuarse


a los principios de la Democracia

Sirva de ejemplo: En el Pacto de San José de Costa Rica, el


art. 32 refiere que los derechos están limitados por los
derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las
justas exigencias del bien común, en una sociedad
democrática.

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales en su art. 4 admite limitaciones por ley, sólo en
la medida compatible con la naturaleza de esos derechos,
y con el objeto exclusivo de promover el bienestar general
en una sociedad democrática.

Ámbito de aplicación

El ámbito de aplicación del poder de policía está dado por


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la forma de Estado que un país adopte.

Nuestro artículo 1 de la Constitución Nacional refiere que


“la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma
representativa, republicana y federal, según lo establece
la presente Constitución”.

La normativa establece un orden federal desmembrado en


tres niveles de gobierno, a saber: 1) Nacional, 2) Provincial
y 3) Municipal. De
este modo, los tres órdenes ejercen poder de
policía, en mérito que es propio de su naturaleza

En tal sentido expresa el destacado doctrinario Rafael


Bielsa. “las atribuciones que constituyen el poder de
policía son inherentes a los gobiernos que la Constitución
ha creado, es decir, a la Nación y a las provincias, y a su
vez a las autoridades que las constituciones provinciales
crean por virtud de su autonomía reconocida en la
Constitución Nacional (arts. 5º, 104 y 105)…”.

a) A nivel federal encontramos:

1) Poder de Policía Federal: El Preámbulo de la


Constitución establece como finalidades supremas
consolidar la paz interior, promover el bienestar general y
asegurar los beneficios de la libertad, en consonancia con
la facultad establecida en el art. 14

2) Poder de Policía de Prosperidad: El art. 75 inc. 18


dispone que es atribución del Congreso proveer lo
conducente a la prosperidad del país, al adelanto y
bienestar de las provincias y el progreso de la ilustración,
las industrias, etc

b) A nivel provincial: El poder de policía surge en virtud de

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los estatuido por los artículos 121 y 122 de la Carta Magna
Federal, es decir, las provincias conservan todo el poder
no delegado al gobierno federal, se dan sus propias
instituciones, y se rigen por ellas sin intervención de aquél

Especial situación argentina frente a la pandemia covid-19

La República Argentina, al igual que varios estados, se ha


visto afectada por las consecuencias de orden sanitario,
político, social, económico y financiero que ha traído
aparejadas la expansión de la pandemia COVID-19.

Dicha realidad no puede ser dejada de tratar en el


presente artículo ya que nuestro Órgano Ejecutivo
nacional adoptó medidas preventivas a su debido tiempo,
logrando de ese modo controlar la curva de infectados.

En el caso específico, de la clase de Decretos de


Necesidad y Urgencia, acompañados por Decisiones y
Resoluciones Administrativas del Jefe de Gabinete de
Ministros y demás normativa ministerial pertinente.
En términos generales la normativa ha implicado el
cumplimiento obligatorio de lo que se ha llamado
cuarentena por parte de la sociedad toda.

Ello así, que para el ejercicio del derecho de transitar


libremente, es decir, la libertad de locomoción, principal
derecho reglamentado, es necesario obtener por parte de
la Nación un permiso de circulación.

En primer término, el artículo 14 de la Constitución


Nacional prevé que todos los habitantes de la nación
argentina gozan de derechos conforme las leyes que
reglamentan su ejercicio.

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En segundo lugar, se cumple con el principio de legalidad
(artículo 19 de la Carta Magna), ya que, la modalidad de
D.N.U. es la correcta por encontrarse el Órgano Legislativo
sin sesionar (tratamiento aparte merece la modificación
del reglamento interno de las cámaras para adecuar su
funcionamiento a la nueva realidad, sin perjuicio de
encontrarnos a la espera, al menos al momento de
redactar este ensayo, de la resolución de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación respecto de la acción
declarativa de certeza incoada a tal efecto)

Por último, también se respeta el principio de


razonabilidad prescripto por el artículo 28 del magno texto
nacional, ya que hay una adecuada proporcionalidad entre
los derechos reglamentados y la finalidad perseguida
(satisfacción y prevención de la salubridad pública).

El Órgano Judicial, a través de Cámara Nacional de


Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital
Federal, C.A.B.A., Sala HABEAS CORPUS, dispuso -en fecha
21 de marzo del corriente año, en la causa “Kingston,
Patricio s/ hábeas corpus-” confirmar la decisión adoptada
por el Juez a quo por cuanto los agravios expuestos por el
presentante, Dr. Patricio Kingston, a la luz de los motivos
de salud pública que motivaron el dictado del Decreto de
Necesidad y Urgencia n° 297/2020 a fin de evitar la
propagación del Covid-19, permiten descartar las
restricciones a la libertad ambulatoria.

En este sentido, argumentó el tribunal en el siguiente


sentido: “(…)A estos fines para realizar el control de
constitucionalidad se tiene que ponderar si la norma busca
fines legítimos y si los medios utilizados para esos fines

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son razonables dentro de los mecanismos con los que
cuenta la autoridad cuando limita derechos individuales
(Arts. 14, 18, 19, 28 y 33 de la C.N.) (…) Efectivamente, se
advierte que el aislamiento dispuesto constituye una
restricción a la libertad ambulatoria y al derecho de
reunión (Art. 14 de la C.N.). Sin embargo, esta restricción
a derechos fundamentales tiene sustento en la exposición
de motivos de la norma de la que se extrae, en forma
nítida, las razones de salud pública de público
conocimiento que han dado origen a la decisión adoptada
(…)Si bien implica una severa restricción a la libertad
ambulatoria tiende a la preservación del orden público, en
cuanto el bien jurídico tutelado es la salud pública, no sólo
del afectado en forma directa, como podría ser el aquí
accionante, sino de los terceros con los que se tenga
contacto en caso de ser afectado por el COVID-19 (…)

Así las cosas, la situación de excepcionalidad da cuenta de


la legitimidad de los fines buscados que se pretenden
preservar, por lo cual desde este prisma la norma tiene
pleno sustento.

En cuanto al medio utilizado y las restricciones dispuestas


que limitan la posibilidad de reunirse y circular han sido
dispuestas también en forma razonable, como se dijo, en
cuanto único medio que la comunidad internacional y la
información médica da cuenta para evitar la propagación
de la grave enfermedad.

En este contexto de excepcionalidad, también cabe

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señalar que el Poder Ejecutivo remitió, conforme surge de
la norma, el decreto a consideración del Congreso de la
Nación para su tratamiento por parte de la Comisión
respectiva circunstancia que demuestra que se han
respetado las normas constitucionales (…)”

En consecuencia, la sentencia termina confirmando la


constitucionalidad del Decreto de Necesidad y Urgencia
cuestionado (D.N.U. 297/2020) por los fundamentos allí
expuestos y que hemos desarrollado a lo largo de todo el
presente escrito.

Cabe preguntarse, frente a lo expuesto, ¿de qué modo


juega la autonomía provincial en relación al ejercicio del
poder de policía?

Es decir, ¿se trata de una facultad exclusiva de la Nación,


es una atribución delegada por las provincias a ella, es
concurrente o compartida?

Interminables debates ha producido calificar la naturaleza


jurídica del presente instituto. Sin embargo, a lo fines de
no demorar el fin al que pretendemos arribar, coincidimos
con la postura doctrinaria que argumenta el carácter local
del poder de policía (artículo 121 de la Constitución
Nacional), y sólo de manera excepcional como atribución
delegada a la Nación (artículo 126 del mismo cuerpo
legal). A mayor fundamento, luego de la reforma
constitucional de 1994, ello quedó de manifiesto con el
artículo 75 inciso 30, el cual reconoce el poder de policía e
imposición a las autoridades provinciales y municipales
sobre los establecimientos de utilidad nacional, siempre
que esto no interfiera en el cumplimiento de sus fines.No
obstante, tampoco debemos olvidar que nos encontramos

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en un país federal, donde existe una jerarquía
constitucional (artículo 31 de la Constitución Nacional) y
que en adecuada armonización con el artículo 75 inciso 18
(donde se otorga la facultad al Congreso de la Nación de
legislar en pos del progreso de la Nación, donde
implícitamente se encuentra el poder de policía primando
el interés general por sobre el particular siempre que sea
en cumplimiento de los fines del progreso que menciona el
mismo artículo), podemos arribar a la conclusión que este
instituto configura una facultad concurrente entre Nación
y provincias

Sin embargo, nos preguntamos cómo jugará este poder de


policía, sea ya ejercido por la Nación o, bien, por las
provincias, al momento de determinar qué pacientes
deben ser asistidos sanitariamente en efectores de salud
públicos por encontrarse afectados por COVID-19.

Entendemos que el planteo raya con criterios de bioética,


pero no podemos desconocer que se trata de un profundo
análisis constitucional y convencional en claro juego con el
ejercicio del poder de policía.

Podrá preguntarse de qué modo el instituto que venimos


desarrollando tiene implicancia en este interrogante, y la
respuesta se puede avizorar en que en los hospitales
públicos, será el Estado, quién deberá decidir la
prevalencia de, al menos dos derechos fundamentales,
uno el derecho a la vida, el otro, el derecho a la prestación
sanitaria pública, gratuita y plena.

Frente a este planteo, claramente habrá una restricción al


último derecho individualizado, ya que la tendencia a nivel
mundial, y Argentina no se encuentra excluida de ello, es

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salvar la vida de las personas más jóvenes.

Por supuesto que no puede desconocerse que la


Convención Interamericana sobre derechos de las
Personas Adultas Mayores establece un serie de
definiciones y alcance de los derechos de este sector
etario, definiendo principios convencionales, entre ellos: la
promoción y defensa de los derechos humanos y
libertades fundamentales de la persona mayor, la
valorización de la persona mayor, su papel en la sociedad
y contribución al desarrollo, la dignidad, independencia,
protagonismo y autonomía de la persona mayor, la
igualdad y no discriminación, entre otros.

En consecuencia, cómo regulará el Estado la dualidad


entre jóvenes y adultos mayores al momento de definir a
quién le hace prevalecer el derecho a la vida y a la
efectiva prestación de salud es decir, de qué modo
restringirá o limitará (cualquiera sea el término que se
utilice) los mismos cuando establezca la política sanitaria
a seguir frente a esta pandemia..

A modo de conclusión, consideramos que la función y/o


facultad denominada poder de policía, se encuentra tan
vigente como la Constitución misma.

En absoluto pueden compartirse las doctrinas que abogan


por la desaparición de este instituto y/o su confusión con
la policía administrativa

Toda sociedad para su buen desarrollo y convivencia


social, exige limitaciones al legítimo ejercicio de los
derechos. Restricción que debe circunscribirse a los
extremos contenidos en los artículos 19 y 28 de la

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Constitución Nacional.

Si así no se hiciese, devendríamos en un evidente abuso


de poder, situación que en un Estado de Derecho no debe
permitirse jamás.

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