Construcción de Ciudadanía. Unidad I

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Unidad I

Construcción de ciudadanía

Unidad I

Ciudadanía y representaciones del imaginario

Objetivos:

• Comprender diacrónica y sincrónicamente las implicaciones del concepto de


ciudadanía.

• Comparar, relacionar y explicar distintos conceptos sobre ciudadanía.

• Defender la noción de ciudadanía como construcción.

• Conocer y fundamentar el marco epistemológico y metodológico.

Marco epistemológico y metodológico de la enseñanza en construcción de


ciudadanía.

¿Qué es un marco epistemológico?

La epistemología es la ciencia que se pregunta por sus condiciones de posibilidad:


¿Cuáles son dichas condiciones, y como se legitiman?, es parte del interrogante
planteado.

Es decir, desde donde enfocamos la reflexión, cabe reflexionar si es posible que


haya una generación de conocimientos, cómo se produce ese conocimiento y
como puede aceptarse, es decir, la validez de nuestros enunciados y la confianza
que podremos tener en sus resultados.

La capacidad de hacer y ser se retroalimentan y se sostienen como fundamento


de la acción creativa el hombre, de allí que la relación entre teoría y práctica es
ineludible.

Nuestros saberes orientan nuestra práctica, representaciones, certezas y


creencias que organizan nuestros proyectos.

Nuestro marco epistemológico no sometido a crítica entonces, opera como


prejuicio, instalado en nuestra subjetividad, configurando nuestra práctica, en la
manera de concebir, producir, distribuir conocimiento. De esta manera
favorecemos la función reproductora de la educación.

Lo epistemológico le da el enfoque a lo metodológico.

Podríamos resumir este marco en cuatro puntos principales:

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1. La exigencia de una labor docente en la indagación de los intereses


genuinos de los jóvenes y no la imposición de una visión del mundo
adulto. Esto nos ubica inmediatamente en un marco de comprensión de
adolescentes y jóvenes como sujetos de conocimiento, y de derechos,
desde sus intereses, prácticas y saberes, comprendiéndolos como
ciudadanos.
2. Se plantea como un trabajo grupal, como un proceso de trabajo desde el
diseño, implementación y evaluación del proyecto.
3. Desde un enfoque de derechos: para el ejercicio de una ciudadanía.
4. Se plantea desde la práctica: con la articulación de acciones de la materia.

Se necesita un trabajo no tradicional y un posicionamiento distinto para conducir el


proceso exitosamente.

Simultáneamente los contenidos de derechos humanos son esos ejes


transversales que hacen posible el proceso de formación de una ciudadanía
activa. Citando a Freire:

” si es verdad que la Ciudadanía no se construye apenas con la educación,


también es verdad que sin ella no se construye la ciudadanía", es decir,
reconociendo los alcances y los límites de la tarea educativa como una
construcción, transmutando las dificultades en posibilidades generando una
práctica emancipadora.

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Indagamos sobre la idea Raza

Aníbal Quijano Obregón fue un sociólogo y teórico político peruano, desarrolló un


concepto llamado Colonialidad del poder. Pone de relieve la palabra Raza como
eje de discusión, afirmándola como elemento de poder y dominación.

“La idea de raza es el más eficaz instrumento de dominación social, producida en


el mero comienzo de la formación de América y del capitalismo, como parte de la
dominación colonial de Europa, impuesta como criterio básico de clasificación
social universal.”

De ese modo, raza, una manera y un resultado de la dominación colonial


moderna, estructuro todos los ámbitos del poder mundial capitalista.

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Problemáticas en torno al concepto de ciudadanía.

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El uso inmoderado de ciertos términos destruye aquello que quieren significar. Nos
ocurre con el concepto de ciudadano, de ciudadanía. Tomarlos a la ligera sin
deconstruirlos produce confusiones ya que presenta dificultades para su
definición.

Los interrogantes que podemos formularnos para su comprensión giran en torno a


estos ejes:

• Una problemática teórica: ciudadanía de acuerdo a principios filosóficos jurídicos.

• Un desarrollo histórico, de su construcción y de su teorización.

• La ciudadanía en la Argentina.

Una problemática teórica: la definición de ciudadanía de acuerdo a


principios filosófico- jurídicos.

Cuando hablamos de ciudadanía en base a las teorías contractualistas nos


referimos al status universal e igualitario, del que son portadores los individuos
que pertenecen a determinada comunidad política.

Contractualismo se denomina la teoría filosófico jurídica según la cual la


sociedad y el estado deben su origen a un pacto o contrato social libremente
establecido por los hombres, los individuos, establecen renuncias a sus derechos
naturales para fundarse como sujetos de derechos civiles.

Han existido diversas versiones de la idea de un contrato social, donde los


hombres se instituyen en sociedad y fundan la autoridad pública. No explican,
justifican éticamente su permanencia como poder que está por encima de
individuos libres e iguales en quienes reside en última instancia la soberanía.

Se denomina propiamente contractualismo a las teorías que surgieron en el


Renacimiento y sus exponentes más notables son Grocio, Pufendorf, Hobbes,
Locke y sobre todo Rousseau.

Grocio y Pufendorf parten del derecho natural y suponen un contrato por el cual
los hombres dejan el estado de naturaleza y constituyen el estado civil. Pufendorf
parte de que se precisa dos contratos un primer pacto de unión del que surge la
sociedad civil y un segundo pacto de sumisión.

Hobbes parte de un análisis individualista de la naturaleza humana. Supone un


estado en el que el hombre es enemigo para el hombre, el hombre es el lobo
del hombre. Por medio del contrato obtiene seguridad a través de la constitución
de un tercero resultado del pacto no sometido a pacto, el estado como poder
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absoluto. Por esto elimina el segundo pacto de sumisión, Para ´poner la teoría del
contrato al servicio de una idea absolutista.

Locke no comparte la suposición de la natural enemistas de los hombres entre sí,


considera que los hombres siendo iguales e independientes por naturaleza no
pueden dejar ese estado y someterse a otro sin consentimiento:

“La única manera por la que uno renuncia a su libertad natural y se sitúa bajo los
límites de la sociedad civil es alcanzando un acuerdo con otros hombres para
reunirse y vivir en comunidad, para vivir unos con otros en paz…” Cuando un
grupo de hombres ha llegado a un consenso para formar una comunidad o
gobierno, se incorporan en el acto al cuerpo político que conforman ellos mismos,
en el que la mayoría adquiere el derecho de actuar y decidir por los demás.”

La voluntad y la determinación de la mayoría es la voz de la comunidad. La


totalidad de la comunidad es entendida como la mayoría.

Rousseau exalta la soberanía popular e invoca el carácter constitutivamente


moral de la sociedad. Siendo ésta tanto el origen de la desigualdad humana
como la única posibilidad de libertad, solo queda como camino cambiar la
sustancia del pacto, convirtiéndolo, en un ideal de moralidad, expresado en el
concepto de “voluntad general”. Esta hace posible el pacto; la soberanía del
pueblo es su resultado.

John Rawls, en su obra Teoría de la Justicia (1971) recurre a una versión


actualizada de la teoría del contrato social, como fundamento de la sociedad
democrática ante el fracaso de intentar, fundamentarla en una moral
excesivamente utilitarista, (que subyace a los planeos anteriormente hechos) que
se basa en el principio de buscar el bien para el mayor número de personas.

Rawls considera que los principios de justicia que son objeto de un acuerdo entre
personas, pueden contar con una validez universal e incondicional.

Critica el principio de utilidad que identifica las nociones de lo bueno y de lo justo.

El principio utilitarista de elección individual, se vuelve indiferente el modo de


distribución, lo que terminaría por justificar instituciones como la esclavitud.

En este sentido, no hay en principio, razón por la cual las mayores ganancias de
algunos no han de compensar las menores pérdidas de otros, o lo que es más
importante, por qué la violación de las libertades de unos pocos no pudiera ser
considerada correcta ´por un mayor número de individuos.

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Rawls plantea que, en un estado avanzado de civilización, la suma mayor de


ventajas no se alcanza de este modo ya que sin duda lo estricto de los aspectos
de justicia del sentido común tiene cierta utilidad para limitar las propensiones
humanas a la injusticia y a las acciones socialmente dañinas.

En el utilitarismo el bienestar social depende directa y únicamente de los niveles


de satisfacción e insatisfacción de los individuos.

Se podrían criticar tres aspectos de ésta teoría:

• La suma de utilidades individuales no es comparable a la utilidad común.

• La suma de utilidades no implica que el bienestar esté distribuido en la sociedad,

• El criterio de utilidad es moralmente inaceptable, y puede reflejar una concepción


inequitativa acerca de lo que es bueno para una sociedad.

La principal crítica que Rawls hace al utilitarismo es su falta de respeto por los
individuos, una persona no es considerada valiosa u digna de protección por
derecho propio.

Por eso construye una teoría alternativa que da respuesta al utilitarismo y a la vez
critica la falsedad detrás de sus conceptos, que no necesariamente resultan
éticamente correctos, dejan fuera a muchos miembros de la sociedad, lo cual es
contrario en las democracias liberales modernas caracterizadas por el pluralismo.

Así se supone por un lado una sociedad en conflicto constante de intereses,


y por el otro, voluntad de mantener unos principios de justicia que tanto
individuos como instituciones públicas aceptan para mantener el orden de la
sociedad. Estos principios son resultado, no de un pacto inicial, sino de otro
que lo sustituye, respecto de la libertad y de las desigualdades humanas, y
que están dispuestos los individuos libres y racionales a acepar por su
propio bien. En sus palabras: “Toda persona tiene igual derecho, de libertades
básicas iguales” “Las desigualdades sociales y económicas han de satisfacer dos
condiciones, primero, deben estar asociadas a cargos y posiciones abiertos a
todos en las condiciones de una equitativa igualdad de oportunidades, y segundo,
deben procurar el máximo beneficio de los miembros menos aventajados de la
sociedad.”

Estas teorías constituyen los principios en que se basaron las revoluciones


burguesas o democráticas en los países occidentales, suponen a la ciudadanía
como un status individual.

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Resumiendo: dicho status de ciudadano permite la aparición de la ley y el derecho,


inaugurando el plano de la universalidad y de la igualdad. Es decir, si todos son
miembros del pacto social todos tienen los mismos derechos y deberes con la
comunidad. Todos son iguales ante esa ley, pero además todos están incluidos
en ella. En términos de ciudadanía liberal se propone la inclusión absoluta de
todos los ciudadanos.

Podemos redefinir el término ciudadanía como el status universal e igualitario


(jurídico), que plantea la relación entre distintos miembros del pacto social e
inaugura la universalidad e igualdad ante la ley.

La ciudadanía aparece como un problema cuando se pone en evidencia que no


se puede resolver todo con el lenguaje del derecho.

Los derechos no son “hechos”. Por dos razones fundamentales:

• El derecho no implica que existan las condiciones estructurales para ejercerlo.

• Se plantea desde sistema capitalista que desde su origen construye relaciones


socioeconómicas desiguales.

Una problemática histórica.

La “ciudadanía” lleva las marcas de las tensiones de los sistemas sociopolíticos


modernos. “El ciudadano” está siempre asociado a un estado.
El concepto nos adviene desde las repúblicas griegas antiguas, Atenas y Roma.
Nace como tal en una economía esclavista en la que no existe el proletariado tal
como lo conocemos en la modernidad, como clase. Es este otro momento
histórico “ciudadano”, asociado al nacionalismo.

El individuo es ciudadano de un estado nacional que le genera derechos y


obligaciones.

La búsqueda, es siempre la misma, mediatizar al pueblo y otorgarle


representatividad dentro de un mecanismo de poder y de su sostenimiento. El
pueblo siente entonces que sus intereses son los de los sectores que ostentan ese
poder, la clase dominante, la burguesía, y se siente en oposición a los intereses
proletarios de las naciones vecinas.

También esto tiene su referencia en los estados socialistas, éste es


internacionalista, es decir observa el interés del obrero que debido a su exclusión
política encuentra su identidad en la comunidad obrera internacional, participando
de su lucha. “Los obreros no tienen patria” dice Marx en clara referencia a que
este concepto patria es instrumentalizado por la clase dominante.

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Para el obrero reconocerse como otra clase con su propia búsqueda de afirmación
de sus derechos como persona y como colectivo, en tanto unido a otros obreros
de otras naciones en la lucha y resistencia común, cobra otra dimensión
organizativa que permite conculcar su estado de opresión. Es el caso del estado
socialista, reproducen condiciones de dominación y contradicción de clase,
caracterizados por ciertos procedimientos de control y represión.

El estado transforma a los proletarios en ciudadanos para utilizarlos en una


guerra. La burguesía dirime sus disputas utilizándolos.

Se plantea la ciudadanía entonces como una cuestión social, como un problema,


porque históricamente no puede ser pensada como una serie de derechos
igualitarios, sino que se desarrolla como un status excluyente y desigual. Se acota
ese status a determinadas condiciones de quienes son considerados ciudadanos,
como bien se ve en la lucha de las mujeres por la totalidad de los derechos en la
sociedad.

A lo largo de este proceso se plantea quién es ciudadano, quién no lo es y en qué


grado.

Podemos distinguir ciudadanía entonces como derecho a la ciudadanía, como


construcción social, como proceso histórico de adquisición de dichos derechos.
Esta idea plantea una responsabilidad del conjunto sobre el individuo.

Ahora nos preguntamos por el papel del conjunto sobre el individuo.

El conflicto así planteado no se resuelve en forma evolutiva como planteaba T


Marshall, se da en el quiebre, producto de una lucha y reconocimiento que se
ejerce como respuesta a esta conflictividad.

Desde el momento en que se produce este quiebre tenemos una progresiva


estatización de la problemática de la ciudadanía. La respuesta se espera del
estado, quien debe hacerse cargo de los distintos problemas que se plantean, por
ejemplo, la relación entre ciudadanía y trabajo. Dada esta relación se produce la
sindicalización de los trabajadores y estado se convierte en un estado de
bienestar, en el cual el gobierno promueve beneficios sociales, a través de la
generación de recursos y de la distribución de bienes.

Su objetivo es el de administrar las contradicciones entre la distribución asimétrica


de los ingresos en el mercado y la distribución simétrica de valores políticos en el
estado social de derecho.

Estado de bienestar. Seguro social. Situación en América Latina.

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Se pueden diferenciar dos esquemas alternativos de estado de bienestar. El


seguro social, se limitaba a cubrir básicamente las necesidades del trabajador
asalariado, estaba financiado en forma tripartita: aporte de los asegurados,
contribuciones de sus empleadores y complementariamente, aportes del estado.

Este sistema estaba dirigido al asalariado, más que al pobre; al hombre más que a
la mujer y los niños.

La seguridad social, cubría a toda la población contra las contingencias sociales,


ampliando así los derechos de ciudadanía. Las prestaciones se financiaban con
diferentes recursos.

Este esquema suponía que el acceso al consumo de bienes y servicios


socialmente prioritarios debería independizarse del aporte individual para el
sostenimiento del sistema. Las políticas asistencialistas o de lucha contra la
pobreza ocupaban un lugar marginal dentro del esquema general de las políticas
sociales.

En ambos modelos, la función del pago directo de los beneficios era la de


mantener el ingreso en la fase de no empleo del ciclo de vida (niñez, maternidad,
vejez), en situaciones de incapacidad y en períodos de desempleo.

La creación del seguro social a través del gobierno marcó el inicio del Estado de
Bienestar. Este representó una ruptura con las instituciones de beneficencia en
las cuales la protección social era dada a las personas más necesitadas o
“débiles”, característica central del modelo asistencialista decimonónico.

La maduración de los procesos de industrialización y el ingreso de los asalariados


como fuerza social y política, crearon las condiciones para el surgimiento del
seguro social. En cierta medida el Estado de bienestar surgió como una malla
de contención ante los posibles procesos de disrupción social.

El crecimiento del Estado de Bienestar fue potenciado por una etapa de desarrollo
económico, la keynesiana, que brindó las bases materiales para ello. Así las
instituciones del EB, y el estado keynesiano (EK) produjeron la etapa más exitosa
de capitalismo tanto en materia de producción como en las mejoras materiales de
vida de la población. Ambos modelos respondieron a lógicas diferentes el Estado
de Bienestar a una democratización social mientras que el Estado Keynesiano
surgió para suavizar los ciclos de la economía capitalista.

La Argentina fue pionera en América Latina(AL) en el desarrollo de las políticas


sociales, desde las primeras décadas del siglo XX. Se debió a la confluencia de un
temprano desarrollo de demandas sociales y un estado relativamente moderno.

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Las primeras acciones del estado fueron asistencialistas y dirigidas a atender a los
sectores carenciados, en alguna área los objetivos fueron más amplios, como en
el caso de la educación primaria o la salud.

La economía se encontraba en un círculo virtuoso de crecimiento auto sostenido,


sin problema de absorción de empleo y con aumento de salario. En las últimas
décadas XX del siglo, de los 80, el estado fue abandonando las prestaciones
básicas públicas.

En las últimas dos décadas del siglo tuvieron como consecuencia un aumento
sostenido del desempleo y de la pobreza. Ello produjo un aumento de las
necesidades sociales.

Las reformas estructurales implementadas durante los 80y 90 modificaron los


criterios y las prioridades de la política económica en general y de la política social
en particular. En el ámbito social las transformaciones se orientaron a la
concentración por parte del estado.

Se genera la idea de la participación ciudadana como algo activo. Surgen


modelos “asistenciales participativos” a través de la generación de programas
sociales de participación limitada, territorializada. Son participaciones focalizadas
que plantean la capacitación y el empoderamiento de los sujetos que supone que
no están capacitados para dicha participación.

El esquema macroeconómico vigente durante los años noventa resulta en una


grave crisis socioeconómica debido a las políticas de desregulación,
privatizaciones, intensa liberalización comercial y financiera, flexibilización del
mercado de trabajo, incidencia del atraso cambiario. Estos factores generaron
un fuerte impacto negativo sobre el mercado laboral y las condiciones de vida.

Durante los años 2001-02 Argentina vivió el empeoramiento dramático de todos


los indicadores sociales. El desempleo alcanzó su récord histórico y se
incrementaron notablemente los niveles de pobreza e indigencia. La creciente
desocupación y las políticas flexibilizadoras y cuyo punto culminante fue la crisis
del 2001-02, cuando la centralidad del conflicto quedó claramente situada entre los
desocupados y los trabajadores informales. En torno a esos años pareció
cristalizarse una sociedad civil hegemonizada por el movimiento social de los
desocupados y una economía política de la política social signada por el alto
desempleo y la crecientemente alta informalidad.

Luego de este período el estado recupera su función regulatoria, decae la tasa de


desempleo, se recupera el poder de los sindicatos, lo que conduce a la centralidad
de la política laboral y de la lógica del seguro social como ejes articuladores de

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la protección social, así como la indudable mejora en los indicadores del


mercado de trabajo a lo largo de la década. Persiste el trabajo informal, la política
social se enfoca la expansión de la cobertura previsional, universalizando un
programa de transferencia de ingresos para los trabajadores informales y
desocupados. Se crean programas de políticas sociales que universalizan
derechos.

La ciudadanía como construcción histórico- social y su variabilidad.

“Ciudadanía” es un concepto polisémico, que es necesario desentrañar para


cada contexto histórico- geográfico, ya que ha variado a través de la historia y
entre las distintas organizaciones sociales humanas.

La ciudadanía es una construcción histórico-social, y para comprenderla


deberemos enfocarnos en una sociedad determinada y estudiar cuáles son las
concepciones, y cuáles son las prácticas que responden a éstas concepciones.

“[…] las ideas de ciudadanía y de ciudadano son una construcción social que
se van formando y reformando, el concepto, los atributos y las prácticas de
lo que se denomina ciudadano, se van constituyendo como un producto
acorde a los condicionamientos políticos, económicos y sociales de un
período histórico”

Recorrido histórico de “ciudadanía”

El ciudadano griego. El origen del concepto de ciudadanía se remonta a la


antigua Grecia, los griegos estaban organizados en lo que conocemos como
ciudades-estado o “polis, las que tenían un modo de producción esclavista basado
en la agricultura y donde una pequeña porción de los hombres poseían los
atributos de un ciudadano, exceptuando a los esclavos y a los extranjeros.

Se es ciudadano en la medida en la que se participa de la vida de la polis, en una


democracia directa y activa. Aquel que no se interesaba por los asuntos de la
ciudad era mal considerado e inclusive podía sufrir duras sanciones. El ciudadano
estaba obligado a votar en la asamblea. No se permitía ser neutral en tiempos de
discordia, debía elegir un partido y aquel que se mantenía separado podía sufrir
sanciones tales como el destierro o la confiscación de bienes.

El ciudadano romano. Los romanos desarrollan y complejizan. Ciudadanía y


derecho se implican en su concepción, dándole participación en la cosa pública,
cuya plenitud era el ejercicio de cargos políticos o religiosos. Lo común, la res
pública, es la estructura política y jurídica a la que pertenece el pueblo. El
ciudadano participa activamente en la vida política. A partir de la decadencia del
imperio romano, y hasta el surgimiento del capitalismo y la Revolución Francesa la
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ciudadanía como categoría política pierde fuerza, desaparece la idea de


ciudadanía y de ciudadano, y se reemplaza por otras ideas ordenadoras de la
comunidad como son las relaciones entre señor y vasallo.

El ciudadano de la república. El concepto de ciudadano resurge con la


formación de los estados nacionales, se estructuran en el contexto de las
transformaciones sociales y políticas producidas por la revolución industrial y el
desarrollo del capitalismo. Se busca homogeneizar un modelo de ciudadano
dentro del marco de la idea de progreso, por lo cual se acentúa el interés del
estado por la enseñanza. La idea de ciudadano está asociada a un concepto
liberal, de igualdad jurídica y de adjudicación de derechos individuales. La
escuela cumple un rol importante en el proceso de homogeneización, generando
una conciencia nacional.

Ciudadanos son dentro de este marco todos aquellos individuos que


situados en un determinado Estado nacional poseen dentro de este territorio
un compendio de derechos individuales, en base a la igualdad jurídica, como
parte del contrato social.

Evolución del concepto.


Marshall, quien concibe la ciudadanía como un proceso de adquisición de
derechos por el cual primero se habrían adquirido los derechos civiles, luego los
derechos políticos y el siglo XX sería la etapa de ampliación de la ciudadanía
hacia los derechos sociales.

La ciudadanía en su teoría es una condición que es otorgada a los miembros


plenos de una comunidad que los iguala en cuanto a derechos y deberes.
Este modelo tuvo mucha fuerza durante el siglo XX y se lo considera como una
articulación de las siguientes dimensiones:

• Ciudadanía como estatus legal: refiere a los derechos de ciudadanía, y de forma


secundaria a los deberes.

• Ciudadanía como identidad política: como pertenencia a una comunidad política.

• Ciudadanía como participación: se trata de la dimensión activa por excelencia de


la ciudadanía, como implicación activa y la participación directa en la vida de la
comunidad.

La ciudadanía en la Argentina. Argentina ha experimentado un proceso similar al


de los estados nacionales europeos, debido a la gran influencia de las
concepciones europeas en las elites dominantes. Podríamos decir que se
constituye como un estado nacional al fin de las disputas entre Buenos Aires y los

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caudillos del interior a fines del siglo XIX. Dichas elites necesitan condiciones
adecuadas para el desarrollo de la nueva nación a fin de favorecer el progreso.

- En 1860 entra en vigencia la Constitución Nacional.


- Se promueve la inmigración externa bajo la premisa alberdiana de
Gobernar es poblar.
- Se instrumenta una política de educación, basada en la obligatoriedad de la
enseñanza primaria con la finalidad de homogeneizar a los inmigrantes y se
establece el servicio militar obligatorio.
- Los sectores dominantes pretenden con esas medidas dar forma al
ciudadano de la nueva nación argentina.
- Sistema político restringido, donde son pocos los extranjeros que están en
condiciones de votar, donde la educación media y universitaria está
destinada a una elite con futuro de gobierno, y la educación primaria forma
en aspectos básicos del trabajo del campo y la casa.
- La “ciudadanía” concebida como el estatus legal que asigna derechos y
obligaciones.
- La escuela logra esta tarea homogeneizadora y se configura la identidad
política.

A partir de aquí podemos señalar algunos momentos trascendentes:

- El surgimiento de los sindicatos.


- La fundación de partidos políticos, que se abren a la participación de los
inmigrantes, crece la participación que va a incorporar más adelante a
mujeres a través del voto femenino (1951) y en la década de los sesenta a
los jóvenes.
- El primer gobierno peronista (1945) que construye en Argentina un Estado
benefactor, ejerce su influencia sobre las concepciones de la ciudadanía
especialmente por la incorporación masiva de los derechos sociales en la
agenda política y la reivindicación del pueblo y los trabajadores como
sujetos políticos.

El sentido del ciudadano es percibido como actor político y social, con un


sentido colectivo respecto a la solución de sus problemas y con un rol activo en
la comunidad.

A partir de los noventa se producen transformaciones que modifican el


concepto de ciudadanía.

¨Para Landau, la idea de ciudadanía toma un modelo individualista, de


ciudadanía consumista o de un modelo participativo pero fragmentado en

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cuanto al espacio social y urbano. Una ciudadanía resignada, individualista y


ausente.

Las nuevas concepciones acerca de lo ciudadano giran alrededor de ideas


tales como:

• La necesidad de acotar a un Estado que estaría sobredimensionado, y de


confiarle sus tareas a sectores económicos que resultarían más eficientes,

• Desprestigio de la actividad política, sobre todo debido a la corrupción de sus


actores Otras expresiones de la participación en pequeñas organizaciones no
gubernamentales (ONG´S), aparentemente más probas y eficientes.

• La resignación y a lo sumo la participación a través del voto.

• La ciudadanía apolítica o escéptica.

•Resistencia de algunos sectores que plantean la necesidad de un


pensamiento y una solución colectiva para sus problemas y que configuran
movimientos sociales sobre fines de la década de los noventa.

Ante el fenómeno de la exclusión social se habla de ciudadanía formal y


ciudadanía sustancial, ya no se ubica a la ciudadanía sólo en el contexto de
un Estado-nación, sino que se va a empezar a hablar de ciudadanía
trasnacional, supra-nacional, etc.

Los conceptos de ciudadanía y de ciudadano varían de acuerdo a las


concepciones que las definen, y a cada tipo de contexto histórico en que se
presentan, Dentro de cada formación social existen diversas concepciones que
intentan imponerse a otras.

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