Biografía de Adolfo Hitler CM

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Biografía de Adolfo hitler

Nacimiento: 20 de abril de 1889, Braunau am Inn,


Austria

Fallecimiento: 30 de abril de 1945, Führerbunker


Hermanos: Paula Hitler, Otto Hitler, Alois Hitler, Jr.,
Gustav Hitler, Ida Hitler, Angela Hitler, Edmund Hitler

Cónyuge: Eva Braun (m. 1945–1945)


Partido: Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán
Padres: Alois Hitler, Klara Hitler
Estatura: 1.75 m

Adolf Hitler nació en Braunau am Inn, una pequeña aldea cerca de Linz en la
provincia de la Alta Austria, no muy lejos de la frontera alemana, en lo que
entonces era el Imperio austrohúngaro. Nacido en una familia de clase
media, su padre, Alois Hitler (1837-1903), fue un agente de aduanas. Su
madre, Klara Pölzl (1860-1907), fue la tercera esposa de Alois. Hitler fue el
cuarto hijo de la pareja, y bautizado en la iglesia de San Esteban de su
localidad natal. Como los padres de Hitler eran primos, debieron obtener una
dispensa papal para el matrimonio. De los seis hijos de Alois y Klara, solo
Adolf y su hermana Paula llegaron a la edad adulta. El padre de Hitler
también tuvo un hijo, Alois Jr., y una hija, Angela, con su segunda esposa.
Árbol genealógico de Hitler.
Su padre, Alois Hitler, fue un hijo ilegítimo, por lo que durante los primeros
treinta y nueve años de su vida llevó el apellido de su madre, Schicklgruber.
En 1876, el padre de Alois, Johann Georg Hiedler, finalmente lo reconoció. En
el siglo XIX eran comunes en Austria las variantes del apellido Hüttler,
Infancia
La propaganda de los Aliados explotó el apellido
original de la familia de Hitler durante la Segunda
Guerra Mundial. Panfletos portando la frase Heil
Schicklgruber fueron lanzados desde el aire sobre
ciudades alemanas. Sin embargo, Adolf nació
legalmente como Hitler; además, se encontraba
también relacionado con Hiedler a través de su
abuela materna, Johanna Hiedler.
Hitler dijo que, de niño, era azotado a menudo por
su padre. Años más tarde le dijo a su secretaria:
«Entonces tomé la decisión de no llorar nunca más
cuando mi padre me azotaba. Unos pocos días después tuve la oportunidad
de poner a prueba mi voluntad. Mi madre, asustada, se escondió en frente
de la puerta. En cuanto a mí, conté silenciosamente los golpes del palo que
azotaba mi trasero».
La familia de Hitler se mudó con mucha frecuencia, de Braunau am Inn a
Passau, Lambach, Leonding y Linz. El joven Hitler fue un buen estudiante en
primaria. Pero en sexto, en su primer año de enseñanza secundaria
(Realschule) en Linz, fue suspendido y tuvo que repetir el curso. Sus
profesores dijeron que no tenía «deseos de trabajar». No obstante, quedó
cautivado por las lecturas pangermánicas del profesor Leopold Pötsch, quien
influyó notablemente en la mente del joven.
Política
Al finalizar la guerra, cuya última fase fue sin duda
muy importante para su evolución ideológica,
Hitler se percató que no contaba con dinero,
amigos, familiares con conexiones, estudios
universitarios o experiencia política; por lo que
decidió intentar continuar en el Ejército, algo
bastante complicado en pleno periodo de
desmovilización, aunque consiguió permanecer en
sus filas hasta el 31 de marzo de 1920.
Hitler salió del hospital de Pasewalk el 19 de
noviembre y el día 21 llegó a Múnich para
reintegrarse a su batallón. Después de la abdicación del káiser Guillermo II el
9 de noviembre y la firma del armisticio el día 11, Alemania estaba sumida en
el clima de agitación revolucionaria en que nació la República de Weimar y
que en Baviera, tras la huida el 7 de noviembre del último rey de la dinastía
de los Wittelsbach, Luis III, dio paso a la nueva República de Baviera con un
gobierno provisional dominado por los socialdemócratas del SPD y sobre
todo por el más radical USPD, bajo la presidencia de Kurt Eisner. Surgieron
consejos de obreros y soldados al estilo soviético y Hitler se encontró a su
regreso con que su unidad estaba bajo el control de uno de ellos por lo que,
según su propio relato en Mein Kampf, solicitó ser transferido a otro destino
y fue enviado al campo de prisioneros de guerra de Traunstein, cerca de la
frontera austriaca, donde permaneció hasta finales de enero o principios de
febrero de 1919. Aunque su versión coincide con la de su compañero Ernst
Schmidt, la actitud que mantuvo durante estos meses debió ser bastante más
ambigua de lo que deja traslucir y hubiera justificado un tratamiento más
extenso de haberse opuesto frontalmente al gobierno que posteriormente
sería calificado como el de los «criminales de noviembre». No solo Traunstein
estaba también regido por consejos de soldados sino que Hitler aparece
citado el 3 de abril como representante (Vertrauensmann) de su batallón, un
cargo que, entre otras atribuciones, tenía la misión de cooperar con las
autoridades transmitiendo a la tropa material propagandístico y que muy
probablemente Hitler ostentaba ya desde febrero. Además, después del
asesinato de Eisner el 21 de febrero, se produjo un periodo de caos y
anarquía que culminó con la corta fase de auténtico dominio comunista, con
el fin claro de instalar una república «soviética» y que es el estrictamente
más conocido como Räterepublik o «república de consejos». Al día siguiente
de su instauración, el 14 de abril, Hitler fue reelegido representante de su
unidad lo que parece indicar un cierto grado de respaldo por su parte a la
política del gobierno socialista o como mínimo que se abstuvo de exteriorizar
ningún tipo de oposición frontal. Este comportamiento, sea de pasividad o de
oportunismo, no solo trascendió más tarde ocasionalmente en la prensa, sino
que también fue objeto de comentarios por parte de algunos dirigentes nazis
como Ernst Röhm, Ritter von Epp o Rudolf Hess, pero parece fuera de duda
su rechazo a la izquierda revolucionaria y es muy probable que los votos que
recibió fuesen de soldados que compartían ese criterio y conocían su
hostilidad hacia la Räterepublik.
Después de que el gobierno soviético de Baviera fuera derrocado por el
Ejército alemán y grupos paramilitares conservadores, a Hitler se le encargó
la misión que le dio la oportunidad de implicarse en la política por primera
vez. Su labor consistía en investigar a los miembros de su unidad que habían
colaborado con el gobierno soviético. Su trabajo fue apreciado por sus
superiores, quienes lo emplearon a tiempo completo, asignándolo al
Departamento político de asuntos de prensa del Ejército, a nivel distrital. De
esta manera, Hitler se convirtió en un espía militar, investigando a los
muchos grupos socialistas que estaban naciendo en toda Alemania. También
participó como oficial educador en el «pensamiento nacional», cursos
organizados por el Departamento de Educación y Propaganda del grupo
bávaro de la Reichswehr. La principal tarea de Hitler era entonces erradicar
«ideas peligrosas», como la democracia, el socialismo y el pacifismo. Un
objetivo clave de este grupo era crear una «cabeza de turco» para justificar la
derrota alemana. Las cabezas de turco fueron encontradas en el Judaísmo
Internacional, los comunistas y los políticos liberales, especialmente los
miembros de la coalición de Weimar, que eran considerados como los
«criminales de noviembre».
En mayo o principios de junio de 1919, Hitler ya aparece listado como V-
Mann (Verbindungsmann, término alemán para un espía de la policía) del
Comando de Inteligencia (Aufklärungskommando) del Ejército, con el
objetivo de atraer a otros soldados de ideas similares. En septiembre, se le
ordenó que se investigara un pequeño partido denominado Partido Obrero
Alemán (DAP). Aunque este partido era nacionalista, los superiores de Hitler
desconocían esto, y sospechaban que podía ser un partido socialista o
comunista.
El 12 de septiembre Hitler asistió por primera vez a un mitin del DAP
celebrado en la Sterneckerbräu que debía tener como principal orador a
Dietrich Eckart, aunque debió ser sustituido a causa de una enfermedad por
Gottfried Feder. Cuando en el debate final uno de los presentes se enfrentó a
Feder y comenzó a defender el separatismo bávaro, Hitler replicó con un
discurso de tal intensidad que llamó la atención de Anton Drexler, quien le
regaló un ejemplar de su obra Mi despertar político y le animó a volver y
unirse al partido. En la segunda mitad de ese mismo mes ingresó en el
partido y, aunque él aseguraría posteriormente ser su séptimo miembro, se
le asignó realmente el número 555, también ficticio porque por razones de
imagen se decidió comenzar la numeración en 501 repartiendo los números
en orden alfabético a los primeros militantes. Pocas semanas después, el 16
de octubre, Hitler pronunció en la Hofbräukeller su primer discurso público
en un acto al que asistieron 111 personas, entre las que se encontraba Ernst
Röhm, que poco después ingresaría también en el partido.
Militar
El 28 de junio de 1914 estalló la Primera Guerra
Mundial; una semana después, Hitler se
presentó como voluntario en el Ejército alemán
y fue asignado a un regimiento bávaro. El inicio
de la guerra ocasionó gran entusiasmo en el
joven Hitler, quien pensó que había llegado una
oportunidad para cambiar su vida:
No estoy avergonzado de decir que, arrastrado por mi entusiasmo, me
arrodillé y agradecí al Cielo desde el fondo de mi corazón... por haberme
permitido vivir en ese tiempo.
Después de menos de tres meses de entrenamiento, Hitler fue enviado al
frente occidental. Sirvió en Francia y Bélgica, como mensajero de la 1.ª
Compañía de la 6.ª División de Reserva Bávara. Participó en la primera batalla
de Ypres, donde su unidad fue diezmada en cuatro días. Al finalizar la batalla,
de los 3500 soldados iniciales, solamente 600 podían seguir combatiendo.
Posteriormente, sus oponentes políticos lo acusarían de ser un cobarde, pero
la evidencia los contradice. En octubre de 1916, en el norte de Francia, Hitler
fue herido en la pierna y regresó al frente en marzo de 1917, ascendido al
rango de cabo. Sin embargo, no fue promovido más allá de este grado, al
considerarse en ese momento que Hitler no poseía dotes de mando. Hitler
fue condecorado dos veces: recibió la Cruz de Hierro de 2.ª clase el 2 de
diciembre de 1914, y la Cruz de Hierro de 1.ª clase el 4 de agosto de 1918,
honor que era raras veces otorgado a un soldado de tan baja graduación.
De acuerdo con diversos testimonios, Hitler ganó su última Cruz de Hierro
por haber capturado sin ayuda a quince soldados enemigos, aunque los
registros militares no especifican la razón de esta condecoración.

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