Resumen Capitulo 5
Resumen Capitulo 5
Resumen Capitulo 5
La epoca moderna inicia con el Renacimiento del siglo XV y es impulsada por la Ilustración de
los siglos XVII y XVIII, la modernidad secular se edificó sobre varios pilares filosóficos. Estos
incluyen la autonomía humana, el racionalismo, el cientificismo, el tecnologismo y el
economicismo.
La premisa de la autonomía humana asevera que los únicos parámetros humanos son las leyes de
la naturaleza y aquellos acuerdos sociales que el hombre escoge colocar sobre sí mismo. Este
concepto del hombre autónomo encontró expresión en el individualismo, como también en el
humanismo secular. En esencia, el hombre llegó a ser la medida y el punto de referencia para
todas las cosas.
El cientificismo propone que la razón humana, especialmente en la forma del método científico,
podrá proveer conocimiento exhaustivo del mundo natural y de la naturaleza humana, dándose el
tiempo suficiente. Incorporando el universalismo, propone que toda entidad puede ser
identificada objetivamente de alguna manera, y así codificada e idealmente cuantificada. El
naturalismo, una premisa clave de la filosofía de la ciencia, encuentra su cumplimiento más
abarcador en los modelos de la evolución orgánica.
Quine, filósofo influyente, rechazó la metáfora fundacionalista del conocimiento como estructura
edificada sobre fundamentos sólidos, prefiriendo la simbología de un tejido o de una red. Este
concepto integrador propone que las creencias, en vez de estar fundamentadas en premisas
rígidas, son sostenidas por sus vínculos con creencias adyacentes y, finalmente, con la totalidad.
Como consecuencia, una modificación de cualquier elemento tiene como resultado un efecto
ondulante a través del tejido total, dado el requerimiento de la correspondencia y consistencia
entre todo elemento. La experiencia, entonces, mantiene continuamente las creencias al día,
formando así las condiciones fronterizas del conocimiento.
En forma similar, los conceptos del hombre autónomo y del cientificismo, tecnologismo y
economicismo comenzaron a desintegrarse. En vez de la armonía social y la utopía económica
prometidas por filósofos de la Ilustración como Jean-Jacques Rousseau, y por economistas como
Karl Marx, la sociedad parecía caer en espiral al abismo del terror y de la locura. Guerras
mundiales, revoluciones y dictaduras, y el surgimiento del extremismo impusieron las
construcciones de poder y de cultura sobre la autonomía del hombre.
En la posmodernidad hay escepticismo hacia las metanarrativas,13 esos relatos totalizadores que
buscan proveer explicaciones comprensivas de la realidad. Una muestra de estas narrativas
incluyen la perspectiva cristiana sobre el gran conflicto entre el bien y el mal; la explicación
secular de los orígenes humanos por medio de la teoría de la evolución; el concepto de la
Ilustración de que el pensamiento racional, vinculado al avance científico y tecnológico, traería
el bienestar social; y el relato marxista de la emancipación social, impulsado por la revolución
del proletariado.
La posmodernidad rechaza las metanarrativas porque son vistas como excesivas y demasiado
explicativas. También sostiene que la metanarrativa promueve la exclusividad, y puede conllevar
a la violencia.
El pluralismo
Derrida, una de las grandes voces del posmodernismo, postula que no hay un centro metafísico
fijo (como es el caso, por ejemplo, en el realismo o esencialismo), sino que hay una forma de
"no-centro" en la cual, en cualquier momento dado, un número infinito de enfoques entran en
juego. Este multicentrismo genera el pluralismo.
En la perspectiva pluralista, por ejemplo, no hay ningún eje tradicional de erudición, sino que
múltiples tradiciones son viables. Entendimientos históricos centroeuropeos (con sus prejuicios
machistas, de raza blanca y clase media), por lo tanto, dan lugar a una pluralidad de
interpretaciones (africanas, islámicas, feministas e indigenistas, entre otras).
Cada una de estas perspectivas debe ser considerada como igual, en el cual un erudito de
cualquier tradición puede esperar aprender tanto de otras interpretaciones como contribuye a
ellas. Las universidades, entonces, deberán llegar a ser "multiversidades" -promoviendo una
diversidad de agendas y enfoques, en vez de buscar formular una sola interpretación "aprobada"
de la realidad.
De forma similar, investigaciones en la teoría cuántica han recalcado el significado del contexto.
La ciencia del siglo XX encontró que ya no podría apoyar la física de Newton con sus partículas
con esencias fijas, sino como entretejidos en los cuales una entidad solamente puede ser descrita
con referencia a otros objetos, generando un cambio revolucionario de paradigma.
El constructivismo
Esta posición requiere un reajuste de nuestra concepción sobre la adquisición del conocimiento.
Ya no somos receptores pasivos o meros descubridores de conocimiento prexistente, sino que
somos partícipes activos en el proceso interactivo e iterativo de la creación del conocimiento. En
esencia, la verdad no se encuentra primordialmente en la ciencia, la lógica o la doctrina, sino en
las relaciones y en el relato de las historias.
La celebración de la diversidad
En la perspectiva posmoderna, la sociedad no solamente debe aceptar, sino dar voz a los
oprimidos, explotados e ignorados. La comunidad es inclusiva y cada miembro debe ser tratado
con respeto y como de valor inherente. La academia debe abrirse a puntos de vista divergentes y
la exploración de tópicos no-racionales, tales como la emoción y la espiritualidad. Las
comunidades minoritarias deben ser provistas de espacio para buscar y sostener sus perspectivas
particulares. A los individuos se les debe ofrecer opciones diferenciadas y caminos diversos para
alcanzar metas personalmente relevantes dentro de la comunidad.
Al reaccionar ante la posmodernidad, sin embargo, correspondería evitar tomar una posición
global en favor o en contra del paradigma. Sería visto como insensible, dualista y falto de
reflexión. Antes bien, habría que explorar cándidamente y evaluar los principios de la
posmodernidad y sus implicaciones, identificando rasgos congruentes con una perspectiva
cristiana y señalando espacios de conflicto alguno de los cuales planteamos a continuacion:
Las aseveraciones acerca de la muerte de la verdad objetiva han sido exageradas. Sería
recomendable que los educadores cristianos afirmaran que Dios es confiable y que su revelación
de Verdad es fidedigna. La falibilidad de las interpretaciones humanas de la verdad, enfatizando
el papel triangulante de la comunidad de creyentes y del Espíritu Santo como guía a toda verdad.
Con la ubicuidad del relativismo moral en la cultura contemporánea, los maestros pueden estar
bastante seguros que casi todo estudiante que entra al aula cree que la verdad y los valores son
relativos. Sin lugar a dudas, las circunstancias varían y generan evidencia manifiesta de dolor y
fragmentación en muchos aspectos de la vida, sin embargo, la cosmovisión cristiana es capaz de
proveer un marco ético que ofrece estabilidad y seguridad.
Mientras rechazan el relativismo moral, se debe clarificar la diferencia entre los principios (tales
como el respeto) y las reglas (por ejemplo, cómo debería evidenciar el respeto en situaciones
específicas). Mientras las reglas se limitan en su envergadura a circunstancias y escenarios
específicos, los principios incorporan valores universales (relevantes a través de tiempo, lugar y
cultura.
La necesidad de comunidad.
La transformación de la cultura.
Al discutir cuestiones sociales, eventos históricos y pasajes bíblicos con los estudiantes, es
esencial que se examine el contexto. Esta advertencia posmoderna ayuda a evitar la imposición
de condiciones propias sobre las interpretaciones de significado y motivo. Al reconocer la
función del contexto, los educadores pueden ayudar a los alumnos a comprender que aunque la
genética y el medio ambiente ejercen influencia, Dios también nos ha dado el libre albedrío (la
habilidad de tomar decisiones personales que pueden transcender los confines tanto de herencia
como de formación).
Los educadores cristianos, creen que el conocimiento puede ser recibido de parte de Dios,
descubierto en el mundo natural y la sociedad humana, y también formulado a través de la
experiencia y la reflexión personal. En consecuencia, correspondería asegurar que los estudiantes
interactúen con cada una de esas avenidas del aprendizaje. El énfasis posmoderno sobre la
construcción del conocimiento estimula a colocar los alumnos en roles dinámicos y formadores
de sentido, optimizando así su activa involucración. Anima a utilizar frecuentemente la metáfora,
la narrativa, la interacción y la reflexión; a combinar modalidades cualitativas y etnográficas con
métodos cuantitativos, analíticos y deductivos. Anima a invitar a los estudiantes a compartir con
la comunidad del aula su perspectiva personal del mundo.
Mientras la cosmovisión cristiana asevera que la Verdad universal realmente existe, también
reconoce los límites humanos de conocimiento parcial y la posibilidad de interpretaciones
imperfectas. En consecuencia, ninguno (ni siquiera un maestro) puede jactarse de infalibilidad o
de una comprensión cabal de algún tópico. Los educadores habrán de modelar el aprendizaje, la
autenticidad y la humildad; reconocer los límites del conocimiento propio, ser honestos acerca de
las debilidades, expresar la naturaleza tentativa de las conclusiones y evidenciar una pasión por
el continuo crecimiento. En vez de tratar de esconderse tras terminología críptica en una
pretensión de conocimiento, la declaración de un "No sé" sería conveniente. Es recomendable el
rechazo del uso manipulante del conocimiento como instrumento de poder.
La inclusión de la diversidad.
Sería de vital importancia enseñar no sólo a respetar diversos grupos étnicos y culturales, sino a
afirmar y celebrar la diversidad. Al hacer esto, sin embargo, no sólo habría que enfocarse en las
diferencias, sino en los rasgos y valores comunes de una cultura a otra en la hermandad de la
humanidad, encontrando la unidad en la diversidad, modelando y promoviendo la inclusividad.
En vez de implementar el enfoque de "un tamaño que se ajusta a todos", sería esperable que el
docente diferencie la enseñanza ofreciendo multiplicidad de caminos hacia metas personales, y
evitando estereotipos, intolerancia y cualquier etiqueta que pueda verse como degradante;
trabajando juanto a los discípulos las ideas de trato respetuoso hacia cada ser humano y
valoración de los marginados y oprimidos. Ser voz para los rechazados y explotados, haciendo
una diferencia positiva en el mundo, habría de ser un ideal a seguir.
La educación cristiana busca restaurar la imagen de Dios. Uno de los primeros atributos de Dios
se encuentra en su obra como Creador. Por consiguiente, la creatividad debe ría ocupar un lugar
crucial dentro del proceso educativo. Se esperaría que los educadores fomenten la imaginación y
la innovación, la curiosidad y la espontaneidad, incorporando en el currículo la expresión y la
resolución creativa de problemas, proveyendo un menú de opciones para el pensamiento y la
expresión creativa. Se esperaría que los alumnos se animen a utilizar metáforas y analogías, a
experimentar con ideas, a pensar de forma divergente, a tomar riesgos mentales, a explorar
nuevos horizontes, y a soñar con escenarios únicos y posibilidades novedosas. Los docentes
deberían manifestar receptividad, en lugar de una actitud crítica, hacia ideas innovadoras,
estimulando como afirmando la creatividad.
El puente espiritual-religioso.
Bibliografia: