Ataúd de Tela
Ataúd de Tela
Ataúd de Tela
—Hola niños, soy Catty el gato —dijo el hombre dentro del traje de felino.
—Y yo soy Canny el perro —continuó el otro hombre desde el disfraz del canino. Ambos
saludaron a cámara y empezaron a decir sus líneas, como en cualquier día normal de
grabación.
Usar los trajes de las mascotas del show era agotador. Los trajes eran húmedos y a veces
pegajosos al tacto. A palabras de Dylan, usar los disfraces felpudos era una tortura. El peso
y peluche del traje causaba un inmenso calor a quien lo usara. Debian retirarse algo de ropa
para que no les afectara tanto el aumento de temperatura. «Muy incómodo si piensas que
es un show infantil» pensaba Zack.
Ambos trajes siempre recibían un lavado cada semana, el olor a moho que los impregnaba
no se iba. Tal vez se debía a que después de utilizarlos, ambos trajes se guardaban en un
viejo armario en la sala de descanso, ese sitio que no se limpiaba. Después de cada grabación
del show, Dylan, un joven de ojos cafés y pelo corto castaño junto con Zack, otro joven con
pelo largo y rubio, de ojos verdes, regresaban a la sala de descanso. Una zona muy pequeña
donde apenas cabía una mesita con dos sillas, varios armarios donde había cámaras de
repuesto y otras completamente dañadas, un conector donde estaba enchufado el
inamovible horno microondas para las sopas instantáneas y el armario donde se "guardan"
los trajes.
Zack se retiraba el traje de perro y lo dejaba en el piso para después ponerse la ropa que
llevaba en las mañanas antes de grabar. Luego tomaba la botarga que dejaba tirada como si
fuera un animal muerto y lo lanzaba entre las puertas del closet, chocando con la pared y
cayendo lentamente sentado en el suelo. Dylan por otra parte, al quitarse el traje, lo ponía
cuidadosamente en el armario y cerraba la puerta, momentos después se vestía y calentaba
una sopa instantánea para Zack y para él.
En ese día en particular, Zack no se quitó el disfraz de perro apenas llegó a la sala de
descanso. Dylan sí hizo lo suyo, pero dejo la cabeza del gato en el piso, esperando a Zack.
—Eh Zack, el traje de perro va debajo del disfraz de gato. Cuando yo me quito mi traje y te
miro, tú ya estás vestido como de costumbre. ¿No te lo vas a sacar de encima? —Dijo Dylan
de manera vacilante.
—Hoy mi hermana menor está cumpliendo años. Ella ama el show de Catty y Canny. Si
puedo darle un show exclusivo con sus personajes favoritos, lo haré. La veo muy pocas
veces y quiero sorprenderla —Exclamó Zack.
—Bueno, estoy seguro que Canny podría darle una buena experiencia, solo que buena suerte
tratando de sacar el disfraz del set de grabación.
—No Dylan, te necesito. Necesito que me ayudes a sacar a los dos disfraces de aquí —Dijo
Zack acercándose a pasos lentos a Dylan—. Y también te necesito para que animes el
cumpleaños junto a mí, necesito a Catty.
—Espera Zack, yo no puedo ayudarte con eso —repuso Dylan alzando y agitando los
brazos—. No se pueden sacar las botargas de aquí.
—Dylan, por favor —suplicó Zack cada vez más cerca de Dylan, acorralándole en una
esquina de la pequeña habitación—. Nos conocemos desde hace unos meses y me has
ayudado en muchos de mis problemas. Y te lo agradezco mucho, en serio, pero realmente
necesito que me apoyes en mi plan de hoy.
Dylan se sentía incómodo, no sólo era una situación que comprometía su trabajo, su amigo
era muy insistente y la situación era algo surrealista con Zack suplicando aún dentro de la
botarga. Dylan empezó a sudar.
—Zack, no sólo alguien podría vernos y reportarnos. Esta sala es cerrada por los conserjes
del set. ¿No crees que no notarán que los trajes del armario no están?, por favor mira, el
armario queda frente a la puerta. Puedo ayudarte con tu hermanita. No tengo planes para
hoy, pero no, no puedo ayudarte en lo de llevarnos los trajes. No me quiero arriesgar.
—Dylan, haz esto por mí por favor, yo… arruiné su última fiesta de cumpleaños. Todos los
invitados se fueron, ensucié su vestido y destruí el pastel. Me enojé mucho cuando supe que
me despidieron de mi otro empleo. Mi situación económica no era la mejor y me desquité
con mi hermana en el día que ella esperaba tanto. Ella, muy alegre me invitó a la fiesta en
mi propia casa. Ella me odia desde hace un año, mis padres piensan igual que ella.
Dylan no se había percatado cuando Zack le agarró la camisa con los puños de peluche
apretándole. Las lágrimas bajaban por sus ojos. «¿Se puede estar tan arrepentido por una
rabieta?, la está pasando fatal al parecer.» Pensó Dylan.
—No Dylan... —Contestó Zack. Se quedó callado un segundo—. Mi hermana, tiene cáncer y
yo no quiero perderla, pero lo sé, ya me pasó una vez con otro familiar... ¡Dios! Dylan, por
favor ayúdame.
Los ojos de Zack estaban rojos y su respiración estaba muy agitada. Había soltado un poco
la ropa de Dylan, lo lastimaba. Sus pies habían quedado uno entre otro.
Dylan tomó las manos felpudas de Zack y las aparto de su camisa. —De acuerdo, te ayudare
Zack. —Miró al joven con una expresión comprensiva—. Pero con la condición, de que me
den pastel en esa fiesta. Zack esbozo una amplia sonrisa. —Amigo, te comprare el mejor
pastel de la tienda para ti solo —decía mientras caminaba hacia atrás—. Vamos a darle un
gran espectá...
Zack, en su caminata en reversa, pisó con la acolchada pata de Canny la cabeza de Catty
que Dylan dejó en el piso, cuando se dio cuenta levantó muy rápido el pie para no dañar el
disfraz. Aun así, la cabeza de Gato se resbaló por debajo de él, haciéndole perder el
equilibrio hasta que cayó. La mesa se movió creando un chirrido entre sus patas, todo lo
que había encima se sacudió. El cuerpo de Zack se derrumbó, tembló una vez, tembló una
segunda vez, sus manos temblaron y sus pies se movieron un poco hasta que… el cuerpo
dejó de moverse...
—Papá, ya lo había hablado contigo. Hoy le llevaré una gran sorpresa a Emily. Se que soy la última
persona que quiere ver, y lamentablemente puede que sea así. Pero aún si soy esa última persona, sé
que podré verla, sonreír con este regalo.
Dylan cerró la puerta con seguro por dentro. Él no debía hacerlo. Eso era parte del trabajo
de los conserjes, pero no le importó, pensó que así nadie entraría. Corrió hasta la salida del
set. Casi no quedaba nadie allí dentro. Nadie le detuvo, todo lo que pensaba era que podía
llegar a la salida. Y así fue.
Entró en el baño, abrió el grifo del lavabo y dejó correr el agua. Se miró en el espejo.
Estuvo repitiendo eso varias veces, tomó el agua que llenaba el lavabo y se hecho en el
rostro. Era verdad, él no asesino a Zack, tampoco se podría decir que ocasionó su muerte.
Se tropezó y se golpeó la nuca en la mesa. Pero ahora ya no podía volver, tenía un vacío en
el estómago que le comprimía los órganos. Lo inculparían. Tarde o temprano lo harían.
Pensarán que escapo del set después de empujarlo y asesinarlo. No creerán que él se resbaló
así nada más. Además, él se fue sin decirle a nadie. La sala de descanso no tenía cámaras
de seguridad que grabasen el suceso, sería el mayor sospechoso. Dylan sabía lo que le
esperaba. Se tumbo en la cama, con nada y todo en que pensar.
—En otras noticias, el joven Zack Freeman se reporta desaparecido desde hace 7 horas.
El chico trabajaba en el canal 9 como una mascota del show infantil Canny y Catty. No
se tiene rastro de su paradero y no hay sospechosos. El estudio de grabación y los
alrededores fueron revisados. Se pide su ayuda para localizarlo...
Dylan saltó de la cama, había estado 9 horas sobre el colchón. Se fijó en la televisión. La
presentadora dejó de hablar y simplemente quedó la imagen de Zack, "el desaparecido".
«¿Revisaron todo el set de grabación y no lo encontraron?». Dylan estaba más confundido
de lo que parecía. Pensaba que no pudieron abrir la puerta de la sala de descanso, algo
estúpido. Luego pensó que abrieron y echaron un vistazo sin más. No se podía ignorar el
traje del perro en el suelo. Se notaba mucho que había una persona dentro de él. Dylan
imaginó que Zack podía estar bien, y que simplemente fue al hospital por el golpe en el
cuello. Tampoco era la respuesta, deberían haberlo visto salir del set.
No podía estarse quieto con aquello y decidió regresar al set, tomo su bicicleta y salió hacia
allá. Era de noche, pero sabía cómo entrar. Durante su estancia en sus primeros días, él se
encargaba de hacer limpieza y no podía salir hasta que se cumpliera su horario, por lo que,
encontró una ventilación lo suficientemente grande para poder irse y regresar al set de vez
en cuando. Por allí entraría.
Dylan sabía que él no era el responsable de la muerte de su compañero, en caso de que haya
muerto. «por favor, no.» pensaba.
Sentía mucha culpa al no decir nada, al no ayudarlo y solo huir porque temía que lo
inculparan.
Llegó al estudio de grabación, había un único guardia de seguridad en la entrada, por lo que
no era un problema si seguía el plan y entraba por aquella ventilación, no la sellaron porque
ni siquiera sabían que estaba abierta.
Dylan se incorporó adentro del set y encendió la linterna de su celular. Si encendía las luces
de dentro del set podrían descubrirlo, se guio con el brillo de su celular y unas tenues y
parpadeantes luces que nunca se apagaban en el estudio.
El solo quería revisar por qué los oficiales de policía no encontraron el cadáver de su amigo.
Mientras avanzaba hacia la sala de descanso pudo ver de lejos que la puerta estaba abierta,
un sentimiento de alivio le recorría el cuerpo. Aunque no tenga sentido, puede que Zack
haya podido salir e ir a algún lugar seguro. Mientras avanzaba a pasos lentos otro
pensamiento lo abordó, puede que Zack haya salido, pero pudo haberse desmayado y haber
caído en algún sitio sin que lo hubiesen visto. No, la policía dijo que buscó en los alrededores
y no lo encontró. Dylan se encontró frente al marco de la puerta y antes de entrar se dio
cuenta de que, "los conserjes siempre cerraban las puertas antes de irse".
Respiró y dio un paso dentro, y luego otro. No había nada, no había ninguno de los dos
disfraces y tampoco nada de Zack. La mesa y todos los objetos que tenía encima están tal
cual deberían estar. Las pertenencias de Zack como su bolso y paraguas tampoco se
encuentran en la sala. —¿Acaso la policía o la empresa están cubriendo su muerte? —Temió
Dylan. —¿Por qué lo harían?, ¿reputación quizá? —Se dio cuenta que hablaba muy alto y
podrían sospechar que esta allí, así que susurró para sí mismo—. ¿Por qué te hice esto Zack?
Dylan se regresó por donde vino al ver que no había rastros de su compañero, pero se
preguntaba por qué los trajes no estaban, de seguro cancelarían el show, pero Dylan no
lleva más de medio día desaparecido y... «Una persona desaparecida merece el seguimiento
policial hasta pasado un día.» Pensó Dylan.
Hecho un vistazo por la entrada y el guardia de esta no se encontraba. Las puertas estaban
cerradas y varias ventanas también, todas con tablas atravesándoles. Muy confuso llegó
donde estaba la ventilación donde planeó volver a casa, pero… esta no estaba.
La linterna del celular de Dylan parpadeaba, el aire se sentía muy pesado y un escalofrío le
recorrió el cuerpo. No sabía que acababa de suceder. Entró a la sala de descansos y al volver
al set todo había cambiado. Dylan tan desorientado como asustado, empezó a buscar una
salida alterna, había dos de estas. Una de emergencias que daba al parqueo y otra en la
bodega por donde salían los camiones de carga.
Se dirigió a la primera que estaba más cerca, solo debía cruzar la zona de grabación. Había
varias cámaras y sillas que normalmente adornaban la vista de Canny y Catty mientras
hacían su show cada mañana. Dylan creyó ver algo con el rabillo del ojo, y puede que no se
haya equivocado. Una cámara cayó y se desplomó contra el suelo. Miró las ventanas de
nuevo, seguían tapadas. No comprendía lo que sucedía, pero tal vez si salía lo sabría. Llego
a la puerta de emergencia, estaba bloqueada también. Un destello le cegó la mirada, una
cámara con bombilla se encendió cerca de la puerta de emergencia, al igual que la linterna
del celular, parpadeaba, solo que cada vez aumentaba más la velocidad. Entre destello y
destello algo apareció de repente frente a la puerta. El disfraz de perro, de pie, mirando
hacia abajo.
Dylan bajó un par de escalones y llegó a la bodega donde corrió hacia la puerta, esta vez no
estaba bloqueada, simplemente no había una puerta.
Dylan miró hacia atrás, el traje que al parecer tenía a Zack dentro, no le estaba persiguiendo
más. Temía que, al subir las escaleras, este le estuviera esperando.
Su mente no procesó bien lo siguiente que sucedió, en tanto recuperaba el aliento, sus
zapatos se sentían extraños, sus calcetines se empaparon y luego los ruedos de su pantalón.
Un olor a metal muy asqueroso entro en el cuerpo de Dylan. Miró hacia abajo y notó qué lo
provocaba. Salió corriendo a como pudo de regreso al set, se movió con muchas ganas entre
la espesa sustancia. No le importaba que esa criatura estuviese allí. No pensaba ahogarse en
sangre.
Al subir vio algo aún más tétrico, pensó que no podía ser más que una pesadilla. El ambiente
había cambiado y el set aumento su tamaño, varios policías estaban sentados en varias sillas
acomodadas en fila. Todos con el mismo líquido negro que tenía aquel monstruo en los ojos
fluyendo en los suyos. Todos tenían una máscara de Canny.
El techo del set empezó a gotear el mismo líquido que casi se lo traga en la bodega. Una
catarata de sangre de pronto cayó en el área de grabación, no inundaba el piso, solo cortaba
el paso.
Dylan corrió de regreso a la entrada, pero otra catarata igual copiaba la función de la
original. Solo había un lugar donde entrar, la sala de descanso. No quería entrar allí.
De pronto el monstruo de Traje y Hombre, la fusión de Canny y Zack apareció atrás de las
cataratas, las atravesó bañando el pelaje de la botarga en más sangre. Se volvió rojo oscuro
y de repente las cuencas vacías emitieron una luz verde que dejaba en claro algo. Aquella
criatura estaba mirando directamente a Dylan. Levantó la mano esquelética y le señaló. La
boca de aquel ser se abrió y un quejido de dolor insoportable envolvió al tenebroso
ambiente.
Dylan corrió a la sala de descanso y cerró la puerta por dentro. Todo se oscureció a
excepción de su celular. Se dio la vuelta y miró que el traje de Catty estaba de alguna manera
allí. La puerta se estremeció tras un golpe, luego vino otro y otro más. Zack estaba
rompiendo la puerta para entrar. No había manera de escapar de allí. Esa cosa demostraba
que era fuerte con los porrazos con los que azotaba la puerta. Se estaba agrietando.
Por un impulso desconocido Dylan se puso el traje de Catty, apago el celular y se lanzó al
armario, se pegó a la pared y se dejó caer tal cual si fuera un disfraz vacío. Esperaba que, si
Zack entrara, lo ignoraría. Varios pedazos de madera salieron volando y Zack entró, sus ojos
verdes iluminaron la habitación en busca de Dylan. Bajo la mesa, detrás de los estantes y en
el armario. Dylan dejo de respirar cuando el monstruo abrió la puerta y se le acercó. El
disfraz de Canny chocaba nariz con el disfraz de Catty. Duró un momento así, hasta que
Canny decidió marcharse, tal vez porque no encontró lo que buscaba. ¿El traje del gato era
la solución quizá? Salió del armario e intentó quitarse la cabeza del disfraz, no podía, estaba
cocida junto con todo el disfraz. Dylan empezó a sentir claustrofobia dentro de Catty, eso
nunca le había pasado. El traje era una sola pieza.
Ubicó unas tijeras en un estante y empezó a clavarlas en el cuello del disfraz para cortarlo,
pero cuando estaba forcejeando con el disfraz alguien empujó a Dylan contra la pared e
hizo que se clavara las tijeras en el cuello.
Tenía un corte muy profundo, cuando Dylan se separó de la pared, las tijeras seguían
pegadas a su cuello. Las removió, pero había esperado mucho tiempo. El disfraz de Catty
empezó a mancharse de sangre junto con Dylan adentro.
Se dio la vuelta y miró a Canny con el cadáver pútrido de Zack. Deseó hablar, pero no lo
logro, su último pensamiento fue: —Zack, ¿Por qué?
A pesar de no poder mediar palabra, parecía que Zack lo entendía y dijo: —Me abandonaste,
me dejaste aquí para morir, me encerraste y en lugar de decirle a alguien, solo escapaste a
tu hogar. Acepta tu destino, tu nueva casa será esa botarga. Tu no me quitaste este costal
de pulgas de encima y no llamaste a la policía, ahora nadie lo hará hoy por ti—.
Dylan cayó de espaldas a la pared. Su cuerpo agonizante se sentó allí. Zack camino un poco
y se dejó caer junto a Dylan. Los dos disfraces se quedaron juntos en el suelo hasta que
ambos dejaron de moverse. Están juntos en la sala de… descanso.
William, el productor del show, estaba intentando contactar con Dylan para preguntarle
porque no había llegado esa mañana a trabajar, cuando le marco cerca de la sala de
descanso, dentro escucho un celular haciendo ruidos. Abrió la puerta y encontró el celular
de Dylan tirado cerca del armario de los trajes. Los dos disfraces no estaban allí. Cuando
William quería preguntar por su ubicación a alguien del personal, logró localizarlos cerca
de una pared. A ambos. Se acercó lentamente y tomó la cabeza del traje de Canny con una
mano y la cabeza de Catty con otra, las levanto y debajo vio... nada. Las colocó sobre la mesa
y se fue de la sala.
—Hasta pronto niños, Catty se despide miau miau—. Dijo el gato de peluche.
—Fue un placer tenerte aquí hoy Catty, yo soy Canny y no olviden el mensaje de hoy—. El perro felpudo
tomó la mano de Catty, la levantó y juntos dijeron: —Un amigo siempre va a estar allí para ti, te va a
ayudar. Tener un amigo es la mejor cosa que te puede pasar...