Informe Derecho Administrativo

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UNIVERSIDAD CRISTIANA DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS

DOCENTE:

LICDA. ADA ROSALINA MARTÍNEZ DE ARDON

PRESENTADO POR:

TATIANA ABIGAIL CORVERA MARTÍNEZ

JENNIFER YANIRA ROMERO BARRERA

TATIANA YAMILETH CORADO

ANA VICTORIA PEREZ ESCARATE

“NACIONALIZACIÓN, ESTATIZACIÓN, CONFISCACIÓN

Y EXPROPIACIÓN, DERECHO ADMINISTRATIVO II”

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES

LICENCIATURA EN CIENCIAS JURÍDICAS

SEPTIEMBRE, 2024

SAN SALVADOR EL SALVADOR CENTROAMÉRICA


INTRODUCCIÓN

La intervención del Estado en la economía y la propiedad privada ha sido, a lo largo de la


historia, un tema de gran relevancia y controversia en el ámbito del derecho administrativo.
En particular, los conceptos de estatización, nacionalización, confiscación y expropiación
reflejan las diversas formas en que los gobiernos pueden asumir el control o la propiedad
de bienes y recursos, ya sea por razones de interés público, de seguridad nacional o de
justicia social. Estos procesos, aunque con finalidades distintas, comparten el objetivo de
equilibrar el bienestar colectivo con los derechos individuales, un reto constante en
cualquier sistema jurídico que respete la propiedad privada y las libertades económicas.

La estatización y la nacionalización son mecanismos mediante los cuales el Estado asume


el control de empresas o sectores que previamente estaban en manos privadas, con el fin
de asegurar que estos operen en función del interés general. En El Salvador, estas medidas
han sido implementadas en momentos de crisis o transformación económica, con ejemplos
como la estatización de la banca y el café en la década de 1980. Por su parte, la
confiscación y la expropiación son formas más específicas de intervención estatal. Mientras
que la confiscación es una medida punitiva que suele aplicarse como sanción, y que está
generalmente prohibida en sistemas democráticos por su carácter arbitrario, la expropiación
es un procedimiento legal que permite al Estado adquirir propiedades privadas, pero
siempre bajo la condición de compensar al propietario de manera justa y previa.

Este análisis es especialmente relevante en el contexto contemporáneo, donde las


tensiones entre el mercado libre y el control estatal han dado lugar a intensos debates sobre
la función del Estado en la economía.
OBJETIVOS

1. Establecer los distintos tipos de estatización, nacionalización, confiscación y


expropiación en El Salvador y sus características dentro del marco legal del derecho
administrativo.

2. Analizar los requisitos y procedimientos que deben seguirse en cada proceso,


destacando las garantías constitucionales y los derechos de los afectados.

3. Examinar los casos históricos y contemporáneos en El Salvador en los que el Estado


ha recurrido a estos mecanismos, evaluando sus impactos económicos y sociales.

4. Distinguir las diferencias jurídicas y funcionales entre estatización, nacionalización,


confiscación y expropiación, resaltando los principios que guían cada uno de estos
procesos.
“LA NACIONALIZACIÓN”
La presente investigación que llevaremos a colación es establecer los diferentes tipos de
nacionalización o nacionalidad en el salvador y todos aquellos puntos importantes que se
deben de tomar en cuenta en el momento de establecer los tipos de nacionalidad y los
requisitos que se establecen.
Nacionalización: Acción de un gobierno existente a ejercer el control y propiedad de los
recursos productivos que estén controlados o sean propiedad de agentes privados
nacionales o extranjeros. La forma como se ha practicado las nacionalizaciones es variada,
desde la expropiación forzosa hasta la aplicación de medidas legales que contemplan el
pago de una indemnización. Los motivos que han inspirado las nacionalizaciones también
han sido múltiples, entre los que figuran razones políticas, sociales, de eficiencia
económica, estratégicas de seguridad militar, y otras.

Distinción entre la nacionalidad sociológica y política


Hay que distinguir entre la nacionalidad a secas, o si se quiere, nacionalidad “sociológica”
como realidad y vínculo sociológicos y espontáneos que no depende del derecho positivo
de los Estados y; la nacionalidad “política”, como calificación derivada del derecho positivo
de los Estados y adjudicada por él como cualidad a los individuos, pudiendo o no coincidir
con la nacionalidad a secas.

Nacionalidad sociológica.
Quiroga Levié define como la relación social en virtud de la cual los integrantes de una
población se identifican como partes de un grupo social común y que se encuentra
destinada por la unidad de lenguaje, las costumbres y de tradiciones, el sentimiento
religioso, el destino y el interés común. Por su parte manifiesta Ziulu que la nacionalidad
alude a la pertenencia de una persona a la nación con un vínculo sociológico, considerando
al nacional como el natural de una nación en contraposición al extranjero.

Nacionalidad política.
Por otro lado, y siguiendo a Bidart Campos la nacionalidad política es la que el hombre tiene
conforme al derecho positivo que se la adjudica y la que se define como la situación jurídica
con que un hombre es investido por el derecho positivo del Estado con relación al mismo
“Estado”, según un criterio que aquel derecho adopta. Por ejemplo: el lugar de nacimiento
o la nacionalidad paterna o la naturalización o el domicilio, etc. Esta nacionalidad política
puede ser por nacimiento y por naturalización.

EL IUS SOLI
La nacionalidad política por nacimiento, señala Bidart Campos, nace directa y
operativamente en la Constitución y ninguna ley puede establecer causales ni mecanismos
de privación o pérdida de aquella nacionalidad. Esta nacionalidad política se conoce como
el sistema “jus soli”, “derecho de suelo” considerada como la nacionalidad nativa, natural o
de origen en el cual, según Lete del Rio, se adquiere por el hecho del nacimiento en territorio
de la nación.

En El Salvador encontramos esta manifestación en el art. 90 No 1 de la Constitución que


regula: “Son salvadoreños por nacimiento: 1º Los nacidos en el territorio de El Salvador;”
Este tipo de nacionalidad, está destinada por su lugar de nacimiento y comúnmente se
refiere a aquellos países que tradicionalmente han dependido de la inmigración para
integrar su población.
En la Exposición de Motivos de la Constitución de 1983 se menciona que la Comisión de
Estudio del Proyecto de Constitución, aceptó como válido el criterio de “ius soli”, en virtud
del cual son salvadoreños todos los que nacen en el territorio de El Salvador.
En este sentido difirió de la Constitución de 1962 que exigía otras circunstancias
relacionadas con el parentesco además del hecho del nacimiento. El cambio efectuado
respecto de la Constitución de 1962 se relaciona con el derecho de suelo, esto es que no
exige ninguna otra condición relacionada con el parentesco a los nacidos en el territorio,
para otorgarle la nacionalidad Tanto en la Constitución de 1950 como en la de 1962 se
exigía además de haber nacido en el territorio de El Salvador, que fuese hijo de padre o
madre salvadoreño u originario de alguna de las Repúblicas de Centro América.
En cuanto al nacimiento en el territorio salvadoreño como justificación de la nacionalidad,
la Comisión tuvo en cuenta que los casos de personas que son hijos de extranjeros no
centroamericanos, son relativamente pocos y, en su mayoría, se trata de familias que han
hecho de El Salvador su segunda patria. Con esta disposición la Comisión creyó también
reparar una injusticia, más directamente relacionada con intereses económicos y con otros
prejuicios en la que se privó de la nacionalidad a hijos de inmigrantes que están totalmente
integrados en la comunidad salvadoreña. La Sala de lo Constitucional en la sentencia de
inconstitucionalidad 15-95 del 23-IV-2001 ha afirmado que el ius soli es de origen feudal.
Así, en la Edad Media el hombre se adhería al suelo sobre el que había nacido y por lo
tanto era vasallo del señor feudal o súbdito del soberano, por la mera circunstancia de haber
nacido dentro de los límites del territorio sometido a su dominio.
Actualmente, dijo la Sala la mayoría de los países establecen, específicamente, que los
individuos son nacionales si nacen dentro del territorio del Estado, de padres que, a su vez,
son nacionales del mismo. Esta regla abarca, por lo general, a la gran mayoría de los
individuos que integran el cuerpo de ciudadanos, pero, en la práctica de la vida de las
naciones, se suele encontrar grandes variantes.
La mayor parte de los países latinoamericanos se adhieren a este, que establece que el
simple hecho del nacimiento basta para conferir la nacionalidad, sin que en la determinación
de la misma influya en nada la nacionalidad de los padres.

EL IUS SANGUINI
Otro sistema relativo a la nacionalidad política es el relativo al “ius sanguinis” o derecho de
la sangre. Para Lete del Río esta se encuentra relacionado con la filiación y hace a los hijos
de la misma nacionalidad de los padres, con independencia del lugar donde se nace y se
adjudica a aquellos países de emigración que lo han mantenido, según el cual la
nacionalidad de un individuo está dada por la de sus padres y que, tal y como señala Bidart
Campos han nacido en el extranjero, pero deciden adquirir la nacionalidad por opción.
En la exposición de motivos de 1983 también se dijo que no era necesario ocasionar el
otorgamiento de la nacionalidad salvadoreña en virtud del derecho de sangre ya reconocida
en la Constitución anterior, en momentos en que circunstancias forzosas han llevado a
millares de nuestros compatriotas a vivir en el extranjero. Este supuesto lo encontramos
contemplado también en el art. 90 No 2 de la Constitución que señala:
“Son salvadoreños por nacimiento: 2º. Los hijos de padre o madre salvadoreños, nacidos
en el extranjero;”
Por otro lado, dentro de la nacionalidad política encontramos la nacionalidad por
naturalización la cual, considera Bidart Campos, se confiere al extranjero que la peticiona
de acuerdo a determinadas condiciones. Estas son fijadas en nuestro medio por el art. 92
de la Constitución la cual tiene como principales características:
a. Voluntaria;
b. Trámite previo;
c. Acto jurídico de naturalización
Se pierde conforme a las causas estipuladas en el art. 94 de la Constitución.
Este tipo de nacionalidad señala Lete del Rio, se considera derivativa por modificación o
cambio, en virtud de un hecho posterior al nacimiento, adquiriéndose por acto de autoridad
o en general, por acto o relación particular del individuo con la soberanía o con el territorio
de ésta.

“LOS ESPAÑOLES HISPANOAMERICANOS”


Así pues y conforme al citado artículo 92 de la Constitución, pueden adquirir la calidad
de salvadoreños por naturalización.
1° Los españoles e hispanoamericanos de origen que tuvieren un año de
residencia en el país;
Sobre esto y por no encontrar antecedentes inmediatos en la exposición de motivos de la
Constitución de 1983, es necesario remontarnos a la exposición de motivos de la
Constitución de 1950, donde en similares condiciones se regulaba lo referente a ello.
Se justificó en aquella época, la distinción entre españoles e hispanoamericanos y los
demás extranjeros, reconociendo los vínculos lingüísticos y demás similitudes que tenemos
con los primeros y que capacitan a éstos para integrarse fácilmente con el conglomerado
salvadoreño.

El mismo art. 92 de la Constitución señala que también pueden adquirir la calidad de


salvadoreño por naturalización:
2º Los extranjeros de cualquier origen que tuvieren 5 años de residencia en el
país;
En la Constitución de 1950 y 1962 se contemplaban estas circunstancias y además estos
extranjeros debían probar su buena conducta, tener profesión u oficio y “modo honesto de
vivir”.
De la misma forma, los antecedentes inmediatos de esta disposición los encontramos en la
exposición de motivos de la Constitución de 1950 en la cual se advierte que las condiciones
señaladas a los demás extranjeros son las que ordinariamente exigían las legislaciones
latinoamericanas sobre el particular. La Constitución de 1886 exigía para este caso, dos
años de residencia en el país, el proyecto elevó a cinco años de plazo de residencia.
3º Los que por servicios notables prestados a la República obtengan esa
calidad del órgano Legislativo;
La exposición de motivos de 1950 describe que esta disposición es de abolengo en nuestro
derecho constitucional, pues ya figuraba en la Constitución Federal de 1824, premiando así
la República a los extranjeros que le servían con lealtad.
Podemos analizar como casos representativos los siguientes:
El del serbio Vladan Vicevic quien por D.L. 963 de fecha 5-II-97 publicado en el D.O. 36, T.
334 de fecha 24-II-97 se le concedió la calidad de “salvadoreño por naturalización” por ser
es un futbolista con grandes dotes y con su arduo trabajo, espíritu de servicio y condiciones
físicas y por haberse ganado la amistad y cariño
de muchos salvadoreños, quien a su vez ha expresado su ferviente deseo de optar a la
nacionalidad salvadoreña para poder representar al país en diferentes eventos deportivos,
especialmente las eliminatorias mundialistas del campeonato mundial a celebrarse en
Francia en 1998.

4º El extranjero casado con salvadoreña o la extranjera casada con


salvadoreño que acredite dos años de residencia en el país, anteriores o
posteriores a la celebración del matrimonio.
De la misma forma, una pequeña nota que puede extraerse de la exposición de motivos de
la Constitución de 1950 es la relativa a que no era conveniente que el matrimonio
concediera la naturalización de pleno derecho al extranjero, siendo preferible que la
naturalización se hiciera constar por una manifestación expresa de voluntad. Aunque el
actual artículo 92 No 4º Cn. no exija la manifestación expresa de voluntad debe entenderse
tácitamente por el hecho de exigirse la acreditación anterior o posterior al matrimonio de los
dos años de residencia en el país.

Pérdida de la calidad de salvadoreño naturalizado.


No puede quedar fuera de nuestro análisis el art. 94 Constitución referente a los
salvadoreños naturalizados que pierden tal calidad:
a. Por residir más de dos años consecutivos en el país de origen o por ausencia del
territorio de la República por más de cinco años consecutivos, salvo en caso de
permiso otorgado conforme a la ley;
b. Por sentencia ejecutoriada, en los casos que determine la ley. Quien pierda así la
nacionalidad, no podrá recuperarla.
Ambos supuestos se han mantenido exactamente igual en las tres constituciones sucesivas
la de 1950, 1962 y 1983. Según la exposición de motivos de 1950, el primer supuesto el
salvadoreño naturalizado pierde esta calidad después de dos años de residencia en su país
de origen, con base en la presunción de arraigo material y espiritual después de ese plazo.
Si residiere en otro país, el plazo se eleva a cinco años, a partir del cual se considera que
no mantiene vínculo eficaz con El Salvador. Pero si este vínculo se demuestra, desaparece
el fundamento de la disposición. El permiso otorgado a la ley es el medio único de demostrar
que el mencionado vínculo subsiste. El segundo supuesto, referente a la pérdida de la
calidad de salvadoreño naturalizado, la misma exposición de motivos de 1950, señala que
la ley secundaria puede prever casos en que se prive de la nacionalidad salvadoreña al
naturalizado, desde luego que resulta que no es un elemento útil a la sociedad. Este caso
no estaba previsto en la Constitución de 1886. Disposiciones similares tenían en esa época
las Constituciones de Brasil, Chile, Ecuador, Venezuela y Guatemala.

Doble o múltiple nacionalidad.


Indispensable se torna el análisis también de la doble o múltiple nacionalidad. Tal situación
como ya se dijo se encuentra contemplada en el art. 91 inciso primero Cn. que permite a
los salvadoreños por nacimiento gozar de la doble o múltiple nacionalidad y en el art. 93
Cn. en lo referente a que los Tratados Internacionales regularán la forma y condiciones en
que los nacionales de países que no formaban parte de la República Federal de Centro
América conserven su nacionalidad, no obstante haber adquirido la salvadoreña por
naturalización.

Nacionalidad de personas jurídicas


Es necesario también realizar un análisis de la nacionalidad de las personas jurídicas. Ziulu
relata que un sector de la doctrina considera que se debe negar la nacionalidad a las
personas jurídicas. Bidart Campos y otros autores sostienen que las personas jurídicas
extranjeras traen aparejadas el reconocimiento de su
nacionalidad, esta doctrina ha llegado a distinguir entre sociedades nacionales y
extranjeras.
En el derecho comparado, predomina la atribución de nacionalidad. Por su aplicación han
sido esbozados 4 criterios:
a. El de la autonomía de la voluntad, según la cual deciden la nacionalidad los socios
fundadores postura con antecedentes en el derecho inglés;
b. En el lugar de la Constitución aplicado en Inglaterra y los Estados Unidos;
c. En el lugar de la sede social predomina en Francia y
d. El de la nacionalidad.

De las personas que aportan su capital a la sociedad, o la dirigen o ejercen su control.


Respecto a lo anterior, la Constitución Salvadoreña regula en el art. 95 lo siguiente: “Son
salvadoreñas las personas jurídicas constituidas conforme a las leyes de la República, que
tengan domicilio legal en el país”
Las regulaciones que las leyes establezcan en beneficio de los salvadoreños no podrán
vulnerarse por medio de personas jurídicas salvadoreñas cuyos socios o capitales sean en
su mayoría extranjeros. En la sentencia de inconstitucionalidad 15-95 del 23-IV-2001 la Sala
de lo Constitucional determinó en la ratio decidendi que en términos generales, puede
decirse que los derechos fundamentales son categorías jurídicas que constituyen el núcleo
central de la esfera jurídica del individuo, exigibles frente a otros sujetos de derecho y
particulares que engendran en estos últimos deberes y obligaciones; es decir, se trata de
verdaderos derechos generadores de una situación activa de poder concreto, que se
traduce en exigencias deducibles al Estado y a los otros particulares. Desde esta
perspectiva, no es posible concebir la nacionalidad como un derecho fundamental,
sencillamente porque ésta no es una situación activa poder concreto oponible al Estado o
a otros particulares, sino una cualidad o estado de la persona.

“LA ESTATIZACIÓN”
La estatización se refiere al conjunto de normas y procedimientos legales que rigen el
proceso mediante el cual el Estado asume la propiedad y control de bienes o empresas que
estaban en manos privadas. Este proceso implica la intervención directa del Estado en el
ámbito económico y empresarial, y está sujeto a regulaciones jurídicas que protegen tanto
el interés público como los derechos de los particulares afectados.

La estatización es lo opuesto de la privatización. Es decir, mientras que la privatización es


el proceso mediante el que una empresa pública pasa a manos privadas, la estatización es
el proceso mediante el que una empresa privada, un grupo de empresas o un sector
económico, pasa a ser de gestión pública. En otros términos, algunos economistas definen
el proceso como una nacionalización de los medios de producción. Una práctica muy común
en gobiernos de ideología socialista, nacionalista y comunista.
Diferencia entre privatización y estatización

La estatización es el concepto opuesto a la privatización. Es decir, estamos hablando de


dos conceptos que, precisamente, muestran las dos caras de la moneda.

Así pues, la privatización, como mencionábamos anteriormente, es el proceso mediante el


que una empresa pública, mediante la venta o cesión, pasa a ser parte de una compañía
privada. Pudiendo ser adquirida de forma individual, también. Mientras que, por el otro lado,
la estatización es el proceso que transforma la titularidad de una empresa privada que es
absorbida por el Estado. En este sentido, la empresa pasa a ser parte del Estado.

La estatización es un mecanismo de intervención estatal que debe respetar principios


fundamentales como el interés público, la legalidad, y el derecho a la propiedad privada,
garantizando un equilibrio entre el poder del Estado y los derechos de los ciudadanos.

Las estatizaciones en El Salvador se enmarcan en contextos de crisis política o


transformaciones económicas importantes. En algunos casos, como la estatización de la
banca y el café, fueron medidas drásticas que buscaban cambios estructurales en la
economía. En otros, como la creación de ANTEL o CEL, reflejaron la necesidad del Estado
de controlar sectores estratégicos. Sin embargo, en las décadas siguientes, muchas de
estas empresas estatales fueron privatizadas, revirtiendo el proceso de estatización, como
ocurrió en el caso de ANTEL y la banca a partir de la década de 1990. Cuando una empresa
o sector es estatizado, pasa a ser gestionado y controlado directamente por el Estado, con
el objetivo de garantizar el acceso equitativo a los servicios, fomentar el desarrollo
económico o evitar que el interés privado prime sobre el bienestar público. Sin embargo, la
estatización también puede ser criticada por aquellos que creen que la gestión estatal es
menos eficiente que la privada.

Características de la estatización en el derecho administrativo:

a. Intervención del Estado: El Estado, a través de sus órganos competentes, asume


el control de empresas o sectores estratégicos para garantizar su gestión en
beneficio de la sociedad. Esto puede estar motivado por razones económicas, de
seguridad nacional o por la provisión de bienes y servicios esenciales.
b. Expropiación: En muchos casos, la estatización involucra una expropiación. La
expropiación es una figura del derecho administrativo que permite al Estado privar
de la propiedad a un particular por razones de interés público, a cambio de una justa
compensación. Esto está regulado en la mayoría de las constituciones y leyes
nacionales para evitar abusos y proteger los derechos de propiedad.

c. Control judicial: La estatización está sujeta a revisión judicial, lo que significa que
los tribunales pueden intervenir si se consideran vulnerados los derechos de los
particulares o si el proceso de estatización no cumple con los requisitos legales. Los
afectados pueden impugnar el proceso alegando, por ejemplo, falta de
compensación adecuada o irregularidades en el procedimiento.

d. Sector estratégico: En derecho administrativo, ciertos sectores pueden


considerarse estratégicos para el interés nacional (energía, telecomunicaciones,
transporte, agua, entre otros). Esto justifica que el Estado intervenga para garantizar
que estos bienes o servicios se provean en condiciones que beneficien a la
población.

Efectos jurídicos de la estatización:

a. Cambios en la titularidad de los bienes: El Estado se convierte en propietario de


los bienes o empresas estatizadas.

b. Modificación en la forma de gestión: La administración y dirección de la empresa


pasa a manos de entes públicos.

c. Compensación económica: Los antiguos propietarios tienen derecho a una


indemnización que sea proporcional al valor de los bienes expropiados, en
conformidad con la ley.

La estatización, entendida como el proceso por el cual el Estado asume el control de


empresas o sectores económicos previamente en manos privadas, ha sido una herramienta
utilizada por diversos gobiernos a lo largo de la historia. Aunque su implementación puede
variar según el contexto político y económico, el objetivo principal de la estatización suele
ser el mismo: “garantizar que los recursos estratégicos y los servicios esenciales estén
orientados al bienestar de la sociedad en su conjunto, y no únicamente al beneficio de una
minoría o de intereses privados”.

Uno de los argumentos más sólidos a favor de la estatización es la necesidad de soberanía


económica. En muchos países, los sectores clave como la energía, la minería o las
telecomunicaciones han estado controlados por corporaciones extranjeras o grandes
conglomerados privados. En estos casos, el Estado se ve limitado para ejercer un control
efectivo sobre recursos esenciales para el desarrollo nacional. La nacionalización de estos
sectores permite al gobierno recuperar el control sobre su economía y tomar decisiones que
beneficien a la mayoría de la población, evitando que las ganancias se concentren en
manos de unos pocos.

Otro motivo central para la estatización es la redistribución de la riqueza. En economías


donde sectores estratégicos están en manos privadas, es común que los beneficios se
concentren en las élites económicas, exacerbando las desigualdades. La estatización
permite al Estado controlar la distribución de los ingresos generados por sectores como el
petróleo, la electricidad o el transporte, asegurando que estos recursos sean utilizados para
financiar programas sociales, educación o infraestructura, promoviendo así un desarrollo
más equitativo.

Asimismo, la provisión de servicios esenciales es otra justificación clave para la


estatización. Cuando sectores como la salud, la educación o el transporte están bajo control
privado, es común que se privilegie el lucro sobre el acceso equitativo. La nacionalización
de estos servicios asegura que todos los ciudadanos, independientemente de su nivel
económico, tengan acceso a estos derechos fundamentales. El objetivo es que el bienestar
social esté por encima de la lógica de mercado.

Sin embargo, la estatización también presenta desafíos. El mal manejo de las empresas
estatales puede derivar en ineficiencia, corrupción o falta de competitividad. Para que la
estatización sea exitosa, es necesario un Estado competente y comprometido con la
transparencia, así como una administración eficaz que priorice el interés colectivo.

En conclusión, la estatización es una herramienta que, cuando se usa adecuadamente,


puede transformar radicalmente la economía de un país y mejorar el bienestar de sus
ciudadanos. Aunque tiene sus riesgos, sus beneficios en términos de soberanía, equidad y
acceso universal a servicios esenciales hacen que siga siendo una opción viable en
contextos donde el mercado no garantiza el bien común.
“CONFISCACIÓN”

La confiscación etimológicamente la palabra confiscación en latín se deriva del vocablo


“confiscatio” que proviene de “fiscus”, originalmente era una canasta a contener dinero,
luego paso a ser el tesoro del Estado y tesoro imperial en Roma.

El dictador Lucio Cornelio, (en el último siglo de la República Romana, inicio un listado de
proscripciones específicamente el 3 de nov. Del 82 A.C) como representante del partido
senatorial invento un sistema de castigo y de persecución política, que cumplía una finalidad
lucrativa para el gobierno llamado proscripciones, la cual pasaría a ser llamado
posteriormente como lo que ahora se conoce como Confiscación. Así que la proscripción,
consista en declarar a un ciudadano fuera de la Ley, es decir, privado de todos los Derechos
Civiles y Políticos sin protección de ninguna clase, contra cualquier atentado por arbitrario
que fuese. Sus bienes eran Confiscados y la cuarta parte de ellos la recibía el acusador o
los acusadores como premio y compensación; frecuentemente eran asaltados sus
domicilios y saqueadas sus residencias. Durante el Imperio Romano, las penas capitales
en general, llevaban aparejadas la Confiscación de bienes y en los últimos tiempos del
imperio, la Confiscación era uno de los dos títulos de sucesión universal a favor del fisco.

Fue aplicado durante toda la edad media como un resorte del sistema feudal, admitido por
la iglesia en las relaciones entre el señor y vasallo se consideraba indiscutible, el derecho
que tenía el primero de Confiscar los bienes del vasallo cuando este era culpable de
deslealtad o infidelidad; En cambio el sistema de la iglesia católica, consistía en ordenar
mediante la “DECRETALES", la Confiscación de los bienes de los herejes en provecho de
los señores; en donde estes bienes se encontraban; si se trataba de bienes de clérigos
herejes, se aplicaban a la iglesia el lugar donde radicaban sus beneficios; así durante la
edad media la Confiscación de bienes se fue independizando del castigo personal a los
propietarios; y se aplicó más que todo como pena por delitos de carácter político, por faltas
que afectaban la organización jerárquica del sistema feudal.

En la actualidad, Según Miguel Marienhoff, en su obra "Tratados de Derecho


Administrativo", Tomo IV, Pagina 495, la define así: "Apoderamiento, por el Estado, de todos
los bienes de una persona, sin compensación alguna a favor de esta, apoderamiento
realizado a título de supuesta sanción al comportamiento o conducta del titular de los bienes
Confiscados, pero en realidad a título de represalia o venganza". Finalmente, Jorge Escola
explica que la confiscación es el apoderamiento de todos los bienes de una persona, o de
una parte sustancial o importante de ellos, los que. en virtud del acto de confiscación pasan
a poder de quien los realiza, por lo general del Estado, sin ningún tipo de comprensión o
indemnización.

CARACTERES JURÍDICOS.

Requisitos o condiciones para que se produzca:

a. Que el desapoderamiento de los bienes obedezca a causas de carácter personal


con relación al propietario.
b. Que se invoqué como causa del apoderamiento de los bienes, faltas cometidas por
el propietario.
c. Que los bienes no aparezcan calificados por la ley como de utilidad pública ni interés
general.
d. Que se ejecute como medida de castigo o represión al propietario.

Caracteres jurídicos:

a. De orden público, atribución del Estado.


b. Carece de indemnización.
c. Se impone por infracción a la ley.
d. Es de orden penal.
e. Está prohibida en nuestra Constitución Política del Estado.
f. Se da en regímenes de facto.
g. Es un arma política que afecta a la persona y a los bienes de ésta.
h. Los bienes son destinados a obras públicas

Aunque bien existe una semejanza entre nacionalización confiscación y expropiación. Estos
tienen sentidos diferentes principalmente que la confiscación no cuenta con un fundamento
legal. La Nacionalización se traduce en la transferencia de la propiedad privada, en
propiedad Pública, con miras a su utilización, en el interés general y no en el interés
particular. La Confiscación está enmarcada, por el contrario, por leyes penales y se
presenta como una medida sancionadora; no obstante, muchos países incluyendo el
nuestro prohíben la Confiscación, aunque aprueben la Nacionalización, pero, bajo dichos
aspectos, vamos a sacar algunas diferencias:

a. El objeto de la Nacionalización, consiste en bienes o actividades, la mayoría de las


veces, destinadas al ejercicio de una actividad privada; sino en el interés general y
que cabe, por consiguiente, transformarlas en propiedad pública. La Confiscación
recae, sobre cosas y sobre derechos designados que no tiene nada en común con
el de la Nacionalización, pues el apoderamiento de los objetos no van hacer
destinados a un interés general, sino que van a realizarse como una medida
sancionadora al haber infracción a una norma.
La Confiscación recae sobre los objetos que han servido para la perpetraci6n de un
hecho delictivo, y que pertenecen al delincuente, sin que sea necesario precisar la
naturaleza de esos objetos, o la existencia de vínculos más amplios.
b. El fin de la Nacionalización, es transferir al Estado, el ejercicio de una actividad o un
valor material, a fin de que sea utilizado, en el interés general y no en el particular.
En este punto esencial, ya que, el objeto de la Nacionalización, es el de utilizar los
bienes que obtiene para un fin de interés común y que si llegan a ser explotados -
debe ser para prestar un servicio a la colectividad.
En cambio, la Confiscación tiende a perjudicar los intereses materiales y particulares
de un individuo que es acreedor a una sanción, al haber incurrido en violación de
alguna norma.
c. La Nacionalización es, en esencia impersonal, ella se interesa en la naturaleza de
la propiedad o de la utilidad que constituye su objeto, desinteresadamente de la
persona del propietario.

La Confiscación, por su parte, no acepta al objeto de la propiedad sino que apunta a la


persona del propietario del bien o cosa confiscada, pues el deseo del Estado en este caso,
no proviene por un interés general, sino por considerarlo culpable, el motivo de la afectación
de sus bienes, originan el deseo de que este reciba un castigo, y por eso el Estado confisca
los bienes, sin que con esto exista beneficio para la colectividad, pues el acto confiscatorio,
solo afecta a una persona en particular, en cambio, la Nacionalización no individualiza, no
personifica, y vela por interés general y no el público.

Entrando en derecho administrativo, la confiscación en materia de derecho administrativo


es la acción mediante la cual el Estado o una entidad pública se apropia de bienes de una
persona, generalmente como consecuencia de un acto ilícito o infracción administrativa
grave. Sin embargo, es importante destacar que, en la mayoría de los sistemas jurídicos
contemporáneos, la confiscación generalizada de bienes sin compensación está prohibida
por razones constitucionales, como la protección del derecho a la propiedad.
en lugar de confiscación, en el derecho administrativo suelen emplearse otros términos y
mecanismos más adecuados como la expropiación o el comiso. Estos conceptos tienen
diferencias significativas:

Expropiación: El Estado, por razones de utilidad pública o interés general, puede tomar
propiedad privada, pero siempre debe compensar al dueño con una indemnización justa.
Contemplado en el art. 106 “La expropiación procederá por causa de utilidad pública o de
interés social, legalmente comprobados, y previa una justa indemnización. Cuando la
expropiación sea motivada por causas provenientes de guerra, de calamidad pública o
cuando tenga por objeto el aprovisionamiento de agua o de energía eléctrica, o la
construcción de viviendas o de carreteras, caminos o vías públicas de cualquier clase, la
indemnización podrá no ser previa…”.

Comiso: Suele aplicarse a bienes que se han utilizado en la comisión de delitos o


infracciones. Aunque también es una privación de la propiedad, no conlleva compensación,
ya que los bienes están directamente relacionados con actos ilícitos. Art. 127 código penal.
En El Salvador, la Constitución de la República establece la prohibición de la confiscación
en su artículo 106. Este artículo garantiza el derecho a la propiedad privada y prohíbe
expresamente la confiscación de bienes. Solo permite la expropiación por causas de utilidad
pública o interés social, y siempre con una indemnización justa.

Sin embargo, se permite el decomiso de bienes relacionados con actividades ilícitas, pero
esto es distinto de la confiscación. Por ejemplo, en el caso de bienes vinculados al
narcotráfico o delitos graves, la Ley Especial de Extinción de Dominio y de la Administración
de Bienes, aprobada en 2013, regula el decomiso o la extinción de dominio de bienes
obtenidos ilícitamente; Por lo tanto, en El Salvador, la confiscación no está amparada por
ninguna ley, ya que está prohibida constitucionalmente.

“EXPROPIACIÓN”

La expropiación en el salvador es una acción que toma el Estado para el fin o el beneficio
de la utilidad pública o de interés social, es decir es Estado tiene la facultad para tomar
propiedad privada siempre y cuando sea para la finalidad que se señala anteriormente, el
estado no puede quitar el derecho de propiedad a un cuidado solo por el mero hecho de
que tenga una mayor potestad, para poder proceder a este hecho es necesario tomar en
cuenta la finalidad para la cual se va a tomar ese bien si cumple los requisitos legales que
exige la ley. Es imprescindible conocer sobre dicho tema, por lo anterior se desarrollará un
pequeño análisis sobre la expropiación.

¿Qué es la expropiación?

La expropiación es un proceso legal mediante el cual un gobierno o entidad pública toma la


propiedad privada de una persona o empresa, generalmente con el propósito de utilizarla
para un bien público o social, como la construcción de carreteras, hospitales o
infraestructura. A cambio, el propietario recibe una compensación económica justa. Este
procedimiento suele estar regulado por leyes nacionales que establecen los derechos del
propietario y las condiciones en las que puede llevarse a cabo la expropiación.

¿Por qué se da la expropiación?

La Constitución de El Salvador establece en su artículo 106 que “la expropiación procederá


por causa de utilidad pública o de interés social, legalmente comprobados, y previa una
justa indemnización”, también indica que “se prohíbe la confiscación ya sea como pena o
en cualquier otro concepto”.

Tipos de expropiación

Expropiación forzosa: La expropiación forzosa es el procedimiento por el cual la


Administración Pública le puede quitar a una persona un bien o un derecho, ya que existen
intereses colectivos que prevalecen, a cambio del pago de un precio llamado compensación
económica.

¿Cómo se da la expropiación forzosa? Para que se dé una expropiación forzosa, son cuatro
requisitos fundamentales que deben cumplir: primero debe haber una declaratoria de lo que
se persigue, la segunda una necesidad indispensable de obtener ese bien o parte, la otra
a es la determinación del precio y finalidad.

Expropiación voluntaria: La expropiación voluntaria ocurre cuando el propietario de un


bien privado decide, de manera voluntaria y sin necesidad de una imposición forzada por el
gobierno, ceder su propiedad a una entidad pública o al Estado. A diferencia de la
expropiación forzosa, en la voluntaria ambas partes (el propietario y el Estado) llegan a un
acuerdo mutuo sobre las condiciones de la transferencia, incluyendo la compensación
económica, sin necesidad de un proceso legal coercitivo.
Este tipo de expropiación puede ser más ágil y menos conflictiva, ya que ambas partes
están de acuerdo desde el inicio.
CONCLUSIÓN

La estatización, la nacionalización, la confiscación y la expropiación demuestra que el


Estado tiene herramientas poderosas para intervenir en la economía y en la propiedad
privada cuando existen razones de interés público. Sin embargo, cada una de estas
acciones debe estar estrictamente regulada para evitar abusos y garantizar el respeto a los
derechos fundamentales, como la propiedad privada. La adecuada aplicación de estos
mecanismos puede contribuir al desarrollo equitativo y a la protección de sectores
estratégicos, pero su mal uso puede generar conflictos y perjuicios sociales. Por lo tanto,
es fundamental que el Estado actúe con transparencia y en apego a la legalidad en cada
uno de estos procesos.

El análisis de estos mecanismos demuestra que el derecho administrativo es un ámbito


clave en la regulación de las relaciones entre el Estado y los ciudadanos, especialmente en
lo que respecta a la intervención estatal en la economía y la propiedad privada. Aunque la
estatización, la nacionalización, la expropiación y la confiscación pueden ser herramientas
útiles para promover el interés público, también presentan desafíos significativos que
requieren una cuidadosa implementación. Una gestión inadecuada, falta de transparencia
o el uso indebido de estas herramientas pueden generar desconfianza, conflictos sociales
y, en algunos casos, el debilitamiento del Estado de derecho. Es esencial que las decisiones
de intervención estatal se tomen dentro de un marco legal que respete los derechos
humanos y constitucionales, que promueva la equidad y que asegure la sostenibilidad
económica.

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