Material de Estudio Didáctica de La Lengua
Material de Estudio Didáctica de La Lengua
Material de Estudio Didáctica de La Lengua
Área Educación
Titulación: Grado Educación Infantil/Primaria
Asignatura: Didáctica de la Lengua y la Literatura
Didáctica de la Lengua y la
Literatura.
Material de examen
Didáctica de la lengua y la literatura
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Didáctica de la lengua y la literatura
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1. INTRODUCCIÓN
La Didáctica de la Lengua y la Literatura (DLL) es una disciplina reciente (1960) que pretende dar
soluciones a los problemas que surgen en el aprendizaje, así como elaborar propuestas didácticas y
reflexionar sobre las distintas metodologías con las que podemos abordar la enseñanza de la materia.
Antiguamente, la enseñanza de la lengua se basaba en la explicación de la gramática y se trabajaba
sobre la lengua escrita, no la oral. En la década de los sesenta este sistema tradicional de enseñanza
entra en crisis. Los objetivos de la asignatura son rediseñados y se buscan, a partir de entonces, nuevas
metodologías. Una serie de nuevas disciplinas, interesadas en el componente social de la lengua, en su
uso real y en el proceso de enseñanza-aprendizaje, van a revolucionar la manera de acercarse a esta
materia. La asignatura ya no tratará tanto de que sepan, sino de que hagan, es decir, de que mejoren su
comportamiento lingüístico.
El objetivo fundamental del maestro de Lengua y Literatura será, a partir de entonces, desarrollar la
competencia comunicativa de sus alumnos para que puedan alcanzar todo su potencial, tanto de
forma oral como escrita, en las nuevas sociedades postindustriales. Esto facilitará su futura
interacción social y su acercamiento a otras materias, pues no debemos olvidar que la lengua es
materia vehicular, es decir, el instrumento a través del cual se accede en muchas ocasiones a otros
saberes.
La antigua escuela se centraba demasiado en la transmisión de contenidos, el estudio de la gramática
alejada de las situaciones de comunicación reales de los alumnos y convertía la literatura en un
inventario de autores y etiquetas que había que aprender de memoria. Las nuevas metodologías
sustituyen estas clases magistrales por formas activas de enseñanza basadas en la comunicación. Se
pretende que los alumnos sientan la lengua como un instrumento vivo y cercano, que sientan placer
cuando leen, que trabajen con todo tipo de textos. Sólo así podremos formar a alumnos críticos,
capaces de razonar, organizar sus ideas y expresarlas correctamente.
El desarrollo de la lingüística desde el último cuarto del siglo XX ha aportado grandes avances a la
DLL. Disciplinas como la Sociología del lenguaje, la Pragmática, la Lingüística del texto o la
Psicolingüística han contribuido a cambiar las perspectivas de la asignatura de Lengua y Literatura, así
como su didáctica. De los antiguos modelos descriptivos, propios de escuelas como el estructuralismo
o el generativismo, se ha pasado a modelos en los que el objeto de estudio es el valor comunicativo y
social del hecho lingüístico, teniendo muy en cuenta el uso real de los hablantes.
La competencia comunicativa está formada por cuatro subcompetencias:
a) Competencia lingüística: dominio del léxico, la fonología, la morfología, la sintaxis, la semántica…
b) Competencia sociolingüística: dominio de las reglas socio-culturales.
c) Competencia discursiva: dominio de los recursos de coherencia y cohesión textual.
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2. LA EXPRESIÓN ORAL
El proceso de adquisición del lenguaje sigue generando interés para muchos investigadores. Si bien ya
es un hecho probado que hay un área cerebral destinada a él, aún hay grandes incógnitas en el proceso
de aprendizaje del mismo. La teoría propuesta por el lingüista Chomsky ha tenido mucho éxito. Él nos
dice que el cerebro del niño está preparado para recibir la gramática de cada lengua, pues asume la
existencia de los universales, que serían algo así como casillas/categorías vacías gramaticales que el
niño iría llenando con las palabras propias de su lengua materna. Esta teoría recibe el nombre de
teoría innatista.
El bebé pasa del balbuceo (prelenguaje) a las palabras señal hacia el año de vida (papá, agua). A los
tres años suele hacer frases completas, aunque sencillas, y a los cinco años podemos decir que conoce
la lengua materna: puede expresarse en situaciones cotidianas y expresar sus deseos y actividades
rutinarias. A los 11 se supone que ha aprendido las estructuras principales del lenguaje y partir de ahí
irá aprendiendo vocabulario y estructuras más complejas.
La expresión oral ha sido la gran olvidada por las antiguas DLL. La moderna DDL pone de relieve la
importancia de esta competencia comunicativa, ya que es la más usual en nuestras vidas y es muchas
veces a través del diálogo la forma en la que se produce el aprendizaje significativo. El desarrollo de la
destreza oral será uno de nuestros principales objetivos como docentes, pues su dominio es
imprescindible para la interacción social. Para conseguir una buena competencia oral debemos tener
en cuenta:
a) La corrección gramatical: el mensaje no debe tener incorrecciones fonéticas, morfológicas,
semánticas, sintácticas o léxicas. Debe ser un texto coherente (Lingüística del texto).
b) La adecuación pragmática: el texto debe ser apropiado a su contexto, destinatarios y finalidad.
Recordemos que la Pragmática es una disciplina que estudia la lengua en su uso y evalúa los
enunciados en cuanto a su adecuación discursiva. Un enunciado puede ser gramaticalmente correcto,
pero no adecuado. Es por eso que el estudio del contexto es primordial para construir un discurso
apropiado. Los pragmáticos entienden el contexto no solo como el lugar en el que se realiza el acto
comunicativo, sino como los conocimientos compartidos por emisor y receptor. El conocimiento del
contexto es fundamental para romper las ambigüedades, para saber a qué se refieren los deícticos
(ejemplo: los pronombres) y para entender los actos de habla indirectos de los que nos habla Dijk,
quien nos enseña que con cada enunciado que emitimos se producen tres actos: el acto locutivo, el
ilocutivo y el perlocutivo. El acto locutivo es la cadena de significantes en sí (“Tengo calor”), el
ilocutivo sería lo que hacemos a través de ese enunciado (enunciar, prometer, ordenar, informar), en
este caso: enunciar nuestro malestar por la temperatura, el acto perlocutivo hace referencia al efecto
que nuestro enunciado provoca: supongamos que uno de los oyentes abre la ventana.
La Pragmática divide la lengua en tres niveles: el nivel diatópico, el diastrático y el diafásico. La
variedad diatópica se relaciona con el origen geográfico del hablante, con su tipo de habla o dialecto.
La variedad diastrática tiene que ver con la edad, el sexo y, sobre todo, la clase social a la que
pertenece el individuo (sociolectos). La variedad diafásica tiene en cuenta la situación comunicativa,
pues los hablantes usamos un registro u otro dependiendo de ella (registros).
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Así, por ejemplo, podemos organizar un debate. Es conveniente haber avisado a los alumnos con
anterioridad, de esta forma ellos pueden haber investigado un poco acerca del tema a tratar y haber
organizado mejor sus ideas. Podemos repartir tareas entre ellos: uno será el moderador, otro medirá los
tiempos evitando que nadie monopolice el tiempo, otro resumirá al final las ideas dichas más
importantes...También haremos hincapié en el respeto al turno de palabra, en expresarse con claridad,
respetar otras opiniones, no exaltarse, argumentar siempre nuestra opinión... Al final del mismo
pueden ser los propios alumnos los que evalúen sus aciertos/ errores para realizar un mejor debate la
próxima vez. Por ejemplo: todos debemos participar, el lenguaje empleado no ha sido el adecuado...
Otro género oral que podemos practicar en clase es la entrevista, un registro más bien formal en el
que hay que documentarse sobre la persona entrevistada. En cursos altos podemos hacer que el
entrevistado sea el presidente del gobierno o algún cantante o deportista que les guste, pero también
podemos acercar el género de forma divertida a los más pequeños, como en la actividad que propone
Olga Capdevila en su Cuadernito de escritura divertida: entrevistar a un piojo. Esta actividad también
incluye juegos de rol (dramatización), lo que favorece su faceta interpretativa y creativa.
La exposición es un género formal muy ligado a la vida académica y que consiste en organizar un
discurso para dar a conocer información a un auditorio. Los contenidos deben estar bien estructurados
(introducción, desarrollo, conclusión) y el emisor puede aportar material complementario a sus
oyentes, así como ayudarse de diapositivas o un guión. Es muy importante que no lean, pues entonces
no estarían desarrollando la expresión oral, sino la mera lectura. También debemos valorar el
componente paralingüístico y no verbal del discurso: pausas, entonación, velocidad, gestos... Es una
buena idea que la exposición acabe con unas palabras de agradecimiento al auditorio, así como un
turno de preguntas por si alguien tiene alguna duda.
Al ser un registro formal debemos corregir el uso de coloquialismos y promover el uso de la lengua
estándar, sin jerga juvenil o léxico impreciso.
También podemos promover la narración de relatos, inventados o no, por parte de los alumnos, nos
pueden contar una película, lo que ocurre en un comic mudo, una anécdota personal... Así como hacer
ejercicios de lectura dramatizada o recitación de textos poéticos, proponer representaciones teatrales o
juegos de rol en situaciones ficticias.
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3. LA EXPRESIÓN ESCRITA
Dependiendo del canal utilizado en el lenguaje verbal hablamos de comunicación oral o comunicación
escrita. La escritura es un código específico con características propias y, al contrario que el código
oral, no se aprende de forma natural. Los rasgos generales de ambas pueden resumirse en el siguiente
cuadro:
ORAL ESCRITA
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La metodología fonética asocia las letras a sonidos y gestos. Estos se van uniendo a vocales para
formar sílabas y luego palabras.
La metodología silábica parte, como su nombre indica, de la sílaba.
Grande correspondencia grafema-fonema en el español
Estos tres métodos son especialmente válidos para las lenguas en las que las grafías se corresponden
fácilmente con sonidos, como el español, por ejemplo. Para lenguas cuya escritura difiere mucho de la
pronunciación se usan los métodos de construcción de sentido, en los que se parte de la palabra, la
frase o incluso alguna pequeña historia.
La ortografía del español es prácticamente fonológica, es decir, hay una gran correspondencia entre
fonemas y letras, y hay solo cinco vocales, pues las vocales largas y cortas latinas no han llegado hasta
nosotros. Para enseñar ortografía hay que acudir a la memorización de ciertas reglas y prestar atención
a las partes más complicadas: g/j, b/v, c/z, s/z/c -en hablante seseantes-, h...
Podemos hacer ejercicios de memorización, recurrir a los miles de ejercicios interactivos que ofrece
internet, hacer asociaciones de palabras, crear crucigramas con palabras dificultosas, ejercicios de
huecos...
También debemos trabajar otros asuntos ortográficos como la presentación del texto, la acentuación y
la puntuación.
Las reglas de acentuación del español son fáciles: agudas, llanas, esdrújulas, sobreesdrújulas,
diptongos, triptongos, hiatos, monosílabos y tilde diacrítica.
Diptongo: C+A A+C C+C (si son distintas)
Triptongo CAC
Hiatos A+A C+A
o Fuerza en la
cerrada hiato
o Fuerza en la
abierta
diptongo
La puntuación ha sido
tradicionalmente más
descuidada y es muy habitual ver a
alumnos de bachillerato o universitarios que no la manejan bien. Es por esto que debemos incidir en
ella. Lo mismo puede decirse de la forma de presentar los escritos (a mano o a ordenador). Los
alumnos deben familiarizarse con el procesador de textos, conocer el teclado, la paginación, las notas a
pie de página, los márgenes, índices, tablas, interlineados...Es aconsejable que el profesor dé unas
normas claras antes de recoger los trabajos.
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Los alumnos deben saber que el texto escrito es, casi siempre, un texto planificado de antemano, por lo
que antes de empezar a escribir es aconsejable dedicar un poco de tiempo a pensar qué vamos a decir y
cómo. Una ver que comencemos con la redacción, hay que revisarlo y reelaborarlo continuamente.
Algunas estrategias que podemos utilizar para que nuestros alumnos practiquen la producción de
textos pueden ser las siguientes: hacer redacciones, descripciones de objetos o personas, fragmentos
dramáticos que luego hay que representar, e-mails, biografías, rellenar un formulario oficial, un
trabajo monográfico, un cómic, un cartel publicitario, concurso de cuentos o poesías... Importancia de
la reflexión.
Es importante que conozcan las características de los distintos escritos o géneros, para que así sepan
qué pautas deben seguir. La mayoría no podrán hacer buenos textos si no conocen los modelos o no
dejamos claro qué es lo que queremos: estructura del texto, lenguaje apropiado, destinatario...
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Para ejercitar la comprensión lectora podemos proponer múltiples actividades: podemos proponer un
cuestionario al final del texto, podemos darles respuestas sobre un texto y ellos deben elaborar las
preguntas, pueden reconstruir un texto a partir de fragmentos desordenados, proponerles que hagan un
esquema, imaginar cómo sigue el texto, darles unas instrucciones de montaje de algún pequeño
mueble e ir siguiéndolas, seguir una receta de cocina, dar a cada uno una noticia del periódico y hacer
que las resuman oralmente...
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El aprendizaje del vocabulario es un proceso que dura toda la vida. Las teorías lingüísticas
cognitivistas han aportado valiosos descubrimientos de gran utilidad para la DLL. Estas teorías parten
de la idea de que las palabras almacenadas en nuestro cerebro están interconectadas, es decir, ligadas
por su similitud formal y/o semántica. Esto se puede comprobar ya que muchas veces no nos sale la
palabra que buscamos y pensamos en otra con un significado o significante similar. No se ubican
entonces como una lista, sino como una red. De este conocimiento podemos inferir que tiene mucho
más sentido aprender palabras en grupo y en el contexto del enunciado, pues así seguiríamos la
tendencia natural de nuestra memoria.
Los niños aprenden primero todo de memoria (“dije”), después, cuando conocen las reglas, las aplican,
incluso cuando no se debe (“decí”), por último, aprenden a utilizar la regla y a memorizar las
excepciones.
Muchos estudiosos del lenguaje trabajan con pacientes afásicos que recuerdan algunas categorías
gramaticales sí y otras no, así, por ejemplo, algunos recuerdan los adjetivos, pero no los verbos. Otras
personas, tras un accidente, recuerdan los nombres de los meses, pero no los de los animales. Estos
estudios parecen certificar lo dicho anteriormente: Almacenamos las palabras en grupos semánticos y
también en categorías morfológicas. Parece que las conexiones semánticas son las más fuertes de
todas. De todo esto se desprende una gran aplicación pedagógica: será mucho más sencillo para
nuestros alumnos recordar una palabra nueva si la conectamos a una red semántica que ya tengan
construida.
El estudio del léxico nunca debe convertirse en una lista de palabras sin contexto. Cada vocablo debe
estar asociado al menos a un contexto de uso y debemos proporcionar varios ejemplos, para que los
estudiantes vean con qué otras palabras que conocen comparten rasgos semánticos y fonéticos.
El conocimiento de las distintas palabras se puede organizar por niveles. En ocasiones los alumnos
desconocen por completo una palabra, otras veces la han oído, pero no saben exactamente su
significado. Otras veces la conocen o tienen una idea de lo que significa, pero solo unida a un
contexto. Cuando realmente la conocen bien es cuando la usan y saben lo que significa en contexto y
descontextualizada. También cuando conocen muchas de sus acepciones, sus connotaciones -
eufemismos y tabúes-, su funcionamiento sintáctico y el registro al que pertenecen, así, una palabra
puede ser vulgar o un regionalismo -no propio de un texto formal que demanda la lengua estándar-.
Para trabajar el léxico es fundamental el uso de un buen diccionario, con muchos ejemplos y un nivel
adecuado al nivel de los estudiantes. Hay multitud de diccionarios que pueden sernos muy útiles
como herramienta de trabajo: escolares, de sinónimos y antónimos, de dudas y dificultades, inversos,
ideológicos, etimológicos, de refranes, modismos y frases hechas, de argot, técnicos, de frecuencias...
Con el diccionario se pueden hacer también muchas actividades lúdicas. El profesor, por ejemplo,
propone una palabra que los estudiantes desconocen. Ellos deben hacer sus propias definiciones.
Luego se leen todas y cada uno vota a la que cree que es la real. De esta forma también aprenden a
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definir e imitar el lenguaje del diccionario. También podemos hacer una frase y sustituir alguna
palabra por la definición que de ella da el diccionario. Los participantes deben adivinar la frase inicial.
Hay infinitud de actividades que podemos plantear para trabajar el léxico. Les podemos pedir que
propongan antónimos, hipónimos o hiperónimos a una palabra contextualizada, que relacionen
palabras con su definición, que remplacen unas palabras por otras dentro de un texto, que rellenen
huecos, que nombren otras palabras del mismo campo semántico, que inventen crucigramas o sopas de
letras, que hagan constelaciones con palabras que nos surgen a partir de un imput, que dramaticen
situaciones donde utilicen esas palabras, que identifiquen la palabra tabú, que pasen un texto plagado
de léxico estudiantil a la variedad estándar...
También es fundamental que los docentes seleccionemos muy bien las palabras nuevas que
presentamos y que pensemos en su nivel de frecuencia y en la utilidad que les puede aportar.
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6. LA GRAMÁTICA
La gramática debe ser objeto de reflexión y tiene que servir para ayudar en la producción y
comprensión de textos; por tanto, debemos fomentar lo práctico, partir de oraciones reales y evitar
caer en extensas teorías alejadas de la realidad de los estudiantes. Eso sí, hay que seguir estudiando
gramática, pues conocer las estructuras lingüísticas ayuda en la producción de textos.
La DLL apuesta por una gramática comunicativa que estudie el uso de la lengua y no oraciones en
abstracto, aisladas, o mera teoría. La gramática comunicativa se centra en actos comunicativos reales,
en las percepciones y producciones de los usuarios de la lengua.
En 1492 Antonio de Nebrija publica su Gramática de la lengua castellana, a partir de entonces son
muchas las que se han publicado. Yo creo qua hay dos que resultan de especial utilidad para el
maestro de Lengua y Literatura, la de la RAE, ya que es una gramática prescriptora y normativa, y la
de Gómez Torrego. Esta última es muy pedagógica, pues está enfocada a estudiantes y presenta
muchos ejemplos y ejercicios de fácil comprensión. Además, parte de ejemplos reales, que hemos
visto que es fundamental, y rehúye de oraciones artificiosas alejadas de la producción lingüística de
los estudiantes.
Ya hemos visto anteriormente que cuando un hablante se comunica tiene que poner en práctica una
serie de habilidades, pues la competencial gramatical forma parte de la más amplia competencia
comunicativa. La gramática estudia la lengua como objeto material y analiza tanto sus unidades
léxicas como las reglas de combinación en la cadena sintáctica.
Esta competencia lingüística se estructura en cinco niveles:
1) El nivel fonético fonológico: En la enseñanza primaria no es necesario trazar la frontera teórica
entre fonética y fonología, aunque el profesor sí debe conocer la diferencia entre fonema -unidad
abstracta propia de la fonología- y sonido -fonética-. El profesor, solo o con la ayuda de un logopeda,
debe ayudar a los alumnos que así lo requieran a una clara pronunciación y discriminación entre los
sonidos, algo que les ayudará en la lectura, expresión oral y en la ortografía (grafías y tildes). También
puede corregir en contextos formales pronunciaciones relajadas del tipo: “Ha encontrao”.
Los fonemas se clasifican en sonoros y sordos según la vibración o no de las cuerdas vocales. Según la
acción del velo del paladar serán nasales u orales. Dependiendo del modo de articulación pueden ser
oclusivos, fricativos, africados, laterales o vibrantes. Por último, teniendo en cuenta su punto de
articulación, los clasificamos en bilabiales, labiodentales, interdentales, dentales, alveolares, palatales
o velares.
2) El nivel morfológico: La morfología centra su campo de estudio en la palabra. Así, dependiendo de
la edad de los estudiantes, debemos presentarles los siguientes conceptos:
Deben comprender que las palabras constan de unidades más pequeñas cargadas de significación.
Estos segmentos se llaman monemas y se dividen en morfemas y lexemas.
También deben conocer las clases de palabras, dependiendo de su forma y función comunicativa: el
sustantivo, el verbo, el adjetivo, el pronombre, el determinante, la preposición, la conjunción, el
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adverbio, los marcadores y las locuciones -grupo de palabras que funcionan como una solo categoría
gramatical-.
También deben trabajar los procedimientos de formación de nuevas palabras: derivación,
composición, parasíntesis...
3) El nivel léxico:
Desde un punto de vista histórico las palabras pueden ser patrimoniales, cultismos, préstamos,
neologismos, arcaísmos, acrónimos o siglas. Deben, dependiendo de su edad, reflexionar sobre el
origen del léxico, así como prestar atención a la situación de uso de los diferentes vocablos o
expresiones (familiar/formal). Deben conocer los modismos, refranes y frases hechas más habituales,
así como trabajar con partículas como las interjecciones o las onomatopeyas.
4) El nivel sintáctico: Los alumnos de primaria, e incluso en los primeros cursos de secundaria,
trabajan la sintaxis dentro del marco de la oración simple, es decir, la que solo posee un núcleo verbal
-aunque haya dos formas verbales como en la perífrasis o en las formas compuestas de los verbos-.
Antes de nada, es importante señalar que todos los profesores del centro escolar deberían seguir el
mismo método de análisis sintáctico y utilizar la misma terminología. No hacerlo resulta muy confuso
para los estudiantes y puede provocar su frustración ante la materia. Es por esto que, si se decide
llamar a un sujeto elíptico, es conveniente que en el siguiente curso no lo designen sujeto omitido o
tácito. Lo mismo con la forma de analizar: cajas, diagramas arbóreos...
Deben saber clasificar las oraciones en función de la actitud del hablante: enunciativas, interrogativas,
exclamativas, dubitativas, desiderativas e imperativas. También teniendo en cuenta la estructura del
predicado: personales/impersonales, transitivas/intransitivas, atributivas/predicativas, activas/pasivas.
Deben saber analizar las posibles partes constituyentes de un sintagma nominal en función de sujeto:
núcleo, determinante, complemento del nombre, aposición... Y deben conocer los posibles
complementos de un predicado: complemento directo, complemento indirecto, complemento de
régimen, complemento agente, complementos circunstanciales, atributo y complemento predicativo.
5) El nivel semántico y pragmático: En el nivel semántico hay que trabajar con la sinonimia y
antonimia, la polisemia y la homonimia, los hiperónimos y los hipónimos, las palabras homófonas y
homógrafas, los estereotipos, la denotación y la connotación, los campos semánticos y las familias
léxicas.
La pragmática se aplica al estudio del texto, entendiéndolo como unidad comunicativa básica. Por ello,
desde esta perspectiva, hay que trabajar mucho la semántica del texto. Para ello hay que trabajar esta
serie de aspectos: buscar el tema, resumirlo, hacer esquemas de él, dividirlo en partes y ver cómo se
relacionan, ver la finalidad del texto...
Hay millones de ejercicios que podemos inventar para enseñar gramática. Podemos acercarnos a los
muchísimos que hay en la red diseñados con el programa Hot Potatoes o con el programa Clic, yo
propondré solo algunos:
Un ejercicio puede consistir en darles un texto interesante previamente vaciado de conectores. Los
alumnos deben proponer conectores que doten al texto de sentido. Otra actividad sería sustituir los
nombres de un texto por pronombres. Otra consistiría en analizar sintácticamente alguna frase graciosa
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dicha por algún estudiante o en el verso de alguna canción de moda, cuando es algo divertido y
cercano a ellos siempre prestan más atención.
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b) El lenguaje poético:
A través del conocimiento del lenguaje poético nuestros estudiantes entrarán más fácilmente en los
textos literarios y también aumentarán su capacidad creativa. La literatura juega con el lenguaje, lo
retuerce y hace que nos fijemos en su propia forma. De esta manera conocerán más opciones
expresivas de gran valor estético. Si bien los recursos que vamos a estudiar están también presentes en
el habla cotidiana o en otros tipos de discursos, es, sin duda, en la literatura donde su frecuencia es
mayor.
Comenzaremos presentando una clásica clasificación de los géneros literarios, si bien, debemos
entender que las fronteras no son rígidas y que un texto como, por ejemplo, una fábula, puede
pertenecer a dos categorías: a la poesía y al género didáctico, o un fragmento de una novela puede ser
inmensamente poético.
1) La lírica: suele ser un discurso muy subjetivo en el que predomina la función emotiva y poética, se
aleja mucho del habla coloquial y está plagado de recursos expresivos. En ocasiones aparece la voz del
“yo lírico” y usa, habitualmente, el verso.
Entre los subgéneros más importantes están: las jarchas, las canciones populares cantadas, la canción
petrarquista, la égloga, la oda, la elegía, el caligrama...
2) La narrativa: desarrollan una historia en un mundo ficticio. La historia es contada a través de la voz
del narrador, que es quien presenta a los personajes en un espacio y tiempo determinados. El lenguaje
es normalmente menos artificioso que el de la lírica.
Los subgéneros más importantes de la narrativa son: el cuento, la fábula, el poema épico, el romance y
la novela.
3) El teatro: es un texto escrito por un autor para ser representado por un director de escena. Está
compuesto de diálogos, acotaciones y apartes. Puede ser en prosa o en verso.
Los subgéneros más importantes son: la tragedia, la comedia, la tragicomedia, el drama, el auto
sacramental, los entremeses, la farsa y el sainete.
4) El género didáctico: su finalidad es instruir. Suele estar escrito en prosa.
La epístola, los diálogos y el ensayo son los subgéneros más conocidos.
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Las brujas, Charlie y la fábrica de chocolate-, Enid Blyton -Los cinco-, Elena Fortún -Celia-, José
María Sánchez Silva -Marcelino pan y vino-.
Es a partir de 1975 cuando se produce el período de mayor esplendor editorial en LIJ. Citaremos solo
a algunos: Joan Manuel Gisbert, Gustavo Martín Garzo, Elvira Lindo, Jordi Sierra i Fabra y, cómo no,
J.K. Rowling con su archiconocida saga de Harry Potter.
También surgen en el siglo XX grandes personajes del comic como Mafalda, Tintín, Asterix o
Mortadelo y Filemón. Textos muy útiles para la práctica escolar.
La LIJ actual presenta libros atractivos y trata, junto a los temas clásicos de aventuras y fantasía,
asuntos más intimistas y/o humorísticos, temas que incumben a los chicos de hoy: las familias
monoparentales, la vejez, las guerras, la inmigración, el reparto equitativo de tareas, la soledad, las
minusvalías, la libertad, el feminismo...
La literatura permite a los chicos estimular su fantasía y vivir otras vidas en las que son piratas
surcando los mares o detectives a punto de descubrir un gran misterio. Pueden contemplar la inmensa
selva desde su sillón y sentir las penas y alegrías de sus personajes.
Hay obras de inmensa calidad literaria y otras, en cambio, que han dejado de lado el componente
literario en favor del pedagógico. Creemos que hay que buscar la calidad literaria, pues esta carencia
podría provocar la pérdida de lectores. También es primordial que las obras sean adecuadas a sus
intereses y capacidades lectoras y que contribuyan a la mejora de las competencias.
Es también muy importante que seleccionemos bien las lecturas, pues sus páginas se convierten en
transmisoras de conductas, valores e ideologías. Los cuentos inoculan valores, favorecen la
socialización y transmiten la cultura de una generación a otra. Bettelheim afirma que lo que los
cuentos muestran a los niños es la lucha contra las dificultades de la vida y les enseñan que, si no se
huye, los obstáculos se dominarán y saldremos victoriosos. De esta forma les ayudan a madurar y a
adquirir valores como el esfuerzo, la valentía, la honradez o la generosidad, y es que los cuentos
proporcionan ejemplos.
En Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Bruno Bettelheim nos habla de la función terapéutica de los
cuentos de hadas tradicionales, y que él utilizó como terapia para niños que habían sufrido el
holocausto nazi. En estos cuentos tradicionales, al contrario que en muchos actuales, el mal y el bien
están presentes y son fácilmente identificables, es decir, no hay ambivalencias como se dan en la
realidad: todos tenemos luces y sombras. Estos personajes tipo ayudarían a que los niños conozcan la
diferencia entre el bien y el mal. Este estudioso también afirma que los cuentos gustan a los niños
porque ven reflejados en ellos sus propios conflictos, así, por ejemplo, la bruja representa a la madre
mala y el hada a la madre buena, dos caras de su propia madre.
Otro de los dilemas con los que se enfrenta el maestro de Lengua y Literatura es si recurrir o no a
adaptaciones. Algunos creen que es una forma de acercar la gran literatura a los niños y un estímulo
para su futura lectura, pero muchos otros creen que son obras intocables y que los niños no están
preparados para acceder a su verdadero valor, dicen que muchas están tan manipuladas y
empobrecidas que no tienen ningún parecido con la obra original. Así que sigue siendo un tema sobre
el que cada maestro deberá llegar a sus propias conclusiones.
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Es por tanto una difícil tarea seleccionar libros de lectura, si bien, parece claro que hay una serie de
elementos que hay que tener en cuenta: la calidad literaria, la opinión de otros lectores y los valores
morales que transmita. También hay que cerciorarse de que no dejamos de lado de forma sistemática
ciertos géneros, como suele ocurrir con el dramático o poético.
Fomentar la lectura tiene que ser uno de nuestros principales objetivos como docentes, que
intentaremos conseguir que los estudiantes vean en la lectura una fuente de deleite y enriquecimiento
personal. Tenemos que invitarles a leer, excitar su interés, no forzar u obligar. Es por eso que debemos
usar todas las artimañas y estrategias a nuestro alcance para acercar el libro al niño. Debemos
conquistarlos y pensar mucho la selección de libros que les presentamos. Podemos, dependiendo de
los niveles, decorar la clase, disfrazarnos de un personaje o decir que no habrá examen para que lo
vean como algo ameno, de ocio. Hay que presentar el libro de forma atractiva y en muchas ocasiones,
empezar a leerlos todos juntos con una lectura dramatizada del maestro. Esto es algo muy habitual en
países anglosajones y fomenta también la complicidad entre el lector y sus oyentes. No podemos
animarlos si ven la lectura como algo obligatorio y se encuentran con libros ajenos a sus intereses y les
obligamos a rellenar interminables fichas de lectura. Es fundamental que se provoque gozo.
Para la animación a la lectura es también fundamental el papel de la sociedad y las familias. Con estas
últimas podemos, en algunos casos, cooperar. Podemos pedir a algún familiar que cuente a los niños
los cuentos de su infancia o, a los mayores, que pregunten a sus padres por sus gustos lectores o las
lecturas que hacían a su edad.
También tenemos un aliado en la biblioteca, espacio del centro que debe resultar conocido y atractivo
para los estudiantes. Podemos hacer alguna excursión a alguna actividad de alguna biblioteca
municipal, organizar talleres literarios o conseguir la visita de un cuentacuentos profesional.
Aún así, la escuela sigue siendo la principal responsable de animar a la lectura y el maestro el
mediador entre los libros y sus potenciales lectores. Debemos mostrarnos apasionados con los libros,
conocer muy bien los gustos de nuestros estudiantes y ser un ejemplo lector para ellos.
La actividad estrella de animación a la lectura es la hora del cuento, a la que debemos asignarle un
tiempo diario, semanal o quincenal. Pero también hay muchas otras: podemos pedir a cada niño que
lleve a clase un libro que le ha gustado, explique por qué y se lo deje a otro compañero al que le
interese el tema. Podemos también poner carteles misteriosos de un mapa de un tesoro e introducir
elementos propios de un pirata en clase durante la semana antes de leer aventuras de piratas. Podemos
presentarles a los grandes detectives (Poirot, Holmes, Miss Maple) y darles una lupa y pedirles que se
conviertan en detectives y nos ayuden a resolver un caso, presentando a los sospechosos. Podemos
celebrar el día del libro, conseguir la visita de algún escritor, celebrar un libro-fórum, hacer recitales
de poesía acompañados de música...
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Después de haber realizado estas tareas ya estaremos listos para establecer el tema y/o subtemas del
texto y entender el contexto en el que ha sido escrito. Podemos desentrañar su estructura (lineal o
abierta, por ejemplo), dividirlo en partes significativas y hacer un resumen o esquema de él.
Por último, una vez comprendido y desmenuzado el texto, podemos hacer una valoración personal
argumentada sobre el tema.
El comentario de texto literario se introdujo en la DLL para acercar al lector a la historia de la
literatura y evitar que los niños, como desgraciadamente sigue sucediendo, aprendieran listas
interminables de autores y movimientos de los que no habían leído ni una sola línea real. El
comentario de textos literario ayuda a la comprensión de los mismos y facilita su interpretación. El
modelo de comentario literario es similar al lingüístico, pero hay que añadirle algunos puntos más.
En primer lugar, en un comentario de texto literario hay que relacionar al autor con su contexto
histórico, con el movimiento y escuela a la que pertenece. También hay que relacionar esa obra con
otras producciones literarias del autor, si las tuviera.
Como todos sabemos la literatura se organiza en géneros y, por tanto, en este tipo de comentario
debemos averiguar a qué género pertenece el texto a comentar, pues, dependiendo de él, deberemos
hablar de unas cosas u otras. Así, si es un poema debemos analizar la rima, la longitud de los versos,
conocer las estrofas...Si es un texto narrativo deberemos hablar de narrador (omnisciente, en tercera o
primera persona...), de personajes (estereotipos o bien construidos), de espacio y de tiempo.
Además, el lenguaje literario es un lenguaje peculiar que se caracteriza por la presencia habitual de la
que Jakobson denominó función poética. Esta función poética consiste en jugar con el lenguaje de
modo que este nos resulte extraño, es decir, en la literatura la forma es igual de importante que el
contenido. Este “extrañamiento” se produce a través, entre otros recursos, de las figuras retóricas, que,
si bien están presentes en nuestro día a día y en otro tipo de textos, en el texto literario son más
relevantes. Los estudiantes deben conocer, en función de su edad, algunas de estas figuras y ser
capaces de reconocerlas y crearlas. Con el fin de que las conozcan podemos organizar, por ejemplo, un
taller de figuras retóricas.
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(conversaciones virtuales, mensajes de voz en Whats app); en muchas ocasiones la lengua se presenta
integrada junto con otros códigos acústicos y de imagen (cine, televisión, emoticonos); se ha
producido un proceso de hibridación de oralidad y escritura (chat, charlar con alguien por Whats
app)...
No debemos ver en las TIC un enemigo, sino un aliado que nos ofrece una fuente inagotable de
recursos. Internet brinda información a los alumnos y les ayuda en el aprendizaje, pues ellos deben
buscar, clasificar y resumir, de esta forma ellos también construyen la información. Una de las labores
del maestro es enseñarles a discriminar fuentes: muchas no son fiables. Con el buen uso del ordenador
el alumno puede cumplir uno de los objetivos fundamentales a día de hoy: “aprender a aprender”.
El uso de las TIC está también condicionado por los recursos de los que dispone el centro. Algunos
cuentan con pizarras digitales, proyectores y ordenadores en todas las aulas, otros, en cambio, solo
cuentan con ordenadores en las clases de informática.
Los maestros pueden enseñar a los estudiantes los nuevos soportes textuales y cómo escribir en ellos,
así como a investigar en la red. A su vez, internet ofrece todo tipo de diccionarios, glosarios, corpus,
enciclopedias, bibliotecas, ejercicios y páginas culturales muy útiles para aprender.
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12. EVALUACIÓN
La evaluación forma parte del proceso de enseñanza-aprendizaje. Ha de existir coherencia entre los
objetivos y competencias que deseamos adquirir, las actividades que proponemos a nuestros alumnos
para realizar el aprendizaje (metodología) y los procedimientos de evaluación, que sirven para obtener
información sobre el proceso y verificar los resultados del aprendizaje. Uno de los errores
tradicionales consiste en olvidar que nuestros objetivos van más allá de la adquisición de
conocimientos, pues pretendemos que adquieran competencias. Por eso, la evaluación debe medir la
adquisición de estas. A través de la evaluación el docente también puede comprobar si los
procedimientos didácticos que se han empleado son los adecuados, es decir, no se evalúa solo a los
estudiantes, sino que también debemos reconsiderar nuestra práctica docente con el fin de acercarnos
más a la consecución de los objetivos propuestos. Muchas veces a través de la evaluación vemos que
los objetivos eran demasiado ambiciosos y que debemos graduarlos más, y es que la evaluación es la
intervención a través de la cual el maestro regula, revisa y ajusta el proceso de enseñanza-aprendizaje.
También debemos evaluar los contenidos, recursos y actividades que hemos propuesto para alcanzar
los objetivos, pues tal vez no son muy motivadores o algunas actividades son demasiado memorísticas
y poco útiles o algo no está bien secuenciado o la forma de evaluar no se fija en las competencias,
errores estos bastante frecuentes.
De esta forma, evaluar va mucho más allá de poner una nota, pues se trata de valorar todo un proceso
de enseñanza-aprendizaje.
La evaluación de calidad debe ser continua, a ser posible, casi diaria. El profesor tendría que recoger
datos con rigor y de forma sistemática Debe ser individualizada, para lo que sería necesario hacer una
evaluación inicial y un seguimiento también personalizado. Es interesante contar con fichas de cada
alumno en las que vayamos siguiendo el acercamiento a la consecución de los objetivos. Además, la
evaluación tiene que ser formativa, debe orientar a los alumnos y al profesor sobre qué prácticas han
sido correctas y cuáles erróneas, y debe iluminar sobre qué camino hay que seguir: es una oportunidad
de mejorar. La evaluación nos informa del grado de acercamiento a nuestros objetivos y nos muestra si
hay que reajustar la programación o la metodología. La buena evaluación tiene muy en cuenta el
trabajo diario y la observación en clase, y no se basa solo en exámenes.
Lo ideal sería conseguir que los estudiantes vieran la evaluación como un estímulo y un
reconocimiento de su aprendizaje, más allá de servir para la mera promoción y acreditación (pasar de
curso y titular), pues con la evaluación es también el propio docente y la práctica educativa los que
evalúan sus aciertos/errores.
Es muy importante que los alumnos tengan claro qué es lo que vamos a evaluar y que las pruebas que
propongamos midan el grado de adquisición de esas destrezas, y no solo de ciertos contenidos. Los
trabajos y actividades deben ser siempre corregidas y hay que explicar a nuestros estudiantes en qué
han fallado para que no vuelva a repetirse. Puede ser muy útil en algunas actividades escribir en la
pizarra en guiones qué es lo que se va a evaluar o si es un trabajo ponérselo también por escrito. Esta
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información les ayudará mucho y les servirá de guía en su elaboración previa. Así, por ejemplo,
supongamos que tienen que hacer una exposición oral. Nosotros escribimos en la pizarra:
-El contenido está bien estructurado, no es lioso y ha quedado claro.
-Ha usado un lenguaje apropiado (formal), sin expresiones vulgares o coloquiales.
-El volumen de la voz, la entonación, las pausas, los gestos y las miradas al auditorio han sido las
correctas.
-No ha leído.
Después de cada presentación pueden ser los propios alumnos los que digan en qué aspecto creen que
deberían mejorar. El profesor -pedagogía positiva- debe señalar los logros, pero también ayudarles a
que vean qué aspectos hay que trabajar más.
Debemos favorecer el aprendizaje significativo y no medir con nuestras pruebas solo la capacidad de
memorizar unos contenidos, pues no debemos olvidar nunca nuestro último objetivo: la competencia
comunicativa. Tenemos que asegurarnos de que las actividades que realizamos y los contenidos que
presentamos están ayudando a acercarse a esos objetivos.
Por último, señalar que los alumnos con necesidades especiales a los que les haya sido concedida una
adaptación curricular deberán disponer de un modelo de evaluación propio que se adapte a su ritmo de
progreso y que vaya registrando los aprendizajes que se van consiguiendo. Para llevar a cabo estas
adaptaciones es fundamental la opinión del departamento de orientación.
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RESUMEN
Introducción:
- La Didáctica de la Lengua y la Literatura (DLL) es una disciplina reciente que surge cuando el
sistema tradicional de enseñanza entra en crisis (1960).
- Su objetivo es buscar soluciones a los problemas de aprendizaje, reflexionar sobre las metodo-
logías y rediseñar los objetivos de la asignatura
- El nuevo objetivo será mejorar la competencia comunicativa: forma oral y escrita
- La DLL se nutre de una serie de disciplinas que tienen muy en cuenta el factor comunicativo y
social del lenguaje.
El currículo:
El currículo se inserta en un triple marco
- Gobierno y Comunidad Autónoma
- Centro Educativo
- Docente: quien decide qué metodologías emplear para alcanzar los objetivos. De la clase ma-
gistral hemos pasado a metodologías activas en las que el alumno es el protagonista de su pro-
pio aprendizaje
*Los contenidos son un medio que deben ayudarnos a conseguir los objetivos, no un fin en sí
mismos.
La expresión oral
- Proceso de adquisición del lenguaje Teoría innatista de Chomsky
- La comunicación oral no era apenas trabajda en la escuela traidicional
- La pragmática estudia la lengua en su uso y habla de adecuación discursiva. Estudia mucho el
contexto
o Acto locutivo: cadena de significantes Tienes una avispa
o Acto ilocutivo: lo que hacemos a través del enunciado Lo que pretendo: Que María
sea consciente para que se mueva
o Acto perlocutivo: efecto que nuestro ennunciado provoca Lo que hace el interlocu-
tor: gritar, correr
- Niveles de estudio: diacrónico (como cambia con el tiempo), diatópico (origen geográfico),
diastrático (edad, sexo, clase social) y diafásico (situación comunicativa, registros)
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das -las culturas orientales, por ejemplo, reclaman más espacio que las mediterráneas
y las árabes-.
o Burbuja personal: la distancia personal es mayor en las orientales.
- Cinésica: estudia los gestos y el movimiento corporal, las expresiones de la cara, el movi-
miento de las extremidades o la vestimenta. Y es que cada gesto es susceptible de convertirse
en un signo que, como tal, puede ser interpretado (ira, desidia, alegría, vitalidad…). Las mira-
das, guiños o sonrisas tienen gran fuerza comunicativa, así un guiño puede significar que lo
pronunciado es falso, por ejemplo.
- Los códigos cronémicos estudian cómo las distintas culturas conciben y hacen uso del tiempo
(puntual/impuntual, hablar lento/rápido, duración de un apretón de manos, la duración
adecuada de cada tipo discursivo…).
Géneros orales
- Debate es conveniente haber avisado a los alumnos con anterioridad, de esta forma ellos pue-
den haber investigado un poco acerca del tema a tratar y haber organizado mejor sus ideas.
- Entrevista: un registro más bien formal en el que hay que documentarse sobre la persona en-
trevistada. En cursos altos podemos hacer que el entrevistado sea el presidente del gobierno o
algún cantante o deportista que les guste, pero también podemos acercar el género de forma
divertida a los más pequeños,
- Exposición: es un género formal muy ligado a la vida académica y que consiste en organizar
un discurso para dar a conocer información a un auditorio. Los contenidos deben estar bien es-
tructurados (introducción, desarrollo, conclusión) y el emisor puede aportar material comple-
mentario a sus oyentes, así como ayudarse de diapositivas o un guión
o Importante estructura, vocabulario, comunicación no verbal, no leer (mini hoja
de guión).
- Otras formas de trabajar la expresión oral en clase: cuentos, anécdotas…
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RESUMEN
1. INTRODUCCIÓN
La Didáctica de la Lengua y la Literatura (DLL) es una disciplina reciente (1960) que
pretende dar soluciones a los problemas que surgen en el aprendizaje
En la década de los sesenta este sistema tradicional de enseñanza entra en crisis. Los objetivos
de la asignatura son rediseñados y se buscan, a partir de entonces, nuevas metodologías.
El objetivo fundamental del maestro de Lengua y Literatura será, a partir de entonces,
desarrollar la competencia comunicativa de sus alumnos para que puedan alcanzar todo su
potencial, tanto de forma oral como escrita, en las nuevas sociedades postindustriales.
Las nuevas metodologías sustituyen estas clases magistrales por formas activas de enseñanza
basadas en la comunicación.
El desarrollo de la lingüística desde el último cuarto del siglo XX ha aportado grandes avances
a la DLL. Disciplinas como la Sociología del lenguaje, la Pragmática, la Lingüística del texto
o la Psicolingüística han contribuido a cambiar las perspectivas de la asignatura de Lengua y
Literatura, así como su didáctica.
Competencia comunicativa
La competencia comunicativa está formada por cuatro subcompetencias:
a) Competencia lingüística: dominio del léxico, la fonología, la morfología, la sintaxis, la semántica…
b) Competencia sociolingüística: dominio de las reglas socio-culturales.
c) Competencia discursiva: dominio de los recursos de coherencia y cohesión textual.
d) Competencia estratégica: dominio del acto comunicativo.
Solo dominando estas cuatro subcompetencias podremos llegar a tener una buena competencia
comunicativa.
El maestro de Lengua y Literatura debe conocer el currículo y los elementos que lo integran,
pues es el marco legal que organiza el Sistema Educativo.
La enseñanza, por tanto, se produce dentro de un triple marco: el oficial, el del centro y el de
cada docente, quien es el que concreta la metodología más válida para lograr los objetivos del
currículo.
o El profesor debe motivar, creando situaciones que conecten con sus estudiantes, así
como saber de qué conocimientos parten sus alumnos, pues para que el aprendizaje
sea significativo es necesario que los nuevos conocimientos se integren con otros ya
previos, que conecten lo nuevo con lo que ya saben. También debemos favorecer el
aprendizaje autónomo y asegurarnos de que lo que aprenden es funcional.
El currículo nos dice que capacidades se esperan alcanzar y se divide en conceptos,
procedimientos y actitudes. Los contenidos, por tanto, son medios a través de los cuales se
espera que los alumnos se acerquen a los objetivos, no un fin en sí mismos.
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En cuanto a las metodologías, opción personal del profesor, sólo decir que hay múltiples y
variadas, y que no creemos que haya recetas mágicas, sino diferentes formas que pueden
funcionar dependiendo del contexto educativo. La idea del profesor como un mero transmisor
de información no funciona, pues hoy se apuesta por metodologías activas en las que el
alumno sea el protagonista del aprendizaje. El profesor sería algo así como el coordinador de
esta construcción del conocimiento, para el que utilizará materiales diversos, así como
fomentará el trabajo individual y en grupo -trabajo cooperativo
2. LA EXPRESIÓN ORAL
El proceso de adquisición del lenguaje sigue generando interés para muchos investigadores.
La teoría propuesta por el lingüista Chomsky ha tenido mucho éxito. Él nos dice que el
cerebro del niño está preparado para recibir la gramática de cada lengua, pues asume la
existencia de los universales, que serían algo así como casillas/categorías vacías gramaticales
que el niño iría llenando con las palabras propias de su lengua materna. Esta teoría recibe el
nombre de teoría innatista.
El bebé pasa del balbuceo (prelenguaje) a las palabras señal hacia el año de vida (papá,
agua). A los tres años suele hacer frases completas, aunque sencillas, y a los cinco años
podemos decir que conoce la lengua materna: puede expresarse en situaciones cotidianas y
expresar sus deseos y actividades rutinarias. A los 11 se supone que ha aprendido las
estructuras principales del lenguaje y partir de ahí irá aprendiendo vocabulario y estructuras
más complejas.
La expresión oral ha sido la gran olvidada por las antiguas DLL. La moderna DDL pone
de relieve la importancia de esta competencia comunicativa, ya que es la más usual en
nuestras vidas y es muchas veces a través del diálogo la forma en la que se produce el
aprendizaje significativo. El desarrollo de la destreza oral será uno de nuestros principales
objetivos como docentes, pues su dominio es imprescindible para la interacción social.
Para conseguir una buena competencia oral debemos tener en cuenta:
a) La corrección gramatical: el mensaje no debe tener incorrecciones fonéticas,
morfológicas, semánticas, sintácticas o léxicas. Debe ser un texto coherente (Lingüística
del texto).
b) La adecuación pragmática: el texto debe ser apropiado a su contexto, destinatarios y
finalidad.
1. Recordemos que la Pragmática es una disciplina que estudia la lengua en su uso y
evalúa los enunciados en cuanto a su adecuación discursiva.
o Los pragmáticos entienden el contexto no solo como el lugar en el que se
realiza el acto comunicativo, sino como los conocimientos compartidos por
emisor y receptor. El conocimiento del contexto es fundamental para romper
las ambigüedades, para saber a qué se refieren los deícticos (ejemplo: los
pronombres) y para entender los actos de habla indirectos de los que nos habla
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Dijk, quien nos enseña que con cada enunciado que emitimos se producen tres
actos: el acto locutivo, el ilocutivo y el perlocutivo. E
El acto locutivo es la cadena de significantes en sí (“Tengo calor”),
El ilocutivo sería lo que hacemos a través de ese enunciado (enunciar,
prometer, ordenar, informar), en este caso: enunciar nuestro malestar
por la temperatura,
El acto perlocutivo hace referencia al efecto que nuestro enunciado
provoca: supongamos que uno de los oyentes abre la ventana.
o La Pragmática divide la lengua en tres niveles: el nivel diatópico, el
diastrático y el diafásico. La variedad diatópica se relaciona con el origen
geográfico del hablante, con su tipo de habla o dialecto. La variedad
diastrática tiene que ver con la edad, el sexo y, sobre todo, la clase social a la
que pertenece el individuo (sociolectos). La variedad diafásica tiene en cuenta
la situación comunicativa, pues los hablantes usamos un registro u otro
dependiendo de ella (registros).
c) Los aspectos paralingüísticos y no verbales deben ser los apropiados a la situación
comunicativa (gestos, pronunciación, entonación…):
1. El paralenguaje se compone de una serie de características no verbales de la voz -
volumen, velocidad, tono y duración-, así como de otros elementos de pronunciación:
entonación, acento, pausas y ritmo. (acompañan a la voz)
2. Los códigos no verbales son también una inmensa fuente de información. Estos
códigos no verbales se dividen en cinésicos, proxémicos, cronémicos y químicos.
3. Los Cinésica estudia los gestos y el movimiento corporal, las expresiones de la cara,
el movimiento de las extremidades o la vestimenta. Y es que cada gesto es susceptible
de convertirse en un signo que, como tal, puede ser interpretado (ira, desidia, alegría,
vitalidad…). Las miradas, guiños o sonrisas tienen gran fuerza comunicativa, así un
guiño puede significar que lo pronunciado es falso, por ejemplo.
4. La Proxémica estudia la distancia entre los interlocutores y el espacio contextual.
Edward Hall estudio las distintas distancias apropiadas dependiendo de la relación de
los interlocutores (familiares, reunión de trabajo…), del acto lingüístico (exposición
en clase, conversación de amigos…) y de la cultura, pues cada una prescribe unas
distancias apropiadas -las culturas orientales, por ejemplo, reclaman más espacio que
las mediterráneas y las árabes-.
5. Los códigos cronémicos estudian cómo las distintas culturas conciben y hacen uso del
tiempo (puntual/impuntual, hablar lento/rápido, duración de un apretón de manos, la
duración adecuada de cada tipo discursivo…).
6. Los códigos de origen químico se centran en el significado del llanto, el sudor,
sonrojarse, la palidez…
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3. LA EXPRESIÓN ESCRITA
Dependiendo del canal utilizado en el lenguaje verbal hablamos de comunicación oral o
comunicación escrita. La escritura es un código específico con características propias y, al contrario
que el código oral, no se aprende de forma natural. Los rasgos generales de ambas pueden resumirse
en el siguiente cuadro:
ORAL ESCRITA
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Estos tres métodos son especialmente válidos para las lenguas en las que las grafías se
corresponden fácilmente con sonidos, como el español, por ejemplo. Para lenguas cuya escritura
difiere mucho de la pronunciación se usan los métodos de construcción de sentido, en los que se parte
de la palabra, la frase o incluso alguna pequeña historia.
Ortografía
La ortografía del español es prácticamente fonológica, es decir, hay una gran correspondencia
entre fonemas y letras, y hay solo cinco vocales, pues las vocales largas y cortas latinas no han
llegado hasta nosotros. Para enseñar ortografía hay que acudir a la memorización de ciertas
reglas y prestar atención a las partes más complicadas: g/j, b/v, c/z, s/z/c -en hablante
seseantes-, h...
Podemos hacer ejercicios de memorización, recurrir a los miles de ejercicios interactivos que
ofrece internet, hacer asociaciones de palabras, crear crucigramas con palabras dificultosas,
ejercicios de huecos...
Puntuación
Las reglas de acentuación del español son fáciles: agudas, llanas, esdrújulas, sobreesdrújulas,
diptongos, triptongos, hiatos, monosílabos y tilde diacrítica.
o Diptongo: C+A A+C C+C (si son distintas)
o Triptongo CAC
o Hiatos A+A C+A
Fuerza en la cerrada hiato
Fuerza en la abierta diptongo
La puntuación ha sido
tradicionalmente más descuidada y es muy habitual ver a alumnos de bachillerato o
universitarios que no la manejan bien. Es por esto que debemos incidir en ella.
Los alumnos deben saber que el texto escrito es, casi siempre, un texto planificado de
antemano, por lo que antes de empezar a escribir es aconsejable dedicar un poco de tiempo a
pensar qué vamos a decir y cómo. Una ver que comencemos con la redacción, hay que
revisarlo y reelaborarlo continuamente.
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Algunas estrategias que podemos utilizar para que nuestros alumnos practiquen la producción
de textos pueden ser las siguientes: hacer redacciones, descripciones de objetos o personas,
fragmentos dramáticos que luego hay que representar, e-mails, biografías, rellenar un
formulario oficial, un trabajo monográfico, un cómic, un cartel publicitario, concurso de
cuentos o poesías... Importancia de la reflexión.
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Se puede decir que hay varias fases en el proceso de comprensión lectora que podemos
observar a través de la capacidad de síntesis.
o Los pequeños encuentran algunas ideas fundamentales, pero normalmente dejan otras
sin resumir. Estos primeros resúmenes son muy literales, casi siempre, copiados del
texto. Más tarde van introduciendo sinónimos y paráfrasis y no copian tanto
literalmente. Los alumnos mayores, con más conocimientos, hacen ya inferencias e
interpretan más el contenido, asociándolo a su contexto.
o Es fundamental que practiquen la capacidad de síntesis, pues les será de gran utilidad
en su vida personal, laboral y académica. Para ello es conveniente que les demos,
progresivamente, las pautas del buen resumen: recoger las ideas fundamentales y no
copiar del texto. Proponerles que pongan títulos también puede ser de ayuda, de esta
forma sacarán el tema principal.
Para ejercitar la comprensión lectora podemos proponer múltiples actividades: podemos
proponer un cuestionario al final del texto, podemos darles respuestas sobre un texto y ellos
deben elaborar las preguntas, pueden reconstruir un texto a partir de fragmentos desordenados,
proponerles que hagan un esquema, imaginar cómo sigue el texto, darles unas instrucciones de
montaje de algún pequeño mueble e ir siguiéndolas, seguir una receta de cocina, dar a cada
uno una noticia del periódico y hacer que las resuman oralmente...
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