Informe Delegacion Feminista Plurinacional Peru

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ph/ig@abismada_

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ÍNDICE

Palabras preliminares .................................................. 5


Hechos denunciados ................................................. 23
Las mujeres como territorio de conquista y escarmiento ... 25
Situación de la comunidad LGBTTI................................................. 28
Violencia hacia niñxs ............................................................................. 32
Afectación de la vida cotidiana ......................................................... 33
Violencia racista ...................................................................................... 35
Genocidio, masacres, asesinatos ..................................................... 37
Heridxs .......................................................................................................... 45
Presas y presos ........................................................................................... 46
Persecución política ................................................................................. 48
Persecución política a autoridades y dirigentes populares ....... 50
Persecución a espacios de refugio de la población ...................... 53
Criminalización de la protesta ............................................................... 54
Estrategias de encapsulamiento ......................................................... 56
Mecanismos de represión ...................................................................... 57
Infiltración de organizaciones populares ......................................... 59
Grupos civiles de represión ................................................................... 60
Terruqueo ....................................................................................................... 61
Impunidad y continuismo del fujimorismo ..................................... 63 3
Vulneración del derecho a la salud ...................................................... 64
Medios de comunicación ........................................................................ 67
Educación ..................................................................................................... 70

Algunas conclusiones ............................................... 73


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PALABRAS
PRELIMINARES
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El 8 de marzo, llegamos a Perú, como Delegación Femi-


nista Plurinacional del Abya Yala, integrada por compa-
ñeras de Colombia, Ecuador, México, Argentina, Bolivia
y Suiza, para acuerpar a las mujeres y comunidades que
están enfrentando la brutal represión desatada desde el
golpe de estado, por la oligarquía peruana y los poderes
transnacionales que lo inspiraron y organizaron. Los
objetivos de esta Delegación fueron llevar el abrazo so-
lidario a mujeres, lesbianas, travestis, trans, disidencias
sexuales, comunidades originarias, negras, campesinas y
urbanas, jóvenes, familiares de las personas asesinadas,
masacradas, heridas, presas, y aportar a romper el cerco
mediático que se impone desde el poder y sus grandes
empresas de comunicación para invisibilizar los críme-
nes y la crueldad del régimen establecido a sangre y fue-
go.
Es un interés central de nuestra intervención comuni- 7
car lo que vivimos, para evitar que la desinformación a
nivel mundial logre confundir sobre el carácter del golpe
de estado, y de la dictadura impuesta a partir del mismo.
La desinformación busca garantizar la impunidad del
régimen, debilitar la solidaridad de los pueblos, y de los
gobiernos que se nombran como democráticos. Nos pro-
pusimos escuchar, acompañar a las víctimas y a sus fami-
liares, denunciar las múltiples violencias que se ejercen
para consolidar el poder oligárquico. También nos pro-
pusimos compartir experiencias, y aprender de la lucha
intensa, organizada y digna de las mujeres y el pueblo
peruano, que enfrentan cotidianamente todas las opre-
siones.
Decidimos estar en Perú en el contexto del 8 de marzo,
día de lucha internacionalista de las mujeres, para que
sepan y sientan quienes tomaron las calles para decir ¡Ya
Basta!, que nuestro paso está a su lado, que acuerparlas
es compartir su caminar.
Participamos desde la pluralidad de saberes, como lu-
chadoras feministas, médicas, sociólogas, abogadas,
fotógrafas, periodistas, radialistas comunitarias, traba-
jadoras sociales, educadoras populares, sanadoras ances-
trales. La Delegación nos permitió encontrarnos como
feministas plurinacionales, sin fronteras, construyendo
feminismos capaces de dolerse de la dictadura, de las ma-
sacres, capaces de acompañar a las organizaciones que se
movilizan, y de reconocer y acuerpar a los pueblos ori-
ginarios que están en la primera línea de la resistencia.
Tomamos testimonios, hablamos, compartimos expe-
8 riencias, y regresamos con un archivo documental que
seguiremos completando para aportar a cuidar la memo-
ria, aportar a los procesos judiciales y a las denuncias in-
ternacionales necesarias.
En intensas jornadas constatamos que el golpe de esta-
do en Perú, que colocó a Dina Boluarte como presidenta
de facto, es resultado de la violenta reacción del poder
para defender sus intereses políticos, económicos, cultu-
rales, que sintieron amenazados por la llegada al gobier-
no de “un indio”, como caracterizaron desde su racismo
a Pedro Castillo. Necesitaban colocar en la sociedad con
fuerza una vez más, algo que las lógicas coloniales han
intentado naturalizar y volver sentido común, “los pue-
blos no pueden gobernarse, ni deben intentar hacerlo”.
El golpe de estado y la prisión de Castillo es una “lección”
del orden racista, patriarcal y clasista de la dominación.
El racismo estructural, el patriarcado, el clasismo, son
componentes fundamentales del coloniaje, con los que
se golpea la subjetividad del pueblo en rebeldía y se lo
menosprecia, para así imponer más fácilmente y con me-
nores resistencias el poder de quienes supuestamente
“saben” y por ello “mandan”.
Como en el golpe de estado de Bolivia, se atacó de modo
especial a las comunidades originarias, y a las mujeres de
las mismas, creando condiciones para favorecer el des-
pliegue de políticas extractivistas y el desarrollo del nar-
cotráfico. No es casual que el golpe de estado se produjo
cuando Castillo se comprometió a revisar los decretos de
ley que entregan los territorios peruanos a las transna-
cionales extractivas y a las concesiones mineras. En 2023 9
comenzaban a vencer los contratos de explotación de los
recursos mineros, iniciados en el gobierno de Fujimori.
Castillo en su campaña electoral se comprometió a re-
visar los 43 proyectos mineros y de hidrocarburos que
el Congreso había solicitado que se les diera viabilidad.
Un objetivo del golpe fue garantizar la continuidad del
saqueo de los bienes comunes por parte de las empresas
extranjeras.
La continuidad política, económica, social, institucio-
nal del fujimorismo está en el centro de esta disputa de
poder. Señala en declaración la CONULP (Comité Nacio-
nal Unificado de Lucha del Perú), que el carácter de la
crisis está determinado por “la crisis del modelo capitalista
neoliberal, instituido hace tres décadas por la Constitución
de 1993, que ha empobrecido a millones de peruanos para
enriquecer a una élite, pero también está marcado por el lá-
tigo de siglos de olvido, y el desprecio histórico a los pueblos
y naciones del Perú profundo, que se expresa en el racismo y
el centralismo de las clases dominantes”. Señala una de las
demandas generalizadas del pueblo peruano: “Para supe-
rar esta crisis es necesario cambiar el modelo político, econó-
mico, y la Constitución”. El cierre del Congreso golpista, y
la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente,
están entre las propuestas políticas centrales del pueblo
movilizado contra la dictadura actual y los resabios acti-
vos del fujimorismo.
La Delegación Feminista del Abya Yala pudo constatar
que desde el 7 de diciembre, el conjunto de instituciones
están al servicio de la dictadura. El poder de los milita-
10 res permanece en las sombras tras la fachada del Con-
greso. Desde el conflicto armado interno ese poder ha
estado inamovible, detrás de todos los gabinetes, y sigue
actuando de variadas maneras en las políticas represivas
actuales. Los militares aliados con el Congreso determi-
nan el ritmo de las acciones del poder. Las principales
bancadas de ultraderecha son ex-integrantes de la Ma-
rina. Ese poder militar está defendiendo a sangre y fue-
go el modelo económico, y enfrentando la demanda de
la nueva Constitución, de la Asamblea Constituyente, y
sosteniendo la continuidad de la concesión de los bienes
comunes, de los proyectos mineros y de hidrocarburos.
La violencia que se desató desde el 7 de diciembre, con
la destitución y prisión arbitraria de Pedro Castillo, el
presidente constitucional –que hasta el día de hoy con-
tinúa preso-, tiene claras connotaciones racistas, capita-
listas y patriarcales, como lo han sido todos los golpes
de estado en Abya Yala. Esa violencia se ha valido de los
traumas profundos que ha dejado la dictadura fujimo-
rista en la población, el miedo, el dolor, la desconfianza.
Ahora, con la brutal represión, hay muchos testimonios
que dieron cuenta que se “reviven” los dolores provoca-
dos por el terrorismo de estado que se encuentran en la
memoria colectiva.

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LA OLIGARQUÍA Y SU APOYO
AL GOLPE DE ESTADO

Hay una clara participación de las elites económicas en


la caída del gobierno de Pedro Castillo y en el apoyo a
Keiko Fujimori. Son conocidas las investigaciones que se
realizaron sobre los aportes ilícitos a las campañas presi-
denciales del 2011, 2016 y 2021. En estos tres procesos
electorales los grupos de poder económico, la vieja oli-
garquía y la burguesía emergente -está última en menor
medida- apostaron por Keiko Fujimori, financiando las
campañas electorales a través de cuantiosas sumas de di-
nero, inyectadas por mecanismos ilícitos. Además de la
gran empresa formal, es importante mencionar que re-
presentantes políticos de alto nivel de la derecha en el
Perú, como Joaquín Ramírez -quien fue secretario gene-
ral y financista del partido fujimorista Fuerza Popular-
son investigados por la DEA debido a sus vínculos con
el narcotráfico y una red gigantesca de lavado de activos
entre Miami, Lima y Centroamérica en alianza con Mi-
guel Arévalo Ramírez alias “Eteco”, capo del narcotráfico.
En el ala de la “formalidad”, las grandes donaciones no
declaradas fueron financiadas por diversos grupos eco-
12 nómicos como: Credicorp y Alicorp, propiedad de la fa-
milia Romero Paoletti, los Romaña Letts, dueños de la
Minera Volcán, los Graña - Miro Quesada de CAPECO
(gremio de la construcción). Los hermanos Rodríguez
de “El Grupo Gloria” son junto a Alicorp, de los Romero,
el segundo grupo alimentario (especializado en lácteos
y azúcar), así como Los Benavides de la Compañía de
Minas Buenaventura, que en sociedad con la Newmont
Mining Co. de Colorado, EUA, explotan la mina de oro
Yanacocha, la más grande de Sudamérica. Solo entre las
elecciones del 2011 y el 2016 estas cinco familias aporta-
ron millones de dólares como donaciones no declaradas
a la campaña electoral de Keiko Fujimori, representan-
te del partido fujimorista Fuerza Popular. Las donacio-
nes se dieron de forma directa o a través de la CONFIEP
(Confederación Nacional de Instituciones Empresariales
Privadas). Estas cinco familias, cuatro de ellas de la vieja
oligarquía criolla de origen europeo, a excepción de los
Rodríguez -representantes de los “nuevos ricos” o bur-
gueses emergentes- son la élite económica y empresarial
del Perú, y claramente no fueron las únicas en aportar a
las campañas electorales de la derecha. Otras vinculadas
a la agroexportación, la industria textil y la banca nacio-
nal también aportaron cuantiosas sumas de dinero sin
declarar. (Francisco Durand y Emilio Salcedo. El Dinero
de la Democracia).
Desde el primer conteo oficial de la ONPE (Oficina
Nacional de Procesos Electorales), la estrategia de la de-
recha cambió. Evidentemente la campaña de miedo y
psicosocial no tuvo el efecto que ellos necesitaban para
conseguir una victoria electoral. ¿Cuál fue la salida? de- 13
nunciar un fraude electoral, sin pruebas. ¿Cuánto costó
esta estrategia de emergencia de la derecha, para revertir
la voluntad popular? Según el portal de investigación pe-
riodística Ojo Público, el partido Fuerza Popular reportó
el costo de 1.5 millones de soles. El partido Fuerza Po-
pular (Keiko Fujimori) presenta estos honorarios profe-
sionales y el pago de 1.2 millones de soles por los 900
pedidos de nulidad en las mesas en que ganó Perú Libre
(Pedro Castillo) ante el Jurado Nacional de Elecciones
como aportes de campaña.
Los estudios de abogados que brindaron asesorías,
revisión de actas, entre otras actividades, son socios o
pertenecen a los importantes bufetes de abogados: Olae-
chea; Miranda & Amado; Torres y Torres Lara; Rodríguez
Angobaldo; y Rebaza, Alcázar & de las Casas. La lista
también incluye a integrantes del Payet, Rey, Cauvi y
Pérez; CLR Abogados Corporativos; Rubio, Leguía, Nor-
mand; Dentons; y Rodrigo, Elías & Medrano. El recuento
culmina con De Bracamonte, Haaker & Castellares y los
estudios Gogin y Muñiz. (Fuente: Ojo Público. Reportaje:
Más de 40 abogados de grandes estudios aportaron a la es-
trategia de fraude de Fuerza Popular).
Durante los 17 meses que duró el gobierno de Pedro
Castillo se convocaron innumerables marchas “en con-
tra del comunismo y del terrorismo”, a favor de la paz
y el desarrollo. En conclusión, pedían la destitución de
Castillo a través de un mecanismo político: la vacancia
o a través de la violencia: golpe de estado. Algunos de
14 los financiadores fueron los empresarios Erasmo Wong,
dueño del canal Willax, medio de comunicación de ex-
trema derecha que es hoy el vocero mediático más en-
tusiasta del régimen de Dina Boluarte. Los Wong son
dueños de Industrial Paramonga, Compañía de Negocios
Inmobiliarios SAC, agrícola Las Gramas, consorcio Gra-
mas – Maderacre, Inversiones Financieras, Consorcio
Mediterráneo. También se les asocia con una cadena de
empresas con sede en Centroamérica, y son dueños del
centro comercial Plaza Norte, uno de los más grandes y
prósperos de la ciudad de Lima. En estas marchas a “fa-
vor de la libertad y el desarrollo” otro asiduo convocante
fue Jorge Lazarte, el empresario líder de la “Asociación
Integridad”, a la vez ex representante jurídico del grupo
Intercorp y amigo de Carlos Rodríguez Pastor, presiden-
te del grupo Intercorp, conglomerado económico que se
encuentra en diversos rubros de la industria, los servi-
cios y la banca nacional. Es el hombre más rico del país,
investigado por presuntos aportes ilegales a la campaña
de Keiko Fujimori. Por otro lado, el joven Cristóbal Cilló-
niz, heredero de la familia Cillóniz, propietaria de gran-
des empresas agroexportadoras del sur del país y actual
gerente de la gran empresa agroexportadora SAFCO. S.A,
fue uno de los más apasionados convocantes a las mar-
chas exigiendo la vacancia de Pedro Castillo. SAFCO S.A
fue sancionada por no cumplir con condiciones dignas
para las y los trabajadores, poniendo en riesgo su salud e
integridad en el trabajo.
Posteriormente, durante las protestas que exigían la
renuncia de Dina Boluarte y el cierre del Congreso en el
Perú, los medios de la gran concentración del grupo “El
Comercio” propiedad de la familia Miro Quesada, oligo- 15
polio mediático que tiene el 80 % de la prensa escrita en
el Perú, continuaron con su activa propaganda a favor
de la derecha, creando un cerco mediático, campañas de
desinformación, difamación de líderes sociales y políti-
cos, apología del terrorismo de estado, “terruqueo” (es-
tigmatización como terroristas a quienes participan de
las protestas y en el enfrentamiento a la dictadura), entre
otros mecanismos de desinformación masiva que cubren
al régimen cívico militar de Dina Boluarte y a la coalición
de ultra derecha que gobierna el país.
Un sector empresarial que jugó un rol importante du-
rante las protestas contra el régimen de Boluarte fue el
millonario sector de la agroexportación y la agroindus-
tria, empresarios que han gozado de las concesiones que
el gobierno de Alberto Fujimori les entregó a finales de
los noventas, y han logrado en los últimos veinticinco
años recuperar extensas áreas de terreno, y explotar me-
diante regímenes laborales “especiales” a miles de traba-
jadores y trabajadoras del campo, en condiciones de se-
miesclavitud. Son estos grandes empresarios los que han
financiado a grupos que han atacado a los manifestantes
en su mayoría trabajadores de la agroindustria, precari-
zados y explotados en los grandes fundos. Infiltrados y
delincuentes financiados por los grandes empresarios de
la agroindustria que han actuado en pared con la Policía
Nacional del Perú -PNP- para atacar, herir y criminalizar
a los trabajadores durante las protestas.
Son conocidos los grandes fundos de la costa sur en el
16 Perú como Agrokaccsa en el departamento de Ica, propie-
dad del empresario José Chlimper candidato a la primera
vicepresidencia con Keiko Fujimori en el 2016, investiga-
do por aportes ilícitos en las campañas electorales. Una
muestra de la participación activa y el financiamiento de
las elites en la brutal represión que se ha llevado la vida
de decenas de personas, son las donaciones que diversas
“asociaciones empresariales” han realizado a la Policía
Nacional del Perú.
La asociación “integridad por el Perú” liderada por Jor-
ge Lazarte, empresario y ex vicepresidente de Asuntos
Legales del grupo Intercop Retail, propiedad de Carlos
Rodríguez-Pastor, el hombre más rico del Perú, ha entre-
gado a modo de “donación” a la Policía Nacional del Perú
cuantiosos bienes y equipos de operación. Estas “dona-
ciones” violan las cláusulas del código penal.
“Las FF.AA. y la PNP están para proteger a la población
y resguardarnos, ése es su trabajo y si hay muertos en
consecuencia de delitos. Entonces esos muertos, están
bien muertos” (Jorge Lazarte, vocero de “La Asociación
integridad por el Perú”, empresario y ex vicepresidente
de Asuntos Legales del grupo Intercorp). Éstas fueron las
declaraciones de Jorge Lazarte para justificar el accionar
desproporcionado de la PNP y las FFAA contra la pobla-
ción civil. Esto contrasta claramente con la criminaliza-
ción que vive la profesora Yaneth Navarro, quien se mo-
vilizó desde el interior del país a la capital y fue detenida
arbitrariamente por la PNP con 1200 soles destinados a
la compra de medicamentos para los manifestantes heri-
dos por la brutal represión. Navarro recolectaba fondos
solidarios que diferentes vecinos, trabajadores y activis- 17
tas aportaban para sostener la manifestación social con-
tra el régimen de Boluarte. Una jueza dictó 30 meses de
prisión preventiva. ¿El delito? Haber recolectado fondos
para comprar medicamentos y alimentación para las de-
legaciones que llegaban del sur a la capital.
Vemos así Esto el control del estado y sus institucio-
nes por parte de la coalición de ultraderechas que gobier-
na el país, expresada en el Congreso y el Ejecutivo por
operadores políticos (Fuerza Popular, Acción Popular,
Renovación Popular entre otros) y las FFAA. Las elites
económicas han capturado al Estado, regresando al “or-
den” de una vieja sociedad colonial y extractivista. Estu-
vieron convencidos que lograrían una victoria electoral
contra Pedro Castillo, pero el voto popular les cerró el
paso. Frente a ello han optado por diversas estrategias.
Hoy gobiernan el país con muerte, criminalización y cár-
cel para quienes ejercen su derecho a la protesta, mien-
tras que entregan más concesiones y poder a las élites
económicas.
La Delegación se entrevistó y dialogó con familiares de
las víctimas de la violencia represiva, compañeras cam-
pesinas, feministas, activistas de los movimientos popu-
lares organizados en el CONULP, en FREDEPA (Frente
de Defensa del Pueblo de Ayacuyo), organizaciones de
derechos humanos, colectivos de la disidencia sexual,
comunicadorxs populares, organizaciones de mujeres
que sostienen las ollas comunitarias, médicxs, abogadxs,
maestrxs, estudiantes de Cuzco, Puno, Ayacucho, Apuri-
mac y Lima.

18 Constatamos que las estrategias capitalistas, neoco-


lonizadoras, buscan el control de todo. La derecha y su
brazo operativo, la CONFIEP (Confederación Nacional
de Instituciones Empresariales Privadas), así como las
instituciones financieras internacionales, no solo desean
tener el poder económico, también quieren tener el po-
der político, el control de cuerpos, territorios, de nues-
tras vidas.
En las denuncias recabadas por la Delegación, las vícti-
mas y familiares de presxs, heridxs, han identificado a los
ejecutores de las masacres, de la criminalización, de las
detenciones arbitrarias, a la cabeza de las Fuerzas Arma-
das, bajo las órdenes y decretos de emergencia promul-
gados por la presidenta Dina Boluarte. Han identificado
también toda la vulneración de derechos en el sistema de
justicia, la complicidad del sistema judicial para las de-
tenciones, procesos e incluso sentencias arbitrarias que
se han dictado en este período, a la cabeza de la Fiscal del
Ministerio Público Patricia Benavídez, que incluso se ha
hecho presente de forma personal en procesos de crimi-
nalización, de detención arbitraria, de vulneración de de-
rechos de pueblos indígenas, y de detenidos y detenidas
en este tiempo de golpe de estado en el Perú.
Se han identificado como ejecutores a las fuerzas de la
Policía Nacional de Perú. Han habido instructivos desde
el Ministerio de Salud para negar atención a las heridas
y heridos en la represión. Es clara la complicidad y el uso
de la maquinaria estatal, de los ministerios, de salud, de
educación, de justicia. Hay maestros que han denunciado
que se han mandado instructivos para el inicio de las la-
bores escolares que indican que no se debía mencionar el 19
tema de las represiones, ni lo sucedido con el presidente
Castillo, donde se difunde el discurso de odio contra las
poblaciones especialmente del sur del país, condenando
las protestas, las movilizaciones. Se ha construido un
discurso de odio, de enfrentamiento territorial, estando
a la cabeza de su creación el ministro Alberto Otárola,
que ha estigmatizado a los sectores sociales del sur del
Perú, de Puno, de Hilabe, de Juliaca, como terroristas, y
ha convocado a que otros territorios detengan las movi-
lizaciones que llegan desde el sur, generando la confron-
tación de la población comunitaria y territorial.
Una vez más en nuestro continente vemos cómo fun-
ciona la intervención estadounidense para consolidar su
control sobre nuestras vidas. Se quieren implantar po-
líticas por fuera de la decisión de los pueblos, como las
transiciones energéticas que proponen los mismos que
destruyen nuestros territorios. Es por ello que se utiliza
a la clase media para hacerles el juego y mantener este
status quo, como está haciendo Dina Boluarte. Se valen
para intensamente de las empresas de comunicación,
especialmente del monopolio del grupo El Comercio, y
los medios de comunicación fuertemente centralistas,
que crean narrativas para implantar miedo, que “terru-
quean”, que deslegitiman la lucha popular, que intentan
dividir, ridiculizar, que generan historias racistas, cla-
sistas, patriarcales, que nos siguen tildando de ignoran-
tes a los pueblos, que tratan de justificar el asesinato de
nuestros hermanos, de nuestras hermanas, haciendo co-
mentarios como que “estas personas mueren porque al
no entender el castellano, no entienden las señales de la
20 policía”. Eso es racismo puro y duro.
Se impone desde el régimen dictatorial un ambiente de
miedo a través del divisionismo, la exacerbación del ra-
cismo, la discriminación, la estigmatización de la protes-
ta, la persecución y la confrontación social, la criminali-
zación de quienes luchan. El objetivo es que las personas
no se movilicen, no salgan a las calles, no publiquen
nada. Inclusive han abierto un espacio de denuncias de
personas que supuestamente promueven el terrorismo,
instigando a la delación, a la ruptura de las solidarida-
des, y a naturalizar que fácilmente cualquiera podría es-
tar denunciado. La presidenta de facto propicia leyes de
impunidad, cambiando normas de la fuerza pública con
apoyo del Congreso, para continuar con las represiones
a las movilizaciones y que sean normalizados los abusos
de poder.
Como en los distintos procesos de ataque a los gobier-
nos democráticos y golpes de estado que vivimos en el
continente, la violencia política viene de la mano de una
perspectiva religiosa y política fundamentalista, conser-
vadora, que profundiza los discursos de odio y las violen-
cias hacia mujeres y disidencias, obstaculizando el acce-
so a derechos fundamentales y precarizando aun más la
vida.
El presente informe es un esbozo de las innumerables
denuncias y relatos obtenidos durante los últimos días
en distintos departamentos y ciudades del Perú, tales
como Cuzco, Puno, Apurimac, Ayacucho y Lima.

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HECHOS
DENUNCIADOS

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LAS MUJERES
COMO TERRITORIO
DE CONQUISTA Y
ESCARMIENTO
Los cuerpos de las mujeres son considerados territo-
rio de conquista para sostener y reproducir el patriarca-
do. La vulneración en el acceso a la anticoncepción
hormonal de emergencia, pone en evidencia la mirada
sobre el cuerpo de las mujeres y su lugar en esta socie-
dad. En una tierra con el antecedente de las esteriliza-
ciones forzadas, sin derecho a la interrupción voluntaria
del embarazo, el adoctrinamiento y disciplinamiento de
estos cuerpos a través del sistema de salud es una cons-
tante. Los antiderechos aprovechan la oportunidad de la 25
inestabilidad política y el tener de aliada a Dina Boluar-
te. A partir del golpe se ven afectados derechos sexua-
les reproductivos y no reproductivos cómo la autonomía
sexual, libre elección de la reproducción y la educación
sexual integral.
En la intervención de la Policía Nacional en la Univer-
sidad de San Marcos fueron detenidas 70 jóvenes y mu-
jeres adultas: estudiantes universitarias, campesinas,
indígenas y quechua hablantes. Entre ellas una niña de
ocho años junto a su madre embarazada. Todas fueron
trasladadas hasta la Dirección de Investigación Criminal.
La Policía desplegó violencia sexual contra las mujeres:
manoseos, obligación de desnudarse, requisas vaginales,
insultos misóginos y machistas.
Están agendando proyectos de ley para prohibir
la distribución de anticoncepción de hormonal de
emergencia. Se ha retrocedido en leyes que han cos-
tado años de lucha, de incidencia política de las organi-
zaciones de mujeres. Las organizaciones feministas de-
nuncian que se ha quitado el tema de educación sexual,
el tema de salud sexual y reproductiva. Es preocupante la
situación de los embarazos en niñas menores de 12 años,
habiéndose triplicado este número durante la pandemia.
Se ha denunciado en las manifestaciones y detencio-
nes, la violencia sexual, el maltrato a las mujeres.
Otra estrategia desde el gobierno contra las mujeres
y comunidades, es la especulación de los precios de
los alimentos de primera necesidad como el arroz,
las lentejas, el gas, combustible, entre otros. Se culpa a
26 los manifestantes por el alza de los precios, utilizando el
gobierno está estrategia para polarizar a la población. En
Lima son 2500 las ollas comunes que alimentan a miles
de familias. Desde el mes de diciembre denuncian que no
reciben alimentos de parte del municipio. Por este moti-
vo, sostienen la vida de sus barrios a través de la realiza-
ción de colectas. Por el hecho de preocuparse por la ali-
mentación de las familias, las mujeres que sostienen las
ollas, denuncian que son discriminadas como “terrucas”.
Las mujeres de Abancay, de la cultura Chanka, y her-
manas Quechuas, denunciaron la manipulación que
hace Dina Boluarte del hecho de ser mujer. Convocó
a mesas de diálogo para mujeres, para enfrentar la crisis
política del país.
Aunque el mayor número de víctimas fatales y heridas
son varones, la violencia sexual es la forma de escarmen-
tar a las mujeres y sobre ellas recae el cotidiano soste-
nimiento de la vida, no sólo la continuidad de la lucha
contra el golpe de estado, sino también la búsqueda de
justicia por sus familiares asesinados en condiciones pro-
fundamente adversas.
Ante el recrudecimiento de la violencia, lo que se ve es
el retroceso en la garantía de derechos de las mujeres,
adolescentes y niñas, impulsados por el Congreso de la
República y acompañado desde el Ministerio de la Mujer
y Poblaciones Vulnerables.

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SITUACIÓN DE
LA COMUNIDAD
LGTTBI

Aunque es difícil establecer una medición al respecto de


las condiciones de la población travesti y trans previas y
posteriores al golpe, no sólo por la falta de producción es-
tadística actualizada sobre esta población, sino también
por las condiciones de violencia preexistente producto
de un intrincado entramado entre el Estado y la iglesia,
herencia de la colonia, podemos afirmar que a partir de
28 la destitución de Castillo la escalada de violencia contra
personas travestis y trans ha recrudecido.
Las revueltas sociales traen consigo también otras no-
vedades.
Perú no cuenta con Ley de identidad de género ni
matrimonio igualitario, por lo que la mayoría de las
personas travestis y trans son automáticamente recha-
zadas al presentar su documento en un trabajo o ante
la búsqueda de vivienda. La única vía para realizar un
cambio de género en los documentos es judicial, y lxs
activistas denuncian un lucro exorbitante por parte de
abogados y otros actores jurídicos para patrocinar su
solicitud de cambio identitario, sin que esto se traduzca
en garantías de conseguirlo. A pesar de varios intentos
organizativos para conseguir el reconocimiento legal de
sus identidades, la comunidad organizada políticamente
se encontró con un sinfín de obstáculos, que van desde
ONG’s apropiadoras de procesos políticos que se
gestaron en la comunidad, con la consecuencia de des-
moralizar y fragmentar a la comunidad organizada; has-
ta la impermeabilidad insensible de los órganos del
estado para hacerse eco de sus demandas, desesti-
mando cualquier política pública propuesta por parte de
la población travesti-trans.
A partir del golpe, la anulación de la garantía de ser
sujeto de derecho para la generalidad de la población se
traduce inevitablemente en un agravamiento de las
condiciones de existencia de las comunidades más
marginalizadas como la travesti-trans, con espe-
cial encono para aquellas personas trans de las re- 29
giones, racializadas, indígenas y campesinas. De-
nuncian que existe una mafia principalmente compuesta
de hombres-cisgénero que detectan a mujeres trans y
travestis que están en situación de prostitución o que
ejercen el trabajo sexual de forma autónoma, y siendo
esta actividad ilegal en Perú, se presentan en las casas
de sus víctimas exigiéndoles dinero (lo que ha sido lla-
mado por la población como cobro de “cupo”) mediante
amenazas activamente agresivas: golpes, abusos sexua-
les, humillaciones y vigilias en las puertas de los hogares
de las victimas hasta que las mismas acceden a dar el di-
nero que los proxenetas exigen. Aquellas que se negaron
fueron sometidas, debieron exiliarse internamente o, en
varios casos, terminaron siendo asesinadas, sin que las
agencias judiciales den cauce a las investigaciones corres-
pondientes.
A partir del golpe los casos aumentaron exponencial-
mente, contabilizando 8 muertas en lo que va del año.
Lo explícito de la crueldad de las fuerzas armadas perua-
nas constituye un escenario de violencia extrema que
parece habilitar una exponenciación de la violencia de
otros grupos de crimen patriarcal organizado, que rea-
lizando actos de una pedagogía de la crueldad parecen
buscar adoctrinar mediante el miedo a aquellas trans y
travestis que aún no se subyugan a su mafia, como en
el caso del asesinato con brutal ensañamiento con-
tra Rubí, ocurrido en el Callao, donde los agresores
filmaron el asesinato por cuenta propia. Esta acción fue
causante directa de la primera movilización masiva en
30 repudio a los transfeminicidios en el Perú el pasado 22
de Febrero, cuando se congregaron 3000 personas contra
los transfemicidios en Lima, acción que fue replicada en
simultáneo en otras regiones. Y así también ocurrió que
en el seno de la amplitud del movimiento feminista li-
meño (que incluye activistas trans excluyentes), se acor-
dara que colectivos trans y travestis marcharan casi ade-
lante de todo, detrás de las delegaciones de las regiones,
quienes conformaron la primera línea de la marcha. Hoy
en día en la organización social peruana a la van-
guardia de la lucha hay travestis y otras disidencias
formando parte de comités organizativos. Y a pesar
de la posición anti-derechos de Castillo, travestis, trans
y otras disidencias se suman a la consigna de asamblea
constituyente y en repudio al golpe a Castillo, porque en-
tienden que en su destitución hay un ataque de fuerte
simbolismo racista y clasista que niega la posibilidad de
que la clase trabajadora e indígena pueda poner tener a
uno de los suyos en el gobierno, como máxima autoridad
ejecutiva. Así es como, aún en un escenario desalentador
y profundamente sanguinario, un colectivo condenado
hasta ahora a la segregación, el desclasamiento y el indi-
vidualismo por defecto, se rebele contra su destino y se
sienta identificado aún en la diferencia con los espacios
de organización popular de trabajadores precarizades,
campesinxs e indígenas como lo es actualmente la CO-
NULP.
ph/ig@abismada_

31

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VIOLENCIA
HACIA NIÑXS

Las niñas, niños, adolescentes y jóvenes han estado


presentes en todas las represiones, han sufrido las conse-
cuencias de los gases lacrimógenos, de los golpes, e inclu-
so han estado detenidxs. Entre los primeros asesinatos
durante las masacres en Apurímac, Arequipa y Puno se
encuentra el de David Atequiza, de 15 años de edad,
integrante del Movimiento Nacional de Niños y Niñas
32 Trabajadores de Perú (MNNATSOP), Brayan Apaza de
15, Yamileth Aroquipa de 17, Beckham Romario de 18
años y Christian Alex de 19.

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AFECTACIÓN
DE LA VIDA
COTIDIANA

En las marchas a Lima, en el camino se han tenido atro-


pellos. Exceso de controles policiales, cierre de carreteras
para que no se pueda llegar.
Las persecuciones han desestructurado familias y
redes de protección de dirigentes, autoridades de pue-
blos originarios y brigadistas. Se expresa un fuerte des-
gaste físico y de salud mental. 33
Se han perdido trabajos, estudios, y se vive con
permanente zozobra. Eso provoca enfermedades va-
riadas, producto de la tensión, el estrés, los problemas de
alimentación.
Se han perdido espacios de celebración de las co-
munidades, porque están en permanente movimiento.
El luto también está presente en la vida de las familias
que perdieron a sus familiares, compañeras y compañe-
ros.
Existe una crisis económica interna fuertísima porque
se han cerrado carreteras casi a nivel nacional, se han ce-
rrado vías, han escaseado algunos productos por la falta
de movimiento. La población está intentando recu-
perarse económicamente a la vez de garantizar la
continuidad de las movilizaciones. A su vez, existe
una generalización preocupante del hambre por la falta
de políticas sociales de asistencia.

34

ph/Gabriela Peralta (Wambra)



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VIOLENCIA
RACISTA

El racismo es una situación cotidiana que viven los pue-


blos indígenas en el Perú. Como en distintos rincones del
continente, reciben agresiones, indiferencia y criminali-
zación social. Especialmente cuando se trata de manifes-
tantes rurales y pueblos indígenas que habitan la ciudad,
o que llegan a la misma para exigir sus derechos.
35
No se reconocen la representatividad de los pue-
blos indígenas, sus modos de autogobierno, sus autori-
dades ancestrales.
Los mecanismos represivos que se están desplegan-
do en Abya Yala y en el mundo entero, donde se está sos-
teniendo la vida, de manera sistemática están dirigidos
hacia los pueblos y naciones indígenas originarias, ya que
somos –y son- los guardianes de la vida, sosteniendo los
bosques, las montañas, los llanos, los valles, cuidando los
ojos de agua, las lagunas, las vertientes, sosteniendo la
diversidad de la vida. También somos campesinos, cam-
pesinas, productores de diferentes alimentos que llegan
a nuestras canastas básicas para alimentarnos. Desde los
aparatos represores, desde estos Estados neoliberales,
patriarcales, lo que buscan es deslegitimar, invalidar
la lucha social, a través de la estigmatización, el ra-
cismo, la violencia, e instalar en los imaginarios la
idea del terrorismo, de que son los líderes, las lidere-
sas, agitadores, que violentan el sistema, cuando es todo
lo contrario. Lo que hacemos es defender los derechos
colectivos e individuales.
Los imaginarios que envían los gobiernos neoli-
berales es que los pueblos indígenas son violentos y
peligrosos, vagos, que retrasan el progreso. Sin em-
bargo, desde nuestros territorios estamos sosteniendo la
vida con un respeto único y máximo. No solamente al ser
humano, sino al ser que nos rodea.

36

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GENOCIDIO,
MASACRES,
ASESINATOS

ph/Gabriela Peralta (Wambra)

37
A pesar de que el gobierno reconoce una cifra menor,
desde las comunidades y organizaciones de derechos hu-
manos recibimos un registro de 95 personas asesina-
das.

APURÍMAC
En Apurímac, han sido siete personas asesinadas, dos
menores de edad, seis menores de 20 años.

Denilson Huaraca,
por herida de bala en la espalda.
Christian Rojas Vásquez,
herido por impacto de gas lacrimógeno en la ca-
beza.
Wilfrezo Lizarme Barboza (18),
herido de bala.
John Enciso Arias (18).
Roberto Pablo Medina Llantoherhuay (16)
por impacto de bala en el pecho.
David Atequipa Quispe,
38 herido de bala en una de las marchas
(menor de 15 años).
Romario Quispe,
traumatismo encéfalo craneano ocasionado por
arma de fuego.
ANDAHUAYLAS
La primera población que se levantó en contra de Dina
Boluarte es la región de Apurimac. En Andahuaylas, que
es de donde proviene Dina Boluarte, asesinaron a tres
personas. Fueron las primeras vidas humanas perdidas
en el mes de diciembre.

Berchan Romario Quispe Garfias


(18 años)

Miguel Ángel Velasque Chilingano


(21 años)

CUSCO
Fueron asesinados el dirigente Remo Candia, en com-
plicidad con las fuerzas públicas y el sistema médico,
y el joven de 22 años Rosalino Flores. Los dos fueron
asesinados por la espalda por la fuerza pública. Existen
dos personas desaparecidas. Dos manifestantes fueron
encontrados luego de la protesta calcinados en una mi-
nera. Rosalino Flores murió el 22 de marzo a causa de 39
al menos 36 perdigones disparados por la Policía Nacio-
nal Peruana el día 11 de enero de 2023, durante un acto
de represión en la ciudad de Cusco. Rosalino se encon-
traba parado en un árbol prestando ayuda a quienes se
manifestaban. Inicialmente fue llevado a la Unidad de
Cuidados Intensivos del Hospital Antonio Lorena de la
ciudad de Cuzco. Posteriormente, por la gravedad de sus
heridas, fue evacuado al nosocomio Arzobispo Loayza de
Lima, donde falleció el 22 de marzo. A pesar de la grave-
dad de las lesiones que lo llevaron a la muerte, el caso se
encuentra en investigación por “lesiones leves”.

Remo Candia

Rosalino FLores
(22 años)

AREQUIPA
Hay tres asesinados por heridas de balas de parte de la
fuerza pública.

AYACUCHO
El 15 de diciembre se realizó una masacre. Fueron diez
los asesinados por impacto de bala por la policía y el ejér-
cito, entre ellos un menor de edad de 15 años. Quedaron
40
6 niñxs huérfanos. A tres meses de la masacre, no existe
ningún detenido por los hechos. Las heridas fueron por
armas de fuego. Tres disparadas por la espalda, una en
la cabeza. Son heridas que dan cuenta de la intención de
producir la muerte.
En este contexto, se han abierto también muchas heri-
das para las mamás de ANFASEP (Asociación de Familia-
res de Secuestrados, detenidos y desaparecidos del Perú),
madres y hermanas de las víctimas del terrorismo de es-
tado, durante la dictadura fujimorista, entre los años 80
y el 2000.

Raúl García Gallo (30)


Disparo en el estómago. 15/12
Clemer Rojas García (23)
Bala en el abdomen. 15/12
Jhon Mendoza Huarancca (34)
Disparo. 15/12. Días después murió su mamá,
la señora Apolonia, que tenía cáncer y dice su
hija que no pudo con la pena.
Luis Urbano Sacsara (22)
Bala por la espalda, que salió por el corazón.
15/12
Edgar Prado Arango (51)
Salió a ayudar a los heridos y recibió una bala en
el pecho. 15/12
Christopher Ramos (15)
Trabajaba en el cementerio. Recibió un disparo 41
por la espalda. 15/12
Josué Sañudo Quispe (31)
Disparo en el pecho. 15/12
José Luis Aguilar Yucra (20)
Bala en la cabeza. 15/12
Leonardo Hancco Chacca (27)
Bala en el tórax. 17/12
Jonathan Alarcón Galindo (19)
Disparo por la espalda. 21/12

LIMA
Víctor Raúl Santisteban Yacsavilca (55)
Impacto de gas lacrimógeno en la cabeza. 28/01

JULIACA, PUNO
Hay 18 muertos y 204 heridxs en la masacre del 9 de
enero. Fueron asesinadxs y heridxs con armas de fuego.
Denuncian la presencia de francotiradores de la Policía
Nacional de Perú. Un mes después hubo una nueva re-
presión, con una gran cantidad de heridxs, entre ellxs un
niño de 11 años.
42 Del informe de la Misión de Solidaridad realizada en
febrero, recuperamos la denuncia de los asesinados en
Juliaca:
Marco Antonio Samillan Sanga (29)
Médico integrante de brigadas de salud. Por
bala de plomo.
B.A.J. (15)
Recibió un disparo desde atrás a la altura de la
cabeza: muere en el acto.
E.L.H. (16)
Impacto de bala en la región anterolateral ter-
cio superior de hemitórax izquierdo. Se halla en
el cuerpo proyectil calibre 7.62 mm, coinciden-
te con el utilizado por el fusil AKM de la Policía
Nacional del Perú.
Arizaca Luque Cristhian Heliot. (18)
Estudiante. Asesinado de un disparo de arma
de fuego.
J.N.A.N. (17)
Fue asesinada por la fuerza pública policial. Re-
cibió un impacto de bala en la región abdomi-
nal.
Carlos Ilaquita Cruz (19)
Bala de fusil AKM en la región posterior dere-
cha del tórax.
Paul Franklin Mamani Apaza (20) 43
Bala en la cara anterior del hemitórax derecho.
Ghiovanny Gustavo Illanes Ramos (21)
Bala en la región del sacro.
Edgar Jorge Huarancca Choquehuanca (22)
Recibió 4 disparos de armas de fuego por parte
de la Policía Nacional. Fue un fusilamiento.
Cristian Armando Mamani Hanco (22)
Cayó en una lluvia de gases lacrimógenos y ba-
las.
Nelson Huber Pilco Condori (22)
Herido por arma de fuego cerca del aeropuerto
de Juliaca.
Heber Mamani Arqui (40)
Proyectil de arma de fuego a la altura del ojo
izquierdo.
Roger Rolando Cayo Sacaca (25)
Bala en la cabeza.
Heder Jesus Mamani Luque (37)
Bala en la cabeza.
Gabriel Omar Lopez Amanqui (35)
72 orificios por perdigones.
Hector Quilla Mamani (38)
Disparo de arma de fuego por la pared anterior
de la región torácica derecha.
44 Marcos Quispe Quispe (54)
Fue asesinado de dos disparos.
Rubén Fernando Mamani Muchica (55)
Proyectil en la zona de la pared posterior del
hemitórax izquierdo.

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HERIDXS

Los cuerpos heridos de los luchadores y las luchadoras


dan cuenta de la intención genocida. Está constatada la
utilización de armas de fuego, prohibidas en su uso con-
tra manifestantes dentro del marco legal internacional
del derecho a la protesta. Las heridas que han sido ge-
neradas por disparos a cortas distancias, en zonas cor-
porales vitales, son heridas con intención de asesinar.
Heridas por la espalda, heridas en tórax, en abdomen,
en la cabeza.
En Cusco los heridos/as en las manifestaciones son
más de 200 con heridas de primer, segundo, tercer grado 45
y por impactos de bala.
Hay 10 niños heridos en las protestas en Cusco a ma-
nos de la fuerza pública.
Se denuncian 2 jóvenes heridos de San Arara en la mo-
vilización en Lima.

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PRESAS Y
PRESOS

En Cusco, cuatro jóvenes de la nación Pisac fueron cap-


turados el 31 de enero por participar en una moviliza-
ción. Ellos han apelado para poder acogerse a la figura
del “arraigo cultural”, que es la posibilidad de defenderse
en libertad y que la comunidad lo garantice. La respuesta
fue la presentación de una figura inexistente de oculta-
46 miento, por lo que permanecen los 4 detenidos de forma
arbitraria e injusta. Uno de ellos intentó suicidarse en el
mes de febrero, por el hostigamiento que reciben en la
cárcel. Los jóvenes continúan en prisión por ser agricul-
tores. La sala concluye que al ser agricultores no tienen
arraigo.
Se denuncia la negación del derecho de comunidades
originarias a transitar procesos judiciales en libertad,
porque desde el sistema judicial consideran que existe
peligro de ocultamiento en su comunidad. Negación del
arraigo comunal. La figura del ocultamiento, inexistente
en la doctrina jurídica es muestra de la arbitrariedad del
gobierno dictatorial de Boluarte y de la complicidad de la
fiscalía.
En Sicuani, hubo detención de dos menores de 14 y 15
años.
En la Universidad de San Marcos hubo 190 deteni-
dxs. Entre ellxs una señora de una provincia, que había
ido con su hijita. La niña estuvo detenida junto a su ma-
dre.
La presidenta de la Federación Nacional de Mujeres
Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalaria-
das del Perú (FENMUCARINAP), Lourdes Huanca, se
encuentra exiliada y sin posibilidades de volver al país
tras una campaña de estigmatización y difamación sobre
su activismo.

47

ph/ig@abismada_

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PERSECUSIÓN
POLÍTICA

-Persecución política a dirigentes populares, como el


liderazgo de FREDEPA en Ayacucho.
-Persecución política a dirigencias universitarias,
amedrentamiento, intimidación y amenazas de muerte.
48 -Persecución a brigada de primeros auxilios, briga-
da médica y primera línea.
-Persecución a profesores que salen a marchar, ame-
nazándolos con no pagarles el sueldo.
-A quienes trabajan en los mercados les amenazan
si salen a marchar con quitarles el puesto de trabajo.
-Desplazamientos de sus territorios a dirigentes de
las comunidades rurales que han alzado la voz por la jus-
ticia.
-Emboscadas a manifestantes utilizando armas de
guerra.
-Persecución a autoridades. El Alcalde del distrito de
Santiago del Noroeste y el gobierno regional del Cusco,
Werner Salcedo, después de sus dos pronunciamientos
en contra de la dictadura fueron amenazados con ser
destituidos de sus cargos.
-Los dirigentes que viajaron a Lima sufrieron persecu-
ción política, judicial, seguimientos, amenazas de
muerte.
-Infiltración de ternas en las marchas.
-Se han recibido amenazas de muerte vía correo de
las organizaciones, llamadas amenazantes.
Desde el poder se realizan declaraciones hacia las po-
blaciones movilizadas diciendo que deberían matarlos,
que deberían regresar a sus campos. Son actos de racis-
mo y discriminación.
49

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PERSECUCIÓN
POLÍTICA A
AUTORIDADES
Y A DIRIGENTES
POPULARES

Se denuncia la detención ilegal de Pedro Castillo,


que fue elegido por una mayoría de pueblo campesino.
Previo al golpe de estado se creó una difamación mediá-
tica con un fuerte discurso racista y clasista, poniendo
en duda su capacidad de dirigir el país, acentuando que
un maestro rural, un indígena, no puede gobernar. Este
50 discurso invisibiliza las alianzas internas entre oposito-
res fujimoristas, para no dejar avanzar a Castillo en sus
propuestas políticas.
Castillo es el primer preso del golpe de estado. Fue de-
tenido cuando llevaba a su familia a la embajada mexi-
cana, con suma violencia, y sin cargos reales sino causas
inventadas.
También son amedrentados y amenazados los gober-
nadores y alcaldes que se pronunciaron en contra
de la dictadura.
Un caso especial es el de la profesora de Andahuaylas
(Apurimac) Yaneth Navarro, procesada por ser encon-
trada con dinero que estaba juntando para apoyar a las
poblaciones que se dirigían a Lima para las protestas. (li-
berada ahora).
En Ayacucho se denuncia la detención de lxs dirigen-
tes del FREDEPA (Frente para la Defensa del Pueblo de
Ayacucho) desde el 12 de enero:

* Rocío Leandro Melgar (53),


presidenta del FREDEPA.
* Alejandro Manay Pillaca (35)
* Piero Giles Gamboa (22)
* Estefany Alanya Chumbes (31)
* Yulisa Gómez Ayala (21)
* Fernando Quinto Cuba (32) 51

* Alex Gómez Falcón (35).


Las personas detenidas fueron trasladas a “Los Cabi-
tos”, una base militar donde funcionó un centro de de-
tención y tortura clandestino de los años 80, registrán-
dose allí torturas de variadas formas. Después fueron
trasladados a la Dirección contra el Terrorismo (DIRCO-
TE) de la PNP, en la Ciudad de Lima, siendo tildados de
terroristas. La prisión política de estas y estos dirigentes,
tiene como objetivo desmovilizar a una población, gol-
peada también por el crimen de 10 de sus integrantes, y
por el dolor histórico que arrastran como consecuencia
de la dictadura fujimorista. Sin embargo, con una gran
dignidad, el pueblo sigue en las calles, exigiendo justicia
por sus muertos, por sus heridos y heridas, y libertad
para las presas y presos políticos.

ph/Gabriela Peralta (Wambra)

52

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PERSECUCIÓN A
ESPACIOS DE REFUGIO
DE LA POBLACIÓN

Intervención en el local del Nuevo Perú: Durante


las manifestaciones en Lima, Nuevo Perú recibió a cente-
nares de integrantes de las delegaciones regionales, cui-
dando especialmente a niñas, niños, niñes y ancianas/
os/es. En ese marco, sufrió múltiples violencias por parte
de la policía tales como allanamientos ilegales, amena-
zas, cierre de sus puertas con personas adentro, hasta
la irrupción con una bomba de gases lacrimógenos en el
mismo.
Intervención en la Universidad de San Marcos,
que servía de acogida humanitaria a las comunidades 53
ancestrales de Puno, Juliaca y otras poblaciones. Este
hecho terminó con la detención ilegal de más de 190
personas; entre ellas muchas hermanas, hermanos y es-
tudiantes que vivían en la residencia estudiantil. Hubo
represión a niñeces, mujeres embarazadas, personas con
discapacidades.

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CRIMINALIZACIÓN
DE LA PROTESTA

Las instituciones del estado están al servicio de la dic-


tadura. No hay instituciones donde realizar denun-
cias ante la vulneración de derechos, ni la fiscalía
investiga la vulneración a los derechos humanos.
En la ciudad de Lima se encuentran prohibidas
por tiempo indefinido las protestas o manifestacio-
54 nes públicas desde el 15 de febrero de 2023. La ordenan-
za emitida por el Concejo Metropolitano e impulsada por
el teniente alcalde de Lima, Renzo Reggiardo, habilita a
intervenir a la Policía Nacional y establece que la Procu-
raduría Municipal impulse acciones legales contra quie-
nes contravengan esta disposición.
El regidor y exdirector general de la Policía Nacional del
Perú, José Tisoc, anunció que el Concejo Metropolitano
de Lima declaró “En Emergencia” la seguridad ciudadana
en la región por 120 días a partir del 1° de febrero. En ese
marco, las manifestaciones públicas que convocan
a la población local y a delegaciones de todas las
regiones a movilizarse a la capital política del país
son sistemática y brutalmente reprimidas, sin nin-
gún tipo de consideración frente a la presencia de muje-
res que marchan con sus hijos e hijas en la espalda, a la
cercanía de instituciones educativas, hospitales y centros
de salud, etc.
A partir de los testimonios de víctimas y testigos, así
como de las necropsias y videos, se ha mostrado clara-
mente que ha habido uso de armas letales junto a un uso
indiscriminado de armas menos letales, pero que han
resultado letales por el modo en que se han utilizado.
Especialmente el disparo al cuerpo de bombas lacrimó-
genas, el uso de materiales que no son aptos para
las protestas, como los perdigones disparados a corta
distancia, por ejemplo, en Juliaca.
Se trata de ataques generalizados hacia la población,
con intencionalidad de castigo, ejecuciones extra-
judiciales.
En relación a los gases lacrimógenos, los mismos han
demostrado ser de mayor agresividad, provocando ade- 55
más de la irritación de las vías respiratorias y los ojos,
efectos como vómitos con sangre. La falta de informa-
ción completa sobre la composición química exacta de
estas armas impide un estudio completo sobre sus efec-
tos.

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ESTRATEGIAS DE
ENCAPSULAMIENTO

Ayacucho, Juliaca, Arequipa: los Aeropuertos fue-


ron convertidos en bases policiales para reprimir la pro-
testa y garantizar la continuidad de las actividades turís-
ticas o mineras, defendiendo los intereses de las élites,
oligarquías y grupos de poder.
Lima: Intervención de la Universidad de San Marcos
solicitada por la rectora
56
Represión y ataques violentos a los centros de acogida
humanitaria, violando la Constitución política del estado
peruano y todos los acuerdos y tratados internacionales.

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MECANISMOS
DE REPRESIÓN

Represión con armas de guerra con munición le-


tal, como fusiles de asalto Automático Kaláshnikov Mo-
dernizado (AKM), utilizados para reprimir manifestacio-
nes en Juliaca, y fusiles Galil, usados por el Ejército en
Ayacucho. Se disparó directamente hacia el cuerpo de las
personas que se manifestaban.
Utilización de gases lacrimógenos con sustancias
desconocidas, que producen efectos inmediatos en el
cuerpo como vómitos, no poder respirar, brotes, erup-
57
ciones, dolor de estómago, entre otros.
Uso de gas pimienta. La fuerza pública dispara al
cuerpo de los manifestantes a pocos metros de distancia,
con ráfagas de perdigones, con intención de asesinar.
En las represiones y masacres existieron francotira-
dores, tanquetas, uso de drones. Se disparó desde he-
licópteros con intención de eliminación de la vida y no de
dispersión.
Se tiraron Bombas Químicas dejando dos heridos en
Cusco, que al ser encontrados por los brigadistas estaban
vomitando sangre.
En Puno, las mujeres Aymaras no pueden abandonar
a sus hijos. Por eso han viajado a Lima para movilizarse
con sus hijos en brazos, y han sido disparadas con bom-
bas lacrimógenas. Los niños no han estado exentos de
esta represión. Hay mujeres embarazadas, con niños y
niñas, que han estado presentes en las movilizaciones.
Inclusive personas con discapacidades han sido reprimi-
das con bombas lacrimógenas, a la luz del día.
Durante las protestas se detectó uso de perdigones
(de plomo y de goma) bombas lacrimógenas a la cabe-
za y tórax, a corta distancia, se verificó que se utilizaron
armas de guerra con munición letal, como los fusiles de
asalto Automático Kaláshnikov Modernizado (AKM) y
fusiles Galil.
La PNP utiliza tácticas de división y segmentación
de las manifestaciones, de manera de aislar y encerrar
58 grupos de manifestantes y desplegar la represión sobre
los mismos sin posibilidad alguna de evitarla.
Transnacionales, multinacionales y cadenas de super-
mercados contratan insumos para agentes de represión
cómo francotiradores y los Terna en la región de Cusco.

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INFILTRACIÓN DE
ORGANIZACIONES
POPULARES

Reunión de policías con ropas de civil en la plaza Tupac


Amaru, organizándose para ocasionar disturbios en las
protestas en Cusco.
Propietarios de Plaza Vea contrataron asesinos para
vulnerar el derecho a la protesta y a la vida de los mani-
festantes de las provincias que llegan a Cusco.
El 4 de febrero en Plaza Kennedy (Lima), actividades
culturales destinadas a recaudar fondos para las delega- 59
ciones de las regiones fueron atacadas brutalmente por
integrantes de “La Resistencia”, grupo de extrema dere-
cha vinculado a los partidos políticos Fuerza Popular y
Renovación Popular, con la anuencia de la PNP que pre-
senció la situación sin intervenir.

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GRUPOS
CIVILES DE
REPRESIÓN

Además del caso anteriormente descrito del grupo de


ultraderecha La Resistencia, se habilitan grupos espe-
ciales de represión, como los llamados Polos Blancos,
pertenecientes al APRA, partido fujimorista, entrenados
para provocar, amedrentar, deslegitimar la protesta, e
instalar un discurso racista. Son un grupo fascista, utili-
60 zado para crear conflictos en las movilizaciones, y luego
reprimir.

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TERRUQUEO

Denuncian de manera reiterativa que existe la instau-


ración del término terruco o terruquear para designar a
todo aquel que opine de manera diferente al discurso de
la dictadura. Toda persona que lucha por defender dere-
chos es estigmatizada como “terruca”, nombre con el que
se dice “terrorista”. Con este término, que remueve
los temores que quedaron en la sensibilidad social como 61
consecuencia de la dictadura fujimorista, se pretende
legitimar toda represión, y restar solidaridad a los y las
afectadas.
Se habilita la actuación del grupo TERNA, Unidad de
Inteligencia Táctica Operativa Urbana de la Policía
Nacional, especializado en infiltrarse en organizaciones
criminales, al que se lo usa para intervenir las organiza-
ciones sociales y movilizaciones, para llevar adelante de-
tenciones y sembrado de pruebas.
Evidenciamos que se viola el derecho a la libre expre-
sión y que se establece un régimen de persecución y cri-
minalización a las opiniones diversas. Reunirse o mani-
festarse es considerado delito terrorista.
También se alerta sobre la actuación de DIRCOTE (Di-
rección contra el Terrorismo), para perseguir e incri-
minar como terroristas a luchadores/as sociales.

62

ph/ig@abismada_

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IMPUNIDAD Y
CONTINUISMO
FUJIMORISTA
Las regiones, principalmente del sur del Perú, y
el centro de Lima están militarizadas desde el 7 de
diciembre de 2022.
Hay omisión de funciones de la Defensoría del Pue-
blo.
Autoatentados, quema y destrucción de institu-
ciones públicas por policías y civiles vinculados al ré-
gimen para inculpar a las organizaciones sociales.
Patrullaje virtual que identifica y establece opera- 63
tivos de seguimiento a dirigentes de comunidades para
desmovilizar. Apertura de causas a partir del patrullaje
virtual.
Procesos judiciales ilegales, adjudicación de fiscales
no especializados.

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VULNERACIÓN
DEL DERECHO A LA
SALUD

La vulneración de este derecho es sistemática. Respon-


de a los intereses de la dictadura. El sistema de salud he-
gemónico reproduce las lógicas de poder que marcan el
patriarcado, el capitalismo y el colonialismo.
La salud en Perú no es parte central de la agenda políti-
ca, menos aún si consideramos la salud de los pueblos. El
64 gasto en salud ha sido reducido en los últimos años.
La anemia durante los 3 primeros años de vida supera
el 50% de lxs niñxs de las clases populares. La desnutri-
ción crónica infantil en menores de 5 años de las pobla-
ciones más pobres supera el 30%.
Sobre estos cuerpos que aún luchan por superar la ane-
mia, que fueron arrasados por las olas de COVID, caen
los gases, las balas, los perdigones, deteriorando la salud
del pueblo peruano, una salud abandonada.
La complicidad del sistema de salud hegemónico con
la represión, condujo a que los heridos y heridas no
fueran o se escaparan de los centros médicos por
temor a ser detenidos o maltratados. Hubo denun-
cias de atención médica para heridas que requerían ciru-
gía sin utilización de anestesia. También se constató el
asesinato, la represión y persecución a brigadistas
de salud que prestaban servicios de auxilio durante las
movilizaciones.
Se denunció la negación del hospital Antonio Lore-
na, de Cusco, para la atención médica de los heridos
y heridas por la represión de la protesta. Se ha produci-
do maltrato, amedrentamiento, y un trato discriminato-
rio. También se han negado a entregar información
sobre heridos y heridas por la policía y el ejército, no
se dio el listado de heridos a familiares excusándose que
necesitan una autorización legal, además de privarlos en
la información real sobre cómo se encuentra la salud de
sus familiares, pues la tergiversan o la niegan. Esté hos-
pital fue el lugar que produjo la muerte al dirigente Remo
Candia Guevara, el 11 de enero de 2023 por no prestar 65
la atención a tiempo cuando él llegó con un proyectil de
arma de fuego en el tórax. Otra de las denuncias al hospi-
tal es la negación de información sobre cuerpos NN
que presuntamente han sido entregados a las prácticas
de universidades como mecanismo de desaparición.
Las consecuencias de la desidia del sistema de salud
sobre las vidas de lxs peruanxs en lucha son enormes y
graves. Hay familias que intentan afrontar de manera
privada la atención en salud, produciendo deudas y pre-
carizando aún más sus vidas. Hay personas que se ven
afectadas por discapacidades temporales o permanentes
a partir de la falta de atención en salud de los efectos
de las represiones a la protesta social. Esto altera estruc-
turas familiares, formas de organización de la vida, del
trabajo.
La salud en las cárceles es otro indicio de un sistema
de salud cómplice de esta dictadura. Una situación em-
blemática es la de la profesora Yaneth Navarro, víctima
de una detención arbitraria, que estando detenida le in-
formaron que se encuentra gestando. No se le realizaron
atenciones en salud ni estudios médicos, desatendiendo
su salud y su gestación. Se vulnera de esta forma su dere-
cho a la libertad, a la salud y a su integridad física.
Las condiciones de hacinamiento y abandono que des-
criben las víctimas de detenciones arbitrarias son esca-
lofriantes. La situación particular de las mujeres en las
cárceles es de mayor abandono que la situación de los
varones en iguales condiciones. Las mujeres llevan más
tiempo en las carceletas sobrepobladas antes de pasar a
66 los pabellones.
Un dirigente de Ayacucho de 22 años detenido arbitra-
riamente presenta una enfermedad cardíaca que requie-
re atención, y al momento no se cumple con su derecho
a la salud.

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MEDIOS DE
COMUNICACIÓN

El rol de los medios y plataformas de comunicación nu-


cleadas en la empresa El Comercio ha sido clave para la
concreción del golpe de Estado contra Pedro Castillo así
como en la asunción de Dina Boluarte.
El Comercio concentra más del 80% de la prensa de
Perú y, durante la gestión de Pedro Castillo, habían sido
amenazados con la quita de la publicidad estatal otorga-
da por el gobierno. 67
Castillo sostenía que aquellos medios de comunicación
que tergiversan la realidad y/o desinforman a la pobla-
ción no deberían percibir el apoyo estatal. En ese marco,
las empresas de comunicación apoyaron el estable-
cimiento del régimen de Dina Boluarte a través de
diferentes acciones como: no realizar coberturas en con-
textos de represión; estigmatizar y reproducir discursos
racistas contra las delegaciones regionales; desinformar
y exponer las historias de vida de las personas asesina-
das, detenidas y violentadas por el desgobierno.
Las tareas de cobertura realizada por los medios
comunitarios, alternativos y populares, así como
por periodistas y fotógrafos/as independientes
fueron imprescindibles para dar a conocer la hosti-
lidad del golpe. Los medios alternativos crearon redes
entre radios comunitarias y periodistas independientes
para difundir la situación de cada territorio silenciado
por las grandes empresas de comunicación. A su vez,
construyeron diferentes estrategias de transmisiones en
vivo, sistematización y registro de las violaciones a los
Derechos Humanos sostenidas por el régimen de Boluar-
te. Por su compromiso con la difusión de las violaciones
a los derechos humanos, y las acciones de la dictadura,
el desgobierno persiguió, disparó y violentó parti-
cularmente a la prensa alternativa: disparos contra
fotógrafos/as que desarrollaban su trabajo; quita y reten-
ción de equipos; creación de un “protocolo de seguri-
dad” con el objetivo de limitar el derecho a la libre expre-
sión; persecución y violencia explícita contra reporteros/
68 as.
Desde el medio alternativo Wayka denuncian que una
de sus reporteras fue golpeada y limitada por la policía
para realizar su trabajo en la ciudad de Lima. La reporte-
ra fue perseguida luego de transmitir en vivo el momen-
to en que dispararon una bomba de lacrimógeno contra
Victor Santiesteban, un manifestante que falleció en el
acto. El hecho fue grabado en vivo por el medio popular
Wayka mientras que las empresas de comunicación co-
rrieron la cámara. A continuación, cuando las reporteras
de Wayka cubrían la noticia desde el hospital donde aten-
dían a Victor, un grupo de al menos 12 policías violentó
a la reportera e intentaron secuestrar sus dispositivos de
trabajo. Posteriormente hubo una campaña de “terru-
queo” contra Wayka, denunciando que integrantes de
este medio comunitario pertenecen a Sendero Luminoso
y al MOVADEF, lo que ha sido negado rotundamente por
lxs integrantes de Wayka.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Periodistas
(ANP), desde el 7 de diciembre del 2022 hasta el 9 de fe-
brero, se han registrado 169 agresiones contra repor-
teros. Asimismo, el gobierno publicó un “Protocolo de
actuación interinstitucional para la coordinación y
atención a periodistas y comunicadores sociales en
el contexto de alteración al orden público”, que pone
bajo potestad de la policía la tarea de supervisar y regular
el trabajo periodístico durante las protestas (por ejem-
plo, estableciendo su ubicación), limitando y coartando
de esta manera la libertad de expresión y desestimando a
los agentes policiales como potenciales agresores.
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EDUCACIÓN

Se denuncia que hay estudiantes heridxs y detenidxs,


y amedrentadxs por los docentes.
Hay docentes que denuncian que para el inicio de cla-
ses fueron amenazadxs con el inicio de sumarios y/o per-
secución por hablar de derechos o de educación sexual
integral.
Hay una instauración de discursos de miedo para gene-
70
rar desmovilización.
En el ámbito universitario, hay autoridades que sos-
tienen expresamente el gobierno golpista, como la rec-
tora de la universidad San Marcos, Jerí Ramón, que se
expresó públicamente en contra de la presencia de las de-
legaciones en esa casa de estudios y pidió la intervención
de la PNP, desencadenando la brutal represión del 21 de
enero y las casi 200 detenciones.
Al interior de las universidades se repite la práctica
del “terruqueo”, señalando y estigmatizando a lxs es-
tudiantes que integran la Federación y participan de las
protestas. Mientras tanto, otras unidades académicas,
como la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) abrie-
ron las puertas del campus a estudiantes de las regiones
que llegaron a la protesta e intervinieron para impedir la
represión.

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ph/ig@abismada_
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ph/ig@abismada_

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ALGUNAS
CONCLUSIONES
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ph/ig@abismada_
Esta Delegación Feminista ha estado en el territorio
con las víctimas de la represión violenta, de la persecu-
ción provocada por el golpe de estado. Nuestra intención
es recuperar denuncias para romper el cerco mediático.
No solamente para interpelar a la justicia patriarcal y
colonial, que es parte de la dictadura en Perú, sino para
ir construyendo la justicia feminista, para llevarla a los
tribunales éticos feministas, a los espacios de justicia ori-
ginaria.
Desde esas otras justicias, necesitamos condenar de
modo contundente a Dina Boluarte, al Congreso y a toda
la articulación del fujimorismo que quieren quedar invi-
sibilizados y son los directos responsables de la masacre
que está viviendo el pueblo peruano
Entre las primeras conclusiones de este informe seña-
lamos:
1. Las denuncias recogidas por la Delegación Fe-
minista son prueba de delitos de lesa humanidad, ma-
sacres, violencia sexual, criminalización de la protesta,
detenciones y encarcelamientos arbitrarios, represión
racista y misógina. El gobierno de facto de Boluarte ha
vulnerado sistemáticamente los derechos humanos en
Perú y ha eliminado cualquier garantía que debiera Brin-
dar el Estado.
75
2. Las denuncias identifican como autores de las
masacres y violaciones de derechos a Dina Boluarte, al
congreso de Perú, a la fiscalía de la nación, a las fuerzas
armadas y policiales que han ejecutado y encubierto los
crímenes de lesa humanidad contra el pueblo desarmado.
3 .El golpe de estado perpetrado por la oligarquía
peruana, con el apoyo de EEUU y de los poderes trans-
nacionales, tuvo como objetivo colocar a un gobierno
obediente a las oligarquías y sin escrúpulos para masa-
crar al pueblo. Su objetivo fue evitar cualquier avance del
movimiento popular, en defensa de los territorios, de los
bienes comunes, de la vida.
4. El golpe de estado buscó evitar que el pueblo
pudiera creer en la posibilidad de ser gobierno. Con un
violento racismo se estigmatizó desde el comienzo de su
mandato al presidente constitucional Pedro Castillo y se
le puso todos los obstáculos para su gestión. Más allá de
los errores que Castillo hubiera cometido, no son estos
los móviles del golpe de estado. La dictadura peruana
está sostenida por los responsables de las políticas ex-
tractivistas, por las mineras y otras industrias ecocidas
que pretenden amordazar las resistencias de los pueblos
en los territorios.
5. Las masacres de Puno, Ayacucho, Huancavelica,
Apurimac, más de 90 luchadores/as asesinadxs, cientos
de heridxs, la prisión de lxs líderes de las organizaciones
populares, son parte de un plan de exterminio sistemá-
tico, dirigido especialmente hacia los pueblos indígenas
y campesinos, que defienden los territorios. Constituyen
76 crímenes de lesa humanidad. Todos los autores y autoras
del golpe de estado, tendrán que ser juzgados por ellos.
No puede haber impunidad. Ya Basta de represión al pue-
blo y de impunidad.
6. En la búsqueda de legitimación del golpe de es-
tado concurren los discursos racistas y clasistas, coloni-
zadores, la fractura de la sociedad entre los pueblos indí-
genas y campesinos y sectores de la sociedad peruana que
miran al Norte y desprecian y discriminan a los pueblos
originarios de esos territorios. Un elemento discursivo
es el "terruqueo", nombre utilizado para estigmatizar
como terrorista a quienes luchan y defienden derechos y
que busca crear legitimidad social para el despliegue de
la brutal represión.
7. El golpe se beneficia de los traumas producidos
por el terrorismo de estado y la cultura fujimorista pro-
fundamente instalada en la subjetividad de la sociedad
e incluso de algunos sectores populares. El miedo se fue
transmitiendo de generación en generación. La impuni-
dad de los crímenes lo avala. Por eso como delegación fe-
minista, consideramos que en esta ocasión hay que crear
caminos para hacer justicia. La impunidad de los asesi-
nos es muerte para el pueblo.
8. Las mujeres peruanas están sufriendo de mane-
ra especial las consecuencias del golpe de estado. Además
de la represión, viven la sobrecarga de sostener la repro-
ducción de la vida cotidiana. Esto significa alimentar a
las familias fuertemente empobrecidas y precarizadas.
Las ollas comunitarias siguen siendo modos de organi- 77
zación colectiva de la alimentación. Pero son tareas y ro-
les que caen fundamentalmente sobre los cuerpos de las
mujeres. El cuidado de la vida de hijxs, ahora frente a las
amenazas represivas, la búsqueda de justicia por sus fa-
miliares represaliados, genera angustias y miedos que re-
sienten la vida cotidiana. En las movilizaciones y deten-
ciones ha habido experiencias de violencia sexual contra
las mujeres. La represión estigmatiza a las mujeres con
insultos y agresiones misóginas. Por eso seguimos gri-
tando, como lo hicieron las feministas hondureñas ante
el golpe de estado del 2009: Ni golpes de estado, ni gol-
pes a las mujeres.
9. La violencia hacia travestis, trans, maricas, les-
bianas, no binaries y otras existencias disidentes sexua-
les se ha visto recrudecidaA partir del golpe, los travesti-
cidios aumentaron exponencialmente, contabilizando 8
muertas en lo que va del año hasta la fecha de nuestro
viaje.
10. Se ha tendido un cerco mediático nacional e
internacional para evitar que se condene al Gobierno de
Dina Boluarte como dictadura. Llamamos a las redes de
medios comunitarios y alternativos así como a lxs comu-
nicadorxs con sensibilidad popular y feminista, a replicar
y a multiplicar estas denuncias. A romper el cerco infor-
mativo y a repudiar los intentos de disciplinamiento del
trabajo periodístico.
11. Interpelamos a los gobiernos del mundo, que
no han condenado con energía a estas violaciones a los
derechos humanos, y a la represión establecida por el Te-
78 rrorismo de Estado. Hay una doble vara cuando se trata
de defender la democracia. Avergüenzan el silencio, la
complicidad o las tibias críticas de los gobiernos que se
dicen progresistas, y el silencio de la CELAC.
12) Llamamos a lxs feministas del mundo a acuerpar a
las mujeres originarias, campesinas, a las disidencias se-
xuales, y activistas en la lucha antirracista y antipatriar-
cal.
Nunca más silencio. Nunca más mirar para otro
lado. Nunca más aceptar los crímenes, la violencia de
estado, la represión.

NI GOLPES DE ESTADO
NI GOLPES A LAS MUJERES
Lima, 12 de marzo, 2023
Abya Yala, 12 de abril, 2023

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