La Tutela Final 23 66
La Tutela Final 23 66
La Tutela Final 23 66
Introducción
Como se verá, esta institución es una de las más completa por cuanto in-
cluye similares atributos a los que corresponden a los progenitores dentro
de la patria potestad. Ciertamente, la tutela pertenece a una modalidad
*
Publicado originalmente en: Lecciones de Derecho Civil i Personas. Editorial RVLJ.
Caracas, 2019, pp. 541-579.
24 Edison Lucio Varela Cáceres
definitivamente de las ideas antiguas, que, incluso en el siglo xx, no habían de
jado de ser inofensivas: que la tutela puede ser un derecho subjetivo adquirido por
los tutores; que, en el consejo de familia, cada línea puede tomar a su cuidado los
intereses del linaje, etc.».
7
Vid. Aguilar Gorrondona, José Luis: Necesidad, apertura y constitución de la
tutela ordinaria de menores en el Derecho venezolano. UCV. Caracas, 1962, p. 38, «el
menor a quien llega a faltar quien ejerza su patria potestad y que puede ser provisto
de tutor es solo el menor no emancipado, ya que la ley prevé otro sistema de protección
para los menores emancipados».
La tutela. Institución de protección de la infancia 27
8
Torres-Rivero, Arturo Luis: «Venta por el tutor después de muerto el pupilo».
En: Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. N.º 76. UCV. Caracas,
1990, p. 114.
28 Edison Lucio Varela Cáceres
Comenta Lete del Rio, «La tutela es una institución supletoria de la pa-
tria potestad, creada por la ley, para la representación, protección, de-
fensa y asistencia de los que son capaces de gobernarse por sí mismos»
y siguiendo el criterio del Tribunal Superior español –sent. de 16 de oc-
tubre de 1908– indica que «tiene por finalidad la protección e interés de
los sujetos a ella y, por consiguiente, todo lo que a la misma haga referencia
debe interpretarse con base en el principio de protección e interés»10.
9
Expresamente lo señala la Exposición de motivo de la Ley Orgánica de 1998, «Para
hacer efectivos los derechos que la Convención consagra es necesaria la plena par-
ticipación y control de las personas, de las familias, de las sociedades organizadas
y del propio niño y adolescente».
10
Lete del Río, José Manuel: «Tutela provisional». En: Anuario de Derecho Civil.
Vol. 20, N.º 1. BOE. Madrid, 1967, pp. 153 y 161.
11
Aguilar Gorrondona, José Luis: Derecho Civil Personas. 8.ª, UCAB. Caracas,
1985, p. 263.
La tutela. Institución de protección de la infancia 29
Una de las notas que distinguen a esta figura de otra similar, como la co-
locación familiar, es que en la tutela interactúan diferentes órganos con
deberes y responsabilidades definidas en el Código Civil, aunque el rol
principal recae en el tutor, quien detenta la responsabilidad de crianza, re-
presentación y administración de los bienes, pero siempre bajo la vigilancia
del protutor, del consejo de tutela y del tribunal de protección.
12
Domínguez Guillén, María Candelaria: Manual de Derecho Civil i (personas).
Ediciones Paredes. Caracas, 2011, p. 387. Cfr. Domínguez Guillén, María Can-
delaria: «La tutela ordinaria de menores». En: Revista de Derecho. N.º 2. TSJ. Ca-
racas, 2000, p. 250. Portalis, Jean Etienne Marie: Discurso preliminar al Código
Civil francés. Civitas. Madrid, 1997, p. 85, señalaba: «La tutela es, en el gobierno
doméstico, una especie de magistratura subsidiaria».
13
Esto último, ocurriría si se prueba –en el respectivo procedimiento judicial– un
supuesto que justifique dicha medida, pero que no sea tan grave que origine la pri-
vación de la patria potestad. Vid. Exposición de motivos de la Ley Orgánica para la
Protección del Niño y del Adolescente de 1998. A ello se refiere el artículo 394 de
la Ley Orgánica cuando indica que la familia sustituta procede cuando los padres
no se encuentren «en el ejercicio de la responsabilidad de crianza».
30 Edison Lucio Varela Cáceres
14
Cfr. Domínguez Guillén: art. cit. («La tutela ordinaria…»), p. 277; Domínguez
Guillén, María Candelaria: «La tutela del Estado y la reforma a la Ley Tutelar
de Menores». En: De los menores a los niños una larga trayectoria. UCV. Caracas,
1999, p. 78. Véase el artículo 322 del Código Civil de donde se deduce la idea de la
tutela como mecanismo necesario para cuando el menor tiene determinado acervo
patrimonial. Lo cual es ratificado por la «Exposición de motivos» de 1998, al afir-
mar: «Cuando un niño o adolescente pierde a sus padres, pero dispone de recursos
económicos, la institución de representación que surge es la tutela ordinaria de
menores, la cual permite colocar la persona del niño o del adolescente y sus bienes,
bajo el cuidado y protección de un tutor, un protutor, un suplente de protutor y un
consejo de tutela» y añade «la tutela ordinaria de menores resulta difícil de lograr
La tutela. Institución de protección de la infancia 31
Así las cosas, fuera del tema de que se requiera forzosamente proteger
además de la persona los bienes del menor de edad, el juez se encuentra en
plena libertad de ponderar cuál es la medida que de manera más efectiva se
adecua a las circunstancias del caso para resguardar al niño o adolescente.
18
Domínguez Guillén: ob. cit. (Manual de Derecho Civil i…), p. 391, indica que
«su semejanza intrínseca con la patria potestad en cuanto a ser un régimen de pro-
tección que reclama las mismas necesidades para el menor y su diferencia formal
con esta última por no estar encomendada a los progenitores, lo que se traduce en
mayores formalidades derivadas de la desconfianza».
19
Vale destacar el recordatorio que efectúa Rodríguez-Arias Bustamante: ob. cit.
(La tutela), p. 22, según el cual los juristas «han propugnado en todos los tiempos
una renovación de la institución tutelar».
La tutela. Institución de protección de la infancia 33
20
Aguilar Gorrondona: ob. cit. (Teoría general…), pp. 158 y 169, «lo lógico es que
se procure darles como protectores legales, las personas que, si bien de ordinario
no tendrán por dichos menores el afecto que suelen tener los padres por los hijos,
les tengan al menos un afecto especial, como suelen ser los abuelos, hermanos, tíos,
parientes, relacionados y amigos de la familia de los respectivos padres», y añade:
«El afecto de los parientes es el natural sucedáneo del afecto paterno y materno, de
tal manera que dicho afecto, aún debilitado, siempre que no esté sustancialmente
resquebrajado, constituye una poderosa garantía de protección para el pupilo».
34 Edison Lucio Varela Cáceres
4. Órganos tutelares
Con lo descrito se quiere significar que la ley persigue crear una institu-
ción que a través de la interacción de diversas personas investidas de de-
terminadas cualidades o status puedan desempeñar un rol de protección
análogo al de los padres y, por otra parte, se desea subrayar que los entes
que interactúan no son del todo arbitrarios, sino que poseen controles
y límites que garantizan que los sujetos que detentan estas facultades no
abusen de ellas y se mantengan siempre bajo el enfoque de la salvaguarda a
los derechos e intereses del niño o adolescente. En palabras más autorizadas:
21
Vid. Domínguez Guillén, María Candelaria: La convivencia familiar (antiguo
derecho de visitas). Ediciones Paredes. Caracas, 2012, pp. 245 y ss.
La tutela. Institución de protección de la infancia 35
Así las cosas, los órganos tutelares ordinarios son: el tutor, el protutor, el
consejo de tutela y el juez de protección23. Además, participan de forma
accidental el tutor interino, el protutor suplente y el consejo auxiliar
de tutela.
ii. Se debe privilegiar que los cargos tutelares sean desempeñados por fa-
miliares y entre los que concurran con el parentesco más cercano y, entre
estos, los que posean mayores vínculos afectivos con el menor de edad (ar-
tículos 309, 314 y 325 del Código Civil, en conexión con el artículo 395.b,
de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes).
22
Rodríguez-Arias Bustamante: ob. cit. (La tutela), p. 178.
23
Recuerda Domínguez Guillén: ob. cit. (Manual de Derecho Civil i…), p. 392, que
«Los órganos tutelares son personas que participan en la función o gestión tutelar.
Se trata de un oficio que se ejerce en exclusivo interés del menor». Para Aguilar
Gorrondona: ob. cit. (Derecho Civil Personas), p. 265, «los cargos tutelares son
oficios obligatorios, personales e indisponibles».
36 Edison Lucio Varela Cáceres
v. Los cargos tutelares son permanente, en el sentido de que una vez cons-
tituidos se mantienen hasta el momento en que cese la tutela.
4.1. El tutor
4.1.1. Atributos
El desarrollo de la protección personal del menor de edad sometido a tu-
tela debe desenvolverse dentro de un escenario armónico donde reine
24
Cfr. Dominici, Aníbal: Comentarios al Código Civil venezolano (reformado en
1896 ). T. i. Editorial REA. Caracas, 1962, pp. 401 y 404, la tutela «es un cargo
obligatorio, salvo los casos legales de excusa» y «por naturaleza gratuito».
25
O’Callaghan Muñoz afirma que las funciones tutelares corresponde a «una fun-
ción tuitiva y protectora, se da en interés no del que la ejerce sino del sometido
a ella, siendo su contenido un conjunto de derechos y deberes dirigidos a la reali-
zación de esta función», citado en Ventoso Escribano, Alfonso: La reforma de
la tutela. Constitución y Leyes. Madrid, 1985, p. 37, añadiendo este último: «las
funciones tutelares constituyen un deber, se ejercerán en beneficio del tutelado
y estarán bajo la salvaguarda de la autoridad judicial».
La tutela. Institución de protección de la infancia 37
En relación con el debate del lugar donde debe ser «criado» el pupilo, es
decir, el hogar o sitio de residencia, es obligatorio ponderar que el mismo
sea acorde con los principios que demandan el derecho a ser criado en un
ambiente familiar, tal y como lo reclama el artículo 26 de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, no pudiendo, en con-
secuencia, fijarse la habitación en un espacio que no se corresponda con un
ambiente afectivo y de hospitalidad, propio de las estructuras familiares.
En cuanto a los gastos para la manutención del pupilo, ellos deben pro-
veerse en principio de los bienes del menor de edad y, en su defecto, proce-
derán de los obligados subsidiariamente (artículo 368 de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes)29. En el primer caso,
después de efectuado el inventario que determina la situación patrimo-
nial del menor de edad, el juez «fijará el máximo de gasto que deba hacer
el tutor», oyendo al consejo de tutela y ponderando las rentas líquidas.
Excepcionalmente, cuando el consejo de tutela lo considere equitativo
y el tribunal igualmente justificado, podrá acordarse que la manutención
se compense con los frutos que genera el patrimonio del menor de edad
(artículo 362 del Código Civil). Si bien el cargo de tutor es gratuito, se
permite que el juez fije una retribución por la gestión si el patrimonio del
pupilo lo permite, cantidad que no puede exceder del 15 % de la renta lí-
quida de los bienes del pupilo (artículo 375 del Código Civil)30. Por otra
parte, como consecuencia de la responsabilidad de crianza que detenta el
tutor, surge para el mismo, responsabilidad civil por los hechos ilícitos que
cometa el pupilo (artículo 1190 del Código).
29
Comenta Ventoso Escribano: ob. cit. (La reforma de la tutela), p. 88, «No obs-
tante esta obligación, ello no significa que deba prestarse en primer lugar a costa
del patrimonio del tutor, pues puede ocurrir que el propio tutelado tenga bienes,
en cuyo caso los procurará de los recursos del mismo, y tampoco puede descar-
tarse la posibilidad de ayudas oficiales a través de las cuales pueda proveerse de
alimentos al tutelado y ello porque el Código no obliga, como en patria potestad,
alimentar a aquel sino a “procurarle alimentos”; incluso podría ocurrir que el tu-
tor reclamará alimentos al pariente obligado a prestarlo». En el Derecho nacional
podría pensarse en la pensión de sobreviviente que pueda corresponderle al hijo
por fallecimiento del progenitor o en la pensión de orfandad de la que habla el
artículo 86 de la Constitución.
30
Vale recordar que según el Código Civil la referida remuneración se pierde total-
mente si el tutor ha contraído matrimonio con el pupilo antes de la aprobación
definitiva de las cuentas (artículo 131.2, en conexión con el artículo 58).
40 Edison Lucio Varela Cáceres
31
Destaca Dominici: ob. cit. (Comentarios al Código…), t. i, p. 448, «Los atributos
de la tutela son semejantes a los de la patria potestad, que está llamada a suplir. Las
facultades del tutor (…) referentes a la administración de los bienes son idénticas».
32
En esta hipótesis, y ponderando la actual inflación nacional, lo recomendable sería
constituir cuentas o fideicomisos en divisas y así proteger los montos por medio
de mecanismos de actualización monetaria. Carbonnier: ob. cit. (Ensayos sobre
las leyes), p. 25, el «predominio notable de la inflación galopante o larvada, han
puesto en evidencia que la conservación del patrimonio en forma natural conduce
frecuentemente a no conservar su valor». Que diría el maestro francés si observara
la reciente realidad en la cual los huérfanos –así como los trabajadores y pensionados,
La tutela. Institución de protección de la infancia 41
35
Según indica la jurisprudencia: «Estos curadores especiales no son más que sus-
titutos accidentales del tutor en el ejercicio de alguna de sus funciones, y, por
tanto, deben estar sometidos para el cumplimiento de las mismas o iguales forma-
lidades que el tutor», lo que implica que aquellos asuntos que excedan la simple
administración requerirán autorización del tribunal, precedente citado en Lazo,
Oscar: Código Civil de la República de Venezuela. 5.ª, Imprenta Universitaria.
Caracas, 1973, p. 306. Otra sentencia indica: «el curador especial del menor goza
de facultades legales para realizar, en relación con la masa de bienes encomendada
a su administración, todos los actos jurídicos de simple gestión o de disposición,
incluso la representación judicial del menor que fuere necesaria para el cabal cum-
plimiento de la misión que, con el respaldo de la ley, le encomendó el instituyen-
te», en caso de actos de disposición cumpliendo con el requisito de autorización,
extracto tomado de Calvo Baca, Emilio: Código Civil venezolano (comentado
y concordado). Editorial Libra. Caracas, 1984, p. 179. Vid. artículo 143 del Código
de Procedimiento Civil.
La tutela. Institución de protección de la infancia 43
Una obligación principal que surge de la gestión de los bienes del pupilo es
la de presentar informe anual sobre el estado de la administración ante el
tribunal, el cual deberá ser examinado por el consejo de tutela, este último
podrá devolverlo sin observaciones para ser archivado en el expediente
o con reparos que serán comunicados al protutor para que promueva lo
conducente según sus facultades (artículo 377 del Código Civil).
… teniendo en cuenta que los lazos que unen al tutelante con el tutelado son
siempre más débiles de los que vinculan al padre con el hijo, por no existir el
afecto y cariño que se presupone entre estos, es menester rodear la relación
de los primeros de toda clase de garantías, limitando para este fin los poderes
del tutor en lo que concierne a la disposición de los bienes del pupilo36.
4.1.2. Delación
Ahora bien, en cuanto a la delación37 o designación del cargo de tutor, la
doctrina ha efectuado una clasificación según el origen del llamamiento,
así se habla de paterna –también testamentaria–, legítima y dativa, las
cuales corresponderían a la voluntad de los progenitores en ejercicio de la
patria potestad, a lo determinado por la ley o, en su defecto, a lo acordado
por el juez, respectivamente38.
36
Rodríguez-Arias Bustamante: ob. cit. (La tutela), p. 43.
37
Indica Domínguez Guillén: ob. cit. (Manual de Derecho Civil i…), p. 397, que la
delación «Es la forma de precisar o determinar los titulares de los cargos tutelares»;
véase también de la autora: «La delación en los regímenes de incapaces». En: Studia
iuris civilis. Homenaje a Gert F. Kummerow Aigster. TSJ. F. Parra Aranguren,
editor. Caracas, 2004, pp. 177-199.
38
Cfr. Bello, Andrés: Código Civil de la República de Chile. T. i. Ministerio de
Educación. Caracas, 1954, p. 260.
44 Edison Lucio Varela Cáceres
39
Téngase en cuenta que, en atención a la Convención sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad y su artículo 12, ya no debería limitarse la capacidad de ejercicio
por el hecho de que se posea una discapacidad, siendo que lo que debería ocurrir
es que se ofrezcan medidas de apoyos con las debidas salvaguardias que respeten la
voluntad, deseos y preferencias, siendo que solo excepcionalmente se establecen
medidas de carácter representativas; por lo dicho, la interdicción como figura de
tutela de personas con discapacidad mental o intelectual va en plena retirada.
40
Cfr. Ramírez, Florencio: Anotaciones de Derecho Civil. T. i. ULA. Mérida, 1953,
pp. 288 y 289, «fúndase lógicamente en que nadie como el padre o como la madre
puede tener más interés en el bienestar de sus hijos, por lo que es presumible que nin-
guno de ellos, en su caso, hará el nombramiento sino en la persona que le inspire más
confianza, por creerla más amiga y afecta a él o ella y a su familia».
41
Señala Aguilar Gorrondona: ob. cit. (Derecho Civil Personas), p. 283, «El acto
por el cual el padre designa tutor a sus hijos es un negocio jurídico unilateral –no
requiere sino la voluntad de una parte–, y esencialmente revocable, aunque no ne-
cesariamente de última voluntad –ya que puede surtir efectos en vida de quien hace
la designación–».
La tutela. Institución de protección de la infancia 45
45
Rodríguez-Arias Bustamante: ob. cit. (La tutela), pp. 198 y 247.
46
Lete del Río: ob. cit. («Tutela provisional»), p. 154, «esta necesidad de tutela pro-
visional no solo es inicial, sino que también se siente cuando alguno de sus órganos
La tutela. Institución de protección de la infancia 47
4.2. El protutor
48
Para Sanojo, Luis: Instituciones de Derecho Civil venezolano. T. i. Imprenta Na-
cional. Caracas, 1873, p. 265, «El consejo de tutela es una magistratura doméstica
permanente instituida para vigilar y complementar la tutela». Dominici: ob. cit.
(Comentarios al Código…), t. i, p. 424, señala: «La ley lo ha creado para moderar
la autoridad del tutor, ilustrar al juez y preservar al menor de los errores o de los
propósitos dolosos, que uno y otro pueden abrigar en detrimento de los intereses
y derechos del pupilo».
La tutela. Institución de protección de la infancia 49
en el sentido de que, una vez constituido, deliberará cada vez que las
circunstancias lo requieran (artículos 324, 325 y 326 del Código Civil)49.
49
El carácter permanente del consejo opera, en palabras de Pineda León, Pedro: «El
nuevo Código Civil». En: Temario jurídico. ULA. Mérida, 1963, p. 75, «Para evitar
los inconvenientes de tener el juez que estar nombrando un consejo de tutela para
cada caso, hoy se considera constituido permanentemente para cada tutela por el
tiempo que la misma dure».
50 Edison Lucio Varela Cáceres
50
Sancho Gargallo, Ignacio: Incapacitación y tutela (conforme a la Ley 1/2000 de
Enjuiciamiento Civil). Tirant Lo Blanch. Valencia, 2000, p. 160.
La tutela. Institución de protección de la infancia 51
51
Rodríguez-Arias Bustamante: ob. cit. (La tutela), p. 93.
52
Domínguez Guillén: ob. cit. (Manual de Derecho Civil i…), p. 393. Aguilar
Gorrondona: ob. cit. (Derecho Civil Personas), p. 272, lo califica de «órgano supremo».
52 Edison Lucio Varela Cáceres
También, puede ocurrir que el individuo sea designado para un cargo tu-
telar y, posteriormente, esté incurso en una causal de «remoción» de las
reguladas en el artículo 340 del Código Civil, a saber:
53
Además, como un supuesto especial de remoción del tutor se tienen: el entrar en
el ejercicio de la tutela sin que esté provisto el cargo de protutor, la negligencia
La tutela. Institución de protección de la infancia 53
Para el caso del designado miembro del consejo de tutela, el legislador única-
mente indica como hipótesis que podría admitirse la excusa: «por razón de la
distancia u otros motivos justos» (artículo 328 del Código Civil). Comenta
Aguilar Gorrondona: «la excusa está establecida en protección directa de
los intereses del designado y no del pupilo, y no impide el ejercicio del cargo,
sino que da un derecho –potestativo– del designado de negarse a asumirlo»55.
5. Apertura y constitución
5.1. Apertura
55
Aguilar Gorrondona: ob. cit. (Derecho Civil Personas), p. 289.
La tutela. Institución de protección de la infancia 55
entendido algunos autores que esta etapa de la tutela procede de pleno de-
recho56. No obstante, se es de una opinión distinta, ello en razón de que
actualmente, además de la tutela, existe la figura de la colocación familiar
y ambas pueden ser perfectamente posibles ante la hipótesis de un niño
o adolescente privado de sus guardadores naturales. Así pues, es respon
sabilidad del juez de protección examinar de forma previa cuál de las mo-
dalidades de protección debe dictar según la que resulte más beneficiosa
para los derechos del protegido y en atención a los presupuestos fácticos
que la motivan. Justamente, lo anterior es lo que se deduce de la Ley Or-
gánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes cuando refiere,
en el artículo 394-A, lo siguiente:
Una vez efectuados, los nombramientos deberán ser notificados a las per-
sonas favorecidas a los efectos que aleguen las excusas legítimas procedentes
o manifiesten su aceptación58. Del nombramiento se podrá efectuar opo-
sición, con notificación al Ministerio Público, se consultará al consejo de
57
Aguilar Gorrondona: ob. cit. (Teoría general…), p. 88, «nuestra tutela, si bien
llama o prefiere a los parientes para los cargos tutelares, no excluye forzosamente de
ellos a quienes no lo son».
58
Apunta Aguilar Gorrondona: ob. cit. (Derecho Civil Personas), p. 288, «En la
práctica, los jueces suelen citar a las personas designadas para que comparezcan
ante el tribunal a manifestar su aceptación o excusa del cargo».
La tutela. Institución de protección de la infancia 57
Señala el legislador que dentro de los diez días siguientes de estar el tutor
en conocimiento de su llamamiento en el cargo deberá comenzarse a
formar el inventario, que será elaborado en conjunto por el tutor, pro-
tutor y los miembros del consejo de tutela. Si existieran bienes fuera de
la jurisdicción del juez, este podrá comisionar a un juez de la localidad
de los bienes para que designe un consejo de tutela auxiliar que participe
en el inventario junto al tutor y protutor, y lo consigne ante dicho tribunal
comisionado. El lapso para la formación del inventario es de 30 días, pu-
diéndose prorrogar a juicio del tribunal62. El mismo deberá ser consig-
nado ante el tribunal, y el tutor, protutor y los miembros del consejo de
tutela que participaron en su formación deberán jurar que el mismo es
exacto, dejándose constancia de esta formalidad en el expediente (ar-
tículos 352, 353 y 355 del Código Civil). Los bienes que se adquieran
posteriormente a la consignación deberán ser inventariados según las
anteriores formalidades (artículo 359 del Código Civil).
valor del patrimonio del menor para arreglar los gastos de su educación y para
preparar los elementos del rendimiento de las cuentas». Dominici: ob. cit.
(Comentarios al Código…), t. i, p. 456, añade: «servir de base para la caución que
debe prestar el tutor» y resalta «aun cuando el menor no tenga bienes. Se hará
constar, entonces, en un acta suscrita por los llamados a practicarlo, la carencia de
aquellos». Sancho Gargallo: ob. cit. (Incapacitación y tutela…), p. 29, sostiene
igualmente que «aun en el caso en que el tutelado no tuviera patrimonio habría que
presentarlo para dejar constancia de ello».
62
El Código Civil chileno establece 90 días –que pueden ser ampliados o restrin-
gidos por el juez– después del discernimiento, pero antes de tomar parte de la
administración (artículo 378).
La tutela. Institución de protección de la infancia 59
63
Comenta Aguilar Gorrondona: ob. cit. (Derecho Civil Personas), p. 299, «el tu-
tor solo está obligado a soportar la hipoteca legal a que se refiere el aparte tercero
del artículo 360 del Código Civil; pero, si así lo prefiere, puede liberarse de esa
obligación mediante la constitución de otras garantías». Vid. los siguientes artícu-
los del Código Civil: 1810 (cualidades del fiador), 1828 (sustitución del fiador por
prenda o hipoteca), 1885.3 (hipoteca legal a favor del menor). Dominici: ob. cit.
(Comentarios al Código…), t. i, p. 464, destaca: «El monto de la caución puede ser
mucho menor que el valor de los bienes, porque el tutor no responde de ellos sino
de su administración».
64
Sobre este punto debe recordarse que la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes está inmersa en un principio cardinal de no permitir
limitaciones del ejercicio de la familia de origen (los artículos 26 parágrafo segundo
y 354) o sustituta (artículo 395.e) por razones únicamente económicas, ello en
atención a dos premisas fundamentales: primero que podría tal actuación representar
una discriminación y, segundo, por cuanto en esta materia es primordial lo afectivo.
De allí que el juez debe ponderar en este asunto qué es lo que resulta más beneficioso
para el pupilo, preferir un tutor que le garantice un verdadero hogar al niño
60 Edison Lucio Varela Cáceres
5.4. Discernimiento
o adolescente, pero que carezca de medios para cumplir con la garantía o favorecer
a otro familiar que posea recursos suficientes, aunque no ofrezca un ambiente
hogareño óptimo, en razón de la distancia en el parentesco, la poca simpatía mutua,
etcétera. Por ello se considera que serán las circunstancias concretas las que deben
determinar la escogencia del tutor y su continuidad, al margen de la posibilidad de
constituir o no garantía. Ventoso Escribano: ob. cit. (La reforma de la tutela),
p. 85, señala que en el Derecho español «se pronuncia ofreciendo unos márgenes de
libertad que anteriormente no existían. Efectivamente, hoy la fianza no es, como en
la redacción anterior, obligatoria como regla general, si bien con la extensión para
algunos supuestos, sino que, en la actualidad, todo queda dentro de un régimen
facultativo y será el juez quien decida, siendo además a él a quien corresponde la
decisión acerca de la modalidad y cuantía de la fianza».
65
Dominici: ob. cit. (Comentarios al Código…), t. i, pp. 421 y 532, «El discerni-
miento es el acto por el cual se constituye solemnemente el tutor y se enumeran
sus funciones legales. Es, por decirlo así, el título, el poder, la credencial de su
nombramiento, expedida por el juez», «sirve para probar en juicio y fuera de juicio
el carácter de que está investido».
La tutela. Institución de protección de la infancia 61
6. Cesación
Sea cual sea la causa, el tutor siempre está obligado al finalizar su admi-
nistración a rendir cuentas razonadas y comprobadas de su gestión año
por año70, para lo cual tiene un plazo de dos meses a contar desde el día
66
Aguilar Gorrondona: ob. cit. (Derecho Civil Personas), p. 301.
67
Sanojo: ob. cit. (Instituciones de Derecho…), t. i, p. 265.
68
En relación con la patria potestad, ello podría ocurrir en razón de que los progeni-
tores biológicos sean restituidos de la autoridad o que el pupilo sea adoptado.
69
Cfr. Domínguez Guillén: ob. cit. (Manual de Derecho Civil i…), p. 403.
70
Sancho Gargallo: ob. cit. (Incapacitación y tutela…), pp. 217 y 221, «La censura
de las cuentas es una consecuencia lógica de la administración de un patrimonio
ajeno, debiendo dar razón de lo acontecido con el patrimonio inventariado del tute-
lado, de la rentabilidad económica obtenida, los recursos adquiridos hasta entonces,
y de los gastos realizados»; y recuerda: «Afecta a toda gestión realizada por el tutor
o administrador patrimonial desde que asumió la tutela hasta su extinción, con
independencia de que durante este tiempo haya rendido cuentas –parciales a reque-
rimiento del juez–. Lógicamente, no alcanzará al patrimonio especial que hubiere
quedado al margen de su administración».
62 Edison Lucio Varela Cáceres
Por último, las acciones relativas a la tutela prescriben a los diez años a
contar desde la fecha en que cesó la misma. El lapso anterior no aplica a
la acción para el pago del saldo resultante de la cuenta definitiva (artículo
381 del Código Civil).
7. Crítica
71
Obsérvese, como lo hace Dominici: ob. cit. (Comentarios al Código…), t. i, p. 487,
«que ni el juez ni el consejo de tutela son llamados por la ley a intervenir en el
examen y aprobación de la cuenta, efectuada por persona ya capaz de representarse
a sí misma y disponer de sus intereses. El protutor mismo no concurre, sino para
ilustrar y ayudar al expupilo, y no está autorizado para oponerse a lo que este quiera
hacer después de rendida la cuenta».
La tutela. Institución de protección de la infancia 63
De allí que sería prudente aprobar una reforma integral de esta institu-
ción, donde se dejen claros los principios informadores. También algunos
autores han recomendado la eliminación del consejo de tutela72, el cual se
podría sustituir por el rol de veedor del Ministerio Público73. Pudiera ad-
mitirse, como en otros derechos, que el cargo de tutor pudiera descansar
en varias personas, como ocurre con la colocación familiar. Igualmente, re-
sulta incoherente, y por ello discutible, que las divergencias sobre la patria
potestad y colocación familiar correspondan a la jurisdicción contenciosa
y la constitución de la tutela de menores sea de jurisdicción voluntaria.
Por otra parte, se le ha endilgado a la tutela el pecar de ser en extremo
formalista, lo que en algunos aspectos dificulta su desempeño74.
72
Vid. Domínguez Guillén, María Candelaria: Ensayos sobre capacidad y otros temas
de Derecho Civil. 3.ª, TSJ. Caracas, 2010, pp. 239.
73
Cfr. Ventoso Escribano: ob. cit. (La reforma de la tutela), p. 17, quien comentaba
que en Derecho español el consejo de familia «constituía una figura que no había
funcionado en la práctica», «inclinándose la mayoría de los autores por entender
que eran mayores los defectos que las ventajas», de allí su supresión y el énfasis que
ahora se desplaza en la autoridad judicial.
74
Domínguez Guillén: ob. cit. (Manual de Derecho Civil i…), p. 391, apunta: «debe
admitirse que los pesados formalismos hacen poco flexible una institución que puede
revertirse a quien pretende proteger». Aguilar Gorrondona: ob. cit. (Teoría gene
ral…), p. 153, existe: «Una extraordinaria complejidad en la constitución de la tutela
ordinaria, la cual requiere el cumplimiento de multitud de formalidades que exigen el
consumo de buena cantidad de energías y de tiempo». Lete del Río: ob. cit. («Tutela
provisional»), p. 154, «Poner en marcha ese conjunto de órganos es dilatorio, se precisa
cumplir trámites y llenar formalidades. El complejo engranaje tutelar no funciona de
inmediato, nada más realizarse el hecho que da lugar a la tutela. Normalmente, aun
actuando con premura, desde que surge la necesidad hasta el cumplimiento de las
formalidades y total constitución de la tutela, hay un interregno durante el cual el
menor o incapacitado no puede ni debe quedar sin protección y amparo».
64 Edison Lucio Varela Cáceres
Conclusiones
75
Rodríguez-Arias Bustamante: ob. cit. (La tutela), p. 302. Vid. Pineda León:
art. cit. («El nuevo Código…»), p. 75, que al referirse a la «tutela del Estado»
–figura sustituida por la colocación– «Los directores de los establecimientos o el
particular asume la cualidad de tutor del menor depositado, pero si este llegare
a adquirir un patrimonio de más de cuatro mil bolívares, se procede entonces
a organizar la tutela ordinaria».
76
Aguilar Gorrondona: ob. cit. (Teoría general…), p. 126.
La tutela. Institución de protección de la infancia 65
opciones para que el juez seleccione la figura que más se acerca al cuidado
de los intereses del niño o adolescente carente de guardadores naturales.
De allí que el rol del tutor es esencial por cuanto no es un simple admi-
nistrador de bienes ajenos, es un verdadero «padre» sustituto que requiere
dispensarle a su pupilo el afecto que le permita sentirse en un ambiente
fraternal. El protutor, el consejo de tutela y el juez deben interactuar
dentro de esta institución como órganos de contrapeso para vigilar que se
cumplan con las garantías que la ley establece y que el niño o adolescente
no vea lesionados o amenazados sus derechos.