Arsat Nuevo
Arsat Nuevo
Arsat Nuevo
El Arsat-1 fue desarrollado a lo largo de siete años y fabricado en la ciudad rionegrina de San
Carlos de Bariloche por las empresas estatales Invap y la empresa Argentina de Soluciones
Satelitales (Arsat). La construcción se inició en 2010. La empresa nacional de
telecomunicaciones ARSAT creada por el Estado Argentino el 22 de mayo de 2006, a través de
la Ley 26.092, adjudicó a distintas empresas (Astrium, Thales Alenia Space y Honeywell) la
fabricación de distintos componentes para el satélite. Thales Alenia Space se encargó de
fabricar componentes de los transpondedores y Astrium del hardware de la computadora de a
bordo operada por el software diseñado en Argentina por el equipo técnico de INVAP*.
*INVAP es una empresa argentina ubicada en Rio Negro que desde hace más de cuatro décadas
desarrolla proyectos tecnológicos de avanzada en diferentes campos de la industria nuclear, espacial, de
defensa, de comunicaciones, energía, de seguridad y medicina nuclear.
El área de cobertura del “ARSAT-1″ es todo el territorio nacional, incluso en lugares remotos,
como las Bases Antárticas, las Islas Malvinas y además da cobertura en todo el Mercosur.
Reemplaza servicios por los que antes la Argentina debía pagar para cubrir los servicios de
telefonía, Internet o televisión. Por ej hace posible que desde cualquier lugar de la Argentina,
una persona pueda orientar una antena satelital común hacia ARSAT-I y así poder ver sin tener
que pagar absolutamente nada, todos los canales de la T.D.A.
El primer satélite artificial creado por el hombre fue lanzado el 4 de octubre de 1957 por los
rusos. Bautizado como Sputnik-1 (compañero de viaje) se trataba de un dispositivo muy simple:
una bola de aluminio del tamaño aproximado de una pelota, con 4 antenas y baterías. Dentro
del satélite se instalaron transmisores de radio que enviaban un beep-beep-beep que podía ser
escuchado en todo el mundo. Con un peso aproximado de 80 kilos, su funcionalidad era muy
sencilla, pero permitió demostrar la posibilidad de enviar elementos que orbitaran alrededor de
nuestro planeta, por lo que lo importante en ese momento era comenzar a pensar en
funcionalidades que podían ser cubiertas por los satélites. El lanzamiento del Sputnik supuso el
inicio de la Era Espacial.
Los tipos de satélites artificiales que existen están predefinidos por el tipo de tarea que
realizará, sea comunicación, investigación científica, predicción meteorológica u observación
sobre el terreno. También influye su tamaño, tipo de órbita y disposición general. Aunque
existen varios tipos de satélites artificiales, todos se rigen por las mismas leyes físicas y cálculos
matemáticos una vez que llegan al espacio, incluso si vuelan en órbitas distintas.
En la mayoría de los casos, tras ser lanzado, el satélite se coloca en una de las varias órbitas
predeterminadas alrededor de la Tierra. Pero en algunos casos, puede dirigirse a un viaje
interplanetario, siguiendo una trayectoria alrededor del Sol hasta alcanzar su destino final.
Los tipos de satélites suelen clasificarse en función de la altitud orbital (distancia desde la
superficie de la Tierra), que afecta directamente a su cobertura y a la velocidad a la que viajan
alrededor del planeta. A la hora de elegir el tipo de órbita, los creadores deben tener en
cuenta su finalidad, los datos que obtendrán y los servicios que ofrecerán, así como el coste, el
área de cobertura y la viabilidad de las distintas órbitas. Los 5 tipos principales de satélites en
función de sus órbitas son:
Los satélites en una órbita terrestre baja se mueven a una altitud aproximada de 160-1.500
kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Tienen un periodo orbital corto, de entre 90 y 120
minutos, lo que significa que pueden dar la vuelta al planeta hasta 16 veces al día. Esto los
hace especialmente adecuados para todo tipo de teledetección, observación terrestre de alta
resolución e investigación científica, ya que los datos pueden obtenerse y transmitirse
rápidamente.
Los satélites de tipo MEO se sitúan entre las órbitas terrestre baja y la geoestacionaria,
normalmente a una altitud de entre 5.000 y 20.000 kilómetros. Los servicios de
posicionamiento y navegación, como el GPS, se apoyan habitualmente en satélites de tipo
MEO. Recientemente se han puesto en funcionamiento constelaciones de satélites MEO de
alto rendimiento (HTS) para permitir la comunicación de datos de baja latencia a proveedores
de servicios y organizaciones comerciales y gubernamentales.
Los objetos situados en órbita geoestacionaria parecen inmóviles desde la Tierra porque su
periodo orbital es idéntico a la rotación de la Tierra: 23 horas, 56 minutos y 4 segundos. Esto
permite que una antena terrestre apunte siempre hacia el mismo dispositivo en el espacio. Por
eso, estos satélites son perfectos para los servicios de comunicación siempre activos, como la
televisión y los teléfonos. Además, pueden utilizarse en meteorología para monitorizar el
tiempo en regiones concretas y seguir el desarrollo de patrones locales. El mayor
inconveniente del tipo GEO frente a otros tipos de satélites espaciales para la comunicación en
tiempo real es el mayor retardo de la señal causado por la gran distancia con la Tierra.
Solo se usan satélites en órbita geoestacionaria para proporcionar observaciones sobre los
patrones de nubes que se utilizan para calcular la velocidad del viento.
Los satélites heliosíncronos atraviesan de norte a sur las regiones polares a una altitud de 600
a 800 km sobre la Tierra. La inclinación orbital y la altitud de estas naves están calibradas de
modo que siempre cruzan un lugar cualquiera dado de forma precisa a la misma hora solar
local. Así, las condiciones de iluminación son constantes para la obtención de imágenes, lo que
hace que de entre todos los tipos de satélites, éste sea ideal para la observación de la Tierra y
la monitorización del medioambiente.
Esto también implica que las imágenes históricas y actuales de los satélites SSO son muy
adecuadas para la detección de cambios. Los científicos utilizan estas secuencias de imágenes
para conocer la evolución de los patrones meteorológicos, pronosticar ciclones, monitorizar y
prevenir incendios forestales e inundaciones y recabar información sobre problemas a largo
plazo, como la deforestación y los cambios en la línea costera. Pero debido a su menor altitud
orbital, de entre todos los tipos de satélites, los satélites SSO sólo pueden cubrir una región
pequeña y hacen falta más unidades para hacerlo de forma continua.
https://eos.com/es/blog/tipos-de-satelites/
Los satélites artificiales pueden tener distintas finalidades o funciones. En la actualidad, los
cuatro tipos de satélites más comunes en función de su aplicación son:
Comunicaciones;
Observación de la Tierra;
Navegación;
Astronomía.
Satélites De Comunicaciones
Utilizando este tipo, se pueden retransmitir muchas señales a la vez. Los satélites para
radiodifusión y distribución de señales de TV a estaciones terrestres suelen tener
transpondedores individuales para cada portadora. En la mayoría de los casos, sin embargo,
varias portadoras serán retransmitidas por un solo transpondedor. Por su compatibilidad con
los terminales móviles, estos satélites son ideales para las comunicaciones a larga distancia.