Ensayo
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de la fuente material y formal más importante del derecho. Se estudian así los
efectos de la ley en cuanto al tiempo, al espacio y al territorio, siendo estos
temas modos propios de la aplicación legal.
Una de las clasificaciones legales referidas a la aplicación y que tiene
relación con el contenido material y personal de la ley, es la que se divide en
ley general y ley especial. Esta clasificación se sustenta en el hecho de
considerar como una unidad al ordenamiento jurídico, donde la ley general
contempla las materias más totalitarias del sistema, dejándose a la ley
especial la tarea de ocuparse de situaciones o materias más singulares,
específicas o concretas, pero en la que se encuentran presentes los
principios que informan a la ley general. El concepto supletorio subyace en
esta clasificación, por cuanto ante la conexión evidente entre ley general y
especial, la primera configura la norma de reemplazo para las faltas y
carencias de la segunda, porque la ley general es un continente normativo
globalizador.
De ahí que se tenga que elegir entre unas y otras, siempre que regulen la
misma materia. Así existen criterios para resolver las antinomias: 1. Principio
de Jerarquía Normativa: establece que la norma superior prevalece sobre la
inferior.
Por ejemplo, la Constitución prevalece sobre toda otra norma jurídica y esta
se deben ajustar a ella, no pudiendo ser contradictorias entre sí. 2. Principio
de Cronología o Temporalidad: supone que toda norma posterior de igual
rango deroga a la anterior. 3. Principio de Especialidad: supone que la norma
especial prevalece sobre la general Ley General y Ley Especial. Entendiendo
que entre ley general y especial existe una conexión evidente, ya que la
segunda se encuentra contenida en los presupuestos materiales de la
primera compartiendo sus principios y fundamentos, pero que ha La teoría de
la ley comprende el estudio de las características fundamentales de la fuente
material y formal más importante del derecho. Se estudian así los efectos de
la ley en cuanto al tiempo, al espacio y al territorio, siendo estos temas
modos propios de la aplicación legal.
Una de las clasificaciones legales referidas a la aplicación y que tiene relación con el contenido
material y personal de la ley, es la que se divide en ley general y ley especial. Esta clasificación se
sustenta en el hecho de considerar como una unidad al ordenamiento jurídico, donde la ley general
contempla las materias más totalitarias del sistema, dejándose a la ley especial la tarea de ocuparse
de situaciones o materias más singulares, específicas o concretas, pero en la que se encuentran
presentes los principios que informan a la ley general. El concepto supletorio subyace en esta
clasificación, por cuanto ante la conexión evidente entre ley general y especial, la primera configura la
norma de reemplazo para las faltas y carencias de la segunda, porque la ley general es un continente
normativo globalizador.
Siendo importante, hay que precisar que la supletoriedad de leyes aplica solo
para integrar una omisión en la Ley o para interpretar sus disposiciones en
forma que se integre con principios generales contenidos en otras leyes;
cuando la referencia de una Ley a otra es expresa, debe entenderse que la
aplicación de la supletoria se hará en los supuestos no contemplados por la
primera Ley que la complementará ante posibles omisiones o para la
interpretación de sus disposiciones.
Libro Primero. Contiene 74 artículos y tres títulos en los que se refiere a los
comerciantes, sus obligaciones y a los corredores.
Libro Segundo. A lo largo de 14 títulos y 566 artículos, regula el comercio
terrestre. Trata sobre los actos de comercio y los contratos mercantiles en
general, los contratos mercantiles de sociedad, depósito, préstamo,
compraventa, permuta, cesión de créditos comerciales; seguros, toda la
materia cambiaria, el transporte fluvial y terrestre; la moneda y las
instituciones de crédito.
Libro Tercero. Cuenta con 303 artículos en cinco títulos y comprende todo lo
relativo al comercio marítimo, a saber, de las embarcaciones; “de las
personas que intervienen. en el comercio marítimo, de los contratos
especiales de ese comercio”; de los riesgos daños y accidentes de tal
comercio, y “de la justificación y liquidación de las averías”.
Libro Cuarto. Contiene 103 artículos en 2 títulos y se refiere a las quiebras y
a las prescripciones.
Libro Quinto. Tiene 452 artículos en cuatro títulos y reglamenta la materia
procesal mercantil, las disposiciones generales, juicios ordinarios, juicios
ejecutivos y procedimiento especial de quiebras.