Revolución Francesa
Revolución Francesa
Revolución Francesa
La Revolución Francesa, que tuvo lugar entre 1789 y 1799, fue un evento crucial en la historia de
Francia y del mundo, marcando el fin del absolutismo monárquico y el ascenso de ideas
democráticas, de igualdad y de derechos humanos. Su impacto se extendió más allá de las
fronteras de Francia, influyendo en movimientos políticos y sociales a lo largo de Europa y
América.
Francia, en el siglo XVIII, era un absolutismo monárquico, donde el rey Luis XVI tenía el poder
casi total, respaldado por la idea del "derecho divino de los reyes". El país estaba dividido en tres
estados:
1. **El Primer Estado:** El clero, que gozaba de numerosos privilegios, incluyendo la exención
de impuestos.
2. **El Segundo Estado:** La nobleza, también exenta en gran medida de impuestos, que
disfrutaba de privilegios feudales.
Durante el siglo XVIII, Francia enfrentó una crisis económica que se intensificó debido a varias
guerras, incluido el financiamiento de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1775-
1783). La deuda nacional se disparó, lo que obligó al gobierno a incrementar impuestos,
recayendo principalmente sobre el Tercer Estado.
#### Ilustración
En mayo de 1789, ante la crisis financiera y social, Luis XVI convocó a los Estados Generales, una
asamblea que no se había reunido desde 1614. Cada estado envió representantes, pero el
Tercer Estado se sintió discriminado cuando se decidió que cada estado tendría un voto, lo que
significaba que el Primer y Segundo Estado podían unirse para bloquear cualquier voto del
Tercer Estado.
El 14 de julio de 1789, la tensión se intensificó con la Toma de la Bastilla, una prisión que
simbolizaba la opresión del régimen. Este evento se convirtió en un símbolo de la Revolución y
provocó una ola de insurrecciones en toda Francia.
En 1791, la Asamblea Nacional constituyente redactó una nueva constitución que limitaba los
poderes del rey, estableciendo una monarquía constitucional. Sin embargo, Luis XVI no aceptó
plenamente estas limitaciones y, en 1791, intentó huir a Varennes con su familia, lo que socavó
aún más su legitimidad.
En 1792, tras presiones internacionales y guerras con potencias europeas que temían que la
Revolución se extendiera, se convocó la Convención Nacional, que proclamó la Primera
República francesa en septiembre de 1792. En enero de 1793, Luis XVI fue juzgado y condenado
a muerte, lo que exacerbó la tensión con las monarquías europeas.
Un período marcado por la radicalización de la Revolución comenzó, liderado por los jacobinos y
su líder, Maximilien Robespierre. Se instauró el "Reinado del Terror" (1793-1794), donde miles
de opositores políticos fueron ejecutados por la guillotina. Esta etapa terminó con la ejecución
de Robespierre en julio de 1794.
Después del Reinado del Terror, el periodo del Directorio (1795-1799) se caracterizó por la
inestabilidad política y económica. Aunque se intentó estabilizar el país, la corrupción era
generalizada y las clases medias estaban descontentas.
Esta situación propició el ascenso de Napoleón Bonaparte, un general del ejército que, en un
golpe de estado en 1799 (el 18 de Brumario), instauró el Consulado y posteriormente se coronó
como emperador de Francia en 1804, poniendo fin a la Revolución.