El Neobatllismo: Estatismo e Industrialización. El Colegiado (1947-1958)

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El Neobatllismo: estatismo e industrialización.

El Colegiado (1947-1958)

Las elecciones de 1946 resultaron en un nuevo triunfo claro del batllismo, encabezado por el
caudillo canario Tomás Berreta. Su joven y ascendente compañero de fórmula era Luis Batlle Berres,
sobrino de José Batlle y Ordóñez, quien fue la figura política más destacada de esta época.

El período iniciado en ese momento fue denominado posteriormente “neobatllismo”, ya que si


bien tenía continuidades con el primer batllismo mostraba también algunas diferencias claras,
provocadas entre otros factores, por los cambios operados en el escenario internacional y local.

La finalización de la segunda guerra mundial mostraba claramente a dos vencedores, Estados


Unidos y la Unión Soviética, así como la formación de un sistema bipolar o de bloques, liderados por
estas dos naciones y enfrentados en lo que se conoció como la “Guerra Fría”.

Por otra parte, era clara la decadencia de los imperios coloniales y en especial del Imperio
Británico, duramente afectado por la guerra. Su debilidad fue la ocasión de procesos de
independencia de las zonas dominadas extra europeas (en Asia y luego en África), en el llamado
“proceso de descolonización”.

La estrecha relación económica de nuestro país con el Imperio Británico nos hizo sentir los
efectos de esa decadencia política y económica. Las inversiones de capitales británicos se
restringieron, paralizando el mantenimiento y la renovación tecnológica imprescindibles de empresas
de servicios como los ferrocarriles, el agua corriente y los tranvías, que van a quedar (aquejados de
obsolescencia) disponibles para una nacionalización impuesta.

En el plano nacional, la elección para la presidencia de la República de Tomás Berreta y su


muerte en el desempeño del cargo en 1947 dio lugar a que Luis Batlle Berres asumiera la
presidencia, significando no solo la predominancia del Batllismo, sino también la del grupo que él
lideraba. El ascenso de Luis Batlle al primer plano de la política nacional representaba la posibilidad
de poner en marcha un proyecto político de renovación que lo identificaba a él y a su grupo con
algunas de las líneas ideológicas del “primer batllismo”: industrialización, proteccionismo,
estatización.

Las propuestas del neobatllismo tuvieron una muy buena acogida en los sectores
predominantemente urbanos: empresarios nacionales, obreros y el creciente funcionariado público.
Al mismo tiempo se enfrentó con la oposición que provenía de importantes sectores vinculados al
campo, como el de los grandes propietarios rurales y pequeños y asalariados del campo.
El sector de gobierno tuvo alianzas y enfrentamientos dentro del propio Partido Colorado y
también, lógicamente, con sus opositores tradicionales, los miembros del Partido Nacional.

Es importante destacar que el triunfo electoral de 1950 del grupo gobernante impulsó la
propuesta de una nueva reforma constitucional, que tenía como mayor innovación un Poder
Ejecutivo colegiado que fue apoyado por los más importantes sectores políticos del país. La nueva
constitución entró en vigencia en 1952.

Asimismo, a mediados de la década del 50, y en directa relación con cambios a nivel mundial
y con los problemas económicos crecientes, se advierte una serie de transformaciones. Entre ellas
destacamos el crecimiento de la oposición, en especial de la Liga de Acción Ruralista en la voz de
Benito Nardone, no identificada en el comienzo con ningún partido político, y que defendía a través
de la radio los intereses de los pequeños y medianos productores rurales.

Esta oposición se expresó claramente en una dicotomía entre un Estado que debía proteger a
la industria o al agro, lo que significaba en términos amplios la discusión sobre la vigencia de
distintos modelos de presente y de futuro para el Uruguay.

Finalmente en 1958 el Partido Nacional ganó las elecciones nacionales. Esto se produjo en
medio de un agitado clima político y social en el que confluían los reclamos de un sindicalismo fuerte
y las luchas estudiantiles. Asimismo se procuraba el logro de las nuevas leyes sociales y la
consagración de la Ley Orgánica de la Universidad, mientras un Uruguay desconocido hasta
entonces comenzaba a asomar en los barrios empobrecidos (los “cantegriles”, bautizados en esos
años así por ironía).

Es necesario:

 Recordar algunas instancias fundamentales del contexto internacional como la finalización


de la segunda guerra mundial y sus consecuencias.

 Nombrar y explicar brevemente el significado –en el contexto de la guerra fría– de algunos


hechos fundamentales, como por ejemplo: el bloqueo de Berlín (1948-1949) y la guerra de
Corea (1950-1953) con importantes consecuencias en la política y la economía de nuestro
país.

 Señalar la importancia del acuerdo llegado con Gran Bretaña para la cancelación de la
deuda de esta última y la consiguiente nacionalización de varios servicios públicos
(ferrocarriles, agua, tranvías)
 Identificar los rasgos esenciales de la propuesta política del Neobatllismo y el papel que le
confiere al Estado, recordando que esta generación de políticos no solo vivió en el
período autoritario anterior, sino que fueron sus claros opositores. Estos caracteres son:

 Mantenimiento riguroso de las instituciones democráticas.


 Afirmación y consolidación de ideas básicas de una democracia como la libertad de
prensa y de opinión, respeto a las garantías individuales, junto con el respeto a la
legitimidad de la propiedad privada.
 Impulso al desarrollo industrial.
 Ayuda a los sectores más carenciados de la sociedad uruguaya en la búsqueda de
una mayor justicia social.

 Frase de Luis Batlle Berres:

“la economía dirigida de gobierno tiene como función principal, en primer término, la
custodia y tutela de los grandes intereses de la República y después, la tutela en
custodia de los intereses de los pequeños, que no tienen otro ayudante, ni otra tutela,
ni otra vigilancia a su lado, ni más honrada que la del gobierno siempre dispuesto a
colaborar con ellos.”

 NAHUM, B.; COCCHI, A.; FREGA, A.; TROCHÓN, I. (1988), Crisis política y
recuperación económica. 1930- 1958. Montevideo. Banda Oriental.

 Indicar los servicios públicos que pasan a ser administrados por el Estado, y la creación de
organismos públicos (como el Instituto Nacional de Colonización o el Consejo Nacional de
Subsistencias) que señalan, a través de datos concretos, la concepción predominante sobre
el papel que debe desempeñar el Estado en relación con la sociedad.

 Tener en cuenta los cambios en el ámbito mundial. Por ejemplo, la terminación de la guerra
de Corea, que tuvo directa relación con la disminución de nuestras exportaciones y con el
desequilibrio consiguiente con las importaciones.

 Señalar la importancia de la alianza de Benito Nardone con el herrerismo en agosto de 1958 y


la reincorporación de los blancos independientes para la definición de las elecciones de ese
mismo año que coincidía con una debilidad manifiesta del sector batllista de la lista 15, que
tenía que enfrentar la oposición en la interna del Partido Colorado.
 Relacionar los síntomas crecientes de la crisis económica con el crecimiento de las críticas al
gobierno. El tratamiento del año 1958, con todas sus complejidades, puede ser uno de los
momentos aconsejables para unir en la explicación, factores políticos, económicos, sociales e
incluso culturales.

 Señalar la solidez de un sistema democrático que posibilita la rotación de partidos en el poder.

El apogeo y crisis del “Uruguay Clásico” o “Uruguay Liberal”

Distintos historiadores uruguayos han acuñado a lo largo de su producción historiográfica una


serie de conceptualizaciones que sirven para caracterizar lo que algunos autores, como G. Caetano
y J. Rilla, llaman "el Uruguay Clásico" y otros, como B. Nahum, A. Frega, M. Maronna e I. Trochon, "
El Uruguay liberal". Ese Uruguay próspero que llega a su apogeo en la década del 50 es así
considerado porque su sociedad se siente exitosa desde mucho tiempo atrás, lo que contribuyó a
crear una imagen de “Uruguay feliz” y a la difusión de la frase de González Conzi "Como el Uruguay
no hay", que va más allá de cómo las cosas realmente fueron y sí tiene mucho que ver con cómo las
fuimos interpretando. La inversión de cada una de estas características a partir de la década del 60
permite comprender la crisis del Uruguay clásico y del estado de derecho. A la vez ponemos en
evidencia que si bien las conceptualizaciones e interpretaciones historiográficas son provisorias y
posibles de ser revisadas, a veces son tan significativas que ellas también se transforman en
“clásicas”. Entre las posibles conceptualizaciones a trabajar seleccionamos:

 La “partidocracia”: Gerardo Caetano y José Pedro Rilla.


 La sociedad “hiperintegrada”: Germán W. Rama.
 La sociedad “amortiguadora”: Carlos Real de Azúa.
 La “prosperidad frágil”: José Pedro Barrán y Benjamín Nahum.

Al entender estos conceptos, se podrá abordar el quiebre que representó en un país la


pérdida de confianza en los partidos políticos, así como que en lugar de procurar el consenso y el
acuerdo, se haya decidido dirimir los desacuerdos recurriendo a la violencia, y fundamentalmente,
que el Estado benefactor, que no descontentaba a nadie, entre en crisis al acabarse tanto el mundo
hospitalario como una prosperidad que era frágil, pues dependía fundamentalmente de las guerras
externas.
Reseña realizada para el curso de Historia Uruguaya del siglo XX por Magister Andrés Noguez
Reyes.

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