Fábulas de Esopo
Fábulas de Esopo
Fábulas de Esopo
Jenofonte)
Parte I: ESOPO
1. La persona
La primera referencia que tenemos de Esopo es arqueológica y la
debemos a un feliz hallazgo, un kylix ático de figuras rojas, datado ya
en torno al 470 a.C. que representa en medallón central al famoso
fabulista, con una desproporcionada cabeza hablando con una zorra,
quizás el animal más popular de sus fábulas. La vasija se encuentra hoy
en los Museos Vaticanos, concretamente en el Museo Gregoriano
Etrusco:
1
Heródoto II.134 y lo presenta como un conocido fabulista que se
convirtió en esclavo de un tal Jadmón, un samio que vivió en los tiempos
del faraón Amasis II (570-526 a.C.) poco antes de la conquista persa de
Egipto. La tradición posterior tanto griega como romana lo presentan
como de origen tracio o frigio, disparidad que podría solventarse si
pensamos en el estrecho parentesco que muchos estudiosos establecen
entre ambos pueblos. Por otra parte, dado que Calímaco lo presenta como
natural de Sardes en sus yambos (ὁ Σαρδιηνὸς), podría pensarse en efecto
que procedía de esta ciudad de Lidia (vecina de Frigia), de donde
procedía el también esclavo Alcmán, que triunfó como poeta coral en
Esparta. Como vemos el caso deesclavos orientales que hicieron fortuna
con sus amos griegos no debía de ser muy inusual en época arcaica.
En cualquier caso, Esopo debía de ser ya muy popular en tiempos
de Heródoto, que se refiere a él de pasada, presuponiendo que era
conocido por sus lectores. Esta impresión viene corroborada además
por las diversas menciones a Esopo que aparecen, por ejemplo, en
varias comedias de Aristófanes o el Fedón de Platón, ya en la segunda
mitad del siglo V, y que nos hacen pensar que por esa época debía
circular ya una colección de fábulas a su nombre.
La fama de Esopo y sus fábulas no hace más que aumentar a lo largo
del siglo IV, cuando se le incluye dentro de los siete sabiosgriegos
y se erigen de él varias estatuas, la más conocida por el famoso escultor
Lisipo en tiempos de Alejandro Magno (citada en la antología planudea),
con la que algunos relacionan un busto giboso y deforme del fabulista
conservado en la Villa Albani, que es de época romana y que tal vez no
represente sino a algún bufón o enano de época antonina:
2
En cualquier caso, la popularidad del personaje, pareja a la de las
fábulas que circulaban bajo su nombre, culminó a principios de laépoca
imperial con una legendaria Vida de Esopo, que al igual que ocurrió con
otros grandes autores míticos de la literatura griega (piénsese en la Vida
de Homero), recreaba la vida del personaje haciéndolo protagonista de
una divertida ficción. No hay por ello que dar crédito a esta Vida, que sin
embargo presenta a Esopo como frigio cautivo en Samos.
3
Panchatantra indio, recopilado antes de nuestra era, o el Kalila wa
Dimna de época árabe (y su famosa traducción castellana en tiempos de
Alfonso X): al igual que con el caso de Simbad el marino, sería absurdo
postular que los viajes del famoso marino de Basora del siglo IX
dependen del modelo de Odiseo, pese a sus evidentes paralelos. Se trata
pues de milenarias tradiciones orales, que pese a sus puntos de contacto,
mantienen su autonomía, de forma que testimonios muy tardíos permiten
iluminar retrospectivamente versiones anteriores. Un buen ejercicio para
las clases, a fin de hacer comprender al alumno la naturaleza y función
de estos textos, consistiría en buscar paralelos de las mismas historias en
las distintas tradiciones e intentar explicar las razones de las
divergencias.
Pero más allá de la tradición fabulística oriental, la fábula griega
tiene también su propia tradición interna, que empieza tradicionalmente
con la fábula del halcón y el ruiseñor que recoge Hesíodo en su obra
Los trabajos y los días, vv. 202-212:
4
El problema de la autenticidad de la colección esópica es una
cuestión irresoluble. La lengua en la que se nos han transmitido los textos
sin duda no es la de la época del autor, sino posterior, peroparece
difícil datarla o situarla en un momento histórico concreto, ya que
contamos con distintas versiones de los textos de la colección que
parecen irreductibles a un mismo origen y que han llevado a editores
como August Hausrath y Herbert Hunger (cuya edición Corpus
fabularum aesopicarum, Leipzig 1957-1959, que seguimos al presentar
aquí el texto) a editar todas la variantes yuxtapuestas, sin pretender
armonizarlas. Además, a la hora de datar los autores arcaicos, la lengua
es un criterio engañoso, como muestra el ejemplo de Homero y otros
menos conocidos como el laconio de Alcmán, que investigaciones
recientes, contra la traditio recepta que lo databa en la época de su
autor en el siglo VII a.C., sitúan en la Esparta del siglo II a.C.
Por otra parte, la propia existencia histórica del autor nada garantiza
con respecto a la paternidad de las obras que circulan bajo su nombre, tal
como muestra palpablemente el caso de Teognis, que, a pesar de
reivindicar la paternidad de sus poemas con la mención de su propio
nombre, no pudo evitar que la colección de sus dísticos secontaminara
con la inclusión de poemas de otros autores contemporáneos o anteriores.
En el caso de Esopo cabe hacer la misma reflexión, pues la colección de
fábulas que circulaban bajo su nombre era por definición abierta a
interpolaciones y cambios. Y el hecho de que a Esopo se atribuyan toda
serie de chistes (γελοῖα), anécdotas y proverbios, nos hace pensar que el
autor, más allá de su historicidad, se convirtió simplemente en etiqueta
cómoda bajo la que situar toda la tradición fabulística. Un destino al que
todos los πρῶτοι εὑρεταί estaban destinados. De nuevo sale a colación
el caso de Homero, al que se atribuyó una buena parte de la tradición
poética hexamétrica que sin duda no era suya, como lo prueba el caso de
los llamados Himnos Homéricos.
Dicho esto, es evidente que no debemos tanto intentar establecer
una autoría a nuestra colección de fábulas esópicas, cuanto determinar
el momento en el que aproximadamente se formó nuestra colección. Y
en este sentido, aparte de las referencias a colecciones de fábulas ya en
el siglo V, la primera información fiable que encontramos se halla en
las famosas Vidas de los sofistas de Diógenes Laercio V.80, según el cual
sería Demetrio de Falero, discípulo de Aristóteles, gobernador macedonio
de Atenas (317-307 a.C.) y verdadero fundador de la Biblioteca de
Alejandría, el responsable de realizar la primera antología de las fábulas
esópicas. He aquí una estatua moderna del personaje colocada a la
entrada de la reconstruida Biblioteca de Alejandría:
5
Sería pues, en las postrimerías del siglo IV a.C. cuando Demetrio,
llevado del afán enciclopédico de su maestro, habría prosificado la rica
tradición fabulística atribuida a Esopo y creado la primera de las
colecciones de sus fábulas, de la que depende sin duda el presente
texto. Significativamente las fábulas iban seguidas de moralejas, del
mismo modo que la colección de tipos atenienses recopilada por el más
famoso discípulo de Aristóteles, Teofrasto, en sus famosos Caracteres.
6
enorme éxito. Es, de hecho, en época romana, concretamente en el siglo
I d.C., cuando tenemos que datar el ejemplar más antiguo que poseemos
de esta colección, un papiro de la Biblioteca Universitaria John Rylands
de Manchester, del que procede la siguiente reproducción:
7
o esta otra xilografía ilustrando la fábula «El perro y la oveja», del
Libro del sabio [et] clarissimo fabulador Ysopu, impreso de Sevilla por
J. Cronberger en 1521:
8
A pesar de su éxito durante el Renacimiento, no fue sino hasta la
época de Jean La Fontaine (1621-1695) cuando se hizo una
reivindicación moderna de la fábula que inspiró todo un renacimiento del
folclore nacional en muchos países europeos y se convirtió endetonante
último de la famosa Querelle de los antiguos y modernos. Los cuentos
de Perrault (1628-1703) son otras de las obras más importantes de este
movimiento que reivindicaba la literatura moderna y nacional
precisamente tomando como inspiración el noble y humilde género de la
fábula griega. Fueron legión los imitadores de La Fontaine, pero baste
aquí señalar entre nosotros a Félix María de Samaniego (1745-1801) y
Tomás de Iriarte (1750-1791), cuyas fábulas pueden de nuevo
compararse con las de Esopo con el fin también de profundizar en un
aspecto no menor de la tradición literaria española, injustamente
olvidado en favor de la tradición narrativa, teatral y poética.
9
RODRÍGUEZ ADRADOS, Francisco, «La fábula griega como género literario»,
Estudios de forma y contenido sobre los generos literarios griegos, Cáceres 1982,
págs. 33-46.
RODRÍGUEZ ADRADOS, Francisco, «Mito y fábula», Emerita 61.1 (1993) 1-14.
RODRÍGUEZ ADRADOS, Francisco, De Esopo al Lazarillo, Huelva 2005.
TEXTOS
10
21. ΑΛΙΕΙΣ
ἁλιεῖς ἐπ’ ἄγραν ἐξελθόντες καὶ πολὺν χρόνον
κακοπαθήσαντες οὐδὲν συνέλαβον, καθεζόμενοι δὲ ἐν τῇ νηὶ
ἠθύμουν. ἐν τοσούτῳ δὲ θύννος διωκόμενος καὶ πολλῷ τῷ ῥοίζῳ
φερόμενος ἔλαθεν εἰς τὸ σκάφος ἐναλλόμενος. οἱ δὲ συλλαβόντες
αὐτὸν καὶ εἰς τὴν πόλιν ἐλάσαντες ἀπημπόλησαν.
οὕτω πολλάκις ἃ μὴ τέχνη παρέσχε, ταῦτα τύχη
διεβράβευσεν.
43. ΒΑΤΡΑΧΟΙ
βάτραχοι δύο ξηρανθείσης αὐτῶν τῆς λίμνης περιῄεσαν
ζητοῦντες ποῦ καταμεῖναι. ὡς δὲ ἐγένοντο κατά τι φρέαρ, ὁἕτερος
συνεβούλευεν ἀμελετήτως καθάλλεσθαι. ὁ δὲ ἕτερος ἔλεγεν· «ἐὰν
οὖν καὶ τὸ ἐνθάδε ὕδωρ ξηρανθῇ, πῶς δυνησόμεθα ἀναβῆναι;»
ὁ λόγος ἡμᾶς διδάσκει μὴ ἀπερισκέπτως προσέρχεσθαι τοῖς
πράγμασιν.
11
τίκτουσαν ὑπέλαβεν, ὅτι, ἐὰν πλείονα αὐτῇ τροφὴν παραβάλῃ, καὶ
δὶς τῆς ἡμέρας τέξεται. καὶ δὴ τοῦτο αὐτῆς ποιούσης συνέβη τὴν
ὄρνιν πίονα γενομένην μηκέτι μηδὲ ἅπαξ τεκεῖν.
ὁ λόγος δηλοῖ, ὅτι πολλοὶ τῶν ἀνθρώπων διὰ πλεονεξίαν
περιττοτέρων ἐπιθυμοῦντες καὶ τὰ παρόντα ἀπόλλουσιν
59. ΓΑΛΗ
γαλῆ εἰσελθοῦσα εἰς χαλκέως ἐργαστήριον τὴν ἐκεῖ κειμένην
ῥίνην περιέλειχε. συνέβη δὲ ἐκτριβομένης τῆς γλώττης πολὺ αἷμα
φέρεσθαι. ἡ δὲ ἐτέρπετο ὑπονοοῦσά τι τοῦ σιδήρου ἀφαιρεῖσθαι,
μέχρι παντελῶς ἀπέβαλε τὴν γλῶτταν.
ὁ λόγος εἴρηται πρὸς τοὺς ἐν φιλονεικίαις ἑαυτοὺς
καταβλάπτοντας.
64.ΚΥΝΟΔΗΚΤΟΣ
δηχθείς τις ὑπὸ κυνὸς περιῄει ζητῶν τὸν ἰασόμενον. εἰπόντος
δέ τινος [οὕτως] ὡς ἄρα δέοι αὐτὸν ἄρτῳ τὸ αἷμα ἐκμάξαντα τῷ
δακόντι κυνὶ βαλεῖν, ὑποτυχὼν ἔφη· «ἀλλ’ ἐὰν τοῦτο πράξω,
δεήσει με ὑπὸ πάντων τῶν ἐν τῇ πόλει κυνῶν δάκνεσθαι.»
οὕτω καὶ ἡ τῶν ἀνθρώπων πονηρία δελεαζομένη ἔτι μᾶλλον
ἀδικεῖν παροξύνεται.
12
ἀντιστᾶσα ἐκ ῥιζῶν κατηνέχθη.
ὁ λόγος δηλοῖ, ὅτι οὐ δεῖ τοῖς κρείττοσιν ἐρίζειν.
105. ΕΡΜΗΣ
Ζεὺς Ἑρμῇ προσέταξε πᾶσι τοῖς τεχνίταις ψεύδους
φάρμακον χέαι. ὁ δὲ τοῦτο τρίψας καὶ μέτρον ποιήσας ἴσον
ἑκάστῳ ἐνέχεεν. ἐπεὶ δὲ μόνου τοῦ σκυτέως ὑπολειφθέντος πολὺ
φάρμακον κατελείπετο, λαβὼν ὅλην τὴν θυίαν κατ’αὐτοῦ
κατέχεεν. ἐκ τούτου συνέβη τοὺς τεχνίτας πάντας ψεύδεσθαι,
μάλιστα δὲ πάντων τοὺς σκυτέας.
ὁ λόγος εὔκαιρος πρὸς ἄνδρα ψευδολόγον.
13
οὕτω πολλοὶ τῶν ἀνθρώπων αἱροῦνται μᾶλλον λιτῶς οἰκεῖν
ἢ παρ’ ἄλλοις πολυτελῶς διαιτᾶσθαι.
120. ΚΑΣΤΩΡ
ὁ κάστωρ ζῷόν ἐστι τετράπουν ἐν λίμναις τὰ πολλὰ
διαιτώμενον, οὗ τὰ αἰδοῖά φασιν ἰατροῖς χρήσιμα εἶναι. οὗτος οὖν,
ἐπειδὰν ὑπ’ ἀνθρώπων διωκόμενος καταλαμβάνηται,
14
γινώσκων, οὗ χάριν διώκεται, ἀποτεμὼν τὰ ἑαυτοῦ αἰδοῖα ῥίπτει
πρὸς τοὺς διώκοντας καὶ οὕτω σωτηρίας τυγχάνει.
ὁ μῦθος δηλοῖ, ὅτι οὕτω καὶ τῶν ἀνθρώπων οἱ φρόνιμοι ὑπὲρ
τῆς ἑαυτῶν σωτηρίας οὐδένα λόγον τῶν χρημάτων ποιοῦνται.
123. ΚΙΘΑΡΩΙΔΟΣ
κιθαρῳδὸς ἀφυὴς ἐν κεκονιαμένῳ οἴκῳ συνεχῶς ᾄδων
ἀντηχούσης αὐτῷ τῆς φωνῆς ἐνόμισεν ἑαυτὸν εὔφωνον εἶναι
σφόδρα. καὶ δὴ ἐπαρθεὶς ἐπὶ τούτῳ ἔγνω δεῖν θεάτρῳ ἑαυτὸν
ἐπιδοῦναι. ἀφικόμενος δὲ πρὸς τὸ ἐπιδείξασθαι καὶ πάνυ κακῶς
ᾄδων λίθοις αὐτὸν ἐξώσαντες ἀπήλασαν.
οὕτω καὶ τῶν ῥητόρων ἔνιοι ἐν σχολαῖς εἶναί τινες
δοκοῦντες, ὅταν ἐπὶ τὰς πολιτείας ἀφίκωνται, οὐδενός εἰσιν ἄξιοι.
15
129. ΚΟΡΩΝΗ ΚΑΙ ΚΥΩΝ
κορώνη Ἀθηνᾷ θύουσα κύνα ἐπὶ ἑστίασιν ἐκάλει. ὁ δὲ πρὸς
αὐτὴν ἔφη· «τί μάτην τὰς θυσίας ἀναλίσκεις; ἡ γὰρ θεὸς οὕτω σε
μισεῖ, ὡς κἀκ τῶν συντρόφων σοι οἰωνῶν τὴν πίστιν περιελεῖν.»
καὶ ἡ κορώνη πρὸς αὐτόν· «διὰ τοῦτο μᾶλλον αὐτῇ θύω, ἵνα
διαλλαγῇ μοι.»
ὁ μῦθος δηλοῖ, ὅτι πολλοὶ διὰ κέρδος τοὺς ἐχθροὺς
εὐεργετεῖν οὐκ ὀκνοῦσιν.
16
οὕτως ἔνιοι τῶν ἀνθρώπων δι’ ἐλπίδα κέρδους ἐπισφαλεῖς
μόχθους ὑφιστάμενοι φθάνουσι πρῶτον καταναλισκόμενοι ἢ ὧν
βούλονται περιγενόμενοι.
17
οὗτος ὁ λόγος ἁρμόσειεν ἂν πρὸς ἄνδρας βασκάνους, οἳ
καὶ αὐτοὶ βλάπτεσθαι ὑπομένουσι.
18
194. ΟΝΟΣ ΑΓΡΙΟΣ
ὄνος ἄγριος ὄνον ἥμερον θεασάμενος ἔν τινι εὐηλίῳ τόπῳ
προσελθὼν ἐμακάριζεν αὐτὸν ἐπὶ τῇ εὐεξίᾳ τοῦ σώματος καὶ τῇ
τῆς τροφῆς ἀπολαύσει. ὕστερον δὲ ἰδὼν αὐτὸν ἀχθοφοροῦντα
καὶ τὸν ὀνηλάτην ὄπισθεν ἑπόμενον καὶ ῥοπάλοις αὐτὸν παίοντα
εἶπεν· «ἀλλ’ ἔγωγε οὐκέτι σε εὐδαιμονίζω. ὁρῶ γάρ, ὅτι οὐκ ἄνευ
κακῶν μεγάλων τὴν ἀφθονίαν ἔχεις.»
οὕτως οὐκ ἔστι ζηλωτὰ τὰ μετὰ κινδύνων καὶ ταλαιπωριῶν
περιγινόμενα κέρδη.
19
οὕτως ἔνιοι τῶν ἀνθρώπων διὰ σφοδρὰς ἐπιθυμίας
ἀπερισκέπτως τοῖς πράγμασιν ἐπιχειροῦντες ἑαυτοὺς εἰς ὄλεθρον
ἐμβάλλουσιν.
20
πλήσσων ἐχείμαζε. ὁ δὲ περιώδυνος γενόμενος καὶ τὸν ἐχθρὸν οὐκ
ἔχων ἀμύνεσθαι ἐξελθὼν ἐν τῇ ὁδῷ καὶ ἰδὼν ἅμαξαν ἐρχομένην
τὴν κεφαλὴν τῷ τροχῷ ὑπέθηκε καὶ οὕτω τῷ σφηκὶ συναπέθανεν
[φάσκων· «συναπόλλυμαι τῷ ἐχθρῷ μου»].
ὁ μῦθος πρὸς τοὺς συναποθνῄσκειν τοῖς ἐχθροῖς
ὑπομένοντας.
21
κάτω μετ’ ὀρνίθων βαίνεις.»
ὅτι κρεῖττον περίβλεπτον εἶναί τινα ἐν πενιχρᾷ ἐσθῆτι ἢ ζῆν
ἀδόξως ἐν πλούτῳ γαυρούμενον.
22
αὐτῆς ἐπικειμένης καὶ ἀξιούσης, ἄρας αὐτὴν καὶ μετέωρος ἀρθεὶς
ἀφῆκεν ἐπί τινος πέτρας, ὅθεν κατενεχθεῖσα διερράγη [καὶ
ἀπέθανεν].
ὅτι πολλοὶ τῶν ἀνθρώπων ἐν φιλονεικίαις τῶν
φρονιμωτέρων παρακούσαντες ἑαυτοὺς καταβλάπτουσιν.
273. ΑΕΤΟΣ
ὑπεράνωθεν πέτρας ἀετὸς ἐκαθέζετο λαγωὸν θηρεῦσαι
ζητῶν. τοῦτον δέ τις ἔβαλε τοξεύσας καὶ τὸ μὲν βέλος ἐντὸς τοῦ
23
ἀετοῦ εἰσῆλθεν, ἡ δὲ γλυφὴ σὺν τοῖς πτεροῖς πρὸ τῶν ὀφθαλμῶν
εἱστήκει. ὁ δὲ ἰδὼν ἔφη· «καὶ τοῦτό μοι ἑτέρα λύπη, τὸ τοῖς ἰδίοις
πτεροῖς ἐναποθνῄσκειν.»
ὁ μῦθος δηλοῖ, ὅτι δεινόν ἐστιν, ὅταν τις ἐκ τῶν οἰκείων
κινδυνεύσῃ.
274. ΑΙΘΙΟΨ
Αἰθίοπά τις ὠνήσατο τοιοῦτον αὐτῷ τὸ χρῶμα εἶναι δοκῶν
ἀμελείᾳ τοῦ πρότερον ἔχοντος· καὶ παραλαβὼν οἴκαδε πάντα μὲν
αὐτῷ προσῆγε τὰ ῥύμματα, πᾶσι δὲ λουτροῖς ἐπειρᾶτο καθαίρειν.
καὶ τὸ μὲν χρῶμα μεταβαλεῖν οὐκ εἶχε, νοσεῖν δὲ τῷ πονεῖν
παρεσκεύασεν.
ὁ μῦθος δηλοῖ, ὅτι μένουσιν αἱ φύσεις ὡς προῆλθον τὴν
ἀρχήν.
277. ΚΥΚΝΟΣ
ἀνὴρ εὐπορῶν χῆνά τε ἅμα καὶ κύκνον ἔτρεφεν, οὐκ ἐπὶ τοῖς
αὐτοῖς μέντοι· τὸν μὲν γὰρ ᾠδῆς, τὸν δὲ τραπέζης ἕνεκεν. ἐπεὶ δὲ
ἔδει τὸν χῆνα παθεῖν ἐφ’ οἷς ἐτρέφετο, νὺξ μὲν ἦν καὶ
διαγινώσκειν ὁ καιρὸς οὐκ ἀφῆκεν ἑκάτερον. ὁ δὲ κύκνος ἀντὶ τοῦ
χηνὸς ἀπαχθεὶς ᾄδει μέλος θανάτου προοίμιον· καὶ τῇ μὲν ᾠδῇ
μηνύει τὴν φύσιν, τὴν δὲ τελευτὴν διαφεύγει τῷ μέλει.
ὁ μῦθος δηλοῖ, ὅτι πολλάκις ἡ μουσικὴ τελευτῆς ἀναβολὴν
ἀπεργάζεται.
24
288. ΚΟΡΑΞ ΝΟΣΩΝ
κόραξ νοσῶν ἔφη τῇ μητρί· «μῆτερ, εὔχου τῷ θεῷ καὶ μὴ
θρήνει.» ἡ δ’ ὑπολαβοῦσα ἔφη· «τίς σε, ὦ τέκνον, τῶν θεῶν
ἐλεήσει; τίνος γὰρ κρέας ὑπὸ σοῦ γε οὐκ ἐκλάπη;»
ὁ μῦθος δηλοῖ, ὅτι οἱ πολλοὺς ἐχθροὺς ἐν βίῳ ἔχοντες
οὐδένα φίλον ἐν ἀνάγκῃ εὑρήσουσιν.
289. ΣΑΛΠΙΓΚΤΗΣ
σαλπιγκτὴς στρατὸν ἐπισυνάγων καὶ κρατηθεὶς ὑπὸ τῶν
πολεμίων ἐβόα· «μὴ κτείνετέ με, ὦ ἄνδρες, εἰκῇ καὶ μάτην.
οὐδένα γὰρ ὑμῶν ἀπέκτεινα· πλὴν γὰρ τοῦ χαλκοῦ τούτου οὐδὲν
ἄλλο κτῶμαι.» οἱ δὲ πρὸς αὐτὸν ἔφασαν· «διὰ τοῦτο γὰρ μᾶλλον
τεθνήξῃ, ὅτι σὺ μὴ δυνάμενος πολεμεῖν τοὺς πάντας πρὸς μάχην
ἐγείρεις.»
ὁ μῦθος δηλοῖ, ὅτι πλέον πταίουσιν οἱ τοὺς κακοὺς καὶ
βαρεῖς δυνάστας ἐπεγείροντες εἰς τὸ κακοποιεῖν.
25