Tema 4 Familia

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TEMA 4: EL RÉGIMEN PATRIMONIAL DEL

MATRIMONIO.

1. ORGANIZACIÓN ECONÓMICA DEL MATRIMONIO.

El régimen matrimonial es el conjunto de reglas que pretenden dar solución a los


problemas pecuniarios que se derivan del matrimonio en las relaciones entre los
cónyuges y con terceros.

El régimen económico del matrimonio será el que los cónyuges estipulen en


capitulaciones matrimoniales.

- A falta de capitulaciones o cuando éstas sean ineficaces, el régimen será el


de la sociedad de gananciales.

La modificación del régimen económico matrimonial realizada durante el


matrimonio no perjudicará en ningún caso los derechos ya adquiridos por terceros.

Distinguimos las siguientes clases de regímenes económicos matrimoniales:

a. Regímenes de comunidad de bienes (gananciales):

Se caracterizan por la formación de una masa común con la totalidad o con parte
de los bienes de uno y otro cónyuge, a los efectos de atender con sus rentas a los
gastos de la familia. Al disolverse la comunidad, se atribuyen los bienes que la
integran entre los cónyuges o sus herederos.

Artículo 1344 CC: “Mediante la sociedad de gananciales se hacen comunes para


los cónyuges las ganancias o beneficios obtenidos indistintamente por cualquiera
de ellos, que les serán atribuidos por mitad al disolverse aquella.”

Artículo 1345 CC: “La sociedad de gananciales empezará en el momento de la


celebración del matrimonio o, posteriormente, al tiempo de pactarse en
capitulaciones.”

Sus tipos más frecuentes son:

1. Comunidad universal: en ella se hacen comunes todos los bienes de los


esposos, presentes y futuros, muebles e inmuebles, ya sean adquiridos a título
oneroso o gratuito.

2. Comunidad de ganancias o gananciales: este régimen se caracteriza por la


separación del patrimonio común o ganancial y el patrimonio de cada uno de los
cónyuges. El primero lo integran fundamentalmente los rendimientos del trabajo de
cualquiera de los cónyuges, las rentas de capital privativo o ganancial y los bienes
adquiridos a título oneroso a costa del caudal común. El segundo, los bienes y
derechos pertenecientes a cada cónyuge al comenzar el régimen, los adquiridos
después a título gratuito por cada uno de ellos y los adquiridos por subrogación de
otro privativos o por el ejercicio de derechos de esta naturaleza.

3. Comunidad de muebles y adquisiciones: forman la masa común, además de


los bienes que integran el patrimonio ganancial, todos los bienes muebles
presentes o futuros de los esposos, cualquiera que sea el título de su adquisición.

b. Regímenes de separación de bienes:

Es aquel en que cada cónyuge conserva la titularidad de los bienes de su


pertenencia al tiempo de la constitución del régimen, así como los que adquiera
durante el mismo por cualquier título, por consiguiente, en este régimen sólo
existen, de forma separada e independiente, los patrimonios personales de cada
cónyuge. Por tanto, es aquel en que cada cónyuge conserva no sólo la titularidad
de sus bienes, sino también su administración, disfrute y disposición.

Se considera, en ese sentido, régimen de separación de bienes cuando cada uno


de los consortes tiene sus propios bienes y su propio patrimonio, de manera que no
existe ningún tipo de unión o de confusión y tampoco, por el mero hecho del
matrimonio, ningún tipo de comunidad.

Artículo 1435 CC: “Existirá entre los cónyuges separación de bienes:

1.° Cuando así lo hubiesen convenido.

2.° Cuando los cónyuges hubieren pactado en capitulaciones matrimoniales que


no regirá entre ellos la sociedad de gananciales, sin expresar las reglas por que
hayan de regirse sus bienes.

3.° Cuando se extinga, constante matrimonio, la sociedad de gananciales o el


régimen de participación, salvo que por voluntad de los interesados fuesen
sustituidos por otro régimen distinto.”

Artículo 1437 CC: “En el régimen de separación pertenecerán a cada cónyuge los
bienes que tuviese en el momento inicial del mismo y, los que después adquiera
por cualquier título. Asimismo corresponderá a cada uno la administración, goce y
libre disposición de tales bienes.”

Artículo 1438 CC: “Los cónyuges contribuirán al sostenimiento de las cargas del
matrimonio. A falta de convenio lo harán proporcionalmente a sus respectivos
recursos económicos. El trabajo para la casa será computado como contribución a
las cargas y dará derecho a obtener una compensación que el Juez señalará, a falta
de acuerdo, a la extinción del régimen de separación.”

Artículo 1439 CC: “Si uno de los cónyuges hubiese administrado o gestionado
bienes o intereses del otro, tendrá las mismas obligaciones y responsabilidades que
un mandatario, pero no tendrá obligación de rendir cuentas de los frutos percibidos
y consumidos, salvo cuando se demuestre que los invirtió en atenciones distintas
del levantamiento de las cargas del matrimonio.”

Artículo 1440 CC: “Las obligaciones contraídas por cada cónyuge serán de su
exclusiva responsabilidad.

En cuanto a las obligaciones contraídas en el ejercicio de la potestad doméstica


ordinaria responderán ambos cónyuges en la forma determinada “

Artículo 1441 CC: “Cuando no sea posible acreditar a cuál de los cónyuges
pertenece algún bien o derecho, corresponderá a ambos por mitad.”

c. Régimen de participación en las ganancias:

 Durante el matrimonio: funciona como uno de separación absoluta.

 A su disolución: se liquida como uno de comunidad, pues cada uno de los


cónyuges tiene derecho a participar en las ganancias obtenidas por su consorte
durante la vigencia del régimen.

A tal efecto, las ganancias se determinan por las diferencias entre los patrimonios
iniciales constituidos por los bienes y derechos pertenecientes a cada cónyuge al
empezar el régimen y los adquiridos a título gratuito constante éste y al final de
uno y otro esposo. La suma de esas ganancias se dividirá por mitad entre los
cónyuges o sus herederos.

Cada cónyuge tiene la administración, el disfrute y la libre disposición tanto de los


bienes que le pertenecían en el momento de contraer matrimonio como de los que
pueda adquirir después por cualquier título.

En todo lo que no se encuentre previsto en la norma se aplicará, durante la vigencia


del régimen de participación, las normas relativas al de separación de bienes.

Cuando los casados en régimen de participación adquieren conjuntamente algún


bien o derecho, les pertenece pro indiviso ordinario.
2. EL LLAMADO RÉGIMEN MATRIMONIAL PRIMARIO.

Conjunto de normas, referidas a los efectos patrimoniales del matrimonio que se


aplican al mismo, independientemente de su régimen económico.

Las disposiciones relativas al régimen económico matrimonial tienen carácter de


derecho imperativo, con independencia de cuál sea en concreto el régimen
económico matrimonial aplicable al matrimonio, en cuanto pretenden garantizar el
principio de igualdad conyugal consagrado constitucionalmente.

El régimen económico del matrimonio será el que los cónyuges estipulen en


capitulaciones matrimoniales.

- La igualdad conyugal:

Artículo 1328 CC: “Será nula cualquier estipulación limitativa de la igualdad de


derechos que corresponda a cada cónyuge”.

- Levantamiento de cargas del matrimonio:

Artículo 1318 CC: “Los bienes de los cónyuges están sujetos al levantamiento de
las cargas del matrimonio.”

Cargas del matrimonio: gastos de sostenimiento de la familia, en el sentido


restringido de cónyuges e hijos.

A los efectos de determinar qué bienes están sujetos al levantamiento de cargas


matrimoniales deben tenerse en cuenta las reglas de cada régimen económico.

En el régimen de gananciales: el artículo 1362 CC pone a cargo de los bienes


comunes el sostenimiento de la familia, la alimentación y educación de los hijos
comunes y las atenciones de previsión acomodadas a los usos y a las
circunstancias de la familia, así como los gastos de educación y alimentación de
los hijos de uno solo de los cónyuges cuando convivan en el hogar familiar.

Cuando los bienes gananciales falten o sean insuficientes, el levantamiento de


estas cargas se hará a cuenta de los bienes privativos de cada cónyuge, en
proporción a su cuantía.

En los regímenes de separación y participación: los cónyuges contribuirán al


sostenimiento de las cargas del matrimonio, a falta de convenio, en proporción a
sus respectivos recursos económicos. Cuando uno de los cónyuges incumpliese su
deber de contribuir al levantamiento de las cargas del matrimonio, el Juez, a
instancia del otro cónyuge, dictará las medidas cautelares que estime
convenientes a fin de asegurar su cumplimiento y los anticipos necesarios o proveer
a las necesidades futuras.
• Litis expensas:

La litis expensas o gastos necesarios causados en litigios por un cónyuge,


constituyen una carga del matrimonio y, en consecuencia, corren a cargo del
caudal común o, si este no existe o es insuficiente, del privativo del otro cónyuge,
siempre que concurran las siguientes circunstancias:

- que se trate de un litigio que un cónyuge sostenga con el otro cónyuge, sin
mediar mala fe o temeridad, o contra tercero, siempre que el litigio redunde
en provecho de la familia, aunque su resultado sea adverso.
- que el cónyuge litigante carezca de bienes propios suficientes.
- que la posición económica del otro cónyuge impida al litigante, por
imperativo de la LEC, la obtención del beneficio de justicia gratuita.

• La potestad doméstica:

Cualquiera de los cónyuges podrá realizar los actos encaminados a atender las
necesidades ordinarias de la familia, encomendadas a su cuidado, conforme al
uso del lugar y a las circunstancias de la misma.

De las deudas contraídas en el ejercicio de esta potestad responderán


solidariamente los bienes comunes y los del cónyuge que contraiga la deuda y,
subsidiariamente, los del otro cónyuge.

Esta norma es aplicable también a los regímenes de separación y participación,


si bien en estos casos, al no existir bienes comunes, responderán en primer lugar,
los bienes propios del cónyuge contratante y, subsidiariamente, los bienes del otro
cónyuge.

Finalmente, se otorga un derecho de reintegro en favor del cónyuge que hubiese


aportado caudales propios para la satisfacción de las necesidades ordinarias de la
familia, que se produce de conformidad con el régimen matrimonial existente entre
los esposos.

• Protección de la vivienda habitual y de los muebles de uso ordinario:

Para disponer de los derechos sobre la vivienda habitual y los muebles de uso
ordinario de la familia, aunque tales derechos pertenezcan a uno solo de los
cónyuges, se requerirá el consentimiento de ambos o, en su caso, autorización
judicial.

El objeto de la protección es la vivienda habitual con los muebles incluidos en su


interior que sean los de uso ordinario de la familia, con lo que se excluye, por
ejemplo, la vivienda de temporada, pero no la posibilidad de que pueda existir más
de una vivienda habitual. Por ejemplo: la ocupada por los hijos por razón de
estudios en ciudad distinta de la residencia de los padres.

• Derecho del cónyuge sobreviviente al ajuar de la vivienda habitual de los


esposos:

Fallecido uno de los cónyuges, las ropas, el mobiliario y enseres que constituyan el
ajuar de la vivienda habitual común de los esposos se entregarán al que sobreviva,
sin computárselo en su haber.

No se entenderán comprendidos en el ajuar las alhajas, objetos artísticos,


históricos y otros de extraordinario valor.

Los bienes constitutivos del ajuar de la vivienda da lo mismo que fuesen en todo o
en parte del cónyuge difunto o gananciales (si era éste el régimen matrimonial),
pues en ambos casos pasan al sobreviviente, sin que éste tenga que dar nada a
cambio y sin que se le cuente ni como pago (en todo o en parte) de la cuota que le
corresponde en los gananciales ni como pago de lo que por herencia pueda
pertenecer de su difunto consorte.

• Regulación general del consentimiento legal:

Cuando la ley requiera para un acto de administración o disposición que uno de los
cónyuges actúe con el consentimiento del otro, los realizados sin él y que no hayan
sido expresa o tácitamente confirmados podrán ser anulados a instancia del
cónyuge cuyo consentimiento se haya omitido o de sus herederos. Su supuesto de
hecho comprende los actos de administración.

3. LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES.

• Concepto:

Se denominan capitulaciones matrimoniales a la escritura pública o al documento


en que los cónyuges o los futuros cónyuges establecen las normas de carácter
patrimonial aplicables a su matrimonio.

Es un negocio jurídico de Derecho de Familia, cuya finalidad típica y principal,


aunque no exclusiva, es la de regular el régimen económico conyugal.

De ahí que no lleguen a adquirir eficacia si el matrimonio no se celebra y que la


pierdan si se declara nulo o se disuelve o si se produce la separación de los
esposos.

En capitulaciones matrimoniales podrán los otorgantes estipular, modificar o


sustituir el régimen económico de su matrimonio (artículo 1325 CC).
Los únicos sujetos cuya intervención es imprescindible en el otorgamiento de las
capitulaciones matrimoniales son los cónyuges o futuros cónyuges.

La escritura pública tiene carácter constitutivo, sin que pueda ser sustituida por
ningún otro tipo de documento público, notarial o judicial. En defecto de escritura
pública, las capitulaciones carecen de validez no sólo frente a terceros, sino
también inter partes.

• Naturaleza jurídica:

Debe predicarse el carácter contractual de las capitulaciones matrimoniales.

Esto se detrae del artículo 1335 CC que establece que establece que la invalidez de
las capitulaciones matrimoniales se regirá por las reglas de los contratos. Además,
el CC denominaba tradicionalmente al título regulador del régimen económico
matrimonial con la rúbrica Del contrato de bienes con ocasión del matrimonio.

Algunos autores la identifican como acto complejo, dado el posible contenido


atípico de las capitulaciones. La calificación propuesta de acto complejo presenta
el grave problema de que no existe marco normativo alguno de tal tipo de acto y, por
tanto, la fijación de dicha naturaleza nada resuelve en términos prácticos.

• Contenido:

1. Contenido típico:

Forman parte del contenido típico de las capitulaciones matrimoniales las


estipulaciones relativas al régimen económico matrimonial.

La libertad de estipulación del régimen económico matrimonial implica que, en


cualquier momento los futuros cónyuges pueden instituir el régimen patrimonial
que deseen o que quienes ya son cónyuges pueden sustituir un régimen
previamente vigente entre ellos por otro sistema económico matrimonial distinto.

Los cónyuges cuentan con amplia libertad al respecto, lo mismo pueden crear ex
novo el régimen conómico matrimonial que les apetezca, remitirse a uno de los
modelos o tipos regulados por el legislador o limitarse a modificar algunos
aspectos concretos del régimen que hayan elegido o que les resultara aplicable.

En ese sentido, en virtud del principio de libertad de estipulación (artículo 1315 CC),
los futuros esposos pueden convenir el régimen patrimonial que tengan por
conveniente, y quienes son ya cónyuges modificar o sustituir el régimen existente
entre ellos por otro distinto.
2. Contenido atípico.

Forman parte del contenido típico de las capitulaciones matrimoniales las


cualesquiera otras disposiciones por razón del matrimonio, es decir, las que no
tienen por objeto la determinación del régimen patrimonial. Por ejemplo:
donaciones por razón de matrimonio, pactos sucesorios, reconocimiento de un hijo
extramatrimonial, etc.

Artículo 1325 CC: “o cualesquiera otras disposiciones por razón del mismo.”

En ese sentido, no significa que las capitulaciones por razón del matrimonio que
pueden incorporarse a las capitulaciones hayan de tener necesariamente
contenido económico, pues las capitulaciones son un documento público
perfectamente adecuado para llevar a efecto el reconocimiento de un hijo
prematrimonial.

El amplio margen de libertad con que cuentan los cónyuges no llega hasta el
extremo de permitir que el contenido de las capitulaciones integre dentro de ella
cláusulas o estipulaciones que vulneren o contradicen el mandato de leyes
imperativas o de principios generalmente aceptados o impuestos por el
ordenamiento jurídico.

Artículo 1328 CC: “Será nula cualquier estipulación contraria a las Leyes o a las
buenas costumbres o limitativa de la igualdad de derechos que corresponda a
cada cónyuge.”

• Ineficacia de las capitulaciones:

1. Ineficaces en sentido estricto:

Artículo 1334 CC: “Todo lo que se estipule en capitulaciones bajo el supuesto de


futuro matrimonio quedará sin efecto en el caso de no contraerse en el plazo de un
año.”

Transcurrido el plazo de un año sin que el matrimonio se haya celebrado por


cualquier causa, las capitulaciones otorgadas caducan y quedan sin efecto todas
las estipulaciones relacionadas con el matrimonio.

Solo subsisten aquellas declaraciones o pactos que no estén subordinados a la


celebración del matrimonio (por ejemplo: reconocimiento de hijo
extramatrimonial).

Igualmente quedan sin efecto las capitulaciones, incluso antes del transcurso del
año, si existe la certeza absoluta de que el matrimonio no va a contraerse (por
ejemplo: cuando uno de los otorgantes se ha casado con otra persona o ha
fallecido).
2. Inválidas:

Artículo 1335 CC: “La invalidez de las capitulaciones matrimoniales se regirá por
las reglas generales de los contratos.

Las consecuencias de la anulación no perjudicarán a terceros de buena fe.”

En el concepto de invalidez están incluidos los casos de nulidad, anulabilidad y


rescisión.

Las capitulaciones son nulas:

- Causas de general aplicación a los contratos.


- Si no se han formalizado en escritura pública.
- También cabe la nulidad parcial si alguna de sus estipulaciones vulnera las
leyes, las buenas costumbres o la igualdad conyugal.

Son meramente anulables:

- cuando existe algún vicio del consentimiento.


- Cuando son otorgadas por personas con discapacidad prescindiendo de las
medidas de apoyo previstas cuando fueron precisas.

Por otro lado, las capitulaciones matrimoniales son rescindibles:

Artículo 1290 CC: “Los contratos válidamente celebrados pueden rescindirse en


los casos establecidos por la ley”.

Artículo 1299 CC: “La acción para pedir la rescisión dura 4 años. Para los menores
sujetos a tutela, para las personas con discapacidad provistas de medidas de apoyo
que establezcan facultades de representación y para los ausentes, los cuatro años
no empezarán a computarse hasta que se extinga la tutela o la medida
representativa de apoyo, o cese la situación de ausencia legal.”

La causa más frecuente de rescisión es el fraude de acreedores, en los supuestos


de cambio del régimen económico matrimonial con el fin de provocar la insolvencia
del cónyuge deudor.

4. LAS DONACIONES POR RAZÓN DE MATRIMONIO. LA APLICACIÓN DE LOS


REGLAMENTOS COMUNITARIOS 1103/2016 REFERIDO A LOS REGÍMENES
ECONÓMICOS MATRIMONIALES Y DEL 1104/2016 RESPECTO DEL RÉGIMEN
ECONÓMICO DE LAS PAREJAS DE HECHO REGISTRADAS.

Artículo 1336 CC: “Son donaciones por razón de matrimonio las que cualquier
persona hace, antes de celebrarse, en consideración al mismo y en favor de uno o
de los dos esposos.”

Por ejemplo, los regalos de boda.


Las donaciones por razón de matrimonio son una verdadera y propia donación, es
decir, es un acto de liberalidad por el cual una persona dispone gratuitamente de
una cosa en favor de otra, que la acepta. Por esta razón, le son aplicables las reglas
ordinarias de las donaciones.

Dichas donaciones han de hacerse antes de celebrarse el matrimonio. La hecha


después carece de la condición de donación por razón de matrimonio y se regirá
exclusivamente por las reglas ordinarias de las donaciones.

La donación ha de hacerse en consideración al matrimonio proyectado, de cuya


efectiva celebración depende la eficacia de la donación realizada.

Artículo 1342 CC: “Quedarán sin efecto las donaciones por razón de matrimonio si
no llegara a contraerse en el plazo de un año.”

La donación ha de hacerse en favor de uno o de los 2 esposos.

Artículo 1339 CC: “Los bienes donados conjuntamente a los esposos


pertenecerán a ambos en pro indiviso ordinario y por partes iguales, salvo que el
donante haya dispuesto otra cosa.”

Por el contrario, cualquier persona puede ser donante, tanto uno de los esposos en
favor del otro, como un tercero.

Las donaciones propter nuptias pueden hacerse en capitulaciones


matrimoniales o fuera de ellas. En este último caso habrán de observarse los
requisitos de forma establecidos para las donaciones ordinarias.

Aunque las donaciones por razón de matrimonio hechas por terceros tienen el
objeto y los límites de las donaciones ordinarias, existe una excepción en cuanto a
las donaciones entre padres donantes e hijos donatarios.

Artículo 1044 CC: “Los regalos de boda, consistentes en joyas, vestidos y equipos,
no se reducirán como inoficiosos sino en la parte que excedan en un décimo o
más de la cantidad disponible por testamento”.

Las donaciones propter nuptias, por tratarse de atribuciones a título gratuito, no


dan lugar al saneamiento de los bienes donados.

Aún así, el que diese o prometiese por razón de matrimonio sólo estará obligado al
saneamiento por evicción o vicios ocultos si hubiese actuado con mala fe (artículo
1340 CC). Existirá mala fe por parte del donante si conocía la causa determinante
de la evicción o los vicios ocultos y no advirtió de ello al donatario.

Existen causas de revocación aplicables a estas donaciones:

- El incumplimiento de alguna de las cargas impuestas por el donante al


donatario.
Artículo 647 CC: “La donación será revocada a instancia del donante, cuando el
donatario haya dejado de cumplir alguna de las condiciones que aquél le impuso.

En este caso, los bienes donados volverán al donante, quedando nulas las
enajenaciones que el donatario hubiese hecho y las hipotecas que sobre ellos
hubiese impuesto, con la limitación establecida, en cuanto a terceros, por la Ley
Hipotecaria.”

- La ingratitud del donatario.

Artículo 648 CC: “También podrá ser revocada la donación, a instancia del
donante, por causa de ingratitud en los casos siguientes:

1.º Si el donatario cometiere algún delito contra la persona, el honor o los bienes
del donante.

2.º Si el donatario imputare al donante alguno de los delitos que dan lugar a
procedimientos de oficio o acusación pública, aunque lo pruebe; a menos que el
delito se hubiese cometido contra el mismo donatario, su cónyuge o los hijos
constituidos bajo su autoridad.

3.º Si le niega indebidamente los alimentos.”

En las donaciones otorgadas por terceros, se reputa incumplimiento de cargas la


anulación del matrimonio por cualquier causa, aunque el donatario lo sea de
buena fe, y la separación y el divorcio si al cónyuge donatario le son imputables,
según la sentencia, los hechos que las causaron.

En las otorgadas por los contrayentes se reputa incumplimiento de cargas la


anulación del matrimonio, si el donatario ha obrado de mala fe, y como ingratitud
el que el donatario incurra en causa de desheredación o le sea imputable la causa
de separación o divorcio.

En cuanto a los Reglamentos europeos, el Reglamento 1103/2016, será de


aplicación a los regímenes económicos matrimoniales. Este Reglamento no
afectará a la competencia de las autoridades de los Estados miembros en materia
de regímenes económicos matrimoniales.

Este reglamento establece quién tiene la competencia judicial internacional, así


como quién es competente para el reconocimiento y ejecución de resoluciones en
materia de regímenes económicos matrimoniales. También se encarga de
determinar la ley aplicable al caso concreto.

Por otro lado, el Reglamento 1104/2016 se encarga de determinar la competencia


judicial internacional, así como quién es competente para el reconocimiento y
ejecución de resoluciones en materia de efectos patrimoniales de las uniones
registradas.
También se encarga de determinar la ley aplicable al caso concreto.

El presente Reglamento se aplicará a los efectos patrimoniales de las uniones


registradas (parejas de hecho).

Este Reglamento, al igual que el anterior, no afectará a las competencias de las


autoridades de los Estados miembros en materia de efectos matrimoniales de las
uniones registradas.

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