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TEMARIO DEL PRIMER TRIMESTRE

1
SEGUNDO DE SECUNDARIA

1. ORALIDAD Y PRODUCCIÓN LITERARIA ANTES DE LA COLONIA:


LA CRÓNICA COLONIAL

1. LA ORALIDAD Y PRODUCCIÓN LITERARIA ANTES DE LA COLONIA


Leyenda chiriguana del origen del hombre
De Antonio Paredes Candia
I
En la mitología chiriguana dos dioses gobiernan el mundo. Tumpaete, que expresa el bien y su
contrapuesto: el mal, que recibe el nombre de Aguara-tumpa. Los dos transcurren en constante lucha y su
animadversión durará hasta el fin de los siglos.
II
Ocurrió en tiempo inmemorial Aguara-tumpa conocedor del celo que tenía Tumpaete por el hombre al que
había creado y del que era protector, descuidando a los vigilantes provocó un incendio que destruyó los
campos, quemó los pastizales y bosques de la raza chiriguana, exterminando a los animales que moraban
ahí. Los chiriguanos recurrieron a su Dios Tumpaete les aconsejó que trasladaran sus caseríos a las riberas
del río y allí sembraran maíz. Mientras maduraran las mieses se alimentarían de los pescados. Aguara-
tumpa viéndose burlado en su afán destructor, "hizo caer desde los cielos aguas torrenciales" e inundó la
chiriguanía. Nuevamente el dios Tumpaete habló a sus hijos:
— Está decidido que todos vosotros moriréis ahogados y para salvar la raza chiriguana buscad un mate
gigante y dentro de él dejad dos niños, macho y hembra, "hijos de una misma mujer", escogidos entre los
más fuertes y perfectos. Ellos serán el tronco en que florecerá la nueva raza chiriguana.
Los chiriguanos obedecieron a su dios. La lluvia no cesó durante muchas lunas y el mate con los dos niños
adentro siguió flotando sobre las aguas. Murieron todos, no sobrevivió ninguno. La tierra se anegó y se
calmó la lluvia cuando Aguara- Tumpa creyó que había desaparecido la raza chiriguana y él podía ya ser el
dueño de la tierra. Se secaron los campos y los niños salieron de su escondite.
III
La pareja vagó mucho tiempo en busca de alimentos. Caminaban de un lado a otro y les aguijoneaba el
hambre. Tumpaete nuevamente les habló:
— Id en busca de Cururu, el amigo benigno del hombre, que él les proporcionará el fuego para cocinar los
pescados que están al alcance de vuestras manos. Los niños encontraron a Cururu, un gigantesco sapo,
esperándoles en una altura. Guardaba las brasas en su boca y las mantenía vivas con su respiración. Les
entregó a los niños y ellos pudieron asar los pescados, que entonces eran abundantes por las torrenciales
y largas lluvias pasadas. Cururu les contó que cuando empezaron las lluvias, por mandato de Tumpaete, él
se introdujo dentro de la tierra llevando ese fuego. Gracias al fuego los niños tuvieron alimento y
sobrevivieron.
IV
"Los dos hermanos fueron creciendo en años hasta que tuvieron la edad competente para proliferarse". De
esa pareja nuevamente se multiplicaron los chiriguanos y formaron un pueblo robusto, bello y perfecto.

ACTIVIDAD.
A partir de la lectura anterior, responde en tu archivador en hojas cuadriculadas a las siguientes
preguntas:
 ¿Cuáles son los personajes que intervienen en la historia?
 Menciona: ¿Qué creencia tienen los chiriguanos sobre la formación de su pueblo?
 ¿Cómo puedes relacionar la leyenda leída con los relatos de tu región? Presenta un plan

1.1 Oralidad
Este término invita a la confusión, por estar unido a la palabra viva y por ser el denominativo del carácter
propio de las civilizaciones más antiguas que emplearon la palabra para conservar toda la producción
cultural. Ese bagaje cultural fue transmitido de generación en generación a través de la palabra dicha de
las personas mayores a los menores. Los saberes y conocimientos producidos se conservan aun hoy bajo
el nombre de Tradición Oral. Así cuando hacemos referencia a la oralidad, se afirma que es un acto
característico de los seres humanos, un sistema de significado que se comparte entre las personas. Ya sea
para la expresión de sentimientos u opiniones o para la transmisión de saberes, experiencias, tradiciones y
costumbres, la oralidad fue, en un inicio, el único medio utilizado. Incluso, ahora que ya contamos con la
escritura, hay diversas facetas de la cotidianidad humana que operan oralmente. Pensemos, por ejemplo,
en la transmisión de algunos rituales de nuestros pueblos o la forma en la que socializamos la preparación
de algunos platos típicos. 2

1.2 Producción Literaria Antes de la Colonia


Si bien las creaciones literarias de nuestras culturas no se plasmaron en testimonios escritos en su tiempo,
fueron capaces de expresar las relaciones entre lo humano y la naturaleza, entre la vida social y las
reacciones subjetivas, los anhelos, preocupaciones, vivencias individuales y colectivas de nuestros pueblos
(Avila, 1974). Entre estas producciones, destaca la tradición oral que se expresa en numerosos mitos y
leyendas. Repasemos en la siguiente infografía estos conceptos.

1.3 Tradición oral


La oralidad primaria tiene una paradoja esencial; por un lado, permite que la memoria se active y acceda a
la consulta del conjunto de conocimientos, hábitos, tradiciones, representaciones, simbolismos,
significaciones y lengua en un grupo social determinado; es decir, permite la consulta a un archivo no
escrito, pero permanente. Y por otro lado, cuando las palabras han abandonado la boca y han sido dichas,
también han dejado de existir sonoramente, aunque se abra el abanico de posibilidades hacia la
significación. Esta paradoja de la oralidad se observa claramente en los abuelos, es importante ver cómo
después de decirles una copla o narrarles un cuento popular, ellos inician a recordar lo oculto en el
pensamiento y narran sus historias, recordando el tiempo real vivido

1.4 Mitos
Los mitos hacen referencia a los iniciados en los misterios de la vida. La Escuela de Eranos estudia los
mitos de origen que son propios de los pueblos más antiguos que poblaron la tierra.

1.5 Leyendas
Son narraciones de tiempos muy lejanos que viven en la memoria y se activan en la voz. La Literatura
recogió estas narraciones para calificarlas como poéticas.

1.6 Manifestaciones literarias de nuestra cultura


Considerar o clasificar la producción literaria a partir de la escritura fue un atentado contra las naciones
orales que en la palabra viva conservan su cultura y toda su producción literaria.

Recuerda: Conocer nuestra tradición oral no sólo sirve para recordar nuestro pasado sino también
permite identificarnos como miembros de una comunidad.
ACTIVIDAD:
Identifica tres festividades tradicionales que se realizan en tu región y completa el siguiente cuadro:
Nombre de la festividad Actividades que se realizan Significado para la comunidad
tradicional

ACTIVIDAD Reflexiona:
¿Qué similitudes y diferencias encuentras entre mito y leyenda?
¿Es superior la escritura a la oralidad? Justifica con tu posición dos argumentos

ACTIVIDAD
Entrevista a nuestros abuelos. Indagamos por relatos de tradición oral que se mantienen vivos en la región
y registramos en nuestro archivador lo siguiente:
Nombre del entrevistado:
Edad:
Título del relato:
Narración:
Valores que resaltan en la narración:

Actividad OPCIONAL
A fin de apreciar la riqueza de la oralidad, valorando la forma en la que el narrador relata la historia y el
cuidadoso trabajo del transcriptor, damos lectura al texto: ―Mitos y cuentos de Charazani – Las dos
cascadas‖ que hallamos como documento anexo en CLASSROOM.
2. Los micro-relatos 3
Se trata de la última de las variantes del modo narrativo « complejo » que hemos podido identificar. En los
queros, este modo narrativo es muy claro (lo encontramos en 80 ejemplares de nuestra muestra).
Presenta en una imagen muy condensada un conjunto de ocurrencias significativas que remiten a una
escena de mayor desarrollo, básicamente del modo narrativo « simple ». Es lo que se puede apreciar, por
ejemplo, en un vaso del Museo de América, que muestra una pequeña escena en la cual un soldado
cuzqueño aparece tomando por la cabellera a un enemigo, vestido con un traje diferente al cuzqueño
(sobre todo destaca su tocado), que lleva un ala en su espalda al parecer atada con unas correas que le
cruzan el pecho. A la espalda del combatiente cuzqueño, un ave lleva en su pico una bolsa y una honda.
Esta imagen ha sido estudiada por Ramos (2002) quien la postula como parte del ciclo mítico de la
defensa del Cuzco contra la invasión de los chankas, tema al que ya nos hemos referido.
Se observa un guerrero
cuzqueño sujetando por el
cabello a otro combatiente,
que, vestido con un traje
distinto al cuzqueño, lleva unas
alas en su espalda, amarradas
con una doble banda sobre su
pecho. Vaso 7564, Museo de
América, Madrid [Dibujo Clara
Yáñez, Proyecto FONDECYT
1090110, a partir del dibujo de
Amparo Moltí, Museo de
América, Madrid].

Si se compara este breve relato visual con el desarrollado en el quero de la Figura 13, es evidente que el
primero (Figura 12) es una síntesis o micro-relato que resume lo expresado más latamente en el segundo
quero (Figura 13); ambos tratan el mismo tema, pero mientras uno lo hace tomando sólo un elemento del
relato, el otro muestra una escena desarrollada en modo « simple » en la cual aparecen otros personajes
que completan la narración. El de la guerra entre inkas y chankas es también un tema claramente
normativizado. Aunque se conocen pocos queros que lo representen, todos ellos comparten la
presentación de dos o tres conjuntos de combatientes vestidos de maneras diferentes, en los cuales un
grupo está representado ya sea por aves antropomorfizadas o por guerreros que llevan alas en sus
espaldas. En tres de los seis queros aparece, además, una mujer decapitando a un enemigo. Este
personaje ha sido identificado como la ñusta Chañan Curi Coca, que aparece nombrada en la crónica de
Pachacuti Yamqui Salcamaygua (1993 [1613?], f. 19v) y está pintada en un gran cuadro colonial. Otro de
los personajes frecuentes de este tema es un ave antropomorfizada, vestida generalmente de los colores
de los trajes de los chankas. Se trata de aves que combaten ya sea a pie o volando y llevando en su pico
hondas o bolsas con piedras para esa arma.

Escena del enfrentamiento entre


inkas y chankas. Obsérvese que
los personajes en el recuadro
son los mismos que aparecen en
el vaso de la Figura 12 [Dibujo
Clara Yáñez, Proyecto FONDECYT
1090110, en base a Ramos
2002].

En el caso del ejemplo que presentamos aquí (Figura 13), al centro de la escena se encuentra la misma
composición visual de un enfrentamiento entre un soldado cuzqueño y un enemigo semi-caído. En los dos
casos (Figuras 12 y 13) hay un soldado cuzqueño que sostiene por la cabellera a su contrincante; en
ambos, los combatientes no cuzqueños llevan un atuendo que incluye un par de alas a la espalda.
49Una posible interpretación de esto es que el micro-relato mostrado en el quero de la formaba parte de
una secuencia mayor que aparentemente podía ser relatada tanto de manera extensiva como reducida,
logrando la misma comprensión de parte de quienes miraban esos vasos. La imagen reducida alcanzaría la
misma eficacia simbólica que el relato extenso. ¿Estamos en presencia de un modelo de pensamiento, que
permitía articular lo extenso y lo reducido, en una codificación visual fácilmente reconocible? ¿Es ésta una
relación de tipo metonímico, en la que un breve fragmento o imagen permite enunciar la totalidad, o se
trata de otro tipo de relación narrativa significativa? 4
Aquí nos parece necesario realizar una breve digresión, puesto que nuestra línea de búsqueda puede estar
cruzada por una variable que no es tan evidente en los otros modos narrativos. Nos referimos a que es
posible que este modo pueda ser atribuible a una tradición específica, distinta de la cuzqueña, con la cual
guarda relaciones sin embargo. De los 80 ejemplares que hemos estudiado con este tipo de composición
narrativa visual, 44 (55%) están en museos de Bolivia o provienen, según los escasos registros existentes,
de algunas localidades ubicadas en ese mismo país y es factible pensar que los restantes tengan un área
de origen similar. ¿Es posible que ellos formen un conjunto con características propias, más allá de las
narrativas? Esta concentración espacial principalmente en comunidades de la cuenca sur-oriental del lago
Titikaka sugiere la posibilidad de que pudiéramos estar frente a formas locales de construcción de
narrativas visuales diferentes a las que hemos revisado anteriormente (y que denominamos – por ahora –
como « tradición cuzqueña » por ser esa el área más frecuentemente postulada como el origen de esos
queros). Una de las características más notables de este conjunto lacustre es la alta frecuencia que tiene
la representación de las escenas en el tipo de « micro-relatos » o de presentaciones « abreviadas » de
temas que, en los queros de la « tradición cuzqueña », aparecen desarrollados in extenso. Es necesario
considerar por lo tanto la eventualidad de que el vaso de la corresponda a esa forma distinta de
construcción de narrativas visuales. Se trata, efectivamente, de una manera diferente de construcción de
un relato visual, porque los queros de este otro conjunto presentan además una misma estructura formal
de organización de la decoración de sus superficies, en la que se combina, en el campo superior, un
espacio en el que está la escena y otro en el que se incluyen figuras zoomorfas o fitomorfas y otras
geométricas, mientras, en el campo inferior, en todos los casos, se representan dos flores alargadas en
dirección izquierda-derecha, identificadas como maywa (Stenomessum incarnatum) según Liebscher
(1986).

Vaso con « micro-relato » sobre el


enfrentamiento entre cuzqueños y chankas
(nótese el detalle del ala en la espalda de
uno de los guerreros, característico de la
forma de representar a los chankas en los
queros coloniales). Presenta la estructura
formal que organiza la mayoría de este
modo narrativo, con el sub-campo lateral
de rectángulos y las dos flores
de maywa en la parte inferior. Quero R 14,
Museo Nacional de Etnografía y Folklore,
La Paz [Dibujo Clara Yáñez, Proyecto
FONDECYT 1090110].

¿Estamos en presencia de una tradición local – distinta de la colonial cuzqueña – que toma los mismos
temas que ésta, pero de una manera propia? Tal como lo señalamos más arriba, la mayoría de los queros
que contiene este modo narrativo proviene de comunidades ubicadas en torno al lago Titikaka, por lo cual
podríamos sospechar de la existencia de una tradición que llamaremos momentáneamente lacustre. ¿Son
una « copia » lacustre de los relatos visuales extensos, posiblemente más apegados a una tradición
colonial cuzqueña? En ambos casos, ¿A qué tipo de estructuras narrativas coloniales podría corresponder
este tipo, ya sea parte de una tradición cuzqueña o de otra de carácter más lacustre? Ubicada en el norte
de Chile, en la actual II Región de Antofagasta.
Este tipo de relatos, reducidos a algunos elementos básicos, que apelan explícitamente a un meta-relato
generalmente más extenso, parecen tener una correspondencia con un modo narrativo específico, el de
los micro-relatos. Al menos en las prácticas orales andinas contemporáneas, es frecuente encontrar
pequeños relatos, a veces incluso una brevísima alusión, sobre un determinado personaje, que remiten a
un texto mayor, de común conocimiento de todos los interlocutores, que la mayor parte de las veces
permanece no enunciado. En una pequeña localidad del sector alto del río Loa, en Inacaliri, Mora refiere
una pequeña conversación entre dos de sus anfitriones:
– Cerca de Apacheta hay una piedra grande que siempre tiene agua, el Inca clavó su bastón ahí – dice don
Damián.
– El Inca Atahuallpa es mi amigo, le voy a decir que haga llover, porque dicen que es como un dios – le
responde [su interlocutor] (Mora 2010)
No postulamos, con esto, que esa sea una manera culturalmente singular de narrar, propia
únicamente (...)
53Sin necesidad de mayor explicación, ambos hablantes se estaban remitiendo a un ciclo narrativo mucho
más extenso, el de rey Inka o Inkarri, de importante presencia en la región (Martínez C. 2008a) y uno de 5
cuyos rasgos es, precisamente, la vara – o bastón – de rey Inka, con la cual esta divinidad podía mover
cerros o piedras, o conducir el agua desde un lugar a otro. La breve conversación hace alusión a uno de
los significantes nucleares del relato mayor, y con ello ya parece funcionar con eficacia significativa para la
audiencia de esos habitantes de la localidad de Inacaliri. Es, creemos, precisamente éste el tipo de
relación que aparece establecido en este modo de enunciación de micro-relato o de reducción de las
unidades significantes a un núcleo básico de significación.
54Un proceso similar es el que se establece entre una serie de relatos del siglo XVIII, presentes en distintos
tipos de soportes (música, pintura y tradición oral y escrita), esta vez en la costa norte peruana, y que
aluden a la muerte del Inka Atawallpa sin necesidad de mencionarlo explícitamente. Palmiero (2011, p. 9)
aborda esta problemática desde una doble perspectiva: la primera, aquella que relee la historia de la
conquista española y la muerte del Inka, y la segunda, como la « persistencia de códigos andinos en la
rememoración de ciertos rituales como el llanto ceremonial ». Lo interesante de su propuesta es la
posibilidad de que un signo ya no lingüístico, ni visual, sino musical y un gesto ritual, den la clave
interpretativa para el discurso enunciado. Así, en los siguientes versos:
Cuando la pena en el centro
Se encuentra con el sentido
Suspiro es aquel sonido
Que resulta del encuentro. (tonada El Tupacmaro, Martínez Compañón 1978 [1794], II, f. E 188)
En los baños donde estube
Luego vine a tu llamada
Sintiendo yo tu benida
Confuso de tu llegada. (tonada La despedida, ibid., f. E 191)
Tal como señaló correctamente uno de los evaluadores de este artículo, este ejemplo ilustra muy cla (...)
55Lo que postula esta autora es que « el contexto musical de las dos tonadas, esto es la escala musical, la
armonía y el carácter de la melodía, vendría a ser el mismo. Las dos tonadas podrían inspirarse en el
mismo modelo “compositivo”, es decir, como ya se ha dicho, en el mismo tono » (Palmiero 2011, p. 18).
Ese tono y el gesto ritual, el del llanto, sin hacer ninguna mención explícita al Inka o a su muerte,
construyen la referencia que da significación a la canción 77. Ya nos referimos más arriba a una
construcción narrativa semejante en uno de los queros analizados aquí (véase el análisis de la Figura 1),
que permitía que determinadas convenciones visuales hicieran reconocible un tema o significante, como el
del « encuentro » o « desencuentro », más allá del contexto específico en el que apareciera esa
construcción significante.

3. CRÓNICA
Cuando se habla de crónica, se refiere usualmente a un género narrativo doble, en parte literario y en
parte periodístico, puesto que no posee las libertades de imaginación de la ficción literaria, pero emplea
abundantemente sus recursos formales para abordar sucesos y personajes reales, verídicos y
comprobables. Gabriel García Márquez, célebre periodista y escritor colombiano, definía la crónica como
“un cuento que es verdad”.
Los orígenes de la palabra crónica se remontan al griego kroniká, vocablo proveniente de kronos (tiempo),
ya que alude a una narración ordenada según su línea temporal. Por eso las primeras crónicas que se
conoce eran, justamente, relaciones de hechos ordenados según el momento histórico, semejantes a
diarios íntimos o a reportajes. La crónica se hizo popular en el ámbito periodístico a partir del llamado
Nuevo periodismo estadounidense, que consistió en una generación de reporteros y escritores de
vanguardia, dados al uso de este género para refrescar el rostro del periodismo. Con ello pudieron invertir
la tradicional pirámide informativa del paradigma de Harold Lasswell, que establecía la obligación de
toda noticia de contener de entrada toda la información pertinente, y después el contenido adicional.
La crónica, en cambio, propone el camino inverso, como hacen los relatos literarios.

3.1 Tipos de crónica


La clasificación del género de la crónica es siempre debatible. Pero suelen clasificarse de acuerdo a su
enfoque o temática, y al grado de fidelidad con la verdad histórica que demuestren.
1. Crónica periodística
 Crónica deportiva
 Crónica negra o de sucesos
 Crónica política
 Crónica de sociedad
 Crónica de viaje
2. Crónica literaria
3. Crónica histórica 6
De acuerdo a su enfoque periodístico, las crónicas periodísticas también se pueden clasificar en
informativas o blancas (mayor grado de objetividad, más semejante a la noticia) e interpretativas u
opinativas (investigan, interpretan y explican el porqué de lo narrado).

4. LA CRÓNICA COLONIAL

4.1. Un poco de historia


En principio, existe acuerdo en que la crónica puede ser caracterizada, en buena medida, como una
narración que fija y preserva en papel los hechos históricos que la memoria humana no podría guardar. Su
objetivo es permitir, mediante su lectura, que quienes no han atestiguado lo que en ella se describe —
sean éstos coetáneos o generaciones futuras— logren enterarse de los sucesos acaecidos en el pasado. Ya
a partir del siglo XVI, en la corte española se designaba específicamente a un funcionario para escribir la
historia de la monarquía: se trataba del cronista o “coronista” real. Desde luego, realizaba su labor por
encargo, y su mandato era conservar y enaltecer la memoria de los hechos de los españoles y de la
grandeza de la Corona, para lo que se ponía a su disposición toda la documentación administrativa y
oficial que resguardaban los profusos archivos reales. En este marco, el contacto con el denominado
“Nuevo Mundo” dio lugar al surgimiento y proliferación de multitud de historiadores y cronistas aficionados
(soldados, religiosos, funcionarios de diverso rango), cuyo contacto con las realidades americanas los
impulsó a tomar la pluma por razones variadas. Algunos escribieron por mandato superior, a fin de
informar sobre cuestiones que importaban a la administración y gobierno de los nuevos dominios; sin
embargo, en la mayoría de los casos —en especial durante los primeros tiempos— no estaba ausente la
fascinación ante lo inédito, ni la necesidad de dejar testimonio de las maravillas y peculiaridades de las
tierras recién encontradas.
De manera concomitante, la confección de relaciones y crónicas devino una forma de obtener
recompensas o beneficios del favor real. De este modo, tanto particulares como miembros de
corporaciones (v. gr. la iglesia) elaboraron sus historias (manuscritas o impresas) y buscaron hacerlas
llegar al monarca como medio para destacar sus méritos personales. Aunque en este trance corrieron con
fortuna desigual, buena parte de la masa documental que produjeron y que llegó a la metrópoli fue
utilizada libremente por los cronistas reales. Cabe señalar que en aquel tiempo no existía el concepto de
“propiedad intelectual”, de modo que los cronistas del rey no estaban obligados a dar cuenta de sus
fuentes. Sin embargo, gracias a la glosa de numerosos textos y voces (y en particular de aquellos
testimonios orales que nunca alcanzaron la letra impresa), las noticias en ellos contenidas llegaron a
formar parte de la versión oficial de la historia de América.
Manuscritas o impresas, integradas a la crónica real o ignoradas, de mano laica o clerical, estas historias
fueron escritas a lo largo de casi trescientos años, y abarcan un amplísimo espectro espacio-temporal y
una cantidad incuantificable de materias históricas, por lo que son fuentes primordiales para el
conocimiento del mundo americano bajo la dominación de la corona de Castilla. En este marco, es preciso
recordar que, en el siglo XVI —como lo había sido en los anteriores y como sería aún en los dos
subsecuentes—, en el mundo hispánico el sentido de la historia tuvo una clara marca providencial. Esta
inflexión arraigada en el pensamiento agustiniano proponía que el sentido de la historia era la revelación
de Dios y la unión con él; así, el devenir de la humanidad consistiría en la historia de la aceptación o el
rechazo, es decir, la de la salvación o la perdición, o la lucha entre el bien y el mal.
De ahí que las historias fuesen relatos morales y pedagógicos, pues la historia debía instruir y edificar,
incitar al bien, además de hacer perdurar la memoria para ejemplo de todas las generaciones, presentes y
venideras. Desde este punto de vista, las obras sólo podían caber en dos categorías: fútiles o útiles. En la
primera figuraban todas aquellas que eran un mero producto de la imaginación y que, en cuanto eran
consideradas fantasiosas, podían caer fácilmente en el error e inducir a él a sus lectores, al ofrecerles
ejemplares que se apartasen o contradijesen a los de la ortodoxia católica. En la segunda, en cambio, se
encontraban las obras que contribuían a afianzar la fe, a presentar modelos de vida cristiana en todas las
esferas sociales y a mostrar las verdades esenciales. Porque la verdad no era necesariamente la
adecuación racional de un predicado a los hechos objetivamente apreciados (tal como hoy lo suponemos),
sino la aproximación del hombre a la virtud, que es lo que conducía a Dios. En la medida en que Dios y su
voluntad eran causa de los sucesos, era lógico que estos relatos históricos pudiesen incluir —y de hecho se
esperaba que lo hicieran— acontecimientos prodigiosos, que no eran sino manifestaciones de lo divino en
la existencia humana. Muchos de ellos se relacionaban con los orígenes de los pueblos y su desarrollo, y
recogían las vidas y hazañas de reyes y jefes militares o líderes, cuyas acciones se proyectaban como
paradigmas en el gobierno, la guerra o la vida ordinaria.
De allí que en este dossier que aquí presentamos consideremos, en primer lugar, que en el análisis de las
crónicas resulta indispensable restituir el contexto de producción (su dimensión histórica), examinar en 7
detalle las “creencias” de ca -da escrito (la articulación cultural y material) y apreciar en él el despliegue
de un modelo “virtual” (mediante los usos retóricos y formales). La utilización de esta herramienta
metodológica revela la complejidad y riqueza de dichos materiales, los cruces entre la tradición, la
experiencia personal y los nuevos modos del decir, lo que también permite restablecer el vínculo entre
historia y poética, característico de aquellos escritos. Desde luego, existe en ellas un límite impreciso entre
la ficción literaria y la historia, al que aludiremos a continuación.

4.2. ¿Historia o literatura?


Desde hace ya más de dos décadas, los estudios coloniales latinoamericanos han vuelto a preguntarse
acerca del estatuto histórico o literario de las crónicas de indias, retomando una tradición que se remonta
a los grandes críticos literarios e historiadores que repensaron el corpus de indias en la primera parte del
siglo xx: Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, Ramón iglesia, Mariano Picón-Salas, Mario Alberto Salas,
Enrique Anderson Imbert, Juan José Arrom, Edmundo O’Gorman, entre muchos otros… Esta inquietud se
reavivó también como modo de respuesta al papel periférico que se asignaba a la literatura del continente
en el marco de la literatura hispanoamericana. No olvidemos el hecho de que, en buena medida, este
corpus de indias ha sido pensado en términos de “génesis” de la discursividad latinoamericana
contemporánea, tanto por parte de escritores (Carpentier y Fuentes entre los más destacados) como por la
crítica (tempranamente por Alfonso Reyes; desde los años ochenta en adelante por Enrique Pupo Walker y
Roberto González Echevarría entre los más destacados).
En definitiva, se trataba de buscar un “origen” de la literatura y cultura latinoamericana, no afincado en
las textualidades del siglo XIX o en un momento tar-docolonial, sino en aquellos textos “fundantes” en los
que todo parecía posible: las crónicas de conquistadores y soldados, los conmovedores cantares de los
guerreros mexicas derrotados. Claro que, como mencionamos más arriba, no se llega a afirmar que estas
crónicas sean, en efecto, ficciones, o que entren de lleno en la categoría de “lo literario”. Antes bien, se
pretende reconocer en ellas procedimientos de “ficcionalización”, o herramientas de construcción del
relato vinculadas a la novela. También se les pone a dialogar con la picaresca, la novela pastoril o
sentimental, la épica, los libros de caballerías: tipos textuales con los que estas crónicas conviven porque
les son contemporáneos. En suma, el objetivo es identificar filiaciones literarias o mecanismos propios de
la literatura para delimitar un corpus fundante, que vuelva la mirada sobre la producción del continente,
sin colocarla en situación de inferioridad respecto a la literatura española o europea en general.
En el otro polo se encuentra una perspectiva que subraya lo anacrónico y problemático de una búsqueda
de elementos novelescos o ficcionales en textos coloniales, cuyo objetivo y forma no fueron literarios, y
que simplemente pasaban a ser “documentos fundacionales de la literatura hispanoamericana debido a la
necesidad, para cubrir un largo e incómodo vacío literario de la colonia”. Esta perspectiva propone pensar
las crónicas de indias atendiendo en especial a las pautas de una retórica que marcaba con énfasis las
características y los límites del discurso histórico. En este desplazamiento, es preciso restituir el contexto
de producción y “tomar en cuenta qué ‘cree’ cada texto que es, cómo se despliega en relación con un
modelo virtual”. A partir de allí se conforma la complejidad (y la riqueza) de estas crónicas, en el cruce
entre tradición, experiencia y nuevos modos del decir. Se trata de atender a la dimensión histórica de
estos textos, a su articulación material y cultural, sin descuidar los aspectos retóricos y formales.
De este modo, se repone el vínculo entre historiografía y poética que signaba los textos de la época,
capitalizando, en la lectura, el límite impreciso entre literatura e historia —lo que no quiere decir que sea
posible concebir estas crónicas como ficciones o novelas—. De allí que sea posible caracterizar estos
textos en relación con sus filiaciones retóricas, entendiendo el término en su doble acepción: como
andamiaje y herramienta de construcción de un discurso de acuerdo con modelos determinados, por un
lado, y como perspectiva que entiende la dis-cursividad en su modulación persuasiva, por otro. Se
comprende, además, la importancia de los paratextos: constituyen el espacio textual donde se juega el
establecimiento de una relación, de ciertos modos de comunicación, de un diálogo que suele implicar
algún grado de desigualdad o subalternidad.
En este marco, reingresa la pregunta por la especificidad del discurso histórico ya que, como bien apunta
Hayden White al historiar su propia práctica, la narración no es una forma obligada del discurso histórico
(otras posibles son la meditación, el epítome, los anales). White despliega entonces otra inflexión que
queremos incorporar aquí: se trata de la idea de lo real que la narración pone en escena, del tipo de
ordenamiento de los acontecimientos que la trama del relato provee, de las explicaciones y las
causalidades. Desde esta perspectiva, un texto histórico es tal, también, en virtud de un deseo de lo
real que estaría conjurando cierta angustia de finitud, fugacidad, muerte a las cuales el orden del relato
(no del discurso) pondría límite. En esta función de la narratividad como sutura y sentido, como reparación
del trauma, se juegan las transformaciones de algunas de nuestras textualidades: desde las probanzas,
relaciones geográficas y anales hasta la escritura, reescritura, ampliación, concatenación y sentido que
provee el relato histórico en la Historia verdadera de la conquista de la nueva España de Ber-nal Díaz del 8
Castillo, la Brevíssima relación de la destruyción de las Indias de fray Bartolomé de las Casas, la obra de
fray Ramón Pané, así como también los textos de Ávila y las denominadas “crónicas mestizas” como la de
Santa Cruz Pachacuti Yamqui.
En estas crónicas, la narración histórica sería un modo de aprehender el mundo —la propia experiencia, el
pasado, lo singular y lo colectivo—, así como también un modelo para alcanzar cierto espacio en la historia
como institución, atendiendo también a intereses específicos. Estas dimensiones coexisten, en tensión, en
la escritura como actividad, responsabilidad, reclamo, promesa y legado. Si para la Brevíssima relación y
la Historia verdadera es posible afirmar que, al menos en principio, la fuerte presencia del yo estaría
asociada a la construcción de nuevos modos de la narración histórica antes que a una voluntad
historiográ-fica, no es posible olvidar que estas textualidades se vinculan adrede con ciertas formaciones
discursivas, donde disputan un espacio de enunciación y legitimidad, como muy bien muestran las
crónicas mestizas.
Asimismo y con distinto énfasis entre sí, estas crónicas presentan la dimensión de la escritura de la
historia como reparación, como sutura del trauma, y también como espacio textual único para la
supervivencia de memorias en constante proceso de desaparición. Esto les confiere cierto ubicuo tono de
nostalgia o lamento, en especial en el tratamiento de lo perdido: memorias, pinturas, saberes y también,
claro, en cuanto a la pérdida literal de grandes personajes y la destrucción de espacios (palacios, puentes,
mercados, ciudades enteras) otrora magníficos, vinculados siempre con la historia de un estrato
específico: el de la nobleza indígena. Se asiste aquí al funcionamiento de la narración en tanto
estructura que permite hacer inteligible la experiencia, comprender incluso lo inverosímil, colocándolo en
nuevas coordenadas tempo-espaciales occidentales, en nuevas causalidades, más allá de la honda herida
de la ruptura cultural y social consecuencia de la Conquista.
En todos los casos y en distinta medida, la narración histórica también se presenta como apuesta futura,
quizá como utopía: espacio de reunión textual de tradiciones encontradas; también de discusión del
legado autóctono y occidental, y de conformación de un locus de enunciación nuevo que permita
reconvertir el papel de estas comunidades subalternas en las complejas dimensiones sin crónicas y
diacrónicas de la sociedad colonial. Estas escrituras tensan el deseo de lo real hacia el deseo de la utopía,
configurando, en el complejo entrelugar de su narrador-cronista, el espacio de la supervivencia.

4.3. Cronistas de la colonia


Durante casi cuatrocientos años las personas que escribieron acerca del "descubrimiento, conquista y
colonización" de esta isla lo hicieron considerando la historia de aquellos procesos como si fuera una
extensión de la historia española. En un principio esta fue una óptica razonable pues los primeros que
narraron "los hechos de los castellanos en las Indias" fueron cronistas españoles o italianos ligados a la
Corona española. Los nombres de estos narradores son bien conocidos hoy: Ramón Pané, a quien Cristóbal
Colón encargó de estudiar las creencias de los indios y escribir un reporte sobre ellas; Pedro Mártir de
Anglería, quien desde temprano en el siglo XVI se dedicó a recoger los testimonios de aquellos que
regresaban del Nuevo Mundo y terminó publicándolos luego en una obra titulada "Décadas del Nuevo
Mundo".
Bartolomé de las Casas, cuyo padre, Pedro de las Casas acompañó a Colón en su segundo viaje y
sobrevivió al hambre y las epidemias, pudiendo regresar a España en el 1500 para poder contarle a su hijo
sus memorias del gran choque de culturas que significó la invasión española de América.
Las Casas dejó numerosas obras, entre las cuales hay varias que narran detalladamente la primera fase de
la conquista y colonización de la Española. Dos de ellas son de lectura obligada para entender tanto la
sociedad taína como la incipiente sociedad colonial españolense. Son ellas la "Historia de las Indias" y la
"Apologética Historia de las Indias". Gonzalo Fernández de Oviedo, quien al igual que Las Casas, vivió
muchos años en América, y escribió muchos libros sobre la experiencia de la conquista y la colonización.
De entre sus muchas obras se destacan la "Historia General y Natural de las Indias" y el "Sumario" de esa
misma obra publicado antes que la obra general. Oviedo fue un historiador detallista y naturalista, recogió
testimonios de los mismos protagonistas de la conquista y los añadió a sus propias memorias. Su obra se
lee hoy como si hubiese sido escrita ayer. Junto con Las Casas, Oviedo da comienzo a la moderna
historiografía americanista.
La conquista de los territorios y reinos aborígenes continentales atrajo también la atención de otros
narradores que dejaron crónicas monumentales, como la "Verdadera historia de la conquista de la Nueva
España", escrita por Bernal Díaz del Castillo, o la obra de Pedro Cieza de León que narra la conquista y
colonización del Perú y los reinos andinos.
La ocupación de otros territorios como las modernas regiones de Centroamérica, Colombia, Venezuela, las
Guayanas, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, fueron también objeto de importantes narraciones que
forman todas, junto con las relativas a la isla de Santo Domingo y las Antillas, un enorme cuerpo
historiográfico. De algunas de esas obras se nutrieron los primeros historiadores oficiales de la Indias como 9
fueron Antonio de Herrera y Tordesillas, quien escribió, en la segunda mitad del siglo XVI, la primera
historia general del Nuevo Mundo sin haber vivido en América, y Juan Bautista Muñoz, quien intentó hacer
lo mismo desde una perspectiva temporal más lejana, pues redactó su "Historia del Nuevo Mundo" a
finales del siglo XVIII.
La obra de Herrera fue conocida por el primer "historiador" dominicano, Luis Joseph Peguero, un hatero de
Baní, que obtuvo una copia de la edición de la obra de Herrera publicada en el siglo XVI, y a partir de ahí
se inspiró en escribir una "Historia de la conquista, de la Isla Española de Santo Domingo trasumptada el
año de 1762: traducida de la Historia general de las Indias escrita por Antonio de Herrera cronista mayor
de Su Magestad, y de las Indias, y de Castilla, y de otros autores que han escrito sobre el particular".
Por haber quedado inédita hasta 1975, la obra de Peguero no fue conocida por el segundo "historiador"
dominicano, Antonio Sánchez Valverde (quien dicho sea de paso fue el primero en dejar consignado por
escrito el término "dominicano" para los habitantes de la parte oriental de la isla en el siglo XVIII).
La obra más conocida de Sánchez Valverde no es, propiamente hablando, una obra de historia, sino más
bien un memorial cuyo título explica su propósito: "Idea del Valor de la Isla Española y utilidad que de ella
puede sacar Su Monarquía". Publicada por primera vez en Madrid, en 1785, se convirtió rápidamente en la
referencia obligada de viajeros, comerciantes y políticos europeos o norteamericanos interesados en
conocer acerca del potencial económico de esta isla, así como de su historia. La primera parte de esta
obra de Sánchez Valverde es, justamente, una breve historia de colonial de Santo Domingo, y en la
segunda parte el autor hace continuas referencias a ciertos hechos históricos como causas de la situación
de la colonia en los años en que redactaba su obra.
La colonia francesa también tuvo sus "historiadores" tempranos. El primero, que deberíamos llamar
"protohistoriador" fue el aventurero holandés Alexander Oliver Exquemelin, cuya obra sobre los bucaneros
de América sigue siendo hoy una de las fuentes más consultadas acerca de los comienzos de la colonia
francesa de Saint-Domingue, que luego se convertiría en la República de Haití.
Exquemelin escribió sus memorias de sus aventuras en la isla de la Tortuga y en la "tierra grande" de la
Española como médico de los bucaneros y como bucanero él mismo, todo ello a mediados del siglo XVII.
Hubo otras crónicas de piratas, todas secundarias a las obras de los grandes cronistas franceses que se
fascinaron tanto con la geografía y ecología de las Antillas y, particularmente con la isla de Santo
Domingo. De éstas vale la pena mencionar las siguientes: César Rochefort, "Historia natural y moral de las
Antillas de la América", publicada por primera vez en 1658 y en segunda edición en 1690. Esta obra tiene
la novedad y utilidad de que contiene un diccionario de palabras caribes, muy útil todavía para los que
deseen conocer aún más las variaciones linguísticas que se dieron entre los distintos grupos arauacos de
poblaron las Antillas antes de la llegada de los Europeos. Jean Baptiste Labat, cuya obra "Nuevo viaje a las
islas de América conteniendo la historia natural de esos países, el origen, la moral, la religión y el gobierno
de sus antiguos habitantes", fue una de las más leídas en Europa y las mismas Antillas luego de su
publicación en 1722, lo que hizo necesario realizar una segunda edición en 1728, a pesar de que esta obra
no es nada pequeña pues tuvo que ser editada primero en seis volúmenes y, luego, en ocho. Jean Baptiste
Du Tertre, por su parte, se hizo célebre por sus obras "Historia general de las islas de San Cristóbal,
Guadalupe y Martinica y otras de la América", publicada en París en 1654, y por su "Historia natural y
mofral de las Antillas de la Amperica, con un vocabulario caribe" publicada en 1658.
A estos escritores sucedió otro de singular importancia para los dominicanos, pues dejó una "Historia de la
isla Española o de Santo Domingo escrita particularmente sobre las memorias del padre Jean Baptiste Le
Pers, jesuita misionero en Santo Domingo". Se trata del también padre jesuita Pierre Francois Xavier de
Charlevoix, cuya obra salió primero en tres pequeños tomos entre 1730 y 1731, y en una segunda edición
en dos grandes volúmenes en 1733, de la cual la Sociedad Dominicana de Bibliófilos ordenó una
traducción al español que fue publicada por esta misma institución en 1977. Otro cronista mayor de la
época colonial que dejó varias obras, muy importantes todas, fue Médéric-Louis-Elie Moraeau de Saint-
Méry, nacido en Martinica. Viajero y estudioso incansable, Saint-Méry escribió dos grandes libros dedicados
cada uno a las partes francesa y española de la isla. El de la parte española fue publicado primero en
francés, en Filadelfia, en 1796 con el título "Description topographique et politique de la partie espagnole
de l'isle Saint Domingue avec des observations générales sur le climat, la population, les productions, le
caractère & les moeurs des habitans de cette colonie & un tableau raisonné des différentes parties de son
administration. Accompagnée d'une nouvelle carte de la totalité de l'isle", pero luego fue publicado en
inglés en la misma ciudad en 1798. La primera edición dominicana es de 1944, y la segunda, revisada
también fue realizada por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos en 1976. El de la parte francesa merece
ser traducido al español por su extraordinaria importancia para comprender la historia colonial dominicana
en el siglo XVIII. Su título en francés es: "Description topographique, physique, civile, politique et
historique de la partie française de l'isle Saint Domingue".
A partir de 1531, en el actual territorio de Perú y Bolivia, empezó la invasión hispana, seguida por la
cruenta conquista, colonización y sometimiento de los pueblos indígenas. Los españoles planificaron la 10
invasión, empleando informes de inteligencia proporcionados por los propios indígenas, entre ellos Felipillo
y Martinillo. El primero nació en Tumbes, fue capturado por el piloto Bartolomé Ruiz (1526). Pizarro lo llevó
a Panamá y España. A su retorno, junto a otro indio joven Martinillo, sirvió como informante de sus
huestes. Ambos enseñaron quechua a Hernando de Aldana, “el primer quechuista” español. Felipillo
residió en Quito, donde conoció a la madre de Atahuallpa y cortejó a la Ñusta Inti Palla (al parecer
‘hermana y concubina’ del Inca), a quien Pizarro llamó ‘Angelina’ y la hizo su mujer, con la que tuvo dos
hijos. La invasión y conquista estuvo vanguardizada por militares: ilustrados (Ñuflo de Chávez y Andrés
Manso), iletrados (Gonzalo Pizarro El Alzado, por ejemplo) incluso de bastarda cuna (Diego de Almagro).
Todos eran aguerridos, valientes y temerarios. Se dice que el primer grupo conquistador del Perú no
incluía nobles ni procedía directamente de España, sino de las Antillas. Sabemos, además, que el soldado
no era vecino ni estante en una ciudad, en consecuencia, su estatus era semejante al del vagabundo. La
historia de esta época fue documentada por los cronistas.
Los primeros, como Francisco de Jerez y Pedro Pizarro, observaron la prisión y ejecución de Atahuallpa.
Otros registraron, paso a paso, el proceso de colonización del Perú: “Pedro Cieza de León, fue un cronista
soldado; Blas Valera, hijo de un soldado español de la Conquista y debe haber sido uno de los historiadores
mejor informados de la civilización inca; Polo de Ondegardo, jurista y estadista fue Corregidor de Charcas”.
Juan Polo de Ondegardo Zárate, llegó al Perú con el virrey Blasco Núñez de Vela (1543), pero pronto
cambió de bando. Se afirma que “un día estaba con los rebeldes, otro con la Audiencia”. Francisco de
Carvajal lo apresó en Cusco (1546), pero logró fugar al ser conducido a Lima. Estuvo al servicio de Pedro
de La Gasca en la batalla de Sajsawamán (1548), de donde pasó a La Plata para apaciguar a los rebeldes,
organizando expediciones hacia Tucumán y La Plata. Combatió contra el rebelde Francisco Hernández
Girón en Chuquinga y Pucará (1554). Nombrado Corregidor del Cusco (1558-1561), descubrió cinco
momias de los incas y estudió las creencias y costumbres indígenas. Asesoró al virrey Conde de Nieva en
el reparto de encomiendas. El marqués de Cañete lo envió al Cusco para continuar sus investigaciones
históricas, políticas y geográficas. Fue consejero del Virrey Francisco de Toledo, para quien redactó las
ordenanzas para la explotación de las minas de Potosí, y obtuvo una encomienda en Cochabamba. Los
originales de sus crónicas y descripciones de la moral, religión y costumbres de los incas se encuentran en
los archivos de Simancas y el Escorial. Junto con el jurisconsulto Juan de Matienzo, uno de sus fundadores
de la Audiencia de Charcas, escribió por encargo de Toledo, la Memoria acerca del asiento de los
Charcas en 1559. Acompañó a Toledo en su visita al país, muriendo en el transcurso de la misma.
A Pedro de Cieza de León le cabe el mérito de haber legado para la posteridad dos hechos: a) las
vicisitudes de la cruenta conquista, y, b) los adelantos alcanzados por la alta cultura inca. Fue un testigo
de lo que narra. Aún adolescente pasó a las Indias con el objetivo de labrar fortuna, participó de las
huestes de los capitanes Alonso de Cáceres y Jorge Robledo en la América meridional. Llegó al Perú en
1547 con Sebastián de Benálcazar. Se unió a las tropas de Pedro de la Gasca. En noviembre de 1548 llegó
a La Paz y fue recibido por el Capitán Alonso de Mendoza, “quien le obsequió un excelente guisado con
carne de guanacu”. La Gasca le nombró Cronista de las Indias, facilitándole papeles y documentos
reservados que tenía en su poder. Cieza los tuvo a la vista cuando escribió sus Crónicas del Perú, así como
todos los documentos anteriores a la Conquista que pudo reunir, y todos los papeles oficiales de la
Colonia. A diferencia de otros historiadores de la Colonia, viajó por el Perú con el objeto de observar los
monumentos e interrogar a los indios viejos acerca de las antiguas costumbres de los Incas, levantando las
célebres Informaciones de los Quipucamayos. Excelente observador, reconstruyó los adelantos de la era
incaica, describió los hechos de la conquista y las guerras civiles. Ocupa uno de los primeros lugares entre
los cronistas de Indias, por lo concienzudo y amplio de su vasta obra que fue utilizada como fuente de
primera mano por el cronista mayor de Indias, Antonio de Herrera y Tordesillas, y también por el Inca
Garcilazo de la Vega. Retornó a España en 1550. Presentó al príncipe Felipe, en Toledo, la primera parte
de su Crónica del Perú, la única que en vida pudo ver impresa.
Las Leyes Nuevas y el gobierno del virrey Blasco Núñez Vela, provocó levantamiento de los
encomenderos, que aplastó Pedro de la Gasca, con un ejército de 700 arcabuceros, 500 piqueros y 400
jinetes, al mando del capitán general Pedro de Hinojosa. En Jaquijahuana capturó a Gonzalo Pizarro y sus
capitanes (9 de abril de 1548); juzgados en proceso sumario, decretó pena de muerte contra 48 de los
sediciosos. Durante el Reparto de Guaynarima (16 de agosto de
1548), La Gasca distribuyó más de un millón de pesos en
encomiendas entre sus soldados. Hizo un ordenamiento general del
Virreinato. Pasó a la historia con el apelativo de “Pacificador”. Tenía
la costumbre de documentar sus actos, haciendo escribir o
escribiendo todas las noches, un diario de lo ocurrido en el día. Hizo
levantar las Informaciones de los Quipucamayos, con los que
escribió la Descripción del Perú, con noticias sobre el medio natural y la población nativa del Perú entre
1551-1553. Culminó su carrera como Obispo de Palencia y luego de Sigüenza. 11

2. LENGUA Y HABLA

1. Habilidades y destrezas lingüísticas: hablar, escuchar, leer y escribir


Estimado/a estudiante, hemos vivido tiempos muy difíciles, como consecuencia de la Pandemia COVID- 19,
que reconfiguró nuestro estilo de vida, nos enseñó a valorar muchas cosas, incluso aquellas que no tenían
mucha importancia para nosotros. Seguramente, hay mucho que decir. Por ello, después de una
recopilación de acontecimientos vividos, recordando situaciones y hechos, sobre todo valorando la
información que obtuviste, responde a las siguientes preguntas.

ACTIVIDAD 1
En tu archivador:
1. ¿Qué es el COVID- 19?
2. ¿Quiénes son las personas más vulnerables frente a este virus?
3. ¿Cómo podemos evitar el contagiarnos?
4. ¿Cuáles fueron las consecuencias para nuestras familias?
5. ¿Qué fue lo más difícil de afrontar?

2. HABILIDADES LINGÜÍSTICAS
LEER HABLAR
El reconocimiento de los signos lingüísticos Es la concreción de la lengua que consiste en la
constituye una habilidad porque requiere que pronunciación clara de cada uno de los fonemas en la
se la haga de acuerdo con las reglas cadena discursiva para facilitar la comunicación.
fonéticas, locutivos y expresivas de acuerdo a
la lengua.
ESCUCHAR ESCRIBIR
La atención para captar los sonidos La codificación de estructuras discursivas
articulados por el órgano de fonación humana estableciendo coherencia, cohesión para la unidad del
permite captar la integridad del mensaje sin texto.
ruidos e interferencia comunicacional. Tanto la lectura como la escritura con procesos
paralelos.

ACTIVIDAD 2 Reflexionemos…
 ¿Por qué crees que saber escuchar, hablar, leer y escribir son pilares fundamentales de la
comunicación?
 ¿Consideras que los emoticones cumplen la función integral de comunicación?

ACTIVIDAD 3:
1. Elabora tu material de apoyo (infografías, mapas mentales o conceptuales, esquemas, entre
otros) tomando como referencia el documento de apoyo: Habilidades y destrezas lingüísticas:
hablar, escuchar, leer y escribir
¿SABÍAS 12
El acto previo a la concreción del habla se denomina enunciación y la concreción se llama enunciado.
QUÉ?... Las comunidades lingüísticas elegimos la lengua en la que nos comunicaremos, así el nuestro es el
castellano. Pero a partir de la promulgación de la Constitución Política del Estado Plurinacional de
Bolivia, Artículo 5, afirma: Son idiomas oficiales del Estado el castellano y todos los idiomas de las
naciones y pueblos indígena originario campesinos, que son el aymara, araona, baure, bésiro,
canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guaraní, guarasu’we, guarayu, itonama,
leco, machajuyai-kallawaya, machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén,
movima, pacawara, puquina, quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona, uru-chipaya, weenhayek,
yaminawa, yuki, yuracaré y zamuco.

3. Competencia comunicativa
La competencia comunicativa es la capacidad de una persona para comportarse de manera eficaz y
adecuada en una determinada comunidad de habla; ello implica respetar un conjunto de reglas que
incluye tanto las de la gramática y los otros niveles de la descripción lingüística (léxico, fonética,
semántica) como las reglas de uso de la lengua, relacionadas con el contexto socio-histórico y cultural en
el que tiene lugar la comunicación.
En palabras de D. Hymes, la competencia comunicativa se relaciona con saber «cuándo hablar, cuándo no,
y de qué hablar, con quién, cuándo, dónde, en qué forma»; es decir, se trata de la capacidad de formar
enunciados que no solo sean gramaticalmente correctos sino también socialmente apropiados. Es este
autor quien formula la primera definición del concepto, en los años 70 del siglo XX, en sus estudios de
sociolingüística y de etnografía de la comunicación en EE.UU. En un conocido artículo (Hymes, 1971)
cuestiona el concepto de competencia lingüística desarrollado por la gramática generativa, por cuanto en
él se hace abstracción de los rasgos socioculturales de la situación de uso. Con el propósito de desarrollar
una teoría adecuada del uso de la lengua, y de integrar la teoría lingüística y una teoría de la
comunicación y la cultura, propone cuatro criterios para describir las formas de comunicación, cuya
aplicación a una determinada expresión ha de permitir establecer si esta:
 es formalmente posible (y en qué medida lo es); es decir, si se ha emitido siguiendo unas
determinadas reglas, relacionadas tanto con la gramática de la lengua como con la cultura de la
comunidad de habla;
 es factible (y en qué medida lo es) en virtud de los medios de actuación disponibles; es decir, si las
condiciones normales de una persona (en cuanto a memoria, percepción, etc.) permiten emitirla,
recibirla y procesarla satisfactoriamente;
 es apropiada (y en qué medida lo es) en relación con la situación en la que se utiliza; es decir, si se
adecua a las variables que pueden darse en las distintas situaciones de comunicación;
 se da en la realidad (y en qué medida se da); es decir, si una expresión que resulta posible
formalmente, factible y apropiada, es efectivamente usada por los miembros de la comunidad de
habla; en efecto, según Hymes, «puede que algo resulte posible, factible, apropiado y que no llegue
a ocurrir».
De ese modo, la competencia gramatical (primero de los cuatro criterios) queda integrada en una
competencia más amplia.
En la didáctica de segundas lenguas, S. Savignon (1972) utilizó la expresión competencia comunicativa
para referirse a la capacidad de los aprendientes de lengua para comunicarse con otros compañeros de
clase; distinguía así esta capacidad, que les permite un uso significativo de la lengua, de aquella otra que
les permite -por ejemplo- repetir los diálogos de las lecciones o responder correctamente a una prueba de
opciones múltiples.
Posteriormente, otros autores dedicados al estudio de la metodología y la didáctica de segundas lenguas
han profundizado en el concepto. M. Canale (1983) describe la competencia comunicativa como un
conjunto de cuatro competencias interrelacionadas:
 La competencia lingüística
 La competencia sociolingüística
 La competencia discursiva
 La competencia estratégica
A estas cuatro competencias, J. Van Ek (1986) añade la competencia sociocultural y la competencia social.
El Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas habla de competencias comunicativas de la
lengua, que incluyen competencias lingüísticas, sociolingüísticas y pragmáticas, y que -a su vez- se
integran en las competencias generales del individuo, que son las siguientes: el saber (conocimiento
general del mundo, conocimiento sociocultural, consciencia intercultural); el saber hacer (las destrezas y
las habilidades); el saber ser (la competencia existencial: relativa a las actitudes, las motivaciones, los
valores, las creencias...); y el saber aprender.
El modelo de L. Bachman (1990) es, hasta el momento, el último que ha sido propuesto en el campo de la
enseñanza de segundas lenguas. Toma muchos de los conceptos de los modelos anteriores, pero presenta 13
de manera diferente los componentes de la competencia comunicativa, que se organizan en una
estructura jerárquica de distintos rangos. La diferencia más notable de este modelo frente a los otros es
que no considera la competencia estratégica como un componente propio de la competencia
comunicativa, sino como una capacidad más general de las personas para desarrollar determinados
comportamientos; en el caso del comportamiento lingüístico, la competencia estratégica actúa, según
Bachman, al mismo nivel que los mecanismos psicofisiológicos; tales mecanismos, junto a la competencia
estratégica, confluyen con el conocimiento del mundo y la competencia comunicativa (llamada en su
modelo competencia lingüística) para producir interacción y comunicación.

LENGUAJE LENGUA DIALECTO HABLA


Es una capacidad humana, Sistema lingüístico con unas Sistema lingüístico No es un sistema
nuestro cuerpo está características propias derivado de una lengua lingüístico. No
diseñado para poder fuertemente diferenciadas. sin diferencias muy está normalizado
comunicarse a través del Está normalizado con un marcadas con respecto a
lenguaje código de signos la lengua de origen. Está
determinado. normalizado.
Es universal Posee tradición literaria Posee tradición literaria No posee
tradición literaria
Es un concepto abstracto Tiene un número importante Tiene un número de Se materializa en
de hablantes. hablantes más limitado un acto concreto
por parte de cada
individuo
No tiene por qué basarse Posee una distribución Su comunidad de No puede tener
en un sistema de carácter geográfica considerable y no hablantes está localizada una distribución
lingüístico. En el ser está delimitada por razones en una zona geográfica geográfica
humano está localizado en geográficas. Es sinónimo de muy delimitada. definida.
un área específica del idioma
cerebro
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3. EL TEATRO: FORMAS DE REPRESENTACIÓN

Lectura de una pieza teatral boliviana: Huari, enamorado (Pieza teatral dividida en cinco cuadros) de
Javier W. Tarqui Maldonado. PERSONAJES: Inti, Huari, Ñusta, Sapo, Serpiente, Hormigas, Poeta.

HUARI ENAMORADO
POETA: La noche orureña se envuelve en leyendas y las montañas rompen su pétreo silencio cuando
lanza el viento huracanado ecos, ¡carcajadas de estaño del infame Huari!
CUADRO 1
POETA: ¡Maldita sea la hora en que codiciaste la sonrosada claridad de Inti Wara! ¡Huari, nunca debiste
salir de tu oscuro territorio ni pensar que tu fuerza de semidiós iba a poder opacar la luz de Inti! ¿Envidiar
la supremacía de tu Dios y pretender rivalizar con él? ¿Enamorarte de la primogénita Inti Wara? ¿?
Pretender tomarla por la fuerza con tus brazos cenizos de fuego de volcán?
Podías haber elegido mejor. Más te habría valido resignarte a reinar en paz las profundidades de las
montañas de los Urus, en lugar de sellar tu suerte con tan descomedida osadía. Tratar de cambiar de fe de
un pueblo y pervertirlo, en venganza por el sepulcro eterno al que condenó la luz divina de Inti, fue peor
decisión todavía.
HUARI: ¿Por qué llamas simple ambición a un atrevimiento que bien valía la pena? ¿Piensas que me
arrepiento? ¡Jamás! Lo volvería a hacer una y mil veces. De no ser por la debilidad de la gente del agua
que no respondió a mi designio, mi triunfo hubiera sido absoluto y la oscuridad hubiera atrapado para
siempre el brillo de Inti, y la Aurora iluminaría para siempre las profundidades ígneas de las montañas.
POETA: ¿Cómo fue que labraste tu triste sino, Huari? Es menester que lo recuerde el mundo para
preservar por todas las generaciones las fuentes de la verdad primigenia, y recordar las misteriosas
fuerzas míticas que consagraron su fe. Es necesario que tú también recuerdes, Huari, para que agaches la
cabeza arrepentido una y mil veces, y no repitas jamás los mismos errores.

ACTIVIDAD 1
Análisis analógico sobre la temática planteada y la realidad. Responde a las siguientes
preguntas
¿Por qué Huari desafía a Inti?
¿Qué relación o similitudes encuentras entre los personajes de Inti Wara y la Ñusta?
¿Cómo manifiesta su cólera Huari?
¿Por qué quedaron petrificados el sapo, la serpiente y las hormigas?
¿Conoces algún relato parecido al que leíste?

Recuerda que…
15

1. Cómo redactar el guion teatral:

- Selecciona muy bien el título, este debe llamar la atención del público.
- Enumera a los personajes por orden de importancia.
- Tu guion teatral puede tener, sino todas, una de las siguientes estructuras: acto (se dividen según la
estructura narrativa; planteamiento del problema y presentación de los personajes, nudo o desarrollo de
las situaciones conflictivas), cuadro (es la estructura más utilizada en la actualidad y se caracteriza por
ser una unidad independiente de las otras) y escena (esta acción se realiza con cada salida o entrada de
un personaje.)
- El diálogo es elemento imprescindible, los personajes adquieren autonomía y generan ideas que
cuentan una historia.
- La inclusión de acotaciones (expresiones e indicaciones complementarias) van entre paréntesis.
- Diferencia entre el tiempo de la historia (a qué momento histórico hace referencia) y el tiempo de la
fábula (un día, una semana, un año…)

2. TIPOS DE REPRESENTACIÓN TEATRAL

2.1 EL SOCIODRAMA
Un sociodrama es un psicodrama enfocado a cuestiones sociológicas. Para comprender el concepto, como
se puede advertir, primero hay que centrarse en la idea de psicodrama. Se llama psicodrama a una
técnica del psicoanálisis que se usa en terapias grupales. El procedimiento consiste en que los pacientes
representen episodios vinculados con sus traumas y sus conflictos. En el caso del sociodrama, esa
representación no se orienta tanto a aspectos psicológicos, sino a rasgos sociológicos. De esta manera
favorece el entendimiento de una problemática social y de cómo esta realidad influye en los individuos.
Antes de la representación, el terapeuta debe definir el tema del sociodrama. Lo habitual es elegir un
problema que, de una manera u otra, afecta a todos los integrantes del grupo. Luego es necesario poner
en común los conocimientos que tienen los participantes acerca de la problemática. En la siguiente etapa,
se organiza la representación y se reparten los roles. Finalmente los asistentes representan la situación de
acuerdo a cómo la han experimentado anteriormente, generando una escena teatral. El sociodrama se
completa con una discusión grupal sobre la problemática, analizando posibles causas y soluciones. Para el
psicoanálisis, el hecho de representar una escena de la vida real hace que el participante se ubique en un
contexto específico, experimentando las emociones y los sentimientos que le provoca. Así el sociodrama
contribuye a detectar e interpretar diferentes situaciones. El sociodrama, en definitiva, ayuda a la
exploración de hechos sociales. Al realizar un aporte a la comprensión entre los individuos y los grupos,
beneficia la toma de decisiones y contribuye a superar desafíos.

2.2 EL ENTREMÉS
El género teatral que se conoce con el nombre de entremés, nacido para ser un entretenimiento sin
mayores pretensiones, experimentó una notable ascensión en la gradación artística para convertirse, en
manos de Cervantes, en un modelo teatral con entidad propia en el ámbito literario.
El entremés constituye un singular género teatral, específico del arte dramático español, integrado por
breves piezas de carácter jocoso y burlesco que, a partir del siglo XVI, se intercalaban en los entreactos de
las composiciones teatrales mayores. La principal innovación estilística fue la renuncia al verso, que se
sustituyó por la prosa dialogada; el elemento cómico se introducía a modo de cuña en las tragedias con
lances de amor y de honor, temas negados por principio al entremés. 16
Las primeras obras de este tipo fueron las de Lope de Rueda, quien las denominaba pasos, y que gustaba
de tratar temas de intriga y sátira protagonizados por una peculiar gama de personajes entre los que era
frecuente distinguir estudiantes, gitanos y pícaros. A principios del XVII, Félix Lope de Vega sacó a la luz
varias comedias acompañadas de diversos entremeses anónimos, y hasta 1615, año en el que Miguel de
Cervantes firmó sus ocho célebres entremeses, ningún poeta se arriesgó a aparecer como creador de unas
piezas a las que nadie atribuía el suficiente prestigio, aun a pesar de su notable aceptación popular.
El repertorio cervantino confirió una poderosa vitalidad al modesto entremés, que alcanzó un rápido auge.
El género, consolidado y transformado, se enriqueció con la introducción de los bailes cantados, y se
suavizó con un progresivo refinamiento. Al cabo, desaparecerían las improvisaciones y colaboraciones de
actores de la obra principal, y el entremés contaría con sus propios actores, que empleaban ya los versos
endecasílabos y octosílabos. La evolución del entremés daría lugar a otro género característico, el sainete,
inspirado también en la tradición popular.

2.3 EL AUTOSACRAMENTAL
Se denomina auto sacramental a una obra de teatro de carácter religioso. Se trata de un drama litúrgico
que suele tener un acto y se basa en alegorías.
Desde el siglo XVI y hasta el siglo XVIII, era habitual que el auto sacramental se represente durante el
Corpus Christi. Sin embargo, en 1765 este género fue prohibido por impulso de los pensadores ilustrados.
Con el tiempo, diversos autores retomaron los autos sacramentales, como Rafael Alberti y Gonzalo
Torrente Ballester.
Los autos sacramentales se basan en dilemas morales o en representaciones de escenas de la Biblia. En
sus comienzos, las obras se presentaban directamente en las iglesias o en plazas, aunque luego pasaron a
los teatros.
Los autos sacramentales comienzan con una loa a modo de introducción y se cierran con música y baile y
un final apoteósico. De acuerdo a la temática, los autos sacramentales se dividen en bíblicos, teológicos,
marianos o hagiográficos, entre otros.
Puede afirmarse que el objetivo principal de un auto sacramental es contribuir a la difusión de la doctrina
católica. Estas obras recurren a personajes arquetípicos y permiten que el espectador saque sus propias
conclusiones de los acontecimientos representados.
El español Pedro Calderón de la Barca (1600–1681) es uno de los autores de autos sacramentales más
reconocidos. Entre sus propuestas de este tipo es posible mencionar “La cena del rey Baltasar” y “El gran
mercado del mundo”, por ejemplo.
17

4. LENGUAS DEL ESTADO PLURINACIONAL

1. LENGUA
Una lengua es un sistema de comunicación verbal y escrito, dotado de convenciones y reglas
gramaticales, empleado por las comunidades humanas con fines comunicativos. Usualmente, está basada
en símbolos sonoros, pero también puede estar constituida únicamente por signos gráficos. Como tal, la
palabra proviene del latín lingua. La lengua es el objeto de estudio de la ciencia lingüística, que es la
disciplina encargada de estudiar, analizar y teorizar el conjunto de reglas y principios que interactúan en el
funcionamiento de la lengua considerada como sistema, así como de los procesos comunicativos que
tienen lugar gracias a ella.
Dependiendo de su estructura, una lengua puede ser clasificada como flexiva, cuando altera las palabras
según la función que estas cumplan dentro de la oración (por ejemplo, el latín, el alemán), o inflexiva,
cuando las palabras no sufren en ningún caso alteración en su estructura morfológica (por ejemplo, el
inglés).
También podemos considerar las lenguas según la relación de filiación que tengan con otras en el proceso
de evolución de las lenguas. Existen lenguas que se han creado a partir de la mezcla de dos o más
lenguas, y que sirven para intercomunicar a dos o más comunidades de lenguas nativas distintas. Tal es el
caso de las lenguas francas o vehiculares. Finalmente, una lengua puede clasificarse según el uso y la
importancia que tiene entre una comunidad de hablantes. En este sentido, se considerará
una lengua como viva cuando es actualmente hablada por una comunidad de personas, mientras que se
la tendrá como lengua muerta cuando no sea hablada en ningún país, nación o comunidad humana.
Lengua, por otro lado, también puede referirse específicamente al órgano muscular situado en la boca,
cuyas funciones son la gustación, la deglución y la articulación y modulación de sonidos que sirven al
habla y la comunicación.

2. LENGUA MATERNA
Lengua materna es una expresión común que también suele presentarse como lengua popular, idioma
materno, lengua nativa o primera lengua. La lengua materna es, en definitiva, aquella que se conoce y se
comprende mejor, en cuanto a la valoración subjetiva que la persona realiza respecto a las lenguas que
domina. También se trata de aquella lengua que se adquiere de manera natural por medio de la
interacción con el entorno inmediato, sin intervenciones pedagógicas y sin una reflexión lingüística
desarrollada de forma consciente. Cabe resaltar que existen en el mundo zonas en las cuales un sujeto
puede llegar a tener más de una lengua materna. Ese sería el caso, por ejemplo, de alguien oriundo del
País Vasco que aprende a hablar, desde su nacimiento, euskera y castellano. El hecho de que en un país o
en una región determinada sus habitantes hablen y dominen al mismo nivel dos idiomas es lo que se
conoce, en algunos casos, como bilingüismo. Por lo general, el idioma materno se conoce e incorpora
desde el seno familiar. La habilidad en la lengua materna es imprescindible para el aprendizaje posterior
ya que constituye la base del pensamiento. Por otra parte, un dominio parcial de la lengua materna
entorpece el proceso de asimilación de otros idiomas. De acuerdo a las teorías de Noam Chomsky y de
otros lingüistas, la lengua materna puede ser aprendida hasta, aproximadamente, los doce años de edad.
Una vez superado este lapso, las capacidades lingüísticas de cada persona son diferentes y todo idioma
incorporado pasa a convertirse en una segunda lengua.
Resulta interesante mencionar que el Día Internacional del Idioma Materno se celebra cada 21 de febrero.

3. LENGUAS ORIGINARIAS Y SENTIDO NACIONAL


La existencia de varias lenguas en Bolivia genera una amplia gama de visiones, producto de la realidad
social. En estos últimos tiempos ha emergido la problemática de las lenguas como una obligatoriedad, y la
discusión de este tema se centra en qué funcionarios públicos cumplen los requisitos establecidos en el
Art. 5 de la Constitución Política del Estado. Sin embargo, si bien es adecuado comprobar si los
funcionarios conocen por lo menos una de las lenguas originarias reconocidas en la CPE, se olvida analizar 18
el sentido objetivo de la existencia de las lenguas. Al respecto, debe tenerse en cuenta tres puntos
fundamentales: la caracterización del país en términos económicos y lingüísticos, la inconclusa
construcción de la cuestión nacional y la existencia de diversas lenguas.
Bolivia es un país capitalista, atrasado, con una economía combinada que se concretiza en relaciones
sociales y lingüísticas igualmente combinadas. El altiplano boliviano es una región dedicada en parte a la
agricultura tradicional, impulsado en cierta medida por una economía especializada pujante y actividades
de servicios que se ajustan a un idioma familiar y colectivista: el aymara. Según las normas internas de las
comunidades, el aymara es la primera lengua y el castellano, la segunda, es decir, las relaciones de
producción comunitarias no requieren del castellano para desarrollarse. En los valles y algunas regiones
del altiplano podemos observar varias comunidades y familias de habla quechua, en las que el sistema
productivo ha privilegiado la producción de productos dulces como el maíz, el trigo y tubérculos que se
ajustan al clima. A esta forma de organización productiva se ajusta un idioma dulce y elemental como es
el quechua.
Una tercera región es la Amazonía y el oriente boliviano, donde están los guaraníes. Sin embargo, los
pueblos indígenas son más diversos en su existencia, aunque los sistemas productivos de recolección,
caza y pesca son dominantes en la economía, existe un variado repertorio de lenguas estructuradas según
sus propias formas de organización productiva y social.
En su Art. 5, la Constitución señala la existencia de 36 lenguas en el país. En este abanico, ¿el castellano
es el uniformizador de las actividades económicas, políticas, sociales, culturales y hasta simbólicas de los
ciudadanos? Taxativamente afirmamos que no. Cada pueblo, nación o región tiene su lengua oficial que se
articula con otras. En esa medida, la construcción de la identidad y el carácter nacionales como símbolos
del Estado nacional fracasó y, por tanto, de la lengua nacional. Los gobernantes tuvieron la posibilidad de
construir un Estado nacional, pero se enfrascaron en políticas discriminatorias y aniquiladoras de las
lenguas originarias.
Asimismo, la existencia de una diversidad de lenguas en Bolivia genera una amplia gama de visiones,
producto de la realidad social. Bajo esta perspectiva, las lenguas de las naciones y pueblos indígenas
originarios campesinos expresarán siempre las relaciones de producción comunitarias que, sin embargo,
encuentran dificultades en la administración del Estado; a lo que se debe la obligatoriedad de conocerlas,
lo que no implica la necesidad de los servidores públicos de hablar un idioma originario. Creemos que bajo
este análisis los conceptos de preservación y promoción de las lenguas no tienen sentido, porque no se
puede preservar a las familias que viven en las comunidades indígenas originarias campesinas, y su
lengua solamente es empleada para promover escenarios turísticos y fotográficos.
19

5. EL TEXTO
1. Qué es Texto:
Se conoce como texto al conjunto de frases y palabras coherentes y ordenadas que permiten ser
interpretadas y transmiten las ideas de un autor (emisor o locutor).
La palabra texto es de origen latín textus que significa tejido.
Aunque se suele pensar que los textos son creados por autores literarios, cientíticos o periodistas, la
realidad es que cualquier persona que sea leer y escribir puede escribir un texto. Un mensaje instantáneo,
una receta, el cuerpo de un correo eletrónico está compuesto por un texto, siempre y cuando cumpla con
algunas características.

1.1 Características de un texto


La extensión de un texto puede variar desde unas pocas palabras hasta múltiples párrafos, pero para que
un texto sea efectivo en su función de transmitir un mensaje, debe cumplir con dos características:
coherencia y cohesión.

 Coherencia: establece la relación lógica entre las ideas de un texto, logrando que se complementen
unas con otras.
 Cohesión: establece la conexión armoniosa entre las diversas partes del texto, en la composición de
parágrafos, frases.
 Uso de léxico: puede ser técnico, coloquial, vulgar, culto.
 Contexto: es todo lo que rodea el texto, es la circunstancia, lugar y tiempo en el cual se está
produciendo el acto de la comunicación y que contribuye a que el mensaje sea entendido de forma
más clara.

1.2 Estructura de un texto


Un texto tiene una estructura compuesta por una introducción, desarrolllo y conclusión.
 Introducción: es la parte del texto donde se presenta el tema que se tratará y los aspectos más
relevantes del mismo. Es un abreboca de lo que se encontrará en el desarrollo.
 Desarrollo: es el cuerpo del texto. Aquí se expone de manera clara, precisa, ordenada y coherente
la información relativa al tema que se indicó en la introducción.
 Conclusión: es la síntesis y valoración de la información presentada. Se destacan las ideas
principales del tema a manera de cierre.
El objetivo del texto es comunicar un mensaje claro y preciso, bien sea romántico, descriptivo, científico,
informativo, entre otros, para ser comprendido por el destinatario.

1.3 Tipos de textos


De acuerdo con la finalidad y la estructura del texto, hay diferentes tipos de textos. Algunos de ellos son:

 Textos argumentativos: permiten convencer, modificar y reforzar la idea del lector u oyente
mediante justificaciones, fundamentos y razones. Los artículos de opinión son un ejemplo de textos
argumentativos.
 Textos científicos: tal como lo indica su nombre, es un escrito que aborda conceptos, teorías,
resultados con base en conocimientos científicos a través de lenguaje científico.
 Textos descriptivos: consiste en la representación o descripción de una persona, animal, cosa,
paisaje, emoción, u otros, como por ejemplo la lista de compras, los anuncios de productos, el
currículo.
 Textos expositivos: informan o aportan un conjunto de datos referentes a acontecimientos, ideas,
conceptos. Aunado a ello, también son explicativos porque aclaran y desarrollan toda la
información y datos proporcionados. Los trabajos académicos son textos expositivos.
 Textos epistolares: también conocidas como cartas, son un tipo de comunicación exclusivamente
escrito. Las epístolas bíblicas, por ejemplo, son consideradas las cartas enviadas a las comunidades
cristianas por los apóstoles Judas, Pedro y Juan, encontradas en el Nuevo Testamento.
 Informativos: exponen hechos, circunstancias, u otros temas de forma objetiva, clara y precisa,
como los textos periodísticos y científicos.
“Texto” son los signos que vamos a interpretar. “Contexto” 20
es todo aquello que nos permite la interpretación. Por
ejemplo, la frase “te espero en el banco” tiene una
multiplicidad de posibles significados. Para interpretarla
necesitamos colocarla en un contexto. Veamos dos
contextos comunes en nuestra vida cotidiana sobre el
término banco:

En el proceso de interpretación de la frase “te espero en el


banco”, usamos una serie de códigos visuales y culturales
que en ambos ejemplos nos inclinan hacia una interpretación
diferente de la palabra banco: un lugar para sentarse en el
primer caso y una institución financiera en el segundo.

Todo intento de comunicación implica, en primer lugar, un


proceso de codificación por parte del autor, y luego modos
de codificación y de decodificación por parte del lector. Los
códigos mismos (las relaciones de contextualización) no
siempre se encuentran explícitos en el texto. Por otra parte,
lo que vemos quizás pueda ser producto de nuestras emociones (como en el siguiente dibujo de la cara de
una mujer); o simplemente un caso de perspectiva (visto el dibujo hacia la derecha o la izquierda); o
producto de un proceso cultural (como en el ejemplo de las aves volando). A veces, un simple proceso de
análisis de las partes puede descubrir elementos que antes quizás no veíamos (como en la siguiente cara
de un niño). Pero en otras ocasiones, el proceso de codificación depende de una perspectiva que sólo se
adquiere a través de una experiencia vivida en propia carne. Por supuesto, ello no significa que la
comunicación o el diálogo no sea posible, sólo que debemos ser conscientes de la dificultad de formular y
de comprender dichas posiciones.
En el contexto de nuestro tema de estudio, la identidad iberoamericana, vamos a concentrarnos,
primordialmente, en códigos culturales, pero no sólo de los autores que estudiamos, ni de las épocas
históricas a que pertenecen los textos que vamos a leer, sino también de los códigos culturales que
nosotros aportamos a la lectura de los textos. Me refiero, por ejemplo, al poder de los símbolos que
configuran nuestro contexto cultural (como la esfera), o al poder de las palabras (descubrimiento de
América), pero también me refiero a códigos generacionales como los de la posmodernidad
(reconocimiento de la existencia de multiplicidad de planos), que contruyen significados sin contexto,
como si fueran independientes de mi contexto (la actuación en el ejemplo de Garfield), con la consiguiente
repercusión político-social que ello pueda tener (encuentros de los países desarrollados).
La complejidad de los procesos de codificación requiere, pues, que prestemos atención tanto al contenido
como a la forma en que se articula ese contenido, pues ambos procesos son inseparables, aunque por
razones metodológicas aquí los separemos en ocasiones. El texto mismo nos confronta desde el principio
con la realidad de un autor, de un texto codificado en un tiempo y espacio concretos, pero que encarna
valores culturales en constante transformación, y, por supuesto, con la realidad de la multiplicidad de
lectores. Los procesos de codificación requieren, por tanto, que sean analizados también desde las
implicaciones del autor, del texto y del autor. Pero esas reflexiones más sistemáticas sobre cada uno de
estos procesos, las vamos a hacer desde el contexto del sentido mismo del título de este curso: El ensayo
de la identidad iberoamericana.

2. Intertextualidad
La intertextualidad es la relación que un texto (oral o escrito) mantiene con otros textos, ya sean
contemporáneos o anteriores; el conjunto de textos con los que se vincula explícita o implícitamente un
texto constituye un tipo especial de contexto, que influye tanto en la producción como en la comprensión
del discurso. La implicación más importante que tiene la intertextualidad es que ningún texto es original o
único, sino que a menudo descansa sobre otros para revelar su estructura y su significado.
El germen del concepto de intertextualidad debe buscarse en la obra del filólogo ruso Mijaíl Bajtín, quien
durante el segundo tercio del siglo XX publicó una serie de trabajos sobre teoría de la literatura. Sus ideas
no fueron conocidas en la Europa occidental hasta años después de su aparición, cuando fueron
divulgadas en el ambiente intelectual francés por un círculo de pensadores búlgaros a fines de los años
sesenta, entre ellos Tzvetan Todorov y Julia Kristeva, quien acuñó el término de "intertextualidad" en el
año 1969.
Bajtín concebía la novela, en particular las de François Rabelais, Jonathan Swift y Fiódor Dostoyevski, como
polifonías textuales, donde se establecían relaciones dialógicas esenciales a todos los niveles entre ideas, 21
clases sociales, cosmovisiones, personajes y, en lo que más nos importa en este caso, géneros, textos y
discursos literarios, todos ellos distintos entre sí. En el caso de la novela, que es el que le ocupa, el escritor
sabe que el mundo está saturado de palabras ajenas, en medio de las cuales él se orienta.
Bajtín reflexiona sobre el carácter dialógico que tiene todo discurso: los discursos, textos y géneros
literarios dialogan entre sí y, según defiende, todo emisor ha sido antes receptor de otros muchos textos
que tiene en su memoria en el momento de producir el suyo, de modo que este último se funda en otros
textos anteriores con los cuales se conecta. Con ellos, establece un diálogo, por lo que en un discurso no
se deja oír únicamente la voz del emisor, sino que convive una pluralidad de voces superpuestas que
entablan un diálogo entre sí, de tal forma que los enunciados dependen unos de otros. Como ejemplos de
esta dependencia mutua entre enunciados trae a colación fenómenos como la cita, el diálogo interior, la
parodia o la ironía, que suponen que en el discurso aparezca una voz distinta de la del emisor.

2.1 Origen del término y evolución del concepto


En 1967, Julia Kristeva publicó un influyente artículo (Bajtín, la palabra, el diálogo y la novela) que
pretendía acercar las nociones bajtinianas sobre el dialogismo literario al ambiente académico francés y
combinarlas con la semiótica estructuralista de Ferdinand de Saussure. En ese trabajo, acuñó el término
intertextualidad, que introduce por primera vez en este pasaje:
Un descubrimiento que Bajtín es el primero en introducir en la teoría literaria: todo texto se construye
como un mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto. En el lugar de la noción
de «intersubjetividad» se instala la de «intertextualidad», y el lenguaje se lee, por lo menos, como «doble»
Según Kristeva, la intertextualidad remplaza a la intersubjetividad porque el significado de un texto no se
transfiere de escritor a lector, sino que es mediado por una serie de códigos que involucran otros textos.
Sin embargo, la recepción del nuevo término fue variada y abrió el camino a definiciones y visiones
alternativas. Michel Riffaterre considera la intertextualidad como la percepción por parte del lector de la
relación entre una obra y otras que la preceden. Lucien Dällenbach, por su parte, citando trabajos de Jean
Ricardou, propone establecer la diferencia entre una intertextualidad general o entre varios autores, una
intertextualidad restringida entre los textos de un solo autor, y una intertextualidad autárquica de un texto
consigo mismo. Conceptos afines serían la diseminación y el injerto de Derrida, los cinco tipos de
transtextualidad de Gérard Genette, la influencia de Harold Bloom, etcétera.
Por otra parte, pronto se ha visto la utilidad y pertinencia de la aplicación del concepto a otros dominios
semióticos, en primera instancia a la semiótica estética (Jan Mukařovský, Yuri Lotman, Ernst Gombrich,
Schapiro), y más tarde a toda la semiótica de la comunicación de masas (Umberto Eco, Lamberto Pignotti,
el propio Roland Barthes). Cesare Segre ha llamado a la relación de un texto literario o que utiliza el
lenguaje humano de la palabra con otros lenguajes humanos de naturaleza artística interdiscursividad, ya
que no sólo hay textos —y por lo tanto intertextos— escritos, sino que en el contexto más amplio de la
semiología existe también transtextualidad y la textualidad se hace coextensiva a toda la trama
comunicativa humana; a este tipo de relación Heinrich F. Plett prefiere denominarla más bien
intermedialidad.

6. EL CUENTO BOLIVIANO GÉNERO NARRATIVO. CUENTO TRADICIONAL

1. CUENTO
El concepto de cuento proviene del latín, compŭtus, esto quiere decir cuenta. El cuento es un relato
o narración, más bien corta, de un hecho, que suele ser imaginario.
Normalmente los cuentos se caracterizan por poseer pocos personajes, donde suele existir un
solo personaje principal. Además su argumento suele ser más bien simple. Esta característica se debe a la 22
escasa capacidad de utilizar recursos literarios debido a la brevedad de la narración.
Tradicionalmente los cuentos se estructuran partiendo de una introducción, luego la misma es
desarrollada, se presenta un conflicto, es decir el nudo del relato. Este será resuelto, es decir el
desenlace o cierre del cuento. Estos textos son escritos en prosa y son hechos para una lectura de corrida,
es decir que no debe ser interrumpida como una novela, ya que es posible que se pierda la intención
literaria.
Los cuentos pueden ser clasificados en dos grandes grupos, por un lado los tradicionales o también
conocidos bajo el nombre de “populares” y los literarios. Los cuentos tradicionales se caracterizan por su
transmisión oral a lo largo de la historia. Es por ello que de una misma historia puedan conocerse diversas
versiones. Se cree que su origen es el ámbito familiar. Este tenía como finalidad entretener tanto a los más
pequeños como a los adultos. Muchos de estas narraciones continúan siendo conocidas actualmente ya
que han sido recopiladas a lo largo de la historia.

1.1 Características de los cuentos


Los cuentos tradicionales presentan ciertos patrones, algunos ejemplos son:
 Los comienzos suelen ser determinadores del tiempo y espacio.
 Los números tres y siete suelen ser utilizados en casi todas las narraciones.
 Los personajes malignos suelen ser feos, mientras que los más bondadosos se caracterizan por su
belleza.
 Suele repetirse muchas veces la misma frase a lo largo de la narración.
 Por otro lado se percibe que en la mayoría de los cuentos los personajes principales deben sortear
diversas pruebas y por lo general logran superarlas gracias a la ayuda de otros personajes
bondadosos.
 Los desenlaces se caracterizan por ser finales donde la trama es resuelta y el protagonista obtiene
lo deseado.
 Suelen dejar una moraleja o enseñanza.
Los cuentos literarios se caracterizan por ser transmitidos de manera escrita. Son creados por un autor. Es
por ello que estos suelen ser únicos, no pueden ser halladas diversas versiones. En este caso la moraleja
no es algo que puede ser interpretado al final del cuento, aunque el autor del mismo escriba con una
intencionalidad determinada.

1.1 Géneros de cuentos


Algunos de los géneros que pueden ser encontrados en estos relatos breves son: terror, algunos de los
autores más conocidos son Edgar Allan Poe y Stephen King. Los cuentos de viajes, uno de los autores más
reconocidos es Julio Verne.
También pueden ser encontrados cuentos fantásticos, como los del Horacio Quiroga o Julio Cortázar e
incluso policiales como los de Jorge Luis Borges. Además existe el género realista, como el que desarrolla
Juan Rulfo. Otro de los tópicos muy utilizado son el amor, ciencia ficción, infantiles, etc.

2. VEROSIMILITUD
La verosimilitud es aquello que resulta verosímil o sea verdadero, derivándose también esta palabra del
latín “verus” y de “similis” semejante. O sea que la verosimilitud es aquello que hace que algo se asemeje
a lo real, lo creíble. Puede ser real o no, pero al menos tiene la apariencia de serlo. Ejemplos: “tus excusas
carecen de verosimilitud, ni un niño pequeño creería que llegaste tarde porque el tránsito estaba
congestionado en este pequeño y tranquilo pueblo” o “trataré de darle a mi campaña de ventas la máxima
verosimilitud para que la gente crea que las ofertas son reales”, o “la maestra creyó en la verosimilitud de
las excusas que inventé por no haber estudiado la lección, pues es creíble que alguien se sintiera enfermo
en estos días tan fríos, especialmente porque se me advierte algo resfriado”.

2.1 Fantasía
Del latín phantasia (que, a su vez, proviene de un vocablo griego), la fantasía es la facultad humana que
permite reproducir, por medio de imágenes mentales, cosas pasadas o representar sucesos que no
pertenecen al ámbito de la realidad. Estos sucesos pueden ser posibles (fantasear con viajar a la playa en
el próximo verano) o irrealizables (caminar entre dinosaurios o conversar con un perro).
La fantasía también puede ser entendida como el grado superior de la imaginación o el pensamiento
ingenioso. Estos pensamientos pueden plasmarse en obras artísticas, como cuentos, novelas o películas.
El concepto de fantasía puede asociarse al de juego sexual. Una fantasía sexual es aquello que a una
persona le gustaría concretar a la hora de tener relaciones.
2.2 Fantástico 23
Se denomina relato a la narración desarrollada para transmitir información de diferentes sucesos.
Fantástico, por su parte, es aquello vinculado a la fantasía (el producto de la imaginación que no está
anclado en la realidad).
Un relato fantástico, de este modo, narra acontecimientos de características sobrenaturales y/o es
protagonizado por seres que carecen de existencia en el mundo real. Estos relatos, por lo tanto, siempre
pertenecen al terreno de la ficción.
Los relatos fantásticos ya se encontraban presentes en la mitología de la Antigüedad. Con el correr de los
años, la fantasía fue haciéndose presente en diferentes géneros y estilos literarios, como la ciencia ficción,
la aventura y el terror. En los relatos fantásticos tienen lugar escenas y situaciones que no se pueden
encontrar en la realidad: seres humanos que vuelan, animales que hablan, muertos vivientes, viajes en el
tiempo, etc. En algunos casos, la fantasía es desarrollada como algo natural, verosímil o verdadero en el
seno del relato, mientras que en otros aparece como algo irracional. Son muchos los lectores que disfrutan
leyendo novelas y relatos de corte fantástico. Tanto es así que incluso ya existen numerosas sagas de ese
género que han conseguido y siguen logrando un gran éxito en todo el mundo. En concreto, entre las más
relevantes se pueden destacar las siguientes:
-“Harry Potter”. La escritora británica J.K. Rowling es la autora de esta serie que se ha convertido en una
de las más importantes de la historia de la literatura de todos los tiempos. Tiene como protagonista a un
joven mago cuyo destino no es otro que enfrentarse al maléfico Lord Voldemort. -“El señor de los anillos”.
John R.R. Tolkien es, por su parte, el creador de esta otra saga que se ha convertido en un auténtico hito
del género fantástico. Orcos, hobbits, anillos que otorgan el poder y razas fantásticas son los que le dan
atractivo.
Un ejemplo de relato fantástico es la historia escrita por Mary Shelley sobre el monstruo creado por Victor
Frankenstein. En su libro, Frankenstein consigue dar vida a una criatura construida con restos de
cadáveres. El monstruo comete diversos crímenes y su “padre”, Frankenstein, desea acabar con su
existencia a lo largo del relato. Otro relato fantástico es “El hombre invisible” de H. G. Wells. Este escritor
imaginó a un científico que consigue volverse invisible a partir de una modificación de su propio índice
refractivo.

2.3 Ficción
La ciencia ficción es un género cuyos contenidos se encuentran basados en supuestos logros científicos o
técnicos que podrían lograrse en el futuro. Este sustento científico hace que la ciencia ficción se diferencie
del género fantástico, donde las situaciones y los personajes son fruto de la imaginación.
El género de la ciencia ficción también ha sido conocido como literatura de anticipación, dadas las
características mencionadas. De hecho, muchos autores de ciencia ficción han logrado anticipar el
surgimiento de distintos inventos, como Julio Verne con los submarinos o las naves espaciales.
La ciencia ficción nació como un subgénero literario en la década de 1920. Con el tiempo, se fue
expandiendo a distintos formatos. La ciencia ficción cinematográfica ha sido una de las adaptaciones más
exitosas, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX.
En concreto en el siglo XX es interesante resaltar la aparición de una serie de movimientos o tendencias
dentro del género de la ciencia ficción que se han convertido en auténticos referentes. Así, en primer
lugar, nos encontramos con el cyberpunk que fue el movimiento que surgió en la década de los años 80 y
que se produjo como consecuencia del desarrollo y expansión de los ordenadores lo que trajo consigo que
los autores de ciencia ficción explotaran esa posibilidad de que las computadoras dominaran a los
humanos.
Entre las películas más significativas que se convirtieron en perfectos ejemplos del citado cyberpunk se
encuentra el film titulado “Blade Runner”, que estrenó en 1982 el director Ridley Scott y que está basado
en una novela de 1968 llamada “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” y escrita por Philip K. Dick.
Un auténtico clásico del género de la ciencia ficción es esta producción norteamericana al igual que lo es
otra también incluida dentro del mencionado movimiento. En concreto nos estamos refiriendo a
“Terminator” (1984) que está dirigida por James Cameron, protagonizada por Arnold Schwarzenegger y
que contó con tres episodios más.
Mientras el cyberpunk establecía una visión negativa y apocalíptica de la presencia de los ordenadores en
nuestra sociedad, el postcyberpunk, que apareció en la década de los años 90, era mucho más optimista
en este sentido. De ahí que se tome como protagonistas en las historias de este movimiento a científicos e
investigadores fundamentalmente que quieren hacer uso de la tecnología en pro de la sociedad. Un
perfecto ejemplo de esta clase de ciencia ficción es la serie “Otherland” realizada por Tad Williams.
Hay quienes distinguen entre la ciencia ficción dura y la ciencia ficción blanda, de acuerdo al rigor con el
que son tratados los datos científicos. La ciencia ficción dura sería “la más científica”, sin demasiado
espacio para la imaginación. En cambio, la ciencia ficción blanda incluye algunas suposiciones sin base
científica o real. Entre los autores más famosos de la ciencia ficción, puede nombrarse a Isaac Asimov 24
(1920–1992, autor de “Yo robot”), Ray Bradbury (1920, “Crónicas marcianas”, “Fahrenheit 451”), Arthur C.
Clarke (1917–2008, “Odisea espacial”), Aldous Huxley (1894–1963, “Un mundo feliz”), Ursula K. Le Guin
(1929, “Los desposeídos”) y el ya mencionado Julio Verne (1828–1905, “Viaje al centro de la Tierra”,
“Veinte mil leguas de viaje submarino”).

2.4 Sobrenatural
Sobrenatural es un término que procede del vocablo latino supernaturālis. Se trata de un adjetivo que
califica a aquello cuyas características o propiedades trascienden los límites de la naturaleza. Dicho de
otro modo, lo sobrenatural escapa de las leyes naturales. Por ejemplo: un ser humano puede caminar,
correr o saltar, pero no volar. Si una película presenta a un hombre que vuela, estará incluyendo un
componente sobrenatural en su propuesta. Que una persona vuele excede la capacidad natural de la
especie. Lo sobrenatural es frecuente en las obras de ficción, ya sea en el cine, en la literatura o en otros
artes. Cualquier propuesta que incluya cuestiones como muertos que reviven, personas que pueden correr
a una velocidad de 400 kilómetros por hora, animales que hablan o viajes en el tiempo, por citar apenas
algunas posibilidades, tendrán componentes sobrenaturales.
El poder adivinatorio, la magia, las conversaciones con muertos y las maldiciones son otros ejemplos de
acciones o actividades sobrenaturales: no existe ninguna demostración científica que avale su existencia.
Para algunas personas, sin embargo, lo paranormal no es lo mismo que lo sobrenatural, ya que asocian lo
paranormal a lo inexplicable según los conocimientos científicos actuales, pero que es inmanente a la
naturaleza. Otros de los fenómenos que también se considera que son sobrenaturales son los contactos
con el más allá, las posesiones demoníacas, las profecías e incluso la reencarnación. Situaciones todas
estas que han dado forma a importantes películas y series como pueden ser “Ghost”, “El exorcista”,
“Resurrection”, “La profecía”, “Jóvenes y brujas”…
En el ámbito de la religión, los fieles creen en acciones sobrenaturales que se conocen como milagros.
Para los creyentes, Dios actúa sobre el mundo natural (físico), permitiendo que se produzca lo
sobrenatural. La Biblia indica, en este sentido, que Jesús multiplicó unos pocos peces y panes para
alimentar a miles de hombres, algo que no es físicamente posible y que sólo puede creerse a partir de la
fe. Existen diversos ejemplos de milagros que Jesucristo realizó en su paso por la Tierra, gracias a lo cual
ganó la confianza y la admiración de sus seguidores. Uno de ellos consistió en devolverle la vista a un
joven que había nacido ciego; todo comenzó cuando sus discípulos le preguntaron quién tenía la culpa de
la discapacidad del sujeto, si se trataba de un pecado suyo o de sus padres, tras lo cual Jesús respondió
que la razón de su ceguera era que ellos pudieran apreciar el poder de Dios a través de él cuando lo
curara.
Los superhéroes son, sin lugar a dudas, los personajes de ficción que más uso hacen de poderes
sobrenaturales, y entre ellos cabe destacar a Superman, dado que se trata de un icono reconocido en
todas partes del mundo precisamente por estas características. Gracias a su fuerza descomunal y a la
agudeza de sus sentidos, este ídolo nacido en un planeta llamado Krypton es capaz de realizar todo tipo
de hazañas que serían imposibles para un ser humano. Así, además del citado, otros de los más conocidos
son Lobezno, Spiderman, Hulk, el Capitán América, Linterna Verde…Todos estos y muchos más han dado
forma a cómics, series y filmes que han copado y siguen copando las listas de ventas e incluso las
audiencias en televisión o las taquillas en los cines. Así, fascina, por ejemplo, el poder sobrenatural de Hulk
de convertirse en una auténtica “roca” de color verde con una fuerza increíble.
3. CUENTO TRADICIONAL
Un cuento es un relato de ficción cuya extensión es reducida. Tradicional, por su parte, es aquello
vinculado a la tradición (la costumbre o el hábito). La noción de cuento tradicional refiere a la narración
cuya autoría por lo general se desconoce, que se transmite de generación en generación por vía oral.
Estos relatos anónimos suelen tener varias versiones. Los cuentos tradicionales, en sus orígenes, eran
difundidos boca a boca. Con el tiempo, las narraciones terminaron siendo recogidas en libros, adaptándose
al formato impreso. Esto permitió que los cuentos se mantuviesen vigentes a lo largo de la historia.
Un ejemplo de cuento tradicional es “El gato con botas”. Este relato apareció por primera vez en un libro
en el siglo XVI, recopilado por Giovanni Francesco Straparola. Con los años tuvo versiones muy populares
escritas por autores como Giambattista Basile y Charles Perrault. Este cuento tradicional narra cómo un
astuto gato ayuda a convertirse en millonario al hijo de un molinero. El joven había heredado el animal de
su padre: justo cuando estaba pensando en comérselo, el gato le pidió un par de botas y una bolsa para
demostrarle que podía hacerlo rico. Así, tras una serie de engaños, el felino transforma al muchacho pobre
en el Marqués de Carabás y logra que se case con la hija del rey.
Cada región tiene sus propios cuentos tradicionales. También llamados cuentos folclóricos o cuentos
populares, suelen estar orientados a los niños y muchas veces incluyen una moraleja. Los valores de una
comunidad, por otra parte, se difunden a través de estos tipos de cuentos. En los últimos tiempos, muchos
de los cuentos tradicionales que habían acompañado a decenas de generaciones han sufrido importantes 25
cambios en sus tramas, especialmente en sus finales, con el objetivo de volverlos «menos trágicos». En
otras palabras, la mayoría de las historias de este tipo tienen –hoy en día– un final feliz aunque en sus
orígenes fuera muy diferente. Tomemos el caso de Caperucita Roja, un cuento tradicional conocido por
millones de personas en todo el mundo, que ha tenido versiones en dibujos animados y películas, además
de los obligatorios libros impresos, tanto con ilustraciones a todo color como en texto puro. ¿Cómo termina
esta historia? Pues la respuesta cambia según la generación de la persona que responda. Hasta hace unas
décadas, el lobo feroz se comía a la abuela en cuanto entraba en su casa por la fuerza, se ponía su ropa y
esperaba a que llegase Caperucita, a quien también engullía luego del mítico diálogo:
–Abuela, ¡qué dientes más grandes tienes!
–Para comerte mejor…
Por otro lado, existe una versión en la cual el lobo encierra a la anciana en un armario y no logra comerse
a Caperucita, ya que ésta consigue escapar a tiempo y se encuentra con un cazador, quien mata al lobo y
salva a sus dos víctimas. Con el correr de los años, éstos y otros elementos se han combinado para
adaptar este cuento tradicional a las «necesidades» de las diferentes regiones, y poco a poco fue
maquillando la violencia hasta llegar a evitar todas las muertes: hoy en día, ni siquiera muere el lobo.
Esta tendencia a «suavizar» los finales de los cuentos tradicionales no hace otra cosa que privar a las
nuevas generaciones de valiosas enseñanzas que en su momento sí recibieron sus mayores. Un final feliz
nos enseña que todo es posible, que no importa cuánto nos equivoquemos, siempre conseguiremos
nuestras metas, y sobra decir que la vida no es así. Por fortuna, muchas personas del mundo de la
literatura están trabajando por recuperar las versiones originales, con todo y sus finales trágicos. Es una
narración breve, de autor anónima, protagonizada por un grupo reducido de personajes, con un
argumento sencillo y que refiere acontecimientos ficticios. Se transmiten vía oral y por ello es que existen
diferentes versiones sobre el mismo tema. Son de carácter universal, se encuentran desde la antigüedad
por todo el mundo. Se suele situar la acción en un espacio y tiempo lejanos. Al no tener autor predomina
un carácter impersonal, realizado en una forma sencilla de expresión. Todo está envuelto por una visión
maravillosa, donde la realidad se somete a una moral popular y los episodios –cuyo orden no pueden
subordinarse- están subordinados al personaje. Se diferencia de los cuentos literarios porque estos últimos
son obra de un autor y se transmiten por medio de la escritura, por lo que poseen una versión única; suele
narrar un suceso que es más importante que los personajes y el autor suele imprimirle un estilo personal.
Clasificación de cuentos según autor, destinatario, temas y personajes:

AUTOR DESTINATARIO TEMA PERSONAJES

Cuentos cuentos infantiles cuentos fantásticos cuentos de hadas, princesas...


populares cuentos paracuentos de terror cuentos de espías, policías...
Cuentos literarios adultos cuentos de amor cuentos de animales
cuentos decuentos de personajes históricos
suspense cuentos de fantasmas y
cuentos de viajes monstruos
cuentos de
denuncia

3.1 Características de los cuentos literarios (según Vladimir Propp)


Personajes: Realizan acciones parecidas: salir de casa, superar pruebas...
Y son esquemáticos:
Malvados: bruja, madrastra, ogro, dragón...
Personajes mágicos: el hada, el duende...
Los héroes: el príncipe, la princesa...
Predilección por los números 3 y 7: tres hijas, tres cerditos..
Se repiten estas acciones:
Prohibición- desobediencia (Caperucita)
Interrogación - información (espejito, espejito...)
Combate - victoria Persecución – socorro
Abundan las repeticiones y las escenas simétricas:
Como el soplido del lobo en el cuento de los cerditos
Se estructura en las siguientes secuencias:
La situación inicial
Empiezan los cuentos con los indicadores de tiempo y lugar (Érase una vez, había...)
Las pruebas 26
El personaje principal deber superar una serie de obstáculos. En este bloque entran en juego las
preguntas.
Las ayudas
El personaje principal recibe la ayuda real o mágica de otros personajes. Con ellas consigue superar las
pruebas.
El desenlace
El protagonista logra su objetivo. El final siempre es cerrado y feliz. Normalmente se produce un cambio
de "status", es decir, de categoría social (el mendigo se convierte en rico, la criada en señora...)

3.2 Tipos de cuentos populares o tradicionales


1- Cuentos de animales (fábulas)
2- Cuentos folclóricos ordinarios: Cuentos de magia (donde hay adversarios sobrenaturales, esposos u
otros parientes sobrenaturales o encantados, tareas sobrehumanas, protectores sobrenaturales, objetos
mágicos, conocimiento o poder sobrenatural). También relatos religiosos, cuentos románticos y cuentos
del ogro entupido.
3- Chanzas y anécdotas: Cuentos del bobo, relatos sobre matrimonios, cuentos sobre una mujer y sobre un
hombre y cuentos de mentiras y otros cuentos no clasificados.
Luz en el camino – Anónimo
Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por
las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin
luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo
reconoce. Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice: - ¿Qué haces Guno, tú
ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde: “Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las
calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi. No sólo es
importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse
de ella”. Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque
uno aparentemente no lo necesite. Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil. Muchas veces en vez
de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás. ¿Cómo? A través del desaliento, la crítica,
el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...
¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás!

ACTIVIDAD
Ejercicios
1. Describir la situación inicial de Luz en el camino.
2. ¿Qué pruebas y ayudas encuentras en el cuento?
3. ¿Qué enseñanzas deja el texto?
4. Enumerar las diferencias entre cuento tradicional y cuento literario.
27

7. PRIMEROS ESCRITOS DE LA HUMANIDAD


ESCRITOS ENCONTRADOS EN BOLIVIA.

1. Relatos y crónicas desde la Villa Imperial de Potosí


Historia de la Villa Imperial de Potosí es un libro que describe sobre la capital potosina colonial. La obra
data de 1705 y descifrar su autoría fue una tarea compleja. "Princesa de las indianas poblaciones; señora
de los tesoros y caudales; benigna y piadosa madre de ajenos hijos”, así es Potosí. Al menos así la describe
el cronista potosíno Bartolomé Arzáns Orsúa de Vela en su libro Historia de la Villa Imperial de Potosí.
Se cree que la obra data de 1705, y descifrar su autoría fue una tarea compleja. Inicialmente parte de la
obra fue recuperada y publicada en 1943 por Gustavo Adolfo Otero, quien afirmaba que el autor era
Nicolás de Martínez Arzáns y Vela. Posteriormente, en el año 1965, después de rastrear de dónde
provenían los manuscritos, los historiadores Gunnar Mendoza y Lewis Hanke publicaron la obra completa
bajo la autoría de Bartolomé Arzáns Orsúa y Vela.
Al parecer la intención de Bartolomé era escribir Historia de la Villa Imperial de Potosí en 20 libros
divididos en dos partes; la muerte lo encontró cuando escribía el tercer libro de la segunda parte. Su hijo,
Diego, se habría encargado de concluir los demás tomos. La ciudad que cobijó en sus tierras abundantes
riquezas, nativas y extrañas, durante la época colonial, es el Potosí en el que Arzáns pretende posicionar a
su lector. Alrededor del majestuoso Cerro Rico se inicia el relato. Los personajes, la cultura, las creencias y
los paisajes que el autor describe con excelente precisión, se desarrollan en las faldas del Sumaj Orko,
patrimonio que no sólo fue fuente de riqueza, sino también de inspiración para el potosíno.
"... ¡Grandeza sin igual, admiración portentosa! Pues ¿cómo no había de tener incentivos para principiarla
y motivos para fenecerla? Y más cuando con ojos de plata puedo asegurar que me ha mirado para su autor 28
y con lenguas de varios metales ha alentado mi pluma para su desempeño, y que juntamente me ha
mostrado el corazón para que con más eficacia diga a los hombres que de sus necesidades se le rompen
sus entrañas y que para remediarlas les ofrece el rosicler de sus
venas”, cuenta el autor. Aunque el lenguaje utilizado en la obra dificulta
la lectura, y las descripciones exageradas pueden producir confusiones,
es necesario entender que los "adornos” son clásicos en la literatura
barroca. Cada palabra, por muy repetida que parezca, tiene un sentido
en la obra de Arzáns.
Se puede afirmar que Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela inspiró un
estilo criollo, propio, boliviano para escribir. Se dice que su obra inspiró
a grandes literatos y que algunos otros plagiaron varios de sus relatos.
Lo cierto es que, a modo de crónica y con el lenguaje apropiado para la
época, el escritor supo reflejar la realidad de una ciudad en época de la
colonia. Logró describir con entera precisión el paisaje, el clima, la
tipografía, etcétera, del lugar. No hay duda de que la pluma de Arzáns
transporta al lector a imaginar la ciudad de la Villa Imperial durante la
colonia.
Portada interior: En la portada interior del manuscrito con que se abre el
“Libro primero” se incluye un orbe en el que el Virreinato del Perú
representa la totalidad de América del Sur, con la destacada presencia
de la Villa Imperial de Potosí. Asimismo, se representa al Virreinato de
Nueva España. Gracias al trabajo del Brown Digital Repository, se puede
acceder al manuscrito cuyos folios se consultan con una excelente resolución. La obra de Bartolomé
Arzáns de Orsúa y Vela trae ingente información sobre el comercio, gobierno de los distintos corregidores
e, incluso, descripciones de fiestas y celebraciones imperiales.

2. ¿Fueron Bolivia y Perú la Tierra del Ocaso de los Antiguos Sumerios?


En un artículo sobre la Fuente Magna, April Holloway destacaba los vestigios de escritura sumeria en
Sudamérica. La Fuente Magna y el monumento de Pokotia indican que los sumerios podrían haber visitado
Sudamérica en el pasado. La posibilidad de que la escritura grabada sobre la Fuente Magna fuera
empleada por los sumerios, y la identificación de topónimos sumerios en la región del Altiplano, sugieren
que lo que hoy son Bolivia y Perú podrían representar el “País del Estaño al Oeste” o la “Tierra del Ocaso”
de las antiguas inscripciones sumerias.

Izquierda: Figura de la
Fuente Magna (Cortesía del
equipo de investigación de
Bernardo Biados)
Derecha: Se ha descubierto
que la Fuente Magna
presenta dos tipos
diferentes de escritura en
su interior (Fotografía
cortesía del equipo de
investigación de Bernardo Biados)

2.1 Kuga-Ki
Los sumerios mencionan en sus inscripciones un país al Oeste llamado Kuga-Ki del que obtenían valiosos
metales. El Dr. A. H. Sayce afirma que “país del estaño” o “tierra del estaño” sería la traducción de KUGA-
Los antiguos sumerios eran grandes navegantes. Los barcos sumerios navegaban hasta Egipto, nordeste
de África y valle del Indo en busca de metales y mercancías para abastecer su industria de materias
primas y satisfacer la demanda de los bienes más populares entre sus gentes. Samuel N. Kramer, en su
libro Los sumerios, afirma que Egipto es denominado Magan en las inscripciones sumerias, mientras que al
valle del Indo lo llamaban Dilmun.
El rey Sargón menciona en el 2700 a. C. que Kuga-Ki formaba parte de su imperio. El profesor Sayce, en un
artículo titulado “Geografía de Sargón de Acad” y publicado en la revista Ancient Egypt, traducía un
documento escrito por un funcionario asirio del siglo VIII a. C. En el documento se afirma que el imperio de
Sargón I incluía “los países desde donde sale el sol hasta donde se pone, que Sargón el […] rey conquistó
por su mano,” y entre muchas otras tierras “el País de Gutium,” “el país de los Muru (Amorritas)” y (Kuga- 29
Ki) “el país del Estaño que se extiende más allá del Mar Superior (el Mediterráneo).”
Sayce creía que Kuga-ki se encontraba probablemente en lo que hoy es España. Pero el hallazgo de la
Fuente Magna sugiere que Kuga-Ki estaba en Sudamérica y no en España. Al encontrarse Kuga-Ki al oeste
del Mediterráneo, es probable que fuese el nombre de alguna región de Norteamérica o Sudamérica, ya
que el continente americano se extiende al oeste del mar Mediterráneo, mientras que España está justo a
orillas del Mediterráneo.
A. H. Verrill y R. Verrill, en Antiguas Civilizaciones de América, y J. Bailey en Navegando al
Paraíso, sostienen que la zona en torno al lago Titicaca podría haber sido llamada Lago Manu por los
sumerios. Según estos autores, cuenta la tradición que los sumerios realizaron muchas visitas a las tierras
al oeste del Mediterráneo que llamaban Kuga-ki. Estas tradiciones dejan bien claro que los sumerios
navegaron hasta Kuga-Ki en sus barcos Magur. En los textos cuneiformes escritos sobre tablillas se
asegura que los barcos Magur podían transportar hasta 18,5 toneladas de metales preciosos.

2.2 Operaciones de minería


Los sumerios posiblemente descubrieran en un principio el camino a Kuga-Ki gracias a las corrientes
atlánticas que llevan desde África hasta Brasil. Los primeros exploradores sumerios probablemente
alcanzaran Brasil y remontaran el Amazonas hasta hallar grandes depósitos de estaño en Bolivia / Perú. El
centro principal para la explotación minera en esta región era, y es aún en la actualidad, Potosí. Una vez
los sumerios iniciaron sus operaciones mineras en Kuga-Ki, los nativos probablemente empezaran a
trabajar en sus explotaciones mineras y adoptaran muchas costumbres sumerias, expresiones de su
idioma y la tecnología social de la escritura, es decir, el alfabeto protosumerio. Esto implicaría que la
escritura habría tenido una larga tradición entre los pueblos de Bolivia / Perú, como escribe Clyde Winters
en su libro ‘Antiguas escrituras de Sudamérica’

2.3 Los Andes: el antiguo reino de los Antis


Los Andes podrían haber constituido el ‘País del Estaño’ o Kuga-Ki de los sumerios. La cordillera de los
Andes era llamada originalmente Antis. La región era conocida en el pasado como Antisuyo, el Reino de los
Antis. Era ésta también la tierra de los indios Antis. En la lengua quechua, hablada por numerosos
indígenas de la zona, ‘antis’ significa cobre. Antis era también el nombre de los pueblos nativos que
habitaban antiguamente esta región sudamericana. Es probable que la palabra ‘Antis’ no sea de origen
quechua. La lengua chipaya, otro idioma indígena hablado en la zona, es diferente del quechua y el
aymara. Algunos investigadores creen que el chipaya está estrechamente emparentado con las lenguas
mayas habladas aún hoy en día en México. Esta región de Bolivia es famosa por su riqueza mineral.
Muchos de estos metales se hallan en el altiplano boliviano, cerca del lago Poopó, un mar interior que se
encontraba en el pasado unido al océano Pacífico por antiguos ríos que se secaron. El Altiplano boliviano
es la mayor altiplanicie del mundo. Alberga dos mares interiores: el lago Titicaca y el Poopó. Esta elevada
región de la cordillera de los Andes la convierte en una localización adecuada para ser el lago Manu, el
‘Lago de las Nubes’ de los sumerios en el que se extraían metales de los Montes del Ocaso, las tierras
situadas al oeste del mar Mediterráneo. El lago Poopó tiene una longitud de 80 kilómetros. Antiguamente
se encontraba rodeado de montañas y canales por todas partes. Las fotografías de satélite revelan que en
el pasado había profundos canales en las cercanías del lago Poopó. Es un mar de agua salada de apenas
unos pocos metros de profundidad y que en ocasiones se ha secado. El lago Titicaca y el Poopó se
encuentran conectados por el río Desaguadero. El lago compañero del Poopó era el Uru. La ciudad de
Oruro estaba situada cerca del lago Uru.

2.4 Riquezas en las montañas


Entre los metales que se pueden encontrar en las cercanías del
lago Poopó hay cobre, estaño, oro y plata. Aquí se hallan los
metales obtenidos en las ciudades de Oruro y Corocoro, en las que
se extraían oro y cobre. Los nombres de estas ciudades sugieren
un origen sumerio. En sumerio la palabra uru significa ciudad. Los
sufijos –oro de las ciudades de los alrededores del lago Poopó son
asombrosamente similares al término sumerio ‘uru’. Es también
interesante observar que uno de los centros principales de
explotación minera de la región es Potosí. Potosí es famoso por
sus depósitos de estaño, y en sus alrededores se encuentra el
monte Catavi, formado por estaño sólido. La región de Potosí fue
en el pasado un importante centro de explotación minera. En la
década de 1550, los españoles empezaron a extraer plata de Cerro Rico, en Potosí. A consecuencia del
intento de los españoles de explotar al máximo las riquezas de esta zona minera, un número “terrible” de 30
indios murió en las minas. Hugh Thompson describe vívidamente esta tragedia en su libro ‘La roca blanca:
explorando el país de los incas’. Thompson describe cómo “la mina consumía la fuerza de trabajo del
Altiplano boliviano. Los que no morían estaban oprimidos por el miserable salario que se les pagaba. En
una sola generación, la población utilizada en las explotaciones mineras de esta zona del Altiplano se
redujo a la mitad. En la siguiente generación se redujo de nuevo a la mitad. Y Potosí aún seguía exigiendo
su tributo.”

Primera imagen de Potosí publicada en Europa, Pedro Cieza de


León, 1553. (Public Domain)

Izquierda: estatua de Pokotia. Derecha: estatua de Tiahuanaco

En la historia moderna, Potosí continúa siendo un centro minero


para la extracción de estaño, cobre, plomo y plata. Situado cerca
de Tiahuanaco, Potosí podría haber albergado un asentamiento
sumerio en épocas antiguas, quizás las ciudades de Oruro y
Corocoro. Bailey sugiere que el topónimo Potosí podría estar
relacionado con el término sumerio Patesi, cuyo significado es ‘rey
sacerdote’. Los metales extraídos en el Altiplano eran transportados a lo largo del río Pilcomayo (hasta el
Río de la Plata). Es posible que los sumerios transportasen los metales obtenidos en Bolivia cruzando el
Atlántico hasta la antigua Sumeria. Una excelente ruta para el envío de estaño desde Kuga-Ki seguía el
curso del Río de la Plata, cruzando el Atlántico hacia el este y remontando el cabo de Buena Esperanza en
dirección al océano Índico hasta alcanzar el Golfo Pérsico y el Mar Rojo.
2.5 Símbolos
Además de la afinidad entre los símbolos hallados en el monolito Pokotia, Fuente Magna y algunos tejidos
incas, también observamos que estos símbolos son idénticos a los signos grabados sobre los ladrillos
mochicas. Un rasgo común de las huacas o piedras incas talladas son los escalones labrados directamente
en la roca. Clyde Winters demuestra en Antiguas escrituras de Sudamérica: los sumerios en Sudamérica
que el Trono del inca, una talla inmaculada de escalones bajos, es similar a los símbolos protosumerios.
Otros signos de las huacas o rocas labradas de Rodadero y la Roca Blanca de Chuquipalta son
asombrosamente parecidos a la escritura hallada en Pokotia y Fuente Magna. Además de la influencia
sumeria en los antiguos sistemas de escritura sudamericanos, es interesante destacar que la estatua de
Pokotia y los monumentos de Tiahuanaco presentan tocados similares, así como marcas a modo de
costillas a lo largo del pecho. Esta coincidencia revela la relación entre los constructores de dichos
monumentos. En la región sudamericana en la que probablemente se encontraba el mítico Kuga-Ki se
habla la lengua aymara. Hay palabras aymara similares a sus equivalentes sumerias. Este hecho no
resulta sorprendente después de descifrar las inscripciones de la estatua de Pokotia y la Fuente Magna.
Estos documentos revelan que los sumerios llevaron hasta Bolivia diversos aspectos de su religión. Las
evidencias lingüísticas confirman la idea de que los sumerios que vivían en Kuga-Ki eran mineros. El
término sumerio para el cobre era urudu; esta palabra concuerda con las palabras aymara para el oro
(‘ouri’) y el cobre ‘anta, yauri’. La similitud entre estos términos sugiere que los sumerios podrían haber
sido el primer pueblo del Viejo Mundo que explotó las minas de metales repartidas por toda la región del
Titicaca en lo que hoy es Bolivia. La presencia de palabras sumerias en la lengua aymara, los topónimos
sumerios en Sudamérica y la escritura sumeria de la Fuente Magna y la estatua de Pokotia evidencian que
la civilización sumeria se extendió en el pasado por Sudamérica. Esto me lleva a deducir que los actuales
Bolivia y Perú podrían haber constituido antiguamente Kuga-Ki, el ‘País del Estaño al Oeste’ que
mencionan las inscripciones sumerias.
31

8. LECTURA Y ESCRITURA DE TEXTOS (producción de textos)

1. Producción de textos
Las diferentes maneras en que nos comunicamos,
recibimos y transmitimos información, utilizamos y nos
apoyamos del lenguaje oral y escrito constituyen las
prácticas sociales del lenguaje, que son pautas o modos
de interacción que dan sentido y contexto a la
producción e interpretación de los textos orales y
escritos, que comprenden diferentes modos de leer,
interpretar, estudiar y compartir los textos, de
aproximarse a su escritura y de participar en los
intercambio orales y analizarlos.
Las competencias lingüísticas que plantean el plan y los
programas de estudios 2009 de Español giran en torno
a la comunicación oral, la comprensión lectora y la
producción de textos propios; específicamente se busca
desarrollar en los alumnos:

• El empleo del lenguaje como medio para comunicarse (en forma oral y escrita) y como medio para
aprender.
• La toma de decisiones con información suficiente para expresarse e interpretar mensajes.
• La comunicación afectiva y efectiva.
• La utilización del lenguaje como una herramienta para representarse, interpretar y comprender la
realidad.

Al igual que la lectura, aprender a redactar supone un proceso largo y de mucho esfuerzo intelectual.
En general, los avances en la producción de textos escritos estarán significativamente relacionados con
las actividades didácticas que los docentes propongan a sus alumnos.
Tradicionalmente, en el aula se hacían pocas actividades de escritura con propósitos comunicativos. Se
daba preferencia al dictado y a la copia para luego centrarse en los aspectos ortográficos. Asimismo, era
frecuente que cuando se pedía una “composición libre”, ésta se dejara sin revisar, o bien se evaluara
atendiendo sólo aspectos periféricos de la escritura (caligrafía, limpieza, linealidad) y ortográficos. Sin
duda, la ortografía y la presentación son importantes, sin embargo, es conveniente resaltar otros
aspectos del texto que son centrales:
32
• El proceso mismo de la escritura de un texto (la planeación,
realización y evaluación de lo escrito).
• La coherencia y cohesión en la forma en que se aborda el
tema central del texto.
• La organización del texto a través de la puntuación, la
selección de las diferentes oraciones, frases, palabras y la
elaboración de párrafos.
• Secciones ordenadas de texto, paginación, ilustración, uso
de recuadros y otros recursos.
• Los aspectos formales del texto: el acomodo del contenido
en la página, el empleo de recursos tipográficos e
ilustraciones, la ortografía, etcétera.

A diferencia del lenguaje hablado, la escritura tiene capacidad de convicción permanentemente y a


distancia. Es decir, la persona que escribe puede no estar en contacto directo con sus interlocutores.
Esto lleva al escritor a tomar decisiones sobre la mejor manera de expresarse por escrito, considerando
los contextos de sus lectores potenciales.
No es frecuente que un escrito sea satisfactorio de inmediato; lo común es que el escritor tenga que
pensar primero qué es lo que quiere comunicar y cómo hacerlo, después es necesario que escriba una
primera versión, la cual al releer podrá corregir hasta lograr el texto deseado. Por esta razón, el proceso
para la producción de un texto constituye un aprendizaje complejo que debe respetarse. Por ello, uno de
los propósitos de la educación básica es que los alumnos aprendan este proceso de redacción, el cual
supone la revisión y elaboración de versiones hasta considerar que un texto es adecuado para los fines
para los que fue hecho. Este aprendizaje implica tomar decisiones, afrontar problemas, evaluar y
corregir.
Por estas razones, desde el inicio de la escolarización estas actividades y reflexiones, que conforman el
proceso de escritura, deben presentarse regular y frecuentemente de la siguiente manera:

• Planear los textos antes de comenzar a escribirlos. Establecer para qué se escribe, a quién se dirige,
qué se quiere decir y qué forma tendrá (organización). La lectura y el análisis de textos semejantes al
que quiere lograrse es una fuente importante de información para planearlo y tomar decisiones.
• Escribir una primera versión, atendiendo a la planeación en la medida de lo posible.
• Releer el texto producido para verificar que cumpla con los propósitos establecidos y tenga suficiente
claridad. Para esta actividad puede ser necesario repetir este paso varias veces: los alumnos se pueden
apoyar en algún compañero para que valore con mayor objetividad el borrador escrito.
• Corregir el texto atendiendo los diferentes niveles textuales: el nivel del significado (¿cumple con lo
que quiere decirse?, ¿es claro?, ¿la secuencia de ideas es la adecuada?, ¿es coherente?), el nivel de las
oraciones y las palabras empleadas (¿las oraciones están completas?, ¿la relación entre las oraciones es
lógica?) y el nivel de la ortografía, el formato, la caligrafía o
legibilidad de la tipografía empleada, etcétera.
• Compartir el texto con el o los destinatarios y comprobar, en
la medida de lo posible, si tuvo el efecto deseado.
La participación del docente es muy importante para que los
alumnos avancen en este aspecto. Este avance supone hacer
reflexiones reiterativas y continuas sobre los aspectos del
lenguaje involucrados en la lectura y la escritura, así como
crear las condiciones para que los alumnos vayan apropiándose
de los procesos e incorporen progresivamente formas más
apropiadas de usar el lenguaje. Para cada proyecto se sugieren
temas en los que debe centrarse la atención de los alumnos. Es
decir, son aspectos que deben trabajarse en el aula durante las
sesiones con actividades de lectura y escritura.
33

9. MITOLOGÍA Y LITERATURA: MANIFESTACIONES ORALES DE NUESTROS PUEBLOS

1. MITOLOGÍA
La mitología constituye el estudio de la agrupación de fábulas, ficciones, cuentos, historias o mitos
especialmente relacionados con dioses, semidioses y héroes legendarios surgidos de grupos sociales y
dotados de cualidades sobrenaturales. Es, pues, una rama del conocimiento que se ocupa precisamente
de los mitos. De acuerdo con Campbell (1984), cada pueblo crea su propia mitología, y en el caso de los
occidentales, es razonable afirmar que los orígenes de sus mitologías particulares están relacionados con
la antigua mitología griega, la cual se propagó a otros territorios modificando o matizando las visiones del
mundo que allí existían.
Para Bulfinch (1962), la mitología “consiste en historias relacionadas con dioses y héroes, de leyendas
fabulosas acerca de la relación existente entre seres humanos y seres sobrenaturales”. También establece
una clara distinción de las diferentes mitologías, tales como: griega, romana, oriental, hindú y las nórdicas,
como las básicas.
La mitología oriental está basada en la religión de los antiguos persas y ésta a su vez, está basada en la
“Zendaresta” o en sus libros sagrados. Zoroastro fue el fundador de su religión; no se sabe a ciencia cierta
el tiempo exacto en el cual él vivió, pero es cierto que “esta forma se convirtió en la religión dominante de
Asia Occidental desde los tiempos de Ciro (550 a.C.) hasta la conquista de Persia por Alejandro El Grande ”
(Bullfinch, op. cit., p. 360). Zoroastro predicó la existencia de un ser supremo quien, a su vez, creó otros
seres supremos y le impartió a éstos gran parte de su propia naturaleza. Sus seguidores adoraban el
fuego, la luz y el sol.
La mitología hindú tiene un ser supremo llamado Brahma. Los orígenes de los mitos hindúes se remontan
aproximadamente hacia 3000 años (a.C.). Brahma es el creador del universo y la fuente de donde todos
los individuos superiores han emergido y dentro del cual todo será finalmente absorbido. La mitología
hindú continúa siendo un elemento importante en la religión hindú moderna.
La mitología escandinava o nórdica es otra rama de la superstición antigua, en la cual sus dioses nunca
dominaron completamente a sus enemigos, tal y como sucedió con los dioses griegos. De acuerdo con
esta rama, al principio no hubo cielo arriba ni tierra abajo; pero sí existió un profundo vacío y un mundo de
nieblas donde fluía una fuente. De este mundo de nieblas surgió Ymir y luego Odín, quien mató al primero
y así, del cuerpo de Ymir fueron creados la tierra y el cielo.
Normalmente los mitos griegos y romanos son estudiados conjuntamente. Sin embargo, existe una
distinción entre ambos. Los griegos desarrollaron una mitología bien elaborada. Los romanos se
impresionaron tanto con los mitos griegos que los adoraron e hicieron parte de su propia cultura. En otras
palabras, los romanos adoptaron los mitos griegos como propios; de esta forma adoraron a los mismos
dioses pero cambiaron muchos de los nombres de éstos.
Cada grupo de seres humanos crea historias. De acuerdo con Asimov (1969), el grupo más excelso fue el
de los antiguos griegos: Ellos fueron un grupo imaginativo y vivaz con grandes talentos literarios, y ellos
crearon algunos de los más fascinantes cuentos de este tipo. Ellos llamaron a tales historias ‘mitos’ la cual
es una palabra griega que significa ‘cuento’ o ‘historia’... los griegos tomaron sus mitos muy seriamente.
Entonces, fue así como creció una religión acerca de los mitos.
Los griegos creyeron en dichos mitos, creían en los dioses como criaturas amigables de quienes
disfrutaban un poco de diversión, pero al mismo tiempo les temían como terribles y fuertes criaturas,
dispuestos a castigar malas acciones. Los mitos contados por los griegos son tan importantes como la
historia para nuestro entendimiento de lo que aquellas personas, ancestros de nuestra civilización,
creyeron, pensaron, sintieron y expresaron. La comprensión de estos mitos es básica para el estudio de la
literatura y las artes. 34
Por cientos de años las personas del mundo antiguo creyeron en dioses y semidioses. Después que el
cristianismo fue establecido, la vieja religión (mitos griegos) murió y los europeos nunca más creyeron en
los dioses griegos y romanos. Sin embargo, aquellos dioses y sus mitos viven en la memoria. La literatura
antigua no murió y fue considerada importante para la educación. Las historias griegas fueron tan
fascinantes que aun después del establecimiento del cristianismo los hombres continúan aprendiéndolas.
Por esta razón, trazas de los mitos pueden encontrarse hoy en la cultura europea y hasta en la cultura
americana.

1.1 Mito y literatura


Neumann (1973), considera que el mito no está basado en ninguna rama específica de la ciencia ni de la
arqueología comparativa de la religión o teología, sino simple y llanamente en el trabajo práctico del
psicoterapeuta, cuya preocupación es el campo psíquico del hombre moderno. La conexión entre su
psicología y el profundo conocimiento de la humanidad todavía vivo en é1 es, por lo tanto, el verdadero
punto de partida y sujeto de este trabajo. Neumann establece como obvio que la psique humana es la
fuente de todos los fenómenos culturales y religiosos.
Grant (1986) plantea la importancia de los mitos antiguos ya que éstos son tan relevantes como la historia
para el entendimiento de lo que aquellas personas, ancestros de la civilización actual, creyeron, pensaron,
sintieron y expresaron en la escritura y en el arte visual. Sin estos mitos, sería difícil entender las artes,
literatura y formas de pensar del occidente al igual que muchas otras partes del mundo. Estos productos
de la imaginación antigua han sido usados para inspirar nuevos esfuerzos creativos, los cuales ascienden a
una parte substancial de la herencia cultural. Para reafirmar esta idea, este autor señala que los escritores
de diferentes géneros, desde el teatro griego trágico hasta las tiras cómicas han continuado empleando
los arquetipos con vigor.
Cada mito tiene un significado particular para quien lo lea y lo estudie. La importancia del estudio de los
mitos es muy relevante para entender la vida, porque estos tienen muchas funciones. De acuerdo con
Campbell (1984), el mito tiene cuatro funciones esenciales. La primera y la más sobresaliente -
sustentándolo todo- es el de revelar y mantener un sentido mágico ante el misterio de la vida. La segunda
es el de proporcionar una cosmología o imagen del universo. La cosmología corresponde a la experiencia
actual: el conocimiento y la mentalidad de la cultura que envuelve a un pueblo. La tercera es la de
mantener el orden social establecido, para integrar al individuo con su grupo y su cultura. Y la cuarta es la
de iniciar al individuo en el orden de las realidades de su propia psique, guiándolo hacia su propia
realización y enriquecimiento espiritual.
De acuerdo con Campbell, el artista, el poeta y el filósofo son creadores de imágenes y generadores de
ideas, verificando que toda representación está condicionada por lo falible de los órganos humanos.
Bulfinch (1962) refuerza la idea de que la mitología constituye una razón para la literatura imaginativa.
Además señala la relevancia de la literatura para el crecimiento interno de las personas porque ésta
engrandece la cultura humana y el entendimiento de la sociedad. “La sociedad es la sierva de la literatura
y la literatura es una de las mejores aliadas de la virtud y promotora de felicidad”. Sin el conocimiento de
la mitología, muchos trabajos literarios no podrían ser entendidos.
Hamilton (1969), señala que muchos de los mitos se originan en la mente de los escritores o se inspiran en
las obras de arte. Por eso en su libro advierte al lector que tenga clara conciencia acerca de los autores
que nos proporcionan el conocimiento acerca de los mitos. Por otra parte, Gladstein (1986) también se
refiere a este tópico, señalando un ejemplo de cómo las sociedades han sido influenciadas por las ideas de
algunos escritores y han creado mitos. En su libro, ella plantea que durante los años veinte, los trabajos de
Freud fueron popularizados universalmente y muchos de sus complejos descubrimientos y hasta hipótesis
no comprobadas fueron convertidos en mitos populares y eran considerados como explicaciones
irrefutables del comportamiento humano. Para Freud, una mujer feliz era aquella que cumplía su rol de
atender a los niños, asistente y compañera, además de aceptar ser dominada por el hombre. Por lo tanto,
las mujeres que no estaban satisfechas con estas limitaciones eran consideradas por sus terapistas como
personas anormales. Las reservas de Freud acerca de los roles de las mujeres en el desarrollo de la
civilización hicieron que las valorara negativamente: Las mujeres representan el interés de la familia y la
vida sexual. El trabajo de la civilización se ha convertido cada vez más en ocupación de hombres. Esto los
enfrenta constantemente con tareas más difíciles y los obliga a realizar sublimaciones instintivas de las
cuales las mujeres son poco capaces.
Las investigaciones de Freud, la historia del génesis y algunos trabajos literarios han contribuido a reforzar
el mito de la mujer como figura débil y negativa. Cabe señalar que el número de arquetipos posibles es tan
vasto como las múltiples experiencias del ser humano. Para concluir esta sección, es importante
mencionar una de las ideas de Campbell (1973), acerca de la mitología, quien señala que cuando la
mitología es examinada en términos de có0mo funciona, de cómo sirve actualmente a la humanidad y
cómo lo hizo ella se muestra a sí misma tan dócil y responsable como la vida misma de las obsesiones y 35
requerimientos del individuo, la raza, edad y la cultura.

1.2 Enfoque mitológico y literatura


El término literatura es muy amplio, pudiendo tener diversas interpretaciones. Sin embargo, al referirnos a
la Literatura como disciplina podemos asumir que la misma constituye un medio de comunicación que
engrandece al individuo; le abre una puerta hacia el conocimiento universal y le brinda experiencias de la
vida. Además contribuye -entre otras cosas- a entender cómo los ciclos míticos operan en la cultura del
mundo.
El mito es una creencia totalmente aceptada por un grupo, especialmente si funciona como base de
instituciones o prácticas existentes. También ha sido entendido como un relato o conjunto de elementos
narrativos en el cual se expresa e implícitamente se simbolizan determinados aspectos profundos de la
existencia humana. En realidad, el mito es el vehículo no consciente de significaciones ligadas a la
naturaleza interna del universo y de la vida humana; es íntima su relación con el rito y su actualidad
operante deriva de su repetición en el culto o en la historia del mundo o del hombre.
Según la etnología, “se ha visto una forma de comportamiento mítico en la participación de una sociedad
entera en ciertos símbolos, y así ha venido a afirmarse la supervivencia moderna del mito” (Salvat, 1976,
p. 2251). Esta estrecha relación entre mito y sociedad indudablemente nos permite obtener percepciones
de la naturaleza del comportamiento humano.
Existen muchos ciclos míticos representados en la literatura. Es importante observar como escritores de
períodos totalmente diferentes, coinciden en el tratamiento de los mitos. Un ejemplo clásico es el mito de
‘la batalla de los sexos’, o de la preeminencia de un sexo sobre el otro. El estudio de los mitos es
importante porque ayuda a la comprensión de la literatura del mundo y sus culturas.
En el enfoque mitológico, su aspecto fundamental -el arquetipo- se traduce en imágenes que suelen ser
semejantes en una gran variedad de trabajos literarios al igual que en leyendas, sueños y hasta en los
patrones del comportamiento social. Las similitudes del arquetipo en estas manifestaciones reflejan una
serie de patrones universales, primitivos y elementales cuya efectiva encarnación en un trabajo literario
evoca una profunda respuesta del lector. Uno de los objetivos de estudiar la literatura desde un enfoque
mitológico consiste en apreciar la continuidad de formas e imágenes a través de diferentes culturas y
tiempos.

2. MITO
Un mito es un relato tradicional, sagrado, dotado de carácter simbólico, que usualmente relata
acontecimientos extraordinarios y trascendentes involucrando a seres sobrenaturales o fantásticos (como
dioses o semidioses, monstruos, etc.), y que funcionan en el marco de una mitología o una cosmogonía
(concepción del universo) determinada.
Por ejemplo, los mitos de la Grecia antigua respondían a su cultura religiosa y al modo en que entendían el
universo y se explicaban su origen, por lo que sus héroes, dioses, monstruos y episodios
tradicionales, heredados oralmente (y luego por escrito) de generaciones previas, contenían toda esa
carga cultural tan específica.
Los mitos no tienen testimonio histórico, es decir, no son comprobables, a pesar de que por lo general se
consideran verdaderos o válidos en la cultura. Esto se debe a que funcionan como explicaciones
imaginarias a fenómenos complejos, y sirven para transmitir valores, creencias y conceptos a las
generaciones venideras. Los mitos no funcionan fuera de dichos sistemas de creencia.
Desde la entrada en vigencia de los valores científicos y del pensamiento ilustrado, el término mito se
cargó de un sentido peyorativo, usado para indicar que alguna creencia o suposición se debía más al
orden de lo imaginario o de la fe, que al de los hechos tangibles y comprobables.

2.1 Origen del mito


Los mitos tienen por lo general un origen oral y tradicional, herencia de las épocas primarias de las
culturas, en las que era necesaria la construcción de un relato y un imaginario narrativo para “explicar” el
origen de las cosas o ciertos códigos de conducta. Precisamente por ello, los mitos varían enormemente
en su transmisión a lo largo de las generaciones y por lo general existen distintas versiones de un mismo
mito.
Los grandes eventos religiosos, políticos o existenciales de la humanidad suelen estar acompañados de
mitos: desde la creación del universo, la fundación de la Roma Antigua al empleo del maíz
como alimento principal de ciertas culturas prehispánicas americanas, los mitos responden a preguntas
humanas fundamentales y les brindan un acompañamiento imaginario y narrativo.
2.2 Características de un mito
Los mitos se caracterizan, según el antropólogo y etnólogo francés Claude Levi-Strauss, por:
 Tratar narrativamente preguntas existenciales de la humanidad, como la creación de las cosas, el 36
origen de las tradiciones, la muerte, el nacimiento, etc.
 Estar protagonizado por conceptos contrarios irreconciliables, como creación-destrucción, vida-
muerte, dioses-hombres, bien-mal, que definen de alguna manera los polos filosóficos de la cultura
que los creó.
 Al final brinda una reconciliación de los contrarios irreconciliables para calmar la angustia o brindar
un cierto sentido de armonía, justicia o paz.

2.3 Ejemplos de mitos


La Antigüedad Clásica está llena de mitos que sobrevivieron hasta nuestros días. Por ejemplo, el mito
griego de Orión, célebre cazador y héroe nacido en Beocia, del cual hay numerosas variantes y versiones,
relata que fue cegado por la pasión al contemplar a las hijas de Pléyone, una ninfa oceánide, por lo que se
dedicó a perseguirlas durante siete años por toda Grecia. Las pléyades, llamadas así por su madre,
rogaron al dios padre Zeus por su salvación y fueron elevadas al firmamento, donde pasaron a formar
el conjunto de estrellas del mismo nombre. Orión, frustrado en su deseo, murió mucho después debido a
una picadura de escorpión, y fue también llevado al firmamento por los dioses, para que pudiera continuar
allá arriba su persecución. Pero lo mismo hicieron después con el escorpión que le dio muerte, dando
origen así tanto a la constelación de Orión como a la de Escorpio. Una pequeña reseña de las mitologías
más populares podría incluir a la judeocristiana (El mito del Edén, el mito del Arca de Noé, el Mito de
Moisés y los cuarenta años en el desierto), a la griega (La caja de Pandora, Teseo y el Minotauro, Ulises y
el caballo de Troya) o a la mitología precolombina (El Popol Vuh de los mayas, o El origen de la luna en
Teotihuacan de los aztecas).

3. LEYENDA
Las leyendas son relatos que cuentan hechos humanos y sobrenaturales por igual, transmitidos a través
de las generaciones. Esa transmisión se ha dado de manera oral y escrita dentro de un clan, pueblo o
dentro de los confines de una región específica.
Las leyendas, a pesar de contener hechos sobrenaturales, milagrosos y criaturas ficticias, son
consideradas por algunas personas como creíbles. Esta credibilidad se intenta conseguir dando a la
leyenda un lugar conocido por la población y una posición remota en el tiempo. Lo importante de esto es
que de esa manera creaban escenarios creíbles y situaciones posibles que situaban al relato en un mundo
que resultaba familiar para las personas que iban a transmitir el relato a las generaciones próximas.
Las leyendas relatan hechos sucedidos en un tiempo y lugar imprecisos, donde las acciones tienen un
carácter tradicional y se mezclan sucesos relacionados con la patria, héroes populares, criaturas
imaginarias, y ánimas. Con esta variada temática no es extraño que los relatos hayan mutado a medida
que se transmitían de forma oral. Cada oyente que luego repite los relatos lo hace de manera propia con
sus propios recursos narrativos, agregando o quitando secciones y profundizando descripciones.
Usualmente las leyendas están fuertemente relacionadas con la cultura popular tradicional de los
pueblos. En estos relatos se podían rastrear los sentimientos más profundos de la comunidad, como por
ejemplo sus deseos y temores. Las leyendas son ricos recursos para el análisis de los pueblos, ya que en
éstas los expertos pueden ver de qué manera el pueblo percibe al entorno, su religiosidad y su identidad.

3.1 Características de una leyenda


 Tiempo y lugar. Éste suele ser mucho más preciso que en un cuento, ya que ocurre en un
momento específico, aunque pasado, y suele estar ligado a una región determinada.
 Ficción. También se presentan seres fantásticos, como hadas, ángeles y bestias, aunque también
contienen seres que pueden denominarse «protagonistas».
 Objetivo. Su principal meta es darle sentido a una sociedad o cultura, detallando sus orígenes y
algunos rituales.

3.2 Clasificación de las leyendas


Las leyendas pueden tipificarse de acuerdo a su temática:
 Leyendas religiosas. Relatan la vida de santos, de grandes personajes justicieros e incluso de
eventos satánicos.
 Leyendas escatológicas. Historias que hacen referencia a la vida después de la muerte.
 Leyendas etológicas. Explican cómo fueron creados los distintos elementos que componen
la naturaleza. Muy frecuente en las leyendas indígenas.
Las leyendas pueden tipificarse de acuerdo a su origen:
 Leyendas locales. Es un relato autóctono, propio de una región o provincia.
 Leyendas rurales. Se desarrollan en únicamente en los campos.
 Leyendas urbanas. Historias que se conocen en la actualidad y tienen vigencia. 37

3.3 Diferencias entre mito y leyenda


La diferencia fundamental entre mitos y otros relatos populares radica en su función cultural clave.
Mientras los mitos ofrecen explicaciones narrativas y fantásticas para eventos de una gran importancia
cultural o filosófica en su cultura, como el origen de la Tierra o de las constelaciones en el cielo, como en
el ejemplo anterior, las narraciones populares ofrecen más bien relatos tradicionales de enseñanza moral,
que funcionan en pos de una moraleja final que busca transmitir valores. En el caso de las leyendas, éstas
suelen narrar versiones fantásticas y explicativas de eventos reales e históricos (la leyenda del Cid
campeador, por ejemplo), reconocibles y a menudo con protagonistas reales. En cambio, los mitos no son
comprobables y suelen ubicarse en tiempos inmemorialmente antiguos, ya que suelen apuntar a temas
originarios o fundacionales. Por último, los mitos forman parte de complejos entramados de sentido en una
cultura, mientras que una leyenda puede simplemente narrar fantásticamente un evento determinado en
la historia de una región.

10. TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN: LA COMUNICACIÓN INTRAPERSONAL E


INTERPERSONAL
La teoría de la comunicación fue propuesta por primera vez por Aristóteles en el periodo clásico y definida
en 1980 por S. F. Scudder. Sostiene que todos los seres vivos del planeta tienen la capacidad de 38
comunicarse. Esta comunicación se da a través de movimientos, sonidos, reacciones, cambios físicos,
gestos, el lenguaje, la respiración, transformaciones del color, entre otros. Se establece en esta teoría que
la comunicación es un medio necesario para la supervivencia y existencia de los seres vivos y que permite
a estos dar información sobre su presencia y estado. La comunicación se usa para manifestar los
pensamientos, sentimientos, necesidades biológicas y cualquier tipo de información relevante sobre el
estado de un ser vivo.
La teoría de la comunicación universal establece que la comunicación es el proceso de codificación y
transformación de la información que tiene lugar entre el emisor y el receptor, donde el receptor tiene la
tarea de decodificar el mensaje una vez le es entregado (Marianne Dainton, 2004). Se considera que el
proceso de comunicación es tan antiguo como la vida en el planeta. Sin embargo, es estudio de la
comunicación con miras a establecer una teoría científica sobre la misma, tuvo lugar por primera vez en la
antigua Grecia y Roma. La teoría de la comunicación señala que el proceso de comunicación puede ser
afectado o interrumpido por múltiples barreras. Esto puede modificar el significado del mensaje que se
quiere entregar por parte del emisor al receptor.
Existen diferentes puntos de vista propuestos desde la teoría de la comunicación para tratar el fenómeno
de estudio de la misma.
 Mecánico: Este punto de vista indica que la comunicación es simplemente el proceso de transmisión
de información entre dos partes. La primera parte es el emisor y la segunda parte es el receptor.
 Psicológico: De acuerdo a este punto de vista, la comunicación comprende más elementos que la
simple transmisión de información del emisor al receptor, esta incluye los pensamientos y
sentimientos del emisor, quien trata de compartirlos con el receptor. A su vez, el receptor tiene unas
reacciones y sentimientos una vez decodifica el mensaje enviado por el emisor.
 Social: El punto de vista social considera a la comunicación como el resultado de la interacción entre
el emisor y el receptor. Simplemente indica que la comunicación es directamente dependiente del
contenido discursivo, es decir, cómo uno se comunica es la base del punto de vista social.
 Sistemático: Según el punto de vista sistemático, la comunicación es en realidad un nuevo y
diferente mensaje que es creado cuando varios individuos lo interpretan a su modo y luego lo
reinterpretan para llegar a sus propias conclusiones.
 Crítico: Este punto de vista sostiene que la comunicación es simplemente una manera de ayudar a
los individuos a expresar su poder y autoridad sobre otros individuos (Seligman, 2016).

1. Componentes de la comunicación
La teoría de la comunicación señala que
la comunicación es el proceso que
permite el paso de información de un
emisor a un receptor. Esta información
es un mensaje codificado que debe ser
decodificado por el receptor una vez lo
recibe.
Los elementos de la comunicación son:
 Emisor: El emisor es la fuente que
intenta compartir información. Puede
ser una unidad viva o no, puesto que la
única característica necesaria para que
sea la fuente es que pueda suministrar
algún tipo de información y tenga la
capacidad de transmitirla a un receptor
a través de un canal.
 Mensaje: El mensaje es la información que se quiere comunicar. La teoría de la comunicación indica
desde una perspectiva semiológica que el significado del mensaje depende de la forma cómo este es
creado a través del uso de signos. Es decir, dependiendo de los signos que se utilicen será la
interpretación del mensaje. De esta forma, el mensaje es exitoso en la medida en la que el receptor
entienda lo mismo que el emisor quiere informar.
 Codificación: Es el proceso de construcción del mensaje con el objetivo de que el receptor lo
entienda. Es decir, la comunicación solo se puede establecer cuando tanto el emisor como el receptor
entienden la misma información. De esta forma se entiende que, aquellos individuos más exitosos en el
proceso de comunicación son quienes codifican sus mensajes teniendo en cuenta la capacidad de
entendimiento de su receptor.
 Canal: Un mensaje codificado por el emisor debe ser entregado por un canal. Existen múltiples
categorías de canales: verbales, no verbales, personales, impersonales, entre otros. Un canal puede ser, 39
por ejemplo, el papel en el que unas palabras fueron escritas. El objetivo del canal es permitir que el
mensaje llegue al receptor.
 Decodificación: Es el proceso opuesto a la codificación en el cual el receptor debe descifrar el
mensaje que le fue entregado. En este punto el receptor debe interpretar cuidadosamente el mensaje. El
proceso de comunicación se considera exitoso cuando el receptor descifra el mensaje y entiende lo mismo
que el emisor.
 Receptor: Es quien recibe el mensaje. Un buen emisor tiene en consideración las posibles
preconcepciones que el receptor pueda tener y los marcos de referencia del mismo, con el fin de
determinar posibles reacciones a la hora de decodificar el mensaje. Tener un contexto similar ayuda a que
la difusión del mensaje sea efectiva.
 Retroalimentación: Es la evaluación de la reacción que recibe el emisor por parte del receptor
después de decodificar el mensaje.
 Contexto: Es el ambiente donde se entrega el mensaje. Puede ser cualquier lugar donde se
encuentren el emisor y el receptor. El contexto hace más fácil o más difícil la comunicación (Seligman,
2016).

1. COMUNICACIÓN INTRAPERSONAL
La comunicación intrapersonal es la que una persona entabla consigo misma. Esta forma de comunicación
implica que es la misma persona quien emite y, al mismo tiempo, quien recibe el mismo mensaje.
La comunicación intrapersonal consiste en los análisis que la persona lleva adelante de forma privada y
puede incluir todo aquello que la persona escuche, lea o repita. Es a través de este tipo de comunicación
que las personas se conectan con su consciencia, reflexionan, se dan ánimos o se calman. De este diálogo
intrapersonal pueden surgir además mensajes o pensamientos negativos que generen temor, inseguridad
o ansiedad, entre otras emociones. La comunicación intrapersonal incluye, además de los pensamientos o
reflexiones, a las ideas, los sueños y los pensamientos en voz alta.
Existen diferentes formas de comunicación y, para identificar a la intrapersonal del resto, algunas
cualidades a tener en cuenta podrían ser las siguientes:
 Es inevitable. La persona no puede elegir mantener o no este tipo de comunicación. Por poner un
ejemplo bien gráfico, no es como cuando suena el teléfono y el individuo opta por no atender. La
comunicación intrapersonal simplemente “brota” y hasta puede resultar muy difícil de manejar.
 Es unilateral. A diferencia de las comunicaciones bilaterales o multilaterales, en las que los roles
entre emisores y receptores se van intercambiando, aquí la conversación es entre una única
persona que es, al mismo tiempo, emisora y receptora del mensaje (no cambio de roles ni
“feedback”).
 No son necesariamente literales. Muchas veces el individuo debe interpretar o reflexionar sobre los
mensajes que se envía a sí mismo.
 Funciona como “filtro”. Este tipo de comunicación ayuda a las personas a comportarse de una
manera “socialmente aceptada”. Gracias a ella las personas logran autocensurar ciertos
comentarios, gestos, comportamientos que, de caso contrario, serían mal vistos por el resto.
 No se usa una única persona. Estos diálogos con uno mismo pueden llevarse a cabo usando la
primera persona, pero también la segunda persona. Esto depende de cada uno, así como también
de la circunstancia en la que se produzca.

2. COMUNICACIÓN INTERPERSONAL
Se llama comunicación interpersonal al intercambio de información que suele darse entre personas que
comparten un espacio físico, es decir, que cohabitan y por ende se ven en la necesidad de emitir y recibir
mensajes para normar u organizar la convivencia. Esto puede referirse a ámbitos diversos, como el hogar,
el trabajo, la calle, etc. Cuando se habla de la comunicación interpersonal, sin embargo, no sólo se alude a
la verbal, es decir, a la protagonizada por el lenguaje. Está claro que los seres humanos nos distinguimos
de los animales por justamente nuestra capacidad de organizar y comunicar nuestra realidad mediante un
sistema de signos representados sonora y gráficamente (el lenguaje hablado y escrito respectivamente),
pero no es exclusivamente a través de este mecanismo que nos transmitimos información.
Por ejemplo, en la comunicación interpersonal influyen también otros tipos de código, como la proxémica
(el “espacio personal”), la pragmática (el contenido contextual), el lenguaje corporal y otras formas de
comunicación no verbal que, sin embargo, permiten que dos personas compartan ciertos sentidos y
significados. Muchas veces esta comunicación no verbal tiene lugar sin tomar en cuenta la consciencia, es
decir, de manera automática o sintomática, sin intencionalidad expresa del emisor. Es lo que ocurre
durante el flirteo, por ejemplo.
De ese modo, entendemos por comunicación interpersonal al conjunto de relaciones de transmisión y
codificación de información que se da entre dos o más personas, o incluso al conjunto de habilidades que 40
una persona posee para lidiar con dichas relaciones. Por ejemplo, cuando decimos que alguien “tiene
pésimas relaciones interpersonales”, queremos decir que se le hacen difíciles este tipo de situaciones
comunicativas o que usualmente sale mal librado de ellas, trátese del ámbito del que se trate.

3. INTELIGENCIA EMOCIONAL
Harvard Business Review calificó la Inteligencia Emocional como un concepto revolucionario, una noción
arrolladora, una de las ideas más influyentes de la década en el mundo empresarial. Estos son los 3 pilares
de inteligencia emocional:
1. Percepción y expresión emocional: ¿Tienes emociones? ¿Las sientes? ¿Sabes que tienes emociones y
que estas emociones afectan la mayoría de tus decisiones? Tu cuerpo te está intentando decir cosas.
¿Le haces caso? Con este pilar sabrás reconocer de forma consciente tus emociones y serás capaz de
darle una etiqueta verbal.
2. Regulación emocional: ¿Tienes miedo de tu propio miedo? ¿No sabes cómo motivarte? ¿Te vuelves
depresivo o muy enojado durante días? Saber cómo manejar y dirigir las emociones, tanto positivas
como negativas, de forma eficaz constituye el pilar # 2 de la inteligencia emocional.
3. La empatía - saber cómo ponerse en la piel de los demás: Saber qué sienten los demás, qué necesitan y
qué están comunicando con la comunicación no verbal (90% de la comunicación); es una habilidad
fundamental para la amistad, amor y la vida social sana. El capital humano es un capital precioso en
este mundo.
Lo que no todos sabemos es cómo hacer para conectar con otro ser humano; en ocasiones ni siquiera con
nosotros mismos. Los seres humanos somos seres sociales. Nos gusta pasar tiempo con los demás, con
quienes nos sentimos bien, entendidos, apoyados y seguros. En el pasado nuestra supervivencia dependía
de los demás, en nuestros grupos sociales. Como consecuencia de ello, el cerebro evolucionó así:
enfocándose en la conexión humana y la habilidad para leer las emociones y así saber cómo manejarlas y
dirigirlas. Ahora, después de años de investigación psicológica, sabemos que la inteligencia emocional
juega un papel muy importante en la mejoría de nuestra felicidad, éxito y bienestar. Sabemos también que
el coeficiente intelectual no está necesariamente relacionado con el coeficiente emocional. Por ejemplo,
los psicópatas serían el caso más extremo. En el mundo de la tecnología también encontramos altos
niveles de inteligencia cognitiva y desafortunadamente, no es raro encontrar bajos niveles de inteligencia
emocional. Como botón de muestra, Google tiene talleres obligatorios de inteligencia emocional para sus
empleados; y cada vez es más frecuente que, durante el proceso de contratación, Google haga énfasis en
la evaluación de habilidades sociales. La creatividad, el desarrollo personal y el éxito en el puesto de
trabajo no sólo están dictados por las capacidades cognitivas. La inteligencia emocional tiene un papel
muy importante en el desempeño de una persona, dentro y fuera del ámbito profesional.

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