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Construcción de la subjetividad en la infancia: rol del entorno educativo

María Camila Altamar

Paula Arévalo

Daniela Guerrero

Yuleidis Terán

Universidad Del Magdalena

Infancias, subjetividades y ciberculturas

Mg. Sandra Milena Arciniegas Triana

05 de noviembre de 2024
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Construcción de la subjetividad en la infancia: rol del entorno educativo.

Resumen

El presente artículo reflexiona sobre la importancia del entorno educativo en la formación de

la subjetividad, el desarrollo emocional y cognitivo de los niños. Destaca que un entorno

positivo, con comunicación abierta, apoyo emocional y estimulación cognitiva, favorece una

autoimagen positiva y habilidades emocionales equilibradas. En cambio, un entorno

deficiente puede limitar el desarrollo saludable de la subjetividad.

Enmarca la importancia de la influencia de sus pares, educadores, administrativos y

demás actores creen ambientes que promuevan el crecimiento integral de los niños,

estableciendo relaciones interpersonales que fomenten el sentido de pertenencia y autoestima,

y utilizando metodologías pedagógicas inclusivas y personalizadas. Además, los valores

transmitidos en el entorno educativo influyen en la percepción que los niños tienen de sí

mismos y del mundo. Los educadores actúan como facilitadores del aprendizaje y modelos a

seguir, creando ambientes que estimulan la curiosidad y el pensamiento crítico, y

estableciendo relaciones positivas y de confianza con los alumnos para contribuir a su sentido

de seguridad.

Palabras clave: desarrollo infantil, subjetividad, vínculos, contexto educativo.


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En primer lugar la problemática se manifiesta en varios niveles de acuerdo a lo

observado en el marco de nuestras prácticas pedagógicas investigativas, se identificó que la

situación problema subyace en la ausencia de la inclusión y la personalización de la praxis

docente lo que puede generar que muchos niños no se sientan valorados ni respetados en su

diversidad. Esto no solo afecta su autoestima y sentido de pertenencia, sino que también

limita su capacidad para desarrollar una autoimagen positiva y habilidades emocionales

equilibradas.

Asimismo, la falta de relaciones interpersonales significativas entre educadores y

estudiantes puede resultar en un entorno escolar donde los niños no se sienten seguros ni

apoyados emocionalmente. La carencia de vínculos de confianza y apoyo puede tener

consecuencias negativas en el bienestar emocional y cognitivo de los niños, impidiendo su

pleno desarrollo.

Por lo tanto, es crucial que los educadores y las instituciones educativas reconozcan y

aborden estos desafíos. La creación de ambientes de aprendizaje seguros, inclusivos y

enriquecedores debe ser una prioridad. Esto implica adoptar metodologías pedagógicas que

respeten y celebren la diversidad, y que fomenten la curiosidad, el pensamiento crítico y el

desarrollo emocional de los niños.

En este sentido, abordar esta situación problemática con una mirada analítica

permitirá identificar las áreas de mejora y desarrollar estrategias efectivas para transformar el

entorno educativo. Solo así podremos asegurar que todos los niños tengan la oportunidad de

crecer y desarrollarse plenamente.

Además, el desarrollo de la subjetividad en la infancia es un proceso complejo que se

manifiesta esencialmente en el ámbito educativo. Jugando un papel crucial en la formación de


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la identidad y la autoimagen de los niños, influyendo en su capacidad para interactuar con el

mundo que les rodea.

En la actualidad, la construcción de la subjetividad en la infancia enfrenta desafíos

significativos que requieren una atención analítica y reflexiva. Uno de los problemas más

apremiantes es la falta de ambientes educativos que promuevan el desarrollo integral de los

niños. A menudo, las instituciones educativas se centran en la transmisión de conocimientos

académicos, dejando de lado aspectos cruciales como el desarrollo emocional, social y

cultural de los estudiantes.

Según Concha Ramírez (2011), “la subjetividad del niño (a) como usuario de la

cultura emerge de las interacciones que establece en los diferentes espacios de flujo de la

información, cambiando así la idea de ser un receptor pasivo ante lo que tradicionalmente se

ha destinado para él, para asumirse en un rol más activo y construir desde allí significados”

(p. 5).

Por lo tanto, es fundamental analizar cómo estas interacciones y el contexto en el que

se encuentran los niños influyen en su desarrollo emocional y cognitivo, así como la

importancia de que los educadores asuman un rol activo en la creación de un entorno que

promueva el crecimiento saludable de la subjetividad infantil.

En el ámbito educativo, las interacciones con maestros y compañeros enriquecen el

proceso de aprendizaje, promoviendo habilidades sociales y cognitivas. Según Concha

Ramírez (2011), “el dispositivo escolar reproduce subjetividad pedagógica”, lo que sugiere

que el entorno escolar debe estar diseñado para favorecer la participación activa y la

construcción de significados por parte de los niños.

Según lo anterior, abordar la temática de las subjetividades en la infancia y la

influencia del entorno educativo es crucial ya que este complejo proceso, que comienza desde
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los primeros momentos de la vida, influye significativamente en cómo los niños perciben el

mundo, interactúan con los demás y, más importante aún, cómo se sienten consigo mismo y

emocionalmente.

Por lo tanto, comprender la formación de la subjetividad en esta etapa vital puede

ofrecer valiosas pistas sobre el bienestar emocional a corto y largo plazo de un individuo, ya

que es un proceso que va más allá de la simple acumulación de experiencias; se trata de cómo

estas vivencias se internalizan y se traducen en percepciones, pensamientos y emociones que

son únicas para cada niño, influyendo directamente en el desarrollo integral de los niños,

tanto emocional como cognitivamente.

En este contexto, un entorno educativo positivo, caracterizado por la comunicación

abierta, el apoyo emocional y la estimulación cognitiva, fomenta una autoimagen saludable y

habilidades emocionales equilibradas, previniendo problemas psicológicos futuros. Además,

promueve la inclusión y el respeto por la diversidad, creando un ambiente donde todos los

niños se sienten aceptados y valorados.

Así, los educadores, al comprender la importancia de la subjetividad, pueden

establecer relaciones interpersonales saludables y fomentar el pensamiento crítico y la

curiosidad intelectual. Este enfoque integral no solo impacta en la infancia, sino que también

tiene efectos duraderos en la vida adulta, contribuyendo a formar individuos seguros,

empáticos y capaces de aportar positivamente a la sociedad.

Según lo mencionado anteriormente, la construcción de la subjetividad en la etapa

infantil es un proceso complejo influenciado tanto por factores internos como externos, donde

el contexto educativo juega un papel crucial. Según Diana Concha (2011), la subjetividad se

forma a través de las interacciones y experiencias que los niños viven en su entorno. En este
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sentido, el rol del docente es fundamental, ya que a través de su relación con los estudiantes y

las estrategias pedagógicas que emplea, puede fomentar un desarrollo subjetivo saludable.

Además, los directivos escolares también tienen una influencia significativa mediante

la implementación de políticas educativas y el apoyo continuo a los docentes, creando un

ambiente propicio para el desarrollo infantil.

De igual manera, otros agentes educativos, como la familia y la comunidad, también

contribuyen a este proceso, destacando la importancia de una colaboración interinstitucional

para apoyar el bienestar y desarrollo de los niños. Un enfoque integral que involucre a todos

los actores del contexto educativo es esencial para la construcción de la subjetividad en la

infancia.

Por otra parte, una de las respuestas obtenidas durante la entrevista refuerza la

importancia de un entorno escolar que promueva la libertad de expresión y la autonomía de

los niños. En palabras de uno de los entrevistados:

"Pienso que es muy importante que los niños puedan ser ellos mismos en la escuela.

Las experiencias y amistades que hacen allí les ayudan a conocerse mejor y a aprender a

llevarse bien con los demás. Es fundamental que las escuelas sean lugares donde los niños se

sientan cómodos para expresar lo que sienten y piensan, porque eso les ayuda a crecer con

confianza y a sentirse parte de la comunidad".

Según esto, la declaración subraya la importancia de un espacio escolar inclusivo y

respetuoso, donde los niños se sientan aceptados tal como son y puedan interactuar

libremente con sus compañeros, lo que facilita el desarrollo de su identidad y autoestima.

En concordancia, otra respuesta refleja lo que muchos padres consideran fundamental

para el bienestar de sus hijos en el ámbito escolar:


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"Para mí, lo más importante es que los niños se sientan bien en la escuela, como si

estuvieran en un lugar donde pueden ser ellos mismos. Yo siempre le digo a mi hijo que lo

más importante no es solo lo que aprenda en clase, sino cómo se siente con sus amigos y

maestros. Cuando los niños se sienten escuchados, como que sus emociones también

importan, es mucho más fácil para ellos aprender y ser felices. Y cuando los maestros se

preocupan por ellos, se nota, porque los niños van más tranquilos y con más ganas de estar en

clase."

Por ende, esta respuesta resalta cómo el apoyo emocional y el interés genuino de los

educadores por el bienestar de los niños es crucial para su desarrollo subjetivo. Los niños que

se sienten cuidados y comprendidos en su entorno escolar están más preparados para

enfrentar desafíos académicos y emocionales con confianza.

En este sentido, la relación con amigos y compañeros de la misma edad puede tener

un fuerte impacto en la subjetividad del niño. Estas interacciones ofrecen una oportunidad

para la formación y reafirmación de la identidad personal, así como para el desarrollo de

habilidades sociales. A través de estas relaciones, los niños aprenden a negociar, cooperar, y

resolver conflictos, lo que contribuye a la formación de su identidad y autoestima.

Además, los pares ofrecen un espacio de igualdad donde los niños pueden

experimentar y expresar sus emociones y pensamientos sin la autoridad de los adultos, lo que

facilita un sentido de pertenencia y aceptación.

Por lo tanto, estas experiencias compartidas mediante el juego y la interacción con los

pares son cruciales para que los niños construyan una visión de sí mismos y del mundo que

los rodea, influenciando significativamente su subjetividad y su capacidad para relacionarse

en un futuro.
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“Los niños construyen su subjetividad a partir del juego, de la interacción con sus

amigos, el canto, el baile, el compartir con sus maestras, presentándose en la sociedad no

solamente como sujeto de derecho sino, como seres humanos que construyen una realidad de

acuerdo con las condiciones que recrean en su contexto.” (Concha, 2011, p. 242).

En consecuencia, este aspecto de las interacciones entre pares también resalta la

necesidad de un ambiente educativo que no solo valore la interacción social dentro del aula,

sino que también fomente actividades que permitan a los niños explorar su identidad a través

de diversas formas de expresión, como el juego, el arte y el trabajo colaborativo. Un entorno

educativo que promueva este tipo de experiencias, en las que los niños puedan ser auténticos

y sentirse cómodos, refuerza su sentido de pertenencia, y contribuye a un desarrollo

emocional saludable.

Por otro lado, además de las interacciones dentro del aula, el papel de los directivos y

la comunidad educativa en general es esencial en la construcción de una subjetividad

positiva. Los directivos tienen la responsabilidad de crear y aplicar políticas educativas que

favorezcan un clima escolar inclusivo y que respalden a los docentes en su labor de promover

el bienestar emocional y el desarrollo integral de los niños. Su liderazgo y visión son

fundamentales para garantizar que se respeten los derechos de los estudiantes, se valore su

diversidad y se fomente una cultura escolar en la que todos los niños se sientan escuchados,

respetados y valorados.

En este sentido, la comunidad educativa, entendida como el conjunto de actores que

participan activamente en el proceso educativo, también juega un papel clave en este proceso.

Las relaciones entre la escuela y los distintos agentes educativos (como personal

administrativo, otros docentes, personal de apoyo, etc.) pueden enriquecer el proceso de

desarrollo subjetivo de los niños al ofrecerles una red de apoyo que va más allá del aula.
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De esta manera, la colaboración activa entre los distintos actores de la comunidad

educativa crea un entorno de aprendizaje más amplio y diverso, lo que permite a los niños

explorar diferentes perspectivas, fortalecer su sentido de identidad y pertenencia y mejorar su

capacidad para relacionarse de manera sana. Es fundamental que tanto los educadores como

los directivos trabajen en conjunto para ofrecer a los niños las herramientas necesarias para

desarrollar una subjetividad sana y equilibrada.


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Referencias

Concha Ramírez, D. (2011). Construcción de subjetividad en niñas y niños de 5 y 6 años

desde las interacciones sociales cotidianas: Un acercamiento a la comunicación en el

aula desde las prácticas comunicativas. Itinerario Educativo, 25(57), 239-273.

file:///C:/Users/Usuario/Downloads/DIANA%20CONCHA.pdf

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